Está en la página 1de 6

El arte de escribir propuestas de investigación: algunas sugerencias cándidas

para los participantes en las Competencias del Consejo de Investigación en Ciencias


Sociales (Social Science Research Council Competitions)

Adam Przeworski y Frank Salomon


1995 [1988]
www.ssrc.org

Escribir propuestas de investigación para obtener financiamiento es una faceta


peculiar de la cultura académica norteamericana, y como suele pasar con todo lo
“cultural”, sus atributos sólo son percibidos parcialmente por la conciencia pública. La
función explícita de una propuesta es convencer a un comité de académicos de que el
proyecto cuenta con los tres tipos de méritos que son valorados por cualquier disciplina,
a saber: innovación conceptual, rigor metodológico, y un rico contenido sustantivo.
Pero para hacer que estos puntos resalten, un escritor de propuestas necesita conocer
algo de las costumbres, normas y necesidades implícitas que gobiernan el proceso de
selección. Éstas en realidad no son tan arcaicas y rituales como se podría imaginar. En
su mayoría estas consideraciones emergen de los esfuerzos del comité por lidiar, con las
mejores intenciones, con sus propios problemas: incomprensión entre las disciplinas,
exceso de trabajo, y el problema de juzgar equitativamente propuestas que reflejan
diferentes circunstancias académicas y sociales.

Escribir para competir ante un comité es un arte que difiere en gran medida del
trabajo mismo de investigación. Después de largos debates, un comité generalmente
tiene que escoger entre un número de propuestas que poseen las tres virtudes
mencionadas anteriormente. Dados estos elementos en común, la propuesta que obtiene
financiamiento es la que logra reflejar sus méritos con mayor fuerza dado que responde
a las normas y necesidades tácitas así como a las reglas explícitas. El propósito de estas
páginas es proveer a los competidores de becas y fondos del Consejo un inicio más
equitativo través de hacer explicitas algunas de esas asumidas normas y costumbres.

¿Captura la atención del lector?

Mientras que el formato y la organización de la propuesta dependen del gusto


personal, usted debería escoger el formato teniendo en cuenta que cada lector de
propuestas está constantemente buscando respuestas claras para tres preguntas:
- ¿Qué vamos a aprender como resultado del proyecto propuesto que no sepamos
ya?
- ¿Por qué vale la pena adquirir ese conocimiento?
- ¿Cómo vamos a saber que las conclusiones son válidas?

El miembro del comité, quien ha donado voluntariamente su tiempo, debe revisar


una gran pila de propuestas y no tiene tiempo para buscar las respuestas ocultas a estas
interrogantes en cada propuesta. Así, es necesario que diga lo que tiene que decir
inmediatamente, con claridad y fuerza. El primer párrafo, o máximo la primera página,
representa su oportunidad para captar la atención del lector. Úsela. Este es el momento
para enfatizar en lugar de minimizar, su argumento o pregunta. Puede añadir las
condiciones y detalles luego.
Preguntas claramente planteadas ofrecen una forma excelente para empezar una
propuesta: “¿Conducen los sistemas partidistas fuertes a la estabilidad democrática?”
“¿Fue el descenso del crecimiento de la población en Brasil el resultado de políticas de
Estado?” Estas no deben ser preguntas retóricas; su efecto radica, precisamente, en que
las respuestas están muy lejos de ser obvias. Estableciendo su punto central, hipótesis o
interpretación también es una buena forma de empezar: “Los trabajadores no organizan
sindicatos; los sindicatos organizan a los trabajadores”. “El éxito y fracaso de la
revolución de Corazón Aquino se debieron a sus orígenes de clase media.”

Obviamente algunos proyectos son demasiado complejos y algunas


conceptualizaciones demasiado sutiles para ser capturadas en este tipo de mensajes
telegráficos. A veces, es necesario argumentar punto por punto para poder definir el
problema central. Pero así usted adopta esta estrategia, no falle en dejarle al lector algo
que recordar: algún mensaje que se quedará en su memoria después de leer y discutir
por horas y horas muchas otras propuestas. El objetivo es que durante la discusión del
comité se refieran a usted como “Ella es la que afirma que Argentina nunca tuvo una
tradición democrática liberal” y no como “Ah, si, ella es la de Chicago.”

