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**Doctor en Psicología. Licenciado en Ciencias de la Educación y en Psicología. Becario Posdoctoral del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Docente de la Universidad Argentina de la Em-
presa, la Universidad Católica Argentina y la Universidad Nacional de Entre Ríos.
E-mail: santiago_resett@hotmail.com
children and young people who experience bull- model fit: CFI= .99, TLI= .96 and RMSEA=
ying or peer victimization, and between bullying .08. Victimization at T1 predicted victimization
and behavioral problems (aggression, antisocial at T2 and T3. Regarding the links between vic-
behavior, and substance use), but cross-sectional timization and emotional problems, this rela-
studies cannot explore the direction of the rela- tionship was reciprocal with respect to depres-
tionship. Besides, longitudinal studies are crucial sion: victimization predicted depression at T2
to explore stability of being victim and being ag- and T3 and depression predicted victimization in
gressor. There are no many studies that has at- both times, as well. The links between victimi-
tempted to do this. In Latin American countries, zation and anxiety was non-significant. Reci-
such as Argentina, longitudinal studies are very procal links between depression and anxiety
scarce in this respect. Exploring the direction of were found. With respect to bullying, antisocial
the link between victimization and emotional behavioral and aggression model, results indi-
problems is vital to identify targets of victimi- cated a good model fit: CFI= .99, TLI= .96, and
zation in adolescents and reducing cost of victi- RMSEA= .06. Findings suggested reciprocal
mization. So, the purpose of this research was links between bullying and aggression. Links
examining stability of victims and aggressor in between bullying and antisocial behavioral were
three-time points and determine the direction of non-significant. These results suggested stability
the relationship between emotional problems in victim status and aggressor status, but also
(depression and anxiety) and victimization, on change in only a period of six month. Besides,
one hand, and between behavioral problems (an- results showed that the link between victimiza-
tisocial behavior and aggression), on the other tion and depression was reciprocal: depression
hand. To this end, data were obtained from a was an antecedent but a consequence of victi-
sample of 485 students from two secondary mization, as well; the same happened for bull-
schools attending first course, second and third ying and aggression. So, these results are in line
in Parana, Entre Rios. A 58% was female and with a vast literature suggesting reciprocal ef-
42% was males; Mage= 13.6. They were exami- fects. In the discussion, we provided further ex-
ned in May (Time 1, T1), August (Time 2, T2), planation of the results, considering domination
and November (Time 3, T3). To measure victi- theory among others. Finally, limitations and
mization, they completed Olweus Bully/ Victim suggestion for carrying out future studies are
Questionnaire (tapping verbal, physical, rela- provided.
tional, and cybervictimization and these kind of
bullying), Kovacs Child Depression Inventory Key words: Stability; Victims; Aggressors; Emo-
for depression, Rosenberg Psychosomatic tional and behavioral problems; Adolescents.
Symptom Scale for anxiety, and aggressive be-
havior and antisocial behavior from Achebanch
and Rescorla ASEBA (2001), and some socio Introducción
demographic questions. Confidentiality and
anonymity were ensured. Date was set up with Estabilidad temporal en los roles de víc-
Statistical Package for Social Sciences version tima y agresores y problemas emociona-
22 and AMOS 16 to set up structural equation les y de conducta en adolescentes
modeling (SEM). Results suggested that 15%,
16%, and 18% were victims in T1, T2, and T3. El acoso escolar –bullying en idioma in-
As regarding being aggressor, the percentages glés- es considerado un importante factor
were 9%, 10%, and 9%. With respect to stability de riesgo para la salud mental de los niños y
of victim status in each of the three times, a adolescentes debido a su asociación con nu-
39% was victim in the three times; as regarding merosos problemas de ajuste psicosocial
aggressor status, a 57% was aggressor in the (Card, Isaacs, & Hodges, 2007; Nansel,
three times. An autoregressive cross-lagged with Craig, Overpeck, Saluja, & Ruan, 2004;
index of victimization, scores on depression and Nansel, Overpeck, Pilla, Ruan, Simons-Mar-
anxiety in T1, T2, and T3 indicated an adequate tin, & Scheidt, 2001).
