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Cuarenta y Dos Paradas Por el Camino Angosto Hasta la Tierra

Prometida 
¿Por qué la Torah enumera esas 42 paradas?
Según el rabino Rashi, la Torah anhela mostrar la misericordia de YHVH.
Aunque condenó a los Israelita a deambular por el desierto, se aseguró que
este peregrinaje tuviera descanso. Se aseguró que descansaran.  Peregrinaron
durante 40 años pero tuvieron 42 paradas.
 Maimónides, da una explicación geográfica a las 42 paradas enumeradas en la
Torah.  Dice que “a medida que los Israelitas deambulaban por el desierto,
presenciaron todo tipo de milagros, recibieron agua, alimento, todo lo que
necesitaron. Aquellos que vieron los milagros, sabían que eran verdad.  Pero
debido a la naturaleza racional del ser humano, las generaciones futuras que
han escuchado de todos estos milagros, son escépticos a creer.  Prefieren
buscar una explicación científica para los milagros.  Por ejemplo, dicen que:
los israelitas pararon en lugares donde había campos con fuentes de agua y
donde el alimento se obtenía fácilmente.  Sabiendo esto, el autor de la Torah,
se aseguró de enumerar los lugares específicos donde los Israelitas pararon, de
manera que las generaciones futuras pudieran ir a dichos lugares y ver la
infertilidad y aridez del terreno, y ver que solo se podía haber sobrevivido allí
con la ayuda de los milagros de Elohim”.
 
Ba’al Ha Turim (Jacob Ben Asher, 1.270 – 1.343, Alemania) dijo que los
nombres de los lugares no hablan de lugares literales, sino de significado
histórico de eventos sucedidos durante su peregrinaje.  El dice, que la mayoría
de las veces, los nombres no son lugares.  Que son en realidad vocablos
hebreos que nombran eventos que pasaron en cada parada.  Por ejemplo: al
salir de Egipto los Israelitas fueron de Ramases a Sucot.  En Sucot, que
significa – refugio / cobertizo / amparo, ellos empezaron a viajar bajo el
refugio, amparo de la columna de nube o sea de la presencia y protección
divina.
Otros dicen que los 42 lugares representan viajes espirituales que deben vivir
todos los hijos de Elohim, todos aquellos guerreros que van camino a la tierra
prometida.  Por ejemplo: la gematría de la palabra Ramases es 430, que es
equivalente a “Nefesh”, que significa, “alma”.  La gematría de la palabra
Sucot es 480 que equivale a “Yishamani”, que significa, “me escuchará”.  La
gematría de la palabra Etam es 441 que equivale a “V’hiyyiti”, que significa
“yo estaré”.  Así que, traduciendo a través de la gematría, el viaje de Ramases
a Sucot y a Etam, se forma la frase espiritual: “Tu alma me escuchará, y yo
estaré”.  Y así sucesivamente a través de todo el peregrinaje.
El rabino David Volfe Blank dice que el propósito de enumerar las 42 paradas,
fue para hacer consiente al pueblo de su desarrollo completo – moral –
espiritual – histórico.  El dice que luego, en la distribución de la tierra, le
fueron dadas a los levitas 42 ciudades para vivir.  Según el rabino, si alguien
se apartaba de la Torah y necesitaba orientación o enseñanza en alguna de las
42 etapas de desarrollo, él o ella podían visitar una de las 42 ciudades para
recibir el entrenamiento específico asociado con esa etapa.
No sé cual de todas estas explicaciones de las 42 paradas es la más
fundamental, si la que habla de la evidencia de la misericordia divina, o la que
testifica de los milagros llevados a cabo por YHVH en un lugar especifico, o
la que describe las etapas espirituales de la persona.  Lo que sí sé, es que el
viaje de nuestra vida es solo enriquecido cuando lo hacemos guiados,
acompañados y nutridos por YHVH.
Números 9:15-23
El pueblo acampó 42 veces en lugares escogidos por YHVH.  Algunas veces
la parada era para probar al pueblo, otras para que descansaran o para
castigarlos.  En cada lugar había suficiente espacio para el Tabernáculo y para
el campamento de cada tribu.  Eran guiados por la columna de fuego que es
simbólico del Ruaj HaKoddesh, y que es Quien nos guía a la verdad.  La
columna de nube es simbólica de la Torah – la poderosa palabra de YHVH
que nos enseña como ofrecer nuestra vida como olor fragante.  El pueblo
peregrinó por el desierto siguiendo la gloria de YHVH y ese es un ejemplo
para nosotros hoy en día.
Comentario del rabino Rashi: “la historia del viaje por el desierto es
comparado con la historia de un rey cuyo hijo se enfermó, y lo llevó a un lugar
lejano para ser sanado y de regreso, el padre empieza a mencionarle al hijo
cada etapa del camino diciéndole: aquí fue donde dormimos, aquí sentimos
frío, aquí tuviste dolor de cabeza, aquí te dio hambre, etc.  Cada parada, tiene
una historia y una lección que aprender.  Nosotros estamos enfermos en un
lugar lejano y el rey nos está guiando a casa.  A lo largo de nuestro caminar
espiritual, escuchamos la voz de YHVH y debemos obedecerlo.
Como creyentes podemos crecer espiritualmente entendiendo que todo lo que
le pasó a Israel en los tiempos bíblicos, son una imagen para el pueblo hoy en
día.  La historia se repite.  Los tiempos cambian, pero los escenarios son los
mismos.  Todo lo que ocurre en nuestra vida es un mensaje de Elohim.  El nos
habla a través de todos los detalles del día.  A través de todo lo que nos
sucede, YHVH nos está llamando a estar más cerca de Él.
EL VIAJE
Muchos se preguntan ¿por qué los Israelitas fueron dejados tantos años en
Egipto como esclavos?  Bueno, tal vez no estaban listos para partir, estaban
muy cómodos en Egipto y se habían acostumbrado a ser esclavos.  Moisés
intento liberarlos 40 años antes – “¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez
sobre nosotros?” – Éxodo 2:14.  Sin embargo cuando regresó 40 años más
tarde, lo escucharon y estuvieron dispuestos a seguirlo.  Ya estaban listos, era
el tiempo.  Muchas cosas no pasan en nuestra vida aunque lo queramos,
porque no estamos listos, aún estamos cómodos como esclavos en esa área,
necesitamos hartarnos de eso para querer salir y ser libres.
Este proceso de cómo Israel llego a estar cómodo como esclavo, es una
lección para nosotros.  De la misma forma como los Israelitas le contestaron a
Moisés cuando quiso liberarlos -- ¿Quién te ha puesto….? Es la que usamos
hoy cuando una persona puede ver nuestra esclavitud -- ¿Quién eres tú para
juzgarme?
El pueblo salió de Ramases = Tesoros, a Sucot = Albergue temporal.
Dejaron la esclavitud de Egipto con sus tesoros.  Pero para ser totalmente
libres, debían reconocer que aunque había tesoros, era una esclavitud.  Solo
reconociendo la situación actual y viendo que se puede estar mejor, se busca la
libertad.  Ejemplo: el pobre, el enfermo, el alcohólico, el adicto, etc.  En
Egipto había un rey, pero muchos capataces.  Igualmente en el reino de las
tinieblas, hay un amo – Satanás – pero muchas ataduras personales, por
ejemplo: Alcohol, sexo, drogas, belleza, dinero, etc.  Estas son algunas de los
capataces del Egipto espiritual.  Y nosotros, Israel, si no estamos dispuestos a
abandonar estos placeres, tesoros (Ramases) de Egipto, no estamos listos para
entrar en Canaán.  No podemos disfrutar de una verdadera libertad, mientras
sigamos enamorados del sistema.
Cuentan la alegoría de un creyente que murió y se encontró con Pedro en la
Puerta de Perlas y le preguntó:
¿Dónde está la T.V? – Oh dijo Pedro, aquí no miramos la T.V.
¿Y dónde está el campo de golf?  No lo veo, ¿qué voy a hacer con mi tiempo
aquí?  -- Pedro medito y dijo: la gente que vive aquí pasan su tiempo
felizmente alabando y adorando a YHVH.
¿Y dónde están mis amigos, no veo a nadie conocido? – Usted se ve muy
insatisfecho con lo que tenemos para ofrecerle, tal vez sea mejor que mira la
otra opción.
Tiene razón.  El hombre sale para ver si el otro lugar le ofrece una mejor
acomodación.  En la puerta del infierno se encuentra con el exuberante ángel
llamado Lucifer quien le da un tour que lo deja fascinado.  Lo lleva por el bar,
al campo de golf, le muestra un enorme T.V plasma, y lo mejor, muchos de
sus amigos estaban allí.  Inmediatamente regresa a darle las gracias a Pedro y
a coger su maleta que la había dejado olvidada en la Puerta de Perlas.  Cuando
regresó buscó a su maravilloso guía, pero quien le salió al encuentro fue una
creatura diabólica.  Disgustado observó que nada era igual a como lo había
visto antes.  Confundido pregunto: ¿dónde están mis amigos y todo lo
hermoso que vi antes?  Oh, respondió el diablo, todo eso eran comerciales.
Yo pensé que era la realidad, no puede retenerme aquí con falsas pretensiones.