Apunte a la claridad

Recuerde que la mayoría de las propuestas son revisadas por comités


multidisciplinarios. Un lector de otra disciplina que esté estudiando una propuesta
espera encontrar el corazón de la propuesta después de haber revisado sólo la mitad del
texto. Después de todo el lector probablemente aceptó formar parte del comité debido a
un interés por sondear las ideas de otros. Su única recompensa es la posibilidad de que
las propuestas le proveerán un recorrido lúcido por las fronteras de investigación de
distintas disciplinas. No estafe al lector entrando en un análisis aburrido de las
idiosincrasias de su disciplina. Muchas disciplinas tienen una tradición de escribir con
jerga pretenciosa. Usted debe evitar en lo posible el uso de la jerga, y cuando en
realidad necesite utilizar lenguaje técnico, restrinja su uso a palabras nuevas y términos
técnicos que en realidad no tienen un equivalente en el lenguaje común. Además,
mantenga el enfoque en sus ideas centrales. Un arqueólogo debe argumentar sobre los
conceptos latentes en la tipología de la cerámica más que en la tipología misma; un
historiador se debe enfocar en las tendencias latentes en la masa de eventos, y así
sucesivamente. Cuando se necesita material técnico adicional, o cuando el argumento se
refiere a material auxiliar complejo, el ponerlo en apéndices ayuda a descongestionar el
texto principal.

Establezca el contexto

Su propuesta debe decirle al comité no sólo lo que será aprendido como


resultado de su proyecto, sino lo que será aprendido y que nadie más conoce. Es
esencial que la propuesta resuma el estado de conocimiento actual en la materia y que
presente bibliografía actualizada y exhaustiva. Ambos deben ser precisos y sucintos.
No deben reflejar una revisión de toda la literatura sino una visión estrictamente
enfocada en el ámbito o ámbitos de conocimiento a los que usted desea añadir. Los
comités generalmente perciben las bibliografías como un signo de seriedad por parte del
aplicante, y algunos miembros se esforzarán considerablemente en su evaluación. Una
buena bibliografía asegura que el autor hizo suficiente trabajo preparatorio para
asegurarse de que el trabajo complementará y no duplicará los esfuerzos de otros
autores. Muchas propuestas fallan porque sus referencias están incompletas o
desactualizadas. El omitir hasta una sola referencia puede resultar muy costoso si
demuestra su incapacidad de hacer conexiones con trabajos de investigación que son
relevantes para la investigación propia. Escritores de propuestas que tienen pocos
recursos bibliográficos deberían ponerse en contacto con otros colegas y bibliotecas
ubicados en otros lugares, durante las etapas tempranas de planificación de la
investigación. Guías de recursos como “Dissertation Abstracts Internacional”y “Social
Science Periodical Index” son altamente recomendables. Para muchas disciplinas las
revisiones anuales (i.e. “Annual Review of Anthropology”) ofrecen lo último en
discusiones y bibliografías substanciales. Algunas disciplinas tienen revistas enfocadas
en revisión bibliográfica, como por ejemplo “Review of Económic Literature” y
“Contemporary Sociology.” También hay valiosas guías enfocadas en los estudios de
área: “Handbook of Latin American Studies”, “International African Bibliography,” etc.
Familiarizándose con estas fuentes usted puede ahorrarse muchos días de trabajo
investigativo. Búsquedas poderosas de bibliografía pueden ser conducidas en bases de
datos de CD-ROM como el “Social Science Citation Index,” y “Modern Language
Association International Index.” También, bases de datos en línea como CARL y
ERIC, asequibles por medio de bibliotecas o redes pueden incrementar su capacidad de
alcance bibliográfico.

¿Cuál es la relevancia del estudio?

