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DEUDA EXTERNA

ÍNDICE

Pg.
I. Introducción.
II. Nociones fundamentales sobre la deuda externa.
a. Definiciones. 6
b. Origen del Problema de la Deuda Externa. 8
i. Orígenes de la Deuda Externa Latinoamericana. 8
ii. Trampa usuaria y la irreversibilidad del endeudamiento. 11
c. Planteamiento de la Deuda Externa en América Latina. 12
i. Monto y relaciones de la deuda. 12
ii. Renegociaciones. 16
1. Deuda Comercial. 16
2. Club de Paris. 17
III. La deuda externa y la crisis en América latina-consecuencias.
a. Las responsabilidades políticas en la generación de la crisis del
endeudamiento. 18
b. Los efectos de la Deuda. 22
i. Los efectos económicos de la Deuda. 22
1. Impotencia del Esfuerzo Exportador. 22
2. Caída de la Inversión. 23
3. Agudización de los desequilibrios macroeconómicos y
la inflación. 23
ii. Los efectos sociales de la Deuda. 25
1. Efectos a través del gasto social. 25
iii. El incremento de la pobreza y la segmentación social. 26
1. Efectos políticos de la deuda. 26
c. Iniciativas publicas de la Solución. 28
i. Primeros intentos de solución. 28
ii. Iniciativa PPAE. 29
IV. La deuda externa venezolana
a. Orígenes. La pequeña historia. 32
b. Se legitima la intervención del FMI. 36
c. La opción Chávez. 37
d. Perfil actual de la deuda venezolana. 40
V. Conclusiones.
VI. Anexos.
Bibliografía.
2

INTRODUCCION

La Deuda externa es un fenómeno relativamente reciente y sin embargo,


su papel en el marco político y económico internacional en este último cuarto de
siglo ha sido fundamental.
Muchas personas adquieren préstamos para comprar bienes de consumo o
de equipo, o una vivienda, los países también lo hacen, toman dinero prestado
en los mercados de capitales o lo piden a instituciones financieras
internacionales para pagar infraestructuras: carreteras, servicios públicos y
centros de salud.
Al igual que las personas, los países tienen que devolver el principal y los
intereses de los préstamos que reciben. No obstante, hay diferencias
importantes. Si una persona contrae un préstamo, recibe el dinero directamente
y cuando lo devuelve lo hace conforme a las condiciones de ese préstamo. Pero
si es un país el que adquiere el préstamo, a sus ciudadanos no se les informa
acerca del uso del mismo ni de las condiciones de su devolución.
En la práctica, muchos Gobiernos han utilizado préstamos para proyectos
que no cumplen los requisitos mínimos de viabilidad social, ecológica o
económica. Una segunda diferencia es que, cuando una empresa o persona no
puede hacer frente a sus obligaciones financieras va a la quiebra, entonces se
nombra un tribunal encargado de evaluar la situación del deudor al que los
bancos reconocen la incapacidad de pagar la totalidad de su deuda, sin
embargo, los países no pueden pedir que se les declare en quiebra: no existen
procedimientos ni árbitros a tal efecto. En el ámbito internacional son los
acreedores y no un tribunal, quienes deciden si condonan o no la deuda al país
deudor.
La economía mundial durante los últimos dos siglos ha fluctuado entre
períodos de auge y recesión. Históricamente conocemos tres etapas con el
nombre de gran depresión; es decir, a las crisis y depresiones de las economías
capitalistas. La recesión actual es una de las mas largas y complejas ocurridas
durante la onda descendente mundial que lleva alrededor de treinta años.
3

En medio de lo que en los próximos años podrían denominar la gran


depresión de finales del siglo XX, se han padecido cuatro desniveles cíclicos
generalizados: 1967-1970, 1973-1976, 1980-1983 y 1990-1996, el mas largo de
los cuatro; en el que confluyen distintos factores.
Lo que empezó como una típica crisis cíclica de rentabilidad que puso fin al
pequeño auge globalizador de algunos años de las décadas del setenta y el
ochenta, se complicó con las secuelas del desenlace de la guerra fría, los inicios
de la reconversión capitalista de Europa del Este, el ocaso del milagro japonés y
las políticas recomendadas por el Consenso de Washington para los países
periféricos.
En la década del 90, se sucedieron acontecimientos de cambios
internacionales que permitieron precisar el rumbo de la globalización y el
regionalismo. En el nuevo escenario económico mundial podemos considerar
entre otros aspectos: los cambios en las relaciones de poder entre los países
centrales, la evolución del mercado internacional, el avance de las
negociaciones comerciales, el vacilante desempeño reciente de las principales
economías industriales, etc.; el escenario social viene marcado por el aumento
del desempleo y subempleo, el deterioro del estado de salud en el mundo, la
carencia de vivienda digna, aumento de la pobreza y marginalidad, etc.
Es así como podemos afirmar que existen fuerzas que originan el auge de
los ciclos económicos; también hay fuerzas que provocan el salto atrás de
grandes depresiones. Aunque esta última afirmación sea discutible, en los
parámetros y evidencias que surgen de investigaciones podemos afirmar que
son verdaderas. Se comprueba que los ajustes de la recesión la pagan en mayor
medida los países en vías de desarrollo.
En una apretada síntesis, durante los últimos cincuenta años, América
Latina ha sufrido un proceso de desarrollo en condiciones extremadamente
exigentes. Se experimentó un profundo cambio demográfico triplicando la
población y alcanzando el número de habitantes de Europa, al mismo tiempo
que esa población ha pasado a ser predominantemente urbana, lo que supone
un gigantesco esfuerzo en inversión y de transformación productiva y cultural.
4

Como exportadora de productos primarios, ha debido superar una


evolución marcadamente negativa en la relación de los precios del intercambio.
La pobreza ha registrado variaciones importantes, ha crecido a 220 millones de
habitantes. Regresaron las enfermedades endémicas erradicadas en la década
del 50. Persisten elevados niveles de desigualdad y rigidez en la distribución del
ingreso, incluso en los países que han logrado altas tasas de crecimiento.
Sin analizar otros problemas críticos de América Latina, el crecimiento
indetenible de la deuda externa, que aumenta la gran deuda social existente,
bloquea toda posibilidad de desarrollo y de lucha efectiva contra la pobreza y la
exclusión social.
Este preámbulo es para que más que una introducción en el tema nos sirva
de reflexión.
“El dueño del dinero en el mundo es, en último término, el sistema
financiero internacional, sea que lo controle directamente o que lo maneje por
cuenta de otros.”. Carlos Alzamora.
5

Nociones Fundamentales sobre la Deuda Externa. Definiciones.

Bonos de la deuda: Incluye las emisiones que se ofrecen al público en


general y se negocian en los mercados de valores, como también las emisiones
privadas que se ofrecen a un número limitado de inversionistas, por lo general,
instituciones bancarias, que pueden negociarse en los mercados de valores en
fecha posterior1.
Clasificación de la Deuda2:
- Comercial: se origina como consecuencia de operaciones crediticias por
parte de bancos o entidades privadas.
- Multilateral: los acreedores son las Instituciones Financieras
Multilaterales: Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Africano de Desarrollo...
- Bilateral: tiene su origen en el préstamo de un Estado a otro.
- Crédito del Fondo Monetario Internacional: Es aquel que denota
obligaciones de recompra al FMI con respecto a todos los recursos del FMI,
excluyendo los que resultan del uso del tramo de reserva del fondo de
fideicomiso del FMI3.
Deuda a corto plazo: Es aquella cuyo vencimiento original es de un año o
menos4.
Deuda a largo plazo: Es aquella dividida en pública y garantizada por el
gobierno y privada no garantizada5.
Deuda externa: Es la suma de la deuda externa a largo y corto plazo, los
intereses atrasados y el uso del crédito del FMI6.

1
BID. Informe anual. 1997. América Latina tras una década de reformas. Progreso Económico y
Social en América Latina. Pág. 284
2
Susan George. “El Bumerang de la deuda”. Deriva/Intermon. 1993.
3
BID. Informe anual. 1998. Datos seleccionados sobre América Latina. Deuda Externa total
desembolsada 1989 - 1998. Pág. 147
4
BID. Informe anual. 1998. Datos seleccionados sobre América Latina. Deuda Externa total
desembolsada 1989 - 1998. Pag. 147.
5
BID. Informe anual. 1998. Datos seleccionados sobre América Latina. Deuda Externa total
desembolsada 1989 - 1998. Pag. 147.
6

Préstamos a tasa LIBOR: Programa de préstamos destinado a prestatarios


del sector privado, garantizados por los gobiernos, desembolsados solo en
dólares estadounidenses, pudiendo los prestatarios escoger entre una tasa de
interés fija o ajustable, basadas en la tasa LIBOR, la cual fue establecida en
Londres, y oscila entre el 1 % y el 2,5 % para estimar el riesgo 7.
Recompra de la deuda: Entiéndase por la compra de una cantidad de
deuda externa contratada en giros con tasas de interés flotantes, que en el
entendimiento de las partes ya fue paga. Este proceso solo se efectúa entre el
país deudor y el acreedor, en el seno del Club de París.
Reconversión de la deuda: Entiéndase por bonos del tesoro o derechos en
el país deudor a favor de un acreedor, y lo conforman giros adquiridos a una
tasa de interés fija o flotante. Estos bonos, al cumplirse el plazo establecido para
su vencimiento, adquieren el 100 % de su valor nominal.
Refinanciamiento de la deuda: Entiéndase por valor final bruto de la deuda
en giros, alargado en el tiempo sobre nuevas tasas anuales.
Riesgo Crediticio: Representa la pérdida máxima contable potencial
derivada del posible incumplimiento de los obligados y contrapartes, según los
términos del contrato, usando garantías a valor del mercado para las
operaciones de intercambio8.
Titularización: Esta noción describe la preponderancia nueva de las
emisiones de los títulos -obligaciones internacionales clásicas emitidas por
cuenta de un prestatario extranjero en la plaza financiera y en la moneda del
país prestador, obligaciones liberadas en una moneda diferente a la del lugar
donde ellos son emitidos, acciones internacionales- en la actividad de los
mercados. A lo cual se agrega la transformación de viejos créditos bancarios en
títulos negociables, técnica que permitió a los bancos acelerar su

6
BID. Informe anual. 1998. Datos seleccionados sobre América Latina. Deuda Externa total
desembolsada 1989 - 1998. Pág. 147.
7
BID. Informe anual. 1998. Capital ordinario. Notas a los Estados financieros. Pag. 163
8
BID. Informe anual. 1998. Datos seleccionados sobre América Latina. Deuda Externa total
desembolsada 1989 - 1998. Pag. 147
7

desprendimiento de créditos respecto de los países en vías de desarrollo luego


de la irrupción de la crisis de la deuda9.

