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La comunicación analógica versus la comunicación digital.

El ser humano es un ser social y relacional, es decir, se encuentra


inmerso en un mundo de interacciones con los otros. Uno de los
aspectos que nos diferencian en general del mundo animal es la
frecuencia con la que utilizamos herramientas y, en particular, el
uso del lenguaje. Con dicha herramienta (el lenguaje) podemos comunicarnos con
otras personas como nuestros padres y hermanos (familia nuclear), con el resto de
nuestra familia, con amigos, profesores, compañeros de trabajo, compañeros de
estudio e, incluso, con desconocidos. El uso de esta herramienta tan nuestra (el
lenguaje) nos permite, quizás, la conducta más importante que puede llevar a cabo
nuestra especie (homo sapiens): la comunicación. La actividad comunicativa nos
permite, además de transmitir información, definir el tipo de relaciones que
queremos establecer con los otros.
Al analizar dicha conducta comunicativa podemos observar que existen dos
modalidades de transmisión de la información: una analógica (no verbal) y otra
digital (verbal).

La comunicación analógica (no verbal) nos permite transmitir


información de las relaciones que se establecen entre los
comunicantes. En el ser humano este tipo de comunicación está
constituida por los gestos, las posturas, expresiones faciales,
inflexiones de voz, secuencia, ritmo, cadencia de las palabras y,
en definitiva, cualquier otra manifestación no verbal que sea emitida en un contexto
interactivo. A su vez podemos clasificar la comunicación analógica o no verbal en
tres grandes categorías:
Kinésica (lenguaje corporal): todo tipo de movimiento corporal como los gestos, las
expresiones faciales, la sonrisa, el contacto ocular, la postura, etc. También el
aspecto físico, la altura, el peso o el aspecto general del comunicante.
Paralingüística: son las conductas relacionadas con los aspectos vocales no
lingüísticos de un mensaje, como son la intensidad o volumen de la voz, la calidad
y fluidez de pronunciación, las vocalizaciones, la velocidad, el ritmo, el tono (dicen
que es el acento el que convence y no la palabra), el llanto, la risa, el control de los
órganos respiratorios y articulatorio, etc.
Proxémica: todas las conductas relacionadas con el uso del espacio personal y
social, por ejemplo, la distancia física, la manera de sentarse o la forma de disponer
de una habitación. Un aspecto importante de esta categoría es que la distancia
social entre la gente correlaciona con la distancia física:
▪ Distancia íntima (separación entre 15 y 45 centímetros). Para que se dé esta
cercanía, las personas tienen que tener mucha confianza y, en algunos casos, estar
emocionalmente unidos, pues la comunicación se realizará a través de la mirada, el
tacto y el sonido. Es la zona de los amigos, parejas, familia, etc. Dentro de esta
zona se encuentra la zona inferior a unos 15 centímetros del cuerpo, la llamada
zona íntima privada.
▪ Distancia personal (separación entre 46 y 120 centímetros). Estas distancias se
dan en la oficina, reuniones, asambleas, fiestas, conversaciones amistosas o de
trabajo. Si estiramos el brazo, llegamos a tocar a la persona con la que estamos
manteniendo la conversación.
▪ Distancia social (separación entre 120 y 360 centímetros). Es la distancia que
nos separa de los extraños. Se utiliza con las personas con quienes no tenemos
ninguna relación amistosa, la gente que no se conoce bien. Por ejemplo: la
dependienta de un comercio, el albañil, los proveedores, los nuevos empleados, etc.
▪ Distancia pública (separación más 360 centímetros). Es la distancia idónea
para dirigirse a un grupo de personas. El tono de voz es alto y esta distancia es la
que se utiliza en las conferencias, coloquios o charlas.
La comunicación digital (verbal): transmite los aspectos
del contenido propiamente dicho, contando con una sintaxis
lógica sumamente compleja. Tal comunicación es artificial y
arbitraria (hemos decidido llamar a un objeto alargado PALO,
pero también podría haberse denominado BALO), desde la
numeración y la escritura hasta los lenguajes de software de
la inteligencia artificial. Dicha comunicación digital suele ser efectuada por el
lenguaje natural de cualquier idioma.
La diferencia entre analógico y digital la podemos observar en el siguiente ejemplo.
Cuando decimos la frase “SÍ ESTOY DE ACUERDO” estamos utilizando el lenguaje
digital o verbal y si muevo mi cabeza de arriba hacia abajo para decir “SI…”
estamos utilizando el lenguaje analógico no verbal (gesto que corresponde a la
parte kinésica), pero además puede decir un “SI…” con un tono cálido o un tono
serio (sería la parte paralingüística del lenguaje analógico o no verbal) y, por último,
la distancia que mantengo con mi interlocutor al decirle “SI…” puede ser próxima o
distante (es la parte proxémica del lenguaje analógico).

En el contexto interactivo, los niveles analógicos y digitales de un mensaje


mantienen entre sí, necesariamente, una relación que se conoce con el nombre de
puntuación. La puntuación de un nivel de la comunicación respecto al otro es
congruente cuando las informaciones que transmiten uno y otro no entran en
conflicto, e incongruente, cuando la información transmitida en un nivel de
comunicación entra en conflicto con la transmitida por el otro. La puntuación
incongruente se denomina descalificación. Un ejemplo de comunicación congruente
consiste en la emisión de la palabra “si” moviendo ligeramente la cabeza de arriba
hacia abajo, mientras que de una comunicación incongruente o descalificación sería
emitir el mensaje “estoy muy triste” acompañándolo de una sonrisa de oreja a oreja.
Por otra parte, comentar que la comunicación digital o verbal puede falsearse, ya
que podemos controlarla (pensar antes de hablar), sin embargo la comunicación
analógica suele estar mediada por conductas automáticas e inconscientes, siendo
más creíbles (aunque siendo buenos actores también la podemos falsear). Por
ejemplo, un beso o un abrazo pasional nos transmite de forma más veraz lo que la
otra persona siente por nosotros que las palabras “te amo”. A efectos prácticos no
es tan importante lo que digas (comunicación digital o verbal), sino cómo lo digas
(comunicación analógica o no verbal), pues recuerda que es “el acento es el que
convence y no la palabra”.

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