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SEMANA 2

CARTA A UNA APRENDIZ DE EPISTEMOLOGÍA


POR MARIO BUNGE

Posible futura colega:


Me cuenta usted que está por ingresar en una universidad y le interesa la Filosofía de la
Ciencia (epistemología) y me pregunta qué debiera hacer para convertirse en una buena
epistemóloga.
Después de haber pensado durante cuarenta años en este problema, he elaborado la
siguiente receta para formar epistemólogos:
1. Consígase una familia que le asegure una capacidad innata para hacer trabajo intelectual
intenso y variado, continuado y prolongado, así como profundo y original. Y ahora va en
serio: cerciórese que es capaz de realizar trabajo intelectual productivo, y ello la única
manera posible es intentándolo. Aborde problemas intelectuales difíciles aunque no
imposibles para su nivel actual y haga esfuerzos sostenidos por resolverlos. Examine los
resultados de su esfuerzo y asegúrese de que esta clase de trabajo le gusta más que
cualquier otra. Además, pida que le critiquen y comenten sus ensayos. Pero no se
descorazone si la crítica es adversa: todo comienzo es inseguro.
2. Asista a buenas Escuelas rodéese de gente inteligente y productiva, con intereses
amplios, así como de profesiones y edades diversas. (Una mala Escuela puede enseñar
malos hábitos intelectuales, limitar vocaciones auténticas, o dar una seguridad injustificada.
Y amigos superficiales o improductivos pueden lograr los mismos malos efectos,). Rodéese
de buenos libros y buenas revistas. Sea omnívora pero no trague todo lo que está a su
alcance: seleccione.
3. Estudie a fondo una ciencia o tecnología. Escoja una ciencia o tecnología que haya
alcanzado madurez teórica o esté en vías de alcanzarla. Esto la pondrá en contacto con
problemas filosóficos interesantes y difíciles, y la obligará a estudiar Matemática, el
lenguaje de toda ciencia madura. Pero, a menos que crea sentir una vocación irresistible por
la Física o la Química. No escoja ninguna de éstas, porque hoy día se necesita una decena
de años de arduos estudios universitarios para llegar a la frontera de la Física o la Química.
Escoja más bien una ciencia en desarrollo, de frontera más cercana, tal como la Biología
Molecular, la Biología Matemática, la Bioingeniería, la Psicobiología, la Sociología
Matemática, la Investigación Operativa, o la Administración Científica de Empresas. Si lo
hace podrá usted llegar con relativa rapidez a la frontera y podrá abordar problemas
científicos y epistemológicos tan apasionantes como descuidados.
4. No se contente con leer o asistir a algunos cursos, siga estudios formales intensivos,
sométase a exámenes y, en general, cumpla los requisitos para obtener el Título de
Licenciada en una ciencia pura o aplicada. Ni se contente con esto, emprenda cuanto antes
investigaciones científicas, primero con ayuda, luego por sí misma. De lo contrario se verá
forzada a consumir, y más tarde a vender, productos acerca de cuya manufactura no tendrá
la más pálida idea. Así como para escribir buenos poemas de amor es menester amar, para
filosofar bien sobre la investigación científica es preciso haberla hecho. Los filósofos que
jamás la han hecho suelen trazar caricaturas de ella, al modo de los cartógrafos medievales,
que jamás se habían movido de su región natal, dibujaban mapas imaginarios de comarcas
lejanas. Todo esto implica que no le bastará una licenciatura en ciencias: apunte a una
Maestría y, luego, a un Doctorado. Ni siquiera esto le bastará: convendrá que siga toda la
vida activa en ciencias, aunque sólo sea enseñándolas, para no perder de vista el objeto
mismo de su filosofía. El epistemólogo no debiera ser un científico fracasado ni un
filósofo descarriado, sino un filósofo que ha tenido éxito en la ciencia pero se ha sentido
más atraído por los problemas filosóficos que ésta suscita que por los problemas científicos
particulares.
5. Especialícese en una ciencia o tecnología determinada sin descuidar las demás
disciplinas científicas. Manténgase al tanto, aunque sea a distancia, de lo que acontece en
todas las ciencias si quiere hacer Filosofía de la Ciencia en general y no tan sólo de su
especialidad. Para esto visite laboratorios, asista a coloquios, lea literatura de alta
divulgación. Recuerde que la Ciencia es un gran sistema formado por subsistemas que se
nutren y controlan mutuamente. Y recuerde que las divisiones del trabajo intelectual son
ignoradas por el mundo exterior.
6. Estudie Filosofía por su cuenta al mismo tiempo que estudia ciencia o tecnología, y ello
aun con riesgo de que sus estudios científicos marchen con alguna lentitud. Para esto tendrá
que programar cuidadosamente su estudio independiente de la Filosofía. (Si se dedica por
entero a la Ciencia, dejando a la Filosofía para más adelante, podrá perder su interés actual
por la segunda. Y si se dedica desde el comienzo exclusivamente a la Filosofía; acaso
llegue demasiado tarde a la Ciencia. Al que logra lo más difícil poco le cuesta lo menos.)
7. Introdúzcase a la Filosofía por vía histórica o por la puerta de la Lógica. Según su
disposición actual, pero no descuide ninguno de los dos polos. Siga los pasos de los buenos
filósofos antiguos, medievales, modernos y contemporáneos. Lea algunas de sus obras.
(Lea los clásicos en buenas traducciones, No pierda el tiempo aprendiendo lenguas clásicas,
ya que lo que necesita para aprender el lenguaje universal de las ciencias es la
Matemática.).
Dedique un par de años a los estudios históricos, pero trate de conservar toda la vida el
trato amistoso con los gigantes del pasado. Y dedique otro tanto al estudio de la Lógica
Matemática y de sus aplicaciones al análisis de las ideas científicas y filosóficas. Este
estudio de la lógica no le inspirará acaso ideas originales pero le ahorrará más de una
falacia, le acostumbrará a la claridad y el rigor, y le ayudará a ordenar sus pensamientos.
Una vez llena de las herramientas históricas y lógicas mencionadas, destine un año a
estudiar filosofía general de la ciencia así como la filosofía de la ciencia de su especialidad.
(En realidad, puesto que el asunto le interesa ya ahora, usted habrá estado haciendo de
contrabando lecturas epistemológicas durante todo el periodo anterior. Tanto mejor. No hay
como una pizca de desorden añadida a una vida por demás ordenada para realzar su
interés.). Finalmente, dedique el último año a la Semántica, la Ontología y la Ética de la
Ciencia. Si completa usted este programa estará en condiciones de pasar al nivel siguiente,
que es el de la investigación original.
8. No se limite a estudiar libros: consulte revistas y escriba, escriba incansablemente, desde
meras fichas de datos hasta ensayos de diversa longitud. Y no guarde estos ensayos como
si fuesen cartas de amor: enséñeselos a sus compañeros, amigos y profesores. Discútalos en
grupo. Forme un pequeño Círculo Epistemológico compuesto por gente de formaciones
dispares pero unidas por el interés de la Epistemología. De esta manera podrá intercambiar
informaciones y críticas, así como recibir y dar consejos y estímulos. Ya pasó la época del
filósofo solitario que no salía de su aislamiento sino para montar a una Cátedra desde la que
pronunciaba frases oraculares sin intentar jamás interactuar con sus colegas y alumnos. El
filósofo moderno se comporta al modo del científico: no sólo estudia y escribe por su
cuenta, sino que también discute activamente con alumnos y colegas de las más diversas
disciplinas. La búsqueda de la verdad, sea filosófica o científica, es una empresa social,
no una aventura solitaria.
9. Busque y ejerza la crítica pero no se deje aplastar por ella ni la ejerza por mero placer.
Ejérzala con moderación y con ánimo de contribuir al avance de los conocimientos más que
para sobresalir o para vengarse. Recuerde que la crítica destruye el error pero también
puede matar la verdad. Recuerde que la mayoría de las personas ven con desconfianza las
ideas nuevas y recuerde que, sea o no justificada, la crítica no sustituye a la creación.
10. Comience por abordar problemas modestos pero apunte a problemas ambiciosos. La
modestia inicial es necesaria por la escasez de conocimientos, pero no es cosa de pasarse la
vida en el Jardín de Infantes. No es lo mismo modestia que impotencia. Comience por
averiguar qué piensa el gran filósofo X sobre el problema Y, pero trate de pensar con su
propia cabeza sobre Y.
Más adelante busque nuevos problemas. Comience por abordar un asunto bien circunscrito,
acaso ajeno, con el objetivo final de ir ampliándolo o de abordar eventualmente problemas
inéditos. Sin embargo, no se proponga alcanzar la originalidad por sí misma: es demasiado
fácil. En efecto, para ser novedoso en Filosofía basta (aunque no es necesario, ni honesto),
decir disparates en lenguaje oscuro y poniendo cara seria- (Los argentinos llamamos
macanear a esta actividad siempre de moda en los países latinos. Los franceses podrían
llamarla charlatanismo). La finalidad de la investigación filosófica, al igual que la
científica, es la verdad general y profunda formulada de manera clara y exacta. En el caso
particular de la Epistemología, una idea es verdadera en este campo si y solamente si
corresponde fielmente a la realidad de la ciencia. Las ideas de este tipo no abundan porque,
para concebirlas, es preciso someterse a un largo aprendizaje, que no todos están dispuestos
a hacer.
Si usted posible futura colega, logra recorrer el largo camino que le recomiendo, se
convertirá gradualmente en una auténtica epistemóloga. Pero si no busca la autenticidad,
sino tan sólo hacerse pasar por epistemóloga para ganarse la vida, ya sabe lo que no tiene
que hacer. Como ve, la decisión que usted está a punto de tomar es de orden moral, como
lo es toda decisión que pueda afectar al prójimo. En este punto no sirven consejos. Sin
embargo, no resisto el impulso de dárselo: Escoja el camino largo, no sólo porque es el
único que lleva a donde usted quiere llegar, y no sólo porque es el único honesto sino,
también, porque es el único interesante.

ACTIVIDADES
01.- La finalidad de la investigación filosófica, al igual que la científica; para Bunge,
es:
A Una idea, si solamente si, corresponde a la realidad.
B Es decir disparates en lenguaje oscuro y poniendo cara seria.
C La verdad general, formada de manera clara y exacta.
D Abordar problemas modestos que apunten a problemas ambiciosos.
E Averiguar lo que piensa el filósofo X, sobre el problema Y.
02.- Según el autor recuerde que la crítica destruye y puede matar:
A. Las ideas La creación.
B. El error La verdad
C. Las personas El placer
D. Las aspiraciones El ánimo
E. A y C.
03.- Para Bunge la decisión que debe tomar la futura epistemóloga es de orden:
A Filosófico B Científico C Epistemológico D Moral E Todas menos D
04.- ¿Cuál de los siguientes términos: intenso, variado, intelectual, continuado,
prolongado, profundo, original; sirve para abordar un trabajo o un problema, para el
autor:
Respuesta: ______________________________________.
04.- Para Bunge que debe hacer, la aspirante a epistemóloga, al asistir a buenas
ESCUELAS:
1. Rodearse de profesionales de profesiones y edades diversas.
2. Rodearse de buenos libros y revistas.
3. Rodearse de gente inteligente y productiva.
4. Rodearse de gente con intereses amplios.
5. Rodearse de personas con vocaciones diversas.
Son ciertas: A Todas B 1,2y3 C Solamente 3 D Todas menos una E 3,4y5.
05.- Completar, en los espacios en blanco, con los términos que den sentido a las
expresiones:
Escoja una ciencia o _______________ que haya alcanzado madurez ______________ o
esté en vías de alcanzarla. Esto la pondrá en contacto con problemas ______________
interesantes y difíciles y la obligará a estudiar ________________, el lenguaje de toda
ciencia ______________. A menos que tenga una vocación irresistible por la
_____________ o, la ______________, no escoja ninguna de éstas. Escoja más bien una
ciencia en _____________, tal como _____________________________,
_______________________________, _________________________, etc., si lo hace
podrá usted llegar con relativa rapidez a la __________________ y podrá abordar
problemas _____________________ y _______________________ tan apasionantes com
o descuidados.
06.- Hacer un resumen de 10 renglones.
SEMANA 3

LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO DESDE EL PUNTO DE VISTA KANTIANO

El conocimiento trascendental
El SER no es real sino trascendental; INMANENTE es lo que permanece en algo;
TRASCENDENTE es lo que excede o trasciende de algo.
Para Kant el conocimiento no se puede explicar, sólo por la interpretación del SER, es
necesario hacer una teoría trascendental del conocimiento y este conocimiento será el
puente entre el YO y las COSAS.
Si el conocimiento fuera trascendente, conocería cosas externas. Si fuese inmanente, sólo
conocería ideas, lo que hay en mí. Pero es trascendental; conoce los fenómenos, es decir,
las cosas en mí. Aquí surge la distinción kantiana entre el fenómeno y la cosa en sí.
Las cosas en sí son inaccesibles, no puedo conocerlas, porque en cuanto las conozco ya
están en mí, afectadas por mi subjetividad; las cosas en sí (NOÚMENOS), no son
espaciales ni temporales, y, a mí no se me puede dar nada fuera del espacio y del tiempo.
Las cosas tal como a mí se me manifiestan, como me aparecen, son los FENÓMENOS.
La razón pura
Kant distingue tres modos de saber: la sensibilidad, el entendimiento discursivo y la razón.
A la razón Kant le añade el adjetivo PURA. Razón pura es la que se mueve sobre principios
a priori, independientemente de la EXPERIENCIA. Puro quiere decir, en Kant, A PRIORI.
Los títulos de Kant pueden inducir a error. Kant titula uno de sus libros CRÍTICA DE LA
RAZÓN PURA y el otro CRÍTICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA. Parece que práctica se
opone a pura, no es así. La razón práctica es también pura y se opone a la razón pura
especulativa (o teórica) y razón pura práctica. Pero como Kant estudia en la primera Crítica
las condiciones generales de la razón pura y en la segunda la dimensión práctica de la
misma razón, escribe abreviadamente los títulos.
Los juicios
El conocimiento puede ser a priori o a posteriori. El primero es el que no funda su validez
en la experiencia; el segundo es el que se deriva de ella. Este último no puede ser universal,
ni necesario; por tanto la ciencia requiere un saber a priori, que no esté limitado por las
contingencias de la experiencia aquí y ahora.
Kant encuentra varios tipos de conocimiento a priori: la matemática, la física, la metafísica
tradicional que pretende conocer sus tres objetos, el hombre, el mundo y Dios. Estos
objetos están fuera de la experiencia, porque son “síntesis infinitas”. No puedo tener una
intuición del mundo, por ejemplo, porque estoy en él, no se me da como una cosa. Pero
Kant se pregunta si es posible la metafísica; encuentra que las otras ciencias (matemática y
física), van por su seguro camino; parece que la metafísica no. Y se plantea sus tres
problemas capitales: ¿Cómo es posible la matemática? (estética trascendental); ¿Cómo es
posible la física pura? (analítica trascendental), ¿Es posible la metafísica? (dialéctica
trascendental). Repárese en la diferente forma de la pregunta, que en el tercer caso no
supone la posibilidad (estética no se refiere a lo bel0lo, sino a la sensibilidad, en su sentido
griego de aísthesis).
La verdad y el conocimiento, por tanto, se dan en los juicios. Una ciencia es un complejo
sistemático de juicios. Kant tiene que hacer, ante todo, una teoría lógica del juicio.
Juicios analíticos y juicios sintéticos
Los juicios analíticos son aquellos cuyo predicado está contenido en el concepto de sujeto.
Ej. La esfera es redonda.
Los juicios sintéticos son aquellos cuyo predicado no está incluido en el concepto de sujeto,
sino se añade a él. Ej. La mesa es de madera.
Los juicios analíticos explicitan el concepto del sujeto, los sintéticos lo amplían. Estos, por
tanto, aumentan mi saber y son los que tienen valor para la ciencia.

