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Esta academia se llevó a cabo con la elección de los mejores pilotos de la marina
para ser instructores, haciendo simulacros de un combate y una vez terminado el
ejercicio, se les preguntaba a los estudiantes: ¿Qué sintió usted cuando estaba allá
arriba? ¿Qué acciones emprendió? ¿Por qué decidió hacer eso? ¿Cuáles fueron sus
errores? ¿Qué podría haber hecho de manera distinta? En caso necesario los
instructores podían echar mano de las filmaciones de los enfrentamientos y señalar
lo que exactamente había ocurrido. Y tanto durante ese interrogatorio como después,
los instructores hacían sugerencias a los alumnos acerca de que podían hacer de
manera distinta, qué debían esperar y qué habían de pensar en diversas situaciones.
Los resultados de esta instrucción fueron espectaculares, cada vez que los pilotos de
la marina entraban en contacto con el enemigo derribaban uno de sus aviones.
El autor escribe que, aunque no hay demasiados ámbitos en los que el precio de un
mal nivel de ejecución sea la muerte o un campo de prisioneros, sí los hay en los que
el coste de los errores puede resultar inaceptablemente elevado, como por ejemplo
en medicina, los médicos no están en riesgo, pero la vida de los pacientes sí, y en el
mundo empresarial un error puede costar dinero, tiempo o futuras oportunidades.
También dice que nunca es fácil diseñar un programa de entrenamiento eficaz, ya
sea para pilotos, cirujanos o gerentes de empresa, debido a que se debe conocer el
error con exactitud, buscar estrategias para llevar una mejora a cabo y que ese
mecanismo resulte el correcto.
Con esto se puede resumir que, si seguimos los principios de la práctica deliberada,
podemos desarrollar diferentes formas de identificar a los ejecutantes que más
sobresalgan en una disciplina y entrenar a los que estén menos dotados para
acercarlos más a ese nivel superior. Si realizamos esto es muy probable que se
eleve el nivel de ejecución de toda una organización o profesión.
Este capítulo me deja una gran enseñanza con respecto a las radiografías, pues los
médicos hacían el dictamen de lo que veían en las imágenes, pero muy pocas veces
conocían el verdadero avance del caso, y esto lo hacían sin darse cuenta de cuanto
acertaban a los distintos problemas que presentaba el paciente.
Entonces, ya sea para derribar aviones enemigos o para interpretar radiografías, es
su énfasis en el hacer. Lo esencial es lo que se es capaz de hacer, no lo que se
sabe, aunque se entiende que hay que saber ciertas cosas para poder hacer el
trabajo. Esta diferencia entre conocimientos y destrezas marca la diferencia entre las
formas tradicionales de adquirir una habilidad y el enfoque de la práctica deliberada.
Capítulo 6
Principios de la práctica deliberada en la vida cotidiana
capítulo en que el autor nos cuenta la historia de Dan, una persona que había
estado leyendo acerca de sus estudios sobre la práctica deliberada en diversas
publicaciones, y quería aplicarla a sus esfuerzos por convertirse en golfista
profesional. Dan nunca había jugado, es mas dejó su trabajo de fotógrafo comercial y
paso seis años aprendiendo a jugar golf. En una entrevista le preguntaron ¿por qué
lo hacía?, él respondió ; “ quería demostrar que todo es posible si hay la disposición
de dedicarle tiempo”.
Como primer (1) pasó buscamos un buen entrenador, que tenga experiencia en la
disciplina y que tenga destreza para enseñar. Resaltando que una de las cosas más
importantes es ayudar a desarrollar representaciones mentales para que se pueda
supervisar y corregir por cuenta propia.
El en cuarto (4) paso se hace superior el estancamiento en caso de que ocurra, ese
es el mayor motivo por el que gente de todos ámbitos deja de progresar. La mejor
manera de superarla es planteando nuevos desafíos al cerebro o al cuerpo.
Teniendo en cuenta que la fe es importante también, creer en uno mismo, los
pensamientos positivos, la buena energía y el ánimo hace parte de seguir adelante.
Si no existe una mentalidad de afrontar retos o superar obstáculos es casi imposible
salir de esta fase, es por esto que la disposición va de la mano con el cumplimiento
de metas, para trazar objetivos y lograrlos se necesita de actitud.
Por quinto (5) y último paso mantener la motivación. Uno de los mejores consejos es
la organización, de manera que se vea en todo momento signos concretos de
mejora, aunque no siempre sean mejoras importantes. Se puede desmenuzar el
largo trayecto en una serie razonable de objetivos y abordarlos uno a uno, incluso
concediendo una pequeña recompensa cada vez que se logre una meta.
