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Mistica y Etica Desafios para Nuestro Tiempo PDF
Mistica y Etica Desafios para Nuestro Tiempo PDF
JulIA YúFeRA
universidad de barcelona
Resumen. Después del proceso de seculari- AbstRAct. After the secularisation process
zación propio de la modernidad, podemos of modernity, we can suspect that, perhaps,
sospechar que, quizás, estemos asistiendo a we are witnessing an era of post-secularisa-
una época de post-secularización debido al tion due to the growing interest for
creciente interés por la espiritualidad y por spirituality and mysticism. In this context,
la mística. en este contexto, el presente the present study on mystic and its entail-
estudio sobre lo místico y su vinculación ment with ethics aims to know which
con la ética tiene por objetivo fundamental contributions to the scope of moral action
conocer qué aportaciones al ámbito de la may arise from the study of mystical expe-
acción moral pueden surgir del estudio de la rience. therefore, we will fathom in the
experiencia mística. Para ello, profundiza- knowledge of the human being from a point
remos en el conocimiento del propio ser of view that consider its transcendent and
humano desde una perspectiva que contem- spiritual aspect, in order to assess the con-
ple su dimensión trascendente y espiritual, tribution that may suppose the mysticism
a fin de valorar la contribución que puede study in the scope of the values educa-
suponer el estudio de la mística al ámbito de tion, in pursuit of a new social cultural
la educación en valores, en pos de un nuevo anthropological paradigm that responds to
paradigma antropológico, social y cultural the eternal inquisitiveness of the human
que responda a las eternas inquietudes del being.
ser humano.
Palabras clave: mística, ética, espirituali- Key words: mysticism, ethics, spirituality,
dad, secularización, educación en valores. secularisation, the values education.
Julia Yúfera
mística y ética: desafíos para nuestro tiempo. De la experiencia mística a la acción moral
por amor a los desesperados se conservaba dencia, que la intensidad del proceso de
todavía la esperanza. el mismo sigmund secularización no ha producido ni la des-
Freud que, en el Porvenir de una Ilusión, aparición del sentimiento religioso ni su
confiaba sustituir la antigua fundamenta- total reclusión en la privacidad. sin em-
ción religiosa de la moral por otra basada en bargo, podemos constatar la existencia de
la necesidad social y guiada por la luz del una considerable disminución de la práctica
logos y de la ciencia, expresó su decepción externa de las confesiones, el cuestiona-
posterior al considerar, en El Malestar en la miento de las instituciones que las repre-
Cultura, que los progresos científicos, con sentan y la aparición de un nuevo perfil del
independencia del valor irrenunciable que sujeto de creencias, incluida la creencia del
comportaban, adolecían de muchas limita- ateísmo, que las vive sin necesidad ni de
ciones y carencias respecto de las verdade- pertenencias colectivas, ni de dogmas, ni de
ras necesidades de la humanidad (Freud, devociones, y con un sincretismo que, aun-
1972). su decepción, sin embargo, no que de entrada pueda parecer positivo y
acabó en la desesperanza, pero su invoca- sintomático de una tolerancia respecto de la
ción final no fue depositada en el logos diversidad, bien pudiera ponerse en cues-
sino en el eros (Gómez, 2002). Así, la pul- tión por múltiples aspectos1.