ACTIVIDADES.
1. ¿Mediante ejemplos señale, ¿cuál es la diferencia entre los juicios analíticos y
sintéticos?
2. ¿Según la lectura que caracteriza a la dialéctica trascendental?
3. Señale 2 diferencias entre los juicios a priori y los juicios a posteriori.
4. Elabore un vocabulario de 10 palabras y con ayuda de un diccionario indique
sus significados.
5. Haga un breve resumen de 10 renglones de la lectura.
SEMANA 4
EL ESTUDIO DE LOS AXIOMAS MATEMÁTICOS ES PROPIO DE LA
FILOSOFÍA
ARISTÓTELES

“Nos toca ahora examinar si el estudio de lo que en las ciencia matemática se llama
axiomas y el estudio de la sustancia, son objeto propio de una sola ciencia o de más de
una. Es evidente que este estudio es propio de una sola ciencia, y precisamente de la
filosofía. En efecto, los axiomas comprenden todos los seres, y no tan sólo a uno que
otro género de seres, separados de los demás. Y todas las ciencias se sirven ciertamente
de ellos, porque son propios del ser en cuanto ser, y cada uno de los géneros es ser. Pero
en tanto se sirven de ellos en cuanto les basta a sus propósitos, y no más; es decir, en
cuanto el axioma contiene el género sobre que se centran sus demostraciones. Con lo
cual, al ser evidente que se dan en los seres en cuanto son seres – pues este es un
carácter que les es común - , su estudio pertenece a aquella ciencia, cuyo objeto propio
es conocer al ser en cuanto ser. Por eso, ninguno de los que estudian los seres
particulares intenta decir nada sobre si son o no son verdaderos estos axiomas. Porque ni
el geómetra, ni el especialista en Aritmética lo hace, si no a lo más alguno de los
naturalistas, que lo hacen con razón y derecho. Pues tan sólo ellos intentaban abrazar en
una sola ciencia el estudio de toda la naturaleza y del ser. Pero, al haber aún algo
superior al mundo físico – pues la naturaleza física no es más, al fin y al cabo, que un
género de seres –, el estudio de este algo pertenecerá, sin duda alguna, a aquél que
pretenda estudiar teóricamente lo universal y La primera sustancia. La física o ciencia de
la Naturaleza es de forma cierta una especie de filosofía, pero no la filosofía primera.
(Aristóteles llamó Filosofía Primera, a la Metafísica).
“Pero cuantas cosas intentan decir algunos de ellos, que tratan de la verdad de los
axiomas, sobre la manera en que se debe admitir ésta, lo que dicen por desconocimiento
de los principios de la demostración. Pues es necesario llegar a la demostración,
conociendo los axiomas y de ninguna manera esperar encontrarlos mientras se oye la
demostración.
“Es, pues, evidente que al filósofo y a todo aquel que estudia lo que es la naturaleza
propia de toda sustancia, le corresponde también examinar los principios silogísticos. Le
es conveniente y provechoso al que conoce con perfección cada uno de los géneros de
las cosas, el poder aducir los principios más ciertos de cada cosa, por lo cual al que
conoce los seres en cuanto seres, le corresponde conocer los principios más ciertos de
todo. Este es el filósofo.
“El más cierto de todos los principios es aquél sobre el cual es imposible engañarse. Es
necesario que éste sea en grado máximo conocido – pues en aquellas cosas que se
desconocen, se engañan todos – y que no sea hipotético, puesto que el principio, cuyo
conocimiento es necesario para la comprensión de las cosas, no es una hipótesis. El
cual es necesario conocerlo para conocer cualquier cosa, y es igualmente necesario
abordar ya el asunto de estudio poseyendo su conocimiento. Es evidente, por tanto, que
este principio es por excelencia el más cierto. Digamos ahora a continuación qué es este
principio. Es este: es imposible que al mismo tiempo y bajo una misma relación se
dé y no se dé en un mismo sujeto un mismo atributo. Cuantas observaciones
pudiéramos añadir aquí están ya hechas respecto de las dificultades lógicas.
“Este es por consiguiente el más cierto de todos los principios, pues cumple
perfectamente la definición dicha antes. Es imposible, en efecto, que alguien crea que
una cosa puede ser y no ser al mismo tiempo, como algunos pretenden, decía Heráclito.
Aunque no es necesario que uno piense, siempre, aquello que dice. Y si es imposible que
en un mismo ser se den a un mismo tiempo atributos, contrarios – y a esta proposición
añadimos también las circunstancias que de ordinario la definen -, y si pensamientos
contrarios no son más que una opinión que se contradice a sí misma, es evidentemente
imposible pensar que un mismo sujeto y un mismo objeto es y no es al mismo tiempo.
Porque quien pretendiera tener esta doble opinión, se engañaría, ya que sería preciso que
al mismo tiempo albergara en sí mismo dos opiniones contrarias. Por esta razón todos
los que hacen uso de la demostración en sus razonamientos van a parar por último a este
principio. Puesto que por naturaleza, es este el principio de todos los demás
axiomas.
ACTIVIDADES.
1) ¿Cuál es el principio de todos los axiomas?
2) ¿Qué es el filósofo, según Aristóteles?
3) ¿Cuál es el principio, sobre el que es imposible engañarse?
4) ¿Cuál es el carácter común de los axiomas?
5) ¿Por qué se dice que los axiomas comprenden a todos los seres?
6) ¿Consideras que la física es una especie de filosofía? ¿Por qué?
SEMANA 5
A PROPÓSITO DE LA VERDAD
SALVADOR FELIU CASTELLÓ

El científico se ensimisma en su tarea, por exigencias de la misma. No puede estar


preguntándose a cada momento qué sentido tiene lo que hace, porque no lo haría;
necesariamente ha de enfrascarse en su trabajo, lo que puede hacer que pierda la
perspectiva.
Si el científico, el “sabedor de las cosas” y “poseedor de ideas”, al verse solo y desplazado
en el mundo, recapacita y entra en sí mismo, ¿qué encuentra dentro de sí con que
justificarse?
Posee, desde luego, unos métodos para conocer, que dan espléndidos resultados, como
jamás los hubo en ninguna época de la historia. La exuberancia de la producción científica
alcanza grados tales, que se tiene la impresión de que la cantidad de descubrimientos
científicos excede enormemente de las actuales capacidades humanas para entenderlos.
No se trata de ponerlo en duda, ni de suscitar un fácil pesimismo que, en definitiva, sólo
pueden brotar en inteligencias pusilánimes y débiles. Nunca la inteligencia humana ha
contado con más posibilidades que aquellas de que hoy dispone. Pero, mirando más hacia
dentro y examinada la situación con sinceridad, se ve:
Que, en el científico, sus métodos comienzan, a veces, a tener muy poco que ver con su
inteligencia. Los métodos de la ciencia van convirtiéndose con rapidez vertiginosa en
simple técnica de ideas o de hechos – una especie de meta-técnica -; pero han dejado de ser
lo que su nombre indica: órganos que suministran evidencia, vías que conducen a la verdad
en cuanto tal.
Que, el científico comienza inquietamente a estar harto de saberes. No es un azar. Porque lo
que confiere rango eminente a la producción científica es el sentido que posee en orden a la
intelección de las cosas, a la verdad. Por este sentido, es el hombre rector de su
investigación y se afirma en plena posesión de sí mismo y de su propia ciencia. Pues bien:
en este conjunto de métodos y de resultados de proporciones ingentes, la inteligencia del
hombre actual, en lugar de encontrarse a sí misma en la verdad, está perdida entre tantas
verdades. El intelectual se ve invadido, en el fondo de su ser, por un profundo hastío de sí
mismo, que asciende, como una densa niebla, del ejercicio de su propia función intelectual.
Y es que sus saberes y sus métodos constituyen una técnica, pero no una vida intelectual.
Está a veces como dormido para la verdad, abandonado a la eficacia de sus métodos.
Diferencia entre ciencia y filosofía.
En primera instancia, Ortega y Gasset presenta una diferencia fundamental: la
ciencia se caracteriza porque resuelve cuantos problemas se plantea; la filosofía,
porque ni siquiera sabe si sus problemas tienen solución.
…la filosofía es un saber radical y lo es porque se plantea los problemas últimos y
primeros, por tanto, los radicales; y porque se esfuerza en pensarlos de modo radical. Este
radicalismo del pensamiento filosófico le distingue de los otros modos de conocimiento,
sobre todo, le distingue de las ciencias porque éstas, lejos de plantearse problemas
radicales, no admiten más problemas que los que son, en principio, susceptibles de
solución, por tanto, problemas mansos, como animales domésticos, problemas que lo son
en la medida en que ya están por anticipado medio resueltos y entran en la investigación
como en la pista de circo los leones amaestrados, es decir, previamente morfinizados. Pero
los problemas de la filosofía son los problemas absolutos y son absolutamente problemas,
sin limitación alguna de su brío pavoroso, son los problemas feroces que acongojan y
angustian la existencia humana, de que el hombre es portador y sufridor permanente y que
no ofrecen garantía alguna de ser solubles, que acaso no lo son ni lo serán nunca. Por eso es
la filosofía el único conocimiento que para ser lo que tiene que ser no necesita lograr la
solución de sus problemas, por tanto, no necesita tener buen éxito en la empresa. Aun
siendo un perpetuo fracaso está perpetuamente justificada como humana ocupación porque
la fuerza de la filosofía, a diferencia de los otros modos de conocimiento – ciencia, técnica,
sapiencia vital o saber mundano, etc.- no se funda en el acierto de sus soluciones sino en la
inevitabilidad de sus problemas.
Con esto entrevemos ya, por uno de sus lados, que la filosofía no es una ciencia sino otra
cosa, no sabemos aún si superior o inferior en la jerarquía de los conocimientos.
Verdad formal y verdad material
Kant mantiene la concepción de la verdad como correspondencia entre el
conocimiento y el objeto, y niega la posibilidad de encontrar un criterio que satisfaga
universalmente esa exigencia, atendiendo a la materia.
Se dice que la verdad consiste en el acuerdo entre el conocimiento y el objeto. Según esta
simple definición de palabra, mi conocimiento debe concordar con el objeto para tener
valor de verdad. Ahora bien, el único modo que tengo de comparar el objeto con mi
conocimiento es que yo mismo lo conozca. De ese modo, mi conocimiento debe
confirmarse a sí mismo; pero esto está muy lejos de ser suficiente para la verdad. Porque,
dado que el objeto está fuera de mí y el conocimiento está en mí, todo cuanto puedo
apreciar es si mi conocimiento del objeto concuerda con mi conocimiento del objeto. Los
antiguos llamaban vicioso a un círculo tal en la definición. Y en efecto tal es la falta que los
escépticos no han dejado de reprochar a los lógicos; decían que con
12 esta definición de la verdad ocurre como con el hombre que hiciera una declaración ante
un tribunal, invocando como testigo a alguien a quien nadie conociese, pero pretendiera ser
creído diciendo que aquél al que invoca como testigo es un buen hombre. El reproche está
absolutamente justificado, pero la solución del problema en cuestión es absolutamente
imposible para cualquiera.
De hecho, la cuestión que se plantea es saber si, y en qué medida, hay un criterio cierto de
verdad, universal y prácticamente aplicable. Tal es en efecto el sentido de la cuestión ¿qué
es la verdad? Para estar siquiera en disposición de enfrentarnos con esta importante
cuestión, hemos de distinguir cuidadosamente en nuestro conocimiento lo que pertenece a
la materia y se refiere al objeto, de lo que concierne a la simple forma como condición sin
la cual un conocimiento no sería, de manera general, un conocimiento.
Habida cuenta de esta distinción entre el aspecto objetivo, material y el aspecto subjetivo,
formal, de nuestro conocimiento, la cuestión precedente se subdivide en las dos cuestiones
siguientes:
1) ¿Hay un criterio de la verdad universal y material?
2) ¿Hay un criterio de la verdad universal y formal?
Un criterio material y universal de la verdad no es posible, e incluso es
contradictorio en sí mismo. Porque en tanto que universal, válido para todo objeto en
general, no debería tomar en consideración la menor distinción entre los objetos, sirviendo
no obstante, precisamente en tanto que material, a esta distinción misma, para poder
determinar si un conocimiento concuerda precisamente con el objeto al que es referido y no
a un objeto cualquiera en general, lo que nada querría decir propiamente. Porque la verdad
material ha de consistir en este acuerdo de un conocimiento con ese objeto determinado al
que se refiere. En efecto, un conocimiento es verdadero si se refiere a un objeto, puede ser
falso si se refiere a otro. Es, pues, absurdo exigir un criterio material universal de la verdad
que debería a la vez hacer abstracción de toda diferencia entre objetos.
Por otra parte, si de lo que se trata es de criterios formales universales, es fácil decidir que
puede perfectamente haberlos. Porque la verdad formal consiste simplemente en el acuerdo
del conocimiento consigo mismo, haciendo abstracción por completo de todos los objetos y
de toda diferencia entre ellos. Y por consiguiente los criterios formales universales de la
verdad no son otra cosa que los caracteres lógicos universales de la concordancia del
conocimiento consigo mismo, o, lo que es igual, con las leyes universales del
entendimiento y de la razón.

ACTIVIDADES.
1. Según la lectura, ¿hay un criterio de la verdad universal y material?
2. ¿Cuál es el criterio de la verdad universal y formal?
3. Elaborar un ensayo de 20 renglones.
4. Confeccionar un vocabulario de 20 palabras y su significado.
SEMANAS 6y7
PARA REFLEXIONAR SOBRE LA CIENCIA
ISAAC ASIMOV

1.- ¿Qué es el método científico?


Evidentemente, el método científico es el método que utilizan los científicos, para
hacer descubrimientos científicos. Pero esta definición no parece muy útil. ¿Podemos
dar más detalles?
Pues bien, cabría dar la siguiente versión ideal de dicho método:
1. Detectar la existencia de un problema, como puede ser, por ejemplo, la cuestión de
por qué los objetos se mueven como lo hace, acelerando en ciertas condiciones y
decelerando en otras.
2. Separar luego y desechar los aspectos no esenciales del problema. El olor de un
objeto, por ejemplo, no juego ningún papel en su movimiento.
3. Reunir todos los datos posibles que incidan en al problema. En los tiempos antiguos
y medievales equivalía simplemente a la observación sagaz de la naturaleza, tal
como existía. A principios de los tiempos modernos empezó a entreverse la
posibilidad de ayudar a la naturaleza en ese sentido. Cabía planear debidamente una
situación en la cual los objetos se comportaran de una manera determinada y
suministraran datos relevantes para el problema. Uno podía, por ejemplo, hacer
rodar una serie de esferas a lo largo de un plano inclinado, variando el tamaño de las
esferas, la naturaleza de su superficie, la inclinación del plano, etc. Tales
situaciones, deliberadamente, planeadas son experimentos, y el papel del
experimento es tan capital para la ciencia moderna, que a veces se habla de “ciencia
experimental” para distinguirla de la ciencia de los antiguos griegos.
4. Reunidos todos los datos elabórese una generalización provisional que los describa
a todos ellos de la manera más simple posible: un enunciado breve o una relación
matemática. Eso es una hipótesis.
5. Con la hipótesis en la mano se pueden predecir los resultados de experimentos que
no se nos habían ocurrido hasta entonces. Intentar hacerlos y mirar si la hipótesis es
válida.
6. Si los experimentos funcionan tal como se esperaba, la hipótesis sale reforzada y
puede adquirir el status de una teoría o incluso de una “ley natural”.
Está claro que ninguna teoría ni ley natural tiene carácter definitivo. El proceso se
repite una y otra vez. Continuamente se hacen y obtienen nuevos datos, nuevas
observaciones, nuevos experimentos. Las viejas leyes naturales se ven
constantemente superadas por otras más generales que explican todo cuanto
explicaban las antiguas y un poco más.
Todo esto, como digo, es una versión ideal del método científico. En la práctica no es
necesario que el científico pase por los distintos puntos como si fuese una serie de
ejercicios caligráficos, y normalmente no lo hace.
Más que nada son factores como la intuición, la sagacidad y la suerte, a secas, los que
juegan un papel. La historia de la ciencia está llena de casos en los que un científico da
de pronto con una idea brillante basada en datos suficientes y en poca o ninguna
experimentación, llegando así a una verdad útil cuyo descubrimiento quizá hubiese
requerido años mediante la aplicación directa y estricta del método científico.
F.A. Kekulé dio con la estructura del benceno mientras descabezaba un sueño en el
autobús. Otto Loewi despertó en medio de la noche con la solución del problema de la
conducción sináptica. Donald Glaser concibió la idea de la cámara de burbujas mientras
miraba ociosamente su vaso de cerveza.
¿Quiere decir esto que, a fin de cuentas, todo es cuestión de suerte y no de cabeza? No, no
y mil veces no. Esta clase “suerte”, sólo se da en los mejores cerebros; sólo en aquella cuya
“intuición” es la recompensa de una larga experiencia, una comprensión profunda y un
pensamiento disciplinado.

