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Portada
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Disclaimer
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Créditos
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Contenido

Disclaimer ................ 2 7. Riley ..................... 85


Créditos ..................... 3 8. Aegir ................. 104
Sinopsis ..................... 5 9. Riley .................. 116
1. Riley ....................... 6 10. Aegir ............... 131
2. Aegir .................... 19 11. Riley ............... 143
3. Riley ..................... 30 12. Riley ............... 150
4. Riley ..................... 47 13. Aegir ............... 162
5. Aegir .................... 58 Epílogo: Aegir ..... 170
6. Aegir .................... 70
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Sinopsis

¡Mi servidumbre por contrato casi ha terminado y la


libertad está a un latido del corazón!
Hasta que un tipo alienígena me compra porque necesita
una niñera, rápido. ¿Qué diablos? Ni siquiera soy buena con
los niños. Nunca he cambiado un pañal en mi vida. Pero los
seres de la agencia de empleo no me escuchan. Las “H-
umanas” son tendencia ahora mismo. Todo el mundo quiere
una niñera “H-umana”. ¡Genial! Y como no hay otra humana
disponible... me contratan en el acto.
Sí, a mí.
Y el primer día de mi nuevo trabajo tengo un ataque de
pánico porque finalmente conozco a mi nuevo jefe y se parece
al mismísimo Satanás. No es una mentira. Cuernos negros,
ojos oscuros, piel roja y brillantes garras con puntas
plateadas. Incluso tiene una cola con púas, una lengua bífida y
respira fuego. Este tipo es aterrador, y sus hijos se ven
exactamente como él.
*Se escuchan las palpitaciones del corazón*
*Está hiperventilando*
Y, sin embargo, mientras cuido a estos extrañamente
adorables bebés y miro con anhelo a mi jefe, rico y loco,
mientras acuna a sus bebés gemelos en sus enormes y
musculosos brazos... mi corazón traidor se acelera y mi
cuerpo se calienta como la lava.
¡Oh, no!
Y comienzo a preguntarme... ¿he vendido mi alma al
diablo?
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1. Riley

—Sabes que esta agencia no es más que una fachada para


que firmen seres para la servidumbre por contrato, ¿verdad?
Mi “representante de Atención al Cliente” en la agencia de
empleo baja su tableta de vidrio de mano y estrecha sus ojos
saltones hacia mí. Está completamente harta de mis
comentarios de sabelotodo: —Rrrriley —sisea mi nombre a
propósito—. ¿Qué te importa? Nuestras prácticas comerciales
ya no son de tu incumbencia. Ya casi has terminado.
Aprieto la mandíbula y miro alrededor de la ocupada
oficina. Sí, estoy a un latido de la libertad. Hoy es mi último
día de trabajo para estos embaucadores. Mis maletas están
hechas. Tengo un billete de salida del planeta. ¿Por qué mecer
el bote? Pero mecer el bote es mi especialidad. Puede que esté
callada la mayor parte del tiempo, pero cuando veo errores
que corregir, hablo claro. Por lo tanto, me inclino hacia
adelante: —Me inscribí en su agencia pensando que estaría
aquí un año y en cambio ustedes han tomado los últimos
cinco años de mi vida.
La Creekan detrás del escritorio deja salir un sufrido
suspiro de burócrata que sabe exactamente lo que está
pasando pero que no le importa una mierda. Además, ya me
ha escuchado quejarme sobre este tema incontables veces: —
Tómala —dice, tratando de pasarme la pantalla de mano—,
sólo firma y autoriza los malditos documentos de salida y
ambas iremos por caminos separados.
Oh, ¿no le gustaría eso? Huh. En el momento en que me
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instale en mi nueva habitación en Omega 9 y tenga algo de
dinero extra en mi cuenta, voy a presentar una demanda
colectiva fuera de este lugar: —He trabajado para esta
agencia durante cinco años —repito—, y sigo enojada porque
ninguno de ustedes tuvo la decencia de disculparse por lo que
me pasó.
—¿Discúlpanos? ¿Discúlpanos por qué? ¿Es mi culpa que
hayas firmado un contrato sin leerlo? El contrato que firmaste
decía claramente que...
Mi barbilla golpea mi pecho. Ni siquiera puedo escuchar
esta mierda.
En el momento en que los humanos se convirtieron en
ciudadanos de los cuatro sectores, esta “Agencia de Empleo
Intergaláctica” bajó en picado a la Nueva Tierra y abrió una
oficina emergente en la plaza más concurrida de Singapur. Yo
era tan joven y desesperada que grité de alegría cuando
escuché su discurso y me inscribí en el acto. Prometieron que,
si les daba un año de “trabajo honesto”, me darían un buen
bono y un pasaje gratis a cualquier lugar que quisiera en los
cuatro sectores. Eso sonó fabuloso. Era una huérfana sin
perspectivas, ¿qué era un año en el que podía dejar atrás mi
planeta atrasado y empezar de nuevo en otro lugar? Todos
sabían que los mejores trabajos estaban fuera del planeta. Yo
solo tenía en mente “inscríbeme”. Por supuesto, resultó ser
una estafa total.
Olvidé la regla número uno en la vida: Si suena
demasiado bueno para ser verdad, no lo es.
Al menos estos seres no eran traficantes sexuales; les doy
crédito por eso. La agencia realmente me proporcionó un
trabajo honesto. Su especialidad es la contratación de puestos
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de ayuda doméstica difíciles de llenar en los lejanos y
distantes sectores: niñeras, asistentes, atención médica en el
hogar, hospicio en el hogar, limpiadores de casa, cocineros en
el hogar, etc., etc.
Y resulta que me gusta mucho el trabajo que me han
dado. El trabajo nunca ha sido mi problema. Mi queja es que
me pagan una miseria por todo mi duro trabajo y se embolsan
el resto. Estoy totalmente jodida. Esta agencia me está
desangrando. Hago todo el trabajo duro en el campo y ellos se
llevan la mayor parte de mi dinero. Y eso no es jodidamente
correcto, ¡carajo! Esto es exactamente por lo que digo que no
es más que servidumbre por contrato.
Descubrí su estafa después del final de mi primera
colocación. Me deslomé cuidando al patriarca anciano de una
familia de Surrelian, asegurándome de que su cuidado
estuviera coordinado y que estuviera tan feliz y cómodo como
fuera posible. Fue un buen trabajo y descubrí que me
enorgullecía saber que estaba haciendo amistad y ayudando a
alguien que claramente necesitaba mi ayuda. Y un año
después, cuando el puesto terminó tristemente porque mi
cliente había fallecido, pensé que era el final de mi contrato.
Pero entonces, como le gustaba tanto a la familia para la que
trabajaba (lo cual era muy, muy dulce por su parte) dejaron
una calificación de cinco estrellas en el perfil de mi agencia
junto con una larga carta de agradecimiento. Y de repente era
la empleada número uno de la agencia. ¡Uh, oh! Y entonces la
letra pequeña que no sabía que existía en mi contrato
empezó. Aparentemente, sólo me libera de mis obligaciones
contractuales si no se me solicita. Si me solicitan, entonces
pueden continuar colocándome. Indefinidamente.
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¡Joder!
¿Como si lo hubiera sabido?
Y para ser sincera, saberlo no habría cambiado mi trabajo
de todos modos. Mi amiga Chloe dice que es culpa mía, esta
lealtad ciega que tengo hacia mis clientes, pero no puedo
dejar de ser quien soy. Me preocupo por mis clientes y quiero
que tengan lo mejor. Así que, este patrón continúa una y otra
vez. Hago un buen trabajo, hay una crítica brillante, me
solicitan y me colocan en un nuevo puesto. Cada vez que me
quejo en la oficina principal sobre el hecho de que siguen
dándome prórrogas en mi horario, obtengo una variación en
la misma línea, “Firmaste el contrato. No es culpa nuestra
que no leas la letra pequeña. La próxima vez, haz que un
abogado lo revise antes de firmar”. Sí, como si tuviera un
abogado contratado. Y siempre parecen tan apenados cuando
lo dicen, como si sus manos estuvieran atadas y desearan
poder ayudar, pero, “usted firmó el contrato”.
Finalmente me di cuenta de sus trucos. No es culpa de mi
cliente que esté atado por un contrato de mierda. Nunca me
he quejado de ello, no necesitaban oír mis historias de “ay de
mí”. Siempre hago lo mejor para mi paciente y les doy todo lo
que tengo. Guardo mi ira y mi resentimiento para la oficina
principal.
Pero forjé una amistad genuina con la impresionante hija
adulta de mi cliente más reciente, el patriarca de una noble
familia Xylan. Y cuando llegó el momento de irme, le pedí que
por favor me diera una terrible reseña y la publicara en el
perfil de mi agencia. Después de que superó su shock y horror
ante mi extraña petición, dudó en hacer lo que le pedí, y el
peso de su “mala crítica” funcionó como un encanto. Eso fue
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todo, nadie quería a la humana que había recibido una
calificación de una estrella por la Casa Ulmath.
—H-umana, firma aquí y serás libre —suspira la Creekan.
Me acerco y de repente una luz roja comienza a sonar en su
pantalla—. ¡Uh, oh! —La escamosa ceja de la burócrata se
frunce y ella tira de la tableta hacia atrás y examina la alerta.
—¿Qué pasa? —Pregunto, cuando el miedo golpea mi
estómago. Una luz roja parpadeante nunca es algo bueno.
Ella mira hacia arriba con una mueca: —Se te pide de
nuevo.
Salto de mi silla: —¡No! —No hay una maldita manera. No
después de todo mi cuidadosa planificación y trabajo duro.
¿Cómo es posible?
Las espinas de sus hombros se desploman: —Sí. Hay una
necesidad inmediata de una H-umana, y.… —Su garra se
desliza por la pantalla mientras busca desesperadamente a
alguien que no sea yo para ocupar este puesto—. Eres la única
h-umana disponible ahora mismo.
¿Qué carajo? Esto no puede estar pasando: —No.
Cámbialo, dale el trabajo a otro.
—No puedo cambiarlo. La pantalla está bloqueada. No
tengo derechos de administración.
—Pero ya he hecho las maletas —gimoteo mientras me
siento de nuevo en mi silla y miro la maleta roja que compré y
empaqué esta mañana—. Puse un depósito para un
apartamento...
—Lo siento, Riley, pero el contrato es claro.
Rechino los dientes. Un enorme guardia de seguridad de
Cuernos Verdes llega y se coloca en silencio en la puerta. Sí,
será mejor que pidan refuerzos. Esto es una mierda. Levanto
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mi barbilla: —¿Qué tipo de trabajo es?
—Una niñera.
Me levanté de mi silla otra vez: —¿Una niñera? No me
ocupo de bebés, me ocupo de geriatría —Ellos lo saben. Me
especializo en el cuidado de los ancianos. Coordino el
cuidado, me aseguro de que se cumplan las citas y se siga un
horario, y se administren los medicamentos o la terapia
correctos. Siempre conozco el panorama general y me
aseguro de que mi cliente esté feliz y cómodo. Soy buena en lo
que hago, y las familias siempre se sienten aliviadas al saber
que su pariente está recibiendo un cuidado excelente. De
hecho, estoy planeando hacer una carrera de esto. Estoy a
punto de continuar mi educación en el codiciado Instituto de
Geriatría en Omega 9.
La Creekan se encoge de hombros: —No hay mayor
diferencia entre esta nueva asignación y tus anteriores
colocaciones. Todavía estás totalmente cualificada. Las H-
umanas son bien conocidas por sus habilidades en proveer
compasión y cuidado tanto a los jóvenes como a los viejos.
Parece ser algo natural en tu especie.
Me quedo con la boca abierta: —Pero yo...
Y en ese momento, una gerente de oficina con los ojos
desorbitados pasa por delante del guardia y se mete en el
cubículo. Se queda sin aliento y tropieza en su prisa mientras
corre hacia el escritorio de la Creekan: —Necesitamos una H-
umana para ocupar un puesto de niñera inmediatamente —se
calla—. ¿Tenemos una H-umana en la oficina ahora mismo?
Mi representante Creekan me señala con una garra.
¡Oh, diablos!
La gerente se da la vuelta con una sonrisa encantadora
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pegada en su cara y luego ve que soy yo y su expresión cae en
picada. Se agarra al final del escritorio y literalmente parece
que está a punto de llorar.
Intento no sonreír, pero es difícil. Oh sí, todos me
conocen aquí. Me he enredado con esta mujer muchas veces
en el pasado. Me siento y cruzo las piernas.
Sus labios escamosos son finos, sus fosas nasales se
abren y se gira para encontrarse con la mirada de mi resuelta
representante: —Cueste lo que cueste —ella se agarra—.
Necesitamos a Riley Anderson en esta posición. Un rico
Hyrrokin acaba de solicitar la necesidad inmediata de una
niñera H-umana. Si actuamos rápido, podemos ser las
primeras en asegurar el contrato.
La Creekan inhala y sus grandes ojos brillan con avaricia:
—¿Un Hyrrokin? —exhala, como si ya pudiera imaginar su
bono.
—Sí. Todos los seres ricos de los cuatro sectores sólo
quieren hu-manas cuidando a sus hijos. Las niñeras H-
umanas están de moda ahora mismo.
Ambas ponen los ojos en blanco ante las locas demandas
de los ricos y mimados.
¡Eh!
Entonces ambas se giran para mirarme de nuevo.
La gerente cruza sus brazos y estrecha sus ojos: —¿Qué
se necesita para que aceptes esta última asignación? —
pregunta.
—No trabajo con bebés —señalo—. Nunca he cambiado
un pañal en mi vida. Tal vez ni siquiera soy buena con los
niños. ¿Has pensado en eso?
Se encoge de hombros, tan despreocupada como la
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representante: —Lo harás bien. Tus habilidades se
transferirán a la nueva asignación.
Dejo escapar un resoplido de agitación.
—¿Qué es lo que quieres? —pregunta ella.
¿Qué es lo que quiero? ¡Oh, vaya! ¿Quiere que le haga una
oferta? Nunca me hablan así. Parpadeo y me recuesto en mi
asiento. Esto es como ganar la lotería. Tal vez debería
tomarme esto un poco más en serio: —¿Hago este último
trabajo y eso es todo? —Cuestiono— ¿No más sacudirme y
extender mi contrato?
—Sí.
—Hmm —Pienso en ello un segundo. Tal vez debería
seguir adelante y tomar esta última colocación. No por ellas,
sino por mí... y por Chloe. He estado tratando de encontrar
una manera de llevar a mi mejor amiga conmigo a Omega 9
durante meses, pero ha estado financieramente fuera de mi
alcance. Tal vez esto finalmente haga el truco. Pero ni siquiera
soy una niñera y tendré que perder un semestre o dos en el
Instituto para tomar este trabajo... entrecierro los ojos. Si me
quieren, tendrán que pagar—. Está bien —digo—. Lo haré si
triplican mi bono de salida.
—¿Triple? — ella chilla.
—Sí, triple —respondo con una voz firme—. Y quiero
que pagues el viaje de transporte hacia y desde mi próxima
misión, no más de esta basura de 'la litera más barata que
puedas encontrar' por la que me has estado haciendo pasar.
Y quiero una actualización del apartamento en Omega 9 a un
cuarto de familia. Si haces esas tres cosas, las cuento con los
dedos, triplicaras mi bonificación, el transporte y mejoraras
mis habitaciones, entonces haré este trabajo por ti. De hecho,
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puedo empezar ahora mismo si quieres.
La gerente traga con fuerza, el sudor se le acumula en la
frente: —Es un trato.
Vaya, estoy un poco sorprendida de que haya ido a por
todo eso. Incluso yo pensé que era un poco demasiado. El
viaje en el transportador solo es extrañamente caro. ¿Pero
qué tengo que perder? Si dicen que no, entonces mi contrato
se acaba ahora mismo y soy libre. Pero si hago este último
trabajo, puedo patrocinar a Chloe. Ya estoy imaginando el
apartamento de dos dormitorios con vista al jardín con mi
mejor amiga como compañera de cuarto. Será encantador.
Pero... no confío en estos seres hasta dónde puedo
arrojarlos. Y ni siquiera puedo recogerlos: —¿Cómo sé que no
me fastidiarás? —pregunto.
—Firmaremos un nuevo contrato.
Me inclino hacia atrás en mi silla y sonrío: —Sólo después
de que haya sido revisado por mi abogado primero.
★★★