¿Falsas pretensiones? Se rió el diablo.  No son falsas pretensiones.  Ok es
cierto que lo engañe con ilusiones, pero si sus ojos hubieran estado fijos en el
cielo, mis engaños no hubieran tenido éxito.  Usted vio el cielo y no le agradó.
Solo aquellos que son felices con los caminos del cielo cuando están en la
tierra, pueden habitarlo.  Usted pasó su vida conmigo.  Le guste o no, este es
su lugar, aquí pertenece.
Aunque es una alegoría, contiene mucha verdad que debemos considerar.
¿Dónde está nuestro corazón? ¿Cuáles son nuestros afectos? ¿Estamos listos
para ser liberados? ¿Estamos dispuestos a dejar los tesoros de Egipto, salir de
Ramases y caminar hacia la Tierra Prometida?  Antes de tomar la mano de
Yeshua e iniciar este camino debemos querer con todo nuestro corazón la
libertad que nos ofrece.
Elohim encomendó a Moisés mostrarle el Camino al pueblo.  Hoy en día es
igual, el pueblo es guiado a través de la Torah.  Pero a los creyentes del siglo
21 se les ha dicho que ignoren a Moisés.  Siempre ha habido gente que quiere
seguir su propio camino, que cree que sabe más que Elohim y repiten la
historia rebelde de Israel.  Pero no podemos inventarnos nuestro propio
camino a Canaán.  Aquellos que buscaron su propio camino y quisieron ser
independientes de Moisés, recibieron castigo de YHVH.  A través de la Torah,
Moisés sigue siendo el líder asignado.
El viaje a través del desierto explica el plan de Elohim para la vida de todo
verdadero Israelita.  Salgamos de Egipto, sigamos a Moisés, él fue elegido por
YHVH para mostrarnos el Camino.  Recuerden, este importante viaje
espiritual empieza en el corazón.  Dejemos a un lado las atracciones de los
tesoros de Egipto (Ramases) y salgamos al desierto.
Vimos antes que Moisés intento liberar al pueblo 40 años antes, pero el pueblo
no estaba listo.  Pues bien, Moisés tampoco lo estaba.  Era demasiado
arrogante para que Elohim pudiera hacer algo con él sin que le robara la
gloria, necesitaba reducir su orgullo a la mínima expresión para poder
llamarlo.  Cuarenta años tomó Elohim formando a Moisés.  Cuarenta años
tuvo al arrogante príncipe de Egipto pastoreando en el desierto.  Dicen que a
los cuarenta años Moisés creía ser alguien, le tomó otros cuarenta el ser
reducido a un don nadie, y los últimos cuarenta de su vida, viendo lo que
Elohim podía hacer con un don nadie.
El pueblo sale de Ramases – deja los tesoros de Egipto y llega a Sucot.  En el
leguaje egipcio, Sucot es “lugar de transición” – salir de la oscuridad a un
amanecer misterioso de un nuevo comienzo.  En hebreo es “albergue
temporal”, salir de una situación baja a un lugar más elevado.  Aunque la
palabra “Sukkah” significa “cabaña”, también es relacionada con la palabra
“socheh” = Mirar al futuro.  Sucot – albergue temporal y el lugar desde donde
podemos mirar al futuro, lugar de transición de la oscuridad a la luz.
Sucot estaba a 25 millas de Ramases.  Era una base militar en la frontera de
Egipto.  Era un terreno lo suficientemente grande para albergar a todo el
pueblo con su ganado.  Sucot era el lugar ideal para organizar al pueblo.
En el Sinaí, YHVH le ordena a Moisés celebrar la fiesta de Sucot, para que
recuerden que vivieron en albergues temporales cuando iban camino a la
Tierra Prometida.  Igualmente nosotros hoy vivimos en albergues temporales
y nuestro equipaje debe ser liviano.  En los tiempos finales, nosotros
igualmente huiremos al desierto y seremos protegidos bajo sus alas.
Apocalipsis 12:6 – “Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado
por Elohim, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta día”.  1.260 =
42 meses.  42 jornadas en el desierto.  “Vosotros visteis lo que hice a los
egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí” – Éxodo
19:4.
Al igual que Israel en el tiempo del Éxodo, las promesas son para nosotros
hoy.  Y Él ha prometido:
1.Yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto – Éxodo 6:6ª
2.Os libraré de su servidumbre – Éxodo 6:6b.
3.Os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes – Éxodo 6:6c.
4.Os tomaré por mi pueblo – Éxodo 6:7ª.
5.Seré vuestro Elohim – Éxodo 6:7b.
6.Os meteré en la tierra – Éxodo 6:8ª.
7.Os la daré por heredad – Éxodo 6:8b.
Para aquellos que entramos en los vínculos del Pacto con YHVH, esas
promesas están vigentes.  Los sacaré de la oscuridad y los libraré de las
ataduras que los tienen esclavos.  Los redimiré con mi brazo extendido y con
grandes juicios.  Los tomaré por mi pueblo.  Los guiaré a la Tierra Prometida
y les daré la nueva tierra por posesión.  Pero para heredar todo esto, debemos
abandonar Ramases y llegar primero a Sucot donde viviremos la transición de
la oscuridad a la luz.
“Salieron de Sucot y acamparon en Etam, que está al confín del desierto” –
Números 33:6
En el borde de la Península del Sinaí, cerca del brazo oriental del Mar Rojo
llamado el Golfo de Aqaba, encontramos el lugar llamado, Etam también
conocido como Ehetam y que probablemente estaba un poco hacía el
occidente del pueblo moderno de Ismailia.  Etam significa = Contemplación /
rejas de arado.  Ellos ya estaban propiamente fuera de Egipto, pero no fuera de
la influencia de Egipto.  Aunque estaban fuera, Egipto seguía dentro de ellos.
Igual nosotros, podemos decir que amamos a YHVH y a Yeshua y que somos
parte de su pueblo, pero con nuestro corazón dividido.  Yeshua oró y dijo: “Yo
les he dado tu Palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quietes del mundo, sino
que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”
– Juan 17:14-16.  El peligro no es que le creyente esté en el mundo, sino que
el mundo esté en el creyente.
Elohim siempre ha querido que Su pueblo salga de todo lugar de idolatría,
siempre lo ha llamado a abandonar dichos lugares.  Taré, el padre de
Abraham, era un hombre rico y respetable de la ciudad de Ur.  Y Ur de
Caldea, era una de las muchas grandes ciudades en la antigua Babilonia.
YHVH llama a Abraham a salir de Ur de Caldea e ir a Canaán.  Le pide que
deje los lujos y las riquezas de Ur y vaya a tomar posesión de la Tierra que
YHVH tiene para Su pueblo.  En Apocalipsis 18:1-4 de nuevo Elohim llama a
Su pueblo en los tiempos finales, a salir de Babilonia (sistema religioso), antes
que las plagas sean derramadas sobre la tierra.  Vemos como vez tras vez,
Elohim llama a Su pueblo no solo a salir del reino de la oscuridad, sino
también a dejar todo el sistema de adoración de la Babilonia espiritual.
Isaías 52:11 – 2Corintios 6:17
Jeremías 51:6
Zacarías 2:7
Salir de Egipto o de Babilonia significa salir de la oscuridad del politeísmo
que consume la religión de hoy, para que podamos servirle al Elohim vivo, al
verdadero Creador.  (El politeísmo moderno está formado por todos los dioses
personales que la gente tiene: dinero, fama, poder, ambición, sexo, todo lo que
impide que adoremos al único y soberano Elohim).  Una vez más les digo, la
manera para saber si tengo otros dioses es: “todo aquello que temas perder y
que pienses que sin dicho objeto o  persona no puedes vivir, eso objeto, o esa
persona es TU DIOS”.
Ahora, YHVH no está llamando a Su pueblo a salir de Egipto o Babilonia, El
nos está llamando a HUIR de allí.  Y para huir de un lugar, debemos tener
nuestros ojos fijos en el objetivo, Canaán.  Solo motivados por nuestro futuro
en el Reino del Mesías, al lado de nuestro Padre Celestial, podemos huir y
dejar todo aquello que nos esclaviza.
¿Huir de qué?  Pablo en Gálatas 5:19-21 enumera las características de
aquellos que no logran terminar el viaje por el desierto, de aquellos cuyos
cuerpos quedan en el desierto, de aquellos que no heredan.  Todas estas cosas
de las que debemos huir, eran las que Israel, tenía que contemplar, debía
contar el costo.  Estas mismas cosas siguen vigentes hoy en día, siguen siendo
evidencia de quienes continúan en Egipto.
Adulterio (3430) = infidelidad matrimonial
Fornicación (4202) = prostitución
Inmundicia (167) = sucio natural o físicamente y moralmente (lujuria)
Lascivia (766) = hedonista, sin disciplina o control moral, sodomía.
Idolatría (1495) = adoración a interés propios, dinero, cosas materiales o
adoración a cualquier cosa o persona diferente a YHVH (líderes,
denominaciones, etc.)
