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LA INTERPRETACIÓN Y LOS PROBLEMAS EN LA APLICACIÓN DE LOS

DERECHOS HUMANOS

La distinción entre reglas y principios, según Manuel Atienza y Juan Ruiz Manero; los
principios, tienen mayor alcance que las reglas, pero su fuerza es menor, su distinción
está en el alcance y fuerza. Dworkin por su parte, describe a los principios como el
producto de actos voluntarios de creación jurídica, nacen de la convivencia en la
sociedad y se desarrolla con el tiempo. Los principios, se dan cuando las normas no
sean suficientes para hallar la solución de un caso concreto, siempre proveerán esa
solución.

Las reglas para Robert Alexy, son razones para la acción, perentorias e
independientes del contenido y los principios son explícitos, son razones para la
acción, independientes del contenido, pero no perentorias. Son independientes del
contenido porque la causa por la que deben entrar a formar parte del razonamiento
justificativo de las decisiones de los órganos jurisdiccionales es la misma que en el
caso de las reglas, esto es, su origen en una determinada fuente.

Luis Prieto Sanchís, por su parte, indica una que hay poca distinción entre reglas y
principios. La diferenciación aparecería al momento de la interpretación o aplicación
del Derecho, de acuerdo a la técnica de interpretación y aplicación de los enunciados
jurídicos.

En resumen, los principios desde la perspectiva filosófica moral contienen mandatos


de optimización; las reglas, son normas jurídicas que exigen un cumplimiento pleno,
de acuerdo al razonamiento; las reglas estarían más vinculadas a la subsunción.

Por otro lado, la defensa de los derechos fundamentales es defendida a través de los
criterios, su interpretación debe ser metodológica, los de mayor peso en un proceso,
son los derechos fundamentales, y deben interpretarse en lo posible a favor de la
persona, sin embargo, cuando se presenta la colisión de derechos humanos, que en
realidad un problema de delimitación conceptual del contenido de cada derecho, el
presente texto expone distintas teorías.

La teoría de la posición preferente, manifiesta que los derechos protegidos son el


presupuesto básico para el mantenimiento de los valores democráticos y/o para el
ejercicio o protección de otros derechos fundamentales, concluyendo que, por ende,
gozan de una posición preferente sobre los demás.

Por su parte, la teoría de la ponderación, sostiene que si los derechos fundamentales,


no se encuentran organizados jerárquicamente y los conflictos aparecen y mediante
un juicio ponderativo que sopese los derechos y bienes involucrados sobre la base de
que todos son iguales y equivalentes entre sí.

Se ponderan razones enfrentadas, derechos, intereses o bienes en conflicto, en suma,


normas de igual valor que nos suministran justificaciones diferentes a la hora de
adoptar una decisión. En definitiva, el juicio de ponderación permite analizar la validez
o legitimidad constitucional de las normas o decisiones que inciden sobre los derechos
fundamentales, además sirven como juicio valorativo para solucionar los eventuales
conflictos que puedan surgir entre este sí al concurrir en un caso concreto.

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