No pienso en preguntar quiénes son los Hyrrokin y cómo


es su planeta natal hasta que me envían a mi siguiente
misión.
Así de nerviosa estoy.
En serio, ¿qué tan malo puede ser? Estoy acostumbrada a
trabajar con una variedad de especies diferentes. En mis cinco
años en la agencia he trabajado con Creekans, Xylan,
Surrelian, Green-horns e incluso una familia de Hurlian. He
aprendido que sólo porque un ser se vea diferente a mí no
significa que no tengamos cosas en común. Todos los seres
viven, ríen, trabajan, odian, aman, comen y duermen. Todos
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quieren las mismas cosas: ser amados y comprendidos. Cuido
a cada cliente como me gustaría que alguien cuidara a mi
propio abuelo, o como esperaría ser cuidada algún día si
requiriera cuidados. Respiro profundamente y me doy cuenta
de que cuidar a este bebé Hyrrokin no será tan diferente.
Cuidaré de este bebé como querría que se cuidara a un hijo
propio. La misma regla que he usado antes sigue vigente, y
esto es extrañamente reconfortante.
Camino por la estación del transportador, tratando de
actuar como si perteneciera. Mis tacones hacen clic en los
pisos brillantes y trato de no mirar a todas las celebridades
que poseen ropa de diseñador y otros VIP que pasan con su
séquito de seguridad. Vaya. Me muevo en silencio y camino
por el costado del pasillo mientras me dirijo a mi propia área
de carga.
Al menos por una vez me tomé un tiempo con mi
apariencia.
Llevo una bonita camiseta de tirantes, unos elegantes
vaqueros y unas sandalias. Ayer me di un tratamiento de spa,
algo que nunca antes había hecho en toda mi vida. Me hice un
tratamiento facial, cera, exfoliación y un masaje corporal
completo. Fue bastante agradable. Incluso me corté el pelo y
me pinte las uñas de rosa brillante. Mi ropa se ajusta a mi
forma, dejando mis amplias curvas y brazos regordetes
expuestos. Me pavoneo por el pasillo, tratando de parecer
"genial" como si fuera originaria del planeta. Normalmente
no me molesto con todo esto; vivo en bata y zapatos cómodos.
Pero ayer decidí que necesitaba un cambio. Es hora de que la
larva salga de su caparazón y vuele libre a Omega 9.
Envié un mensaje a mi consejera estudiantil del Instituto
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de Geriatría y me dijo que no había problema, que podía
retrasar mi fecha de inicio y unirme al principio del próximo
semestre, o incluso al año siguiente si era necesario. Y pude
recuperar el depósito de mi apartamento y unirme a la lista
de espera para las habitaciones familiares. ¡Uf! Tengo toda
una carrera, y una vida real esperando por mí. Un lugar donde
finalmente puedo tomarme el tiempo para encontrar un
novio que me ayude a librarme de esta molesta virginidad
técnica.
Aunque primero, está este último trabajo con el que hay
que lidiar.
Doy golpecitos en mi tableta de vidrio. Hmmm. La
agencia no me ha enviado la información educativa normal
que suministran antes de todas mis tareas. ¡Oh, bueno!, al
menos he pasado por la enfermería y el traductor de idiomas
apropiado está implantado en mi cerebro, y me dieron las
vacunas correctas, así que estoy lista. Bueno, tan lista como
sea posible para un trabajo para el que no me siento
preparada.
Resoplo.
¿Bebés?
Nunca he cambiado un pañal en mi vida. Esto va a ser
muy difícil.
Un guardia revisa mi boleto y me lleva a una elegante sala
de transporte. Es lujosa, con asientos bonitos y miembros del
personal sonrientes. Alguien toma mi maleta y la pone a mi
lado, mientras otro ser comienza a explicarme los
procedimientos. Me paro sobre el disco de luz mientras ellos
amablemente enumeran qué esperar durante este transporte,
asegurándome de su perfecto registro de seguridad y los
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milagros de un viaje instantáneo. Les hago saber que estoy
lista y pronto comienza una cuenta atrás, y cuando termina se
forma un cosquilleo en mi vientre y lo siguiente que sé es que
estoy disuelta sin dolor en una dispersión de átomos, volando
a través del espacio profundo, y que soy reensamblada en
otro disco de luz en el lado opuesto de los cuatro sectores. En
un abrir y cerrar de ojos estoy en una sala de transporte
completamente diferente en el otro lado del universo.
Funcionó. Vaya, podría hacerme adicta a esto.
En cuestión de segundos estoy razonablemente alerta.
Me concentro en el agarre de mi maleta roja, necesitando de
alguna manera la comodidad de saber que todavía tengo
todas mis cosas. Respiro profundamente. ¿Qué pasa después?
¿Tengo que esperar a que me digan que me baje del disco, o
me bajo cuando esté lista?
Escucho sonidos. Mi visión todavía no es perfecta. Espero
pacientemente a que regrese; el miembro del personal me
dijo que esperara unos segundos de retraso en la entrada
sensorial. Debe haber trabajadores aquí en esta habitación
también como los había en la otra habitación, ¿verdad?
¿Y cuándo me encuentre con mi nuevo empleador?
Normalmente, en anteriores misiones, cuando salgo de la
nave, veo a alguien entre la multitud con una pantalla de
vídeo personal parpadeante con mi nombre. A veces es mi
jefe actual, un miembro de la familia de mi cliente, pero
normalmente es otro empleado del personal. Siempre hay
alguien ahí, sin embargo, para conocerme, pero esta vez estoy
trabajando para una pareja de enamorados. ¿Estarán los dos
aquí, o enviarán a alguien más a recogerme? ¿Estaría el bebé
aquí también? Es tan confuso. Además, ¿qué pasa si hago un
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trabajo terrible? La pareja que me contrató cree que las
humanas son las mejores niñeras, pero ¿y si soy la única
niñera humana mala? Podría resultar una completa
vergüenza para toda mi especie y profesión.
Me muerdo el labio y respiro profundamente otra vez.
—¿H-umana? —una voz profunda pregunta— ¿Riley
Anderson?
Me vuelvo hacia el ser que dijo mi nombre. Me gusta esta
voz. El timbre es agradable y reconfortante. Y cuando mi
visión finalmente se aclara, puedo ver todo a mí alrededor
con una claridad cristalina. Mis ojos se estrechan en la
enorme forma que está frente a mí. Pestañeo y me concentro.
De mi garganta salen sonidos de asfixia.
Y tengo serias palpitaciones del corazón. ¿O estoy
hiperventilando?
Una espantosa cara roja como la sangre con ojos negros
brillantes y cuernos puntiagudos en la frente está frente a mí.
Colmillos como de daga pasan por sus labios negros y una
cola de púas se mueve en el aire detrás de ella.
¿Morí en el transporte?
¿Llegué al infierno y este es Satanás?
—¿H-umana? —me sisea con una lengua bífida.
Grito y todo se oscurece.
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2. Aegir