Hechicerías (5331) = magia, brujería, medicamentos (pócimas)
Enemistades – odios (2189) = enemistas, estar en oposición
Pleitos (2054) = discordia, agresividad
Celos (2205) = envidia, malicia, esfuerzo por desacreditar
Iras (2372) = indignación impetuosa, ira
Contiendas (2052) = discordia, rivalidad, intriga
Disensiones (1370) = crear división, separar
Herejías (139) = forma de adoración o teoría que se aparta de la verdad de la
Torah
Envidias (5355) = dolor personal al ver o pensar en el éxito o felicidad de otro
Homicidios (5408) = asesinar, matar
Borracheras (3178) = intoxicación, exceso, adición
Orgías (2970) = festejar inmoralmente, la impureza
¿Quién de toda esa multitud estaba libre de estas cosas? Y ¿Qué santo
moderno no tiene que luchar con estas cosas?  A muchos nos han dicho que la
llegada a la Tierra Prometida no tiene que ver con el comportamiento, sino
con la promesa.  Si ha habido una prueba contundente de lo contrario, esa es el
viaje por el desierto.  Fue esta lista en ellos lo que hizo que se revelaran contra
Elohim diez veces a través de todo el viaje.  Esos primeros ocho días viajando
por el desierto con pan sin levadura, simbolizan nuestro proceso de limpieza
de todo pecado.  El pueblo siempre ando bajo la columna de nube y la
columna de fuego, guiados por Elohim.  El camino por el desierto debe
hacerse en mutua cooperación con el Ruaj, si queremos llegar al final del
camino.  Cuando amamos, amamos honrar ese amor. Cuando no podemos o
no sabemos amar o como responder a ese amor, distorsionamos el amor en
permisividad, llegando a hábitos corruptos, como los enumerados en Gálatas
5.  El comportamiento revela actitudes, y las actitudes revelan el carácter de la
persona.  “Por sus frutos los conocerás” – Mateo 7:20.  Hebreos 3:7-11 =
Salmo 95:7-11.
ETAM = CONTEMPLACIÓN – Contemplando el llamamiento.
La salvación ilustrada en los cuarenta años por el desierto, está disponible para
todo aquel que cree y obedece.  Es un llamado al corazón para tomar el
camino del desierto y guiado por el amoroso Padre Celestial, ir a ese lugar de
aparente soledad y aridez y aprender a oír Su voz y seguir Su Torah sin
discutir ni pelear contra Quien quiere llevarnos a la Tierra que fluye leche y
miel.
En Etam, Israel debe evaluar su llamado a seguir a Elohim, desprovisto de su
auto-protección y auto-preservación o dependencia de su opresor (Egipto) y
seguir por fe a Elohim.  Igualmente nosotros, tenemos la oportunidad en Etam
de evaluar y decidir si queremos seguir aferrados al sistema y sus caminos, o
seguimos a Elohim sin contemplar más las ataduras de Egipto.  Debemos tener
presente que durante el peregrinaje vamos a creer que los métodos del sistema
son más seguros, pero solo la fe puesta en nuestro Adonai nos sostendrá y dará
la seguridad de que es mejor caminar por el desierto con YHVH, que dormir
en cama de esclavitud.
En Etam los hijos de Israel empezaron a cambiar de enfoque.  Ellos
contemplaron lo que dejaron y fijaron sus ojos en el futuro que tenían delante
de ellos con YHVH.  Etam es el lugar donde decimos si seguimos o no.  Y si
no hemos rendido nuestra voluntad completamente a YHVH, estamos
acampados en Etam.
PI-HAHIROT = BOCA DEL CAÑO
Pi-hahirot también significa = calmar / estar quieto frente a la ira.  “Habló
YHVH a Moisés, diciendo: Dí a los hijos de Israel que den la vuelta y
acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón;
delante de él acamparéis junto al mar.  Porque Faraón dirá de los hijos de
Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado” – Éxodo
14:1-3.  Israel iba a tener la primera prueba frente a una multitud asesina, llena
de ira.  Faraón había endurecido su corazón contra YHVH, estaba lleno de
odio después de las plagas y de enterrar a su propio hijo.  Egipto estaba en un
total caos, la economía totalmente colapsada.  Así que reunió a su ejército –
“Y unció su carro, y tomó consigo su pueblo; y tomó seiscientos carros
escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos” – Éxodo
14:7, y fue tras el pueblo, a vengarse de un montón de esclavos.
Solo habían pasado unos días desde que cambiaron las armas de Egipto por la
nube del Cielo.  Habían visto muchos milagros, pero ahora, frente a una
multitud llena de ira, se olvidaban del poder de YHVH que los había liberado
y temieron.  La prueba ahora era, si eran capaces de poner toda su confianza
en YHVH.  Estaban atrapados en un caño, cuya boca los llevaba al mar y
como dice la Escritura – “el desierto los ha encerrado”.  Esa misma prueba
vivimos muchos hoy en día cuando no hay a donde ir, cuando las
circunstancias nos atrapan y tenemos que poner nuestra confianza en que
YHVH nos sacará victoriosos o morimos.
Moisés le habla al pueblo y no lo instruye a levantarse y pelear, sino a estar
quietos y ver la salvación de YHVH.   Salvación = H3444 = Yeshua.  La
salvación de YHVH para Su pueblo es Yeshua.  Moisés les presenta al
Mesías.  Les muestra que la única salida del pueblo en dichas circunstancias es
estar quieto y ver a Yeshua abriendo camino para el pueblo – “Enséñame, oh
YHVH, tu camino” – “te haré entender y te enseñaré el camino en que debes
andar” – “Yo (Yeshua) soy el camino”.   Pero decirle al pueblo que se quede
quieto, es una prueba mayor.  Igualmente hoy, decirnos en medio de la prueba
que no hagamos nada, sino que estemos quietos, es la prueba más grande que
como seres humanos, acostumbrados a buscar soluciones, podemos enfrentar.
Pero eso fue lo que YHVH le pidió a Israel y lo que nos pide hoy a nosotros,
que en medio de la prueba, antes de buscar soluciones en el sistema, vayamos
a Él.  “¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y
su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son
valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a YHVH!” – Isaías 31:1.
YHVH le da instrucciones a Moisés – “Dí a los hijos de Israel que marchen. Y
tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo…”.  Como
siempre, YHVH estaba en control de las crisis de Israel, y como siempre, los
saca victoriosos de toda circunstancia.
La arqueología revela el lugar exacto donde el pueblo cruzó.  La ruta a través
de las montañas hasta una fortaleza en las playas del Golfo de Aqaba.  Allí, el
arqueólogo, Ron Wyatt, encontró un pilar inscrito y erigido por el rey
Salomón, marcando el lugar donde Israel cruzó el Mar Rojo.  “En aquel
tiempo habrá altar para YHVH en medio de la tierra de Egipto y monumento
(pilar) a YHVH junto a su frontera” – Isaías 19:19.
Luego, la noche de su liberación, la noche más negra que Israel había tenido y
temido, la columna de nube se movió y se ubicó a sus espaldas formando una
pared de división entre el pueblo de Israel y el ejército egipcio.  Era oscuridad
para los egipcios y luz para Israel.  Ahora, el pueblo tenía que aprender a
confiar en YHVH.  Este era el momento para poner en acción la Palabra de
YHVH, pero era demasiado tarde para aquellos que ante toda prueba, solo se
quejaron y lamentaron lo que dejaron atrás.  Igualmente nosotros hoy debemos
estar preparados y no esperar el momento de la prueba para fortalecer la fe.
La fe viene por el oír y el  oír de la palabra.  No podemos ignorar las
maquinaciones del enemigo y saber que su único objetivo es destruir el pueblo
de Elohim.  “Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando
los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados”.
Israel estaba acampado entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón.
Migdol = Torre – “Torre fuerte es el nombre de YHVH; a él correrá el justo, y
será levantado” – Proverbios 18:10.
Baal-zefón = Destruidor / Escondido / Oscuro – Baal = deidad Fenicia –
“Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Elohim, y
servido a los baales” – Jueces 10:10.
O sea que Israel no solo estaba bajo el ojo protector de YHVH – Migdol, sino
también de frente a Satanás – Baal-zefón.  Satanás para destruirlo, pero
YHVH ahí para protegerlo.  Salmo 136:24 – Isaías 59:19 – Salmo 108:12 –
Salmo 143:12 – 1Pedro 5:8.  El pueblo cruzó el Mar Rojo de la mano de
YHVH y bajo su ojo protector – Torre.  El paso por el Mar Rojo representa y
conmemora nuestra libertad espiritual de los falsos dioses, del sistema egipcio
en ese entonces, y greco-romano hoy en día.  Representa el bautismo del
nuevo nacimiento.  Aquellos que prevalecen con Elohim, siguen adelante,
hacia el desierto, con el recuerdo del paso por el Mar o bautismo marcando su
elección de no ser más esclavos.  1Corintios 10:1-11.
Cuando nos encontremos en una posición similar, atrapados, sin saber a dónde
ir, Pi-hahirot nos recuerda que debemos quitar la mirada de Baal-zefón y
ponerla en Migdol, nuestra Torre fuerte.
