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El SIDA, que hace sentir a las personas enfermas antes de estarlo para muchos significa una muerte social anterior
a la muerte física motivo revisar las categorías filosóficas intrínsecas en esta enfermedad, la ética, el derecho y la
política confluyen en tres aspectos que constituyen los principales problemas en diferentes latitudes; la
discriminación de las personas infectadas, con la confidencialidad del diagnóstico y el ejercicio de los poderes
coercitivos del estado para limitar la propagación de la enfermedad. La complejidad de la infección por el VIH, su
evolución y las situaciones sociales, clínicas y anímicas que afronta el paciente hace imprescindible una
aproximación global y multidisciplinaria, sin la cual cualquier plan de tratamiento y control está abocado al fracaso.
ABSTRACT.
AIDS makes people feel sick before they are; for many people it means a social death preceding the physical one.
Die to this; different philosophical categories were revised in relation to this disease. Ethics, civil right and polities
agree in three aspects that represent the fundamental matters in all latitudes such as, the discrimination of those
infected, the confidentiality of the diagnosis and the application of state coercive methods to stop the spread of
disease. The complexity of VIH, its evolutions and social, clinical and the patient’s emotional situations, require a
global and multidisciplinary approximation vital for any plan treatment or control instead of failure.
INTRODUCCIÓN.
DESARROLLO.
En realidad el control de la epidemia alcanzada en Cuba, las condiciones de vida y atención médico social que
gratuitamente reciben nuestros pacientes en los sanatorios, la prolongación de un promedio de vida después de
diagnosticados gracias a la atención sanatorial y la estrategia recientemente adoptada de establecer el sistema de
atención ambulatorio, para aquellos pacientes que no entrañan riesgos para la sociedad han hecho modificar estos
criterios.
Al comparar nuestro programa y el pronóstico sombrío de muchos países, sobre todo de aquellos pertenecientes al
tercer mundo, dígase África donde el comportamiento de la epidemia hace pronosticar la desaparición de
poblaciones enteras, esta se inclina a favor del mantenimiento del programa cubano y su extensión al resto del
mundo, anhelo que es imposible materializar por la magnitud de la pandemia y la falta de voluntad política de sus
gobiernos para emprender un programa similar que por demás, sería en extremo costoso.
En un contexto internacional marcado por su reducción de la Ayuda Pública al Desarrollo (APD), lo cierto es que las
instituciones que limitan sus ambiciones, razonan en términos de costo y no en eficacia olvidando la dimensión ética
del problema en provecho de un mero cálculo económico. Existen tres cuestionamientos dado la disminución de la
Ayuda Pública al Desarrollo:
En estos pacientes las demandas específicas de atención médica se produce mayoritariamente en tres momentos
evolutivos:
Recientemente, el uso de terapias antiretrovirales combinadas está modificando muy favorablemente el curso de la
enfermedad, reduciendo las necesidades de hospitalización mejorando calidad de vida y el pronóstico.
El personal que asiste a los pacientes infectados por el SIDA constituye un grupo de riesgo para el síndrome de
Burn – Out.
Las actuaciones de las unidades del dolor y de los equipos de cuidados paliativos se han hecho indispensables en
la atención a enfermos crónicos. ¿Existe algo de diferencia entre estos pacientes con SIDA y otra enfermedad en
este estadio?, ¿Cómo se llega a una relación médico – paciente favorable?
De que manera es aplicable - si es que lo es – a los profesionales sanitarios la exigencia de sentirnos seropositivos,
como condición indispensable para facilitar el acercamiento y apoyo a estos pacientes. La asesoría representa
grandes retos para el médico, ya que, muchos de los enfermos ingresan en la relación entre médico y pacientes con
considerable angustia emocional y numerosas situaciones agravantes que pueden incluir aspectos de la orientación
sexual, la necesidad de disminuir el riesgo. El médico debe encontrarse preparado para abordar estos temas con
conocimientos y compasión sin emitir juicios a cerca de su contenido.
El éxito de las mejores intervenciones médicas se obtiene cuando las personas infectadas han recibido una asesoría
cuidadosa con respecto a beneficios posibles, costos y adquisición.
El paciente bien informado es un aliado poderoso para franquear las decisiones terapéuticas difíciles.
En la actualidad, nadie pone en duda que el médico de la familia debe ocuparse de pacientes con VIH, sino que la
enfermedad por VIH puede considerarse como el mejor paradigma de lo que es o debe ser la atención primaria ante
un problema de salud.
CONCLUSIONES.
1. Se hace necesario aumentar las investigaciones perfiladas hacia los temas sociales y humanos que
reconceptualicen el proceso salud – enfermedad desde una óptica de integración biopsicosocial con una actitud
crítica y receptiva que permita vincular el pensamiento socio – filosófico con los problemas prácticos y no
exclusivamente biomédicos como única vía de lograr el entendimiento y la comprensión de los comportamientos así
como las estrategias a seguir.
2. Con los adelantos y conocimientos científicos de que disponemos resulta posible detener su propagación e
impedir que continúen incrementándose intencionalmente las nefastas consecuencias del SIDA, no debe hablarse
de grupos de riesgo, sino de conductas de riesgo.
3. La atención al paciente con SIDA incluido el apoyo psicosocial por el médico de la comunidad se considera el
mejor paradigma de lo que es o debe ser la atención primaria ante un problema de salud.
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