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Lógica trascendental

Segunda división: dialéctica trascendental.


Por Luis Guerrero.

I. La ilusión trascendental
Como introducción a este tema, Kant comienza hablando de la dialéctica
trascendental, la cual es verdad, aunque se obtenga a través de razones insuficientes, pero
no por ello deja de ser verdad. Considero que la posición del autor aquí es no demeritar la
verdad que puede obtenerse de esta doctrina, aunque no sea el medio más adecuado.
Posteriormente expone con claridad la localización del error, según Kant, este no se
encuentra ni en los sentidos ni en el objeto, sino en el juicio. El filósofo alemán nos indica
que el error es una influencia de la sensibilidad en el entendimiento, incluso recurre a la
primera ley de Newton para expresar que el juicio permanecería en su dirección correcta si
no recibe este influjo que le llevaría a desviarse hacia el error.
Al principio de la introducción Kant nos habla de la dialéctica como la lógica de la
ilusión, pero en el B 352 hace una aclaración precisa, la tarea de este apartado no es
estudiar la ilusión empírica sino de la ilusión trascendental, sale de la esfera de la
experiencia y se interna en el mundo del entendimiento puro.
Para continuar con su tratado, habla de principios inmanentes (dentro de la
experiencia) y trascendentes (aquellos que sobrepasan los limites de la experiencia),
haciendo la oportuna aclaración de que éstos no corresponden a trascendentales.
Por ilusión lógica, siguiendo al autor, podemos entender que se habla de una
imitación de la forma de la razón, misma que al ser descubierta se elimina. Por otra parte, la
ilusión trascendental no desaparece al ser descubierta, por ello la dialéctica trascendental se
conforma con detectarla y evitar que nos engañe.
Me resulta noble la labor de la dialéctica, permitiéndome la analogía diré que es
similar a la lucha contra el actual virus endémico mediante el confinamiento, no logramos
que desaparezca, pero lo mantenemos fuera de nuestro sistema.
II. La razón pura como sede de la ilusión trascendental.

A. La razón en general
Todo nuestro conocimiento comienza por los sentidos, pasa de éstos al entendimiento y
termina en la razón, así describe el filósofo al proceso de conocimiento y comienza a hablar
del ultimo momento de este proceso, la razón.
A la razón le corresponden dos usos, uno lógico que se refiere a la abstracción del
conocimiento y uno real, relacionado a la producción de conceptos. Para englobar estas dos
facultades de la razón, Kant recurre al termino facultad de los principios.
Es importante destacar que el filósofo entiende como principios a los conocimientos
sintéticos, mismos que el entendimiento es incapaz de suministrar a partir de conceptos.
Esta novedad es la que lo separa del conocimiento del entendimiento.
Así como el entendimiento une a los fenómenos mediante reglas, la razón une las reglas
del entendimiento bajo principios.

B. El uso lógico de la razón.


Kant aborda el tema de las inferencias del entendimiento y las inferencias de la razón de
una manera muy sencilla. Una inferencia del entendimiento es aquella que se realiza de
forma inmediata, mientras que la inferencia de la razón requiere un juicio adicional al juicio
de base.
En las inferencias de la razón se piensa primero una regla por medio del entendimiento,
se incluye un conocimiento bajo la condición de la regla por medio del juicio y se
determina el conocimiento por medio del predicado de la regla. Al inferir la razón intenta
reducir la variedad del conocimiento del entendimiento al menor número de principios
buscando la suprema unidad entre estos.

C. El uso puro de la razón.

Posteriormente, el autor aborda el problema de el uso de la razón pura, se cuestiona si


contiene principios sintéticos a priori y reglas, y en qué consisten estos principios.
Como primer punto señala que la razón pura, aunque se refiere a los objetos, no se
refiere a ellos ni a su intuición de modo inmediato, sino al entendimiento y sus juicios, los
cuales se dirigen ante todo al objeto de los sentidos y la intuición.
Como segundo punto añade que, se debe buscar lo incondicionado del conocimiento
condicionado del entendimiento, esto solo puede ser un principio de la razón pura si
suponemos que lo condicionado se da a la par de lo incondicionado.
La labor de la dialéctica es examinar si el principio según el cual la serie de condiciones
se extiende hasta lo incondicionado es o no objetivamente correcto para ello la dialéctica se
dividirá en el estudio de los conceptos trascendentes de la razón pura y la segunda parte se
ocupará de los silogismos trascendentes y dialécticos.

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