MARA = AMARGURA
El ambiente era de total alegría.  Habían pasado por en medio del Mar Rojo,
habían sido milagrosamente liberados del ejército egipcio.  Pero, ahora, en
cuestión de tres días, su gozo había desaparecido – “E hizo Moisés que
partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres
días por el desierto sin halla agua. Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las
aguas de Mara, porque eran amargas… Entonces el pueblo murmuró contra
Moisés” – Éxodo 15:22-24.  De nuevo, el pueblo responde ante la crisis con
incredulidad, ira, amargura y se queja.  No había pasado ni una semana de la
victoria de Pi-hahirot, y ya querían renunciar a Canaán y volver a Egipto.
Nada de lo que había experimentado el pueblo hasta entonces, fue suficiente
para que confiara en YHVH.  Y ¿qué tal el pueblo de Elohim hoy en día?
¿Manejamos el descontento, la desilusión, el dolor o escases con más gracia y
confianza en YHVH que nuestros padres?  YHVH quiere que confiemos en
El, y cuando conocemos Sus caminos – “Sus caminos notificó a Moisés, y a
los hijos de Israel sus obras” – Salmo 103:7, no habrá límite en nuestra
confianza en Él.  Él usa experiencias como esta de Mara, para probarnos y
mostrarnos Sus caminos.  Solo debemos tener cuidado que las circunstancias
por negativas que sean, no produzcan en nosotros raíz de amargura, que no
bebamos agua de Mara sin haber sido endulzada primero por la maravillosa
obra Redentora de nuestro Mesías Yeshua, quien fue al madero para hacer de
nuestra experiencia con YHVH, un manantial que nunca se seca.  “Se llenó de
amargura mi alma, y en mi corazón sentía punzadas” – Salmo 73:21 – “Mirad
bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Elohim; que brotando
alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” –
Hebreos 12:15.
Muchos piensan que nada beneficia el sufrimiento, pero solo porque digan que
confían en YHVH y declaren lealtad, no significa que YHVH lo va a aceptar
como tal.  El conoce nuestro corazón y sabe lo que hay en él.  El nos prueba
para mostrarnos que no hay tal cosa y que nuestro corazón no es tan puro y
leal como proclamamos.  El sufrimiento saca al descubierto lo que somos.  Es
en esos momentos cuando somos verdaderamente probados si confiamos en
YHVH o buscamos la mano del hombre.  1Corintios 1:3-4.
ELIM = CARNERO / FUERTE / FUERZA
Fue el lugar donde el pueblo se fortaleció después de la dificultad en Mara.
Fue la quinta parada desde que Israel salió de Egipto, y la segunda después de
cruzar el Mar Rojo.
“Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde había doce fuentes de aguas y
setenta palmeras; y acamparon allí” – Números 33:9.  Increíble, pero Elim
estaba muy cerca de Mara, como a siete millas.  Allí acamparon como por un
mes, fortaleciéndose para el viaje que seguía.
Doce fuentes de agua – doce tribus – doce cimientos en la nueva Jerusalén –
doce puertas para entrar a la ciudad del Gran Rey – Apocalipsis 21:12-21) –
Salmo 114.  En Elim, YHVH le estaba mostrando a Su pueblo lo que la
promesa a Abraham significaba.  “Haré de ti una nación grande… serán
benditas en ti, todas las familias de la tierra”.  Israel como nación  debía
mostrarle al mundo la gloria de YHVH, debía enseñar la Torah, debía
compartir la fuente de agua que brotó de la Roca – Yeshua.  Pero no fue así –
“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva,
y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua” – Jeremías
2:13.  Cuando Yeshua llegó, encontró un pueblo dividido, corrupto y alejado
de la Torah.  Durante todo su ministerio enseñó Torah, magnificó y
engrandeció la Torah.  Pero, después de Su partida, el pueblo se mezcló y dejo
que la filosofía griega y el paganismo romano tomara la Torah y la echara a la
basura reemplazándola con sus filosofías y falsas interpretaciones que
prevalecen en la iglesia hasta el día de hoy.  Abraham, Isaac, Jacob, Moisés,
los profetas y Yeshua, fueron reemplazados por Sócrates, Platón, Orígenes,
etc. la lista es interminable.  Hoy en día los mensajes de Isaías, Jeremías, Joel,
etc. son usados como mensajes personales irrelevantes a la situación y no para
advertir al pueblo y prepararlo para el eminente regreso del Mesías.  Los
profetas de hoy son hombres ambiciosos, hambrientos de poder y fama.
Setenta palmeras – setenta personas de la casa de Jacob que entraron en
Egipto – Génesis 46:27) – todas las personas que le nacieron a Jacob – Éxodo
1:5.  La setenta palmeras representan las naciones que saldrían de los lomos de
Jacob a través de Efraín el hijo menor de José – Cuando YHVH confirma el
pacto con Jacob, le dice: “una nación y conjunto de naciones procederán de ti,
y reyes saldrán de tus lomos” – Génesis 35:11.   A las tribus en la dispersión
se les llama también: Efraín, Jacob, Israel.
Pero esas setenta personas también conforman las doce tribus.  Recuerde,
setenta personas descendieron a Egipto, todas ellas descendientes de las doce
tribus.
“Salieron de Elim, y acamparon junto al Mar Rojo” – Números 33:10.
Aparte de la mención de esta parada en el libro de Números, nada hay
registrado acerca de ella en Éxodo, sin embargo el hecho de que haya sido
puesta en la lista, manifiesta que debe haber algo allí.  Fue la parada número
seis.  El número seis en hebreo es la letra Vav que significa = añadir / afirmar /
enganchar.  La imagen de la letra es la de una estaca o clavija.
Después de la parada junto al Mar Rojo, Números 33 registra cinco paradas
más antes de que el pueblo llegara al Sinaí donde pasaría cerca de un año,
recibiendo dirección de YHVH.  Después de vivir un mes en Elim, en un
oasis, el pueblo tenía que seguir. Bajó pegado al mar, como aferrándose a lo
que aun le era conocido, pero tarde o temprano tendría que adentrarse en el
desierto y seguir su camino.  No es fácil, después de vivir tantos problemas y
pasar un tiempo de reposo, pensar en tomar el camino de nuevo.  Nosotros hoy
debemos aprender de esto, que nada es permanente, que no podemos
apegarnos a nada, ni poner tienda y asentarnos en ningún lugar, sino proseguir
a la meta.  Cada día, nuestro equipaje debe ser más liviano.  La zona de
confort o conocida, por lo regular no nos permite movernos y tenemos que
movernos, los tiempos son difíciles y el apego puede ser un impedimento en el
momento de la crisis, puede empeorarla en vez de aliviarla.
“Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin” – Números
33:11.

 
Este mapa muestra la ruta correcta del Éxodo, y el lugar correcto del Monte
Sinaí.
Esta es la parada número siete.  La letra siete en hebreo es: Zayin cuya imagen
es un azadón y significa = nutrir / alimento / cortar.  Es también considerado el
número de la perfección de Elohim.
Esta región en el desierto es llamada sin por los mesopotámicos que vivían en
el área.  Según los eruditos bíblicos, el nombre Sin, se refiere a la deidad de la
luna que era adorada por los pre-islámicos de esa región.  Los beduinos de la
región, identifican a Jabel el Lawz, como el Monte Sinaí de la Biblia.  Era una
región habitada por Edomitas y Madianitas, y conocida por sus cultos y
celebraciones al “dios luna”.
Los madianitas eran hijos de Abraham y Cetura – Génesis 25:1.  Fueron los
que compraron a José – Génesis 37:26-28 – la palabra ismaelitas aquí, se
refiere a árabes que habitaban la región junto con los madianitas.
Descendientes de Ismael hijos de Abraham  y Agar.
Al Israel entrar en el desierto de Sin, estaba entrando al territorio del “dios
luna” y como pueblo acostumbrado a la idolatría en Egipto, Elohim les
advierte anticipadamente lo que sucederá si alguien de Su pueblo se haya
practicando dicha adoración – “Cuando se hallare en medio de ti, en alguna de
tus ciudades que YHVH tu Elohim te da, hombre o mujer que haya hecho mal
ante los ojos de YHVH tu Elohim traspasando su pacto, que hubiere ido y
servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a ellos, ya se al sol o a la luna,
o a todo el ejército del cielo, lo cual YO he prohibido… sea hombre o mujer, y
los apedreareis, y así morirá… así quitarás el mal de en medio de ti” –
Deuteronomio 17:2-7.
Esta parada o campamento número siete fue supremamente importante para el
pueblo de Elohim en ese entonces y para nosotros hoy.  Éxodo 16:1 no narra
la parada junto al Mar Rojo, sino que va directamente al desierto de Sin –
“Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al
desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes
después que salieron de la tierra de Egipto”.  Había pasado un mes desde que
el pueblo había salido de Egipto.  Aparentemente, ya se les había acabado
todo el grano que habían traído con ellos y de nuevo murmuran contra Moisés.
YHVH responde a sus murmuraciones enviándoles pan del cielo “Maná”.
Pero lo más importante aquí, no es tanto el pan, ya que YHVH siempre los
supliría, confiaran o no en El, sino el establecer el Día de Reposo de una vez
por todas como señal del Pacto entre YHVH y Su pueblo.
Es la séptima parada donde YHVH establece el día séptimo como Santísimo.