2.- ¿El teorema de Gödel, demuestra que la verdad es inalcanzable?


Desde los tiempos de Euclides, hace ya dos mil doscientos años, los matemáticos han
intentado partir de ciertos enunciados llamados “axiomas” y deducir luego de ellos
toda clase de conclusiones útiles.
En ciertos aspectos es casi como un juego, con dos reglas. En primer lugar, los axiomas
tienen que ser lo menos posible. En segundo lugar, los axiomas tienen que ser
consistentes. Tiene que ser imposible deducir dos conclusiones que se contradigan
mutuamente.
Cualquier libro de geometría de bachillerato comienza con un conjunto de axiomas;
por dos puntos cualesquiera sólo se pude trazar una recta; el total es la suma de las
partes, etc. Durante mucho tiempo se supuso que los axiomas de Euclides eran los
únicos que podrían constituir una geometría consistente y que por eso eran
“verdaderos”.
Pero en el siglo XIX se demostró que modificando de cierta manera los axiomas de
Euclides se podían construir geometrías diferentes, “no euclidianas”. Cada una de
estas geometrías difería de las otras, pero todas ellas eran consistentes. A partir de
entonces no tenía ya sentido preguntar cuál era “verdadera”. En lugar de ello había que
preguntar cuál era útil.
De hecho, son muchos los conjuntos de axiomas a partir de los cuales se podría
construir un sistema matemático consistente: todos ellos distintos y todos ellos
consistentes.
De ninguno de esos sistemas matemáticos tendría que ser posible deducir, a partir de
sus axiomas, que algo es a la vez así y no así, porque entonces la MATEMÁTICA no
sería consistente, habría que desecharla. ¿Pero qué ocurre si establecemos un
enunciado y comprobamos que no podemos demostrar que es o así o no así?
Supongamos que digo: “El enunciado que estoy haciendo es falso”.
¿Es falso? Si es falso, entonces es falso que esté diciendo algo falso y tengo que estar
diciendo algo verdadero. Pero si estoy diciendo algo verdadero, entonces es cierto que
estoy diciendo algo falso y sería verdad que estoy diciendo algo falso. Podría estar
yendo de un lado para otro indefinidamente. Es posible demostrar que lo que he dicho
o es así o no es así.
Supongamos que ajustamos los axiomas de la lógica a fin de eliminar la posibilidad de
hacer enunciados de ese tipo. ¿Podríamos encontrar otro modo de hacer enunciados del
tipo “ni así ni no así”?
En 1931 el matemático austriaco Kart Gödel presentó una demostración válida de que
para cualquier conjunto de axiomas siempre es posible hacer enunciados que, a partir
de esos axiomas, no puede demostrarse ni que son así ni que no son así. En ese sentido,
es imposible elaborar jamás un conjunto de axiomas a partir de los cuales se pueda
deducir un sistema matemático completo.
¿Quiere decir esto que nunca podremos encontrar la “verdad”? ¡Ni hablar!
Primero: el que un sistema matemático no sea completo no quiere decir que lo que
contiene sea “falso”. El sistema puede seguir siendo muy útil, siempre que no
intentemos utilizarlo más allá de sus límites.
Segundo: el teorema de Gödel sólo se aplica a sistemas deductivos del tipo que se
utiliza en matemática. Pero la deducción no es el único modo de descubrir la
“verdad”. No hay axiomas que nos permitan deducir las dimensiones del Sistema
Solar. Estas últimas fueron obtenidas mediante observaciones y medidas – otro camino
hacia la “verdad”.

03.- El tiempo, ¿es una ilusión o existe realmente? ¿Cómo habría que describirlo?
El tiempo, para empezar, es un asunto psicológico; es una sensación de duración. Uno
come, y al cabo de un rato vuelve a tener hambre. Es de día, y al cabo de un rato se
hace de noche.
La cuestión de, ¿qué es esta sensación de duración?, de, ¿qué es lo que hace que uno
sea consciente de que algo ocurre?, “al cabo de un rato”, forma parte del problema
del mecanismo de la mente en general, problema que aún no está resuelto.
Tarde o temprano, todos nos damos cuenta de que esa sensación de duración varía con
las circunstancias. Una jornada de trabajo parece mucho más larga que un día con la
persona amada; y una hora en una conferencia aburrida, mucho más larga que una hora
con los naipes. Lo cual podría significar que lo que llamamos un “día” o una “hora” es
más largo unas veces que otras. Pero cuidado con la trampa. Un período que a uno le
parece corto quizá se le antoje largo a otro, y ni desmesuradamente corto ni largo a un
tercero.
Para que este sentido de la duración resulte útil a un grupo de gente es preciso
encontrar un método para medir su longitud que sea universal y no personal, si un
grupo acuerda reunirse “dentro de seis semanas exactamente”, sería absurdo dejar que
cada cual se presentara en el lugar de la cita cuando, en algún rincón de su interior,
sienta que han pasado seis semanas. Mejor será que se pongan todos de acuerdo en
contar cuarenta y dos períodos de luz-oscuridad y presentarse entonces, sin hacer caso
de lo que diga el sentido de la duración.
En el momento que elegimos un fenómeno físico objetivo como medio para sustituir el
sentido innato de la duración por un sistema de contar, tenemos algo a lo que podemos
llamar “tiempo”. En ese sentido, no debemos intentar definir el tiempo como esto o
aquello, sino sólo como un sistema de medida.
Las primeras medidas del tiempo estaban basadas en fenómenos astronómicos
periódicos: la repetición del medio día (el Sol en la posición más alta) marcaba el día;
la repetición de la Luna Nueva marcaba el mes; la repetición del equinoccio vernal (el
Sol de mediodía sobre el ecuador después de la estación fría) marcaba el año.
Dividiendo el día en unidades iguales obtenemos las horas, los minutos y los segundos.
Estas unidades menores de tiempo no podían medirse con exactitud sin utilizar un
movimiento periódico más rápido que la repetición del mediodía. El uso de la
oscilación regular de un péndulo o de un diapasón introdujo en el siglo XVII los
modernos relojes. Fue entonces cuando la medida el tiempo empezó a adquirir una
precisión aceptable. Hoy día se utilizan vibraciones de los átomos para una precisión
aún mayor.
Pero ¿quién nos asegura que estos fenómenos periódicos son realmente “regulares”?
¿No serán tan poco de fiar como nuestro sentido de la duración?
Puede que sí, pero es que hay varios métodos independientes de medir el tiempo y los
podemos comparar entre sí. Si alguno o varios de ellos son completamente irregulares,
dicha comparación lo pondrá de manifiesto. Y aunque todos ellos sean irregulares, es
sumamente improbable que lo sean de la misma forma. Si, por el contrario, todos los
métodos de medir el tiempo coinciden con gran aproximación, como de hecho ocurre,
la única conclusión que cabe es que los distintos fenómenos periódicos que usamos son
todos ellos esencialmente regulares (aunque no perfectamente regulares. La longitud
del día, por ejemplo, varía ligeramente).
Las medidas físicas miden el “tiempo físico”. Hay organismos, entre ellos el hombre,
que tienen métodos de engranarse (unirse, acoplarse, etc.), en fenómenos periódicos
(como despertarse y dormirse), aun sin referencia a cambios exteriores (como el día y
la noche). Pero este “tiempo biológico” no es, ni con mucho, tan regular como el
tiempo físico.
Y también está, claro es, el sentido de duración o “tiempo psicológico” (los
fenómenos psicológicos transcurren en el tiempo duración, no se pueden medir
cronológica, ni cronométricamente). Aun teniendo un reloj delante de las narices, una
jornada de trabajo sigue pareciéndonos más larga que un día con la persona amada.

04.- ¿Qué es la cuarta dimensión?


La palabra “dimensión” viene de un término latino que significa “medir
completamente”. Vayamos, pues, con algunas medidas.
Supongamos que tienen una línea recta y que quieres marcar sobre ella un punto fijo X,
de manera que cualquier otra persona pueda encontrarlo con sólo leer tu descripción.
Para empezar, haces una señal en cualquier lugar de la línea y la llamas “cero”. Mides
luego y compruebas que X está exactamente a dos pulgadas de la marca del cero. Si
está a uno de los lados, convienes en llamar a esa distancia + 2; si está al otro, -2.
El punto queda así localizado con un solo número, siempre que los demás acepten estas
“convenciones”: dónde está la marca del cero, y qué lado es más y cuál menos.
Como para localizar un punto sobre una línea sólo se necesita un número, la línea, o
cualquier trozo de ella, es “unidimensional” (“un solo número para medir
completamente”).
Pero supón que tienes una gran hoja de papel y que quieres localizar en ella un punto
fijo X. empiezas en la marca del cero y compruebas que está a cinco pulgadas… ¿pero
en qué dirección? Lo que puedes hacer es descomponer la distancia en dos direcciones.
Tres pulgadas al norte y cuatro al este. Si llamamos al norte más y al sur menos, y al
este más y al oeste menos, podrás localizar el punto con dos números: +3, +4.
O también puedes decir que está a cinco pulgadas del cero y a un ángulo de 36,87° de
la línea este-oeste. De nuevo dos números: 5 y 36,87°. Hagas lo que hagas, siempre
necesitarías dos números para localizar un punto fijo en un plano. Un plano, o
cualquier trozo de él, es bidimensional.
Supón ahora que lo que tienes es un espacio como el interior de una habitación. Un
punto fijo X lo podrías localizar diciendo que está a cinco pulgadas, por ejemplo, al
norte de la marca cero, dos pulgadas al este de ella y 15 pulgadas por encima de ella. O
también dando una distancia y dos ángulos. Hagas lo que hagas siempre necesitarás
tres números para localizar un punto fijo en el interior de una habitación (o en el
interior del universo).
La habitación, o el Universo, es, por tanto, tridimensional.
Supongamos que hubiese un espacio de naturaleza tal, que se necesiten cuatro
números, o cinco, o dieciocho, para localizar un punto fijo en él. Sería un espacio
cuadridimensional, o de cinco dimensiones, o de dieciocho dimensiones. Tales
espacios no existen en el universo ordinario, pero los matemáticos sí pueden concebir
estos “hiperespacios” y calcular qué propiedades tendrían las correspondientes figuras
matemáticas. E incluso llegan a calcular las propiedades que se cumplirían para
cualquier espacio dimensional: lo que se llama “geometría n-dimensional”.
Pero, ¿y si lo que estamos manejando son puntos, no fijos, sino variables en el tiempo?
Si queremos localizar la posición de un mosquito que está volando en una habitación,
tendremos que dar los tres números que ya conocemos: norte-sur, este-oeste y arriba-
abajo. Pero luego tendríamos que añadir un cuarto número que representara el tiempo,
porque el mosquito habría ocupado esa posición espacial sólo durante un instante, y ese
instante hay que identificarlo.
Lo mismo vale para todo cuanto hay en el universo. Tenemos el espacio, que es
tridimensional, y hay que añadir el tiempo para obtener un “espacio-tiempo”
cuadridimensional. Pero dándole un tratamiento diferente que a las tres “dimensiones-
espaciales”. En ciertas ecuaciones clave en las que los símbolos de las tres dimensiones
espaciales tienen signo positivo, el símbolo del tiempo lo lleva negativo.
Por tanto, no debemos decir que el tiempo es la cuarta dimensión, es sólo una cuarta
dimensión, diferente de las otras tres.

5.- ¿Qué es, en pocas palabras, la teoría de la relatividad de Einstein?


Según las leyes del movimiento establecidas por primera vez con detalle por Isaac
Newton hacia 1680-89, dos o más movimientos se suman de acuerdo con las reglas de
la aritmética elemental. Supongamos que un tren pasa a nuestro lado a 20 kilómetros
por hora y que un niño tira desde el tren una pelota a 20 kilómetros por hora en la
dirección del movimiento del tren. Para el niño, que se mueve junto con el tren, la
pelota se mueve a 20 kilómetros por hora. Pero para nosotros, el movimiento del tren y
el de la pelo se suman, de modo que la pelota se moverá a la velocidad de 40 kilómetro
por hora.
Como veis, no se puede hablar de la velocidad de la pelota a secas. Lo que cuenta es su
velocidad con respecto a un observador particular. Cualquier teoría del movimiento
que intente explicar la manera en que las velocidades (y fenómenos afines),
parecen variar de un observador a otro, sería una “teoría de la relatividad”.
La Teoría de la Relatividad de Einstein nació del siguiente hecho: lo que funciona para
pelotas tiradas desde un tren no funciona para la luz. En principio podría hacerse que la
luz se propagara, o bien a favor del movimiento terrestre, o bien en contra de él. En el
primer caso parecería viajar más rápido que el segundo (de la misma manera que un
avión viaja más aprisa, en relación con el suelo, cuando lleva viento de cola que
cuando lo lleva de cara). Sin embargo, medidas muy cuidadosas demostraron que la
velocidad de la luz nunca variaba, fuese cual fuese la naturaleza del movimiento de la
fuente que emitía la luz.
Einstein dijo entonces: supongamos que cuando se mide la velocidad de la luz en el
vacío, siempre resulta el mismo valor (unos 299.793 kilómetros por segundo), en
cualesquiera circunstancias. ¿Cómo podemos disponer las leyes del Universo para
explicar esto?
Einstein encontró que para explicar la constancia de la velocidad de la luz había que
aceptar una serie de fenómenos inesperados.
Halló que los objetos tenían que acortarse en la dirección del movimiento, tanto más
cuanto mayor fuese su velocidad, hasta llegar finalmente a una longitud nula en el
límite de la velocidad de la luz; que la masa de los objetos en movimiento tenía que
aumentar con la velocidad, hasta hacerse infinita en el límite de la velocidad de la luz;
que el paso del tiempo en un objeto en movimiento era cada vez más lento a medida
que aumentaba la velocidad, hasta llegar a pararse en dicho límite; que la masa era
equivalente a una cierta cantidad de energía y viceversa.
Todo esto lo elaboró en 1905 en la forma de la “teoría especial de la relatividad”,
que se ocupaba de cuerpos con velocidad constante. En 1915 extrajo consecuencias
aún más sutiles para objetos con velocidad variable, incluyendo una descripción del
comportamiento de los efectos gravitatorios. Era la “teoría general de la relatividad”.
Los cambios predichos por Einstein sólo son notables a grandes velocidades. Tales
velocidades han sido observadas entre las partículas subatómicas, viéndose que los
cambios predichos por Einstein se daban realmente, y con gran exactitud. Es más, si la
Teoría de la Relatividad de Einstein fuese incorrecta, los aceleradores de partículas no
podrían funcionar, las bombas atómicas no explotarían y habría ciertas observaciones
astronómicas imposibles de hacer.
Pero a las velocidades corrientes, los cambios predichos son tan pequeños que pueden
ignorarse. En estas circunstancias rige la aritmética elemental de las leyes de Newton;
y como estamos acostumbrados al funcionamiento de estas leyes, nos parecen ya de
“sentido común”, mientras que la ley de Einstein se nos antoja “extraña”.

6.- ¿Qué son las vitaminas y por qué las necesitamos?


