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12/7/2020 Los tambores del resentimiento - La Razón | Noticias de Bolivia y el Mundo

Los tambores del resentimiento


La cuestión racial es un tabú. ¡Qué incomodidad la que produce cuando se introduce en el debate
boliviano!

LA PAZ / 8 de julio de 2020 / 09:38

Por Fernando Molina

Mi anterior columna ponía en evidencia el racismo de un laureado poeta nacional. Éste respondió
en su muro de Facebook con varias sandeces y ninguna explicación. Algo interesante escribió,
empero, cuando puso que yo estaba golpeando los “tambores del resentimiento (racial)”.

Esta acusación era un eco de la que inopinadamente me había arrostrado meses atrás H.C.F.
Mansilla: “Molina y los otros han retrocedido un siglo para explicar la Bolivia de hoy. Son personas
retrógradas en el sentido en que enfatizan aspectos que ya no responden a la problemática actual,
como si todo se pudiera explicar a través de la confrontación étnica entre la Bolivia tradicional
(blanca y urbana) y la Bolivia indígena y campesina”. Para Mansilla, el enfoque de “Molina y los
otros” — que él denomina “mentalidad étnico-racial”— tiene un “carácter premoderno”.

Quisieron los dioses de la ironía que un par de meses después de que este argumento fuera
publicado estallara el movimiento “premoderno” Black Lives Matter, a raíz del cruel asesinato de
un negro por un policía estadounidense. Mansilla debe seguir preguntándose —si acaso mantiene
el sentido de la responsabilidad intelectual— cómo es que los“procesos de ciudadanización” que él
cree han superado la “confrontación étnica” en Bolivia a partir de los años 50, no han logrado en
cambio mucho en los Estados Unidos.

Por supuesto, Mansilla tampoco tiene razón en cuanto a Bolivia. Esos “procesos de
ciudadanización” existieron, pero no superaron la confrontación y en especial la denigración
étnica. No lo hicieron ni en el campo de la vida cotidiana ni en el campo de la política.

El rechazo de Mansilla a análisis como los de “Molina y los otros” tenía su origen en el deseo de
salvar al movimiento de los “pititas” —con el que el escritor se identificaba— de todo componente
racista. Provenía de este cálculo y no del amor a la verdad que uno tiende a suponer arde en un
alma filosófica. Por otra parte, el rechazo del laureado poeta tenía el propósito, compartido por la
mayoría de los blancos bolivianos, de esconder el racismo debajo de la alfombra, a fin seguir
disfrutando de la fiesta en paz, sin tener que oír las razones de los indios (convertidas en pura
retórica “masista”). En el fondo, el poeta pretendía decir lo mismo que denuncia la frase acuñada
por el indianista Carlos Macusaya: “El racismo no existe en Bolivia, indios de mierda”.

La cuestión racial es un tabú. ¡Qué incomodidad la que produce cuando se introduce en el debate
boliviano! ¡Hasta los intelectuales progresistas blancos comienzan a sudar la gota gorda! O, para
decirlo con más precisión, sudan la gota gorda cada vez que no se habla de esta cuestión en
referencia a los indios (ya sea para verlos como “pobrecitos” o como sujetos heroicos de alguna
construcción futurista: revoluciones, capitalismos heterodoxos, etc.), sino en referencia a los
blancos. Unos blancos que, desaparecidos de la historia intelectual, los intelectuales progresistas
también prefieren no ver.

Tomemos por ejemplo a Luis Tapia analizando el movimiento de los “pititas”. ¿Vio en algún
momento que eran blancos los que se movilizaban contra indios —y viceversa—? No, no lo vio. A
este respecto, Tapia coincidió completamente con Mansilla: el marxismo trascrítico se dio la mano
con el conservadurismo aristocratizante para borrar el clivaje racial de la coyuntura y, en particular,
para invisibilizar a los blancos. Para la entente Tapia-Mansilla, estos podían ser “clases medias”,
podían ser “comités cívicos”, podían ser “agrupaciones ciudadanas”; lo que no podían ser en
ningún caso —hubiera sido “premoderno”— era ser blancos. Como dice Robin Diangelo: “Los
blancos solamente se ven a sí mismos como gente”.

https://www.la-razon.com/voces/2020/07/08/los-tambores-del-resentimiento/ 1/2
12/7/2020 Los tambores del resentimiento - La Razón | Noticias de Bolivia y el Mundo

Siguiendo estos análisis hasta sus últimas consecuencias, se debe concluir que el indianismo, en
todas sus ramas, es “premoderno”… Esto, en el caso de Mansilla. En el de Tapia, el poscolonialismo
que el autor pregona debe quedar en suspenso a la espera de otros momentos más “clásicos” en
los que los indios luchen por las selvas y no por defender al “monstruoso” Evo. Así es como estos
intelectuales les jalan las orejas a los indígenas por no plantear sus luchas en los términos que ellos
les prescriben. Una actitud que tiene un nombre, pero que me abstendré de pronunciar para que
no se me acuse de tañer los “tambores del resentimiento”.

Termino con una proclama: No habrá ninguna forma de superar el resentimiento —que en efecto
es una de las cualidades negativas del ser boliviano— si no rompemos el tabú y, con él, el privilegio.

Fernando Molina es periodista

https://www.la-razon.com/voces/2020/07/08/los-tambores-del-resentimiento/ 2/2

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