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RESEÑA DE LA CONTRADICCIÓN DE TESIS

35/2005-PL

TRIBUNAL PLENO DE LA SUPREMA CORTE


DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

“GRATUIDAD EN LA EXPEDICIÓN DE
COPIAS PARA SUBSTANCIAR
UN JUICIO DE AMPARO”
RESEÑA DE LA CONTRADICCIÓN DE TESIS 35/2005-PL

TRIBUNAL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA


NACIÓN

“GRATUIDAD EN LA EXPEDICIÓN DE COPIAS PARA


SUBSTANCIAR UN JUICIO DE AMPARO”

Cronista: Licenciada Nicole Elizabeth Illand Murga

El orden establecido por la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos se rompe no sólo cuando se violan garantías
individuales de los gobernados, sino también cuando los órganos
legislativos emiten normas de carácter general contrarias al texto
constitucional, cuando los poderes y los niveles de gobierno exceden su
esfera de competencia y cuando se violentan los derechos político-
electorales de los ciudadanos.

Con la finalidad de restablecer el orden constitucional en estos


casos, la propia Constitución prevé los llamados medios de control o
defensa constitucional, cuyo objetivo es preservar el orden creado por la
Ley Suprema, entre los que destaca el juicio de amparo.

El juicio de amparo constituye uno de los elementos básicos del


legado histórico de nuestra patria. De orígenes remotos, se gestó y
consolidó en el siglo XIX. En la actualidad ha ido adquiriendo caracteres
cada vez más complejos y técnicos, situación que tal vez no fue la que
quisieron sus precursores, pues en los orígenes de la revolución
mexicana estuvo el ideal de “hacer práctico el juicio de amparo,
simplificando los procedimientos”, como lo propuso el partido liberal
mexicano el primero de julio de mil novecientos seis.

Hoy en día, el juicio de amparo o juicio de garantías supone un


medio de control de la constitucionalidad confiado a órganos

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jurisdiccionales federales que sirve de protección ante la violación de
garantías individuales; de ahí que el acceso al mismo no debe ser
obstaculizado por las autoridades, sino que debe ser un procedimiento
constitucional ágil y gratuito en el que éstas deben facilitar a todos los
ciudadanos el derecho de acceso a la justicia constitucional.

En esa tesitura, diversos Tribunales Colegiados abordaron un


interesante tema que consistió en determinar si las autoridades pueden o
no exigir el pago del costo que implica la expedición de copias
certificadas que se les soliciten para substanciar un juicio de amparo.

Al respecto, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del


Sexto Circuito sostuvo que si bien gramaticalmente, el artículo 3o. de la
Ley de Amparo, que se refiere a que las copias certificadas que al efecto
se expidan para la substanciación de un juicio de garantías no causarán
contribución alguna, no dejaba lugar a dudas en cuanto a la exención al
pago de derechos que fiscalmente pudieran corresponder por la
certificación de copias, ello no significaba que el interesado no debiera
cubrir el costo de la elaboración de esas copias, independientemente del
método que se utilizara para sacar los duplicados.

Por su parte, el Primer Tribunal Colegiado del Décimo Sexto


Circuito estimó que el término “contribuciones” a que se refería el artículo
3o. de la Ley de Amparo, se refería a un gravamen en sentido genérico,
a una carga económica de origen fiscal dirigida con el propósito
específico de costear los gastos que en su momento significaría la
expedición de copias certificadas, establecido para que constituyera un
ingreso a la administración pública, en tanto que la carga económica
necesaria para la obtención de las copias de documentos no prohibida
por el precepto legal en cuestión, no constituía una contribución de
origen fiscal ya que estaba referida a los gastos necesarios para ese fin,
tal como el gasto del papel y otros insumos, etcétera; de ahí que al no
ser tales erogaciones de manera alguna contribuciones, no están

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comprendidas en la proscripción prevista en el mencionado artículo 3o.
de la Ley de Amparo.

El Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Primer Circuito, 1


sostuvo que el hecho de que la autoridad responsable manifestara que la
expedición de copias quedara condicionada a que los solicitantes
hicieran el pago de los derechos legales correspondientes, era contrario
a lo dispuesto en el artículo 3o. de la ley de la materia, toda vez que
conforme a dicho dispositivo, las copias certificadas que se expidan para
la sustanciación del juicio de amparo no causan contribución alguna.