Para entender lo que son las vitaminas tenemos que empezar por las enzimas. Las
enzimas son moléculas que sirven para acelerar ciertos cambios químicos en el cuerpo.
Las enzimas se presentan en miles de variedades, porque cada cambio químico está
gobernado por una enzima en particular.
Para controlar un cambio químico no hace falta más que una cantidad minúscula de
enzima, pero esa cantidad minúscula es imprescindible. La maquinaria química del
cuerpo está interconectada de un modo muy intrincado, de manera que el retardo de
una sola transformación química por culpa de la falta de una enzima puede resultar en
una enfermedad grave o incluso la muerte.
La mayor parte de las enzimas las puede fabricar el cuerpo con las sustancias que se
hallan presentes en casi todos los alimentos. No hay peligro de que nos quedemos sin
ellas, salvo que nos estemos muriendo materialmente de hambre. Pero hay un pero.
Algunas enzimas contienen, como parte de su estructura, ciertas combinaciones
atómicas, poco usuales. Estas combinaciones de átomos no suelen encontrarse más que
en las enzimas y, por tanto, sólo se necesitan en cantidades ínfimas, porque las propias
enzimas sólo se necesitan en esas proporciones.
Pero el cuerpo tiene que tenerlas. Y si una de esas combinaciones de átomos escasea,
las distintas enzimas que la necesitan dejarán de funcionar. Ciertos cambios químicos
empezarán a desarrollarse mal y como consecuencia de ello sobrevendrá la enfermedad
y finalmente la muerte.
El peligro estriba en que, a pesar de que la mayoría de las moléculas enzimáticas las
puede fabricar el cuerpo, estas combinaciones particulares de átomos, no. Tienen que
ser absorbidas, intactas, de los alimentos. El cuerpo humano se muere si la comida que
ingiera no contiene cantidades minúsculas de estas singulares combinaciones de
átomos.
Cuando se descubrió esto a principios del siglo XX, no se conocía la naturaleza
química de dichas combinaciones. Se pensaba que algunas de ellas al menos
pertenecían a una clase de sustancias llamadas “aminas”. Por eso se les dio el nombre
de “vitaminas” (“aminas de la vida”).
Las plantas son la fuente básica de vitaminas. Fabrican todas las sustancias de sus
tejidos a partir de productos químicos muy elementales, como son el anhídrido
carbónico, el agua, los nitratos, etc. Si no fuesen capaces de fabricar todas y cada una
de las vitaminas a partir de cero, no podrían sobrevivir.
Los animales, en cambio, pueden comer plantas y utilizar las vitaminas que se hallan
presentes en los tejidos vegetales, sin tener que fabricarlas por su cuenta. Los animales
almacenan las vitaminas que absorben allí donde los mecanismos enzimáticos más los
necesitan: en los músculos, el hígado, los riñones, la leche, etc. Los animales
carnívoros obtienen las vitaminas de las reservas que poco a poco han ido acumulando
sus presas herbívoras.
El no tener que fabricarse sus propias vitaminas tiene ciertas ventajas, porque su
fabricación exige la presencia de una maquinaria química muy respetable en cada
célula. Eliminando esta función queda más espacio, por decirlo así, para desarrollar la
maquinaria que requieren las muchas cosas que las plantas no tienen que hacer: acción
nerviosa, contracción muscular, filtración renal, etc.
El precio que se paga, sin embargo, es la posibilidad de una falta de vitaminas. Los
seres humanos que viven con una dieta muy pobre (sea porque les guste o porque no
tengan otra cosa) pueden caer víctimas de enfermedades como el beriberi, el
escorbuto, la pelagra o el raquitismo; todas ellas son el resultado de una química del
cuerpo que va parándose poco a poco, debido al mal funcionamiento de ciertas enzimas
por falta de una vitamina.

7.- ¿Cuál es la diferencia entre bacterias, microbios, gérmenes y virus?


Las bacterias son un grupo de organismos unicelulares reunidos por los biólogos bajo
el nombre de “esquizomicetos”. La célula de la bacteria tiene una pared muy parecida
a la de las células vegetales normales, pero carece de clorofila. Por eso las bacterias se
clasifican a veces junto con otras plantas carentes de clorofila y se denominan
“hongos”.
Las bacterias se distinguen de otras células vegetales en que son muy pequeñas. En
efecto, son las células más pequeñas que existen. Además, no poseen un núcleo
diferenciado, sino que el material nuclear está disperso por toda la célula. Por eso se
clasifican a veces junto con ciertas células vegetales llamadas “algas verde-azules”,
cuyo material nuclear también está disperso, pero que además tienen clorofila.
Cada vez es más usual agrupar las bacterias junto con otras criaturas unicelulares,
formando una clase de seres que no están considerados ni como plantas ni como
animales: constituyen un tercer reino de vida, los “protistos”. Hay bacterias que son
patógenas, es decir, que causan enfermedades. Pero la mayoría de ellas no lo son, e
incluso hay muchas que son muy beneficiosas. La fertilidad del suelo, por ejemplo,
depende de gran medida de la actividad de las bacterias nitrogenantes.
Un “microbio” es, en rigor, cualquier forma de vida microscópica, porque el término
viene de dos palabras griegas que significan “vida pequeña”. El término “germen” es
aún más general, pues significa cualquier fragmento pequeño de vida, aunque sea parte
de un organismo mayor. Por ejemplo, la sección de la semilla que contiene la
verdadera porción viviente es el germen; así, hablamos del “germen de trigo”, por
ejemplo. Por otro lado, el óvulo y el espermatozoide, que portan las diminutas chispas
de vida que en su día florecen en un organismo acabado, se llaman “células
germinales”.
En el lenguaje corriente, sin embargo, se utilizan las palabras microbio y germen como
sinónimos de bacteria, en especial de bacteria patógena.
La palabra “virus” viene del latín y significa “veneno”. Esta etimología viene de los
tiempos en que los biólogos no sabían exactamente qué eran los virus, pero sí que
ciertas preparaciones contenían algo que ocasionaba enfermedad.
Los virus difieren de las bacterias y de todos los demás organismos en que no están
compuestos de células. Son mucho más pequeños que las células y su tamaño viene a
ser el de una gran molécula. Están formados por un arrollamiento de ácido nucleico,
rodeado de un recubrimiento de proteína. En esto se parecen a los cromosomas de una
célula, de modo que cabría casi considerarlos como “cromosomas sueltos”.
Los cromosomas controlan la química de la célula; los virus, cuando se introducen en
una célula, establecen un contra control por su cuenta. Por lo general son capaces de
someter toda la química de la célula a sus propios fines, poniendo toda la maquinaria
celular al servicio de la formación de nuevos virus. La célula suele morir en el proceso.
Los virus, a diferencia de las bacterias, no son capaces de llevar una vida
independiente. Sólo se pueden multiplicar dentro de las células. Todos ellos son
parásitos. El daño que ocasionan pasa a veces inadvertido, pero en otros casos
producen graves enfermedades.

Actividades
1. En papel de oficio rayado, con la ayuda de un diccionario, confeccionar a partir de la
lectura un vocabulario de cincuenta palabras que desconozcan su significado.
2. Elaborar un ENSAYO de diez renglones de todas las lecturas enumeradas; de acuerdo a
las indicaciones planteadas por el profesor(a), de la asignatura, ¿cómo se elabora un
ensayo?
SEMANA 8
A PROPÓSITO DE LA VERDAD
SALVADOR FELIU CASTELLÓ

El científico se ensimisma en su tarea, por exigencias de la misma. No puede estar


preguntándose a cada momento qué sentido tiene lo que hace, porque no lo haría;
necesariamente ha de enfrascarse en su trabajo, lo que puede hacer que pierda la
perspectiva.
Si el científico, el “sabedor de las cosas” y “poseedor de ideas”, al verse solo y desplazado
en el mundo, recapacita y entra en sí mismo, ¿qué encuentra dentro de sí con que
justificarse?
Posee, desde luego, unos métodos para conocer, que dan espléndidos resultados, como
jamás los hubo en ninguna época de la historia. La exuberancia de la producción científica
alcanza grados tales, que se tiene la impresión de que la cantidad de descubrimientos
científicos excede enormemente de las actuales capacidades humanas para entenderlos.
No se trata de ponerlo en duda, ni de suscitar un fácil pesimismo que, en definitiva, sólo
pueden brotar en inteligencias pusilánimes y débiles. Nunca la inteligencia humana ha
contado con más posibilidades que aquellas de que hoy dispone. Pero, mirando más hacia
dentro y examinada la situación con sinceridad, se ve:
Que, en el científico, sus métodos comienzan, a veces, a tener muy poco que ver con su
inteligencia. Los métodos de la ciencia van convirtiéndose con rapidez vertiginosa en
simple técnica de ideas o de hechos – una especie de meta-técnica -; pero han dejado de ser
lo que su nombre indica: órganos que suministran evidencia, vías que conducen a la verdad
en cuanto tal.
Que, el científico comienza inquietamente a estar harto de saberes. No es un azar. Porque lo
que confiere rango eminente a la producción científica es el sentido que posee en orden a la
intelección de las cosas, a la verdad. Por este sentido, es el hombre rector de su
investigación y se afirma en plena posesión de sí mismo y de su propia ciencia. Pues bien:
en este conjunto de métodos y de resultados de proporciones ingentes, la inteligencia del
hombre actual, en lugar de encontrarse a sí misma en la verdad, está perdida entre tantas
verdades. El intelectual se ve invadido, en el fondo de su ser, por un profundo hastío de sí
mismo, que asciende, como una densa niebla, del ejercicio de su propia función intelectual.
Y es que sus saberes y sus métodos constituyen una técnica, pero no una vida intelectual.
Está a veces como dormido para la verdad, abandonado a la eficacia de sus métodos.
Diferencia entre ciencia y filosofía.
En primera instancia, Ortega y Gasset presenta una diferencia fundamental: la
ciencia se caracteriza porque resuelve cuantos problemas se plantea; la filosofía,
porque ni siquiera sabe si sus problemas tienen solución.
…la filosofía es un saber radical y lo es porque se plantea los problemas últimos y
primeros, por tanto, los radicales; y porque se esfuerza en pensarlos de modo radical. Este
radicalismo del pensamiento filosófico le distingue de los otros modos de conocimiento,
sobre todo, le distingue de las ciencias porque éstas, lejos de plantearse problemas
radicales, no admiten más problemas que los que son, en principio, susceptibles de
solución, por tanto, problemas mansos, como animales domésticos, problemas que lo son
en la medida en que ya están por anticipado medio resueltos y entran en la investigación
como en la pista de circo los leones amaestrados, es decir, previamente morfinizados. Pero
los problemas de la filosofía son los problemas absolutos y son absolutamente problemas,
sin limitación alguna de su brío pavoroso, son los problemas feroces que acongojan y
angustian la existencia humana, de que el hombre es portador y sufridor permanente y que
no ofrecen garantía alguna de ser solubles, que acaso no lo son ni lo serán nunca. Por eso es
la filosofía el único conocimiento que para ser lo que tiene que ser no necesita lograr la
solución de sus problemas, por tanto, no necesita tener buen éxito en la empresa. Aun
siendo un perpetuo fracaso está perpetuamente justificada como humana ocupación porque
la fuerza de la filosofía, a diferencia de los otros modos de conocimiento – ciencia, técnica,
sapiencia vital o saber mundano, etc.- no se funda en el acierto de sus soluciones sino en la
inevitabilidad de sus problemas.
Con esto entrevemos ya, por uno de sus lados, que la filosofía no es una ciencia sino otra
cosa, no sabemos aún si superior o inferior en la jerarquía de los conocimientos.
Verdad formal y verdad material
Kant mantiene la concepción de la verdad como correspondencia entre el
conocimiento y el objeto, y niega la posibilidad de encontrar un criterio que satisfaga
universalmente esa exigencia, atendiendo a la materia.
Se dice que la verdad consiste en el acuerdo entre el conocimiento y el objeto. Según esta
simple definición de palabra, mi conocimiento debe concordar con el objeto para tener
valor de verdad. Ahora bien, el único modo que tengo de comparar el objeto con mi
conocimiento es que yo mismo lo conozca. De ese modo, mi conocimiento debe
confirmarse a sí mismo; pero esto está muy lejos de ser suficiente para la verdad. Porque,
dado que el objeto está fuera de mí y el conocimiento está en mí, todo cuanto puedo
apreciar es si mi conocimiento del objeto concuerda con mi conocimiento del objeto. Los
antiguos llamaban vicioso a un círculo tal en la definición. Y en efecto tal es la falta que los
escépticos no han dejado de reprochar a los lógicos; decían que con esta definición de la
verdad ocurre como con el hombre que hiciera una declaración ante un tribunal, invocando
como testigo a alguien a quien nadie conociese, pero pretendiera ser creído diciendo que
aquél al que invoca como testigo es un buen hombre. El reproche está absolutamente
justificado, pero la solución del problema en cuestión es absolutamente imposible para
cualquiera.
De hecho, la cuestión que se plantea es saber si, y en qué medida, hay un criterio cierto de
verdad, universal y prácticamente aplicable. Tal es en efecto el sentido de la cuestión ¿qué
es la verdad? Para estar siquiera en disposición de enfrentarnos con esta importante
cuestión, hemos de distinguir cuidadosamente en nuestro conocimiento lo que pertenece a
la materia y se refiere al objeto, de lo que concierne a la simple forma como condición sin
la cual un conocimiento no sería, de manera general, un conocimiento.
Habida cuenta de esta distinción entre el aspecto objetivo, material y el aspecto subjetivo,
formal, de nuestro conocimiento, la cuestión precedente se subdivide en las dos cuestiones
siguientes:
1) ¿Hay un criterio de la verdad universal y material?
2) ¿Hay un criterio de la verdad universal y formal?
Un criterio material y universal de la verdad no es posible, e incluso es contradictorio en sí
mismo. Porque en tanto que universal, válido para todo objeto en general, no debería tomar
en consideración la menor distinción entre los objetos, sirviendo no obstante, precisamente
en tanto que material, a esta distinción misma, para poder determinar si un conocimiento
concuerda precisamente con el objeto al que es referido y no a un objeto cualquiera en
general, lo que nada querría decir propiamente. Porque la verdad material ha de consistir en
este acuerdo de un conocimiento con ese objeto determinado al que se refiere. En efecto, un
conocimiento es verdadero si se refiere a un objeto, puede ser falso si se refiere a otro. Es,
pues, absurdo exigir un criterio material universal de la verdad que debería a la vez hacer
abstracción de toda diferencia entre objetos.
Por otra parte, si de lo que se trata es de criterios formales universales, es fácil decidir que
puede perfectamente haberlos. Porque la verdad formal consiste simplemente en el acuerdo
del conocimiento consigo mismo, haciendo abstracción por completo de todos los objetos y
de toda diferencia entre ellos. Y por consiguiente los criterios formales universales de la
verdad no son otra cosa que los caracteres lógicos universales de la concordancia del
conocimiento consigo mismo, o, lo que es igual, con las leyes universales del
entendimiento y de la razón.

ACTIVIDADES.
1. Elaborar un ensayo de 20 renglones.
2. Confeccionar un vocabulario de 20 palabras y su significado.
SEMANA 9
PANORAMA ACTUAL DE LA EPISTEMOLOGÍA

01.- Afirmaciones de Popper.