Bergelmir deja escapar un resoplido de desaprobación.


Miro a mi hermano: —¡Cállate! —gruño. Y luego vuelvo a
mirar a la suave humana que he cogido en mis brazos. La
hembra que me miró una vez, gritó y se desmayó.
La habitación se llena de risas estridentes y me doy la
vuelta para ver al equipo de la estación imitando el grito
agudo de la humana, fingiendo desmayarse como ella lo hizo.
Piensan que su reacción a mi apariencia es divertidísima.
Incluso Bergelmir está moviendo los labios por sus
payasadas.
Por alguna razón esto me hace enojar. No lo encuentro
nada divertido. ¿Cómo se atreve el personal del transportador
a burlarse de mi humana? Expando mi pecho, dejo salir un
gruñido y una bocanada de humo negro escapa de mis fosas
nasales.
Eso los calla rápidamente.
La humana en mis brazos suspira y murmura, y
enseguida ignoro a los demás. Tiene una forma similar a la de
mi especie, lo que significa que noto sus muslos gruesos y sus
exquisitas curvas. Un brillo de algo llamado "cabello" cubre
la parte superior de su cabeza y cae sobre sus orejas
redondeadas. Curiosamente carece de cuernos, escamas, cola
o garras y está desprovista de color, pero esto no le quita
nada a su adorable y exótica apariencia. Tal vez debería
llevarla a uno de los asientos de la pared, pero por alguna
razón disfruto de su suave peso en mis brazos. Se siente...
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bien.
Sus brillantes ojos se abren en un parpadeo. Puedo decir
que recuerda lo que pasó porque chirría de horror, se pone
rígida en mis brazos y empieza a alejarse. La dejó ir y la ayudo
a ponerse de pie.
Estoy extrañamente decepcionado por la pérdida de su
toque.
—¿Riley Anderson? —Pregunto de nuevo.
—Sí —responde ella—, esa soy yo.
Sus ojos son tan azules, que no puedo dejar de mirarla.
—Yo... lo siento, por eso —dice, respirando
profundamente, tratando de calmarse—. No pude evitarlo —
Sus ojos se mueven alrededor de la habitación, tomando
conciencia de la apariencia de todos los otros machos y de la
otra hembra alrededor. Parece asustada.
—¿Por qué estás asustada? —Pregunto— Nadie aquí te
hará daño. Estás a salvo —¿Todos los humanos son tan
tímidos?
—Simplemente, um, no sabía qué esperar. No me lo
dijeron antes de que yo... —Ella mueve la mano hacia el disco
transportador como si eso lo explicara todo, pero todavía
estoy completamente confundido— Y entonces no sabía que
estarías... —me señala con la mano— No sabía que te verías
así, ya sabes...
No, no lo sé.
—¿Eres mi nueva niñera? —Pregunto, cambiando de
tema. Asumí que la agencia enviaría a una humana más vieja y
madura. Pero en vez de eso, la joven que tengo delante es
puro y potente sex-appeal, como si hubiera sido creada
perfectamente según mis especificaciones para la pareja
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perfecta.
¡Oh, diablos!
—Sí —Ella suelta un poco de aire—. Sí, lo soy.
Gruño y mi mirada se desliza por su amplio pecho.
Rápidamente fuerzo mis ojos de regreso hacia su suave cara:
—Bueno, entonces has llegado al lugar correcto. Soy Aegir
Touchstone, bienvenida al planeta Tarvos.
Sacude la cabeza como para aclarar sus pensamientos y
luego fuerza una sonrisa en sus labios perfectamente
carnosos: —Gracias, Señor Touchstone, es un placer
conocerle.
Me gusta el ligero acento que tiene cuando habla mi
idioma.
—Y de nuevo, siento mucho mi reacción inicial. Ya me
siento mucho mejor.
—Llámame Aegir —gruño, centrándome en lo mucho que
quiero mi nombre en sus labios, siempre.
—Aegir —repite.
El calor se extiende en mi pecho.
Y entonces mi hermano lanza un gruñido impaciente por
detrás de mí, interrumpiendo mi ensueño. Frunzo el ceño y
señalo: —Este es mi hermano, Bergelmir —le informo. Y
luego tomo el asa de su maleta y coloco mi otra garra en su
pequeña espalda—. Hemos venido para llevarte a mi casa
para que conozcas a mis hijos —le digo.
—¡Oh, bien! —responde con un susurro que
inmediatamente hace que mi polla se engrose en mis
pantalones.
Nunca antes había sentido esta atracción por nadie. En la
última década sólo he disfrutado apareándome con dos
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mujeres diferentes, y las dos veces estaba borracho. Después
de dejar el ejército, he vivido solo y había empezado a pensar
que no estaba destinado a encontrar una destinada. Y aun así
esta hembra está encendiendo cada instinto de apareamiento
que nunca he tenido. Qué rápido cambian las cosas.
★★★