Las normas disciplinarias y gustos personales para justificar las actividades de


investigación difieren grandemente. Algunos académicos se sienten atraídos por los
temas que no han sido estudiados (por ejemplo un historiador puede argumentar que no
se ha escrito ningún libro sobre un evento particular y por lo tanto se necesita uno),
mientras otros autores a veces reflejan que tal vez existe una buena razón por la cual aún
no se han estudiado. Aún así, el hecho de que se conoce menos sobre el caso, período, o
país escogido por usted, que sobre otros similares puede funcionar en su beneficio.
Entre dos proyectos idénticos, suponiendo que uno estudia a Egipto y el otro a Sudan, es
posible que se tienda a preferir el segundo. Citar la importancia de los eventos que
constituyen el objeto de estudio es otra estrategia favorable, y tal vez menos dudosa.
Coyunturas históricas, eventos y rupturas cruciales, personajes centrales, instituciones
fundamentales, y apelaciones similares que justifiquen la importancia del objeto de
estudio son efectivas en ciertos casos, si son argumentadas en lugar de simplemente
afirmadas. Apelar a la importancia actual también puede funcionar: e.j. consolidación
democrática en Sur América, el envejecimiento de la población en países
industrializados, el declive relativo de la hegemonía de los Estados Unidos. Resulta
crucial convencer a los lectores de que estos temas no son simplemente temporales, sino
que su importancia actual ofrece una ventana hacia problemas más perdurables. Para
muchos cientistas sociales, los intereses teóricos explícitos tienen gran mérito. Las
exposiciones teóricas no necesitan remontarse a las bases axiomáticas de la disciplina
(los lectores de las propuestas tendrán un conocimiento interdisciplinario razonable)
sino deben situar el problema local en términos de su relevancia para corrientes teóricas
contemporáneas y, a veces, controversiales. Ayude al lector a comprender dónde el
problema intercepta los principales debates teóricos en el campo y demuestre cómo esta
investigación cuestiona ideas establecidas u ofrece nuevas ideas. Buenas propuestas
demuestran que el autor es consciente de la existencia de puntos de vistas alternativos y
presentan su posición de forma que se relaciona con el campo de investigación de
manera amplia y no desarrollando una tendencia sectaria indiferente a las alternativas.
Use un enfoque fresco

Sorpresas, rompecabezas y contradicciones aparentes pueden persuadir


poderosamente al lector cuyo superego se inclina por un compromiso con la
construcción sistemática de modelos o teorizaciones formales: “Dada su larga tradición
democrática se esperaba que Chile recobrara su democracia antes que otros países en el
Cono Sur, y sin embargo....¿Se debe esto a que estas tradiciones ya estaban extintas para
1973 o a que los supuestos en los que se basa esta predicción son falsos?” “Todos
esperaban que “Un Gran Sindicato” —el slogan del movimiento— convocaría a una
huelga y obtendría aumentos en los salarios de los trabajadores. Sin embargo, la
evidencia estadística demuestra que los grandes sindicatos no hacen huelgas sino que
restringen las demandas salariales de los trabajadores”.

Frecuentemente vale la pena ayudar a los lectores entender cómo la


investigación emerge de la historia intelectual o vida intelectual actual del país o región
que la generó. Los comités del Consejo buscan construir puentes entre una diversidad
inmensa de tradiciones intelectuales tanto nacionales como internacionales, y sus
miembros provienen de distintos países y escuelas de pensamiento. Muchos miembros
de los comités están interesados en el juego entre diversas tradiciones. De hecho, la
posibilidad de evidenciar la creación de historia intelectual es otra de las razones por las
cuales algunas personas aceptan formar parte del comité. Es un motivo al cual las
propuestas pueden apelar legítimamente.

Vale la pena recordar que los temas de relevancia actual, tanto en lo teórico
como lo relacionado al denominado “mundo real” son campos congestionados. Los
competidores serán más numerosos y la competencia menos interesante que en campos
que realmente no han sido explorados. A menos que tenga algo original que aportar,
será aconsejado sabiamente evitar temas típicamente diseñados como de interés central
para la disciplina. Usualmente estos son temas sobre los cuales todos están escribiendo,
y la razón se halla en que alguien más ya ha hecho una contribución decisiva y
excitante. Para el momento en que escriba su propuesta, obtenga fondos, haga la
investigación, y escriba los resultados, usted deseará estar trabajando en algún otro
tema. Así que si su instinto le lleva hacia un problema que se encuentre lejos del
camino que están siguiendo todos los demás, sígalo, no a los demás: nada es más
valioso que un comienzo realmente fresco.

