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RELLENO (tredici ripieni)

Rara vez escuchamos una


dIscusión acerca de la
Pedagogía que no
termIne
En muestras del
desencaNto que
tOdOs,
taNto alumnos como también
profEsores,
sentImos ante la
Precaria
realIdad de la educación institucional. Engolosinados con ideas de
inteRdisciplinaReidad,
pensamIento crítico e intuición, todos
Podemos soñar con esquemas
pedagógIcos
quE
Nos lleven a
fOrmar persOnas polifacéticas,
conscieNtes y
crEativas. Al tratar de poner en
práctIca las ideas que
Pueden
surgIr en dichas discusiones, sin
embaRgo, la Realidad
Inmediatamente nos
Presenta una
cantIdad
dE problemas que
Nos regresan al
puntO de partida.

¿Realmente esperamos que la


formacIón institucional
Pueda llevarnos a la
profundIdad ética, técnica, estética
E intelectual
coN la cual
fantaseamOs?
Muchos de los elementos fRustantes que encontramos en la
academIa surgen a
Partir de lo que en
realIdad
hacE la
educacióN en este
cOntextO, tal y como la
coNocemos: adoctrinar. Para
llEvar a cabo este proceso de
normalIzación, la academia suele
simPlificar la
realIdad,
dogmatizaR el conocimiento y aboliR la
Individualidad -
reProbable todo, pero solo
sI hasta
Ese
puNto llega la formación del
individuO.

Una visión optimista encuentRa que este proceso de


normalIzación genera un
camPo
conocIdo por muchos y cuya función principal
Es hacer posible la
comuNicación entre
individuOs.
AhOra, la riqueza que dicha
comuNicación
puEda tener depende del
nIvel de enriquecimiento
Personal que cada uno de los actores haya
adquIrido a lo
laRgo de su
expeRiencia
vIvencial. Sin duda debemos exigirle a la academia que mejore,
Pero debemos
cuIdarnos
dE
NO
caer (pOr simple miedo o pereza
aNte
El
Inevitable reto de autoformación) en el error de
Pedirle más de lo que le es
posIble
daR.

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