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MEDIDAS DE SANIDAD E HIGIENE EN LOS CERDO

La sanidad conjuntamente con las técnicas de manejo, la calidad genética y la nutrición


constituyen los pilares fundamentales de la producción intensiva de cerdos de alta
calidad.
Las estrategias sanitarias a implementar en un establecimiento tienen como base el plan
sanitario que se desarrolle, este no debe ser tomado como algo rígido, como una receta,
sino que debe adecuarse a cada establecimiento. Las actividades que se prevén
desarrollar deben ser cumplidas sistemáticamente.
Para que los cerdos se críen en óptimas condiciones de ambiente, se aconseja que los
corrales deban estar siempre limpios y si es mejor, que estén secos. El piso de los corrales
de parto deben cubrirse de paja y este debe removerse cada semana, el estiércol
recolectado debe llevarse a la composta para recolectar el abono. Si algún animal se
enferma este se debe aislar del resto y el corral donde permaneció debe ser desinfectado,
también es importante no introducir animales extraños al criadero sin antes revisarlos. Se
debe construir una fosa en la puerta del ingreso de cada corral y llenarla de cal para
desinfectar los zapatos antes de ingresar al corral además, la vacunación contra el cólera
porcino debe ser obligatoria.
Los logros en la producción porcina corren siempre paralelos con las mejoras en la salud
animal. A pesar de los importantes resultados alcanzados en el control y prevención de
enfermedades, el sector de la producción porcina sigue estando amenazado por las
nuevas enfermedades transfronterizas. Buena parte de las iniciativas en sanidad porcina
se han concentrado en minimizar el impacto de las enfermedades virales, bacterianas y
parasitarias, un esfuerzo que necesitará redoblarse en el futuro. Este impacto incluye
tanto los efectos clínicos en los animales como los efectos sobre la salud y el bienestar de
los consumidores y el público en general.

Los diferentes sistemas de producción porcina del mundo actual se suelen ver afectados
por diversos tipos de enfermedades. Así, en el caso de la cría de cerdos en unidades de
producción de pequeña escala, donde la inversión en salud animal suele ser escasa, los
medios de vida de los productores de subsistencia se ven amenazados por enfermedades
previsibles contra las que es difícil lograr un control eficiente. Por su parte, en las
explotaciones industrializadas de gran escala, estas enfermedades pueden controlarse
mediante la mejora de la bioseguridad y las medidas de prevención, si bien la mayor
densidad de animales existente incrementa el riesgo de aparición de otras enfermedades
y síndromes. En algunas situaciones, la producción intensiva de cerdos puede ser un factor
propulsor de la enfermedad al favorecer un aumento de su virulencia.
En la lucha contra las enfermedades porcinas han predominado las iniciativas del sector
privado y gran parte de la investigación se centra en enfermedades que afectan al sector
comercial. Sin embargo, poco se ha hecho para aliviar la carga de enfermedades
relacionadas con la pobreza, tales como la cisticercosis o la peste porcina africana, a pesar
de su importancia para la seguridad alimentaria y la salud pública. Es preciso que los
sectores público y privado realicen más inversiones en la salud de los cerdos de manera
conjunta y equilibrada y contemplando todas las partes interesadas.

INSTALACIONES PORCINAS

Para construir el habitad de los cerdos, es importante que los materiales seleccionados
ofrezcan duración y resistencia, especialmente en los sitios de contacto directo con los
animales. La porqueriza debe ubicarse en lugares altos, secos y de fácil drenaje. Es
recomendable ofrecer protección contra vientos fuertes y húmedos, hay que utilizar al
máximo los recursos naturales, como son los árboles que pueden actuar como rompe
viento, además, de ofrecer sombra.
En cuanto a pisos, lo más recomendable son las de concreto (por su fácil limpieza y
desinfección). El declive debe ser de del 3 a 5% para facilitar la limpieza. Con respecto a las
paredes y divisiones internas, desde el punto de vista higiénico, es aconsejable construir
padres a base de bloques o ladrillos revestidos de cemento.
Las construcciones de maderas duraderas son también buenas y económicas, aunque es
más difícil de higienizar.
COMEDEROS

Los materiales más utilizados para comederos son: concretos, láminas de metal y madera.
Por su parte, el bebedero se debe ubicar alejado del comedero, en la parte más baja del
corral puede construirse de concreto como los comederos. Los bebederos automáticos
con válvulas son higiénicos y prácticos.