Describa su metodología

Los cánones metodológicos son en gran medida específicos a cada disciplina, y


varían ampliamente dentro de algunas disciplinas, pero dos cosas se pueden decir con
certeza sobre el aspecto metodológico. Primero, la propuesta debe especificar las
operaciones de investigación que se van a realizar y la forma en que se va a
interpretar los resultados de estas operaciones, en términos de su problema
central. NO diga simplemente qué quiere conseguir, diga cómo va a emplear su tiempo
mientras lo consigue. Segundo, una metodología no es simplemente una lista de
actividades de investigación, sino un argumento, como de qué manera estas
actividades ayudarán a “atacar” el problema. Una agenda por sí sola no es suficiente
porque una mera lista de actividades por realizar no prueba que agregarán el mejor
aprovechamiento posible.
Algunas frases popularmente usadas no son capaces para identificar las
operaciones de investigación. Por ejemplo, “observaré la relación entre X y Y,” no es
una frase informativa. Sabemos qué significa cuando un ornitólogo propone observar un
pájaro, pero buscando la relación entre variables es algo que uno sólo hace
indirectamente, a través de operaciones tales como excavando en cajas de archivos
polvorientos, entrevistando, observando y tomando notas estandarizadas, recolectando y
probando patrones estadísticos, etc. ¿Cómo puede substraer las relaciones de fuerzas
implícitas de la masa de experiencia acumulada? El proceso de reunir datos y
moverse de los datos a la interpretación tiende a seguir costumbres disciplinarias, más
estandarizadas en algunos campos que en otros; ayuda a los lectores de otros campos a
reconocer qué partes de su metodología son estándares, y cuáles son innovadoras. Sea
tan específico como pueda ser acerca de las actividades que planea emprender para
recolectar información, acerca de las técnicas que usará para analizarla, y acerca de las
pruebas de validación en las cuales usted confía. Muchas propuestas fallan porque dejan
a los “analistas” que adivinen que es lo que el aplicante realmente quiere o va a hacer.
Díganselo! Especifique los archivos, las fuentes, los “informantes”, y las técnicas de
análisis propuestas.

Un diseño de investigación que propone la comparación entre casos por lo


general tiene una acogida especial. En cierto sentido toda investigación es comparativa
porque debe usar, explícita o implícitamente, algún punto de referencia. Hacer la
comparación explícita eleva su valor como investigación científica. Al evaluar una
propuesta comparativa, los lectores preguntan ¿cuáles son los casos escogidos de tal
manera que sus semejanzas y diferencias iluminen la pregunta central? y ¿está el
proponente en una posición para ejecutar ambos componentes de la comparación?
Cuando las dos respuestas son positivas, la propuesta puede valorarse particularmente
bien.

La propuesta debe probar que el investigador cuenta o coopera con personas que
poseen dominio de todas los aspectos técnicos que el proyecto exige. Por ejemplo, si un
proyecto predominantemente literario incluye una investigación sobre la influencia del
lenguaje Tupián en el Portugués brasileño rural, la propuesta será evaluada por la
experiencia del autor en lingüística y/o lenguajes indígenas, o los arreglos del autor para
que colaboren expertos apropiados.

Especifique sus objetivos

Una propuesta bien compuesta, como una sonata, usualmente termina por aludir
el tema original. ¿Cómo se conectarán finalmente los procedimientos de investigación y
sus productos con la pregunta central? ¿Cómo puede saber si su idea estuvo bien o mal?
En algunas disciplinas este imperativo tradicionalmente significa referirse al canon
estricto de la hipótesis falseable. Mientras se respeta este canon, los miembros del
comité también están abiertos a acercamientos menos formales. Lo que importa es
convencer a los lectores que algo es genuino en el juego de la investigación, que no se
está moviendo de manera tendenciosa hacia un fin preconcebido, y que este tránsito por
lo desconocido, llevará a proposiciones interesantes y ordenadas.

Normalmente las propuestas deben describir el producto final del proyecto: un


artículo, un libro, capítulo, disertación, etc. Si usted tiene planes específicos, usualmente
ayuda si los indica, porque especificando el tipo de publicación en donde usted espera
publicar, o el tipo de gente a la cual usted espera presentar su investigación, ayudará a
los lectores entender lo que de otra manera se vería meramente como características sin
importancia de la propuesta. Mientras planea y bosqueja la propuesta, debe tener en
mente la guía del programa y los procedimientos de aplicación definidos en el folleto
específico del programa del Consejo al que está aplicando. Si usted tiene preguntas
específicas acerca del programa, debería consultar un miembro del mismo. Su propuesta
final debe incluir todos los apéndices y anexos requeridos.

Nota final

Escribir una buena propuesta toma bastante tiempo. Empiece temprano. Empiece
pensando bien acerca de su tópico y haga de esto un hábito para recolectar referencias
mientras usted trabaja en otros asuntos. Escriba un primer borrador por lo menos tres
meses antes, revíselo, enséñelo a sus colegas. Deje que acumule un poco de “polvo”,
recoja los comentarios de sus colegas, revíselo de nuevo. Si tiene oportunidad,
compártalo con un compañero o grupo similar; el debate puede ayudarle a anticipar qué
es lo que los “analistas” podrán pensar eventualmente. Revise el texto de nuevo
sustancialmente. Revise el lenguaje, estilo y forma. Reafine su párrafo de entrada o la
primera página de tal manera que le dirija a lo que usted quiere indicar de la manera
más eficaz posible.

Buena Suerte!
(c.) 1995 (rev.), 1988 Social Science Research Council

También podría gustarte