Origen del Problema de la Deuda Externa.

Orígenes de la Deuda Externa Latinoamericana 10: A partir de 1960 la


contratación de préstamos externos en la mayoría de países de América Latina
se orientó principalmente a gastos improductivos tales como gastos militares y
mantenimiento de instituciones burocráticas, siguiendo el modelo Keynesiano de
intervensionismo estatal en la economía. Por otra parte, al progresivo
endeudamiento se vio alentado por las facilidades que brindaban los organismos
financieros internacionales que concedían créditos sin mayor análisis y control
por parte de los países deudores.
El progresivo endeudamiento externo y la crisis de la deuda de las
economías latinoamericanas de los años ochenta fue el resultado de la
insuficiencia del ahorro interno a consecuencia de políticas fiscales expansivas
durante la década de los años sesenta.
La crisis de la deuda externa Latinoamericana se puede explicar por
causas de origen interno y externo. Entre las causas internas tenemos los
crecientes déficits fiscales en que incurrieron la mayoría de los países entre
1978 y 1982 y en la aplicación de políticas monetarias y crediticias
expansionistas para financiarlos.
Entre las causas externas se pueden mencionar la rápida alza de las tasas
de interés en los mercados financieros internacionales, la recesión económica
mundial y las dificultades para la expansión de los mercados de exportación, el
deterioro en los términos del intercambio y los flujos de financiamiento externo
proveniente de los bancos comerciales internacionales que fueron creciendo
rápidamente y con vencimientos más cortos.

9
(Internet. Articulo sobre Deuda externa en el tercer mundo. Autor: Eric Toussaint. Tribunal da divida
externa. Abril 1999
10
Estrategias para la reducción de la deuda externa Latinoamericana. Prof. Wilfredo Celaya.
Escuela de Economía. UES.
8

Debido a que el financiamiento externo no fue orientado a proyectos con


altos niveles de rentabilidad que permitieran en el futuro pagar el servicio de la
deuda mediante el aumento de divisas generadas por las exportaciones, los
beneficios del progresivo endeudamiento externo no se observaron en una
acumulación de capital que permitiera a las economías latinoamericanas obtener
altos niveles de crecimiento para reducir la pobreza de la mayoría de la
población.
En consecuencia, desde 1979 el problema de la deuda se agudizó debido
principalmente a la elevación de los precios del petróleo, descenso de las
exportaciones, alza de las tasas de interés y elevación del costo del servicio de
la deuda y caída de los ingresos provenientes de las exportaciones.
En 1980 a 1985 los países latinoamericanos enfrentaron dificultades para
cubrir el servicio de la deuda, debido a que las pocas divisas eran utilizadas para
pagar en primer lugar a las instituciones financieras internacionales y debido a
esta situación entre 1985-90 se intensifican los programas de estabilización y
ajuste estructural con el propósito de garantizar a los organismos financieros
internacionales el pago de la deuda contraída.
En la crisis de la deuda de los años ochenta se ponen de manifiesto tres
factores que condujeron a la región a la década perdida. La crisis se debió en
primer lugar a los déficits fiscales y al mal manejo de la política monetaria, en
segundo lugar, por la ineficiencia que causó perdidas de competitividad y
presencia en los mercados internacionales, lo que fue aprovechado por los
países del sudeste asiático y finalmente por la aplicación de políticas populistas
para resolver problemas sociales, pero cuyos beneficios se concentraron en los
sectores de ingresos medios y altos, profundizando la pobreza de la región.
Durante la década de los 90 la deuda externa de América Latina en su
conjunto pasó de US$ 69,093 millones a US$ 603,430 millones durante el
periodo comprendido entre 1990 y 1996 respectivamente, lo que significa que la
deuda se ha multiplicado por 8.7 veces. Para el caso de El Salvador la deuda
externa ha pasado de US$ 247millones a US$ 2,485 millones durante el mismo
periodo, multiplicándose por 10 veces.
9

Es necesario aclarar que en el caso Chileno la mayor parte de su deuda


externa corresponde al sector privado, situación que lo hace diferente al resto de
países de América Latina cuyo endeudamiento externo proviene del sector
público.
El crecimiento de la deuda trae como consecuencia que los países
Latinoamericanos tienen que destinar una mayor cantidad de recursos del
presupuesto nacional para cubrir el servicio de la misma, llegando en
determinado momento a rebasar los límites de la capacidad de endeudamiento
hasta el punto de volverla prácticamente impagable.
En este punto cabe observar que un país puede tener capacidad de
endeudarse, pero no tener capacidad de pago debido a que los ingresos
corrientes son insuficientes para pagar el servicio de la deuda.
Trampa usuaria y la irreversibilidad del endeudamiento: Aunque una
recuperación de las tasas de interés era esperable, la excepcional suba y el alto
nivel mantenido por los intereses durante los años ochenta no fue un accidente
fortuito. Por el contrario, fue una consecuencia prevista y deseada de la política
del presidente Reagan de mantener un déficit presupuestal elevado y financiarlo
recurriendo al mercado de capitales.
Las tasas de interés del dólar artificialmente elevadas, tuvieron y tienen
efectos en muchos campos. Entre ellos se encuentra el haber creado una
enorme succión de recursos de los países periféricos, entre cuyas modalidades
más agudas se encuentra el drenaje institucionalizado a través de la deuda.
En un artículo publicado en Chasqui (1988), Alfredo Eric Calcagno plantea:
"Que los intereses cobrados fueron exorbitantes. Por ejemplo, en el caso de
Argentina, que pagó intereses análogos a los demás países latinoamericanos, si
se hubiera aplicado la tasa de interés histórica (estimando como tal la inflación
de Estados Unidos mas el 1%), y se hubiera considerado como amortización de
capital al cobro con tasa de interés razonable, a principios de 1989 el total de la
deuda externa sería de 3.400 millones de dólares, en lugar de 56.800 millones"
Esta política consciente, que ha convertido la deuda en impagable y
determinado su crecimiento acumulativo, justifica la designación del fenómeno
10

como "la trampa usuraria". Según la revista inglesa South, la deuda externa del
Tercer Mundo ya ha sido pagada, por lo que "ningún usurero en la historia ha
logrado hacer mejor negocio que la deuda". Esta situación se ha producido
"porque los acreedores nunca quisieron establecer una tasa de interés fija y los
países deudores estuvieron expuestos a todos los caprichos de las fluctuaciones
de divisas y las tasas de interés flotantes de los países prestamistas".
Para la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) la "ilicitud de las
tasas de interés demuestra con total claridad que la deuda externa ya fue
pagada y de ninguna manera puede continuarse presionando y condicionando
nuestro desarrollo con una deuda externa que mas que un problema económico,
es el nuevo nombre de la dependencia y la sumisión, que incrementa la deuda
social que históricamente se le debe a los trabajadores y sectores mas
desposeídos de nuestra región Latinoamericana".
La CLAT, "apoya el proyecto elaborado por el Dr. Miguel Angel Espeche,
aprobado por el XV Congreso del Instituto Hispano-Luso-Americano de Derecho
Internacional, asumido internacionalmente por la CLAT y la Confederación
Mundial del Trabajo (CMT), relacionado con la ilicitud de las tasas de interés de
la Deuda Externa impuesta a nuestros países, como usura y una clara agresión
económica y política.
Asimismo "lamenta que la OIT no haya acompañado hasta ahora la
iniciativa de la CMT y de la CLAT para introducir ante la Corte Internacional de
Justicia el proyecto de "ilicitud en la fijación de los intereses de la deuda externa"
ya que esto demostraría que ha sido pagada y con creces, mientras que la crisis
económica ya toco fondo y en cambio la deuda social sigue en aumento 11.

Planteamiento de la Deuda Externa en América Latina.

Monto y relaciones de la deuda: En 1995, el monto de la deuda externa


total desembolsada de 22 países de América Latina y el Caribe llegó a 574.000
millones de dólares. Este incremento del 7,5% con respecto a 1994 significa una

11
Deuda Externa de Latinoamérica. Dr. Felipe Fossati.
11

suma de 40.000 millones de dólares y se debió sobre todo a los aumentos en


Brasil y México. El mayor endeudamiento de Brasil obedece a que los
empresarios privados prefirieron tomar préstamos en el exterior, dadas las altas
tasas internas de interés; además, existió una ampliación de los créditos
comerciales para el financiamiento del comercio exterior.
En el caso de México, influyeron el mayor endeudamiento estatal y los
compromisos contraídos por el gobierno con organismos internacionales para la
amortización de los Tesó bonos. Colombia también elevó su deuda debido a
mayores compromisos del sector público. Por otra parte, hubo países que la
disminuyeron: Chile efectuó un prepago de 1.600 millones de dólares; Ecuador y
la República Dominicana la redujeron en el marco del Plan Brady; y Nicaragua
recompró el 80% de su deuda comercial.
La relación entre los intereses totales devengados y las exportaciones de
bienes y servicios disminuyó levemente (de 16,6% en 1994 a 16,4% en 1995),
debido sobre todo al extraordinario aumento de las exportaciones, pues los
intereses pagados se incrementaron como consecuencia del mayor
endeudamiento y de la elevación de las tasas de interés hasta mediados de
1995.
El cuadro resumen sobre el stock de la deuda externa muestra un
crecimiento constante en el monto total, que entre 1990 y 1995 ya que creció en
130.455 millones de dólares. Existieron incrementos de la deuda de largo plazo,
pública y privada, se duplicó el uso de créditos del FMI, y en la deuda de corto
plazo, disminuyeron drásticamente los atrasos.
Todo ello, en lo sustancial, refleja la crisis financiera de fines de 1994; y la
disminución de los atrasos es consecuencia de la consolidación de intereses
establecida en el Plan Brady. Con respecto a los flujos de la deuda externa, se
advierte que en 1995 aumentaron sustancialmente los desembolsos (que el año
anterior habían disminuido), tanto por el incremento de los de largo plazo como
por los desembolsos del FMI, que en un año crecieron de 1.166 millones de
dólares a 15.857 millones.
12