Las víctimas del bullying suelen ser más (2008) detectaron cuatro trayectorias: baja,
ansiosas, depresivas, inseguras, con baja au- alta que luego disminuía, alta que se incre-
toestima y no tienen amigos (Solberg & Ol- mentaba y la del nunca acosado. En lo refe-
weus, 2003). Los agresores, en cambio, tien- rente al agredir, Pepler et al. (2008) obser-
den a ser más agresivos, impulsivos y con varon cuatro trayectorias: nivel alto, mode-
mayor necesidad de dominar a los otros rado, disminución y una mayoría que nunca
(Solberg & Olweus, 2003). También mues- acosaba.
tran una pauta de conducta antisocial: actos
criminales, consumo de alcohol, etcétera Mecanismo para explicar la estabilidad
(Olweus, 1993). temporal en el bullying
una revisión meta-analítica determinó que el Muchos estudios sugieren también que
correlato más fuerte era para la depresión. el ser victimizado puede generar posterior-
Como bien señalaban dichos autores, ya mente mayor ansiedad. Por ejemplo, un tra-
no hay necesidad de estudios transversales, bajo encontró que ser víctima del acoso es-
ya que esa asociación está sólidamente es- colar entre los 10-12 años predecía mayores
tablecida. En cambio, dichas investigaciones síntomas de ansiedad a lo largo de la ado-
señalaban la necesidad de estudios longitu- lescencia (van Oort, Greaves-Lord, Ormel,
dinales para determinar la dirección de la Verhulst, & Huizink, 2011). Un estudio re-
causalidad. Como la mayoría de los estudios ciente con adolescentes entre 12-15 a 16-18
son transversales, no es posible determinar años halló que la victimización se asociaba
claramente si los problemas emocionales con mayores problemas emocionales (de-
son una causa o un antecedente de la victi- presión y ansiedad) a lo largo de dicho perí-
mización (So, Khoo, & Holme, 1998). En lo odo (Yeung Thompson, & Leadbeater,
relativo a la poca evidencia disponible, se 2013).
sabe que los alumnos informaban que esta- Como se ve, está bien establecida la aso-
ban menos depresivos antes de que el acoso ciación entre ser acosado y los problemas
comenzara (Hawker & Boulton, 2000) y, emocionales y se sabe que dichos problemas
por ende, dichos problemas eran un resul- pueden ser tanto causa como consecuencia.
tado del acoso (Owens, Slee, & Shute, Sin embargo, no existen muchos estudios
2000). Sin embargo, muchos de estos estu- que hayan estudiado simultáneamente la di-
dios son retrospectivos. En cambio, es posi- reccionalidad de la causalidad (Paul & Ci-
ble también que el ser sumiso y tímido -por
ya poseer cierta sintomatología depresiva- llesen, 2008), y los que lo han hecho, han
pueda ser un factor de riesgo para el ser vic- empleado modelos de regresiones lineales
timizado (Hodges & Perry, 1999; Schwartz, (Sweeting, Young, West, & Der, 2006). Uno
McFadyen-Ketchum, Dodge, Pettit, & Ba- de los pocos estudios a este respecto halló
tes, 1999). Esto es, el mayor nivel de pro- que existían efectos bidireccionales entre la
blemas internalizantes o emocionales en los depresión y la victimización, pero que, a los
alumnos victimizados puede deberse al he- 13 años, el efecto más significativo de la vic-
cho de que los sujetos ansiosos, depresivos timización era la tendencia a la depresión
e inseguros son un blanco más fácil del (Sweeting et al., 2006).