La guío fuera de la sala del transportador, sabiendo que


esta hembra va a causar estragos en mi vida. Y aun así estoy
esperando el desafío.
Mi sexy nueva niñera se desliza en el asiento delantero de
mi brillante vehículo deportivo Serie X. El contraste de su
pálida piel contra el implacable interior negro es fascinante.
Este vehículo es el único derroche que me he permito, pero
noto que apenas caben tres seres adultos y su equipaje. Mi
humana va a necesitar un vehículo más grande para ella y
para mi descendencia. Decido comprarle uno
inmediatamente.
Riley está tranquila durante el viaje a casa. Pasa el tiempo
con la boca abierta, mirando por la ventana las escenas de
paso por la capital de Tarvos. Esto es de esperar, ya que no
está acostumbrada a mi especie.
Mientras tanto, mi hermano está en silencio en el asiento
trasero, lo que también es normal.
Me detengo en la puerta de la comunidad donde resido.
El guardia nos registra y luego nos hace pasar. Me encanta la
seguridad aquí. Los famosos paparazzi de los cuatro sectores
no pueden entrometerse en mi privacidad mientras vivo en
medio de un vecindario tan fuertemente asegurado. Los
únicos otros seres con derechos exclusivos para entrar son mi
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madre y mi hermano, y si traen invitados, los guardias llaman
antes para confirmar.
Pronto añadiré a Riley Anderson a la lista.
Conduzco por la orilla del lago central, hasta que
finalmente llego a mi casa y estaciono el vehículo dentro del
aparcamiento. Vivo en una estructura de dos pisos de reciente
construcción con cuatro dormitorios y una oficina
especializada. Disfruto de vivir aquí. Por suerte no hay
necesidad de mudarse, porque incluso con la adición de mis
hijos y la niñera, todavía hay espacio para todos.
Salimos y conecto el vehículo en la toma de carga. Luego
tomo el equipaje de la hembra y caminamos hasta la puerta
que conecta el aparcamiento con la casa. Y escucho un grito
agudo.
—¿Qué es eso? —susurra la humana.
—¡Madre! —Bergelmir grita. Pasa a través de mí y
atraviesa el portal.
La humana grita.
La miro para asegurarme de que está bien y luego corro
detrás de mi hermano, evitando las astillas de la puerta
destrozada.
Llegamos al caos total.
El sofá está en llamas.
La mesa de Traq está destrozada.
Y no veo inmediatamente a mi madre y a mis hijos.
—¿Madre? —Bergelmir grita con desesperación.
—¿Kari? ¿Loge? —Grito.
—Estoy aquí. Lo siento. No te preocupes, todos estamos
bien. Los bebés están bien. Sólo estaba asustada, eso es todo
—comenta mi madre mientras se levanta del suelo. Tiene
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marcas de quemaduras en su ropa.
Mis hijos están en el suelo con ella. Empiezan a llorar en
cuanto oyen mi voz, y yo me agacho y cojo a un bebé y luego
al otro. Cuando los tomo a ambos en mis brazos se calman y
noto que cada uno de ellos tiene humo saliendo de sus fosas
nasales. Mis hijos son gemelos y ambos tienen sólo seis
semanas de edad y puedo ver que ya han adquirido sus
habilidades de iniciador de fuego y estoy muy orgulloso. Los
Touchstone Hyrrokin son famosos por su intemperante
lanzamiento de fuego. Mi descendencia no será diferente: —
Buenos bebés —los alabo.
Bergelmir apaga el fuego en el sofá y los robots de
limpieza llegan para limpiar los muebles rotos y arreglar la
puerta rota y las marcas de quemaduras.
—No te preocupes —le digo a la humana—. Esto pasa
todo el tiempo. Estamos acostumbrados.
—¿Los bebés Hyrrokin exhalan fuego?
—Todos exhalamos fuego.
—¡Dioses santos! —ella susurra.
Me acerco a ella. Se encuentra conmigo a mitad de
camino y estamos tan cerca que extiende la mano para rozar
un dedo a lo largo de la mejilla sedosa de Kari.
Mi humana me mira y me da una mirada acusadora: —
Creí que tenías un solo bebé.
—No, tengo gemelos. Déjame presentarte a Kari. Y este
otro demonio es mi hijo, Loge.
Ella se ríe y les dice: —Es un placer conocerlos a ambos.
Mi pecho se llena de nuevo de calidez por su hermosa y
genuina sonrisa. Sus dientes romos son encantadores. —¿Te
gustaría sostener a un bebé? —pregunto.
P gina 25
—Sí —responde sin dudarlo.
Pongo a Kari en sus brazos. Mi preciosa niña se acuesta
encantada en el pecho Riley y puedo ver que la hembra ya
está bajo su hechizo.
—¿Aegir?
—¿Hmm? —Respondo distraídamente.
—¿Aegir? —Levanto la vista para ver a mi madre
mirando fijamente entre mí y mi nueva humana.
—Oh, lo siento. Riley, ella es Bestla Touchstone, mi madre
y la abuela de los niños. Madre, esta es Riley Anderson, la
nueva niñera.
—Estoy tan feliz de conocerte —dice mi madre—. Por
favor, llámame Bestla, insisto.
Mi madre y Riley comienzan una fácil charla sobre los
bebés, sobre el encendido del fuego y sobre mi aparente
necesidad de comprar nuevos muebles no inflamables.
Levanto la cabeza y me encuentro con la mirada de mi
hermano. Él sonríe indulgentemente a las dos hembras
conversadoras. Yo siento exactamente lo mismo.
—¿Cuándo voy a conocer a su madre? —pregunta
inocentemente la humana.
Mi hermano hace un ruido en su garganta. Los tres nos
congelamos y nos miramos fijamente. Exhalo y admito la
vergonzosa verdad a la nueva niñera: —Su madre los ha
dejado.
—¿Dejarlos? ¿Está en un viaje de negocios? ¿Hay alguna
manera de que pueda comunicarme con ella para
presentarme y ponerla al día sobre sus progresos? Estoy
segura de que querrá saber cómo están.
Trago contra el incómodo nudo de mi garganta y miro a
P gina 26
Loge que gorgotea en mis brazos y a Kari, que mira con
satisfacción a Riley. Nunca, nunca planeé criar a mi
descendencia solo. Siempre quise encontrar primero una
destinada y luego intentar tener descendencia, no al revés.
Todavía me duele, cuando me recuerdan que mis hijos no
tienen una madre que los cuide: —Su madre los dejó en mi
puerta hace dos semanas. Nunca va a volver.
La boca de Riley se abre. Entiendo su shock. Incluso
cuando lo digo, todavía me resulta difícil de creer.
—Es verdad —mi madre está de acuerdo—, su madre
biológica nunca regresará por ellos. Pero está bien —Una
sonrisa ilumina su rostro—. No era una buena Hyrrokin de
todas formas. Y ahora que estás aquí, tenemos esto cubierto.
Una mirada desconcertada desciende sobre los rasgos de
Riley. Echa una mirada entre mi madre y yo y luego alrededor
de la casa: —Espera, ¿eso significa que Aegir no se ha
apareado? ¿Es un Hyrrokin soltero? ¿No hay una esposa o
madre en esta casa y estás criando a estos dos bebés tú solo?
—Sí, eso es exactamente lo que está pasando. Acabo de
descubrir que tengo descendencia y estoy tratando de criar a
estos niños. Por eso necesito una niñera.
—Pero... pero pensé que estaba siendo contratada por
una pareja para ayudarles con su único bebé.
Miro fijamente a sus amplios ojos azules: —No. Sólo soy
yo y tengo dos bebés. ¿Puedes manejar esto? —¿Va a
renunciar a nosotros e irse a casa?
Riley se muerde el labio lleno: —¿Sólo seremos tú, yo y
estos dos bebés viviendo juntos en esta casa solos? ¿Nosotros
cuatro?
Parece aterrorizada ante esta revelación. No la culpo. Yo
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también estoy asustado.
—Sí —asiento—. Nosotros cuatro.
—Bien —ella exhala—. Bien.
★★★

Dos horas después mis gemelos se han acostado para una


siesta y la humana está en sus habitaciones, descansando.
Bergelmir regresó al trabajo y mi madre está empacando y
preparándose para salir. Tengo que admitir que estoy
aterrorizado de quedarme solo con la humana.
—¿Es este un buen plan? —Me quejo en voz alta.
—¡Oh, por favor! —Responde Bestla— Por supuesto que
es un buen plan, sólo tienes que darle una oportunidad.
—Pensé que la niñera iba a ser mayor —Asumí que
estaba contratando a un humana similar a mi propia madre,
una mujer madura que cuidaría a los bebés y me instruiría en
su cuidado. De hecho, imaginé que esta nueva niñera se haría
rápidamente amiga de mi propia madre. En cambio, hay una
joven sexy y apetecible mujer en mi casa y estaré viviendo
con ella día tras día. Y no puedo tocarla porque es mi
empleada y, además, no soy legalmente libre de buscar otra
pareja.
—Es joven, pero ha sido enviada por la mejor agencia de
empleo de los cuatro sectores. Piensan que es excelente en lo
que hace, así que trata de mirar más allá de su juventud y
enfócate en sus conocimientos y habilidades.
—¿Por qué no pudimos contratar a una niñera Hyrrokin?
—Ya hemos hablado de esto, Methone dijo...
—¿Methone? —Dejo salir una gran exhalación. Mi madre
es famosa por seguir cada sugerencia de su mejor amiga—
P gina 28
Ella no lo sabe todo.
—Sí que lo hace. Methone sigue todas las tendencias y
dice que las mejores niñeras son las humanas. Las humanas
son los mejores cuidadores de niños y ancianos porque son
conocidas por sus habilidades naturales de cuidado.
Yo niego con la cabeza: —Me criaste y salí bien.
Mi madre me sonríe con indulgencia: —Sí, lo hice. Pero
no puedo darle a Kari y a Loge toda mi atención. Tengo una
carrera muy ocupada y también tengo a tu abuela viviendo
conmigo. A tu padre le hubiera encantado ayudar si todavía
estuviera aquí, pero... —Su voz se quiebra—. No lo está. Si
tuvieras un bebé, tal vez no necesitaríamos esta niñera, pero
como tienes estos dos adorables niños, es hora de tirar la
toalla y admitir que necesitamos ayuda.
Asiento de acuerdo. Sólo he tenido a Kari y a Loge
durante dos semanas y estamos todos agotados. Bergelmir,
Madre e incluso Methone han trabajado mucho para
ayudarme con esto, pero me preocupa que los bebés no
parezcan perfectamente felices. Siempre están a punto de
llorar por alguna necesidad que no puedo satisfacer. Y tener
una niñera significará que puedo volver al trabajo, sabiendo
que mis hijos están siendo atendidos con cuidado. Mi negocio
no funciona por sí mismo, y tratar de trabajar en los límites
del día mientras duermen la siesta no es suficiente.
¿Qué piensa la nueva niñera de mí? Ella es una
profesional aquí para hacer un trabajo. El placer de aparearse
con su empleador no está en su lista de tareas. Pero, después
de descubrir que no estaba aquí para trabajar para una pareja
con un bebé, pareció tomar las cosas con calma. Está lista
para intentarlo, y si ella lo está, yo también.
P gina 29
—Nada de esto es tu culpa —me recuerda mi madre—.
Pero es lo que es y vas a tener que hacerlo lo mejor que
puedas.
Un gruñido retumba en mi pecho.
—Hacer lo mejor para tu descendencia significa contratar
a una niñera. No es posible que puedas cuidar de estos dos
bebés por tu cuenta. Sé que quieres lo mejor para Kari y Loge,
y esta humana es lo mejor. Ella ya parece estar creando lazos
con ellos.
Tiene razón, pero ¿cómo puedo vivir con esta mujer que
me atrae cuando estoy legalmente ligado a otra? No puedo
tocar a esta humana y eso me va a matar.
P gina 30