También existieron incrementos en el repago de la deuda de largo plazo y


en el pago de intereses, todo lo cual provocó que el servicio total de la deuda
pasara de 59.800 millones de dólares a 72.200 millones, es decir el 27,5% de los
ingresos por exportación en 1994, al 30,25% en 1996. Si se desglosa la deuda
de largo plazo, se observa el crecimiento moderado y constante de la deuda
pública y con garantía pública, y de la deuda privada no garantizada.
En este último caso, debe destacarse que se duplicó con exceso entre
1991 y 1995 (pasó de 28.200 millones de dólares a 66.500 millones); y que los
bonos -casi inexistentes en 1990- llegaron a 30.000 millones de dólares en
1994.Los flujos netos recibidos por los países deudores corresponden a los
desembolsos de la deuda de largo plazo menos los repagos por amortizaciones.
Su evolución reciente muestra grandes fluctuaciones, ya que su monto
global era de 9.000 millones de dólares en 1992, pasó a 20.000 millones en
1993, disminuyó a 14.400 en 1994 y volvió a subir a 22.200 en 1995. En un
análisis más detallado, se advierte que en 1995 se produjo un fuerte aumento de
los flujos de origen oficial y una caída de los privados sin garantía.
En especial, los fondos provenientes de prestamistas oficiales bilaterales
se elevaron de un monto negativo de -893 millones de dólares en 1994, a otro
positivo de casi 10.000 millones en 1995, destinados sobre todo a México y
Argentina. En cambio, la deuda privada no garantizada cayó de 10.512 millones
de dólares a 4.420 millones12.
Si bien es cierto que la deuda externa de Latinoamérica en términos
absolutos ha mostrado un alto crecimiento durante la década de los noventa, el
coeficiente deuda externa/PIB se redujo pasando de del 118% en 1990 al 58%
en 1998, lo que representa una reducción de más del 50% de este indicador. Lo
anterior se puede explicar por un mayor crecimiento del PIB durante el mismo
período.
Según estimaciones del BID la tasa de crecimiento promedio del PIB
durante la década de los noventa alcanzó el 3%, la cual fue superior al

12
SELA. Financiamiento, flujos de capital intraregional y deuda externa en América Latina y el
Caribe. La deuda externa. Planteamiento general. Monto y relaciones de la deuda.
http://lanic.utexas.edu/~sela/docs/cl22di1.htm.
13

crecimiento de la década anterior. No obstante, este crecimiento se considera


mediocre y la región tiene que proponerse metas de crecimiento más elevadas,
es decir del orden del 6% o más para no quedar condenada a seguir sufriendo el
atraso social y la desigualdad.
A fines de 1998 los límites aceptables para la capacidad de endeudamiento
han sido ampliamente superados por los países más altamente endeudados
tales como: Nicaragua, Honduras, Ecuador, entre otros, estos países están
incluidos en la iniciativa para aliviar la carga de la deuda propuesta por el BID y
el Banco Mundial.
El coeficiente deuda externa/exportaciones también ha experimentado una
importante reducción durante el período de referencia, pasando de alrededor del
400% a un 225% lo que significa que la capacidad de pago del servicio de la
deuda se ha visto mejorada debido principalmente al incremento de las
exportaciones latinoamericanas durante la década, permitiendo tener una mayor
cantidad de reservas internacionales.
Este coeficiente mide el endeudamiento externo en relación con las
exportaciones e indica el esfuerzo que debería hacer la región pagar la deuda,
expresado en el número de veces que habría que destinar el total de divisas
generadas por las exportaciones de un año. En este sentido mientras mayor sea
esa relación, menor será la solvencia crediticia del país.
No obstante, lo anterior, de acuerdo a los parámetros internacionales este
indicador es aceptable cuando este coeficiente es menor al 25%, por lo que
según se observa la situación latinoamericana presenta una situación crítica que
podría mejorar si la demanda de las exportaciones aumenta en los próximos
años, como resultado de los tratados de libre comercio.
En cuanto a la relación deuda externa/ ingresos corrientes se puede
observar una notable mejoría durante el período pasando de más del 700% a
menos del 300% con relación al PIB para 1998. Lo anterior significa que las
finanzas públicas de los gobiernos latinoamericanos han experimentado
incrementos por el lado de los ingresos corrientes, posiblemente debido al
crecimiento de la actividad económica, al programa de reformas fiscales y
14

modernización del Estado implementadas durante la década, lo que permite


mejorar la capacidad de pago del servicio de la deuda. 13
Renegociaciones14: Las renegociaciones de la deuda externa de América
Latina se refirieron a la banca comercial y a la deuda bilateral que se negocia en
el Club de París.

Deuda Comercial.

Los gobiernos de Panamá, Perú y Nicaragua llegaron a acuerdos con la


banca comercial sobre la reestructuración de su deuda externa. Panamá:
Negoció en el marco del Plan Brady y en octubre de 1995 reestructuró su deuda
externa comercial, que se refiere a 2.000 millones de dólares en amortizaciones
y 1.500 millones en atrasos. Las opciones referidas a la deuda principal son: un
bono de descuento con 30 años de plazo y de gracia con pago total al final
(Bullet Repayment) y con un descuento de 45% y una tasa de interés igual a
Libor más 0,81; o un bono a la par con 30 años de plazo y de gracia y con pago
total al final, con tasas de interés que se incrementan gradualmente de 3 a 5%.
La mayor parte de los intereses se pagan con un plazo de 20 años y 10
años de gracia, y a tasas de interés de Libor más 0,81.12. Perú: Llegó en
octubre de 1995 a un acuerdo preliminar de reestructuración de la deuda con la
banca comercial, dentro de las pautas del Plan Brady. Se refiere a un principal
de 4.200 millones de dólares e intereses atrasados de cerca de 3.500 millones.
Se incluye una opción de bonos con descuento del 45%. Nicaragua: Alcanzó
una solución importante para el país.
Se trata de un caso de sobre endeudamiento que en 1995 llevó la deuda
externa total a 10.400 millones de dólares, mientras las exportaciones de bienes
eran de 490 millones de dólares. En noviembre de 1995 el gobierno de
Nicaragua compró el 80% de su deuda con la banca comercial, que ascendía a

13
Estrategias para la reducción de la deuda externa Latinoamericana. Prof. Wilfredo Celaya.
Escuela de Economía. UES
14
SELA. Financiamiento, flujos de capital intraregional y deuda externa en América Latina y el
Caribe. La deuda externa. Planteamiento general. Renegociaciones. Deuda comercial.
http://lanic.utexas.edu/~sela/docs/cl22di1.htm
15

1.727 millones de dólares, en alrededor del 8% de su valor nominal. De tal


modo, disminuyó en 11% el monto total de su deuda externa. Para el
financiamiento de esta operación, obtuvo un préstamo de 40 millones de dólares
del Banco Interamericano de Desarrollo, una donación del Banco Mundial por 40
millones y el apoyo de los gobiernos de Holanda, Suecia y Suiza por 25 millones
de dólares.

Club de París.

La deuda oficial bilateral fue reestructurada por Bolivia y Nicaragua (ambos


países en marzo) y por Haití (en mayo), mediante la adopción de los términos de
Nápoles acordados por el Club de París. Esta opción permite una reducción de
la deuda bilateral de 67% a los países cuyo ingreso por habitante es menor de
500 dólares anuales o cuya relación deuda/exportaciones es superior a 350%;
los demás países elegibles para los préstamos concesionales de la Asociación
Internacional de Fomento del Banco Mundial pueden disminuir su deuda en
50%. El gobierno de Honduras está gestionando un acuerdo análogo para
reestructurar su deuda bilateral de 1.100 millones de dólares.

La Deuda Externa y la Crisis en América Latina. Consecuencias.

Las Responsabilidades Políticas en la Generación de la Crisis del


Endeudamiento:15 Existen tres tipos de entidades acreedoras. La mayor parte de
la deuda latinoamericana, 67%, corresponde a acreedores privados, en general,
bancos de los países centrales. Una segunda parte, 19%, corresponde a los
organismos financieros multinacionales: Fondo Monetario, Banco Mundial y
Banco Interamericano de Desarrollo.
Estos organismos, aunque han otorgado créditos a plazos más adecuados
y tasas más razonables, han visto también influidas esas tasas por el nivel
artificialmente elevado en los mercados financieros. Finalmente, la parte menor

15
Deuda Externa de Latinoamérica. Dr. Felipe Fossati
16

de la deuda,14%, tiene por acreedores a los gobiernos de los países centrales y


a las Instituciones oficiales de crédito que de ellos dependen, y están
enmarcados en acuerdos bilaterales.
Las responsabilidades políticas respecto a la crisis de la deuda, se
distribuyen entre acreedores y deudores, aunque no del mismo modo ni en el
mismo grado.
A los países centrales en conjunto les corresponde la responsabilidad de
haber desplazado el financiamiento a los países periféricos, del campo de una
relación económica encuadrada en un sentido de solidaridad y de
responsabilidad política y ética al campo de un mercado financiero privado,
política y moralmente irresponsable. Los períodos de dificultades económicas
que varios países centrales pasaron en esos años, explican parcialmente pero
no justifica lo ocurrido.
Al gobierno republicano de los EEUU le corresponde una responsabilidad
mucho mayor, tanto por la política de mantener las tasas de interés
artificialmente sobreelevadas con obvio conocimiento de sus efectos; como por
el rol decisivo jugado en la transferencia del problema al sector privado.
La responsabilidad que le corresponde al FMI, me permito explicarla a
través del artículo que el Dr. Peter Koeppinger escribió en Soziale Ordnung en
1985, que afirma: "El Fondo Monetario Internacional (FMI) como negociador del
cartel de los acreedores frente a los países deudores, tiene que modificar su
enfoque. El desarrollo es una cuestión de tiempo y dinero.
Presenta graves lagunas la estrategia que el FMI ha aplicado hasta ahora
con el fin de mantener o restablecer lo mas rápidamente posible la capacidad de
pago de los países deudores mediante un recetario siempre idéntico:
devaluación del signo monetario, aumento de las exportaciones, reducción de
las importaciones, contracción del gasto publico, aumento de los precios de los
alimentos y de los servicios públicos. Tales medidas producen convulsiones
sociales: los gobiernos se ven obligados a quitarles el pan a los mas pobres
entre los pobres para amortizar deudas de las que éstos no se beneficiaron en
absoluto; causan en muchos casos, graves daños a las estructuras de
17