acoso. Por ejemplo, la depresión puede mi- En lo relativo a los problemas de con-
nar las habilidades sociales de estos alumnos ducta o externalizantes, estos se incrementan
y así contribuir a respuestas agresivas por en la adolescencia (Arnett, 2010; Steinberg,
parte de los pares (Rudolph, 2009; Rudolph, 2008), son un importante factor de riesgo
Flynn, & Abaied, 2008). Por otra parte, los para la salud mental que generan importan-
sujetos depresivos poseen un estilo de afron- tes costos financieros para la sociedad (Co-
tamiento pasivo, que es un factor de riesgo hen, 1998). La conducta antisocial es un
para ser agredido (Olweus, 1978; Veenstra, problema mayor en la niñez y adolescencia
Lindenberg, Zijlstra, De Winter, Verhulst, con una incidencia no menor en los países
& Ormel, 2007). Sin embargo, se ha com- desarrollados (Rutter et al., 2008). En lo re-
probado que el mayor nivel de problemas ferente a perpetrar el bullying, una vasta li-
emocionales de las víctimas también es una teratura meta-analítica señala que típica-
consecuencia del maltrato. Kaltiala-Heino, mente los agresores presentan mayores
Frojd y Marttunen (2010) hallaron que el ser niveles de problemas externalizantes o de
victimizado a los 15 años aumentaba los ni- conducta (Cook, Williams, Guerra, Kim, &
veles de depresión, por encima del nivel Sadek, 2010), como son la agresión y la
previo. Del mismo modo, Schwartz, Gor- conducta antisocial. Este hallazgo puede
man, Nakamoto y Toblin (2005) hallaron comprenderse desde la teoría de los proble-
que la victimización se asociaba, un año mas de conducta de Jessor y Jessor (1977),
más tarde, con mayor depresión. la cual sostiene que dichos problemas tien-
pósito de este estudio era observar la esta- que se desenvuelven los niños y adolescen-
bilidad de ser víctima y ser agresor en tres tes y la continuidad en su modo de relacio-
puntos en el tiempo y examinar longitudi- narse con los demás (Scholte et al., 2007).
nalmente la relación entre ser victimizado y Esto es, los alumnos victimizados se juntan
los problemas emocionales (depresión y an- con alumnos rechazados o acosados; los
siedad) y la asociación entre el bullying y los alumnos agresores en cambio, se hacen ami-
problemas de conducta (conducta antisocial gos de otros sujetos agresivos, lo cual re-
y agresividad) en adolescentes de escuela fuerza las conductas de uno y otro grupo.
media de la Argentina. Para este fin, se cons- Como establecen Kochenderfer-Ladd y War-
tituyó una muestra de 485 adolescentes de drop (2001) y Dill y colaboradores (2004),
escuelas secundarias que fueron evaluados hay un círculo vicioso en el ser victimizado
en tres puntos en el tiempo. Se halló en cada y ser agresor que explica la estabilidad de di-
uno de los tiempos un porcentaje similar de chos roles. Del mismo modo, Caspi, Elder y
alumnos victimizados: 15%, 16% y 18%, lo Bern (1987) señalan que la estabilidad en la
cual indicaría que un porcentaje similar era victimización se debe a un patrón de dis-
victimizado en cada uno de los tres tiempos funcionalidad en las habilidades sociales.
y que un porcentaje de entre un 85-82% no Como expresan Kochenderfer y Ladd
tenía problemas de victimización. También (1996), cuando los agresores ingresan en un
las medias o promedios del índice de ser nuevo escenario o grupo social, dirigen su
victimizado eran similares en los tres tiem- agresión a diferentes alumnos y observan
pos. En otros estudios longitudinales, Boi- sus diferentes respuestas: responder la agre-
vin, Petitclerc, Feng y Barker (2010) y Gold- sión, llorar o retraerse, quienes responden
baum, Craig, Pepler y Connolly (2003) pasivamente, luego tienen una mayor ten-
detectaron que alrededor de un 80% en los dencia a ser agredidos. También Caspi et al.
alumnos no tenía problemas de victimiza- (1987) señalan que la estabilidad en ser vic-
ción, mientras que el porcentaje restante se timizado o ser agresor se entiende por las
repartía en víctimas estables o cambio en di- conductas maladaptativas de dichos grupos,
cho rol en un período de cuatro años. En los las cuales generan que los sujetos escojan
resultados de este estudio también se ob- ambientes que las refuerzan: los alumnos
serva variabilidad en el rol, pero en un perí- victimizados escogen amigos retraídos o tí-
odo de tiempo mucho más breve. Los por- midos, los agresivos, pares desviados.