sión estructural intrapsíquica e intersubje- si este es el escenario que podemos
tiva del eros, que aquí queremos rescatar constatar sobre todo en la europa Occi-
por el protagonismo incuestionable que dental, no es menos cierto que, en otros es-
tiene en el lenguaje de la mística y, también cenarios, se nos presentan otros fenóme-
y, en consecuencia, en el lenguaje de la nos como la proliferación de nuevos
ética, puede vencer a la pulsión thanática movimientos religiosos o pseudoreligio-
de destrucción individual y colectiva. sos, de grupos sectarios, o la radicaliza-
esta es nuestra hipótesis fundamental ción fundamentalista de las grandes reli-
que pone en marcha el desarrollo del pre- giones. tales escenas, unas y otras,
sente estudio y que pretende ser un avance podrían legitimar que la Filosofía, espe-
de un proyecto de investigación mayor cialmente la Filosofía Práctica, en su im-
que apuntaría a la necesidad de reivindicar plicación por la reflexión sobre la Ética,
la dimensión trascendente y espiritual del retomara su interés por el problema reli-
ser humano, que no está ligada necesaria- gioso o, sin querer problematizarlo, por la
mente a una confesionalidad u otra, sino cuestión religiosa en su sentido etimoló-
que puede ser vivible en el marco de la lai- gico más preciso y, por lo tanto, más am-
cidad y que es capaz, asimismo, de cons- plio, es decir, por la cuestión sobre la es-
tituir un fundamento más, quizás uno ver- piritualidad como aquello que nos relliga2
daderamente sólido, en tiempos de tanta con una dimensión trascendente del ser
liquidez, que sirva de pilar estructural en humano que puede ser vivida y, que, a
la construcción de un edificio consistente nuestro entender, debiera de ser vivida en
para una educación en valores. la más presente inmanencia.
una aproximación sociológica de nues- Weber afirmaba que, en nuestro
tro tiempo nos permite afirmar, no sin pru- mundo desmitificado, los valores últimos
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mística y ética: desafíos para nuestro tiempo. De la experiencia mística a la acción moral
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mística y ética: desafíos para nuestro tiempo. De la experiencia mística a la acción moral
mano está justificada (merton, 2004). A tal menos extraordinarios que acompañan a
efecto, veremos, más adelante, nuestras estas experiencias cumbre o de trascen-
apelaciones a autores como norbert bil- dencia. sin embargo, no deberíamos pre-
beny o emmanuel lévinas. cipitarnos a la hora de equipararlas o iden-
si nos remitimos a las diferentes tra- tificarlas con las experiencias místicas
diciones religiosas que han sido expre- aunque éstas vengan también, en ocasio-
sión de la espiritualidad, veremos que cada nes, acompañadas de fenómenos similares
tradición ha puesto el énfasis en una u (martín Velasco, 2009, 320-356). la dife-
otra experiencia humana fundamental, en- rencia entre la experiencia mística y la
focando la relligatio del hombre con la experiencia cumbre radica en a qué reali-
trascendencia desde una perspectiva con- dad se remiten, es decir, si, por ejemplo, se
creta. Dicha concreción no tiene porqué remiten a una realidad estética de belleza
significar la exclusión de otras experien- o a una realidad de categoría ontológica
cias, sino simplemente la expresión de su mayor.
acento. Así, por ejemplo, la experiencia toda experiencia espiritual y mística
cristiana se centra en la experiencia del remite a una realidad última, una realidad
amor como relación personal con el mis- trascendente (aún en la inmanencia) que,
terio y con el prójimo. sin embargo, según a veces, es percibida como Presencia6.