El pueblo sabía que el día séptimo era día de reposo a YHVH porque sus
ancestros lo habían enseñado.  Abraham a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a sus
hijos y así sucesivamente.  Pero 430 años viviendo en Egipto y
contaminándose con la idolatría de la tierra egipcia habían hecho que el
pueblo abandonara el Camino de Elohim.  De nuevo, YHVH establece el día
séptimo – Día de Reposo – hoy conocido como Shabbat – como señal del
Pacto.
El pueblo debía recoger el maná diariamente lo que habían de comer ese día,
pero el día sexto debían recoger para dos días ya que el séptimo no hallarían
por ser Día de Reposo.  “Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de
reposo; en el no se hallará… Mirad que YHVH os dio el día de reposo, y por
eso en el sexto día os da pan para dos días… Y así el pueblo reposó el séptimo
día” – Éxodo 16:26 y 30.
En este campamento, YHVH le explica a Israel como guardar el Shabbat aun
antes de llegar al Sinaí donde Israel tendría el más importante encuentro con
YHVH.  Conocerlo es amarlo y amarlo es obedecerle.  El Shabbat es una señal
entre YHVH y Su pueblo – Éxodo 31:13 – Ezequiel 20:12 y 20.  El Shabbat
nos separa de los demás pueblos.  Cuando los hijos de Israel pasaron a través
del Mar Rojo, debieron comprender que eran un pueblo separado para Elohim.
Aquí en el desierto de Sin, Elohim les confirma que son un pueblo escogido
para El y que es Él quien los santifica.  Igual nosotros, una vez aceptamos la
obra redentora de Yeshua y entramos en los vínculos del Pacto con YHVH,
debemos entender que somos separados de los demás pueblos y comportarnos
como tal siguiendo los parámetros establecidos por YHVH en Su Torah.
“La Batalla de la Barriga” – Termino conocido como la batalla de la gente
cuando tienen que sacrificar algo que les gusta sobre todo en comida.  Como
el enfermo cuando va al médico y le dice: prescríbame, pero no me quite nada
de mi comida sin importarle si es dicha comida lo que lo está matando.  Israel
falla de nuevo, pero esta vez, en la “batalla de la barriga”.  No solo provocaron
a YHVH, sino que de nuevo desearon volver a las olla llenas de carne de
Egipto.
La comida además de nutrir, produce placer y para muchos puede ser un ídolo.
Se dice que muchos viven para comer no comen para vivir.  Igual para
muchos obedecer a YHVH con relación a la comida, es cosa pasajera y la
toman como algo liviano, pero no hay pequeñas desobediencias así como no
hay pequeñas mentiras.  Elohim le dio al pueblo carne como querían –
“YHVH os dará en la tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta
saciaros; porque YHVH ha oído vuestras murmuraciones… Y venida la tarde,
subieron codornices que cubrieron el campamento…” Éxodo 16:8-13.
El peligro de la murmuración es que es el inicio de la apostasía.  Cada que el
pueblo enfrentaba un problema en vez de ir a YHVH, iba a Moisés con
críticas, acusaciones y murmuraciones.  YHVH había movido al pueblo de un
lugar de reposo – Elim,  a uno con dificultades – Desierto de Sin (espinas).
Así es como nuestro Padre Celestial frecuentemente trabaja con nosotros,
porque necesitamos ser enfrentados a las fortalezas del Egipto espiritual
(mundo y su sistema) que aún hay en nuestro corazón.  Si YHVH le hubiera
preguntado al pueblo en Elim: ¿qué hay que les impida adorarme con todo su
corazón, alma y mente? Seguramente hubieran dicho: NADA.  Igual hoy;
¿qué hay que nos impida adorarlo y amarlo con todo nuestro corazón, alma y
mente?  Tal vez muchos digan cómo pudo haber dicho Israel, nada, pero dos
pasos más adelante murmuraron.  Nosotros, al igual que ellos, no tenemos la
más mínima idea de lo que realmente hay en nuestro corazón hasta que somos
probados y enfrentados a esos gigantes que nos  impiden seguir a Elohim
como el manda.
Y como YHVH no hace nada que no sea para mostrarnos su maravilloso plan
y el camino trazado, el maná fue no solo la provisión física para la necesidad
del momento del pueblo, sino también la señal profética del verdadero pan que
un día descendería del cielo y nos daría la provisión necesaria para entra y
estar en la presencia de YHVH por siempre – Juan 6:30-35.  Israel no vio esta
maravillosa verdad en los días de Yeshua, los líderes estaban tan alejados de la
Torah y del Camino, que no pudieron reconocer el Pan del Cielo que Elohim
les estaba enviando como lo había prometido.  Amos 8:11.
“Salieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca” – Números 33:12-
Dofca es el campamento número ocho.  Significa = Ataque / golpe / golpear la
puerta.  Inscripciones históricas encontradas en una roca en Dofca, muestran
que este era un sitio donde había extensas minas de cobre y turquesa.  Por
siglos, estas minas fueron el lugar donde los egipcios enviaban a sus altos
políticos prisioneros.  Era un lugar de reclusión penal como Siberia hoy en
día.  William Justin Harsha, en su libro escrito en 1896 llamado “Viajes de un
Día de Shabbat” especifica que el significado de “Dofca” de: Golpear la
puerta, es muy claro.  Dice que allí habían nobles y esclavos, inocentes y
culpables, hombres, mujeres y niños cruelmente encerrados bajo tierra y
vigilados por 750 soldados para que no escaparan.
La inscripción en la roca cerca a las minas de Dofca donde aparece la imagen
de un Menorah, indican que había hebreos allí como esclavos.  Algunos
escritores dicen que Josué era uno de esos esclavos que fueron liberados en
Dofca.  No podemos asegurarlo, pero lo que sí se sabe, es que muchos
esclavos fueron liberados allí.  Evidencias arqueológicas muestran que la mina
fue abandonada y cerrada abruptamente.  Muchos elementos y maquinaria
minera estaba todavía allí para finales del siglo 17, cuando fueron
descubiertos.
“Salieron de Dofca y acamparon en Alús” – Números 33:13-
Se regó la palabra por todo el territorio de los Amalecitas de que se acercaba
una invasión Israelita.  Era imposible que Israel pasara desapercibido.  Su
viaje venía marcado por multitud de milagros; el cruce del Mar rojo, la
destrucción de ejército egipcio, las aguas amargas de Mara hechas potables, la
liberación de los esclavos de Dofca, y como si fuera poco, eran guiados de día
y de noche por una presencia supernatural manifestada por una columna de
nube en el día y una columna de fuego en la noche.  Nunca antes se había
escuchado historia semejante en todo el territorio y todas las naciones
alrededor estaban a la alerta.
Alús significa = Fermentar o yo amasaré (pan).  Fermentar es el proceso de
mezclar agua + levadura con alimentos. O sea que el nombre de este
campamento revela que Israel experimentó algún tipo de amasadura que
invadió a toda la congregación – “No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis
que un poco de levadura leuda toda la masa” – 1Corintios 5:6.
Mientras YHVH estuviera con ellos, los hijos de Israel eran un poder
incontenible.  Israel  jamás debía pensar que ellos eran los autores de
semejantes victorias, porque cada una de ellas y los innumerables milagros
eran producto del poder y providencia de Elohim, quien los guiaba.  Si por
algún momento Israel se atribuyó la gloria de esas victorias, dejando que la
levadura del orgullo y vanagloria contaminara su corazón, los efectos se iban a
ver en Refidim, la próxima parada.
“Salieron de Alús y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo
aguas para beber” – Números 33:15.
Esta es la parada número diez.  Lo que el pueblo vivió aquí es tan importante,
que vale la pena mirar todo lo que al respecto dice Éxodo 17:1-7 – “Toda la
congregación de los hijos de Israel… acamparon en Refidim; y no había agua
para que el pueblo bebiese.  Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos
agua para que bebamos.  Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por
qué tentáis a YHVH?  Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra
Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a
nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? Entonces clamó Moisés a
YHVH, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a poco me apedrearán.
Y YHVH dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los
ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el
río, y ve.  He aquí yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y
golpearás la peña, y saldrán de ellas aguas, y beberá el pueblo.  Y Moisés lo
hizo así en presencia de los ancianos de Israel.  Y llamó el nombre de aquel
lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron
a YHVH diciendo: ¿Está, pues, YHVH entre nosotros, o no?”
Moisés le da dos nombres a este campamento: Mesah = prueba / tentación.  Y
Meriba = provocación / altercar.  Desde Dofca donde tuvieron tan grandes
victorias y Alús donde el pueblo dejo que su corazón se contaminara con la
levadura de la vanagloria, el corazón del pueblo ya estaba lo suficientemente
apartado de YHVH para atreverse a altercar con El y poner el tela de juicio Su
cuidado y protección por Su pueblo – “¡Ay del que pleitea con su Hacedor! El
tiesto con los tiestos de la tierra” – Isaías 45:9.