centajes de victimización de la presente Sin embargo, dicha estabilidad no es per-
investigación para cada uno de los tiempos fecta, ya que los datos indicarían que, en
eran bastantes similares a los de otros estu- cierta medida, cambian quiénes son agredi-
dios de la Argentina con el mismo instru- dos, pero no la cantidad de adolescentes que
mento: 16% (Resett, 2011, 2014), pero más son victimizados. Esto posiblemente indi-
alto a los que otros estudios de países del caría que algunos alumnos logran dejar de
primer mundo, como Suecia 9% (Olweus ser victimizados, pero los agresores busca-
1993, 2006); aunque similar a la de otros es- rían nuevas víctimas. Es sabido que los agre-
tudios en Portugal con un 20% (Pereira, sores buscan nuevas víctimas cuando éstas
Mendonça, Neto, Valente, & Smith, 2004). se defienden asertivamente, o continúan eje-
Al examinar la estabilidad en el ser vic- cutando la agresión a diferentes grupos de
timizado, se halló que un 55% era victimi- alumnos para tratar de buscar víctimas más
zado en ambos tiempos (T1 y T2), un 43% estables o que respondan con sumisión
en tiempo T2 y T3 y 39% en los tres tiem- (Loes Pouwels, Souren, Lansu, & Cillessen,
pos, lo cual indicaba que había cierto grupo 2016). Del mismo modo, también había una
de adolescentes con una propensión a ser discontinuidad, ya que solo alrededor de un
victimizado. La estabilidad en el ser víc- tercio era víctima en los tres tiempos. Tam-
tima ha sido descripta a partir de dos meca- bién Paul y Cillesen (2008) hallaron que ha-
nismos: la continuidad del ambiente en el bía estabilidad, pero también cambio en me-
dio de la estabilidad, ya que dichos autores cambio, el medir la victimización con no-
detectaron -en un período de un año- que minaciones de pares está menos afectada
solo alrededor de dos tercios era victimi- por los incidentes de victimización diarios,
zado en dicho intervalo. Barker et al. (2008) ya que lo que evalúa es la reputación frente
detectaron también heterogeneidad en di- al grupo de pares (Loes Pouwels et al.,
cho rol e identificaron distintas trayectorias. 2016). De este modo, los estudios han ha-
De este modo, los resultados señalarían llado de baja a alta estabilidad con un 8% a
que en sólo seis meses, el rol de ser víctima un 43% (Scholte, Burk, & Overbeek, 2013;
puede ser modificado, lo cual implicaría que Sourander et al., 2000), lo cual se explica
las víctimas, con mejores o peores estrate- por las distintas técnicas de recolección de
gias, tratan de escapar de dicho rol por sus datos o definiciones operacionales del ser
propios medios, intervención de adultos (pa- acosado. Futuros estudios deberían examinar
dres, docentes, entre otros), cambio de la estabilidad del ser victimizado usando
curso, o formación de nuevos amigos, lo distintas técnicas de recolección de datos.
cual cambia su estatus social (Kochenderfer- En lo referente a la correlación (rs) entre
Ladd & Skinner, 2002; Troop-Gordon & los índices de victimización para los tres
Ladd, 2015; Pellegrini & Bartini, 2000; Pe- tiempos fueron .41, .56 y .50, los cuales es-
llegrini & Long, 2002). Así, los presentes re- tán entre moderados y altos y resultan simi-
sultados sugieren que, en un corto tiempo, lares a los hallados en revisiones meta-ana-
un grupo adquiere un estatus de víctima es- líticas (Loes Pouwels et al., 2016).