Young chan Ro5, la experiencia confu- las diferentes tradiciones místicas, en su
ciana revela el misterio en la constatación multiplicidad de expresiones de la expe-
de que lo extraordinario está inmerso en lo riencia radical de la realidad última, la
cotidiano y lo ordinario, de que no existe revelan, a su vez, como una Realidad tam-
dicotomía entre lo sagrado y lo secular, en- bién diversa, lo que la hace aún más mis-
tre el hombre y el cielo, entre la colectivi- teriosa. la escuela Advaita Vedanta de la
dad y el individuo. esta visión experien- filosofía india reivindica que el conoci-
cial no dualista abre la puerta a un miento de esta realidad es inmediato y po-
pensamiento místico que cambia la pers- sible a través de la intuición, de cierta in-
pectiva de las dinámicas relacionales dado tuición. Arvin sharma7 considera que
que el ser individual es intrínsecamente ninguna formulación de la realidad úl-
social y cósmico (torradeflot, 2007). tima puede ser adecuada dado que es, por
Asimismo, deberíamos de distinguir definición, inabarcable desde el campo
experiencia mística de experiencia cum- conceptual (torradeflot, 2007). esta rea-
bre. es cierto que éstas últimas también lidad a la que remite la experiencia mística
afectan íntegramente al sujeto y de manera es el misterio. este término, emparentado
radical, y, además, que les acompañan con la etimología de la palabra mística, no
sentimientos sublimes sobrecogedores y debe entenderse como una realidad que va
de fascinación con fuertes repercusiones más allá de lo mundano, que también, sino
afectivas. también es cierto que de ellas se como algo que trasciende toda realidad
extraen nuevos lenguajes simbólicos con conocida, algo de lo que sólo se puede
que poder expresar los estados alterados dar noticia a través del lenguaje simbólico
de consciencia, los éxtasis, u otros fenó- frecuentemente poético, con privilegiadas
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mística y ética: desafíos para nuestro tiempo. De la experiencia mística a la acción moral
o totalizadora que afecta de manera inte- misma la naturaleza de aquello que vive,
gral a todo el sujeto. el segundo es su ra- el estado de presencia no dual (torrade-
dical pasividad que podríamos emparentar flot, 2007).
con la idea taoísta del wu- wei8, como pa- Finalmente, la experiencia mística se
sividad activa o activa pasividad, que no da en lo más íntimo del ser, en el “más
consiste en una negación de la acción, profundo centro del alma”, en el fondo
sino en una acción que permite el surgir mismo o el “hondón” de la persona. Di-
espontáneo de la acción más genuina y au- chas expresiones nos remiten a los mistici
téntica. el tercero, su inefabilidad, a pe- maiori de la espiritualidad carmelitana, a
sar de que al místico le asalte una inven- san Juan de la cruz y a santa teresa de Je-
cible necesidad de comunicarla forzando sús (martín Velasco, 2009, 363). sin em-
el lenguaje a ultrapasar sus propias fron- bargo, los místicos de distintas tradiciones
teras. en definitiva, se trataría de una ex- y épocas coinciden de tal manera que re-
periencia inmediata que, sea por contacto sulta obvio que todos ellos han estado en
amoroso con la realidad experienciada o el mismo “país”, que han experimentado
por penetración intuitiva, permite, a quien el mismo estado espiritual (underhill,
la vive, penetrar más allá de las aparien- 2006).
cias de las cosas hasta sus dimensiones Respecto a las formas de vida conse-
más profundas (martín Velasco, 2009, cuentes, las nuevas maneras de vivir son el
320). De ahí parte la certeza subjetiva que resultado de esa experiencia espiritual
acompaña los estados místicos, que no transformante e integral. se dice del espí-
tiene traducción al lenguaje cartesiano en ritu que es aquello que rompe la cadena de-
términos de claridad y distinción ya que va terminista de causas y efectos, y es capaz de
acompañada, paradójicamente, de oscuri- generar el novum. en formas y grados dis-
dad, a causa de la perplejidad que pro- tintos, en el caso de místicas de talante re-
duce por la naturaleza de la realidad a la ligioso (en el sentido más convencional del
que remite y por la incógnita respecto de término), la vida mística comienza cuando
los cauces que la permiten. el sujeto personaliza su actitud religiosa
Para Denys teundroup, entre la clari- fundamental: la actitud teologal en el caso
dad y la oscuridad, entre el razonamiento del cristiano, que podría estar representada
deductivo y la experiencia de inmediatez por la tres virtudes sanjuanistas (fe, espe-
absoluta, existe un camino medio: el ranza y caridad) y que el místico las encar-
Madhyamika, al que apeló el filósofo na- nará en el ejercicio de todas sus facultades
garjuna en el s.II d.c. transitar por esta (san Juan de la cruz, 2009, Subida del
vía permite superar el enfoque agnóstico, Monte Carmelo, 230).