1.1. Criticó la idea prevalente de que la ciencia es, en esencia, inductiva.
1.2. Propuso un criterio de comprobación que el denominó FALSABILIDAD, para
determinar la validez científica y subrayó el carácter hipotético-deductivo de la
ciencia.
1.3. Criticó abiertamente que el desarrollo de la historia puede ser circunscrito a leyes,
tales que permitan predecir el curso futuro de los acontecimientos.
1.4. Propone una nueva teoría sobre lo que hay que entender por conocimiento
científico; un conocimiento no verdadero, ni probablemente verdadero, sino
simplemente hipotético.
1.5. Sostiene que lo que define el carácter científico de una teoría es su
contrastabilidad y la que define a ésta, es su refutabilidad.
1.6. Dice que basta un solo caso de refutación para rechazar como falso un enunciado
universal. Miles de pruebas que confirman que los cisnes son blancos no hacen
verdadero a este enunciado; en cambio, basta un solo caso de un cisne negro para
rechazarlo como falso.
1.7. Cómo se originan las hipótesis es sólo una cuestión subjetiva o psicológica. Lo
importante es cómo se justifican y, dada la imposibilidad de la verificación de las
hipótesis, su confirmación es irrelevante y sólo resulta relevante su posible
refutación.
1.8. Sostiene que todas las ciencias, tanto las naturales como las sociales, parten
siempre de problemas, y las ciencias, igual como hace nuestro entendimiento en
otros casos, salen al paso de los problemas presentando tentativas de solución que
no son sino un caso concreto del método general de ensayo y error. Proponemos
intentos de solución y los ponemos a prueba y eliminamos aquellas soluciones que
no lo son.

2.- Apuntes de lógica.


La idea de la moderna lógica, o lógica matemática se debe al genio universal de
LEIBNIZ, al haber concebido dos formas de la lógica moderna: i) El de una lengua
artificial desprovista de toda ambigüedad; ii) El de un manejo regulado de los signos.
A GEORGE BOOLE, se debe la elaboración del primer sistema de lógica matemática
denominada más tarde ÁLGEBRA DE LA LÓGICA. Posteriormente MORGAN (lógica
formal), JEVONS y PEIRCE perfeccionaron el cálculo de BOOLE.
Hacia 1800 las relaciones entre la lógica y la matemática van a evolucionar en el sentido
de una logificación de la matemática.
En 1879 FREGE, al contrastar que los conceptos de sujeto y predicado pueden ser
reemplazados por los de argumento y función, va a intentar de fundamentar, de forma
lógica, la matemática.
Por esa misma época CANTOR creaba la TEORÍA DE CONJUNTOS. Los trabajos de
PEANO tuvieron un papel importante (consideró que la lógica es el instrumento de la
matemática). Pero fue la aparición de los PRINCIPIA MATEMÁTICA de RUSSELL y
WHITEHEAD lo que marcará el punto culminante. Se dice que estos filósofos
realizaron el sistema deductivo más completo que jamás se haya visto.
A partir de PRINCIPIA MATEMÁTICA se intentó construir diversos sistemas: i) En
1920 LUKASIEWICZ intentó construir una lógica no-bivalente; ii) En 1930 HEYTING
publicó las “reglas formales de la lógica institucionista”; iii) LEWIS y LANGFORD
propusieron varios sistemas modales.
Todas estas tentativas se revelan fructíferas y hasta hoy son objeto de muchos estudios.
Hoy existen muchas tendencias en la investigación lógica. Bajo la influencia de
CARNAP y TARSKY se hicieron estudios de semántica y sintaxis en función de
técnicas lógicas. CURRY busca reconstruir la lógica sin el uso de variables.
3.- Apuntes de física.
La física actual ha desbordado las expectativas de las concepciones anteriores. En
especial hay que mencionar la teoría de la relatividad, de EINSTEIN y la teoría quántica
fundada por MAX PLANCK. Con frecuencia se habla de física clásica cuando se
contrapone las viejas teorías a éstas nuevas.
El siglo XX se recordará por los grandes adelantos en la comprensión de la materia. El
siglo XIX terminó con el descubrimiento sensacional de los RAYOS X; seguido por el
de radioactividad y la identificación de un componente común a todos los átomos: El
electrón.
El siglo XX se inició con la hipótesis de PLANCK según la cual la emisión y la
absorción de luz, por la materia, no se realiza de forma continua sino por medio de unas
partículas denominados FOTONES.
4.- La teoría cuántica.
a) La Materia: El mundo atómico (de los átomos), legado de la física clásica, es el
componente último y primordial de la materia. A partir de BOHR se ha conseguido
representar a los átomos como pequeños sistemas solares en miniatura, en donde los
ELECTRONES haciendo las veces de PLANETAS describen órbitas en torno a un
SOL central cargado positivamente.
Según la teoría clásica del ELECTROMAGNETISMO toda partícula que posee carga
eléctrica y se desplaza en forma variable en un campo eléctrico, emite radiaciones en
forma continua. PLANCK supuso que era de manera discontinua en forma de
QUANTOS o granos de energía.
b) La Luz: Los filósofos de la antigüedad y muchos científicos del siglo XIX
sostuvieron que la luz estaba formada por pequeños corpúsculos en movimiento
rápido. Esta teoría corpuscular fue abandonada gracias a los trabajos del inglés
YOUNG y del francés FRESNEL quienes sostuvieron la concepción ondulatoria de la
luz, es decir, se propaga en forma de ondas.
EINSTEIN al estudiar el Efecto Fotoeléctrico concluyó la doble naturaleza:
corpuscular y ondulatoria. La mecánica ondulatoria introduce una dualidad entre
ondas y corpúsculos o partículas, según la cual un electrón o fotón (Cuanto de luz),
debe considerarse en algunos aspectos como una onda y en otros como una partícula.
5.- La teoría de la relatividad.
Es una de las teorías, en el campo de la Física, más difundida y más conocida por el
público. La interferencia de la luz era difícil de explicar, de acuerdo a las teorías
antiguas. EINSTEIN venció esta dificultad introduciendo ideas nuevas, sobre la
naturaleza del espacio y el tiempo y su conexión recíproca.
¿Cómo se puede entender esta teoría? Por ejemplo en el movimiento de un tren, si lo
miramos desde el punto de vista de un caminante, es el tren el que se aleja del
caminante; mientras que para el que va en el tren, es el caminante el que se aleja del
tren.
La Teoría de la Relatividad, desde el punto de vista físico, enseña el poco sentido que
tiene hablar de un suceso en el tiempo o que dos acontecimientos sean simultáneos, así
como del poco sentido que tiene hablar de la longitud, si no especificamos, antes, el
sistema del cual medimos. Ahora bien el estado de reposo, para un físico, no es el que
nosotros le damos, si no que puede ser un estado de movimiento rectilíneo y uniforme.
Por lo tanto para un físico tan en reposo están las estrellas, como un auto que se mueve
en una vía recta y con una velocidad constante. Esto es debido a que el físico llama
estado de reposo a aquel estado de un cuerpo en el que actúan fuerzas sobre él y, por lo
tanto, las leyes de la física se cumplen exactamente igual que si no se moviera. Las
conclusiones a las que más o menos llega esta teoría son:
- El reposo absoluto no existe.
- El tiempo absoluto no existe.
- La longitud absoluta de un objeto no existe.
- La masa de un objeto varía con la velocidad.

ACTIVIDAD
1. Según la física actual la luz es de naturaleza:
A Corpuscular B Ondulatoria C Fotoeléctrica D AyB E Todas

2. Identifica mejor la teoría de la relatividad:


A Es de naturaleza física.
B Posee una conexión recíproca de la luz y la materia.
C Es de naturaleza espacio-temporal.
D Las cosas están en reposo absoluto.
E Todas las anteriores.

3. Responde:
A. Con un ejemplo explica la teoría de la relatividad.
B. En quince renglones haz un ensayo del tema leído.
C. Con ayuda de un diccionario define 20 palabras de los términos desconocidos.
SEMANA 10
CIRO SOLÍS
LA CIENCIA.
1.- Sistema de conocimientos:
La ciencia no es un montón de informaciones desperdigadas o conocimientos sueltos;
sino proposiciones que enuncian contenidos cognoscitivos y se refieren a relaciones de
dependencia entre objetos o sus aspectos, de modo tal que si ocurre un cambio o
modificación de esas partes o relaciones, se modifican, también, sus referencias y la
estructura total del sistema científico.
Nota: Una guía telefónica es una rama de informaciones ordenadas y bien depuradas,
pero nadie puede decir que es un manual científico porque sus datos no se encuentran
lógicamente relacionados.
2.- Conocimientos socialmente significativos:
La ciencia es algo que se hace dentro de la sociedad y, por eso, es una praxis e
indagación por las causas y relaciones de las cosas dentro de un sistema HISTÓRICO-
SOCIAL. Hecho que, por otra parte, tiene graves repercusiones sociales porque ella
desbroza y desmitifica creencias cuando abre caminos –como decía Engels- , para un
salto del reino de la necesidad hacia el reino de la libertad. Las ciencias dependen en su
desarrollo del entorno histórico-social y, también, de su propia lógica de
desenvolvimiento interior.
3.- De validez nunca definitiva:
La ciencia investiga, confirma y disconfirma conjeturas e HIPÓTESIS sobre hechos y
LEYES, pero las conclusiones a las que arriba nunca son definitivas. Su validez, como
ha dicho Popper, es siempre falsable. Sin embargo en las ciencias formales puede
hallarse formulaciones acerca de legalidades permanentes y universales, pero jamás en
las ciencias fácticas pronunciamientos concluyentes para todos los tiempos.
4.- Explicación parcial de las relaciones de dependencia:
La ciencia no explica la realidad total, que en todo caso es ASUNTO DE LA
FILOSOFÍA; sino aspectos, porciones, que vienen a ser sus objetos de investigación.
Pero aún así, sólo explica parcialidades y nunca la entera totalidad del objeto. Ello es
debido a que la realidad es infinita y los HECHOS o los objetos también son infinitos, en
extensión y en profundidad.
5.- Racionalidad:
Lo que caracteriza a la ciencia, a diferencia de cualquier otra actividad mental, es su
racionalidad. Lo que quiere decir que no puede haber ciencia CUYAS
PROPOSICIONES SEAN CONTRADICTORIAS, puesto que todos sus enunciados
deben ser CONSISTENTES. Basta un solo ejemplo de CARENCIA LÓGICA para que
el sistema se derrumbe.
6.- Conceptos, hipótesis y teorías:
Los conceptos forman las hipótesis y éstas las TEORÍAS. El CONCEPTO es la
referencia del PENSAMIENTO a las características del objeto y sus relaciones. La
hipótesis es una estructura de conceptos y la teoría una cadena lógica de hipótesis
científicas. Sin embargo, la ciencia no se compone sólo de teorías sino, también, de
datos e informaciones sueltos que, desde luego, van incorporándose al sistema en forma
paulatina.
7.- Verificación:
La verificación se refiere a que las hipótesis y teorías deben ser sometidas a la prueba de
la confirmación o desconfirmación. Nunca se verifican teorías, ni hipótesis generales
directamente, porque: i) no hay objetos generales y ii) las teorías abstractas se
encuentran muy alejadas de sus objetos de referencia. Sólo se pueden verificar teorías
factuales, es decir, aquellas que aluden a objetos empíricos. Las hipótesis generales y las
teorías se verifican INDIRECTAMENTE, mediante la prueba de sus deducciones que
pueden contener bases empíricas.
8.- Leyes científicas:
Cuando las teorías o las hipótesis generales quedan confirmadas con la verificación,
entonces, se dice que son leyes. Las leyes son los núcleos de la ciencia que explican las
relaciones necesarias y no accidentales, que rigen a la naturaleza y a las entidades
formales.
9.- Mundo objetivo:
Ya se ha visto que en este punto existen posiciones divergentes, que son el realismo y el
idealismo. Para el realismo de los griegos presocráticos y el materialismo dialéctico de
Marx, el mundo de las cosas es independiente del sujeto, existe en sí y por sí. Igualmente
los objetos formales son objetivos para los idealistas, es decir, que no dependen de la
conciencia del hombre sino que pertenecen a un mundo trascendente y distinto de él. La
actitud natural de los científicos es la del realismo objetivo, aquella que cree y acepta,
sin más, la objetividad del mundo. Pero, cuando se ponen a filosofar, alguien puede ser
realista crítico y afirmar que sólo sabe que las cosas se dan en su conciencia, pero no
asegurar que ellas están detrás de su imagen; y otro idealista subjetivo berkeliano puede
sostener que sólo existen sensaciones y percepciones, pero no las cosas que están en
DIOS.

ACTIVIDADES

1. De las definiciones sobre ciencia, desde tu punto de vista cuál consideras mejor.
¿Por qué?
2. Elabora una definición de la ciencia teniendo en cuenta cada una de las
numeraciones señaladas anteriormente.
3. Confeccionar un vocabulario de 20 palabras con su significado.
4. elabora un resumen de 10 renglones de la lectura.
SEMANAS 11

