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TEORIA DE LAS OBLIGACIONES

TRABAJO OBLIGACIONES DE MEDIO Y OBLIGACIONES DE RESULTADOS

PRESENTADO AL:

Docente Dr. Nicolás Henao Bernal

POR

JUAN DAVID CASTAÑO CASTAÑO


CARLOS PAREJA
RICARDO RESTREPO
CAROLINA VALENCIA

INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA DE ENVIGADO


FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICAS
PREGRADO DE DERECHO
ENVIGADO, COLOMBIA
SEPTIEMBRE DE 2018
OBLIGACIONES DE MEDIO Y OBLIGACIONES DE RESULTADOS

Las obligaciones, clasificadas de acuerdo con la índole del contenido de la


prestación, son de resultado o de medios.

OBLIGACIONES DE MEDIOS

En estas el deudor compromete su actividad diligente que, razonablemente, tiende


al logro del resultado esperado, pero éste no es asegurado ni prometido.

Las de medios son asimismo designadas como "obligaciones generales de


prudencia y diligencia"; obligaciones "de diligencia"; obligaciones "de simple
comportamiento"; etc.

También se conocen como conductas prudentes independientemente de la


satisfacción o no del resultado esperado por el acreedor, pero en el evento de
incumplimiento el acreedor deberá probar el dolo o culpa del deudor.

EJEMPLO DE OBLIGACIONES DE MEDIO: Son obligaciones de medios, entre


otras, la del empleado en la prestación de servicios; la obligación del comodatario
de conservar la cosa en buen estado; los servicios profesionales en general,
donde no se compromete un resultado; la obligación del locatario de conservar la
cosa locada.

El abogado se obliga a defender a su cliente en un juicio ejerciendo todas las


diligencias necesarias para lograr un resultado positivo, pero nunca puede
prometer ganar el pleito porque se convertiría en obligación de resultado, ya que
ello obedece a imponderables que escapan a su control.

OBLIGACIONES DE RESULTADO

Las obligaciones de resultados, son aquellas en la que el deudor se compromete


al cumplimiento de un determinado objetivo, asegurando al acreedor el logro de la
consecuencia o resultado tenido en miras al contratar.

Por otro lado en estas obligaciones de resultado, el deudor se obliga con el


acreedor a generar un resultado, a satisfacerle un interés que el mismo conoce y
lo hace porque el deudor conoce las posibles variables de un eventual
incumplimiento es decir las prestaciones en estas obligaciones son menos
aleatorias que las prestaciones de medio.

En estas obligaciones, se denota una responsabilidad objetiva, ya que el acreedor


demandante solo tendrá que demostrar el incumplimiento del contrato y el daño,
conforme a que bajo el sistema de responsabilidad objetiva se presume la culpa,
ya sea por la imprudencia, negligencia, impericia o inobservancia de reglamentos
o deberes.

En la obligación de resultados, el deudor se exonera de la obligación, solo si


demuestra causa extraña, a lo anterior hay que decir que todas las obligaciones
cuyas prestaciones sean de dar o no hacer serán por regla general de resultados.

EJEMPLO DE OBLIGACIONES DE RESULTADOS: En el contrato de


compraventa el vendedor se obliga a entregar la cosa, y el comprador a entregar
el precio pactado.

Las obligaciones de resultado son también denominadas "obligaciones


determinadas".

Son obligaciones de resultado, entre otras, las emergentes de la compraventa; la


del porteador en el contrato de transporte; la del comodatario que debe restituir la
cosa al finalizar el contrato; la obligación de restitución del depositario y del
locatario; la prestación de ciertos servicios profesionales.

DISTINCIÓN ENTRE OBLIGACIONES DE RESULTADO Y DE MEDIOS

En el derecho romano, se reconocía la existencia de contratos en los que la


obligación era expresamente determinada, y otros en los que únicamente exigían
la actuación de buena fe del deudor.

En el antiguo derecho francés también tuvo en cuenta la clasificación obligacional


mentada, especialmente a través del pensamiento de domat.

No obstante, la teoría solo alcanzó relevancia jurídica en momentos en que


abundaban las discusiones doctrinarias acerca de la prueba de la culpa en los
campos contractual y extracontractual.

Demogue fue su primer expositor integral, sentando la tesis de que, con el fin de
regular la prueba de la culpa, no debe ser distinguida su ocurrencia en el campo
contractual o en el campo extracontractual, sino que prescindiendo de ello es
necesario diferenciar las obligaciones de resultado (en las que, ante la infracción,
se la presume) de las de medios (en las que debe ser probada), pudiendo darse
ambas tanto en un campo como en el otro.