producción de los países y conducen a una sangría financiera precisamente en


aquellos países que necesitan urgentemente inyecciones de capitales".
A los países deudores de América Latina les corresponde la
responsabilidad, tanto en el ámbito privado como en el público, de haberse
endeudado imprudentemente, y, en muchos casos, de haber invertido o gastado
mal los recursos recibidos. En particular les cabe, a los gobiernos de estos
países, la responsabilidad de haber aplicado políticas económicas que
persiguieron expansiones financieras efímeras e indujeron al sector privado a un
uso irracional de los recursos. En algunos casos, también les cabe haber
efectuado gastos insensatos, por ejemplo, en armamentos.
En cuanto a los bancos privados y a los particulares de los países
latinoamericanos, les corresponde la responsabilidad de haber entrado en el
juego del endeudamiento irresponsable y de haber optado con indudable
racionalidad económica liberal por sacar sus capitales al exterior, atraídos por
intereses que jamás podían asegurar las inversiones productivas, contribuyendo
a la quiebra financiera en la cual sus empresas, sus Instituciones y sus propios
países, cayeron envueltos.
Una responsabilidad compartida, la del ajuste de la economía que avanzó
por dos caminos: el de generar mas divisas para pagar y la redistribución del
ingreso interno para que se acomode a dicha transferencia de riqueza. La deuda
externa se transformó, en este punto, en un problema económico interno, que
exige resolver la forma que adquieren los mecanismos de redistribución.
Se observaron dos mecanismos de redistribución: el sector público y la
inflación, instrumentos que sirvieron para hacer pagar el ajuste los sectores
económicos sociales más débiles e indefensos, para que cargaran con los
costos del pago al exterior.
En la mayoría de los países latinoamericanos la deuda se fue estatizando,
el sector público se hizo cargo por diferentes caminos, de los compromisos del
sector privado. La estatización de la deuda reclamada por los acreedores como
una garantía mas para sus operaciones, convirtió al pago de los intereses en un
gasto publico que se financió a través de impuestos. Este proceso permitió
18

encarar la distribución de los costos del pago del servicio de la deuda de la


misma manera que los demás gastos del sector público; situación que incorporó
una carga adicional sobre el gasto que hizo casi imposible el equilibrio entre los
ingresos y egresos públicos. En consecuencia, creció el gasto y el déficit fiscal
que se financio con emisión de moneda, que es uno de los elementos
impulsores de la inflación, que actúo como segundo camino de redistribución del
ingreso necesaria para atender el costo del servicio de la deuda.
La inflación modifica los precios relativos internos, transfiriendo ingresos de
unos sectores a otros y en definitiva, liberando una parte de la riqueza que se
transfirió al exterior. Por eso, la inflación se aceleró en los países
latinoamericanos durante la década del 80, en coincidencia con el comienzo del
pago de los intereses de la deuda. Además de la inflación impulsada por el
déficit público es necesario mencionar a otra mas de tipo estructural, cuando la
transferencia de bienes al exterior se hace sin contrapartida alguna, genera un
desequilibrio en los mercados locales de bienes que tiene efectos sobre los
precios.
Respecto a la responsabilidad de los pueblos latinoamericanos, sería
injusto no agregar una reflexión más. Una parte importante de América Latina
soportaba en esa época dictaduras de la "Seguridad Nacional", que fueron
alentadas y apoyadas por los Estados Unidos como parte de la "Guerra Fría",
que marginaban a sus propios pueblos de toda posibilidad de influir en las
decisiones. Estas dictaduras aplicaron, políticas diseñadas por tecnócratas de
nuevo estilo, derivadas de modelos "neoliberales" difundidos también desde los
Estados Unidos.
En estos casos es insensato culpar a los países porque estaban
maniatados. También es insensato culpar de la deuda a los errores y vicios
tradicionalmente asociados a la historia latinoamericana (intervencionismo
incompetente, populismos), que no habían llegado a bloquear los largos
decenios de crecimiento exitoso; que eran públicamente repudiados en la mayor
parte de los países, durante el período en que se generó la deuda.
19

Aún después de una guerra mundial devastadora, primó el criterio sensato


de apoyar la reconstrucción de los países "agresores", sobre el criterio formalista
y estrecho que hubiera preferido agobiarlos y exprimirlos por las culpas de sus
anteriores gobiernos totalitarios y eso permitió cimentar la paz.
Importa señalar que, si bien como ha dicho un prestigioso funcionario
internacional la crisis de la deuda es tendencialmente más profunda en los
países que aplicaron políticas de tipo neoliberal, el fenómeno abarcó a aquellos
caracterizados por las más variadas condiciones y orientaciones políticas.
Aunque en países importadores netos de petróleo, el encarecimiento del
combustible jugó un papel muy importante en la generación del endeudamiento,
el fenómeno abarcó igualmente a países autoabastecidos y aún a fuertes
exportadores de petróleo. Por encima de las particularidades del proceso de
endeudamiento en cada país, se impone la evidencia de una distorsión perversa
en el funcionamiento del sistema internacional; que América Latina no podía
controlar y del cual fue una de las mayores víctimas.
b. Los Efectos de la Deuda: 16Los efectos económicos de la Deuda:
Impotencia del esfuerzo exportador: La Deuda Externa de América Latina era
equivalente, en la década del 80, a la mitad de su producto anual a tres veces el
monto de sus exportaciones y el servicio de la deuda externa absorbía el 38%
de lo producido por las exportaciones. A fines de 1995, la deuda externa
representó el 38,6 del PBI, el porcentaje de las exportaciones fue de 255,6,
representó el 42,5 del presupuesto y el servicio de la deuda en 1993
representaba el 30 % de las exportaciones.
La respuesta de la región a la carga creciente de la deuda, incluyó un
considerable incremento de las exportaciones que no ha sido suficientemente
comprendido, ni en su magnitud ni en su frustración. El volumen de bienes
exportados aumentó más de 60% en el decenio. Sin embargo, la baja de sus
precios en un mercado mundial adulterado por el proteccionismo, los subsidios y
el dumping, confiscó más de la mitad de ese aumento.

16
Deuda Externa de Latinoamérica. Dr. Felipe Fossati
20

En consecuencia, las exportaciones sólo crecieron el 24% entre 1980 y


1989. Durante ese período, los precios de las importaciones se mantuvieron
constantes y debido a la escasez de recursos, su volumen decreció un 9 %
estrangulando cada vez más las posibilidades de crecimiento.
El gran esfuerzo exportador resultó impotente, para sacudir el peso de la
deuda.

Caída de la Inversión.

El fuerte descenso de la inversión es otro de los efectos económicos del


endeudamiento que contribuye a cerrar el círculo vicioso de la regresión
bloqueando toda salida. En décadas precedentes, la expansión de la capacidad
productiva había sido posible por las tasas de inversión, pública y privada,
comparativamente elevadas.
Sin embargo, la inversión situada entre el 22% y el 25% del Producto para
el conjunto de América Latina cayó a 16,5% en 1988; obviamente, el nivel fue
diverso según los países. Había sido muy alto en aquellos de intenso desarrollo
con poblaciones fuertemente expansivas; y considerablemente inferior en países
relativamente estacionarios, como Argentina o Uruguay.
En los años ochenta el descenso fue tan general, que el nivel de inversión
quedó, en países muy dinámicos, por debajo de lo indispensable para hacer
frente al crecimiento poblacional; y en países estacionarios, fluctuando incluso
por debajo de la tasa de reposición. Con esos niveles de inversión, la regresión
no deja escape.
Agudización de los desequilibrios macroeconómicos y la inflación: No
puede sorprender, en consecuencia, que los desequilibrios macroeconómicos se
hayan visto agudizados en la región y que ellos, a su vez, obstaculicen la
implementación de políticas para atenuar o superar la crisis y sus efectos.
Por una parte, como consecuencia inmediata de la recesión y de las
políticas de ajuste, la desocupación urbana aumentó en promedio un 50% en la
región, se duplicó en varios países y en algunos superó ampliamente esa cifra.
21

Pasado cierto tiempo, la desocupación abierta fue volviendo a sus niveles


históricos, y el efecto de la crisis sobre el mercado de trabajo tomó formas
menos visibles y más insidiosas.
En décadas anteriores había crecido el empleo en el sector moderno de la
economía, en puestos de trabajo cada vez más calificados, mientras la mano de
obra no calificada de la agricultura disminuía proporcionalmente. Ocurrida la
crisis del endeudamiento, el número de puestos de trabajo en el sector moderno
dejó de aumentar o se redujo, y creció en cambio el empleo en categorías
residuales, especialmente en el sector informal urbano. Paralelamente, los
salarios cayeron y los ingresos laborales redujeron su participación en el ingreso
total.
Por otra parte, las presiones inflacionarias y en general los desequilibrios
macroeconómicos se volvieron más incontrolables. Mientras en 1981 el aumento
medio de los precios en la región había sido 58%, en 1988 llegó 758%, en 1989
a 1.161% y en 1990, 1.191%, par descender a partir de 1991, con picos que
llegaron en 1992 a 420%, 1993 a 890% y 1994 a 340% llegando a dos dígitos en
los últimos años. Varios países de la región conocieron procesos
hiperinflacionarios totalmente descontrolados, que superaron ampliamente esas
cifras y sólo dos de los más pequeños pudieron mantenerse por debajo de los
dos dígitos.
En esas condiciones, casi todos debieron aplicar severos y reiterados
programas de ajuste dictados por los organismos acreedores con resultados
generalmente modestos o francamente frustrantes, en cuanto al objetivo de
estabilizar la moneda. Tales políticas de ajuste tuvieron costos muy altos en
términos de crecimiento económico y de desarrollo social.
Sin duda la incompetencia y aún la corrupción, han tenido en todas las
épocas, un lugar en el gobierno. Sin embargo, sólo la soberbia podría pretender
explicar por ese tipo de causa, semejante inversión de tendencias en la
evolución de todo un continente.
22

Los Efectos Sociales de la Deuda.