adogmático y relativo a que se ve abocado en el caso de las formas de vida que
el pensamiento discursivo para, en su sus- no se adhieren a una religiosidad concreta
pensión, abrirnos a la inmediatez de la ex- sino a una fe de otro orden, podríamos re-
periencia aconceptual. en un nivel último, marcar que la consecuencia vital que se
la inteligencia, más que comprender al- deriva es la atención constante a una di-
guna cosa, es capaz de comprender en sí mensión de trascendencia que ya forma
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parte de su ser y que les impulsa a vivir en vida mística con responsabilidad social en
conformidad con ella (Roy, 2006). su compromiso con el sufrimiento de los
ciudadanos de la India (torradeflot, 2007).
3. Mística y formas de vida ética Para teundroup, mientras el ser hu-
mano poseído por las pasiones del yo está
en unos casos u otros, hay algo previo a la dividido y vive en un dualismo destructivo
vida mística: la vida ascética. A pesar de de sí mismo y de las relaciones armónicas
que la segunda no es garantía de la pri- con los otros, aquel que toma un rumbo
mera, sí que amplifica sus posibilidades. A distinto y se determina en el conocimiento
su vez, el ascetismo, entendido en sus jus- de sí mismo puede experimentar la uni-
tos términos y no como una mortificación dad, el inter-ser, la interdependencia glo-
extrema de lo mundano, no sólo se sitúa bal de los seres. el anhelo de unión con la
en el a priori, sino también en el desarro- naturaleza absoluta, la búsqueda de sí
llo posterior de la nueva forma o estilo de mismo y la liberación del yugo de las ilu-
vida del sujeto. Ascetismo que, entendido siones están íntimamente ligados al sen-
como moderación y austeridad contrarias tido de la responsabilidad y al desenvol-
al exceso y al hedonismo, facilita y fo- vimiento del amor compasivo, la empatía,
menta el compromiso9 solidario y desin- la no-violencia y la inteligencia inmediata
teresado del ser humano. de “aquello que soy y vivo” en un nivel úl-
mística y ascesis han ido de la mano timo. esta experiencia es el origen de to-
en incontables místicos. como lo han ido dos los valores humanos fundamentales
vida mística y vida ética, y, aunque a pri- con independencia de cualquier confesión
mera vista no lo parezca, vida activa y religiosa o ideología. más aún, para este
vida contemplativa. no en vano, cuando autor, la vida ética que se deriva de esta
teresa de Ávila alcanzaba la cumbre de su experiencia fundamental es una vida y
camino espiritual en la séptima morada una ética saludable. los comportamientos
del castillo interior, exhortaba a la acción egoicos devienen patógenos. De la misma
en el mundo, una acción que venía nutrida manera que se apela a la salud alimentaria
por la experiencia de unión mística (santa o a las normas de higiene, existen reco-
teresa, 2009, Moradas, 853). este es el mendaciones favorables para la salud es-
criterio básico de discernimiento sobre la piritual, psicológica y social.
autenticidad del verdadero místico: su ac- no podemos ser felices en detrimento
ción ética y comprometida con el mundo. de la felicidad ajena. comprenderlo o,
si en el proceso de purificación espi- mejor, tener la experiencia de unidad con
ritual que acompaña la vida mística es ne- el otro hace florecer el altruismo y la vo-
cesaria la superación del egoísmo en el si- luntad de obedecer una regla de oro: “no
lenciamiento de las exigencias del ego, hagas al otro lo que no quisieras para ti
esta actitud ha de tener una repercusión so- mismo”. este es el principio ético, a modo
cial. Así, entre incontables ejemplos, de imperativo categórico, que subyace en
swami Amarananda10 recordaba el caso de todos los preceptos que enseñan las tradi-
swuami Vivekananada11 quien conjugó ciones auténticas, aquellas que fomentan
mística y ética: desafíos para nuestro tiempo. De la experiencia mística a la acción moral
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mística y ética: desafíos para nuestro tiempo. De la experiencia mística a la acción moral
la gracia percibe en el otro un ser digno de no hablamos de dos facultades, sino del
respeto y de atención. Weil define la gra- ser humano que ama conociendo y co-
cia como un ejercicio de extrema atención noce amando, sin dicotomías artificiales.