Por su parte, el Quinto Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo


del Primer Circuito señaló que no existía violación al numeral 3o. de la
ley reglamentaria de los artículos 103 y 107 constitucionales cuando la
autoridad responsable acordaba expedir a costa del solicitante las copias
certificadas requeridas de diversas constancias del juicio natural, dado
que ello no debía considerarse como un derecho o contribución, en virtud
de que se trata de una erogación del peticionario tendiente a obtener y a
aportar los elementos de convicción para dilucidar el amparo instado por
él.

El Segundo Tribunal en Materia Civil del Sexto Circuito expuso en


lo esencial, que cuando la autoridad señalada como responsable
acordaba expedir a costa del solicitante copias certificadas requeridas de
diversas constancias, ello no debía considerarse como una contribución,
toda vez que en realidad se trataba de una erogación que correspondía
realizar al mismo peticionario, que cubre el costo del material empleado
para reproducir los originales que le interesan.

El Octavo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer


Circuito sostuvo que el quejoso no tenía obligación de pagar cantidad
alguna por concepto de expedición y certificación de copias, ya que en
términos de los artículos 3o. y 152 de la Ley de Amparo, en el juicio de

1
Actualmente Segundo Tribunal Colegiado en Materias Civil y del Trabajo del Vigésimo Primer
Circuito.

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garantías las copias para su substanciación no pueden causar
contribución alguna, esto es, que se concede a las partes contendientes
el derecho de gratuidad de copias certificadas, ya que la naturaleza
jurídica de este juicio es la de dirimir controversias que deriven de
violaciones a las garantías individuales; por lo cual, en defensa de las
mismas, quienes se consideren afectados deben contar con el mayor
auxilio en el procedimiento instaurado y con el menor número posible de
obstáculos para acreditar las violaciones hechas valer en su demanda.

De esta forma, mientras unos Tribunales Colegiados señalaron


que las copias certificadas que se soliciten por los gobernados a las
autoridades responsables para ofrecerse como pruebas en un juicio de
amparo deben ser pagadas por los solicitantes, otros sostuvieron que las
mismas no generaban contribución alguna y por tanto, no debían ser
pagadas por quienes las solicitaran.

Así, ante la diversidad de criterios de estos órganos colegiados,


se denunció la posible contradicción de tesis ante la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.

En fecha tres de octubre de dos mil cinco, el Presidente de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó formar y registrar dicha
contradicción de tesis, a la que le correspondió el número 35/2005-PS,
así como solicitar a los Tribunales Colegiados los expedientes relativos
en los que se sustentaron los criterios en oposición.

Seguidos los trámites legales, el veintinueve de noviembre de dos


mil cinco, se turnaron los autos a la ponencia del señor Ministro Juan
N. Silva Meza, para la formulación del proyecto correspondiente.

El tema de este asunto consistió en determinar si las autoridades


pueden o no exigir el pago del costo que implica la expedición de copias
certificadas que se les soliciten para la sustanciación de un juicio de
amparo.

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El veintinueve de marzo de dos mil siete, se sometió a discusión
de los señores Ministros integrantes del Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación el proyecto de resolución.

En el mismo se propuso que si bien el artículo 3o. de la Ley de


Amparo establece que las copias certificadas que se expidan para la
substanciación de un juicio de garantías no causarán contribución
alguna, lo cierto era que el costo de las mencionadas copias no tenía el
carácter de una contribución, es decir, no era un ingreso fiscal ordinario
del Estado destinado al financiamiento de la Federación, Estados o
Municipios, sino que el costo derivaba específicamente de los gastos
necesarios para su obtención, como era el precio del papel; de ahí que
esta erogación debiera correr a cargo del solicitante de las copias y no
de la autoridad que las expide.

En la discusión de esta propuesta, los señores Ministros


expresaron, esencialmente, lo siguiente:

El señor Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano manifestó


su conformidad con el sentido del proyecto de resolución y precisó que la
Ley de Amparo no establece que las copias sean gratuitas, sino que lo
reglamentado era que por la certificación de las mismas no se paguen
contribuciones, además de que las copias tienen un costo y en muchas
ocasiones la parte afectada abusa al solicitar más reproducciones de los
documentos originales de las que son estrictamente necesarias.

Luego, intervino el señor Ministro José Ramón Cossío Díaz,


quien adujo estar en contra del proyecto de resolución toda vez que para
él no debía correr a cargo del quejoso el pago de las copias certificadas,
ya que debía atenderse a la condición genérica de gratuidad de la
justicia, es decir, al sentido y visión garantista del juicio de amparo.