table (víctimas crónicas), mientras que mu- En lo relativo al ser agresor, se observó
cha de la agresión es situacional (episódica), que un 9%, 10% y 9% era agresor en los tres
como sugieren algunos estudios (Kochen- tiempos. Un 74% de dicho grupo era agresor
derfer & Ladd, 1996; Snyder et al., 2003). en T1 y T2, un 71% entre T2 y T3 y un 57%
De este modo, se ve que -en condiciones lo era en los tres tiempos. Al igual que en el
normales y en un corto período de tiempo- ser agredido, había un porcentaje constante
un grupo no menor de víctimas puede salir de alumnos agresores en los tres tiempos. En
de dicho rol, lo cual es algo alentador para lo relativo a la estabilidad a través de los tres
las intervenciones que tratan de reducir el tiempos, se la podía detectar, pero también
acoso. Futuros estudios deberían examinar se podía percibir un cambio en el rol de
qué factores ambientales e individuales se agresor, lo cual demuestra también la hete-
asocian con dejar de ser victimizado y cuá- rogeneidad en dicho rol. Al igual que en el
les son factores de riesgo para ser crónica- rol de víctima, la estabilidad en el ser agre-
mente acosado. sor disminuía al incrementarse el rango tem-
Lo positivo de estos hallazgos es que, al poral (Loes Pouwels et al., 2016).
haber hecho las tres mediciones a lo largo de Que las medias para bullying se incre-
todo un año de ciclo lectivo, los resultados menten a través del tiempo no es llamativo,
están menos afectados por la falta de re- ya que muchos estudios informan que este se
cuerdo o un elevado nivel de distorsión cog- intensifica desde los primeros años de la
nitiva por el transcurso de largos períodos de adolescencia hasta mediados de dicha etapa
tiempo. Estos resultados son bastante simi- (edades aquí evaluadas). Tampoco llama la
lares a los estudios de otros países, los cua- atención que el porcentaje de agresores se
les hallaron también una estabilidad mode- mantuviera igual en los tres tiempos y que
rada cuando se medía con el autoinforme, más de la mitad (57%) lo fuera en este perí-
como lo indica una revisión meta-analítica odo, por el hecho de que la agresividad es
reciente (Loes Pouwelset al., 2016). Esto no una característica bastante estable de la per-
es llamativo, ya que los estudios indican sonalidad (Moffitt, Caspi, Rutter, & Silva,
que en un período de solo dos semanas, la 2001; Trenblay, 2000) y por la teoría de la
experiencia subjetiva de victimización puede dominancia social. Dicha teoría establece
cambiar (Nishina & Juvonen, 2005). En que el bullying puede ser usado por los ado-
lescentes, principalmente los más jóvenes, lescente, versus los de inicio temprano y
para establecer y mantener el estatus dentro persistente postulados por Moffit (2006).
del grupo social (Pellegrini & Bartini, 2000; Del mismo modo, es sabido que muchos
Pellegrini & Long, 2002; Pellegrini, & problemas de conducta (como la agresión, el
Long, 2003), lo cual explicaría también por consumir sustancias o el vandalismo) son de
qué hay un porcentaje similar de adolescen- naturaleza exploratoria y transitoria en la
tes victimizados en los tres tiempos. adolescencia (Steinberg, 2008). Así muchos
Olweus (1978, 1993, 2006) señaló que adolescentes pueden agredir transitoria-
existe una propensión para ser victimizado, mente por este hecho o por la mera razón de
como una estabilidad en el rol de agresor, que “todos lo hacen”, miedo a ser victimi-
debido a las características de la personali- zado o por temor a quedar fuera del grupo de
dad, entre otras razones. Quienes han sido pares. Es sabido que el adolescente está muy
intimidados durante mucho tiempo tienden pendiente de cómo lo perciben los pares y
a serlo incluso años después, no sólo porque por no ser rechazado (Arnett, 2010).
la agresión es una característica estable de Por otra parte, las correlaciones (rs)para
los perpetradores, sino porque las víctimas el índice de bullying en los tres tiempos eran
se vuelven cada vez más sumisas y pasivas. .53, .66 y .49, las cuales indicaban asocia-
Esto no quita que exista también heteroge- ciones entre moderadas y altas, bastante si-
neidad en el rol de agresor en un breve pe- milares a las de ser victimizado. Asimismo,
ríodo de tiempo, lo cual tal vez pueda de- estas correlaciones entre moderadas y altas
berse no sólo a factores individuales, sino pueden deberse a las falencias propias del
también a factores ambientales, como la do- autoinforme, lo cual se aplica también a la
minancia y la actitud del grupo de pares victimización.