Por otro lado, la práctica deliberada es esencialmente una actividad solitaria y gran
parte del progreso depende de ella, pero se puede reunir a un grupo de individuos
con ideas afines para recibir apoyo o aliento si es necesario. Esta técnica puede
utilizarse en cualquier ámbito, como motivación extra para alcanzar lo propuesto.
Dando a conocer como ejemplo el sueño de Dan, que se cumplió tras conocer la
práctica deliberada. Entonces, si existe un camino para materializar ese sueño, luego
de todas las historias e investigaciones se demuestra que hay razones. La práctica
deliberada puede abrir la puerta a un mundo de posibilidades que tal vez se creían
fuera de alcance.
Capítulo 7
El camino hacia lo extraordinario
En resumen, el salir adelante con cada una de las metas solo lo pueden materializar
aquellas personas que trabajen en la delgada línea de lo conocido y lo que está a
nuestro y a lo posible, no aquellas personas que no han puesto ningún esfuerzo para
llegar a el límite en el ámbito al que desean llegar, así que debemos asesorarnos con
un profesional que nos ayude a progresar y así estar más cerca del límite.
Capítulo 8
Pero ¿qué hay del talento natural?
El texto propone que los estudios que el que ha realizado sobre expertos apuntan a
varias teorías sobre por qué algunas personas desarrollan mayores destrezas que
otras en área específica, y la práctica deliberada es la protagonista. Se debe separar
el mito de la realidad, el talento y el entrenamiento en desarrollo hace la habilidad
extraordinaria.
El texto relata varios casos como Morzat, la magia de Paganini, el saltador de altura
mágica, entre otros, pero en todos se llega a la misma conclusión y es que nunca se
ha encontrado un caso realmente convincente de alguien que desarrolle grandes
habilidades sin una práctica intensa y prologada. Siempre hay dos preguntas para
entender la experticia y son: ¿cuál es la naturaleza exacta de la habilidad? Y ¿qué
clase de entrenamiento la ha hecho posible? La gente no deja de aprender y mejorar
porque haya alcanzado un límite innato de rendimiento, sino porque, por alguna
razón, ha dejado de practicar o ni siquiera ha empezado a hacerlo. Entonces se
descubre al final que una habilidad extraordinaria son producto de mucha práctica y
entrenamiento.
Se puede considerar a lo largo de la lectura que las características innatas pueden
influir en el rendimiento de quienes están aprendiendo una nueva habilidad, pero la
efectividad del entrenamiento es más importante a la hora de determinar quién
sobresale entre todos los que han trabajado para desarrollarla, la capacidad natural
del cuerpo y la mente para adaptarse a los desafíos supera cualquier diferencia
genética que al principio pueda otorgar ventaja a algunas personas.
Existe un motivo para subrayar el papel de la práctica por encima de las diferencias
innatas, y es el peligro de la profecía condenada a cumplirse.
Cuando la gente da por sentado que el talento tiene un papel importante e incluso
determinante en lo buena que puede ser una persona en una actividad, esa
suposición lleva a varias decisiones y acciones.
Si se da por hecho de que la gente sin un don nato nunca sería buena en algo,
entonces a los niños que no destacan inmediatamente se los anima a probar otra
cosa. Los torpes son apartados del deporte, a los que no pueden entonar bien una
melodía se les dice que no lo intenten con la música, y a los que no se sienten bien
con los números se les dice que no se les dan bien las matemáticas. Y como se
esperaría, las predicciones se hacen realidad, la niña a la que le dijeron que se
olvidara del deporte nunca golpea bien una pelota, el niño al que aseguraron que no
tenía oído jamás aprende a tocar un instrumento o a cantar bien, y los niños a los
que se les dijo que no eran buenos en matemáticas llegan a creérselo. La profecía
acaba cumpliéndose.
En cambio, los niños que recibieron elogios, más atención y más apoyo de
profesores, entrenadores o padres acaban desarrollando mucho más sus habilidades
que aquellos a los que nunca se les dijo que lo intentaran, lo cual convence a todo el
mundo de que las predicciones iniciales eran las correctas y para el escritor ese es el
lado oscuro de la creencia en el talento innato.
Capítulo 9
¿Y ahora qué?
Por esto , se tiene que empezar desde ahora a desarrollar mejores técnicas de
formación, basadas en el principio de la práctica deliberada y dirigidos a crear
representaciones mentales más efectivas, que no solo ayuden a mejorar las
destrezas, sino que se puedan tomar las riendas del propio potencial.