EPISTEMOLOGÍA Y TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

ADAPTADO DE ROLANDO GARCÍA

“EPISTEMOLOGÍA” y “TEORÍA DEL CONOCIMIENTO” son expresiones que


suelen ser utilizadas como si fueran intercambiables, pero no son sinónimas. Las
diferencias obedecen a razones históricas.
Piaget utilizó el término “epistemología” para referirse a su concepción del conocimiento.
Rara vez usó la expresión “teoría del conocimiento”. Esta elección no fue arbitraria. La
adopción del término tiene fundamentos teóricos.
La teoría del conocimiento formó parte de la filosofía a lo largo de toda su historia. Por su
parte el término “epistemologie” (epistemología) fue introducida en el idioma francés en
1901. Según el Diccionario Histórico de la Lengua Francesa, se atribuye su primera
utilización a la traducción de la obra de BERTRAND RUSSELL An Essay on the
Foundations of Geometry, señalando que se tomó prestado del término inglés
“epistemology”, el cual a su vez se formó para traducir del alemán Wissenschaftslehre con
la significación de teoría del conocimiento científico. El diccionario aclara finalmente que
“el término es introducido en francés para designar el estudio crítico de las ciencias,
dirigido a determinar su valor, su fundamento lógico y su campo de acción”.
No es por azar que el término surge en un periodo que abarca el fin del siglo XIX y
comienzos del siglo XX, con la definición antes citada que lo diferencia de una teoría
general del conocimiento. El hecho tiene importantes implicaciones para la historia de la
filosofía porque expresa una de las mayores revoluciones en el campo del pensamiento
(sólo comparable a la revolución científica que culminó en el siglo XVII), aunque en su
momento haya pasado prácticamente inadvertida en los medios académicos. Los grandes
protagonistas de esa revolución fueron en primer término, la LÓGICA y la
MATEMÁTICA, en la segunda mitad del siglo XX con la RELATIVIDAD y la
MECÁNICA CUÁNTICA. Pero no se trató únicamente de una revolución dentro del
campo de esas disciplinas. Los conceptos básicos de todas las ciencias, de todo nuestro
conocimiento de eso que llamamos “el mundo exterior”, “la naturaleza”, “la realidad”,
tuvieron que ser reconsiderados.
CRISIS DE LA FILOSOFÍA ESPECULATIVA
La filosofía especulativa, que durante toda la historia había sido considerada depositaria del
dercho y la responsabilidad de dictaminar sobre la naturaleza, del espacio, del tiempo y de
la causalidad, sobre el significado de la lógica, delas matemáticas, sobre el concepto mismo
de teoría científica, se vio forzada a ceder ese terreno a la ciencia. Este retroceso de la
filosofía especulativa podría considerarse el primer gran derrumbe epistemológico del
siglo.
No se trata de reprochar a la filosofía el haberse apropiado de esos temas. No es posible
tampoco pensar en un súbito y meditado reemplazo de la filosofía por la ciencia. La
transición fue gradual, y en algunos aspectos no claramente demarcada. En los dominios de
la matemática, por ejemplo, la situación fue señalada con suficiente equidad por
BERTRAND RUSSELL en su prólogo a la Introducción a la filosofía matemática.
Por otra parte RUSSELL dio un elocuente testimonio de esas graduales transiciones. En sus
notas autobiográficas tituladas “MY MENTAL DEVELOPMENT”, cuando se refiere a su
participación en el Congreso Internacional de Filosofía de 1900.
No es posible analizar aquí la manera en que esta revolución científica impactó en cada uno
de los sistemas filosóficos. Es suficiente con señalar algunos aspectos del colapso de la
concepción de la ciencia proveniente de la filosofía, centrando el análisis en quien ha sido
considerado el más importante representante de la Filosofía Moderna: EMANUEL KANT.
Kant realizó una contribución de trascendental importancia a la teoría del conocimiento al
poner de manifiesto el papel esencial que corresponde al sujeto (es decir, a la razón
humana), en el proceso de organización de sus interacciones con el mundo físico. La
concepción del conocimiento como producto de las interacciones del sujeto con el objeto
fue la más importante contribución de Kant a la historia de la filosofía. Desde Kant no se
pudo ignorar la activa participación del sujeto en la construcción del conocimiento. Por eso
su valor es permanente y constituye, también, una base fundamental de la epistemología
constructivista. Lo que no sobrevivió al desarrollo de la ciencia fue la explicación que dio
Kant en su Crítica de la razón pura acerca de cómo esas interacciones generan el
conocimiento del mundo físico. Por eso se ha dicho que de Kant hay que tener en cuenta las
preguntas, pero no las respuestas.
Kant creyó haber logrado un puente entre el racionalismo y el empirismo, postulando una
síntesis, según la cual las intuiciones puras y lo que él llama “las categorías del
entendimiento” establecen las condiciones que organizan la materia prima de las
impresiones sensoriales, ordenándolas en el espacio y el tiempo, así como en relaciones
causales. Hay por consiguiente, para Kant, una forma única de concebir el espacio y el
tiempo, porque dichas formas provienen de síntesis a priori que se imponen al
entendimiento sin que ninguna nueva experiencia o especulación pudiera cambiarlas. Pero
sus características habían sido establecidas por la ciencia -la ciencia de la época de Kant-
y no podían ser otras. Había un espacio absoluto y un tiempo absoluto y en ellos ocurrían
los fenómenos físicos tal como lo explicaba la mecánica de NEWTON. Las relaciones
espaciales no podían ser otras que aquellas descritas por la geometría de EUCLIDES. Por
otra parte, Kant consideraba que la lógica no había tenido ningún desarrollo significativo
después de ARISTÓTELES. Hay, además, para Kant conceptos subjetivos que, si bien se
aplican a todo lo que llamamos experiencia, son integrantes de nuestra constitución mental
y, por consiguiente, a priori. Estos conceptos subjetivos están agrupados en cuatro triadas
de: cantidad, cualidad, relación y modalidad. En estas doce categorías (o principios
puros del entendimiento), quedaba involucrado el tema central de la filosofía de la ciencia
que es la causalidad. Su análisis de las categorías deriva del silogismo aristotélico.
De esta manera, la teoría del conocimiento de Kant quedó sustentada en la ciencia de la
época: Aristóteles, Euclides, Newton. Lo que Kant no pudo prever fue que esa ciencia no
era inmutable: treinta años después de presentar su teoría como un sistema final, acabado,
las geometrías no euclidianas de BOLYAI y LOBATCHEWSKY derrumbaron la
concepción del espacio como síntesis a priori, al introducir por primera vez la distinción
entre las geometrías como disciplinas teóricas de las cuales hay una pluralidad, y el espacio
físico cuyas características no podían ser descubiertas por pura especulación filosófica sino
ser establecidas por una ciencia empírica. EINSTEIN habría de demostrar que estas
características no se adaptaban a la geometría de euclides, pero si estaban representadas por
una de las geometrías no-euclidianas que habían sido concebidas teóricamente. Su teoría de
la relatividad pondría, también, en evidencia que, a muy grandes velocidades (próximas a la
velocidad de la luz), las relaciones temporales no eran representadas intuitivamente.
Paralelamente con esos desarrollos, la lógica formal, en un movimiento que culminaría en
FREGE y en RUSSELL, sufriría una total transformación dentro de la cual la silogística
aristotélica ocuparía un lugar secundario, considerado apenas como un importante referente
histórico. Y para completar el pnorama, mencionaremos sólo que los problemas del infinito
en las matemáticas (alos cuales hace referencia Russell en el texto antes citado), que tanto
habían preocupado a los filósofos, quedaron fuera del alcance de sus especulaciones con el
desarrollo del álgebra a fines del siglo XIX y, en particular con la obra de CANTOR.
Queda así justificado que hayamos designado como derrumbe epistemológico al colapso
de las explicaciones que había elaborado la filosofía especulativa para fundamentar la
ciencia.
No fue el caso de que la filosofía haya reaccionado de inmediato ante esa situación, o que la
mayoría de los filósofos se percataran de los alcances y de la profundidad de esa
revolución. Hubo filósofos que sí lo advirtieron pero tuvieron una actitud de rechazo.
HENRI BERGSON, considerado el más importante filósofo gfrancés, de la época, se
atrevió a publicar un libro en el cual la emprende contra la teoría de la relatividad e intenta
demostrar los errores de EINSTEIN sobre el concepto de tiempo (en particular con respecto
a la relatividad de la simultaneidad que Einstein hace depender de los sistemas de
referencia). Einstein no contestó directamente a Bergson, sino a través de una carta a un
amigo común, en la cual dice: “Es lamentable que Bergson se equivoque tan gravemente.
Su error es de orden puramente físico, e independiente de toda discusión entre Escuelas
filosóficas”.
La teoría general del conocimiento sustentada en los medios académicos en la primera
mitad del siglo, pasado, fue recibiendo, indudablemente, el impacto de la situación que
hemos descrito. Diversos sectores de la Filosofía intentaron construir puentes entre las
nuevas conceptualizaciones de la ciencia y las elucubraciones de los grandes sistemas
filosóficos, pero el mismo abismo entre las fundamentaciones que se ofrecían para el
conocimiento común (precientífico), y las conceptualizaciones y teorías de la ciencia se fue
profundizando. En este contexto, fue inevitable que en los cursos de Filosofía del mundo
académico, quedara una teoría del conocimiento que ignoró los serios problemas de
fundamentación que presentaba la ciencia surgida de aquella revolución. Como contraparte
en los cursos de Filosofía de la Ciencia, que estuvieron a cargo de científicos, se analizaron
los nuevos conceptos y teorías, pero sin conexión con una teoría general del conocimiento.
Baste con citar los nombres de RUSSELL, POPPER o QUINE, como ejemplos de filósofos
que individualmente ejercieron una enorme influencia o mencionar a los grupos conocidos
como CÍRCULO DE VIENA y CÍRCULO DE BERLÍN, para tener una idea de la
magnitud y el nivel de los esfuerzos realizados por las corrientes empiristas en la primera
mitad del siglo XX. No es necesario ampliar la lista para percibir que en ninguna otra época
de la humanidad el análisis de los problemas del conocimiento contó con tal convergencia
de contribuciones provenientes de los más altos niveles del pensamiento científico y
filosófico.
No cabe duda de que en ese periodo se realizaron aportes de trascendental importancia para
clarificar conceptos fundamentales de la ciencia. Sin embargo, su reacción contra la
Filosofía, a través de una teoría de la significación que negaba sentido a toda proposición
significativa y a fortiori de todo enunciado científico estaba en la experiencia sensorial.
Es en ese contexto donde entra en escena la EPISTEMOLOGÍA GENÉTICA. Piaget utilizó
el término epistemología para referirse a su concepción del conocimiento.
Piaget coincide con el empirismo en negarle a la filosofía especulativa capacidad para
fundamentar tanto el conocimiento científico como los conceptos más básicos del
conocimiento común (espacio, tiempo, causalidad). Pero reivindica la función de la
Filosofía, en su impactante libro Sájese et illusions de la philosophie (traducido como
sabiduría e ilusiones de la filosofía). En el debate donde se discutió el libro mencionado,
con la participación entre otros de PAUL RICOEUR, PAUL FRAISSE Y RENÉ SAZZO,
Piaget aclara su posición frente a este problema cuando niega que sea posible establecer
una división tajante entre Ciencia y Filosofía y afirma que “la filosofía ha sido la matriz de
la ciencia y continúa siendo sin duda la matriz de ciencias y de nuevas perspectivas que hoy
no podemos aún entrever, pero sólo lo será en la medida en que no se encierre en sistemas y
no crea que genera el conocimiento” Por otra parte Piaget valoriza al mismo tiempo una
actividad que se ocupa de problemas “mucho más amplios que el conocimiento, y que
concierne al sentido de la vida, la posición del hombre frente al Universo o frente a la
sociedad”, los cuales declara, “rebasan no sólo la ciencia sino el conocimiento en general”,
puesto que en este caso no se trata únicamente de conocer, “se trata de decisiones, de
obligaciones, de tomar partido”. Aquí interviene “una mezcla de información, de síntesis de
todo lo que uno es capaz de conocer”, pero también actitudes y compromisos que
“sobrepasan el conocimiento”. A esto Piaget llamó “sagesse” que no es traducible
precisamente por “sabiduría”, a menos que se aclare que allí participa, también, lo que
suele llamarse “la sabiduría del sentido común”.
CRISIS DEL EMPIRISMO
Piaget coincide con el empirismo lógico en la reivindicación de la teoría del conocimiento
como dominio exclusivo de la ciencia. Sin embargo es en ese mismo campo donde sus
diferencias son más profundas. La situación tiene carácter paradójico puesto que ambas
posiciones adjudican a la ciencia el papel de juez y sin embargo las diferencias no pudieron
ser dilucidadas dentro del campo de la ciencia.. Este será precisamente el unto en el cual
Piaget concentrará su ataque contra todas las formas de empirismo. Su argumento es sólido.
Tomemos por ejemplo, como referencia, la formulación de REICHENBACH, que parece
sinterizar el “credo” común de todo empirismo: la observación sensorial es la fuente
primera y el juez último de todo conocimiento. La pregunta que formuló Piaget a este
respecto quedó sin respuesta: ¿cuáles son las observaciones, las experiencias, las evidencias
empíricas, que han permitido sustentar la afirmación de que efectivamente la observación
sensorial, es la fuente primaria del conocimiento?
La ausencia de respuesta dio pie al comentario irónico de Piaget: “El empirismo nunca
pudo demostrar empíricamente los fundamentos de su posición”. Más importante que esa
ironía es el hecho de que la Escuela Ginebrina haya podido montar una impresionante
cantidad de experiencias, en el marco de la Psicología Genética creada y desarrollada para
ese fin por Piaget, que dejaron sólidamente fundamentada la posición antiempirista tan
característica del constructivismo piagetiano.
No fueron, sin embargo, las experiencias psicogenéticas -muy mal conocidas por la
filosofía “oficial”- las que provocaron la crisis del empirismo hacia mediados del siglo
XX. La crisis fue declarada desde el propio corazón de la Escuela Empirista. En este punto
creo que la forma en que tuvo lugar su declinación merece el más profundo homenaje a la
seriedad y honestidad intelectual de algunos de los grandes empiristas del siglo, como
trataré de demostrar. Nadie puede ignorar los extraordinarios logros de las corrientes
empiristas que hemos mencionado, tanto en el campo de la Lógica y en la fundamentación
de la matemática, como en el análisis crítico de las teorías científicas. Creo, sin embargo,
que no se ha destacado suficientemente la impresionante labor realizada por algunos de
esos grandes empiristas al intentar llevar a sus últimas consecuencias el análisis de la
validez de su propia posición epistemológica.
Mencionaré sólo tres de esos intentos, que considero los más significativos: Ellos
corresponden a tres de los grandes lógicos del siglo XX: RUDOLF CARNAP,
BERTRAND RUSSELL y W. V. QUINE. La idea central fue la misma: si la fuente del
conocimiento está en la experiencia sensorial (que Quine calificó más crudamente como
“irritación de nuestras terminaciones nerviosas”), habría que mostrar el camino por el cual,
a partir de tales datos sensoriales, se llega a las abstracciones de las conceptualizaciones
científicas, o aun a los conceptos que se manejan en el “conocimiento natural” (no
científico). Los resultados, de los que me atrevería a calificar como los grandes
experimentos epistemológicos de la historia fueron negativos, y, Russell lo declara en su
última obra filosófica, El conocimiento humano, formulándolo con toda honestidad aunque
con mucha suavidad: “El empirismo como teoría del conocimiento ha mostrado ser
inadecuado”.
Por su parte Quine, más melancólicamente, pero en forma más terminante, tuvo que
declarar: “hemos dejado de soñar(sic) con deducir la ciencia a partir de los datos
sensoriales”. Piaget pudo haber respondido a uno y a otro algo que dijo irónicamente en
otro contexto: “Yo he demostrado empíricamente que el empirismo no puede dar
cuenta de la construcción del conocimiento”.
No deja de ser motivo de asombro -por lo menos para quien esto escribe-, que el
empirismo continúe vigente y que sea todavía para un gran porcentaje de científicos, en
todos los niveles y en todas las altitudes, un credo indiscutible, no obstante haber sido
descalificado, tanto por la imposibilidad de cumplir con su programa (como en los casos
que hemos citado: Carnap, Russell, Quine), como por la refutación de sus hipótesis de base
contenida en la monumental obra de investigación psicogenética e histórica realizada por la
Escuela Piagetiana. La conjunción de ambos tipos de resultados implicó la situación que
considero justificado declarar como el segundo gran derrumbe epistemológico del siglo
XX. … Pero entonces ¿cuáles son las bases de todo ese cúmulo de conocimientos que
han permitido ejercer tal dominio sobre la naturaleza y explicar tantos fenómenos
naturales? ¿En qué consiste explicar?
Estas son las preguntas que se propuso contestar el constructivismo. De hecho, toda la obra
piagetiana giró en torno de ellas. La originalidad de esa obra consistió en haber tomado la
decisión (que algunos de sus escritos consideraron escandalosa), de ir a buscar respuestas
en el comportamiento de los niños, desde el nacimiento a la adolescencia, antes de
buscarlas en la historia de la ciencia.
La decisión no fue arbitraria, ni tampoco fruto de deformación profesional, como pudieron
pensarlo quienes ignorar que PIAGET no comenzó estas indagaciones a partir de la
PSICOLOGÍA, sino que llegó a la psicología buscando respuestas a los interrogantes que le
plantearon sus inquietudes epistemológicas.
Hemos visto al comenzar que el término “epistemologie” (epistemología), tomó carta de
ciudadanía en la lengua materna de Jean Piaget con el sentido preciso de una teoría del
conocimiento científico.
La psicología y la epistemología que estudian esos procesos fueron calificados por Piaget,
con toda propiedad, como PSICOLOGÍA GENÉTICA Y EPISTEMOLOGÍA
GENEÉTICA, en tanto su objetivo era estudiar la GÉNESIS del conocimiento. Los
biólogos, que han monopolizado el término “genética” utilizado primero como adjetivo y
luego como sustantivo, suelen protestar por su uso en las dos disciplinas piagetianas. No es
necesario recordar que MOISÉS precedió por mucho a MENDEL en referirse a “génesis”.
En cuanto a “genética” (“genétique” en francés), el Diccionario Histórico de la lengua
francesa, ya mencionado, señala que “fue primero un término filosófico, en el sentido de
`relativo a la génesis de alguna cosa`, y luego empleado en fisiología como variante de
“genésico”.
El uso que hace Piaget del adjetivo “genética” rescata, por consiguiente, el sentido
primigenio del término y su definición de la Epistemología Genética (que será también su
programa de trabajo), como “el estudio de los mecanismos del desarrollo de los
conocimientos”, constituye una síntesis del proceso que hemos tratado de describir.
Mantiene el sentido original del término epistemología, como teoría del conocimiento
científico, pero estudia su génesis llegando a las formas más elementales en el nivel de la
niñez y muestra que no hay discontinuidad en los mecanismos contractivos.
Con la creación de la Psicología Genética , cuyo espectacular desarrollo hizo a Piaget más
famosos que su epistemología, quedó constituido el campo experimental en los niveles
elementales (del nacimiento hasta la adolescencia), mientras la Historia de la Ciencia
proveería luego el material empírico (la experiencia histórica), en los más altos niveles del
conocimiento científico. La teoría del desarrollo cognoscitivo planteada desde la
epistemología y basada en los resultados empíricos de la investigación psicogenética y el
análisis histórico-crítico de los conceptos y teorías se constituyó así en la primera teoría del
conocimiento, científica e integrada, en la historia del pensamiento

ACTIVIDADES.
1.- Elabora un vocabulario con los términos que no conocías.
2.- Señala, brevemente, ¿cuál es el sentido que da Piaget a genética?
3.- ¿Qué sentido tiene mencionar a Moisés, en la lectura?
4.- ¿Estás de acuerdo en que la observación sensorial es la fuente primera y el juez último
de todo conocimiento? ¿Por qué?
5.- Haz un ensayo de quince renglones, según el modelo que conoces.