Efectos a través del gasto social: La recesión, la contracción de los


ingresos salariales dentro del ingreso total; la caída a veces dramática del poder
adquisitivo del salario; la deformación del mercado de trabajo caracterizada por
el fuerte crecimiento del sector informal urbano y el desempleo; la reducción del
gasto social público en sectores claves como consecuencia de la creciente
absorción de los recursos por el servicio de la deuda; o simplemente, de la
compresión causada por la reducción del ingreso per cápita y las políticas de
ajuste; son causas del fuerte impacto sobre el desarrollo social.
Los procesos de ajuste incluyeron substanciales recortes del gasto público
en la región. Si bien el gasto público en salud se mantuvo, en promedio, en 1,8%
del Producto, resultó afectado por la reducción del producto por habitante, y en
varios países experimentó "caídas vertiginosas". En cuanto al gasto en
educación, situado en el 3,4% del Producto en el decenio de los setenta,
descendió acumulativamente a un ritmo promedio del 2,4% anual entre 1980 y
1988.
Durante 1990-1995 se expandió el gasto público en el promedio de la
región como porcentaje del PIB, en 8 países donde se registraron caídas, existió
un incremento de la prioridad asignada a lo social en el gasto fiscal. A los
sectores de la educación y la seguridad social es atribuible la mayor parte del
aumento del gasto público social.
Las condiciones sociales no se han deteriorado uniformemente en todos
los aspectos. Algunas conquistas en materia de salud, como el descenso de la
mortalidad infantil, sólo han mostrado estancamientos francos o retrocesos
transitorios, en algunos países o en los años del impacto más agudo. Del mismo
modo, la cantidad de matriculados en las escuelas de los distintos niveles,
continuó aumentando con muy pocas excepciones, a pesar del gasto
decreciente. Una parte de las conquistas sociales, derivan de progresos en la
tecnología asistencial, de políticas más eficientes o de cambios culturales
profundos, que la crisis económica no ha interrumpido.
23

Sin embargo, no ocurre lo mismo con aquellos aspectos ligados, por


ejemplo, al ingreso de las familias o a los niveles de inversión pública en el
campo social: alimentación, vivienda, inversiones educativas o de salud, agua
potable, alcantarillado, medio ambiente.
Existe seria preocupación sobre los efectos a largo plazo de la reducción
en las inversiones sociales. Al contraerse el gasto público, lo que se sacrifica en
mayor proporción es la inversión, más fácil de postergar que los salarios y los
gastos corrientes. El efecto inmediato es menos visible, pero su efecto
acumulado en muchos años es igualmente grave y muy difícil de revertir.
Existen evidencias de deterioros notorios en la calidad de la enseñanza,
por efectos combinados de la insuficiencia de edificios o equipamiento escolar,
por la pérdida de personal calificado debido a la reducción de los salarios. Algo
parecido ocurre en materia hospitalaria y de salud. En cuanto a las inversiones
en agua potable y alcantarillado, han sido tan insuficientes que las metas
previamente establecidas para el decenio, se han vuelto totalmente
inalcanzables.

El Incremento de la Pobreza y la Segmentación Social.

Efectos políticos de la deuda: Un primer efecto político del endeudamiento,


ha sido erosionar el prestigio de los gobiernos democráticos en América Latina.
Después de la generalización de las dictaduras militares en la década de los
setenta, el fracaso de éstas en el ámbito económico y social, el retiro del
respaldo recibido por ellas desde los Estados Unidos; el creciente reclamo de los
trabajadores y de las poblaciones por recuperar sus libertades, condujeron en
los años ochenta a una extensión casi universal de los regímenes democráticos.
Se planteó en esa época que las nuevas democracias emergentes requerirían
apoyo político y económico para consolidarse.
Ha ocurrido todo lo contrario, el endeudamiento por una parte y el cierre de
los mercados por el proteccionismo de los países ricos, han generado costos
sociales que han desgastado a los partidos en el gobierno, lanzado a las
24

mayorías detrás del espejismo del caudillismo personal efímero, y empujado a


los sistemas políticos hacia una peligrosa inestabilidad frente a la cual todavía se
alza un fuerte resentimiento antimilitar, que puede sin embargo debilitarse con el
tiempo.
Pero el efecto más negativo, más cargado de consecuencias y difícil de
reparar, es el que afecta a la distribución del ingreso y la pobreza. Los hechos
económicos descritos sea por efecto directo de la crisis de la deuda y del
drenaje de recursos, sea por efecto de las políticas de ajuste adoptadas para
neutralizar los desequilibrios macroeconómicos, provocaron un cambio decisivo
hacia la concentración del ingreso, el aumento de la pobreza y el agravamiento
de la segmentación social, en un continente donde la profundidad de las
desigualdades era ya uno de los mayores obstáculos al desarrollo equitativo y a
la convivencia democrática.
Durante los años setenta, la población pobre en América Latina se había
reducido porcentualmente del 47% al 40%, aumentando sin embargo en
números absolutos de 130 a 144 millones. Entre 1980 y 1986, en poco más de la
mitad de ese tiempo, el porcentaje volvió a ascender al 43% y el número
absoluto, de 144 a 175 millones, para pasar en 1996 a 210 millones de
habitantes. Ese aumento de la cantidad de pobres, significa un retroceso que
duplica todo el avance obtenido en diez años anteriores de fuerte crecimiento
económico.
Todas las investigaciones modernas prueban que, al reducirse la natalidad
en los estratos medios y altos, una proporción creciente de los niños de la región
se crían en condiciones de pobreza. También prueban, más allá de toda
posibilidad de duda, que la crianza en condiciones de pobreza acumula retrasos
medibles en el crecimiento físico y en el desarrollo sicomotor, multiplica el
fracaso escolar y limita las condiciones de inserción en el mercado de trabajo.
La consecuencia es el deterioro de la calidad de la vida humana, y una
acentuación de la segmentación de la economía y de la sociedad en dos partes:
una que trata de seguir los avances de los países desarrollados y otra parte,
creciente, que resulta también crecientemente marginada.
25

El balance de los cambios distributivos entre mediados de la década


pasada y 1996, muestra aumentos de desigualdad de ingresos en la mayoría de
los países de la región. En este resultado ha incidido la capacidad del 10% más
rico para acrecentar su participación, en tanto que la del 40% de hogares más
pobres se ha mantenido o deteriorado.
La participación en la distribución del ingreso para el 20 % de los hogares
más pobres de latinoamericanos es de 3,6%, mientras que el 20% de los más
ricos se lleva el 57, 4%, para 1994. En África es de 5,1% y 51,1 respectivamente
para la misma fecha.

Iniciativas Públicas de Solución.17

Primeros intentos de solución:


- 1982-985: freno a los nuevos préstamos y reescalonamiento de los
antiguos. Intentar ganar tiempo; para los países endeudados en cuanto al pago
de sus deudas, los bancos comerciales, para eludir el peligro de quiebra y los
gobiernos acreedores para evitar la crisis económica internacional. Resultado:
estancamiento de las economías de los países del tercer mundo.
- 1985-1996: búsqueda del crecimiento para incrementar la capacidad de
pago de los países endeudados.
- Plan Baker I (1985): su objetivo general era mantener los compromisos de
los deudores, pero mejorando sus condiciones de liquidez y solvencia, para lo
que eran necesarios nuevos créditos y crecimiento económico. Fracasa por falta
de financiación de los países endeudados que hace aumentar el impago de
intereses.
Plan Baker II (1987): aparecen los mecanismos voluntarios de reducción
de deuda, donde se pone sobre la mesa por primera vez la posibilidad de reducir
las obligaciones de pago contraídas.

17
Pagina Web campaña Deuda Externa – Deuda Eterna. Informe sobre desarrollo humano 2000
(PNUD). Boletín de noticias manos unidas Nro. 131. Abril, Mayo, Junio 1998. Boletines de
Intermon.
26

Plan Brady (1989): implicaba un esquema de refinanciación y reducción de


la deuda y de su servicio cuyos destinatarios eran países de renta media
altamente endeudados con los bancos internacionales. El funcionamiento de
este plan tenía como instrumento principal la conversión de deuda externa
bancaria en nuevos bonos, tanto para el principal como para los intereses
vencidos. Se intentó renegociar la deuda e incentivar el aparato productivo de
los países deudores.
En general estos planes estuvieron pensados por y para los países
acreedores, se abusó de la privatización y liberalización de las economías del
tercer mundo y no consiguieron los objetivos propuestos.
Iniciativa PPAE: países pobres altamente endeudados (1996, revisada
1999): La iniciativa más importante desarrollada para solucionar la crisis de la
deuda es la iniciativa PPAE.
Fue creada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y su
objetivo fundamental es lograr la viabilidad o sostenibilidad de la deuda de cada
país abordando la totalidad de la deuda externa (bilateral y multilateral);
utilizando fundamentalmente mecanismos basados en los planes anteriores. En
esta iniciativa se propone coordinar la actuación de los diversos países
acreedores, y se aplica cuando el país beneficiario mantenga un
comportamiento que permita presumir el aprovechamiento del alivio de la deuda.
Existen 41 países elegibles que cumplen las condiciones de PPAE, de los
que se han incorporado al plan 36. Las condiciones estipuladas para
beneficiarse de estos planes son poseer solvencia crediticia, tener una deuda
insostenible, poseer un buen historial en ajustes y reformas y soportar una
situación no aliviable mediante los mecanismos tradicionales de reducción de
deuda; de modo que se permita presumir un aprovechamiento del alivio de la
deuda.
Este programa plantea su implantación en tres etapas:
1. La primera tiene una duración de tres años. En ella el país ejecuta un
programa de ajuste estructural acordado con el FMI manteniéndose al corriente
del pago del servicio de deuda, pero beneficiándose de acuerdos con el Club de
27

París. En dicho programa se incluye una política económica, basada en la


realización de reformas tributarias y en la administración pública,
reestructuración del gasto público, liberalización y privatización de empresas
públicas; y una política social, incluyendo mejoras en la atención primaria en
salud y educación y en lograr una reducción de las diferencias entre zonas
urbanas y rurales. El final de esta etapa se denomina punto de decisión. Si su
situación sigue siendo insostenible se pasa a la segunda etapa.
2. Una vez alcanzado el punto de decisión, se pasa a la segunda etapa,
con una duración de 1 a 3 años. Se prosigue el programa económico de ajuste
estructural y se utilizan los mecanismos tradicionales de alivio de deuda. Los
acreedores del Club de París pueden reducir su parte considerablemente.
3. Pasado este tiempo se llega al punto de culminación: si la trayectoria ha
sido correcta y existe un compromiso de mantener políticas de ajuste en el futuro
los acreedores ejecutarían su operación de reducción de stock hasta un máximo
del 80%. Si aún así no se consigue el nivel de sostenibilidad el BM y el FMI
reestructurarían la deuda con nueva financiación procedente del fondo de la AIF.
Este programa supone grandes avances con respecto a la situación
anterior, manifestados en un tratamiento de la deuda multilateral, donde se
incluye el problema de los países más pobres, la realización de un análisis
particular para cada país, proponiendo una solución individualizada, y la
vinculación de la reducción de deuda a la consecución de ciertos objetivos en
política social.
Bajo nuestro punto de vista las carencias más importantes que posee esta
iniciativa pasan en primer lugar por el objetivo marcado, de sostenibilidad de la
deuda, y no de desarrollo de dichos países, con lo que no se trata el
endeudamiento como un problema estructural del país en cuestión. Otras
carencias, más de tipo técnico son la insuficiencia del alivio de deuda marcado,
el que se programan pagos similares a los que se venían realizando y el que los
plazos marcados siguen resultando demasiado largos.
Además, se produce un intervensionismo en la política de estos países con
la obligación de cumplir los planes propuestos por el FMI y el BM. Estas
28

carencias se resumen en el apartado siguiente. “El alivio de la deuda sigue


fallando a los pobres”.
Tres cuartas partes de los veintidós países que están recibiendo un alivio
de la deuda gastarán más de un diez por ciento de los ingresos del gobierno en
deuda este año. Dieciséis países gastarán más en el pago de la deuda que en
salud de sus ciudadanos y diez destinarán al pago de la deuda más de lo que
gastan conjuntamente en educación primaria y saludo. Intermón Oxfam exige
un alivio de la deuda más profundo y amplio y una cancelación del 100% de la
deuda del FMI y del Banco Mundial”

La Deuda Externa Venezolana.