3. Riley

Tiro una pila de ropa en la cama, enfadada e insegura de


si estoy bien con esta colocación o no. Dije que lo estaba,
pero...
Esto no es nada de lo que pensé que sería.
Estoy muy, muy avergonzada de mi reacción inicial a
Aegir. ¿Cómo puede perdonarme por actuar tan poco
profesional? Grité y me desmayé como si mi jefe fuera algo
salido de un vídeo de terror. Patético. Si la agencia no
estuviera tan desesperada, deberían despedirme en el acto. Es
un poco intimidante la confianza que Aegir, su madre y su
hermano depositan automáticamente en mí. Creen que soy
una especie de profesional con los bebés simplemente porque
soy humana.
Además, pensé que estaba siendo contratada por una
pareja que estaba súper ocupada y viajaba mucho, por lo que
necesitaban una niñera. Por lo que yo sabía, tal vez iba a ser la
segunda niñera de la casa y había niños mayores. Pero en vez
de eso soy la única niñera, no hay madre en esta casa y voy a
trabajar sola con Aegir y sus dos bebés que exhalan fuego.
Nadie más estará con nosotros como amortiguador. Ningún
chef, ninguna ama de llaves, ningún jardinero, ninguna otra
familia, nadie más que nosotros. Nunca he vivido en una
situación como esta, tan aislada con mi cliente. ¿Esto es bueno
o malo? No lo sé.
Me quedo sin aliento, recordando la visión del sofá en
llamas. En el momento en que los dos hombres supieron que
P gina 31
su madre y los bebés no estaban en peligro, dejaron de ver el
fuego como un problema. Bergelmir apagó las llamas con una
ráfaga de viento de su propia boca y se alejó. Aparentemente,
los bebés causaron el incendio... Aegir elogió a los bebés y
siguió con las presentaciones como si no fuera gran cosa.
Todavía no puedo creerlo. Nadie dijo nada sobre tener
que cuidar de dos bebés.
Yo puedo hacer esto. Puedo hacerlo. Puedo hacerlo.
Bebés que exhalan fuego. No es gran cosa, ¿verdad?
Pienso en el triple bono que me permitirá patrocinar a
Chloe. Además, estos bebés necesitan mi ayuda. Aegir
realmente necesita mi ayuda. Conoció a sus bebés hace dos
semanas cuando su madre los dejó en su puerta, ya que no los
quería.
¡Oh, maldita sea!, por supuesto que me quedo.
Recojo mi anodina bata rosa y mis cómodos zapatos
azules y los coloco en el fondo del armario. Este fue mi
uniforme de trabajo durante los últimos cinco años. He
comprado varias versiones de este mismo traje para cada
puesto. Pero esta vez todo es diferente. Me he cortado el pelo
y me he hecho las uñas. Y de repente la ropa que siempre usé
no es la que quiero utilizar para esta asignación en particular.
Hago una pausa, miro la puerta y luego continúo
desempacando. Reviso mi maleta y encuentro las pocas cosas
que tengo que no son uniformes. Había planeado comprar un
nuevo guardarropa después de mudarme a Omega 9, pero
hasta ahora la única ropa nueva que tengo es la que usé hoy.
Busco algo cómodo para cambiarme que muestre mis
curvas. ¿Tal vez un poco de escote? Me muevo y me paro
frente al espejo de cuerpo entero y veo como me queda la
P gina 32
camiseta que me estoy probando. Me gusta cómo resalta mi
pecho y se ciñe en la cintura. Sí, soy rellenita, pero también
soy fuerte y saludable y tengo mucha energía. Mi peso nunca
me ha impedido recibir miradas acaloradas y ofertas de citas
o apareamiento por placer. Nunca antes he animado a nadie
ni he actuado sobre ningún sentimiento. He estado ocupada
con mi trabajo, siempre sabiendo que cada colocación era
temporal.
Me muerdo el labio, escandalizada por mis propios
pensamientos. ¿Por qué de repente me importa tanto cómo
me veo mientras trabajo? Limpio y apropiado es lo que suelo
ponerme para trabajar. ¿Podría ser que... que me atraiga mi
jefe? ¿Atraída por el hombre que se parece al mismísimo
Satanás? ¿El hombre al que vi una vez, grité y se desmayé?
¡Oh, dioses!, no.
Me pongo de pie, tratando de aliviar el calor y la
humedad entre mis muslos.
¿Qué tan poco profesional puedo ser?
Nunca, ni una sola vez he sentido deseo por uno de mis
empleadores, o incluso por un compañero de trabajo. He ido
brincando de una asignación a otra y he trabajado con
muchas familias diferentes y su extenso personal doméstico y
nunca he tenido sentimientos como este. Amistad, sí.
¿Atracción? No.
Aegir tiene un aspecto tan espantoso. Todos los Hyrrokin
son así, con piel roja, garras con puntas plateadas y brillantes
cuernos negros. Y todos tienen colas con púas negras que se
mueven en el aire detrás de ellos. Y queridos dioses, exhalan
fuego. Voy a cuidar de los bebés que exhalan fuego.
Pero ahora, al poco tiempo, viendo a Aegir entre su
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familia y sus dos bebés, sé que el exterior de este hombre no
coincide con su interior. Bueno, soy a la única en este planeta
que remotamente piensa que su aspecto exterior es
aterrador. He visto cómo la hembra Hyrrokin en la sala de
transporte miraba con asombro a Aegir y se abanicaba
discretamente mientras él pasaba.
Cuando me desperté en los brazos de Aegir estaba
asustada de nuevo, pero luego me calmé y me di cuenta de
que este macho me había atrapado. Dio un paso adelante,
asegurándose de que no me cayera al suelo y me sostuvo en
sus enormes brazos. Yo, en una camiseta que exhibía mis
brazos. Normalmente llego al primer día de una nueva misión
ya en mi bata. Me presento a los patrones y me encuentro con
mi cliente vestida de la manera en que me verán mientras
trabajo. Sólo uso “ropa de civil” en mis días libres, cuando
estoy en mi propio cuarto o cuando paso tiempo con otro
personal de la casa, normalmente fuera de las instalaciones.
Nunca, nunca he interactuado con un empleador como... yo
misma. Es la primera vez. Recuerdo cómo sus ojos se
dirigieron hacia mi escote y se volvieron a levantar, tratando
de hacer creer que me estaba mirando, pero por supuesto me
di cuenta.
Una cosa de la que me di cuenta cuando fuimos a la casa
de Aegir es que no sólo son todos de piel roja con cuernos,
ojos, garras y escamas negras, con lenguas bifurcadas y colas
de espinas, sino que también son muy gruesos y fuertes.
Incluso Bestla y las otras hembras que vi caminando por las
calles de la ciudad eran gruesas y curvilíneas.
Soy alta y tengo forma de pera con una cintura que se
mete y caderas y culo más anchos. Mis tetas son siempre un
P gina 34
poco grandes. Mi peso nunca parece interponerse en el
camino de mi salud o vitalidad, pero estar entre esta especie
de seres enormes y poderosos va a ser algo agradable. A su
lado soy pequeña y diminuta, lo que sería un divertido cambio
de ritmo.
Termino de desempacar y me pongo una larga y cómoda
camiseta morada con un profundo cuello en V y un par de
mallas negras y calcetines grises. Eso debería ser lo
suficientemente cómodo para la casa y cuidar de los bebés. Ya
veo que será inútil vestirse bien mientras intento cuidar de
ellos. Terminaré con marcas de quemaduras en mi nuevo y
bonito traje.
Pienso de nuevo en los bebés que ahora están a mi
cuidado. Un niño llamado Loge y una niña llamada Kari. Se
apellidan Touchstone. Son pequeñas reproducciones de su
padre y yo hacía lo posible por suprimir los pequeños
chillidos de terror ante el humo negro que flotaba por sus
fosas nasales.
¿Debo admitir que normalmente trabajo en geriatría?
¿Podría Aegir desestimar eso tan fácilmente como lo hizo la
agencia?
Respiro profundamente, miro el reloj y recojo mi tableta.
Los bebés todavía están durmiendo la siesta, así que tengo un
poco de tiempo. Las hembras de todas las especies dan a luz
con poco conocimiento de cómo cuidar de sus propios bebés
y luego aprenden después con el tiempo. Si ellas pueden
hacer eso, entonces yo también. Bueno, excepto que yo tendré
dos de ellos. Me muerdo el labio inferior. Esto va a ser difícil.
Pero en realidad soy bastante buena aprendiendo cosas sobre
la marcha. “Autodidacta” es mi especialidad.
P gina 35
Es hora de empezar.
Levanto mi tableta de vidrio, el mejor equipo que la
agencia me ha dado, donde tengo la información de los cuatro
sectores al alcance de la mano, y me pongo en marcha. Hojeo
las fotos y explicaciones de la fisiología Hyrrokin y descubro
que ya sé mucho de ellas por las preguntas que he hecho y
cuando estaba ocupada mirando a la ciudad y a los seres que
caminan a zancadas por las calles. Confirmo algo que ya había
adivinado: que los Hyrrokin no llevan zapatos y ninguno de
