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La importancia de la educación empresarial

¿Qué es la educación empresarial y por qué es necesaria? Lo primero es diferenciar educación


empresarial de formación empresarial, entendemos por formación el proceso de adquisición de
más o menos desarrollo, aptitud o habilidad, mientras que la educación se refiere al desarrollo o
perfeccionamiento de las facultades intelectuales.

Por supuesto antes, durante y después de lanzarse a la “aventura” de iniciar un negocio, es


necesario que el emprendedor tenga la formación básica necesaria para apoyar la toma de
decisiones necesaria a lo largo de la actividad empresarial. El hecho de que el empresario posea
unos conocimientos básicos en teoría económica, aspectos fiscales, laborales o financieros,
incluso derecho mercantil, puede ser un arma importante a la hora de que dicho empresario
pueda hacerse con el timón de su empresa y llevarlo con firmeza para alcanzar los objetivos
empresariales marcados. Todos estos aspectos forman parte de la formación empresarial.

Esta formación se puede adquirir de varias maneras, a través del sistema universitario (carreras
como económicas, empresariales, administración y dirección de empresas, derecho, etc.), a través
de planes formativos específicos (Masters de formación empresarial, escuelas de negocios) o
también a través de la experiencia profesional adquirida por el empresario en trabajos realizados
anteriormente.

Actualmente los procesos de outsourcing o externalización hacen posible que cualquier


empresario pueda tener cubiertas todas estas áreas de conocimiento en su empresa a través de la
contratación de los servicios respectivos a empresas externas, asesores laborales, fiscales,
financieros, abogados, etc., hacen posible que cualquier persona que quiera lanzarse al mundo
empresarial no precise de esa formación especializada para llevar a cabo sus planes de negocio. De
tal manera que bien de “motu propio” o a través de la subcontratación de esos servicios, el
aspecto de la formación empresarial podemos tenerlo cubierto.

Pero además de todo lo comentado hasta ahora, hay que tener en cuenta determinados aspectos
que también influyen en el resultado obtenido en la gestión de un negocio. Esos aspectos
pertenecen más al “espíritu del empresario” y son las condiciones básicas que debe componer el
“carácter” del emprendedor. No existe un sistema que imparta educación empresarial, educación
en los valores necesarios para el empresario y que, reforzados con el aspecto técnico-formativo,
componen el armazón que el emprendedor debe tener para llevar a cabo una gestión empresarial
exitosa.
En estos aspectos que atañen a la “educación empresarial” es en los que queremos centrarnos. La
mejor, y casi única, manera de poder reflejar esos aspectos o condiciones que todo empresario
debe cumplir es a través de la experiencia. Lógicamente no sería conveniente que el empresario
adquiera esta educación en el ejercicio de su actividad (para eso siempre hay tiempo) si no que la
experiencia de personas que en su día fueron como ellos pueden aportar esos conocimientos y
unos valiosísimos puntos de vista que darán un valor añadido y enriquecerán esa educación
empresarial que se nos antoja vital.

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