Orígenes. La pequeña historia: El origen de la deuda externa venezolana


se sitúa en los años 70 y mediados de la década de los ochenta. Operaciones
multimillonarias que fueron realizadas por el sector público violando leyes de
crédito público vigentes para la época, la propia Constitución Nacional y leyes
federales norteamericanas. Curiosamente el endeudamiento se genera en el
momento de mayor bonanza económica del país. Deuda para financiar compra
de armas y la corrupción clientelar No instalada en el Estado Venezolano.
Es así como el crecimiento de los ingresos impulsó al Gobierno de turno a
poner en marcha un ambicioso plan de desarrollo, en el cual se contemplaban
vastas inversiones en proyectos de expansión en todas las industrias básicas,
así como un acelerado crecimiento de los servicios gubernamentales.
Bajo tales circunstancias, el territorio nacional ya no fue suficiente para
extender la acción paternalista y benefactora del Estado venezolano. Así, se
emprendieron los más generosos programas de ayuda a nivel internacional; por
lo que Venezuela (en proporción al nivel de sus ingresos), pasó a ser el país que
mayor ayuda internacional concedía.
Lo cierto es que los recursos utilizados a los fines anteriores no provenían
de las reservas internacionales, sino del Fondo de Inversiones de Venezuela
(FIV), el cual había sido creado en 1974 con el objetivo fundamental de represar
29

transitoriamente los ingresos excedentarios que el país estaba percibiendo como


consecuencia del aumento de los precios petroleros.
Por otra parte, los abultados ingresos permitieron nacionalizar la industria
petrolera y la del hierro, lo cual se hizo después de indemnizar a las empresas
concesionarias que hasta ese momento venían actuando en el país. Lo que a su
vez produjo, un cambio estructural de enormes dimensiones para la economía
del país. Y a partir de ese momento quedó definitivamente consolidado en
Venezuela un peculiar sistema al cual se le ha dado la denominación de
“Capitalismo de Estado”.
Por su parte, al finalizar el año 1977 se hacía evidente que el país tendría
que pagar por los excesos cometidos durante los años de la bonanza petrolera.
El mercado petrolero también evidenciaba crecientes signos de debilidad, ya que
las naciones desarrolladas habían sido capaces de propiciar nuevas zonas
productoras de petróleo.
Las presiones inflacionarias aumentaron de manera sustancial, a pesar de
que a través de severos controles de precios y elevados montos de subsidios se
logró atenuar un incremento mucho mayor en el nivel de los precios, es así
como en este período se engendraron la mayor parte de los desequilibrios y
desajustes que desembocaron en el largo período de estancamiento que
posteriormente sufriría la economía venezolana.
De igual modo tenemos, que a fin de evitar que nuestras reservas
internacionales cayeran a niveles críticos, el gobierno recurrió a un
endeudamiento externo masivo. A partir de 1976, la deuda externa del país se
incrementó aceleradamente, llegando a transformarse en una de las mayores
amenazas para el futuro de nuestra economía.
En conclusión, después de haber transitado el país por la mayor etapa de
bonanza que recuerde nuestra historia, Venezuela había adquirido una deuda
pública externa que según el BCV superaba los 11.000 millones de $ y dicho
endeudamiento externo masivo, fue utilizado para impedir que las reservas
internacionales del país cayeran a niveles inaceptables que hubieran conducido
a la aplicación de un control de cambios.
30

En síntesis, el saldo de dicho período fue:


- Aguda intensificación del poder económico del Estado.
- Gigantesco crecimiento del consumismo, el clientelismo político y la
corrupción administrativa; así como del endeudamiento público y privado.
- Asfixia de amplios sectores productivos medianos y pequeños bajo el
peso de monopolios favorecidos por el Estado.
- Acentuación de la tendencia a percibir a Venezuela como un “gran poder”
con la capacidad no sólo de transformarse en el centro motor de la integración
regional; sino también de influir decisivamente en el cambio del sistema mundial
y en la creación de un nuevo orden económico y político internacional.
En el período comprendido entre 1982 y 1986 Venezuela disminuyó su
comercio internacional, ya que el país no se encontraba en condiciones de
manejar adecuadamente el comercio internacional, debido, en primer lugar, al
problema cambiario producto del viernes negro y de la deuda externa de la
nación, así como el aletargamiento del aparato productivo de la nación
venezolana.
A esta situación contribuyeron también factores externos como la drástica
disminución de los precios del petróleo, el incremento del proteccionismo de los
países desarrollados, el cierre de las fuentes de financiamiento exterior, la
transferencia neta de los recursos hacia los países industrializados y el deterioro
de la relación de los términos de intercambio, como resultado de la crisis de la
economía mundial. La crisis mundial, transmitida por los países industrializados
a América Latina en su afán de contrarrestarla, puso de manifiesto la extrema
vulnerabilidad externa de América Latina y de los países andinos.
El 24 de febrero de 1986 la República de Venezuela y otros 13 entes
públicos firmaron convenios de reestructuración con 452 bancos de 50 países,
por un monto de 20 mil 944 millones de dólares. En 1987 se firma la enmienda.
En estos convenios de renegociación Venezuela renunció a su idioma, a su
jurisdicción y a su soberanía.
La República de Venezuela reconoció la deuda del estado, diez mil
millones de dólares, que básicamente había sido utilizado para compra de armas
31

y equipos militares; la deuda del sector privado por el orden de siete mil millones
de dólares y a los entes descentralizados (empresas del Estado para ese
entonces tales como SIDOR, ALCASA, CANTV y otras) la cantidad de
diecinueve mil millones de dólares.
El Chase Maniatan Bank representó a los acreedores en la negociación,
actuando como Banco coordinador de los Bancos Internacionales. Según el
Senador por el PPT (Patria para Todos), Pablo Medina, el Chase Maniatan
Bank, una vez firmado el convenio, no hizo entrega al Gobierno Venezolano de
los pagarés y recibos de los siete mil millones de la deuda del sector privado, ni
de los diecinueve mil millones de los entes descentralizados, necesarios para
que el Estado pudiera cobrar a su vez, sino que por el contrario, se estableció
una cláusula en la cual la Banca podía guardar, devolver o destruir los pagarés.
La segunda operación: En 1990 el Gobierno venezolano logró un nuevo
acuerdo con la banca internacional bajo la estrategia de reducción de deuda
externa del plan Brady. El monto elegible fue de 19.758 millones de dólares de
un saldo total de 27 mil 152,3 millones de dólares.
A propuesta de Nicolas Brady, para entonces jefe del Tesoro
Norteamericano, se diluyen los títulos de la deuda en miles de bonos al portador
a fin de dificultar la relación directa entre deudores y acreedores. A partir de ese
momento los países de América Latina se dividen entre los que se adhieren al
sistema de los Bonos Brady y los que no lo hacen.
En el caso de Venezuela, la conversión se hizo por diecinueve mil millones
de dólares (19.000 MM $), violando pactos internacionales y leyes venezolanas,
entre ellos el Código Bustamante, que determina que este tipo de obligaciones
(bonos) deben ser nominativos, es decir indicando nombre y apellido. En el caso
que comentamos todos salieron al portador.

Se Legitima la Intervención del FMI.

Esta situación configura un cuadro donde Venezuela, al igual que muchos


países del mundo, tiene que trabajar no para impulsar su propio desarrollo sino
32

para seguir transfiriendo grandes masas de dinero a la Banca Internacional.


Pero además hace su aparición en la escena el Fondo Monetario Internacional
para brindar “auxilio” a las finanzas públicas. Ofrece y otorga el FMI líneas de
crédito y financiamiento (más deuda) para reflotar la economía. Ello a condición
de aplicar los programas de ajuste, que son una forma eficiente de intervenir
directamente en la economía nacional y decidir quien come y quien no.
De esta forma a partir de 1989 se comienza a tomar interés en Venezuela
por la definición de lo que se ha llamado “paquete” de medidas económicas. No
es otra cosa que el conjunto de políticas que el FMI obliga a los gobiernos a
aplicar para producir “economías” para destinar grandes sumas de dinero al
pago de la deuda externa. Una deuda sobre la que hay consenso en ya ha
quintuplicado sus valores y montos originales y hoy sólo opera como un
mecanismo perverso de dominación política y económica.
Así en Venezuela se puede percibir que un Gobierno estará al lado del
pueblo o de espaldas a este en la medida en que defina una política coherente y
social en materia de deuda externa.
Como visión general de la situación de Venezuela para 1993, se encuentra
la grave crisis general por la que atravesaba el país. La cual estaba afectando a
todos los niveles y esferas de la sociedad. En cuanto al aspecto económico y
financiero, la reducción de los precios internacionales del petróleo y la deuda
externa desde mediados de los ochenta trajo consigo una disminución del nivel
de vida de los venezolanos, sobre todo en las clases medias y bajas, además de
un desmejoramiento de los servicios públicos
El Gobierno de Rafael Caldera luego de atacar públicamente al FMI y decir
en su campaña electoral de 1993 que el FMI tenía de rodillas a Venezuela inició
ya, desde el Gobierno, una política entreguista y antipopular. De forma tal que el
FMI y la Banca Internacional continuaron aplicando sus políticas y promoviendo
su modelo neoliberal, estimulando la quiebra de empresas básicas para luego
privatizarlas a precios irrisorios (Caso Sidor y CANTV).
Poco a poco el modelo neoliberal se ha ido instalando en la estructura del
poder político venezolano, legitimando su presencia en áreas tales como la
33

salud (promoviendo su privatización para hacerla más eficiente), en Justicia


negociando créditos para la supuesta “modernización” del poder Judicial a
condición de “copiar” el modelo de administración de Justicia norteamericano
(nuevo Código Orgánico Procesal).
Como visión general de la situación de Venezuela, se encuentra la grave
crisis general por la que atravesaba el país, la cual estaba afectando a todos los
niveles y esferas de la sociedad. En cuanto al aspecto económico y financiero, la
reducción de los precios internacionales del petróleo y la deuda externa desde
mediados de los ochenta, trajo consigo una disminución del nivel de vida de los
venezolanos, sobre todo en las clases medias y bajas, además de un
desmejoramiento de los servicios públicos

Perfil de la Deuda Venezolana.