ellos tiene pelo en el cuerpo.
Luego paso el tiempo viendo un video de una madre
Hyrrokin llamada Rykeil cambiando los pañales de su bebé
Hyrrokin. Aprecio como ha creado su propio canal de video y
se toma el tiempo de mostrar lo básico en el cuidado de los
bebés. Es una madre increíble con toneladas de videos que ha
hecho de su propia casa y de su vida diaria sobre todos los
aspectos del cuidado y la alimentación del bebé. ¡Anotado!
Aprendí de ella que lo más importante es hacer que el bebé se
alimente y duerma y luego trabajar para ayudarlo a dormir
toda la noche. Además, ahora sé que los bebés Hyrrokin
crecen más rápido que los humanos.
Bien, entonces.
Es curioso, estos Hyrrokin y sus bebés no me parecen tan
aterradores como antes. En cuestión de horas, ya me estoy
aclimatando a sus rasgos. En los videos los niños de Rykeil
regularmente soplan fuego y humo y ella se ríe y lo toma con
calma como si no fuera nada. Todos ellos mueven sus colas de
púas y sonríen, exponiendo esos afilados colmillos y parece...
que ya no da miedo. Alaba a su niña, animándola a exhalar
más fuego. Veo que hay muchos videos que puedo ver en su
P gina 36
lista de reproducción sobre cómo enseñar a un bebé a ser un
iniciador de incendios y a proteger su casa contra el fuego.
¡Definitivamente voy a ver esos! ¿Es terrible que me
encuentre pensando que Kari es mucho más linda que el bebé
de Rykeil? No puedo evitarlo. Hice una captura de pantalla
con una muestra del horario de alimentación, sueño y juego
que Rykeil usa para su bebé que tiene la misma edad que los
gemelos. Me aseguro de suscribirme a su canal de video
porque esto va a ser útil.
Resulta que la agencia tenía razón (lo que me mata), las
habilidades que aprendí en geriatría son realmente
transferibles. Los seres al principio y también al final de sus
ciclos de vida necesitan que sus entornos estén preparados
para el éxito. Ellos prosperan en la rutina. Tendré que
intentar anticiparme a los deseos y necesidades y hacer todo
lo posible para que los días de los bebés sean interesantes y
estén llenos de actividades.
Dejo mi tableta, sintiéndome lista para empezar, armada
con algunos conocimientos básicos.
Miro mi reloj. ¡Uh, oh! Si los bebés duermen la siesta
mucho más tiempo, nunca van a dormir toda la noche. Tengo
que hablar con Aegir y averiguar cuál es su rutina para poder
retomar desde donde él lo dejó.
Entro en el vestíbulo y encuentro una casa tranquila. Bajo
a la habitación de enfrente y encuentro a Aegir dormido en el
sofá. Sonrío al ver a este macho espantoso, cornudo y con
aspecto de Satanás. En reposo, se ve adorable. En realidad,
soy muy afortunada de trabajar para este hombre. Si me
hubieran puesto con alguien que no me gustara o que me
diera malas vibraciones, me iría de aquí. No me importa tanto
P gina 37
el bono. Y ese maldito contrato que firmé tiene una cláusula
de salida sólo para ese tipo de situaciones de miedo. Lo único
que me mantiene aquí es mi propia voluntad. Eso siempre ha
sido importante para mí toda mi vida. ¿Quiero estar en esta
situación?
Doy unos pasos silenciosos para ver mejor. Aegir todavía
no lleva camisa. Todo este tiempo ha estado con el pecho
desnudo. Su hermano, Bergelmir, tampoco llevaba camisa. De
hecho, ni un solo hombre Hyrrokin que he visto llevaba
camisa. Joven, viejos, no importa. Y todos ellos tienen torsos
de piel roja.
Miro mi propia camiseta con mangas hasta el codo. Las
ventanas están abiertas porque el clima aquí es cálido y
agradable. La vegetación de fuera es exuberante y florida.
Rykeil, en el canal de video, llevaba una camiseta verde con
un logo de algún tipo. Las mujeres que vi en la calle también
llevaban variaciones del mismo estilo strapples. Bestla
llevaba una camiseta strapples negra. Sus coberturas en la
parte inferior eran diferentes: pantalones, faldas, pantalones
cortos. Pero todas tenían los brazos desnudos. Voy a necesitar
conseguir algunas de estas camisetas strapples para mí. Se
veían súper lindas y cómodas.
Aegir es tan alto que sus pies se caen del borde del sofá.
Fácilmente mide un metro con noventa y seis centímetros de
altura. Es un hombre poderoso con un pecho amplio. Sus pies
rojos son enormes, y como ninguno de los Hyrrokin usa
zapatos, puedo ver que tiene uñas plateadas puntiagudas.
Destellos plateados en las garras de sus ásperas manos. El
extremo de su cola de púas descansa en sus muslos. Mientras
duerme, el humo sale de sus fosas nasales.
P gina 38
Me muerdo el labio, suprimiendo una risa.
La forma en que está acostado en el sofá, una mano
descansando sobre sus firmes abdominales, la otra envuelta a
lo largo del lado del sofá, está causando que sus piernas se
separen y sus pantalones oscuros están ahora perfectamente
ahuecados contra su entrepierna, resaltando el contorno de
su épico paquete.
¡Vaya!
¿Esta duro? Eso parece. Hay un gran bulto que desciende
por su pierna.
El calor vuelve a brotar entre mis muslos. Me doy la
vuelta y salgo corriendo de la habitación y me abanico la cara
al volver a subir las escaleras. Me detengo frente a la
guardería y respiro profundamente para aclarar mi cabeza.
Necesito dejar de pensar en el padre y concentrarme en estos
bebés. Me han contratado para atender a estos niños y eso es
lo que voy a hacer. Estos pobres bebés fueron abandonados
por su propia madre y su padre necesita desesperadamente
ayuda para cuidarlos. Yo puedo hacer eso.
¡Por Dios! Desear a mi jefe no es parte de mi trabajo.
Abro la puerta de la guardería que los bebés comparten.
Me dieron un recorrido por esta habitación antes. Había sido
un tiempo caótico de fuego, lágrimas de bebé y abrazos de
tres adultos diferentes. Finalmente, después de mucho llorar
y engatusar, los bebés se fueron a sus cunas a dormir.
Tiene que haber una mejor manera.
Entro y reviso a los bebés en sus cunas individuales y los
encuentro aun profundamente dormidos. En la Nueva Tierra
es común vestir a una niña de rosa y a un niño de azul, pero
Loge está en verde y Kari en púrpura. En su armario y
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vestidor la mitad de la ropa y la ropa de cama son verdes y la
otra mitad púrpura. Me gusta esto, los colores se ven bien en
ellos.
Me acerco y miro sus pequeñas caras. Son gemelos, pero
ya puedo distinguirlos. Loge tiene cuernos más grandes y es
más largo y fuerte que su hermana. Kari es más pequeña y sus
cuernos son más delicados. Me acerco y toco uno de los
cuernos de Kari con mi dedo. Se siente romo en la punta.
Supongo que no tengo que preocuparme de que me arañe.
Pruebo las puntas de sus pequeñas garras también y las
encuentro también romas.
Continúo mirándolos, hipnotizada por lo adorables que
son los bebés Hyrrokin. Cuando conocí a Loge y Kari, me
sorprendió el hecho de que exhalaran fuego y el humo saliera
flotando por sus pequeñas narices. Pero ahora que los
observo, sólo puedo pensar en lo feroces y adorables que son
al mismo tiempo. Como gatitos siseantes. Me encantan sus
pequeños cuerpos de piel roja. La mejor parte son sus colas
que se mueven incluso mientras duermen. Sus diminutos
trajes tienen agujeros en la espalda para permitir la salida de
sus oscuras y espinosas colas.
Me obligo a alejarme para poder inspeccionar su
guardería, ver lo que tienen y dónde está almacenado. Haré
un inventario mañana y me aseguraré de que estos bebés
tienen todos los suministros que necesitan. Hago esto con
todas mis tareas, evalúo lo que hay y lo que se necesita. Tener
el ambiente preparado para que mi cliente se sienta cómodo
siempre me hace sentir mejor. ¿Cómo puedo ayudar si no
tengo lo que necesito, o lo que ellos necesitan? No sé qué
necesitan los bebés, pero lo averiguaré.
P gina 40
Me complace ver que hay un cubo de pañales de última
generación, del tipo que incinera inmediatamente los pañales
desechables. La madre en el canal de video tenía este mismo
tipo de incinerador de pañales. Y la guardería parece muy
segura. Hay pequeños símbolos en todo que denotan
materiales ignífugos. ¡Qué bueno! Parece que los Hyrrokin
saben pensar en el futuro cuando se trata de bebés que son
iniciadores de fuego indiscriminados.
—¿Necesitas ayuda? —pregunta una voz profunda.
Me doy la vuelta y encuentro a un Aegir con el pecho
desnudo justo detrás de mí. ¡Oh, dioses!, ¿cómo se supone que