ante los hechos de bullying y las acciones En los tres tiempos se observó que las
que lleven a cabo los adultos ante este fe- víctimas presentaban mayores niveles de
nómeno (docentes, padres u otros adultos). puntajes de depresión y ansiedad en compa-
Así, los agresores tratan de mantener su rol ración con los no victimizados, mientras
dominante y estatus a través del acoso, pero que, en los tres tiempos, los agresores pre-
es posible que cuando un agresor deja de es- sentaban mayores niveles de problemas de
tar en dicho rol –por diferentes motivos-, conducta en comparación con los no agre-
otro adolescente, con una visión positiva de sores. Dicho perfil psicosocial es concor-
la agresión o que antes jugaba un rol no tan dante con una vasta literatura extranjera
activo –seguidor de la víctima o espectador como nacional (Nansel et al., 2001; Olweus,
pasivo- trate de asumir dicho rol para ganar 1993; Resett, 2014).
estatus y dominancia. Esto no sería llama- En los tres tiempos, la victimización pre-
tivo, ya que muchos estudios señalan que la via se asociaba con ser victimizado poste-
agresión puede ser en parte adaptativa, ya riormente e, incluso la victimización en T1
que los agresores obtienen cosas (por ejem- predecía la victimización en T3, aunque en
plo, estatus y recursos sociales o materiales) menor medida.
(Volk, Craig, Boyce, & King, 2006). Como Como han hallado muchas investigacio-
es sabido, el bullying es un proceso diná- nes, la relación entre los problemas emo-
mico del contexto de pares y no solo se ge- cionales y el ser victimizado era tanto un an-
nera porque hay una víctima y un agresor tecedente del ser victimizado como una
(Pellegrini & Bartini, 2000). También, es consecuencia, pero solo para la depresión.
posible que este cambio en medio de la es- Esto indica que el ser victimizado conlleva
tabilidad –como sucedía con el estatus de a sentirse estresado y con malestar psicoló-
víctima- pueda deberse a que muchos actos gico, y también que el malestar psicológico-
de bullying pueden reflejar conductas anti- conlleva a ser victimizado (Sweeting et al.,
sociales que responden al patrón de proble- 2006). Así, los alumnos agredidos pueden
mas de conducta antisocial de inicio ado- serlo por el hecho de que los sujetos ansio-
sos y depresivos son un blanco más común tos para un desorden de ansiedad y vice-
del acoso. Sin embargo, se sabe también versa (Izard, Youngstrom, Fine, Mostow, &
que los niveles de problemas emocionales Trentacosta, 2006). Del mismo modo, los in-
más elevados en las víctimas son una con- dividuos que puntúan alto en las medidas de
secuencia del maltrato (Kaltiala-Heino, et depresión tradicionales, también informan
al., 2010; Schwartz et al., 2005). Hawker y niveles altos en los instrumentos diseñados
Boulton (2002) hallaron en su meta-análisis para evaluar la ansiedad (Clark & Watson,
que uno de los correlatos más robustos del 1991). Aún más, las correlaciones entre las
ser victimizado era la depresión, luego se- mediciones de depresión y ansiedad (rs)
guían soledad y autoestima, y, en menor me- tienden a ser altas: fluctúan entre .70 y .80.
dida, se hallaba la ansiedad. No obstante, los Muchos autores han hablado del binomio
efectos eran de tamaño pequeño, como los ansiedad-depresión. Estos resultados son su-
hallados en otros estudios (por ejemplo, mamente relevantes porque tal vez pondrían
Sweeting et al., 2006). En el presente estu- de manifiesto que la asociación entre la an-
dio, las asociaciones bidireccionales entre siedad y el ser agredido no es causada di-
ser victimizado y la depresión eran también rectamente por el ser victimizado, sino que
pequeñas (.12 para victimización T1 sobre se debe a la comorbilidad con la sintomato-
depresión T2, .12 para depresión T1 sobre logía depresiva.