Política de bioseguridad

Un período de tiempo (comúnmente llamado de "vacío sanitario" lejos del contacto con
los animales, laboratorios y frigoríficos debe obligatoriamente ser obedecido por todos
aquellos individuos que entren a un sistema de producción. Este aspecto está relacionado
con la transmisión de enfermedades por aquellas personas que estuvieron en contacto
con animales contaminados clínicamente enfermos o no. Por ejemplo el virus de la fiebre
aftosa puede sobrevivir en las uñas de una persona por algunos días. Como mínimo el
vacío sanitario debe ser de 48 horas.
Cerca de aviso.
Un aviso (placa) debe ser colocado en la entrada de la carretera de acceso a la unidad.
Este aviso debe expresar que los animales son criados bajo un programa rígido de
prevención de enfermedades y nadie podrá pasar el punto de localización de la placa sin
autorización.
Baño y ropa.
Sólo se debe usar una entrada antes de entrar al área interna de la unidad; todas las
personas deben bañarse y cambiarse de ropas.
Transporte de animales.
Es primordial, la construcción de un local específico para los procesos de movimiento de
los animales. El embarcadero debe ser construido distante de las instalaciones donde
están los animales y siempre fuera de la cerca perimetral.
Tránsito de vehículos.
Ningún vehículo debe jamás ser admitido en el lado interior de la cerca perimetral. Los
choferes no deben jamás entrar en contacto directo con los animales y funcionarios de la
unidad.
Materiales y equipos.
Todo material introducido en una unidad debe estar limpio y desinfectado para
asegurarse de que esta regla sea plenamente seguida debe construirse junto a la cerca
perimetral, un local específico para la desinfección.
Destino de los animales muertos.
La mejor forma de disponer de los animales muertos es la incineración. Si no se dispone
de este método es necesario la construcción de una fosa séptica en el perímetro de las
instalaciones.
Control de vectores.
Roedores, pájaros, moscas, mamíferos silvestres y domésticos y animales afectivos todos
deben ser mantenidos a la mayor distancia posible de las unidades. Debe implantarse, por
lo tanto, un programa efectivo y permanente de control y erradicación de vectores ya que
constituyen una de las más importantes fuentes de transmisión de enfermedades.
Cuarentena.
Es una de las estrategias más efectivas para la retención de entrada de enfermedades en
el rebaño. Cuando se establece correctamente la misma permite la identificación de
animales portadores, enfermedades antes de ser introducido en el rebaño destinado.
Las instalaciones de cuarentena deben estar localizadas obligatoriamente distantes de la
unidad de producción y de preferencia con alguna barrera física entre ambas (50 m de
distancia con un cinturón de árboles entre las instalaciones). Los animales deben
permanecer como mínimo 3 semanas en el local de cuarentena bajo observación y cuando
sea necesario someterlos a exámenes de laboratorio con fines diagnósticos.
En cada territorio, los servicios de sanidad animal tienen la responsabilidad de identificar
adecuadamente las premisas de riesgo por tipo de desastres, con el propósito de definir
áreas potencialmente expuestas a la ocurrencia de los mismos. Para definir las áreas de
peligro biológico se precisa un análisis netamente epizootiológico a partir del estudio de
los posibles agentes patógenos, sus fuentes de infección y vías de transmisión dentro del
contexto específico del territorio.
La prevención de enfermedades, detección temprana y respuesta rápida de las mismas
son la clave de un manejo efectivo de la situación.
La detección temprana de problemas de salud potenciales depende de una cuidadosa
observación de los parámetros de producción, condición del medio ambiente, inspección
clínica de los animales, lesiones patológicas y resultados de laboratorio clínico.
El entendimiento del estado de salud de la Granja mediante una vigilancia de rutina es útil
como un punto de partida para diagnóstico si se detectan problemas sanitarios y así
tomar acciones preventivas y correctivas.

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