El gozo de Pi-Hahirot, Etam y Dofca se había ido al igual que el espíritu de
paciencia y alabanza.  Pero es en tiempos de prueba donde se nos instruye
regocijarnos – “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya fruto,
aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las
ovejas sean quitadas de la majada, y no hay vacas en los corrales; con todo, yo
me alegraré en YHVH, y me gozaré en el Elohim de mi salvación” – Habacuc
3:17-18.  Las Escrituras claramente muestran que Refidim fue un lugar de
caos, amargura y rebelión.
La palabra Refidim viene de la misma raíz hebrea de la  palabra “Raphim” que
significa = abandono o descuido de la palabra de Elohim.  En Refidim Israel
fue descuidado (Raphim) de la palabra de Elohim y como consecuencia,
estaba débiles y fácilmente murmuraron y tentaron a YHVH pecando contra
Él.  En el caminar por el desierto debemos observar una clave importantísima:
la fortaleza para enfrentar mis pruebas mañana, depende de las lecciones
aprendidas hoy.  La forma como enfrentemos las crisis presentes, determina la
falla o éxito al enfrentar las crisis futuras.  Esto debido a que estamos
desarrollando patrones de obediencia y confianza en nuestra rutina diaria.
Obtener la victoria en nuestro futuro Refidim, depende de no descuidar la
palabra de Elohim.
El hombre es experto en altercar por lo que considera sus derechos.  “Tienes
que pelear por tus derechos” – frase bien conocida hoy en día.  En el sistema
tal vez funcione peleando y exigiendo, pero con Elohim no es así.  Israel no
era nada diferente, y cuando su supuesto derecho a tener agua no fue
satisfecho, empezaron de nuevo a murmurar contra Moisés y a cuestionar la
provisión de YHVH.  Sin embargo, a pesar de sus murmuraciones, YHVH les
dio agua en abundancia.  El agua de vida es ofrecida a todos, pero la
protección de Elohim contra los gigantes de la vida, es solo para quienes
confían en El.
Israel estaba a punto de enfrentar gigantes.  Cuando estamos débiles
espiritualmente, nuestra visión se opaca, nuestro discernimiento no funciona, y
el enemigo aparece como por arte de magia.  La murmuración se había
esparcido por el campamento como un cáncer e Israel estaba débil para
enfrentar al enemigo.  Mientras el campamento estaba en confusión y el
pueblo seguía quejándose, aparece Amalec y ataca a Israel.
Pero YHVH no deja a Su pueblo enfrentar esta merecida muerte sin ayuda.
Las Escrituras dicen que Moisés tomó a Aarón y Hur y se fue al monte,
mientras Josué tomaba a los más valientes y salía al valle a pelear.  Aquí
podemos ver una lección muy importante para practicar en nuestra vida.  La
batalla fue peleada en dos frentes.  El frente físico donde Josué peleo contra
los Amalecitas y el frente espiritual donde Moisés se fue al monte con los
sacerdotes a interceder.  Josué se fue al campo de batalla y Moisés al campo
de oración.  Josué peleo la batalla física y Moisés la batalla espiritual.
Mientras las manos de Moisés estuvieran levantadas al cielo en continua
intercesión, Josué y sus guerreros vencían.  Pero cuando Moisés bajaba las
manos y se cansaba, los enemigos de Israel prevalecían.  Entonces Aarón y
Hur sostuvieron las manos de Moisés hasta la puesta del sol cuando Josué
venció a los Amalecitas.
“Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de YHVH, YHVH
tendrá guerra con Amalec de generación en generación”  -- Éxodo 17:16
Amalec – hijo de Elifaz y nieto de Esaú – Génesis 36:12.  Esaú es Edom –
Génesis 36:1.  Esaú prometió matar a su hermano Jacob el cual es Israel – Y
aborreció Esaú a Jacob… y dijo en su corazón: llegarán los días del luto de mi
padre, y yo mataré a mi hermano Jacob” – Génesis 27:41.  Hasta el día de hoy,
Israel tiene guerra con Amalec (descendientes de Esaú) e igual que en el
desierto, solo la mano de YHVH podrá librarlo de él.
“Salieron de Refidim y acamparon en el desierto del Sinaí” – Números
33:15.
Durante su peregrinaje por el desierto, hasta ahora, YHVH había estado
trabajando con el pueblo, creando circunstancias y eventos que debían
preparar a Israel para la cita en el campamento número once.  En cada
privación física, en cada encuentro con el enemigo, la presencia y el poder de
YHVH estuvo ahí con ellos protegiéndolos y proveyéndolos.  Estas negativas
circunstancias que Israel vio como problemas y tribulaciones, exigiendo
muchas veces que YHVH las quitara, no eran más que, “campos de
reclutamiento espiritual”, destinados a fortalecerlos y prepararlos.  Si Israel
hubiera enfrentado esos problemas con mas gracia y sumisión, hubiera estado
mejor preparado para cuando el SANTO ELOHIM descendiera del monte a
hablar con ellos.
“En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en
el mismo día llegaron al desierto de Sinaí.  Habían salido de Refidim, y
llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel
delante del monte” – Éxodo 19:1-2. – los hijos de Israel llegaron al Sinaí
cuarenta y cinco días después de salir de Egipto.  Finalmente llegaron al Santo
Monte de YHVH, donde Israel se encontraría con YHVH y recibiría Su Torah.
El Monte Sinaí – H5514 = Monte en Arabia, llamado así por sus “espinos”,
también era el monte de la “adoración al dios luna”.  Llamado también Horeb
= Desolado – H2722.  Fue el monte escogido por el Cielo para una Cita
Divina.  Lugar seleccionado por YHVH para derramar una bendición
extraordinaria.  Su ubicación ha sido erróneamente señalada por siglos, como
en la península del Sinaí en Egipto.  Miremos citas Bíblicas que le dan su
correcta ubicación:
Éxodo 2:15 – “Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuro matar a Moisés;
pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián”.  Los
mapas muestran que Madián quedaba cerca al borde del Golfo de Aqaba en el
noroeste de Arabia Saudita.
Éxodo 2:22 – “Y ella le dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Gersón,
porque dijo: Forastero soy en tierra ajena”.  Moisés estaba en un país
extranjero, lejos de Egipto.  El no podía haber estado en la Península del Sinaí,
donde por siglos han ubicado el Monte Sinaí, ya que esa área era territorio
controlado por Egipto, lleno de minas egipcias.  Moisés hubiera sido
capturado en esa área.
Éxodo 3:1 – “Apacentaba Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de
Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de
Elohim”
Éxodo 3:12 – “Vé porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo
te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Elohim
sobre este monte”.  Moisés debía llevar al pueblo al mismo monte donde
YHVH habló con él, en Madián cerca al hogar de Jetro su suegro.
Gálatas 4:25 – “Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia”.  Aquí nos dicen
claramente donde está el monte Sinaí.  El mapa de Arabia incluye Saudí
Arabia, pero no incluye a Egipto.  Y la península del Sinaí donde
erróneamente ubican el monte, está en Egipto.
Hechos 7:29-30 – “Al oír esta palabra, Moisés huyó, y vivió como extranjero
en tierra de Madián… pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el
desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza”
El mapa de Arabia llama a este Monte “Jebel el Lawz” – Montaña de
almendras.  Pero los habitantes del área lo han llamado por siglos; “Jebel el
Musa” – Montaña de Moisés.  Los últimos 200 pies del monte, están
quemados, se ven completamente negros.  El Gobierno Saudí no permite
turistas en el área y confisca toda fotografía del monte, pero fotos sacadas
clandestinamente y fotos satélites del Gobierno de U.S. muestran las claras
evidencias de la presencia de YHVH en el monte – “Todo el monte Sinaí
humeaba, porque YHVH había descendido sobre él en fuego; y el humo subía
como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera” –
Éxodo 19:18.
La primera orden que YHVH le dio a Moisés cuando éste subió a Él, fue
recordarles como los había cuidado y protegido hasta llevarlos a Él – “Así
dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: Vosotros visteis lo
que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a
mí” – Éxodo 19:3-4.
“Sobre alas de águilas” – está frase explica la forma como Israel fue liberado
de la esclavitud a la seguridad de la tierra prometida, de la muerte a la vida, de
la desesperanza al corazón de Elohim.  No fue con maniobras militares, no fue
por su propio esfuerzo, fue la pura misericordia de Elohim quien los “tomó
sobre alas de águilas” – Y lo que fue verdad para el Israel de ese entonces, lo
es para nosotros hoy, para el Israel de los últimos tiempos – “Y se le dieron a
la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la
serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos,
y la mitad de un tiempo” – Apocalipsis 12:14.  La mujer representa el pueblo
de YHVH de los últimos tiempos quien es también llevado en “alas de águila”
al desierto donde será protegido de la serpiente o dragón que busca destruirlo.
YHVH continuo: “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi
pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía
es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa
(kaddosh – separada)” – Éxodo 19:5-6.
Moisés regresó de este primer viaje a la montaña de Elohim con este mensaje
de parte de Adonai, el cual inspiró a David a escribir el Salmo 91.  Israel
respondió a Moisés – “Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo
que YHVH ha dicho, haremos” – Éxodo 19:8.  Esta fue la primera de siete
comunicaciones entre YHVH y Moisés en el Monte.