hacia el otro, como un amor sobrenatural no se trata de una síntesis entre amor y co-
gracias al cual sabemos contemplar a nocimiento. se trata de ir a las raíces: an-
Dios, lo divino, en cada ser humano. Pero tes de que el divorcio entre ellos se con-
la gracia sólo puede llegar allí donde se ha sumara (Panikkar, 1998).
creado un vacío previo, por lo que el yo Pero el amor, como principio inde-
debe despojarse de todo aquello que le pendiente de toda creencia y como actitud
lastra (Weil, 1994). básica de orientación moral, no puede re-
la conversio cordis, raíz substancial alizarse por mandato. eso no priva que la
de la experiencia mística, exige y, a su ética del deber sea también legítima al
vez, posibilita la conversio morum. si no obligarnos a conductas que aún no ama-
se da conversión moral, la experiencia mos. el amor es y nace de una experien-
mística, sea del tipo que sea, religiosa o cia, como ocurre con el perdón. Amor y
profana, no es auténtica. el camino de la perdón, no exigibles en términos jonasia-
conversión es bidireccional: un hacia den- nos, son, en algunos casos, heroicidades
tro de sí, y una vuelta hacia afuera. si el que constituyen el único antídoto contra la
camino hacia el interior puede ser dolo- irreversibilidad de la historia (Arendt,
roso, la vuelta al mundo es exigencia de 1993) y que nos remiten al misterio, en el
coherencia, es militancia. Vuelta, ya anti- sentido fenomenológico del término, es
gua: Platón, en la República, describía al decir, a ese aspecto de la realidad que,
filósofo como aquel sabio que, una vez ha- más que ir a buscar, deberíamos evitar no
bía alcanzado la luz, debía volver a la ca- sofocar su aparecerse.
verna de las sombras para llevarla a los de- el reto de nuestra era digital es el en-
más hombres. este movimiento de vuelta cuentro con el otro cuando las relaciones
será calificado por simone Weil como la interpersonales se hacen cada vez menos
educación en la gracia, una educación en propicias. en este contexto parece difícil
la “extrema atención al otro” que deberí- proponer una ética que recupere la sensi-
amos poner en práctica. bilidad, y más particularmente el tacto y la
educados en la gracia, en esta actitud mirada. un tacto ciego y una mirada fría,
de máxima atención al prójimo, ¿cómo aquella que, como decía lévinas, se de-
podré entender al otro si sólo puedo en- tiene en los detalles superficiales del ros-
tender desde mis categorías? Quizás no tro cosificando al otro y que no contempla
pueda entender al otro, pero sí puedo su misterio inherente, son grandes obstá-
amarle, y amándole empezaré a conocerle, culos para el encuentro con el otro (bil-
ampliando así mi campo de consciencia. beny, 1997). si cada hombre es un miste-
ser consciente que no entiendo al otro es rio y, por tanto, algo místico, para
abrirse a una nueva consciencia que in- descubrirlo se le tiene que amar. un diá-
cluye la simpatía y el amor. ni puedo co- logo que no incluya el corazón no es un
nocer sin amar, ni puedo amar sin conocer. verdadero diálogo. trascender el propio
Julia Yúfera
bIblIOGRAFÍA
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mística y ética: desafíos para nuestro tiempo. De la experiencia mística a la acción moral
Julia Yúfera
nOtAs
1
Para Javier melloni, más que por un sin- sangha Dachang Rimay. en 1996 fundó la
cretismo de tradiciones, hemos de apostar por universidad budista europea. se ha intere-
una síntesis. Véase melloni, Javier (2011), Hacia sado por el diálogo interreligioso e interdisci-
un tiempo de síntesis, Fragmenta, barcelona. en plinar con el fin de favorecer la cultura de la
esta línea, Denys teundroup también considera paz y la no-violencia, motivo por el cual fundó
que cada tradición tiene su propia lengua y mé- la Iniciativa de las tradiciones unidas y la Ini-
todo por lo que, mezclarlos en un sincretismo ex- ciativa Pax cultura. Fue también miembro del
terior, neutralizaría las potencialidades propias comité del consejo Interreligioso de la
de cada una y atentaría contra el respeto a las di- unescO.