victimización T2, .07 para victimización T1 En los tres tiempos, el bullying previo se
sobre depresión T3 y .08 para depresión T1 asociaba con perpetrarlo posteriormente e
sobre victimización T3), y no había un incluso el bullying en T1 predecía el bullying
efecto más grande del victimizar sobre la de- en T3, aunque en menor medida. En lo rela-
presión o viceversa, como lo demuestran di- tivo al bullying y los problemas de conducta,
chos tamaños del efecto. Esto coincide con se observó que existía una asociación bidi-
revisiones meta-analíticas a este respecto reccional entre este y la agresividad, ya que
(Reijntjes, Kamphuis, Prinzie, & Telc, la agresividad en T1 predecía el bullying en
2010), las cuales detectaron un tamaño del el T2 y el bullying en T2 la agresión en T3,
efecto de .18 de la victimización sobre la de- aunque dichas relaciones eran modestas.
presión versus un tamaño de .08 de la de- Que dichas relaciones existan concuerda con
presión sobre la victimización. Si bien en di- el perfil de los agresores como sujetos do-
cho trabajo extranjero era más elevado el minantes, impulsivos y con una visión posi-
efecto primero, no había diferencias signifi- tiva de la violencia (Olweus, 1993, 2013).
cativas entre ellos. No existían asociaciones entre el bullying y
Diversos estudios (Hawker & Boulton, la conducta antisocial. Esto demuestra que
2002; Kaltiala-Heino, Rimpela, Rantanen, & los agresores son sujetos agresivos, impul-
Rimpela, 2000) han detectado que la victi- sivos, con una imagen positiva de la violen-
mización se asocia, aunque en menor me- cia, pero no necesariamente el presentar con-
dida, con la ansiedad. En el presente estudio ducta antisocial -o no seguir las reglas-
no se halló que ni la victimización predecía conlleve a agredir a los demás. Muchas de
la posterior ansiedad ni viceversa. Sí existía las conductas antisociales, como mentir o ro-
una asociación entre la depresión y la an- bar, implican un acto antisocial no abierto,
siedad, ya que la ansiedad predecía la de- esto es encubierto, a diferencia de la con-
presión T2 y la depresión, la ansiedad T3, lo ducta antisocial abierta. Dicha distinción es
cual no es llamativo, ya que hay alta co- similar a la de agresión reactiva versus la
morbilidad entre ellas y ambas están aso- proactiva (Dishion & Patterson, 2006). Así,
ciadas con el pensamiento repetitivo. Esto el bullying -agresión proactiva- tal vez no
es, dichos trastornos frecuentemente tien- sea un factor de riesgo para los actos de
den a co-ocurrir: los individuos que cumplen conducta antisocial encubiertos. Se sabe que
criterios para un trastorno del estado de los distintos tipos de agresión correlacionan
ánimo, también pueden cumplir los requisi- con las distintas formas de conducta antiso-
cial, por ejemplo, la agresión relacional - cuales fueron de tamaño pequeño a mediano
como esparcir rumores- se asocia más con la en revisiones meta-analíticas (Hawker &
conducta antisocial encubierta (Dishion & Boulton, 2000).
Patterson, 2006). Si bien el bullying puede Este estudio tiene una serie de limitacio-
ser llevado a cabo de esta forma, muchas de nes, como haber sido llevado a cabo con
las formas más comunes de hacerlo son ac- una muestra intencional y de un tamaño no
tos de agresión abierta y directa, como los muy grande de la ciudad de Paraná, Entre
sobrenombres o insultos (del Barrio, Martín, Ríos, Argentina, lo cual limita su generali-
Montero, Gutierrez, Barrio, & De Dios, zación. También el tamaño de la muestra -si
2008; Resett, 2011). Estos resultados no bien era adecuado- no era demasiado grande.