Cuando se habla sobre la deuda venezolana, es importante hacer


diferenciaciones en la misma, sus tasas de interés y sus plazos de vencimiento,
pues si bien la deuda es una sola, la manera como se va cancelando puede
suponer importantes ahorros para el país.
El presidente electo Hugo Chávez Frías ha reiterado que contempla la
eventualidad de adelantar una reestructuración de la deuda pública externa, con
el fin de dejar espacio en el presupuesto público para atender las necesidades
de financiamiento de gastos prioritarios del Estado, como salud, educación y
seguridad.
En ese sentido, el nuevo mandatario ha señalado la eventualidad de
mantener el "acuerdo sombra" con el Fondo Monetario Internacional, y
renegociar las acreencias con instituciones financieras dentro de lo que se
denomina Club de París.
Sin embargo, la realidad para el nuevo gobierno es que solamente podrá
renegociar 12% de la deuda pública externa, según indica un informe (Situación
Fiscal de 2001) elaborado por la Oficina de Asesoría Económica y Financiera del
Congreso de la República. Ese porcentaje representa 2,76 millardos de dólares,
34

sobre acreencias que suman 20,49 millardos de dólares, monto que no incluye
deuda pública interna ni los compromisos que asumió el Estado por la reforma
del régimen de seguridad social.
En caso de sumar todos los empréstitos que tiene la República, la deuda
pública completa un monto de 48 millardos de dólares, según cifras reveladas a
mediados del año pasado por el propio ministerio de Hacienda. Por otra parte el
informe de la Oficina de Asesoría del Congreso enfatiza que 88% de la deuda
externa venezolana está representada por instrumentos no renegociables, como
compromisos con bilaterales (aquellas acreencias de la República con otros
países) por 1,79 millardos de dólares; deuda reestructurada por 15,55 millardos
de dólares, la cual está incluida en el Plan Financiero 1990 que concretó el
segundo gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez tras los acuerdos de
refinanciamiento de la deuda pública, cuya negociación se llevó todo 1989; y los
empréstitos con organismos multilaterales (Banco Mundial, Banco
Interamericano de Desarrollo, Corporación Andina de Fomento, Fondo
Monetario Internacional) por 3 millardos de dólares. Para 2001 el servicio de la
deuda pública externa, según indica el informe, alcanza 2,501 millardos de
dólares repartidos en 1,31 millardos de dólares por capital y 1,191 millardos de
dólares por intereses.
En deuda reestructurada (bonos Brady) la República tiene
aproximadamente 17.000 millones de dólares, con vencimientos de bonos que
comenzaron el año pasado y que tienen picos muy altos en los años 1997, 1998
y 1999, con servicios promedio de 4.000 millones de dólares al año.
Luego, hay aproximadamente 5.000 millones de dólares en deudas de
Pdvsa, que están avaladas por la República; e igual cantidad en deudas del
Estado con organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial y Banco
Interamericano de Desarrollo), conjuntamente con deudas no reestructuradas
que están en cabeza de la República y tienen como agentes a las empresas de
la CVG, Cadafe y otras empresas públicas no financieras.
Esto da un total de aproximadamente 27.000 millones de dólares en deuda
de la República, que se redujo el año pasado en 1.500 millones de dólares,
35

pasando a 25,5 millardos de dólares. Posteriormente está la deuda interna, que


tiene un monto cercano a los 3,4 billones de bolívares y que se ha incrementado
fuertemente en los últimos años, por las tasas de interés que se deben pagar.
Finalmente, está la deuda externa del sector privado, por 8.000 millones de
dólares.
El 12 de diciembre del 2.001 el Banco Central de Venezuela pagó al Fondo
Monetario Internacional DEG 12,17 millones (aproximadamente USA$ 15,36
millones), correspondientes a la última cuota de amortización del préstamo
otorgado en 1989, bajo el "Programa de Servicio Ampliado" suscrito con dicho
organismo.
Cabe destacar que, al efectuar este pago, Venezuela cancela totalmente la
deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional, cumpliendo cabalmente
con los plazos estipulados para ello, y se mantiene solvente como miembro
activo de ese organismo. La cuota de Venezuela en el Fondo Monetario
Internacional se ubica actualmente en USA$ 3.357,09 millones (Nota de prensa
del Banco Central de Venezuela de fecha 12-12-2.001)
Para el año 2.001, las necesidades de endeudamiento del Gobierno
Central fueron cubiertas, principalmente, acudiendo a fuentes internas de
financiamiento y, en menor medida, a recursos provenientes del sector externo,
tanto por la vía de los mercados voluntarios de crédito como por préstamos
provenientes de organismos multilaterales. Asimismo, como fuente
complementaria de financiamiento, se utilizaron recursos del FIEM por US$
894,0 millones, de acuerdo con la previsión hecha en la Ley de Presupuesto.
La amortización de deuda externa alcanzó Bs. 1.332 millardos, con lo cual
el financiamiento externo neto resultó positivo en 0,2 puntos del producto.
(Mensaje de Fin de año del presidente del Banco Central de Venezuela, 28-12-
2.001).
De manera que podamos observar de una manera mas clara el resultado
de las políticas fiscales adoptadas por el Estado y el fiel cumplimiento que ha
dado Venezuela a su pago de la Deuda Externa podemos observar los anexos
“A” y “D” los cuales hablan por si solos.
36

CONCLUSIONES

“En promedio cada habitante de nuestra región debe 1550 $ al nacer por lo
que la región esta condenada a la pena de cadena de deuda perpetua “. Otto
Boyle (Secretario permanente del SELA).
La Deuda Externa, tema que realmente nos hace reflexionar
profundamente sobre todas las consecuencias que hoy en día ha acarreado la
política inadecuada que se ha aplicado en los países latinoamericanos con
respecto a este tópico.
La Deuda Externa, tema de una gran complejidad, que abarca y afecta
tópicos insospechados, desde la política internacional hasta las políticas internas
de inversión, salud, educación, etc.
La Deuda Externa, mecanismo perverso de dominación política y
económica a los países deudores.
La Deuda Externa, mecanismo que obliga a trabajar a los países
endeudados no para impulsar su propio desarrollo sino para seguir transfiriendo
grandes cantidades de dinero a los organismos internacionales de
financiamiento.
Como ha quedado expuesto, las consecuencias de la Deuda Externa en
nuestros países, alcanza diversos sectores, político, económico y social, todas
ellas inciden de diferentes maneras en el equilibrio interno del país, sin embargo,
existe un denominador común, las clases desposeídas son los grandes
afectados en estos casos.
Hay que reconocer que la Deuda Externa se ha transformado en un
problema de dimensiones gigantescas por un conjunto de factores que han
concurrido en contra del crecimiento de los países latinoamericanos, entre otros,
las malas políticas internas en que han incurrido los países latinoamericanos con
respecto a los préstamos solicitados, desviando su uso a planes y objetivos poco
o nada rentables, que en ningún momento permitieron el crecimiento del país, a
través de la creación de nuevas inversiones que generaran ingresos adicionales
que permitieran, no solo cancelar los servicios de la deuda adquirida sino
37

también permitieran la generación de empleos, la construcción de


infraestructuras acordes con las necesidades de la población, en pocas palabras
alcanzar el desarrollo de un pueblo.
Segundo, el cambio radical, por parte de los entes financieros
internacionales de las condiciones en que fueron contratadas inicialmente las
deudas, de condiciones que otorgaban grandes facilidades a los países a alzas
en las tasas de interés correspondientes al servicio de la deuda, estas alzas se
deben a políticas inapropiadas y depredadoras de mantener elevadas las tasas
de interés del dólar de manera artificial; la imposición, por parte de los
organismos internacionales de financiamiento, de esquemas y medidas
económicas que ahorcan y asfixian las economías internas de los países
deudores; otros factores que han incidido de manera importante han sido la gran
recesión económica mundial, el alza en los precios del petróleo y la dificultad de
expansión de los mercados de exportación, lo que trae como consecuencia la
caída de los ingresos por exportaciones.
En el caso venezolano, un factor adicional que agravó la deuda contraída
es el paternalismo reinante, ya que el Estado se hizo cargo de parte de la deuda
externa privada convirtiendo el pago de los intereses producto de esta deuda en
un gasto público adicional. Esta circunstancia en particular afectó de manera
significativa a la población al verse obligada a la cancelación de impuestos
adicionales que permitirían cancelar los intereses en cuestión.
Algunas de las consecuencias inmediatas producidas por la Deuda Externa
y la aplicación inadecuadas de políticas económicas que salvaguarden los
intereses de cada uno de nuestros países y que afectan de manera
determinante su desarrollo interno y social, como lo es por ejemplo, la reducción
en las inversiones sociales, son el marcado aumento del desempleo y
subempleo, el deterioro del estado de salud de la población, la carencia de
vivienda digna, el aumento de la pobreza y la marginalidad, la recesión, la
contracción de los ingresos salariales, la caída del poder adquisitivo del salario,
la deformación del mercado de trabajo caracterizada por el crecimiento del
sector informal, la falta de inversión en sectores claves a nivel social como
38