“Y YHVH dijo a Moisés: Vé al pueblo y santifícalos hoy y mañana; y laven
sus vestidos, y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día
YHVH descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte Sinaí” – Éxodo
19:10-11
El pueblo de Elohim en los últimos tiempos, también será refugiado en el
desierto.  En ambos casos, el lugar ha sido preparado por YHVH.  Allí en el
desierto, YHVH santifica a su pueblo, lo instruye, lo prepara.
“Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y
relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se
estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. Y Moisés sacó del
campamento al pueblo para recibir a Elohim; y se detuvieron al pie del monte”
– Éxodo 19:16-17.  Dicen las Escrituras que el sonido de bocina iba
aumentando en extremo, Moisés hablaba y YHVH le respondía.  En medio del
monte humeando, de los truenos, relámpagos y de la bocina sonando, hablo
YHVH y proclamo los “Diez Mandamientos” que luego escribiría en dos
tablas de piedra y entregaría a Moisés.
Todo el pueblo escuchó la voz de YHVH y tuvo miedo.  Le rogaron a Moisés
que hablara él con YHVH y les trasmitiera el mensaje, que fuera su
intermediario.  Luego YHVH le ordenó a Moisés subir al monte y Moisés
recibió las tablas que contenían los “Diez Mandamientos” y recibió toda la
Torah para enseñarla a los hijos de Israel.  Durante los cuarenta días y
cuarenta noches que Moisés estuvo en el monte recibió todos los estatutos y
mandamientos de YHVH para el pueblo.
Según los rabinos, Moisés enseño la Torah al pueblo de la siguiente manera.
Moisés la recibió de YHVH y la enseñó a Aarón, luego en presencia de Aarón,
la enseño a los hijos de Aarón, luego en presencia de Aarón y sus hijos, la
enseñó a los Setenta Ancianos de Israel; finalmente en presencia de todos
ellos, la enseñó al pueblo de Israel.  Al final de los cuarenta años de Israel
deambular por el desierto, cinco semanas antes de su muerte, Moisés les
repitió la Torah a los hijos de Israel por última vez y se las explicó.  La dejó
escrita en cinco libros – “Los Cinco Libros de Moisés”.  La Torah fue escrita
en 13 copias, una para cada tribu, y una que debía ponerse en el Arca en el
Lugar Santísimo.  Luego cuando Israel pidió reyes, cada rey debía hacerse de
una copia de la Torah y estudiarla diariamente para que no se apartara de
YHVH.
La Torah contiene 613 mandamientos.  De esos 613, 248 son mandamientos
“positivos”, y 365 son mandamientos “negativos”.  Estos preceptos son el
código de conducta del pueblo de Elohim para que viva una vida honesta,
limpia y saludable en cuerpo y en espíritu.   Están divididos en dos grupos:
deberes de hacia el prójimo y deberes hacia Elohim el Creador.
Aquellos deberes hacia el prójimo incluyen preceptos de honestidad, rectitud,
amabilidad, veracidad, caridad, etc. que debemos observar en todas nuestras
relaciones.  Nos guían a comportarnos rectamente con la familia, las
amistades, la autoridad, los vecinos, etc.  Los deberes hacia Elohim, incluyen
los preceptos de adoración, las Fiestas, el Shabbat, los alimentos y muchos
otros que nos capacitan para obtener una excelente forma de vida espiritual y
nos enseñan a tener una relación personal con Elohim, donde El es nuestro
Adonai y nosotros Su pueblo.  Donde Él es quien guía y nosotros quienes
seguimos y obedecemos.
El Shabbat es la señal del pacto entre Elohim y su pueblo y lo dio mucho antes
de que el pueblo llegara al Sinaí – “En verdad vosotros guardaréis mis días de
reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para
que sepáis que yo soy YHVH que os santifico… Guardarán, pues, el día de
reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto
perpetuo.  Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel” – Éxodo 31:12-
17.  Este día es totalmente dedicado a YHVH, en el estudiamos, oramos y
pasamos tiempo con la familia.
La Torah fue dada hace mas de 32 siglos (2.248 años, o 26 generaciones
después de la creación del mundo), y por muchos siglos después, la mayoría
de los pueblos de la tierra vivían en un estado de anarquía total, de violencia,
de inmoralidad.  En el Sinaí Israel es separado por Elohim para ser un pueblo
de sacerdotes, una nación santa – “Y vosotros me seréis un reino de
sacerdotes, y de gente santa” – Éxodo 19:6.  El propósito de YHVH era que
Israel enseñara la Verdad del Creador a toda la humanidad y les mostrara el
Camino por el cual YHVH quería que la humanidad caminara y viviera en
esta tierra.
Siete Viajes al Monte de Elohim
Siete veces subió Moisés al Monte, y siete veces regresó con instrucciones
para el pueblo.  En la vida de todo creyente en Yeshua, hay un viaje al Sinaí.
Allí debemos aprender las lecciones que Elohim le enseño a Israel hace siglos.
Esta es la ruta a Canaán.  Es a través de estas vitales instrucciones, de este
profundo encuentro con YHVH que aprendemos a ser templos del Ruaj
Hakoddesh.  En el Sinaí es donde comprendemos completamente la fealdad y
depravación del pecado – “por medio de la Torah es el conocimiento del
pecado” – Romanos 3:20, y sabemos que pecado es: “infracción de la Torah”
– 1Juan 3:4.  Todas estas lecciones le enseño YHVH al pueblo al pie del
Monte Sinaí.  Ese fue su salón de clase.  Allí pasaron cerca de un año
recibiendo instrucciones.
1.En el primer viaje de Moisés al Monte, el mensaje para Israel fue de ánimo a
entrar en un pacto eterno con YHVH, quien los había sacado de Egipto en
“alas de águilas” – “Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de
Israel: Vosotros viste lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de
águilas, y os he traído a mí.  Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardaréis
mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos” – Éxodo
19:3-8.
2.En el segundo viaje, YHVH le da instrucciones a Moisés para preparar al
pueblo para su encuentro con YHVH – “Y YHVH dijo a Moisés: Vé al
pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos y estén preparados
para el día tercero, porque al tercer día YHVH descenderá a ojos de todo el
pueblo sobre el monte Sinaí” – Éxodo 19:9-15
3.En el tercer encuentro, YHVH da los Diez Mandamientos – Éxodo 19:16 –
20:20
4.En el cuarto viaje, YHVH le explica a Moisés Estatutos y las Fiestas –
Éxodo 20:21—23:33.
5.En el quinto viaje, YHVH le da a Moisés las instrucciones para el
Tabernáculo, le muestra el diseño – “Conforme a todo lo que yo te muestre, el
diseño del Tabernáculo, y diseño de todos sus utensilios, así lo haréis” –
Éxodo 24:9.  Irónicamente, mientras Moisés estaba recibiendo todas las
instrucciones para el Tabernáculo que simbolizaría el templo del Ruaj que es
nuestro cuerpo, el pueblo estaba profanando el templo de sus cuerpos
adorando un becerro de oro – Éxodo 24:1 – 32:19.
6.En el sexto viaje, Moisés intercede por el pueblo y YHVH revela Su gloria a
Moisés – Éxodo 32:31 – 33:23.
7.En el séptimo viaje, YHVH le pide a Moisés alistar dos tablas de piedra
nuevas para reemplazar las primeras que Moisés había quebrado – Éxodo
34:1…
En Éxodo 24:1-11, vemos a Moisés declarándole al pueblo todas palabras y
leyes de YHVH – “Y tomó el libro del Pacto y lo leyó a oídos del pueblo”, y
el pueblo acepta los términos del pacto – “Haremos todas las cosas que
YHVH ha dicho, y obedeceremos” – Moisés rocía la sangre del pacto sobre el
pueblo – “Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He
aquí la sangre del pacto que YHVH ha hecho con vosotros” – Luego Moisés
sube con Aarón y algunos líderes al Monte, donde ratificarían el Pacto.
Ahora, era el último paso del Pacto donde las partes compartían una cena – “Y
subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y
vinieron al Elohim de Israel… y vieron a Elohim, y comieron y bebieron”.
Todos los pactos bíblicos tienen ciertos elementos en común.  Todos
contienen una propuesta como en el matrimonio, especifican por escrito las
reglas del acuerdo, luego expresan el “Si acepto”.  Todos incluyen la
ratificación con sangre, y sellan el pacto con una cena del Pacto.
Algunos de los sabios hebreos ven al encuentro de Israel con YHVH en el
Sinaí, como el estar bajo la Chuppah matrimonial.  Antes de dicha ceremonia,
Moisés le lee al pueblo el Ketubah, el cual es la Torah donde el novio
(YHVH) expresa su compromiso de cuidar de todas las necesidades físicas y
espirituales de la novia (Israel), y también, el comportamiento que el novio
espera de la novia, durante el tiempo de su ausencia, mientras va a prepararle
un lugar en la casa de Su Padre.
Tristemente, muchos cristianos hoy en día creen, enseñan y aseguran que la
Ketubah, Torah fue abolida.  Irónicamente, demandan el compromiso de
cuidados por parte de YHVH, pero hacen a un lado el compromiso de parte de
ellos de vivir una vida recta obedeciendo la Torah, so pretesto de que ésta fue
cumplida por Yeshua en el madero, por consiguiente ellos no debe cumplirla.  
