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Cómo leer un libro en la universidad

Skimming y Scanning
Se suele pensar que la lectura de un texto siempre debe realizarse de izquierda
a derecha y de arriba hacia abajo página por página. Sin embargo, una manera
de hacer un primer ingreso a ese libro que nos atemoriza corresponde a
lecturas en otro orden y más superficiales, pero no por eso menos efectivas en
principio. Sobre todo, si se trata de manuales, estos tienen una estructura —por
ejemplo, de capítulos— y una serie de orientadores —como el uso de títulos,
negrita, gráficos, recuadros— que permiten y facilitan una primera revisión
somera que puede dar una idea general sobre su contenido.

Así, la lectura de skimming, como se la conoce en inglés, consiste en hojear el


texto completo, pasando página por página o saltándose páginas, atendiendo a
los párrafos iniciales y finales de cada sección de manera de entender de modo
más o menos global de qué va el texto, tal como cuando uno hojea un libro en
la librería para ver si te interesa y lo quieres comprar.

La lectura de scanning, por su parte, es aquella en que buscamos una


información específica, como un dato, una cifra, un gráfico, una fecha, el
nombre de una autora dentro del texto.

Líneas, entre líneas, tras las líneas

El especialista español en lectura académica o universitaria Daniel Cassany ha


ocupado a menudo una metáfora para referirse a tres habilidades lectoras que
siempre debemos desplegar para entender bien lo que leemos. La primera es
la habilidad de leer las líneas, esto es el contenido explícito del texto. A esto
se le denomina también lectura de localización y considera lo que el texto dice
de manera directa. Corresponde a todo aquello que se podría subrayar: fechas,
datos, nombres, afirmaciones. La lectura de las líneas permite detectar la
información relevante del libro que merece ser recordada.

La segunda habilidad es más alusiva, consiste en leer entre líneas, esto


es, todo aquello que el texto no dice directamente (no se puede subrayar), sino
que insinúa o que se infiere. Por eso a esta habilidad se le suele llamar
interpretativa o inferencial y ocurre, en particular, en textos de carácter literario,
como novelas o poemas. Hemingway llamaba a esto el iceberg, porque lo
explícito o las líneas era lo que el texto decía, pero había, tal como en los
icebergs de la naturaleza, un 90% de su contenido que se hallaba bajo la línea
del agua, oculto, secreto. Leer entre líneas supone, a menudo información que
uno mismo agrega para entender lo que se dice. Si, tomando un ejemplo de la
psicolingüística, uno lee un pequeño relato que dice: "La actriz cayó del
segundo piso. Hoy le llevamos chocolates al hospital", uno debe entender que
la actriz sufrió algún tipo de daño (contusiones, fracturas), pero que sobrevivió
y por eso está en la clínica. Esto último no puede ser subrayado en el texto
porque debe inferirse.

https://www.latercera.com/practico/noticia/ocio-productividad-era-
digital/845264/

Por último, existe una habilidad de lectura que corresponde a leer tras las
líneas, que se denomina también como lectura evaluativa. En ella vamos más
allá del texto, a la relación de ese texto con otros textos, con la experiencia, y
con el mundo. Considera poner el texto en contexto. ¿Con qué otros textos
este texto dialoga o conversa? ¿Hay algún otro autor que trata los mismos
temas? ¿Qué es lo que tiene en mente como propósito quién escribe? Por
ejemplo, cuando se lee El Aleph de Borges, hay que considerar que este
cuento es una respuesta al Canto general de Neruda, y ahí aparecen nuevos
elementos para comprender. Leer tras las líneas supone integrar lo que
estamos leyendo con otras lecturas y, en el fondo, armarse una biblioteca
ordenada en la mente de las diferentes lecturas que realizamos en la
universidad.

Haciendo fichas

Todas las técnicas o habilidades mencionadas no pueden quedar solo en la


mente de la universitaria o el universitario, deben llevar a escribir sus propios
textos. Por eso, para concluir el proceso, es sumamente útil elaborar fichas de
lectura. Esto se puede hacer simplemente en un Word, o en las mismas
fotocopias del libro leído. Si bien las fichas son siempre muy personales, en
ellas al menos deberían encontrarse elementos como los siguientes [el detalle
de estos elementos está extraído de materiales preparados por profesores
universitarios chilenos y circula en apuntes de clases en varios centros de
educación superior]:

1) La referencia bibliográfica del texto (en APA, en MLA, en Chicago o en


otro sistema de citación)

Si uno está haciendo la ficha sobre las fotocopias, esta referencia se pone en la
primera página, no vaya a ser que volvemos a ese texto diez años más tarde y
no tenemos idea de dónde viene.

2) Contextualización

El problema central del texto o el contenido central que expone suelen estar
enmarcados en un tipo de discusión específica. Por ejemplo, una definición de
un concepto. Delimitar ese marco general.
https://www.latercera.com/practico/noticia/mirar-obra-de-arte-y-no-
perderse/824992/

3) Principales propuestas

Sintetizar o esquematizar los principales contenidos o tesis que el(los) autor(es)


proponga(n) o defienda(n) a través del texto. Por lo general se puede encontrar
una idea central esquematizable en varias ideas que la constituyen.

4) Cuestionamientos planteados por el texto

En gran parte de los textos, para llegar a presentar tesis o conceptos nuevos se
muestran debilidades de teorías anteriores, vacíos o contradicciones que la
propuesta intenta solucionar. Estos cuestionamientos forman parte del
razonamiento detrás de la teoría.

https://www.latercera.com/practico/noticia/apreciar-arte-urbano-en-
santiago/812819/

5) Citas

Es útil fichar algunas citas textuales para comentarlas y ubicarlas con mayor
facilidad. Muy pertinente para elaborar marcos teóricos, ensayos o
exposiciones. En el caso de las fichas hechas sobre fotocopias, esto se hace
subrayando con un destacador (ojalá en más de un color, para diferentes tipos
de citas).

6) Preguntas de lectura

Esta parte es fundamental, porque revela los diálogos que como lector se
puede establecer con los textos (y nos obliga a establecerlos). Se trata de
exponer las preguntas de lectura (ya sean cuestionamientos a la propuesta o
preguntas que busquen esclarecer elementos que hayan resultado de difícil
comprensión); así como también relacionar las lecturas con otras propuestas
teóricas.

7) Resumen

Síntesis de las principales ideas expuestas a lo largo del texto.

https://www.latercera.com/practico/noticia/entender-la-gentrificacion/797169/
Cuando se opera de esta manera sucede una magia: ¡se está escribiendo al
mismo tiempo que leyendo! Así, cuando uno debe escribir el trabajo final del
curso o la temida tesis ya tiene el escrito avanzado y muchas veces uno lo que
debe hacer es migrar (o hacer copy & paste) desde sus fichas para avanzar en
la escritura. Algo que ayuda a superar el trauma de la página en blanco.

Sobre el autor: Doctor en Lingüística, Investigador del Centro de Estudios


Cognitivos de la Universidad de Chile y autor de The Libro y Clásicos AM:
historia de la balada romántica latinoamericana.

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