ferencias. Por este motivo, debemos hablar, más 4
Derivados del concepto husserliano de
que de una ética o de una espiritualidad universal, lebenswelt, los mundos de la vida (objetivo, so-
de una dimensión universal de la ética y de la es- cial y subjetivo), clasificados de este modo por
piritualidad, ya que ni la una ni la otra existen con K. Popper en su teoría de los tres mundos, res-
independencia de una tradición concreta. Véase ponderían para Habermas a los conjuntos de ac-
torradeflot, Francesc (2007), Mística y diálogo in- tos culturales, sociales e individuales o subjeti-
terreligioso, Fragmenta editorial, barcelona. vos, a los cuales nuestra vida no puede ultrapasar
2
uno de los conceptos fundamentales del dado que está encarnada en estas categorías de
pensamiento de Xavier Zubiri es la religación. el las que no se puede descontextualizar fuera de las
ser humano está y se siente religado. en la reli- estructuras del propio lenguaje.
gación no se trata tanto de ir a sino que venimos 5
experto en confucionismo, neoconfucio-
de. el estar religado nos descubre que hay lo que nismo y taoísmo, está trabajando en una nueva
religa (raíz fundamental de la existencia), de la traducción del Dao De Jing. Ha publicado nu-
misma manera que estar abierto a las cosas nos merosos artículos sobre estudios confucianos y
descubre que hay cosas. esa raíz es, en Zubiri, lo religión comparada. Ganador del Premio Yulgok
que llamamos Dios o deidad. en la religación es- scholarly en el 2004. en corea, el reconoci-
tamos fundados y la deidad es lo fundante. Dios miento académico más prestigioso.
es, pues, para Zubiri, ens fundamentale o funda- 6
Presencia en mayúsculas para distinguirlo
mentante. esta religación no se traduce en un en- de presencia de cualquier otro sujeto u objeto.
contrarse con Dios igual que se encuentra con las 7
nacido en Varanasi, India. experto en re-
cosas, sino más bien en Dios. Véase Zubiri, Xa- ligión comparada, hinduismo y feminismo de la
vier (1963), Naturaleza, Historia, Dios, editora religión. Doctor en teología por la universidad
nacional, madrid. de Harvard, ha realizado incontables estudios
3
Denys teundroup (París, 1949), rimpoché sobre el Advaita Vedanta, y la hermenéutica y la
o lama superior de la congregación budista espiritualidad hindú y budista.