OBLIGACIONES DE MEDIO Y DE RESULTADO EN MATERIA DE


RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL
Dicho lo anterior, es pertinente definir cada una de las obligaciones atrás referidas,
siendo las de medio aquellas donde la parte activa de la relación (deudor)
compromete su prudencia y diligencia en la ejecución de un objeto que constituye
en esos términos la prestación pactada; a su turno, las obligaciones de resultado,
opuestas a las anteriores, son aquellas en las que el deudor se comprometió a
realizar un objetivo claro, preciso y determinado, tanto así que en el análisis de
cumplimiento de una obligación de este tipo se ha de verificar el resultado so pena
de la correspondiente indemnización. Luego, hay una evidente diferencia entre las
instituciones citadas en cuanto al contenido de la obligación, debido a que “Serían
dos haceres; en ambos hay de por medio un resultado buscado y prometido: en
uno, se trata de un resultado más cercano –hacer bien-; en otro, de un resultado
más lejano, hacer un opus, una alteración del mundo físico”.

En lo que atiene a la responsabilidad civil contractual en Colombia, el distingo


entre obligaciones de medio y de resultado es el criterio determinador de la
correspondencia de la carga de la prueba en cada caso particular, así, la Corte
Suprema de Justicia expone que “si la obligación es de medio allí se debe probar
la culpa del deudor o autor del daño, mientras que si es de resultado, ella se
presume de conformidad con el artículo 1604 del Código Civil” que versa así : La
prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; la prueba
del caso fortuito al que lo alega”; en otras palabras, la tesis del discernimiento
entre obligaciones de medio y obligaciones de resultado “coloca la carga de la
prueba de la responsabilidad, en las obligaciones de medio, en las espaldas del
actor, y en las de resultado, en las del demandado”. Ahora, en sede de verificación
de la calidad de la obligación, la determinación del contenido de la misma y a su
turno la calificación de ella como de medio o de resultado no debe provenir de un
capricho por parte del juez, sino que se ha de seguir unos parámetros de
identificación, los cuales cumplen la función de hacer comparables a la luz de un
criterio objetivo todas las obligaciones, sin que esto signifique que las
particularidades de cada vínculo dejen de ser tomadas en cuenta.

La calificación de las obligaciones de medio y resultado no obedece en estricto


sentido a un parámetro legal, es la jurisprudencia la que se ha encargado de
definir tales reglas de identificación y es allí donde se encuentran:

LA VOLUNTAD DE LAS PARTES: Por virtud de la autonomía de la voluntad


privada, las partes intervienen en la configuración del vínculo jurídico dotándolo de
las particularidades necesarias que se derivan de la razón del interés a contratar.
La Corte Suprema de Justicia ha manifestado que la partes, en virtud de la
autonomía de la voluntad privada y con base en el contenido de las relaciones
jurídicas, pueden dentro de la determinación del objeto, prever el nivel de
injerencia que ha de observar un deudor en la ejecución de la prestación, ya sea
como diligencia o garantizando un resultado.

LA LEY APLICABLE A UN DETERMINADO VÍNCULO JURÍDICO: La ley, en


sentido formal, ha de imponerse sobre lo establecido por las partes, ya sea de
manera impositiva o supletiva, debido a que se entiende que los intereses
superiores contenido en las normas jurídicas deben encontrar una protección real
de las partes y esta es solo determinable a partir de reglas que se entiendan
incluidas dentro de las obligaciones.

LA INTERPRETACIÓN DEL NEGOCIO, ACUERDO O VÍNCULO JURÍDICO:


Debido a que frecuentemente el análisis del vínculo obligacional ha llevado a que
no se encuentren respuestas definitivas en la evaluación de los dos criterios
anteriores, la doctrina y la jurisprudencia han adoptado medidas teóricas para
conservar el estudio a la luz de parámetros objetivos. La jurisprudencia, ha
identificado las siguientes vertientes:

La aleatoriedad del fin último perseguido por el acreedor: La conducta del


deudor se orienta a la satisfacción de un interés de obtención incierta, vale decir,
cuando la consecución del desenlace deseado por el acreedor no depende
ordinariamente, ni de manera exclusiva de la diligencia del deudor, pues puede
acontecer que a pesar de su esmerado empeño no se obtenga el desenlace
querido por aquel, por causa de la frecuente intervención de factores de distinta
estirpe que se escapan a su control”.

La participación de las partes: Se ha afirmado que el anterior criterio expuesto


es solo uno de los criterios, más no el único, razón por la cual el comportamiento
activo o pasivo que juegue el acreedor en la ejecución de la prestación se hace
determinante.