voy a vivir con este hombre sin camisa en mi vecindario? Ni
siquiera lleva zapatos. ¿Va a estar caminando así todo el
tiempo con sólo un par de pantalones?
Y huele muy bien.
Los dos bebés empiezan a llorar a la vez.
—Lo siento. Es mi voz —él explica—. Los despierta todo
el tiempo.
Me río y me acerco para recoger a Kari: —Está bien,
tienen que despertar de todos modos. ¡Oh, no! —Digo,
sintiendo la pesada humedad del pañal del bebé—. Este no es
muy fresco. Ella necesita un cambio.
Aegir recoge a Loge: —Este también. Lo cambiaré. Tú
cambia a Kari.
—Bien.
Doy vueltas, tratando de averiguar a dónde ir. Termino
siguiendo a Aegir a los cambiadores que se encuentran debajo
de una amplia ventana. Dejo a Kari en la que tenía un adorno
púrpura. Esta es literalmente la primera vez que he cambiado
un pañal en mi vida. No es que le vaya a decir a Aegir que,
P gina 41
aunque sospecho que la bebé Kari sabe que la maneja una
aficionada. Es un poco quisquillosa mientras su hermano está
perfectamente callado, chupando un dedo mientras su padre
le cambia rápidamente el pañal con la mirada aburrida de un
profesional. Si Aegir no estuviera aquí, sacaría mi tableta y
volvería a encender el video de la madre Hyrrokin cambiando
a su bebé. Me las arreglo para abrirme camino a tientas,
recordando lo que Rykeil dijo en su video y viendo lo que
hace Aegir.
—Eres muy bueno en esto —le digo.
—Gracias —me responde bruscamente—. Nunca había
estado cerca de bebés o cambiado uno antes de conocer a mi
descendencia.
Yo tampoco, pienso para mí mismo: —Ya eres un
profesional.
—Supongo que sí —él se ríe—. Tenía que serlo. Era eso o
dejarlos sufrir.
No puedo imaginarme a este macho dejando que sus
bebés sufran.
—Necesito acostumbrarme a ser capaz de hacer esto por
mí misma —le digo—. Tengo que ser capaz de cuidar de
ambos sin ayuda. Si hago sus biberones primero y los traigo
conmigo antes de despertarlos de su siesta, eso será más
inteligente —hago una mueca—. Así puedo darle un biberón a
Kari mientras cambio a Loge y viceversa.
—Oh, es una buena idea.
Cada uno de nosotros lleva un bebé en sus brazos y baja a
la cocina. Aegir me muestra dónde guarda la fórmula y cómo
prepararla. La cocina es grande y espaciosa. He aprendido
que las cocinas de las especies de los cuatro sectores no son
P gina 42
tan diferentes entre sí. Los gustos difieren, pero las
comodidades modernas son las mismas. La casa de Aegir
tiene grandes ventanas en todas partes e incluso tragaluces.
Miro a dos ventanas que están abiertas, sin pantallas para
mantener fuera a los bichos. ¿Qué tipo de bichos hay en este
planeta? Me estremezco al pensarlo.
Finalmente preparó los dos biberones, y terminamos en
sofás opuestos en la sala de estar, ambos con un bebé en
nuestros brazos que estamos alimentando. Alimentar al bebé
no es difícil, básicamente pongo el biberón suavemente en la
boca de Kari y ella hace todo el trabajo. Me recuesto en el sofá
y charlamos mucho sobre los bebés. Es agradable escuchar su
profunda y melodiosa voz mientras explica su vida con sus
bebés.
—Puedo decir que Kari es más paciente y Loge es más
activo —le digo.
—¿En serio? ¿Ya puedes notar la diferencia en sus
personalidades?
—Sí.
Se abre y me cuenta cada detalle de lo que fue para él las
últimas dos semanas. Todas las pruebas y tribulaciones de
tener dos pequeños bebés abandonados en un solo hombre
con cero habilidades con los bebés y un hogar originalmente
desprovisto de parafernalia para ellos. Tengo la sensación de
que este hombre está agradecido de tener a alguien con quien
hablar de esto además de su hermano y su madre. Puedo ser
esa persona para él. Se lo merece.
—Quiero disculparme otra vez por cómo me comporté
cuando nos conocimos —finalmente digo—. Eso fue ridículo y
poco profesional. Lo siento mucho. Grité y me desmayé y tú
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tuviste que...
—Te atrapé.
—Sí, me salvaste de caer al suelo. Gracias por eso. Quiero
que sepas que nunca me he desmayado en mi vida. No sabía
que reaccionaría de esa manera.
—Todavía no entiendo por qué te asustaste.
El calor estalla en mis mejillas. No puedo decirle a Aegir
que se parece al diablo. No puedo: —Yo tampoco sé por qué
—miento—. ¿Quizás la atmósfera aquí es diferente?
Él se encoge de hombros y yo cambio rápidamente de
tema.
Las horas pasan volando. Me da un recorrido por toda la
casa y revisamos todos los artículos para bebés, equipo y ropa
para saber dónde está todo: —Mañana empezaré a averiguar
si hay algo que comprar —le digo—. Me encargaré de todo
eso por ti, para que no tengas que preocuparte de que los
bebés tengan lo que necesitan.
—Bien, y te daré acceso a mi cuenta de compras de
Hyrrokin para que puedas pedir lo que creas que
necesitamos.
—Gracias.
Eventualmente veo que se está haciendo tarde y asumo
que a Aegir no le importará deshacerse de mí. En realidad,
hemos pasado mucho tiempo juntos. Siempre trato de ser
súper sensible para dar a mis clientes su tiempo a solas.
—¿A dónde vas? —gruñe.
—A mi habitación. Iba a darte tiempo a solas con tus
hijos. ¿Cuándo te gustaría que volviera para acostarlos?
—¿Tiempo a solas? —responde, como si fuera el
concepto más extraño que haya entrado en su mente.
P gina 44
—Sí. No quiero entrometerme en su tiempo con su
descendencia.
—Quédate y come con nosotros —me ordena.
—Yo…
—Siéntate.
¡Cielos! Está bien. Cuando habla con esa voz estridente y
ese humo que sale de sus fosas nasales, ¿cómo puedo
resistirme?
Terminamos usando su caro dispensador de comida de
alta calidad para crear una comida increíble y cenamos
juntos. Tengo a Kari en mi regazo, y él tiene a un feliz Loge,
que está ocupado chupando un hueso de animal limpio
sacado del costillar de carne que Aegir está devorando.
Hablo con mi nuevo jefe sobre su mundo natal, tratando
de aprender todo lo que pueda sobre su especie. Aprendo más
sobre cómo los Hyrrokin exhalan fuego. Me explica que sí, sus
bebés prendieron fuego al sofá, pero eso fue sólo porque era
su primera llama. Y eran dos, así que su madre fue
sorprendida con la guardia baja. Pero que normalmente no
habrá muchas llamas q sean creadas por los bebés.
Principalmente los bebés son “fumadores”. El peor momento,
dice, es cuando un Hyrrokin es un adolescente. Es entonces
cuando entran de lleno en sus habilidades de iniciador,
pero no tienen el control de un adulto.
Termino de secarme las lágrimas de risa de la cara
después de que Aegir me cuenta la historia más divertida
sobre cómo él y Bergelmir quemaron el “cobertizo” de su
madre cuando eran adolescentes. No debería reírme porque
estoy segura de que Bestla estaba totalmente enojada, pero
aun así es graciosísimo.
P gina 45
—¿Puedo pedirte un favor? —Le digo.
—Sí.
—¿Puedo pasar un día completo contigo mañana,
trabajando a tu lado con los bebés? Después de eso, estoy
segura de que podré hacer esto sola. Pero apreciaría un día
completo de aprendizaje de sus horarios.
—¿Un horario?
—Sí —Echo un vistazo a la cocina y a las áreas de la sala
de estar—. ¿Tienes a los bebés en un horario de alimentación,
de sueño?
—¿Un horario? —pregunta de nuevo, como si nunca
hubiera oído esa palabra en relación con un bebé— No,
principalmente, con la ayuda de mi madre o mi hermano,
hemos tratado de adelantarnos a sus necesidades.
No puedo esconder la mueca que se me cruza por la cara.
Si no tengo un horario, literalmente me pongo nerviosa: —Me
gusta tener un horario —le digo—. Estos bebés también lo
tendrán.
Él me arquea una ceja, pero se encoge de hombros de
acuerdo: —Esto es exactamente por lo que te necesito —dice.
—Bueno, si no tienes un horario fijo, supongo que no
necesitas quedarte en casa mañana. Puedo improvisar y
tratar de empezar mi propio horario.
—Oh, no salgo de casa para ir a trabajar —me dice—.
Tengo una oficina en casa instalada en uno de los dormitorios
de arriba.
Yo parpadeo: —¿La tienes?
—Sí. Trabajo desde casa.
—¿Así que no sólo eres un hombre soltero con gemelos,
sino que también trabajas desde casa y nunca te vas a ir?
P gina 46
Sus labios negros se alzan en los bordes, exponiendo las
puntas de sus afilados colmillos: —Sí —él está de acuerdo—.
Casi nunca salgo de casa, excepto para hacer ejercicio,
comprar cosas esenciales que no se pueden entregar, o para ir
a citas. Estaré aquí constantemente.
¡Santo cielo!
P gina 47