concuerdan con algunos estudios que han Por otra parte, los datos se recolectaron con
hallado relaciones a largo plazo entre el bull- el autoinforme, el cual tiene reconocidas li-
ying y la conducta antisocial (Olweus, mitaciones, principalmente para un tema
2011). Por ejemplo, Renda, Vassallo y Ed- como el acoso escolar. Asimismo, el emple-
wards (2011) hallaron una asociación a largo arlo tanto para medir ser acosado y acosar,
plazo entre el bullying en la adolescencia y como para los problemas emocionales y los
la conducta antisocial en la adultez, al igual problemas de conducta, aumenta las corre-
que detectaron Olweus (2011) y Barker et al. laciones artificialmente debido a la varianza
(2008). Sin embargo, es posible que el bull- del método compartido. Futuros estudios
ying en la adolescencia genere sleeping ef- deberían examinar esta problemática en
fects o efectos tardíos, esto es, que sus efec- muestras aleatorias y de diversas regiones
tos sobre la conducta antisocial emerjan en del país, para poder generalizar los resulta-
el largo plazo, como años después o en la dos. Asimismo, se debería aumentar el ta-
adultez, y no tanto en el corto plazo. Sería maño de la muestra para permitir análisis
interesante evaluar si los que cometen altos más complejos y precisos, como observar si
niveles de conducta antisocial de este tipo, hay distintas trayectorias según el sexo e
no son más proclives al acoso electrónico, el identificar también la estabilidad de los agre-
cual puede ser llevado a cabo de forma sores / víctimas. Sería interesante determinar
oculta o anónima. En cambio, existían aso- si este grupo, el cual es el más patológico, ya
ciaciones bidireccionales entre la agresivi- que combina los problemas emocionales y
dad y la conducta antisocial, lo cual pone de de conducta y es el más impopular de todos,
relieve la teoría de los problemas de con- presenta una mayor estabilidad a través del
ducta de Jessor y Jessor (1977): hay sujetos tiempo. Por otra parte, futuros estudios de-
con una personalidad desviada, con una pro- berían examinar el ser victimizado y el agre-
pensión a no seguir las normas y en donde dir con nominaciones de pares o docentes,
un problema de conducta es un factor de para evitar las limitaciones del autoinforme
riesgo para cometer otro. y evitar la varianza compartida por el mé-
Cabe aclarar que, si bien se hallaron re- todo de recolección de datos. Además, sería
laciones bidireccionales entre la victimiza- interesante examinar si los porcentajes de es-
ción y la depresión, y entre el bullying y la tabilidad varían según la técnica de reco-
agresividad, dichos efectos eran modestos o lección de datos, ya que el autoinforme eva-
marginales estadísticamente, incluso para lúa la percepción subjetiva del ser victi-
un período de tiempo tan corto. Sin em- mizado, mientras que las nominaciones ob-
bargo, es sabido que el ajuste psicosocial ne- servan la reputación que los individuos tie-
gativo está gobernado por múltiples factores nen frente al grupo de pares. Finalmente,
ambientales, genéticos y biológicos (Ahadi este estudio tiene repercusiones prácticas, ya
& Diener, 1989). En lo relativo a los tama- que se observó que en el bullying existe una
ños del efecto, eran similares a los de los es- dinámica de variabilidad temporal en breves
tudios transversales en los relativos a la vic- períodos de tiempo, por lo cual futuras in-
timización y los problemas emocionales, lo vestigaciones deberían examinar qué facto-
res (individuales, sociales o ambos) son los para las actividades de intervención para re-
que explican el cambio en el rol de víctima ducir el acoso.
o agresor, lo cual sería de gran relevancia
Tabla 1
Medias y desvíos típicos de depresión y ansiedad según el rol de ser víctima o no en los tres
tiempos
Tabla 2
Medias y desvíos típicos de conducta antisocial y agresividad según el rol de ser agresor o no
en los tres tiempos
Tabla 3
cargas y significación de los senderos entre ser victimizado, depresión y ansiedad en los tres
tiempos
Tabla 4
cargas y significación de los senderos entre bullying, agresividad y conducta antisocial en tres
tiempos
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