PRECEDENTE JURISPRUDENCIAL

En lo concerniente al Precedente Jurisprudencial

La Sentencia SC7110-2017 de 24/05/2017, NOS EMANA SOBRE LA


RESPONSABILIDAD MÉDICA CONTRACTUAL, Vinculan el caso de un médico de
confianza, que a causa de perforación del intestino delgado a un paciente, durante la
práctica de una cirugía de extracción de vesícula. Se denotan los riesgos inherentes al
procedimiento quirúrgico, en estas diferencian entre las obligaciones de medio y de
resultado en la incidencia de la magnitud anormal de la herida en la determinación de la
culpa contractual médica, verificación de la existencia de consentimiento informado
específico y el daño indemnizable.

EN DICHA SENTENCIA EN LO CONCERNIENTE A LA OBLIGACIÓN DE MEDIO: Nos


emanan sobre la regla general en el régimen de obligaciones entre médico y paciente de
acuerdo al artículo 104 de la Ley 1438 de 2011. Exoneración en materia de
responsabilidad médica se acredita con prueba de la debida diligencia y cuidado.
Diferencia frente a las obligaciones de resultado. Reiteración de la sentencia de 5 de
noviembre de 2013. Estudio en proceso de responsabilidad médica contractual contra
médico de confianza, como consecuencia de perforación en el intestino causada a
paciente durante la práctica de cirugía de extracción de vesícula. (SC7110-2017;
24/05/2017), por otro lado en lo concerniente a:

LA OBLIGACIÓN DE RESULTADO: Opera la presunción de culpa. Reiteración de la


sentencia de 13 de septiembre de 2002. Exoneración en materia de responsabilidad
médica mediante la prueba de un elemento extraño que destruya el nexo causal entre la
conducta imputada y el daño. Diferencia frente a las obligaciones de medio. Reiteración
de la sentencia de 5 de noviembre de 2013. (SC7110-2017; 24/05/2017).

REFERENTES NORMATIVOS OBLIGACIONES DE MEDIO Y DE RESULTADO


SEGÚN EL CODIGO CIVIL

ARTICULO 1602. <LOS CONTRATOS SON LEY PARA LAS PARTES>. Todo
contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser
invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales.

ARTICULO 1603. <EJECUCIÓN DE BUENA FE>. Los contratos deben ejecutarse


de buena fe, y por consiguiente obligan no solo a lo que en ellos se expresa, sino
a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o
que por ley pertenecen a ella.

ARTICULO 1604. <RESPONSABILIDAD DEL DEUDOR>. El deudor no es


responsable sino de la culpa lata en los contratos que por su naturaleza solo son
útiles al acreedor; es responsable de la leve en los contratos que se hacen para
beneficio recíproco de las partes; y de la levísima en los contratos en que el
deudor es el único que reporta beneficio.

El deudor no es responsable del caso fortuito, a menos que se haya constituido en


mora (siendo el caso fortuito de aquellos que no hubieran dañado a la cosa
debida, si hubiese sido entregado al acreedor), o que el caso fortuito haya
sobrevenido por su culpa.

La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo; la


prueba del caso fortuito al que lo alega.

Todo lo cual, sin embargo, se entiende sin perjuicio de las disposiciones


especiales de las leyes, y de las estipulaciones expresas de las partes.

ARTICULO 1605. <OBLIGACIÓN DE DAR>. La obligación de dar contiene la de


entregar la cosa; y si ésta es una especie o cuerpo cierto, contiene, además, la de
conservarla hasta la entrega, so pena de pagar los perjuicios al acreedor que no
se ha constituido en mora de recibir.

ARTICULO 1606. <OBLIGACIÓN DE CONSERVAR LA COSA>. La obligación de


conservar la cosa exige que se emplee en su custodia el debido cuidado.

ARTICULO 1607. <RIESGOS EN LA DEUDA DE CUERPO CIERTO>. El riesgo


del cuerpo cierto cuya entrega se deba, es siempre a cargo del acreedor; salvo
que el deudor se constituya en mora de efectuarla, o que se haya comprometido a
entregar una misma cosa a dos o más personas por obligaciones distintas; en
cualquiera de estos casos será a cargo del deudor el riesgo de la cosa hasta su
entrega.

ARTICULO 1608. <MORA DEL DEUDOR>. El deudor está en mora:

1o.) Cuando no ha cumplido la obligación dentro del término estipulado; salvo que
la ley, en casos especiales, exija que se requiera al deudor para constituirlo en
mora.

2o.) Cuando la cosa no ha podido ser dada o ejecutada sino dentro de cierto
tiempo y el deudor lo ha dejado pasar sin darla o ejecutarla.

3o.) En los demás casos, cuando el deudor ha sido judicialmente reconvenido por
el acreedor.

ARTICULO 1609. <MORA EN LOS CONTRATOS BILATERALES>. En los


contratos bilaterales ninguno de los contratantes está en mora dejando de cumplir
lo pactado, mientras el otro no lo cumpla por su parte, o no se allana a cumplirlo
en la forma y tiempo debidos.

