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C.I V-23.693.923
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Introducción
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El derecho penal internacional comprende todas las normas de derecho que
directamente fundamentan, excluyen o de cualquier otro modo regulan
una responsabilidad penal. En este sentido, los crímenes internacionales, contra
el derecho internacional son todos los que importan responsabilidad individual
directa a partir del derecho internacional. Se definen los crímenes
internacionales (principalmente, genocidio, crimen de guerra, crímenes contra la
humanidad y crimen de agresión) y regula el funcionamiento de
los tribunales competentes para conocer de los casos en los que los individuos
incurran en responsabilidad penal internacional, imponiendo las sanciones que
correspondan.
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en un instrumento de Derecho internacional humanitario, que aparecen
explícitamente incorporados dentro de la categoría de los crímenes contra la
Humanidad.
Por lo antes mencionado es necesario presentar una breve definición del Derecho
Internacional Humanitario, este es una rama del Derecho Internacional público
que busca atenuar y limitar los efectos de los conflictos armados protegiendo a las
personas que no participan en las hostilidades o que han decidido dejar de
participar en el enfrentamiento, y restringir y regular los medios y métodos de
guerra a disposición de los combatientes; regula la conducta en los conflictos
armados (ius in bello). Se compone de una serie de normas, en su mayoría
reflejadas en los Convenios de Ginebra de 1949 y sus protocolos adicionales.
Desde una perspectiva de conjunto, cabe destacar que el actual marco jurídico
regulador de los crímenes en el Derecho internacional humanitario es el resultado
de un proceso muy largo y lento de progresiva toma de conciencia acerca de la
necesidad de adoptar normas e instrumentos internacionales destinados a evitar,
prohibir y sancionar la violencia cometida en el contexto de un conflicto armado.
En esta evolución, que se extiende de manera dinámica hasta el momento
presente, confluyen normas e instrumentos jurídicos elaborados en momentos
históricos distintos y procedentes de tres ámbitos del Derecho internacional que
interactúan entre sí: el Derecho internacional humanitario, el Derecho penal
internacional y el Derecho internacional de los derechos humanos. De esta
manera, es posible identificar un núcleo inicial de protección que se construye a
partir de la adopción en el orden internacional de normas destinadas a proteger a
los seres humanos en situaciones de conflicto armado. Además de algunos
antecedentes significativos, este núcleo inicial es el que resulta de las
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disposiciones de los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales
destinadas a la protección en situaciones de conflicto armado. Se trata de un
conjunto de normas pertenecientes al ámbito del Derecho internacional
humanitario stricto sensu de carácter convencional que, en una parte muy
importante, son reconocidas hoy en día como normas consuetudinarias. A este
primer bloque normativo se añaden, principalmente a partir de los años noventa
del siglo XX, un conjunto de normas e instrumentos de Derecho penal
internacional a través de los que se incriminan distintas formas de violencia como
crímenes de guerra, crímenes contra la Humanidad y genocidio. Este conjunto
normativo que se identifica primordialmente con los Estatutos y la jurisprudencia
de los órganos jurisdiccionales del llamado «sistema de justicia penal
internacional», se construye a partir de la creación de los Tribunales Penales
Internacionales para la antigua Yugoslavia y Ruanda, y en él destaca de manera
especial, el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. No obstante, estos
dos bloques normativos no deben ser considerados como compartimentos
estancos, ni de manera estática, ya que, como veremos, interactúan, en los
crímenes en el Derecho internacional humanitario entre sí y, segundo, con otros
instrumentos y mecanismos procedentes del ámbito del Derecho internacional de
los derechos humanos. A su vez, hay que tener en cuenta la aportación
procedente de la actividad de los órganos de Naciones Unidas, especialmente de
la Asamblea General y del Consejo de Seguridad, que también se han ocupado de
los crímenes cometidos en el marco de conflictos armados, propiciando su
inclusión en planes de acción específicos de protección y adoptando diversos
instrumentos de soft law que también interactúan con las normas consuetudinarias
y convencionales que resultan de aplicación en esta materia. El resultado de todo
este iter normativo es que el marco regulador de los crímenes en el Derecho
internacional humanitario se configura como un sistema heterogéneo, en el que, si
bien se contempla la protección de bienes jurídicos distintos y con un alcance
variado, considerado en su conjunto, tiende hacia la protección de la dignidad y la
integridad de todos los seres humanos que resulten afectados por la violencia
desarrollada en el ámbito de un conflicto armado y al desarrollo de una categoría
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específica de crímenes de violencia que lleva aparejada la responsabilidad penal
internacional de sus autores.
Conclusiones
Una vez concluido el presente informe, podemos sintetizar que el marco jurídico
regulador de los crímenes en el Derecho internacional humanitario se configura
como un sistema heterogéneo, resultante de la interacción de los Convenios de
Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales, conjuntamente con los Estatutos
de Roma y la jurisprudencia del sistema de justicia penal internacional, al que se
suman las normas contenidas en diferentes textos y tratados de protección de
Derechos Humanos. Este marco regulador ha dado lugar a la construcción de una
categoría particular de crímenes internacionales.
Así, hemos podido comprobar cómo en el plano internacional, tanto las normas
convencionales y consuetudinarias como la jurisprudencia del sistema de justicia
penal internacional militan inequívocamente a favor de considerar la prohibición de
la violación de Derechos Humanos. En la misma línea apunta también el soft law
emanado de las Naciones Unidas, los Tratados regionales y los pronunciamientos
de órganos jurisdiccionales de hecho, no es posible encontrar un solo precepto o
sentencia internacional que permita o autorice, cualesquiera que sean las
circunstancias o el contexto, la comisión de violaciones u otros crímenes de
gravedad comparable, lo que evidenciaría su inderogabilidad. Precisamente la
indisponibilidad y el no admitir pacto en contra de notas características del
derecho imperativo. A todo lo anterior hay que sumar la consolidación de un
acervo normativo internacional que ha venido a codificar normas consuetudinarias
previas, y del que el Estatuto de Roma sería el principal exponente, que no sólo
prohíbe taxativamente la comisión de tales actos, sino que en atención a su
gravedad, los califica de crímenes internacionales.
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Bibliografía.