Sus argumentos los basan en Romanos 10:4 – “Porque el fin de la ley es el
Mesías, para justicia a todo aquel que cree”.  Pero la palabra “fin” usada por
Pablo en este versículo es del G5056 – Telos = objetivo / propósito.  Así que
están interpretando la Escritura a su antojo.  Veamos la traducción Kaddosh –
“Porque la meta a la que el Tanaj (AT) apunta es el Mesías, quien ofrece
justificación a todos los que confían”.  En otras palabras: el propósito u
objetivo de la Torah, es el Mesías – “Y comenzando desde Moisés, y
siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de
él decían” – Lucas 24:27.  Este es Yeshua hablando con los discípulos que
iban camino de Emaús.  “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo
y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Torah, hasta que todo se haya
cumplido” – Mateo 5:18.  El cielo y la tierra aún están, porque consiguiente la
Torah sigue vigente.
Muchos también erróneamente creen que todo lo que YHVH habló está
contenido en las tablas que son los Diez Mandamientos.  Según ellos, ahí
están todas las instrucciones.  Si eso es así, las tablas no contienen ninguna
orden de recoger diezmos, ¿de dónde, entonces sacan dicha instrucción?
Veamos lo que dice David en el Salmo 19:7-11 – “La ley (Torah) de YHVH
es perfecta, que convierte el alma; el Testimonio de YHVH es fiel, que hace
sabio al sencillo.  Los Mandamientos de YHVH son rectos, que alegran el
corazón; el Precepto de YHVH es puro, que alumbra los ojos… los Juicios de
YHVH son verdad, todos justos”.  Según el salmista, la Torah contiene cuatro
partes:
1.TESTIMONIO – El diccionario define la palabra “Testimonio” como la
declaración bajo juramente hecha por una persona.  Bíblicamente, la palabra
“Testimonio” son la Tablas de Moisés o Diez Mandamientos.  El Arca
contenía estas tablas o Testimonio.  En hebreo la palabra “Testimonio” es
Eduyot, que específicamente se refiere a la Palabra de YHVH hablado por
Moisés.  La palabra hebrea “Ed” o testigo, aparece por primera vez en Génesis
31:44 – “Ve, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea por testimonio (ED)
entre nosotros dos”.  La Palabra de YHVH escrita con Su dedo en las tablas de
piedra, que fueron puestas en el Arca del Tabernáculo, y el Mesías son lo
mismo.  La Palabra de YHVH es también el “Brazo de YHVH” revelado en
Isaías 53:1 – “¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha
manifestado el brazo de YHVH?” – En otras palabras, todo lo que YHVH
hace en tiempo y espacio, es hecho a través de la Palabra de YHVH (Mesías).
El Testimonio de YHVH es la revelación de la Palabra de YHVH, la cual nos
capacita para vencer la oscuridad, para vivir una vida kaddosh.  El Mesías
Yeshua vino para manifestar el Testimonio de YHVH y renovar el Pacto con
nosotros escribiendo la Torah en nuestro corazón.  Cuando recibimos el Ruaj
HaKoddesh y le permitimos escribir la Torah en nuestro corazón, entonces el
Testimonio de YHVH habita en nosotros.  Es así como podemos ser
vencedores, sabiendo desde dentro, por el Ruaj, lo que se requiere de nosotros.
2.ESTATUTOS – Los estatutos son la “letra pequeña” de las Instrucciones.
Por ejemplo, cuando uno compra un seguro de vida, en la parte trasera del
documento aparecen en letras pequeñas todos los detalles que cubren el
seguro.  Los Estatutos son esas letras pequeñas detrás de las Tablas.  Son las
explicaciones a los Diez Mandamientos dadas para que el pueblo entendiera
que cubría por ejemplo: Amar a Elohim sobre todas las cosas.  Los Estatutos
nos muestran las limitaciones de YHVH, nos enseñan principios.  Son la leche
del bebe y la carne del adulto.
3.LOS MANDAMIENTOS – Los mandamientos son como los títulos o
capítulos, mientras que los estatutos son las explicaciones o contenido del
capítulo.  Los Mandamientos están concentrados en diez categorías, pero son
en realidad 613 mandamientos, llamados también preceptos que tratan con la
vida física y espiritual del hombre.
4.LOS JUICIOS – Los juicios son las bendiciones o maldiciones que nos
vienen por nuestra obediencia o desobediencia a las Instrucciones de YHVH.
Y como dijo David, los juicios de YHVH son todos justos.  Considerando
estas cuatro categorías de la Torah, queda claro que el capítulo 20 del Éxodo
no puede contener toda la Torah.
La Torah es también llamada los Libros de Moisés, de los cuales habló
Yeshua cuando confrontó a los discípulos que iban a Emaús.  Los Libros de
Moisés son también llamados el Pentateuco, que son los cinco primeros libros
del Tanaj (AT) – Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.   La
palabra Torah, mal traducida en los Escritos Apostólicos como “Ley”,
significa = Instrucciones.  Así, que, si queremos vivir una vida recta, separada,
consagrada a YHVH, debemos estudiar la Torah.  El Salmo 119, llamado el
Salmo de la Torah, nos enseña todo lo que el hombre logra guardándola.
“Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la Torah de
YHVH… ¿Con qué guardará el joven su camino? Con guardar la Torah…
Enséñame, oh YHVH, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin.
Dame entendimiento, y guardaré tu Torah… A media noche me levanto para
alabarte por tus justos juicios… Hazme entender y aprenderé tus
mandamientos… ¡Oh, cuánto amo tu Torah! Todo el día es ella mi
meditación… Ordena mis pasos con tu Torah, y ninguna iniquidad se
enseñoree de mí… Hace mucho que he entendido tus testimonios, que para
SIEMPRE LOS HAS ESTABLECIDO”.
Habitando con Elohim – Entonces Moisés subió al Monte, y una nube cubrió
el Monte… Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo
Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches” – Éxodo 24:15-18 y
25:1-9.
Israel estuvo un poco menos de un año recibiendo instrucciones al pie del
Monte.  Uno de los más emocionantes trabajos para hacer mientras los hijos
de Israel acampaban al pie del Monte Sinaí, fue la construcción del
Tabernáculo.  Tan pronto el campamento fue organizado, Moisés empezó a
hacer viajes al Monte a recibir instrucciones de YHVH.  Durante sus
encuentros con Elohim, YHVH expresó su deseo de habitar físicamente con
Su pueblo en una forma visible y especial – “Y harán un santuario para mí, y
habitaré entre ellos” – Éxodo 25:8.  El lugar de reunión debía ser ubicado en el
centro del campamento con todas las tribus organizadas alrededor de él.  Hasta
ese momento, la presencia de YHVH en medio de Su pueblo, había sido
manifestada en la columna de nube que les daba sombra y los refrescaba
durante el día, y la columna de fuego que los calentaba e iluminaba el camino
durante la noche.  Esta forma de guiarlos, continuaría aún después de
construirse el Tabernáculo, pero mientras Israel estuviera acampado, la
presencia visible de YHVH, permanecería sobre el Tabernáculo y solo se
movía cuando Israel debía continuar su viaje – “Y cuando la nube se alzaba
del Tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; pero si la
nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba.  Porque la
nube de YHVH estaba de día sobre el Tabernáculo, y el fuego estaba de noche
sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas” – Éxodo
40:36-38.
El Tabernáculo fue diseñado por YHVH, para enseñarnos como ser limpios
del pecado, como ser kaddosh – separados para Su servicio y como vivir en el
Ruaj, guiados por Él, dirigidos y enseñados por Él.  Cada parte, cada
actividad, todo evento, representa una figura profética del plan de salvación de
YHVH.  Los muebles, las luces del candelabro, la mesa del pan, cada
sacrificio especifico, cada objeto sagrado, y cada día santo (fiestas), era una
lección de la gracia divina, que narraba la historia de la redención.
Lastimosamente, mucha de esta divina historia ha sido distorsionada,
removida, anulada y la pureza del mensaje se perdió, hasta el punto que el
pueblo de Elohim hoy, solo tiene vislumbres de Su glorioso mensaje.
A medida que entendamos el significado del Santuario, sus emblemas y
servicios, entenderemos más profundamente los pasos que el pueblo de
YHVH, en los últimos tiempos,  tendrá que tomar para habitar con el Eterno
Elohim.  En el Santuario, el Israel del pasado, presente y futuro, es apto para
habitar en la presencia de YHVH por toda la eternidad.  Y, este es el propósito
del Santuario.  Preparar al hombre pecador para que pueda habitar con su
Creador.  “¿Quién subirá al monte de YHVH? ¿Y quién estará en su lugar
santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a
cosas vanas” – Salmo 24:3-4.
Todo este poderoso simbolismo dado a través del Santuario, fue entregado al
Israel antiguo como un libro de instrucción para saber cómo habitar en la
presencia de YHVH.  Estos oráculos debían ser enseñados de generación en
generación, para que aquellos que llegarán al final de los tiempos (nosotros)
supiéramos que hacer.  “Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación
en el desierto con el ángel que le hablaba en el Monte Sinaí, y con nuestros
padres, y que recibió palabras de vida que darnos” – Hechos 7:38.

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