Para el desarrollo social de un conglomerado social como lo es una nación, es importante
que este tenga la capacidad de estar unificado, esto quiere decir, que a pesar de que en distintos ámbitos se hable de pluralidad, se piense y se decida conforme a la mayoría, respetando siempre al distinto, aquel que se apila por pensar distinto. Así es como históricamente se ha utilizado a la religión como una forma de educar y dominar a las minorías, desde niños nos han enseñado a pensar y creer de cierta forma. Quienes han decidido pensar conforme a sus distintas culturas, han tenido que luchar para poder ser escuchados, reclamando el respeto por sus diferencias, lucha que aún está en pie en distintas etnias y grupos minoritarios. La creencia en un todopoderoso y ente abstracto, desde las regiones más apartadas, y a partir de la constitución vigente que creó mecanismos de participación ciudadana, se dio la oportunidad para que estas personas acudieran al gobierno, para ser escuchados y tener participación activa en las principales decisiones, pues depende del municipio o departamento en el que nos encontremos, tendremos pluralidad de bailes, comidas, formas de vestir, fiestas patronales y demás actividades únicas de cada grupo social, hechos que nos identifican de acuerdo de donde seamos originarios. A pesar del paso del tiempo, nuestros abuelos y padres nos han enseñado desde chicos la forma en que somos distintos a los demás y como nos aceptan dentro de la sociedad, hablando así de un valor moral fundamental: la tolerancia, es la capacidad de respetar las diferencias por aquel que piensa distinto, así sea perteneciente a una etnia minoritaria. Aunque es notorio y no sorprendente que aún se irrespete y exista una brecha entre los mayoritarios que son los que dominan a las minorías en sus territorios. Para el desarrollo justo de una sociedad actual, es esencial que la constitución tenga argumentos jurídicos, dentro de los cuales existan mecanismos de participación ciudadana, así como diferenciación de las minorías, porque si hablamos de que algunos sean distintos, la esencia de sus leyes y normas también lo deben ser, pues solo así se garantizaría la construcción de una sociedad justa y equitativa. La familia es la base fundamental de la sociedad, esta ha evolucionado con el paso del tiempo, pasando de la familia convencional a distintas formas de familia, a pesar de esto, la mujer es única e irremplazable, pero no ha sido fácil, pues los grupos de mujeres han tenido que luchar desde muchos años atrás por la consecución de derechos, hasta ahora tener privilegios dentro de una sociedad que muchas veces se mancha de machistas. Desde la llegada de los españoles, hasta la actualidad, Colombia ha sido plural en todo su territorio, geográficamente, culturalmente, socialmente, ideológicamente y en distintos aspectos, es esto lo que nos hace un país único en todo el globo terráqueo, gozamos de distintas culturas que podemos disfrutar a pocos kilómetros de distancia de nuestra residencia, actualmente podemos estar dentro de comunidades indígenas que nos enseñan su lengua nativa, sus bailes, sus comidas y su forma ancestral de ver el universo y la naturaleza. A pesar de esto, tenemos una sola lengua oficial y se acoge a la iglesia católica como pilar de la constitución, esto enmarcado bajo los parámetros de educación, como nos expresamos culturalmente y artísticamente; teniendo a los medios de comunicación masivos como transmisores de esta idea de homogenización.