dIscusión acerca de la Pedagogía que no termIne En muestras del desencaNto que tOdOs, taNto alumnos como también profEsores, sentImos ante la Precaria realIdad de la educación institucional. Engolosinados con ideas de inteRdisciplinaReidad, pensamIento crítico e intuición, todos Podemos soñar con esquemas pedagógIcos quE Nos lleven a fOrmar persOnas polifacéticas, conscieNtes y crEativas. Al tratar de poner en práctIca las ideas que Pueden surgIr en dichas discusiones, sin embaRgo, la Realidad Inmediatamente nos Presenta una cantIdad dE problemas que Nos regresan al puntO de partida.
¿Realmente esperamos que la
formacIón institucional Pueda llevarnos a la profundIdad ética, técnica, estética E intelectual coN la cual fantaseamOs? Muchos de los elementos fRustantes que encontramos en la academIa surgen a Partir de lo que en realIdad hacE la educacióN en este cOntextO, tal y como la coNocemos: adoctrinar. Para llEvar a cabo este proceso de normalIzación, la academia suele simPlificar la realIdad, dogmatizaR el conocimiento y aboliR la Individualidad - reProbable todo, pero solo sI hasta Ese puNto llega la formación del individuO.
Una visión optimista encuentRa que este proceso de
normalIzación genera un camPo conocIdo por muchos y cuya función principal Es hacer posible la comuNicación entre individuOs. AhOra, la riqueza que dicha comuNicación puEda tener depende del nIvel de enriquecimiento Personal que cada uno de los actores haya adquIrido a lo laRgo de su expeRiencia vIvencial. Sin duda debemos exigirle a la academia que mejore, Pero debemos cuIdarnos dE NO caer (pOr simple miedo o pereza aNte El Inevitable reto de autoformación) en el error de Pedirle más de lo que le es posIble daR.