SEMANAS 12 y 13
ALGO SOBRE EL MÉTODO CIENTÍFICO

Dice Descartes en el Discurso del método, “yo abrigué en lo más hondo de mi corazón el
deseo vehemente de aprender a distinguir lo verdadero de lo falso, para poder juzgar con
claridad mis acciones y poder seguir con más firmeza el camino de la vida”; es el camino
de la ciencia y la investigación científica lo que inquieta mi espíritu para buscar en lo
más hondo del saber y aquello que llamamos método científico así como la referencia de
su pasado histórico, me permitirá llegar a la verdad que es uno de los principales
objetivos del tema que voy a desarrollar.
El hombre a través de toda la historia de la humanidad ha estado buscando dar respuesta
a una serie de interrogantes que surgieron al experimentar un conjunto de necesidades y
que busca, a partir de “un mundo que le es dado enriquecerlo construyendo otros
universos… construye la sociedad y a su vez es construido por ella… crea el mundo de
los artefactos y el mundo de la cultura y a través de la ciencia como la actividad, la aplica
para el mejoramiento de nuestro medio natural y artificial” así lo señala Bunge (1985) en
su clásico, La ciencia, su método y su filosofía.
Al entrar en la indagación de lo qué es la ciencia y lo qué es la investigación científica,
sin mayores prolegómenos tendremos que hacernos las siguientes preguntas:
1. ¿Qué es lo que hace a la ciencia, ciencia?
2. ¿Qué es el método de la ciencia?
3. ¿Qué pasos caracterizan el método científico?
4. ¿El método científico es universal?
5. ¿Cuál es su origen y quién es el creador del método científico?
Las respuestas son las que ha estado buscando el hombre de todas las épocas y de todos
los tiempos, porque solamente así satisfará sus ansias de saber, pero, estas respuestas no
necesariamente han sido exhaustivas e infalibles, por el contrario han motivado nuevas
interrogantes las que han generado a su vez nuevas soluciones. Mi trabajo anhela al mejor
estilo aristotélico decir “de lo que es, que es; y de lo que no es, que no es; porque esto es
lo verdadero”; y lo que la ciencia busca, con ayuda del método científico, es la verdad.
Debo advertir que este ensayo sobre el pasado histórico del método científico, reúne notas
de preclaros exponentes del saber científico y que sin tener la agudeza que me gustaría
tener, voy a hacer un análisis crítico, imparcial y objetivo, asimismo, debo señalar que me
embarga la ambición de lograr el cometido que me he propuesto, hacer un breve estudio
de parte de la historia del método científico.
1. ¿Qué es lo que hace a la ciencia, ciencia?
Una pregunta metafísica (indagar sobre la naturaleza de la ciencia), recibe una
respuesta epistemológica: La ciencia es ciencia porque utiliza el método científico.
Para nadie, que tenga que trabajar en el campo de la ciencia, le son extraños la
importancia y el éxito que el método científico ha logrado, especialmente en los
últimos tiempos. Afirma Bunge (1992) que si se concibe el método experimental y si
se le concibe en sentido amplio, abarca todos los campos de la investigación
científica.
Por lo tanto, la ciencia y la investigación, se hacen científicas merced al método
científico.
2. ¿Qué es el método científico?
No es un conjunto de recetas, de fórmulas infalibles; el método científico no suple al
investigador, sino que le ayuda; el método científico es el camino que utilizan los
hombres dedicados a la investigación; el método científico es un conjunto de pasos
ordenados sistemáticamente, que han de conducir al hombre de ciencia a alcanzar los
fines que se ha propuesto; el método científico es partir de la observación de hechos
particulares para desembocar en el establecimiento de hechos medibles y
experimentables; el método científico es el que utilizan los que hacen trabajos de
investigación sistemática y metodológica para hacer descubrimientos e inventos
científicos.
Russell (1984), dice que el método científico ha sido descrito muchas veces y no es
posible decir nada nuevo sobre el mismo (2), sin embargo, voy a intentar dar una
definición del método científico para así tener una idea más clara de lo que constituye
la razón de ser de este tema: El método científico es el proceso ordenado y
sistemático, cuya secuencialidad lógica, lo convierte en el símbolo de garantía de todo
trabajo de investigación.
3.- ¿Qué pasos caracterizan al método científico?:
Dada la profusa cantidad de puntos de vista en torno a las etapas o pasos del método
científico; aun cuando encuentro que entre ellos guardan relaciones de forma y de
fondo, voy a reseñarlos brevemente para luego, con mis limitaciones, plantear los
pasos del tema en estudio, desde nuestro punto de vista:
Para Julio Sanz (1987):
- Determinación del problema científico específico
- Planteamiento de una hipótesis.
- Deducción a partir de las hipótesis, de una secuencia contrastable.
- Contrastación de la consecuencia o hecho deducido de la hipótesis por medio de
la observación o experimentación.
- Análisis de los resultados.
Para Bertrand Russell (1984):
- Observar los hechos significativos.
- Sentar hipótesis que expliquen aquellos hechos.
- Deducir de estas hipótesis consecuencias que puedan ser puestas a prueba por la
observación.
Según Mario Bunge (1992):
- Descubrimiento del problema.
- Planteo preciso del problema.
- Búsqueda de conocimientos o instrumentos relevantes al problema.
- Tentativas de solución al problema con ayuda de los medios identificados.
- Invención de nuevas ideas.
- Obtención de una solución del problema.
- Investigación de las consecuencias de la solución obtenida.
- Puesta a prueba (contrastación), de la solución.
- Corrección de las hipótesis, teorías, procedimientos o datos.
Según Isaac Asimov (1991):
- Detectar la existencia de un problema.
- Separar luego y desechar los aspectos no esenciales del problema.
- Reunir todos los datos posibles que inciden en el problema.
- Reunidos todos los datos elabórese una generalización provisional.
- Con la hipótesis en la mano predecir los resultados.
- Si los experimentos funcionan la hipótesis sale reforzada.
Desde mi punto de vista:
a. Surgimiento de la idea.
b. Descubrimiento del problema
c. Enunciado del problema.
d. Planteamiento de la hipótesis.
e. Contrastación (demostración empírica), de la hipótesis.
f. Análisis de los resultados.
g. Informe.

4. ¿El Método Científico, es universal?


Sí, porque la ciencia es ciencia por el método científico (pues existen las llamadas
pseudociencias a las que no es posible aplicar el método científico como: la
Rabdomancia, Frenología, Astrología, etc.). Si se parte del hecho de que existen las
llamadas Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales, asimismo, que existen las llamadas
Ciencias Formales como la Matemática y la Lógica; entonces, se puede afirmar que el
Método Científico tiene carácter universal, por cuanto busca dar cientificidad a todas las
ciencias que explican el Universo la vida y las cosas.
La universalidad del Método Científico está en función de su aplicación a todos los
campos de la investigación en donde los investigadores lo utilizan para dar objetividad,
sistematicidad y claridad a su trabajo.

5. ¿Cuál es su origen y quién es considerado padre del Método Científico?


Es sabido que desde la antigüedad los griegos aplicaban la idea de método a un conjunto
de operaciones que realizaban en diferentes campos del saber y es Aristóteles,
principalmente, el que dio un verdadero sentido al método científico con sus teorías: El
silogismo, las definiciones, el método inductivo-deductivo y la teoría de la causalidad.
Sin embargo, es en la Edad Moderna en donde el método científico adquiere verdadera
significación bajo el amparo de dos de los más grandes pensadores de comienzos del
siglo XVII, me refiero a Descartes y Bacon; ellos representan a dos Escuelas que
influyeron en el avance del conocimiento: racionalismo y empirismo, respectivamente.
Descartes que fue matemático, fue defensor del análisis y la deducción, mientras que
Bacon defendió la inducción porque creyó que se podían inducir conclusiones sólo
mediante la observación de los fenómenos.
Russell (1984), en “La perspectiva científica”, afirma que, en el proceso de adquirir
conocimiento seguro y general, Galileo dio el primer paso, por eso, es el padre de los
tiempos modernos. Luego señala, creo que si cien de los hombres de ciencia del siglo
XVII hubiesen muerto en la infancia, no existiría el mundo. Y de ese ciento, Galileo es
el principal.
Es que Galileo no se conformó con la observación pura, ni con la conjetura arbitraria,
sino que propone hipótesis y además las somete a prueba, es así que funda la dinámica
moderna primera fase de la ciencia moderna. Bunge (1992), en “Epistemología” dice
que Galileo se interesó por los problemas metodológicos, gnoseológicos y ontológicos,
porque es un científico y un filósofo.

6. ¿No existe el método científico?


Así como hay quienes creen que hay métodos para todo y que para cualquier cosa es
suficiente aprenderse los métodos correspondientes y a los que podríamos llamarlos
“metodólatras”; también hay quienes niegan la existencia de un método científico.
Sostienen que quizá en el pasado pudo existir algún método científico pero que en la
actualidad debido al avance vertiginoso de las sociedades y con ellas el progreso, no
existe el tal método de la ciencia. El más alto exponente de esta tendencia es
Feyerabend.

Conclusiones.
1. El nombre de método científico, es tan genérico como el de ciencia por lo tanto sólo
hay uno y que la base de su acción en el campo de la investigación científica es que se
vale de la observación, la experimentación, la medición, la comprobación.
2. La historia del método, es la historia de la ciencia y si la ciencia es construcción del
hombre, el método también.
3. Uno de los grandes problemas del método, es el análisis ontológico, epistemológico y
gnoseológico; de su estructura y funciones.
4. Dada la diversidad de ciencias que se cultivan hoy en día y la preocupación de los
defensores de las llamadas ciencias sociales, especialmente sociólogos y antropólogos
y su incidencia en las llamadas investigaciones cualitativas; seguramente veremos
aparecer una mayor variedad de métodos.

AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué es lo que hace a la ciencia, ciencia?:
A Su campo de estudio.
B Su contenido teórico.
C El método científico.
D Su proyección trascendente
2. El método científico es:
A Conjunto de fórmulas infalibles.
B La observación de los hechos en forma minuciosa.
C Camino que utiliza el hombre para alcanzar algo.
D Conjunto de pasos ordenados sistemáticamente.
3. ¿En qué paso, del método científico, abajo citados, coinciden los autores?:
A Determinación del problema
B Planteamiento de una hipótesis
C Análisis de los resultados.
D Ninguna anterior.
4. ¿Cuál de ellos es considerado “padre” del método científico?:
A Renato Descartes
B Francis Bacon
C Bertrand Russell
D Galileo Galilei.
ACTIVIDADES
1. Elaborar un cuadro comparativo entre los métodos y su evolución histórica.
2. Elabora un ensayo de veinte renglones del trabajo.
3. Confecciona un vocabulario de 20 palabras y su significado.
SEMANA 14

LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS DE THOMAS KUHN

LOS PARADIGMAS.
El término paradigma (dentro del pensamiento plutoniano “paradigma” fue sinónimo de
ejemplo), usualmente significa modelo, ejemplo, arquetipo. Sin embargo adquirió un
significado muy especial a partir de la publicación del libro de Kuhn (historiador de la
ciencia), “La estructura de las revoluciones científicas, en 1962. En dicha obra, nos dice
el autor: “En su uso, establecido un paradigma, es un modelo o patrón aceptado y este
aspecto de su significado me ha permitido apropiarme la palabra paradigma, a falta de otro
término mejor. En consecuencia Kuhn lo utilizará para designar “… realizaciones
científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos
de problemas y soluciones a una comunidad científica.”. Cabe agregar que dicha obra Kuhn
define paradigma de muchas formas, lo que se deduce que no tenía una idea clara de este
término.
Considero que un paradigma es un constructo teórico cuya estructura onto- epistemológica
se da dentro de un espacio-tiempo, para servir de referente frente a los objetivos y metas
que se quieren alcanzar o lograr.
Asimismo, debemos entender por Comunidad Científica, a la reunión o agrupación de
personas dedicadas a la investigación científica, permanente, en todo el mundo científico.
Una Comunidad Científica, es una especie de colegio profesional, que autentica o da el
visto bueno, de lo que se hace dentro de una agrupación colegiada (en el caso de los
colegios) y de lo que se hace en el campo de la ciencia (en el caso de la comunidad
científica).
Hay una comunidad científica internacional, regional, nacional, hasta local comunal.
LA CIENCIA NORMAL.
El término “ciencia normal” “… significa investigación basada firmemente en una o más
realizaciones científicas pasadas, realizaciones que alguna comunidad científica particular
reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento para su práctica posterior”.
La ciencia normal es, pues la ciencia que practica usualmente una comunidad científica.
Aquella que crece y se desarrolla en ausencia de periodos de crisis. La ciencia que para
crecer se apoya firmemente se apoya en uno o varios logros del pasado, cuya vigencia es
reconocida por dicha comunidad científica como base para ulteriores trabajos.
LOS ENIGMAS.
Los enigmas son, en el sentido absolutamente ordinario que empleamos aquí, aquella
categoría especial de problemas que pueden servir para poner a prueba el ingenio o la
habilidad para resolverlos. Hasta que aparecen las anomalías.
LAS ANOMALÍAS.
Una anomalía es un problema cuya solución satisfactoria no es posible en el contexto de la
ciencia normal, del paradigma vigente. Son fenómenos nuevos, inesperados. A diferencia
de los enigmas, que son problemas cuya solución -a veces más de una- puede encontrase
dentro del paradigma establecido, las anomalías pueden interpretarse como contraejemplos
o, como diría Popper, falsaciones (teoría del falsacionismo), de teorías científicas.
La presencia de anomalías será el inicio de un periodo de crisis. Un caso muy conocido de
anomalía es el que se produjo en la astronomía antigua.
Si se descubren anomalías, en un principio los científicos intentan incorporarlas al modelo
explicativo vigente, tradicional. … Cuando se multiplican las anomalías… o se pone en
evidencia que no se puede dar una explicación de ellas, en el marco de la “ciencia normal”,
es cuando se produce una crisis del paradigma.
LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS.
Las revoluciones científicas son “… aquellos episodios de desarrollo no acumulativo en
que un antiguo paradigma es reemplazado, completamente o en parte, por otro nuevo o
incompatible” La revolución científica es el resultado de la paulatina pérdida de prestigio
del paradigma, la que a su vez, se deriva de la aparente incapacidad de los científicos para
encontrar solución a los problemas anómalos.
“¿Por qué debe llamarse revolución a un cambio de paradigma?”, se pregunta Kuhn,
tratando de justificar el uso metafórico del término “revolución”. La respuesta que da es
haciendo un paralelo entre las revoluciones políticas y las revoluciones científicas y aduce
que en las primeras se inicia con un sentimiento cuando las instituciones existentes han
cesado de satisfacer los problemas planteados por el medio ambiente. Del mismo modo las
revoluciones científicas se inician cuando la comunidad científica establece que un
paradigma ha dejado de funcionar adecuadamente.
AUTOEVALUACIÓN.
1. Desde su punto de vista, de acuerdo a la lectura, se adecua mejor a paradigma:
A Modelo científico
B Arquetipo científico
C Realizaciones científicas
D Comunidad científica
2. La investigación basada en una o más realizaciones científicas, practicada por
una comunidad científica, se llama:
A Paradigmas
B Anomalías
C Revoluciones científicas
D Ciencia normal
3. Son las falsaciones de las teorías científicas, a decir de Popper:
A Los enigmas
B Los dilemas científicos
C Los enigmas
D Las anomalías
4. Según Kuhn un cambio de paradigma debe llamarse revolución, haciendo un
paralelo con las revoluciones:
A Políticas
B Sociales
C Económicas
D Sociopolíticas
ACTIVIDADES
1. Elaborar un vocabulario de 20 palabras de los términos que desconoces.
2. Confecciona un ensayo crítico, de quince renglones, sobre la lectura.