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En el mismo sentido opinó la señora Ministra Margarita Beatriz
Luna Ramos al señalar que no debía pagarse ningún monto por la
expedición de las copias certificadas para la sustanciación del juicio de
garantías, y señaló que si en dado caso la parte quejosa fuera un núcleo
de población ejidal o comunal, ya no iban a poder probar por el hecho de
no haber pagado las copias certificadas que en un momento dado
necesitaran para allegarlas al juicio de amparo o para presentarlas en el
recurso de revisión.

También intervino la señora Ministra Olga María del Carmen


Sánchez Cordero de García Villegas para expresar que no compartía
la propuesta del proyecto, pues en su opinión, no se tomaba en
consideración la naturaleza del juicio de amparo como un procedimiento
constitucional ágil y gratuito en el que se impone a las autoridades
responsables o no, la obligación de facilitar los trámites del amparo.

Precisó que la interpretación que se proponía del artículo 3o. de


la Ley de Amparo era contraria a los principios de gratuidad de los
trámites del juicio constitucional y de vinculación, pues exigir el cobro de
las copias necesarias para substanciar un juicio de amparo sería hacer
nugatorio a ciertos ciudadanos, el derecho de acceso a la justicia
constitucional.

Posteriormente opinó el señor Ministro Presidente Guillermo I.


Ortiz Mayagoitia en el sentido de que no compartía el sentido del
proyecto de resolución, ya que en el mismo se atendía únicamente a la
literalidad del artículo 3o. de la Ley de Amparo, siendo que había otras
posibilidades de interpretación.

Mencionó que anteriormente la Segunda Sala del Máximo


Tribunal del país sustentó el criterio de que el cobro de copias para
integrar el recurso de apelación con efectos devolutivos en materia civil
violaba el artículo 17 constitucional, porque la administración de justicia
siempre es gratuita e indicó que esta conclusión podía alcanzar al

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numeral 3o. de la citada Ley de Amparo, máxime que se trataba de una
jurisdicción constitucional que tiene como fin específico la tutela de
garantías individuales.

Además, sostuvo que de hacerse la interpretación restrictiva que


se proponía en el proyecto de resolución, se podría generar un trato
desigual entre los justiciables, frente a situaciones esencialmente
iguales.

Por su parte, el señor Ministro Mariano Azuela Güitrón destacó


que en el caso de personas necesitadas para quienes que simplemente
pagar las copias certificadas representa un gasto elevado, se les estaría
bloqueando el medio extraordinario de defensa que es el juicio de
amparo.

Finalmente, el Ministro ponente Juan N. Silva Meza señaló que


atento a los argumentos vertidos en el debate, los cuales compartió,
cambiaría el sentido del proyecto. Asimismo, el señor Ministro Aguirre
Anguiano manifestó su conformidad con esta nueva propuesta.

Así las cosas, por unanimidad de votos se aprobó el proyecto


modificado y de esta manera se determinó que el derecho fundamental
de tutela judicial efectiva contenido en el artículo 17 constitucional
comprende, entre otros, los subprincipios de acceso a la tutela
jurisdiccional, abolición de las costas judiciales y gratuidad de la justicia,
que consisten en la obligación del Estado mexicano de garantizar que
todas las personas que lo requieran puedan someter sus conflictos ante
los tribunales en condiciones de equidad y en que el gobernado no debe
pagar por la administración de justicia, pues dicho servicio es gratuito.

Tales principios, se dijo, cobran plena aplicación respecto de la


expedición de copias certificadas a cargo de las autoridades, necesarias
para la sustanciación del juicio de garantías, en razón de que el artículo
3o. de la Ley de Amparo establece una condición genérica de gratuidad,

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que no solamente implica la abolición de las costas, sino que se amplía
como una prohibición del cobro por la expedición de las copias referidas,
incluso por concepto de los materiales necesarios para su reproducción,
a condición, desde luego, de que efectivamente sean trascendentes en el
amparo respectivo; por tanto, la expedición de las indicadas copias
certificadas por parte de las autoridades debe ser completamente
gratuita.

Este criterio se plasmó en la tesis de jurisprudencia de rubro:


COPIAS CERTIFICADAS PARA LA SUSTANCIACIÓN DEL JUICIO DE
AMPARO. EL COSTO DE SU EXPEDICIÓN NO CORRE A CARGO DEL
QUEJOSO. 2

2
Jurisprudencia P./J. 37/2008, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XXVII, Junio de 2008, página 5.

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