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Cómo Encontré La Salud PDF
Cómo Encontré La Salud PDF
Como
parte
de
la
serie
de
Obras
Clásicas
de
Unity,
este
folleto
expone
las
creencias
e
ideas
importantes
de
la
cofundadora
de
Unity.
Semejante
a
las
de
cualquier
movimiento,
las
enseñanzas
de
Unity
evolucionan
con
el
tiempo.
El
material
incluido
aquí
representa
una
interpretación
de
las
enseñanzas
de
Unity
en
un
momento
determinado
de
nuestra
historia.
He
hecho
lo
que
me
parece
un
descubrimiento.
Estaba
terriblemente
enferma,
sufría
de
todos
los
males
de
la
mente
y
del
cuerpo
que
podía
soportar.
Los
médicos
y
sus
medicamentos
dejaron
de
proporcionarme
alivio
y
estaba
desesperada,
hasta
que
encontré
el
cristianismo
práctico.
Afirmé
mis
creencias
y
sané.
La
mayor
parte
de
la
curación
la
hice
yo
misma
porque
quería
tener
el
conocimiento
para
uso
futuro.
Así
es
como
hice
lo
que
llamo
“mi
descubrimiento".
Estaba
reflexionando
acerca
de
la
vida.
De
la
vida
que
está
en
todas
partes
—en
los
animales,
así
como
en
la
gente.
“Luego
me
pregunté:
¿Cómo
es
que
la
vida
de
un
animal
no
forma
un
cuerpo
como
el
del
hombre?”
Después
pensé:
“Un
animal
no
tiene
tanta
inteligencia
como
el
hombre”.
¡Ah!
entonces
hace
falta
inteligencia
además
de
vida
para
formar
un
cuerpo.
He
aquí
la
clave
de
mi
descubrimiento.
La
vida
tiene
que
ser
guiada
por
la
inteligencia
para
tomar
forma.
La
misma
ley
obra
en
mi
cuerpo.
La
vida
es
simplemente
una
forma
de
energía
y
tiene
que
ser
guiada
y
dirigida
en
el
cuerpo
humano
por
la
inteligencia
del
hombre.
¿Cómo
comunicamos
inteligencia?
Por
medio
del
pensamiento
y
la
palabra,
por
supuesto.
De
repente,
se
me
ocurrió
que
podía
hablarle
a
la
vida
en
todas
partes
de
mi
cuerpo
para
hacer
que
éste
funcionara
según
yo
dispusiese.
Empecé
a
disciplinar
mi
cuerpo
y
obtuve
resultados
maravillosos.
A
la
vida
en
mi
hígado,
le
dije
que
no
era
torpe
ni
inerte,
sino
vigorosa
y
enérgica.
Le
dije
a
la
vida
en
mi
abdomen
que
no
era
débil
o
ineficiente,
sino
vigorosa,
fuerte
e
inteligente;
que
no
estaba
infestada
con
ideas
ignorantes
de
enfermedad
puestas
allí
por
mí
y
por
los
médicos,
sino
que
estaba
llena
de
energía
divina,
dulce,
pura
y
perfecta.
Le
dije
a
los
miembros
de
mi
cuerpo
que
eran
activos
y
fuertes;
a
mis
ojos
que
no
veían
por
sí
solos,
sino
que
expresaban
la
visión
del
Espíritu
y
recibían
su
fuerza
de
una
fuente
ilimitada;
que
eran
ojos
jóvenes,
claros,
brillantes,
porque
la
luz
de
Dios
brillaba
a
través
de
ellos.
Le
dije
a
mi
corazón
que
el
amor
puro
de
Jesucristo
fluía
en
y
a
través
de
sus
latidos
y
que
todo
el
mundo
sentía
sus
gozosas
pulsaciones.
Me
dirigí
a
todos
los
centros
de
vida
en
mi
cuerpo
y
les
hablé
palabras
de
Verdad,
fuerza
y
poder.
Les
pedí
perdón
por
la
actitud
insensata
e
ignorante
que
había
asumido
en
el
pasado,
cuando
los
condenaba
llamándolos
débiles,
ineficientes
y
enfermos.
El
que
se
demoraran
en
despertar
no
me
desalentaba,
sino
que
seguía
adelante,
tanto
en
silencio
como
audiblemente,
declarando
palabras
de
Verdad
hasta
que
los
órganos
respondían.
No
me
olvidé
de
decirles
que
ellos
eran
Espíritu
libre
e
ilimitado
y
no
esclavos
de
la
mente
carnal;
que
no
eran
carne
corruptible,
sino
centros
de
vida
y
energía
omnipresente.
Entonces
Ie
pedí
al
Padre
que
me
perdonara
por
haber
desperdiciado
Su
vida
en
mi
organismo.
Le
prometí
que
nunca,
nunca
más,
retardaría
la
corriente
libre
de
esa
vida
a
través
de
mi
mente
y
cuerpo
con
ningún
pensamiento
o
palabra
falsa;
que
siempre
la
bendeciría
y
estimularía
con
pensamientos
y
palabras
de
Verdad
en
su
sabia
labor
de
edificar
mi
cuerpo
templo;
que
usaría
toda
diligencia
y
sabiduría
al
dirigirla
según
mi
voluntad.
También
me
di
cuenta
de
que
usaba
esta
vida
del
Padre
para
pensar
y
decir
mis
palabras,
por
lo
que
tuve
cuidado
de
lo
que
pensaba
y
decía.
No
dejé
que
entrara
a
mi
mente
ningún
pensamiento
de
preocupación
o
de
ansiedad
y
dejé
de
murmurar,
de
hablar
palabras
violentas,
frívolas
y
petulantes.
Elevaba
una
pequeña
oración
cada
hora
para
que
Jesucristo
estuviera
conmigo
y
me
ayudara
a
pensar
y
a
hablar
sólo
palabras
de
bondad,
amor
y
verdad.
Tengo
la
seguridad
de
que
EI
está
conmigo,
porque
me
siento
en
paz
y
feliz
ahora.
Quiero
que
todo
el
mundo
conozca
y
use
esta
ley
bella
y
verdadera.
No
es
un
descubrimiento
nuevo,
mas
cuando
lo
uses
y
recojas
sus
frutos
de
salud
y
armonía,
te
parecerá
algo
nuevo,
como
si
fuera
tu
propio
descubrimiento.