consecuencia de la creciente absorción de los recursos para el pago de los


servicios de la deuda, la reducción del ingreso per capita y las políticas de
ajustes.
Situación de suma gravedad y que en la mayoría de los casos no es
tomada en consideración son las consecuencia, a largo plazo, que acarrea la
falta de inversión social, los efectos de la misma son muy difíciles de revertir ya
que denotan deterioros notorios en la calidad de la enseñanzas (falta de
infraestructura adecuada para tales fines), deterioro en la salud de los
ciudadanos, deterioro e insuficiencia en la prestación de los servicios públicos
básicos (agua, alumbrado, vialidad, alcantarillado, etc…).
Actualmente, con deudas externas prácticamente impagables, los países
de América Latina se ven inmersos en depresiones económicas que afectan a la
mayoría de sus poblaciones haciendo a las clases desposeídas cada día más
pobres. La mayor parte de los ingresos de estos países son destinados al pago,
de los servicios de la deuda quedando porcentajes, quizás muy bajos, para ser
dedicados a la implementación de planes de desarrollo y crecimiento económico
de los países.
El endeudamiento de América Latina tiene muchos responsables, sin
embargo, sin entrar en las particularidades de cada uno de los países
Latinoamericanos, se impone la evidencia de una distorsión perversa en el
funcionamiento del sistema internacional que América Latina no pudo ni puede
controlar y del cual ha sido una de las mayores víctimas.
Determinar las causas y los responsables de la situación actual de nuestros
países como consecuencia de la deuda externa contraída no va a resolver el
problema, nos servirá para evaluar y corregir en un futuro, ahora es el momento
de encontrar las soluciones mas viables, menos dañinas para los países de
América Latina. Soluciones vistas desde el punto de vista de los países
deudores y no desde el punto de vista de los acreedores.
En este sentido considero que existen dos puntos importantes que deben
ser considerados de manera especial: En primer término se debe considerar
obtener un refinanciamiento de la deuda que permita lograr que los ingresos de
39

los países deudores puedan ser distribuidos de tal manera que permitan, por
una parte, cumplir con los pagos de capital e intereses fijados por las
negociaciones de la deuda y por la otra incentivar políticas internas en el orden
social que permitan ir satisfaciendo las necesidades de la población, incentivar la
inversión, las exportaciones, la creación de empleos, y, en general, la promoción
del desarrollo interno del país.
Paralelamente se debe defender, ante la Corte Interamericana de Justicia,
la teoría de la ilicitud de las tasas de interés aplicadas por los organismos
financieros internacionales a los países deudores por el servicio de la deuda,
incluso ir mas allá, lograr una declaratoria referente a que la Deuda Externa de
los países latinoamericanos ya ha sido cancelada.
Demostrar esta teoría significaría, entre otras cosas, deslastrarnos de la
dependencia y sumisión a que han estado sujetos nuestros países con respecto
a las políticas impuestas por los organismos internacionales y el comenzar a
retomar una sana política interna de crecimiento, a través de, entre otras cosas,
el estímulo de las exportaciones, pero no solo se trata del incremento de las
exportaciones sino que las mismas logren llegar al mercado internacional a
precios realmente competitivos, de modo de generar mas ingresos, y esos
ingresos distribuirlos de manera tal que permita un crecimiento sostenido del
país. Así mismo se debe tender a procurar orientar la política social hacia los
sectores mas desposeídos y no a las clases medias y altas como sucedió en
tiempos anteriores.
Mientras no se resuelva el problema del pago de la Deuda Externa, bien
sea porque sea pagada, o porque sea declarada ilícita por parte de la Corte
Interamericana de Justicia o porque sea condonada por los acreedores, la
deuda social en cada uno de nuestros países irá en aumento y quizás éste sea
un aumento mas significativo que el que pueda significar económicamente el
aumento de la Deuda Externa en sí misma ya que es el Capital Social del país el
que está siendo seria y significativamente afectado y ése es mucho mas difícil
de recuperar que el capital económico. El deterioro social a que están sometidos
nuestros países no se puede seguir permitiendo.
40

Cualquiera que sea el sistema planteado para lograr la solución del


problema de la Deuda Externa de Latinoamérica implica un sacrificio y éste
siempre recaerá en las clases desposeídas, de allí la importancia de
implementar políticas económicas y sociales que permitan nivelar, en términos
económicos, los efectos de la aplicación de estas medidas.
De igual forma es imprescindible que todos juntos en un País luchen por un
mismo ideal, y sin perder el horizonte que por delante de nuestras prioridades
personales deben prevalecer los interese de la Nación, y para esto quiero poner
como ejemplo lo que esta sucediendo actualmente en Venezuela, donde los
intereses y las aspiraciones políticas y personales están dañando seriamente la
imagen del País lo que trae como consecuencia el incremento de los intereses
en el pago de su Deuda Externa, que a pesar de poseer uno de los mejores
perfiles de deuda (ver anexo “C”) es uno de los que esta peor calificado según
las calificadoras de riesgos “Moody’s y Estándar and Poor’s C.O.”
Lo mas importante es entender que cada país debe ser dueño de su propio
destino, no se puede seguir permitiendo la imposición de medidas económicas
aplastantes para los pueblos latinoamericanos por parte de los organismos
internacionales, no se puede seguir permitiendo un intervensionismo absoluto en
las políticas económicas de nuestros países.
Se deben unir fuerzas para lograr un crecimiento económico sostenido en
el cual la inversión, pública y privada, genere exportaciones que permitan lograr
el aumento de los ingresos en divisas a nuestros países, que permitan la
generación de empleos y mejores condiciones de trabajo, que permita la
recuperación del ingreso per capita, que permita la recuperación del poder
adquisitivo del salario, que permita la inversión en obras de infraestructura que
tiendan a mejorar las condiciones de vida de los habitantes (salud, escuelas,
vialidad, servicios,…), lo que traería como consecuencia la necesidad de
emplear mano de obra tanto calificada como no calificada (reactivación del
empleo), logrando de esa manera un mejoramiento inmediato en la calidad de
vida de la población. Se reactiva el aparato productivo.
41

Antes de finalizar quiero traer a colación unas palabras del Dr. Bernardo
Kliksberg, director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del
Banco Interamericano de Desarrollo (BID), (dijo en el foro del Parlatino que se
debe salir de la "trampa" de la desigualdad en que se encuentra sumida América
Latina para superar la pobreza. Debemos tener presentes la educación como
"una diferencia decisiva en las oportunidades laborales y los sueldos".
La creciente desigualdad se observa en el acceso a la educación: el 10 por
ciento más rico de los habitantes de América Latina tienen 13 años de
escolaridad promedio, y solo cinco años el 30 por ciento de los más pobres. De
acuerdo con sus investigaciones "se necesitan 10 años de educación para no
ser pobres", pero en América Latina el promedio de escolaridad es de 5,2 años.
Según investigaciones de organismos internacionales, América Latina es la
región más desigual del planeta. "Cuanto más desigual una sociedad, peor para
el desarrollo", afirmó Kliksberg “.
Quiero concluir diciendo que, dentro de un mundo donde la globalización
juega un papel fundamental en nuestros días no se puede perder un norte: Cada
país debe ser dueño de su propio destino.
42

ANEXO “A”
SUMARIO DE INDICADORES ECONOMICOS

INDICADORES 1998 1999 2000 2001E 2002T


PIB (%) 0,1 7,2 3,2 2,7 4,1
Inflación (%) 29,9 20,0 13,4 12,3 9-11
Cuenta corriente/PIB (%) 3,4 3,6 11,0 4,4 3,9
Balance Fiscal/PIB(%) 3,7 2,3 2,1 4,0 3,3
Desempleo (%) 11,0 14,5 13,8 13,5 12,5
Reservas Internacionales (US$MM) 14,8 16,2 21,4 18,5 21,7
Reservas 14,8 15,2 16,9 12,3 14,0
Precio del Barril de Petróleo (US$/Barril). 10,6 16,1 26,2 20,0 18,5

ANEXO “B”
DEUDA EXTERNA VENEZOLANA / PIB, Y COMPARACION CON OTROS
PAISES
43

Deuda Externa Venezolana / PIB (%)

PIB (%)

70
62
60
50 45 47

40 34
30 25
22
18 16
20
10
0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001F

PIB (%) 62 45 47 34 25 22 18 16

Comparación de Deuda Externa de Otros Países / PIB (%)

PIB (% )

60
54.1
50 47 46
41.8 41.4
40
30 26.5
20 16.4
10
0 C HILE U R U GU A Y P ER U B R A S IL C OLOM B IA M EX IC O V EN EZU ELA
B aa/ A- B a3 / B B - B a3 / B B - B 1/ B B - B a2 / B B B aa3 / B B + B2/B
ANEXO “C”
PERFIL DE LA DEUDA EXTERNA VENEZOLANA

2.5

1.5 US$ bn

0.5

0
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
ANEXO “D”
CUADROS REPRESNTATIVOS DE LA SITUACION DE LA DEUDA EXTERNA VENEZOLANA

Servicio Pagado Deuda Pública Externa Directa 


Periodo: 1996 - 2001
(Expresado en Millones de USD)
 

CONCEPTO 1988 1988 1996 1997 1998 1999 2000 2001 * 1/


CAP INT CAP INT CAP INT CAP INT CAP INT CAP INT CAP INT

TOTAL 26.084 26.586 661 1.49 5.418 1.42 1.635 1.52 1.593 1.57 1.808 1.62 1.31 1.191
3 2 5 7 9 0

Banca Comercial 2.400,7 2.377,6 36 6 37 5 35 10 75 16 103 24 135 17


Bilaterales 992,4 799,3 88 51 98 50 155 57 227 69 280 77 251 61
Multilaterales 52,1 119,4 219 170 240 144 259 166 299 215 358 237 295 155
Tenedores de Bonos 1.990,2 2.680,0 14 41 0 212 167 447 0 554 133 547 0 556
Crédito de Proveedores 472,4 1.285,7 304 45 22 1 105 12 119 10 68 6 62 6

Bonos Plan Financiero 0 1.18 5.021 1.01 914 833 873 713 866 738 567 396
1990 0 0
* Cifras Preliminares

1/ Acumulado al 30/09/2001

Fuente: Ministerio de Finanzas.


Saldos de la Deuda Pública Externa Directa
(Al 31 de Diciembre de cada año)
(Expresado en Millones de USD)

CONCEPTO 1996 1997 1998 1999 2000 2001 * 1/

Total Deuda Externa Directa 23.366 22.106 21.980 21.139 20.256 20.484

Banca Comercial 83 109 237 327 326 367


Bilaterales 744 732 1.006 1.100 1.168 1.071
Multilaterales 2.472 2.257 3.213 3.206 2.992 2.881
Tenedores de Bonos 2.385 6.413 5.800 5.871 6.018 6.961
Crédito de Proveedores 72 158 134 75 134 160

Bonos Plan Financiero 1990        17.610 12.437 11.590 10.560 9.618 9.044
(Bonos Brady)

* Cifras Preliminares.
1/ Los saldos mostrados para el año 2001 son hasta el
30/09/2001
Tipo de Cambio utilizado 28/09/2001 suministrado por el
BCV
Fuente: Ministerio de Finanzas
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