mística y ética: desafíos para nuestro tiempo. De la experiencia mística a la acción moral
8
Para Young chan Ro, la pasividad activa o 12
Hans Jonas y Alfred north Whitehead
actividad pasiva del wu-wei taoísta es una ma- otorgan atributos de interioridad a todo ser, tras-
nera de vivir extremadamente cuidadosa, recep- cendiendo la dicotomía de la interioridad de lo
tiva y responsable en la que se hace posible la es- subjetivo y la exterioridad de la materia. Ambos
pontaneidad; una sensibilidad profunda de ver, autores se arriesgan a afirmar que en la primera
escuchar y sentir la realidad. es un proceso ac- manifestación orgánica existe ya una primera
tivo en tanto que existe la determinación y la vo- modalidad de subjetividad, un incipiente actuar
luntad de exponerme al desafío de un modo de desde lo interno dado su constante querer man-
vivir que me hace vulnerable. Y, a su vez, es un tenerse en el ser. A partir de estas formas primi-
proceso pasivo en tanto que constituye una aper- genias de subjetividad y sólo gracias a ellas
tura radical de absorción y receptividad. Véase puede darse una evolución que culmina en el ser
torradeflot, Francesc (2007), Mística i diàleg in- humano. esta posición no antropocéntrica encaja
terreligiós, Fragmenta, barcelona. especialmente con la visión holística y unitaria
9
en el budismo, especialmente el mahā- que caracteriza la experiencia mística. Véase
yāna, el bodhisattva es un término compuesto de singer, Peter (2002), Una vida ética. escritos,
bodhi (“supremo conocimiento”, iluminación) y taurus, madrid.
sattva (ser), y que hace alusión a un ser embar- 13
Para carol Gilligand, el cuidado, que re-
cado en el camino del buda y, por tanto, en la coge la tradición emotivista y ética de las virtu-
búsqueda de la suprema iluminación, pero, al des, tiene una significación moral y psicológica
mismo tiempo, un ser comprometido en reducir que responde a una forma femenina de pensar la
el sufrimiento de los otros. el bodhisattva, que realidad (maternidad, amistad, asistencia sanita-
reconoce que no podemos esperar a que mejoren ria, etc.) la responsabilidad no es un principio
las condiciones externas hasta que hayamos abstracto: para las mujeres, se ha encarnado, por
transformado las mismas condiciones negativas ejemplo, en la maternidad. Véase Gilligand, ca-
en nosotros mismos, se convertirá en un ideal de rol (1985), ¿El pensamiento femenino?; La Mo-
vida heroico al cual todo seguidor budista aspi- ral y la Teoría. Psicología del desarrollo feme-
rará. nino, Fce, méxico.
10
Pertenece a la Orden Ramakrishna desde 14
Precisamente uno de los pilares del bu-
1966 en la que está consagrado a obras de ca- dismo es la ética de la compasión. Arthur sho-
rácter humanitario. Desde 1989 es el presidente penhauer se hizo eco de ello sentenciando que
del centro Vedántico en Ginebra. Participó en el una compasión sin límites era la garantía más
comité de Diálogo mundial de Religiones para firme de la moralidad. Para Jonas, sin embargo,
el Desarrollo (1998-2000). Autor de trabajos so- la compasión no es suficiente como fundamento
bre Vedanta y de piezas teatrales sobre Rama- de la ética. el pilar fundamental será el principio
krishna. de responsabilidad, sin el cual, tampoco es legí-
11
monje hinduista de finales del s.XIX y timo apelar a la esperanza. Véase Jonas, Hans
principios del s.XX. Figura clave por la intro- (1995), El principio de responsabilidad, Her-
ducción de las filosofías indias del Vedanta y del der, barcelona.
Yoga en Occidente. Discípulo de Ramakrisna. 15
en la aspiración al Summum Bonum esta-
convencido de que la mejor manera de rendir rían las éticas de la perfección. Serían aquellas
culto a Dios era servir a los hombres, contribuyó que destacan una cualidad del hombre como re-
activamente a la formación de la conciencia na- presentación de la humanidad por excelencia y
cional en la India colonial. en 1893 marchó a consideran que la tarea moral consiste en llevarla
eeuu como delegado de la India en el Parla- a su máxima expresión. Aristóteles o Friedrich
mento Mundial de las Religiones, donde se es- nietzsche, a pesar de sus grandes diferencias,
tableció como embajador espiritual de su país. compartirían esta aspiración. Véase Rawls, John
Fundador de la sociedad Vedanta tanto en eeuu (1995), Teoría de la Justicia, Fce, madrid.
como en europa, también se dedicó a impartir
clases sobre Hinduismo.