SEMANA 15
EL PROBLEMA DE LOS ENTES
ADAPTADO DE CARLOS BARRIGA HERNÁNDEZ

A.- Introducción:
Todo conocimiento de la naturaleza que fuere se refiere a algo (ente). En virtud a tal
referencia los entes devienen en lo que llamamos objetos. Los entes pertenecen al
mundo ÓNTICO. Debemos saber que cada ente, tiene un ser; y el ser es lo que hace, que
el ente sea lo que es. Si los entes pertenecen al mundo óntico; el ser pertenece al mundo
ONTOLÓGICO.
Desde las primeras reflexiones se ha discutido la naturaleza de tales objetos: ¿Qué clase
de cosas constituyen todo cuanto hay y que devienen en objetos de nuestros actos
cognoscitivos? PLATÓN fue uno de los primeros en pensar sobre este asunto y
concluyó que lo que auténticamente es, son las ideas y no las cosas materiales. Es más,
las cosas materiales se explican por las ideas y n o al revés. Aquí tenemos expuesta una
concepción de todo cuanto hay que lo divide en dos mundos. Sobre esta ontología Platón
crea una gnoseología, que en última instancia sigue a la de PARMÉNIDES, según la
cual hay dos vías para conocer: la razón para conocer las ideas y la percepción para
conocer los entes materiales. Aquí tenemos un ejemplo de cómo la ONTOLOGÍA va
unida a la GNOSEOLOGÍA.
Sobre Platón seguiremos hablando más adelante. Ahora lo que necesitamos es un cuadro
clasificatorio del tipo de objeto materia de nuestro conocimiento. Ciertamente lo que
diremos, como cualquier otra cuestión filosófica, es bastante discutida y discutible.
Empero, a riesgo de cualquier cuestionamiento reconoceremos los siguientes tipos de
entes que constituyen objetos de nuestro conocimiento: a) reales o materiales; b)
ideales o abstractos; c) irreales; d) virtuales (los últimos a partir de las invenciones a
través de la computadora).
B.-Los entes u objetos reales
Un ente o un objeto real es aquel caracterizado por el cambio, el espacio-tiempo, la
individualidad y el ser en sí.
1.- El cambio o movimiento:
Uno de los primeros en reflexionar sobre el movimiento fue ARISTÓTELES. Cuando
el gran pensador griego, hablaba de movimiento lo hacia refiriéndose a cuatro clases
de movimiento: 1) el movimiento local, es decir, el cambio de lugar; 2) el
movimiento cuantitativo, es decir, el aumento o la disminución; 3) el movimiento
cualitativo o alteración y 4) el movimiento sustancial, es decir, la generación y la
corrupción. Todos los entes materiales se encuentran sujetos al cambio permanente.
Los primeros pensadores dieron cuenta de la universalidad del cambio. Así
HERÁCLITO, el filósofo del cambio afirmó que todo cambia, todo fluye, nada
permanece constante, “nadie puede bañarse dos veces en las mismas aguas de un
río”, dice HERÁCLITO, pues sus aguas al fluir no son siempre las mismas. Frente a
Heráclito se encuentra PARMÉNIDES, el filósofo de lo permanente y del cambio
como ilusión engañosa de los sentidos. Parménides considera que el cambio es
imposible, pues indica el paso del ser al no ser. Pero sucede que el no ser, según
Parménides, no existe porque no puede pensarse en él sin atribuirle alguna propiedad
que lo hace ser.
Empero: ¿Cómo se concilia la idea del cambio con el hecho de que existen cosas
que permanecen siendo las mismas a lo largo del tiempo? Por ejemplo, las
PIRÁMIDES DE EGIPTO siguen siendo las mismas a lo largo de los siglos En
éste y otros casos semejantes, lo que ocurre es que, como los cambios son
perceptibles para nosotros solo a nivel macrofísico, no nos percatamos de los
cambios a nivel microfísico que se dan constantemente, sea cual sea el fenómeno de
que se trate, desde una partícula atómica cuya “vida” es infinitamente pequeña, hasta
la estrella más longeva, todos cambian y en algún momento desaparecen. Lo que
llamamos “permanente” es entonces relativo. Precisamente lo que llamamos una
“cosa”, es una conjunción relativamente constante de propiedades en el flujo
cambiante de la realidad. Esta permanencia relativa es lo que hace posible que se
pueda hablar de algo como “siendo lo mismo” a lo largo del fluir del cambio.
La ciencia contemporánea le ha dado la razón a HERÁCLITO. El cambio se
considera una propiedad presente en todo nivel y tipo de entes materiales. Así, se
habla a nivel orgánico, de formas de movimiento como el desplazamiento espacial,
cambios electromagnéticos, interacciones gravitatorias, movimientos atómicos-
moleculares (calor, cristalización, etc.), a nivel orgánico, del metabolismo, el acto
reflejo, etc. A nivel social de una revolución, la modificación en las costumbres y en
la moda, etc.
El cambio constante de la materia; ¿implica el caos?, NO. La idea del cambio
constante es compatible con la idea de un orden regular en el comportamiento de las
cosas. Heráclito pone al fuego como ejemplo de lo que es el cambio permanente, dice
que el fuego se enciende y se apaga según medida, con lo cual sostiene que el
cambio no es arbitrario. El orden subyacente en el cambio es captado sólo por el
logos o la razón. En la realidad no sólo subyace un orden inmanente, sino que éste
es cognoscible por el hombre a través de la razón. De este modo se afirman dos tesis
básicas que constituyen dos supuestos de todo pensar: el principio ontológico según
el cual existe un orden regular subyacente en el acontecer de los hechos y el
principio gnoseológico, según el cual el orden subyacente es cognoscible por el
hombre.
2.-El espacio-tiempo
Estas son dos propiedades características de los entes materiales. Dado un ente
material es posible señalar sus coordenadas espacio-temporales. Por esta propiedad
los entes materiales son, en principio, perceptibles por los sentidos. En la FÍSICA
CLÁSICA que culmina con NEWTON, el espacio y el tiempo son dos realidades
absolutas e independientes entre sí. Con EINSTEIN el espacio y el tiempo se
conciben como formando una sola realidad que se llama el continuo ESPACIO-
TIEMPO, y es relativo, pues cambia con el sistema de REFERENCIA.
Es necesario precisar que los fenómenos psíquicos siendo reales no son espaciales,
pero sí se encuentran sujetos a la temporalidad. Duran pero no ocupan un espacio, por
eso no son perceptibles.
3.-LA Individualidad
Es decir, el carácter singular de los hechos. Cada uno de ellos tiene su propia y
singular existencia, la que no se confunde con la existencia del otro.
4.-El ser en sí
Esto es que los entes materiales existen independientemente del conocimiento de los
sujetos. Los hombres pueden conocerlos o no, sin que esto afecte su existencia. Este
es otro supuesto ontológico fundamental; el principio según el cual las cosas
materiales no son creaciones mentales del sujeto. Esta es la posición sostenida por el
REALISMO.
La posición inversa es el IDEALISMO, que incluso puede llegar al SOLIPSISMO
(sólo yo existo). Con el desarrollo del paradigma constructivista el realismo ha sido
puesto en cuestión nuevamente en la epistemología, como se verá más adelante.
5.- Manifestaciones de los entes reales.
Los entes reales se manifiestan ante el sujeto de diferentes maneras:
a) Como hechos o cosas, cuando estamos frente a un conjunto relativamente constante
de propiedades. Por ejemplo: una casa, una montaña, un trozo de metal, etc. Las
propiedades pueden pertenecer a los hechos de dos maneras: De manera accidental
cuando le pueden pertenecer o no, sin que los hechos dejen de ser, lo que son. De
manera esencial cuando su ausencia hace que el hecho deje de ser lo que es. Por
ejemplo el pensamiento racional se considera una propiedad esencial del ser
humano; en cambio, el color de su piel, nacionalidad o grado de instrucción son
accidentales.
b)Como acaecimientos, sucesos, acontecimientos, etc. Mario Bunge los define como
“cualquier cosa que tiene lugar en el espacio-tiempo y que por alguna razón, se
considera en algún aspecto como una unidad, además cubre un lapso breve”. Son
ejemplos de acaecimientos, un relámpago de luz o la ocurrencia de una idea.
c) Como procesos, es decir, como una secuencia dinámica de acaecimientos. Por
ejemplo realizar un viaje, con toda la secuencia de acontecimientos, desde el
levantarse hasta la llegada a nuestro destino.
C.- Los entes u objetos ideales o abstractos.
¿Existen otros entes, además de los entes reales? Algunos piensan que sí. Entre ellos y
en primera fila, PLATÓN, para quien existirían, con una existencia incluso superior a
los entes reales o concretos: las ideas. Las ideas, según Platón existen objetivamente,
en sí, independientemente del sujeto cognoscente. Frente a la fugacidad de las cosas
reales, Platón considera que detrás de ellas, por decirlo así, existe lo permanente, lo
eterno, lo que no cambia. Los sentidos nos presentan a las cosas como carenciales,
aproximadamente a algo distinto a ellas. Una hoja de papel, por ejemplo, no llega a ser
completamente blanca o plenamente rectangular. En consecuencia, según Platón,
tienen que existir lo plenamente blanco o lo plenamente rectangular, vale decir la idea
de lo blanco y la idea de lo rectangular. Las cosas como que sugieren la existencia de
lo ideal.
Existe pues, una clase distinta de entes, que Platón denomina ideas y que expresan no
sólo, la esencia de las cosas, sino su perfección, su acabamiento pleno. Por eso, las
cosas reales tienden hacia a las ideas, las que se constituyen en sus modelos o
arquetipos.
Los llamados entes ideales, según los partidarios de su existencia, e caracterizan por lo
siguiente:
 No son espacio-temporales, no ocupan un lugar en el espacio, ni transcurren en el
tiempo. De tal modo que no son perceptibles por los sentidos. Por ejemplo, la idea
de TRIÁNGULO, no puede verse, ni tocarse. Pero cuidado, lo que puede verse y
tocarse son algunas representaciones materiales de la idea de triángulo (un
triángulo de metal o de cartón), pero no la idea misma de triángulo.
 No cambian, no sufren alteraciones. Por ejemplo la idea de 2+2 = 4, no se modifica,
siempre será la misma.
 Son generales, son algo común a diversos objetos. Por ejemplo, la idea de 2 es un
ente general que puede encontrarse contenido en diversos objetos (2 meses, 2
lapiceros, 2 personas, etc.).
 El ser en sí, existe en forma independiente del sujeto cognoscente. No son, por lo
tanto, creaciones mentales del sujeto. Si ya el ser en sí de los objetos reales se ha
puesto en cuestión, con mayor razón se ha cuestionado que se afirmen que los entes
ideales existen independientemente del sujeto, en un misterioso lugar llamado la
“región celeste”, por Platón.
En la concepción platónica se añade a los entes ideales el carácter perfecto de las ideas
frente a los entes reales, constituyéndose en arquetipo de las cosas reales.
Hay, en la actualidad, los que admiten la existencia de los entes ideales y usan la
palabra ideal en un sentido distinto al uso platónico. Los entes ideales tienen en común
con las ideas platónicas la inespacialidad, la intemporalidad, la permanencia, la
generalidad y el ser en sí. Pero no se las entiende como arquetipo de las cosas, no son
lo perfecto frente a lo imperfecto. En esto los entes ideales se distinguen de las ideas
platónicas. En la actualidad a los entes ideales se les llama “objetos abstractos”.
Como casos célebres de entes ideales se cuentan a los entes matemáticos y las
esencias lógicas. La matemática y la lógica tendrían como objeto de estudio estos
supuestos entes ideales. Un argumento, considerado fuerte respecto del estatus sui
géneris de los entes ideales viene dado del hecho de que los enunciados acerca de ellos
tienen un carácter necesario (es decir, invariable) y una validez a priori (es decir, antes
de la experiencia). En efecto enunciados como por ejemplo: A = A
2+2 = 4; la suma de los ángulos internos de un triángulo suman 180, etc. tienen una
validez que se determina sin necesidad de confrontarla con los hechos del mundo y son
necesariamente (invariablemente), verdaderos, es decir, su negación lleva a
contradicción.
En cambio, enunciados como “la Luna es un satélite de la Tierra”, “los hombres son
mortales”, “el azúcar es dulce”, etc. son todos ellos contingentes (cambian o pueden
cambiar), porque su negación no lleva a ninguna contradicción y su verdad se
determina sólo luego de una confrontación con los hechos del mundo. Debemos
advertir que cuando, con respecto a los enunciados de validez a priori, decimos que no
es necesario una confrontación con los hechos del mundo, no implica que no se les
pueda confrontar con los hechos. Sólo se dice que esta operación es innecesaria para la
determinación de su verdad, pues, para ello basta un análisis del significado de los
términos, y en otros casos, de su estructura lógica.
Los teoremas de la geometría de EUCLIDES, concuerdan con el espacio en el que
vivimos. Los teoremas de las geometrías no euclidianas, que en un principio no tenían
referente espacial, se encontró que en el caso de la geometría de RIEMAN es la esfera;
y en el caso de LOBACHEVSKY es un espacio como el que determina una silla de
montar.
D.-Los entes irreales.
Algunos filósofos, por ejemplo, NICOLAI HARTMAN, nos hablan de un tercer tipo de
entes: los entes irreales. Los entes irreales son producto de la imaginación. Por ejemplo:
el centauro, una sirena, el Quijote, Tarzán, caperucita roja, etc. Obviamente no
tienen existencia en sí, aunque algunos de ellos trasciendan la existencia individual y
perduren a lo largo del tiempo. Son también objetos de nuestro conocimiento, nos
referimos a ellos atribuyéndoles o negándoles propiedades.
E.- Los entes virtuales.
El espectacular desarrollo logrado por las computadoras ha dado lugar a lo que se suele
llamar “la realidad virtual”. Mediante las computadoras se ha podido crear, en
pantalla, entidades construidas por el hombre, no como producto de su imaginación sino
de programas (software), que simulan la realidad. Estas entidades que llamamos entes
virtuales, están pero no son. No tienen existencia independiente del hombre, pero no
sólo “están” entre nosotros a través de la pantalla del computador sino que podemos
interactuar con ellos.
Debo señalar, que el autor al referirse a los entes, no considera los entes u objetos
valores, como, por ejemplo: la justicia, la solidaridad, la dignidad, etc. que como bien
afirma MAX SCHELER se captan por “intuición emocional”. Como sabemos los
valores son entes abstractos que valen por sí mismos y que hacen valer a quien participe
de ellos.

AUTOEVALUACIÓN

1. La proposición: “Los ángulos internos de un triángulo suman 180º”, se refiere


a los entes:
A Virtuales B Concretos C Abstractos D Irreales E Valores
2. El concepto de “ser en sí”, significa que el ente existe:
A Independientemente del sujeto
B Dependiente del sujeto
C Condicionalmente a todo ente
D Indiferente al sujeto.
3. En Aristóteles, el cambio de lugar, corresponde al movimiento:
A Sustancial B Cualitativo C Local D Cuantitativo E Ninguno
4. El orden subyacente, en el cambio, sólo es captado por:
A La razón B Los sentidos C El fuego D El logos E A y D
5. La tesis según la cual la realidad está compuesta de entidades materiales, que se
mueven por acción de fuerzas determinadas, se denomina:
A Causalismo B Emergentismo C Mecanicismo D Holismo

ACTIVIDADES
1. Elabore un cuadro comparativo de los diferentes entes.
2. Elabore un vocabulario, de 30 palabras, que le son desconocidas y con ayuda de un
diccionario filosófico, defina cada una de ellas.

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