ARTICULO 1610. <MORA DEL DEUDOR EN OBLIGACIONES DE HACER>. Si la


obligación es de hacer, y el deudor se constituye en mora, podrá pedir el acreedor,
junto con la indemnización de la mora, cualquiera de estas tres cosas, a elección
suya:

1a.) Que se apremie al deudor para la ejecución del hecho convenido.

2a.) Que se le autorice a él mismo para hacerlo ejecutar por un tercero a expensas
del deudor.

3a.) Que el deudor le indemnice de los perjuicios resultantes de la infracción del


contrato.
ARTICULO 1611. <REQUISITOS DE LA PROMESA>. <Artículo subrogado por el
artículo 89 de la Ley 153 de 1887>. La promesa de celebrar un contrato no
produce obligación alguna, salvo que concurran las circunstancias siguientes:

1a.) Que la promesa conste por escrito.

2a.) Que el contrato a que la promesa se refiere no sea de aquellos que las leyes
declaran ineficaces por no concurrir los requisitos que establece el artículo 1511
<sic> del Código Civil.

3a.) Que la promesa contenga un plazo o condición que fije la época en que ha de
celebrarse el contrato.

4a.) Que se determine de tal suerte el contrato, que para perfeccionarlo solo falte
la tradición de la cosa o las formalidades legales.

Los términos de un contrato prometido, solo se aplicarán a la materia sobre que se


ha contratado.

Queda derogado el artículo 1611 del Código Civil.

ARTICULO 1612. <INCUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN DE NO HACER>.


Toda obligación de no hacer una cosa se resuelve en la de indemnizar los
perjuicios, si el deudor contraviene y no puede deshacerse lo hecho.

Pudiendo destruir la cosa hecha, y siendo su destrucción necesaria para el objeto


que se tuvo en mira al tiempo de celebrar el contrato, será el deudor obligado a
ella, o autorizado el acreedor para que la lleve a efectos a expensas del deudor.

Si dicho objeto puede obtenerse cumplidamente por otros medios, en este caso
será oído el deudor que se allane a prestarlos.

El acreedor quedará de todos modos indemne.

ARTICULO 1613. <INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS>. La indemnización de


perjuicios comprende el daño emergente y lucro cesante, ya provenga de no
haberse cumplido la obligación, o de haberse cumplido imperfectamente, o de
haberse retardado el cumplimiento.

Exceptúense los casos en que la ley la limita expresamente al daño emergente.

ARTICULO 1614. <DAÑO EMERGENTE Y LUCRO CESANTE>. Entiéndase por


daño emergente el perjuicio o la pérdida que proviene de no haberse cumplido la
obligación o de haberse cumplido imperfectamente, o de haberse retardado su
cumplimiento; y por lucro cesante, la ganancia o provecho que deja de reportarse
a consecuencia de no haberse cumplido la obligación, o cumplido
imperfectamente, o retardado su cumplimiento.

ARTICULO 1615. <ACUSACIÓN DE PERJUICIOS>. Se debe la indemnización de


perjuicios desde que el deudor se ha constituido en mora, o, si la obligación es de
no hacer, desde el momento de la contravención.

ARTICULO 1616. <RESPONSABILIDAD DEL DEUDOR EN LA ACUSACIÓN DE


PERJUICIOS>. Si no se puede imputar dolo al deudor, solo es responsable de los
perjuicios que se previeron o pudieron preverse al tiempo del contrato; pero si hay
dolo, es responsable de todos los perjuicios que fueron consecuencia inmediata o
directa de no haberse cumplido la obligación o de haberse demorado su
cumplimiento.

La mora producida por fuerza mayor o caso fortuito, no da lugar a indemnización


de perjuicios.

Las estipulaciones de los contratantes podrán modificar estas reglas.

ARTICULO 1617. <INDEMNIZACIÓN POR MORA EN OBLIGACIONES DE


DINERO>. Si la obligación es de pagar una cantidad de dinero, la indemnización
de perjuicios por la mora está sujeta a las reglas siguientes:

1a.) Se siguen debiendo los intereses convencionales, si se ha pactado un interés


superior al legal, o empiezan a deberse los intereses legales, en el caso contrario;
quedando, sin embargo, en su fuerza las disposiciones especiales que autoricen el
cobro de los intereses corrientes en ciertos casos. El interés legal se fija en seis
por ciento anual.

2a.) El acreedor no tiene necesidad de justificar perjuicios cuando solo cobra


intereses; basta el hecho del retardo.

3a.) Los intereses atrasados no producen interés.

4a.) La regla anterior se aplica a toda especie de rentas, cánones y pensiones


periódicas.

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