4. Riley

—¡Buenos días! —Una voz agradable suena.


—¡Hola! —Respondo con genuina calidez al reconocer el
sonido de la madre de Aegir entrando en la casa— Estamos
en la cocina.
Estoy preparando las botellas de la mañana para Kari y
Loge. Están gorjeando y sonriendo, pero la forma en que Loge
tiene su puño metido en la boca y sus pequeños pies
pateando, tengo la sensación de que sólo tengo minutos antes
de tener un motín en mis manos.
Estoy un poco orgullosa de haber llegado a la guardería
esta mañana antes de que se despertaran. Mi tableta estaba
programada para monitorear el audio en su habitación para
escuchar si se despertaban, necesitando una alimentación a
media noche, pero no lo hicieron. Aegir entró en la guardería
con los ojos soñolientos después de que cambiara y vistiera a
los dos bebés, que parecían deliciosamente despeinados con
sus pantalones de pijama verdes.
—Lo tengo —le dije.
Me miró con una mirada de tan profunda gratitud que
casi me hizo llorar. Luego asintió con la cabeza y volvió a su
habitación. Llevé a los bebés a la cocina cuando comenzó el
lejano ruido de su unidad de limpieza.
La “cafetera” Hyrrokin está filtrando, aunque en realidad
está haciendo algo llamado Traq, que he notado a lo largo de
los años que a muchos otros seres de los cuatro sectores les
gusta beber. Por eso ya he programado el dispensador de
P gina 48
comida para hacer unos deliciosos granos de café de la Nueva
Tierra. El Traq está bien, pero no se puede comparar con el
café recién molido y preparado.
—¡Hola, Riley! —saluda Bestla al entrar en la cocina.
Coloca una reconfortante garra en mi hombro, y luego sus
ojos se iluminan sobre los dos seres que realmente están aquí
para ver— ¡Mis bebés! —grita y se precipita hacia donde
ambos están apoyados en los brincolines a juego.
Sonrío por la adorable forma en que Bestla se pone en
cuclillas y le da a cada uno un desordenado beso de abuela.
Ambos bebés sonríen y arrullan a cambio. Esta poderosa
mujer de piel roja sin pelo en la cabeza, con dos cuernos
negros en la frente, colmillos, garras de punta plateada y una
cola negra de púas que se mueve, ama a sus nietos. Ayer me
gustó al instante cuando se mostró tan cálida y genuina
conmigo y se tranquilizó con todos los problemas cuando los
bebés prendieron fuego al sofá. Ahora veo que mis instintos
eran correctos.
—¿Quieres una taza de Traq? —Pregunto— Está listo.
Se levanta sorprendentemente rápido y saca una garra:
—Claro, me encantaría otra taza.
Inmediatamente lleno una taza y se la entrego.
Ella mira a su alrededor los cambios que ya he hecho en
la cocina: —Vaya, pareces instalada —dice.
—Gracias —Anoche Aegir me dio un tour y me mostró
dónde estaban todos los suministros. Todo lo que he hecho
hasta ahora es reorganizar algunos artículos en el mostrador
para un acceso más fácil.
—¿Cómo fue la primera noche cuidando a dos bebés? —
Pregunta— He estado aquí en el pasado, sé lo difícil que
P gina 49
puede ser.
Y mientras respondo y le cuento todo sobre sus cambios
de pañales, lo que comieron y cómo durmieron, me doy
cuenta de que hoy lleva una camiseta strapples azul
ondulado, de algún tipo de material elegante, junto con
pantalones negros y joyas brillantes. Se ve muy profesional.
La falta de zapatos y de pelo en su cabeza todavía me molesta,
pero esto empieza a parecer normal.
—¿Vas a algún sitio? —Pregunto.
—Sí, voy a trabajar, pero pensé en pasar por aquí
primero para ver cómo estabas y si necesitabas ayuda y...
¿Dónde está Aegir?
—¿Aegir? Oh, se está preparando. ¿Creo que está usando
la unidad de limpieza?
—Bien —Toma un sorbo y se sienta en la silla más
cercana a los bebés—. Eso le llevará un tiempo. Mientras
tanto eso nos da tiempo para hablar a solas. Dime, ¿te ha
contado mi hijo toda la historia de la mujer que dio a luz a sus
hijos?
—En realidad no —respondo cuidadosamente mientras
traigo dos botellas calientes de fórmula a la mesa—. Me
explicó un poco cuando llegué, pero nada más... —Y tengo
tanta, tanta curiosidad— ¿Quieres ayudarme a alimentar a
Kari y a Loge? —Pregunto.
—Claro.
Le lanzo a Bestla una toalla, que ella coge expertamente y
se cubre el pecho. Luego recoge a Kari que está más cerca de
ella y me acomodo en una silla opuesta con Loge. Ahora cada
una tiene un bebé que alimentar en sus brazos, una taza de
Traq lista y estamos listas para charlar.
P gina 50
—Hmm —Ella mira alrededor, asegurándose de que
estamos solas en la cocina, y luego continúa—. Bueno, creo
que necesitas escuchar toda la historia.
—Bien —estoy de acuerdo, porque creo que yo también
necesito oírlo.
—El nombre de la madre de los bebés es Kritan
Softstone. Conoció a mi hijo a través de su negocio. Aegir tuvo
una cita con ella hace un año. Una cita. Fue muy inusual que
saliera con ella porque durante los últimos cinco años mi hijo
ha sido básicamente un recluso, trabajando en su negocio y
eso es todo. No tiene citas. Y después de esa cita,
inmediatamente decidió que ella no era la clase de Hyrrokin
con la que quería tener una relación. Rompió con Kritan. Pero
ella no pudo aceptar un no, y se convirtió en una acosadora.
Tuvo que conseguir una orden de restricción. Fue terrible. Y
ni una sola vez durante todo ese tiempo mencionó que estaba
embarazada. Perdió el contacto con Kritan durante casi un
año. Él pensó con gratitud que ella había seguido adelante.
Pero en vez de eso estaba embarazada de los gemelos y se lo
ocultaba a él.
—¿Esconderlo de él? ¿Por qué haría eso?
—Creo que es porque quería su libertad. Si se lo hubiera
dicho antes del nacimiento, él no la habría querido, pero si
querría a sus bebés. Ya que ella estaba embarazada de sus
gemelos, él habría exigido restricciones, pero no la habría
declarado su destinada.
—Hmm. ¿Así que durante todo un año se fue y luego
aparece y deja a los gemelos?
—Sí. Y ella lo está demandando por el derecho a ser
declarada su compañera.
P gina 51
—¿Qué? —Farfullo.
—Debido a que Kritan dio a luz a su descendencia, ella
dice que es su destinada, lo que en nuestra especie es
realmente una cosa importante. Si una hembra tiene la
descendencia de un macho, ella es legalmente suya.
—Pero ¿qué pasa si tiene más de una hembra que ha
dado a luz sus hijos? ¿Y si tiene dos hijos de una mujer, y uno
de otra?
Bestla me da una mirada de evaluación: —Bueno, eso
sucede, raramente y es una situación terrible y desordenada.
Pero no te preocupes, esta acusación está siendo manejada a
través de los tribunales en este momento. Debería haber un
juicio sobre esto pronto. Estoy seguro de que Aegir será
absuelto. Ella lo engañó para quedarse embarazada y luego
abandonó a sus bebés. No es una madre, ni una compañera.
Aegir necesita tener la libertad de encontrar una destinada
apropiada para su descendencia.
—Bueno, no estoy preocupada. Estoy preocupada por
Aegir y los bebés.
—Uh, huh. Bueno, ahora mismo mi hijo está legalmente
en el limbo y no puede declararse a otra. Pero en el momento
en que se libere de este juicio, entonces podrá trabajar en la
búsqueda de una pareja y una verdadera madre para sus
bebés.
Una puñalada de dolor me golpea justo en el corazón al
pensar que Aegir estará libre de empezar a salir de nuevo. Me
imagino estar en mi habitación mientras se prepara para una
cita. Me recuerdo a mí misma que sólo soy el personal, la
niñera, la ayuda contratada y nada más. Pero es difícil.
—No cometemos adulterio en Tarvos —anuncia Bestla.
P gina 52
—¿Qué?
—Investigué esto recientemente. Intentaba aprender
más sobre tu especie, sobre los humanos. Leí que cuando los
humanos se aparean, o se casan, a menudo la pareja se aleja
de la otra y se aparea por placer fuera de la pareja de unión.
Se llama adulterio... No hacemos eso aquí en Tarvos. Una vez
que nos comprometemos con otro, o si hay incluso un vínculo
corrupto, un Hyrrokin no practicará el sexo con alguien más.
—Oh, bien, gracias por explicarlo —respondo, mis
mejillas están calientes de vergüenza. Aparentemente Bestla
no entiende el concepto de DIM1.
—Aegir me contó que Kritan dijo que estaba tomando
anticonceptivos. Además, usó el suyo propio. Ahora sospecha
que ella manipuló los anticonceptivos.
Esto se estaba poniendo cada vez peor: —¿Así que lo
engañó para que la dejara embarazada?
—Sí.
—¿Y luego se embarazó de gemelos? Vaya. ¿Y él no lo
sabía?
—No. No le dijo nada hasta que tuvo los bebés. Ella
estaba esperando para asegurarse de que daba a luz a bebés
sanos antes de sorprenderlo con eso. Pero debe haber sido
demasiado para ella. No tuvo esos niños porque realmente
quería ser madre, sólo quiere a Aegir.
—¿En serio?
Bestla me da una sonrisa indulgente: —Sí. Mi hijo es un
buen partido para una mujer.
¡Oh, sí! Aegir tiene mucho dinero, me había olvidado de
eso. He sido contratado por muchos seres ricos, y Aegir y su
1
Demasiada información
P gina 53
familia son ciertamente los más relajados de todos ellos.
Conduce un coche muy elegante y vive en una especie de
comunidad cerrada exclusiva, pero estoy acostumbrada a
trabajar para seres con una riqueza tan extrema que el estilo
de vida de Aegir parece mucho más normal. Normalmente
tengo una relación cliente/trabajador muy definida con mi
empleador. Me vuelvo cercana al cliente que estoy
atendiendo, o en este caso a los bebés que cuido, pero
siempre soy amable, si no un poco distante, con el ser que
realmente paga mis cheques.
Pero Aegir es diferente. Me siento muy cómoda con él. Un
macho con piel roja brillante, una cola con púas, cuernos,
colmillos y garras... Y un macho que sospecho que tiene una
polla en proporción con el resto de su cuerpo.
Mis mejillas se calientan y miro hacia otro lado, evitando
la mirada de Bestla, porque no puedo creer que esté soñando
despierta otra vez con la polla de mi jefe.
—Buenos días, madre—, anuncia Aegir al entrar en la
espaciosa cocina.
★★★

Bestla se va a trabajar, y Aegir y yo estamos solos con los


gemelos.
El alto, musculoso y sin camisa Aegir Touchstone.
Limpio y oliendo a jabón y a sol con su amplio pecho y
sus abdominales apretados. Cuanto más tiempo paso a su
alrededor, más me doy cuenta de que su piel no es de un color
rojo espantoso, sino que parece más bien de un rojo magenta
oscuro. Y por Dios, su corte, sus brazos musculosos son
básicamente obras de arte. Los brillantes cuernos negros de
P gina 54
su cabeza son también menos aterradores. Pero tengo que
admitir que esa cola de púas todavía me asusta un poco.
Todos los Hyrrokin usan ropa que libera su cola. Sus
pantalones se abotonan por delante y por detrás. Y de repente
me pregunto cómo son capaces de abrochar la parte de atrás...
Aegir coloca su gran estructura en un asiento en la mesa
de la cocina y comienza a comer un plato de carne que está
triturando con sus brillantes, casi metálicas garras y
comiendo con sus propias manos. Loge se reclina junto a él en
un brincolin. Y yo estoy sosteniendo a Kari en mis brazos y
jugando con sus pequeños pies perfectos mientras como
panqueques y tocino. Kari lleva el par de calcetines de
lavanda más encantadores con pequeños lazos en la parte
superior. Y estoy desmesuradamente complacida de haber
podido programar el dispensador de comida Hyrrokin para
hacer comida humana. Mi desayuno es delicioso.
Y entonces recuerdo algo realmente importante. Miro
hacia arriba.
Aegir no sale de casa, no va a trabajar y no vuelve a la
hora de la cena como la mayoría de los seres. ¿Almorzará con
nosotros? ¿Cómo va a funcionar esto?
—¿Cómo va a funcionar esto? —Pregunto.
Aegir traga un poco de comida: —No entiendo tu
pregunta.
Agito un tenedor: —Tú, yo, los bebés, contigo trabajando
desde casa. ¿Cómo va a funcionar esto? ¿Vas a estar en cada
almuerzo con nosotros también?
Parece pensar en ello: —Puedo almorzar contigo. Me
gustaría eso. Disfruto esto, desayunando contigo. Apenas he
podido trabajar en las últimas dos semanas, así que estaré
P gina 55
trabajando mucho ahora tratando de ponerme al día.
Agradezco que esta mañana ya te hayas hecho cargo del
cuidado de los bebés. Gracias.
Agacho la cabeza, ocultando mi sonrisa: —De nada —Me
encojo de hombros—. Pero es mi trabajo. Por supuesto que
estaré allí a primera hora de la mañana e incluso tarde en la
noche, para que puedas dormir y trabajar cuando lo necesites.
—Tu trabajo —murmura para sí mismo. Una mirada
pensativa se posa en sus rasgos y por alguna extraña razón
me siento mal por la forma en que respondí. ¿Mal por qué?
¿No debería estar contento de que la niñera que contrató esté
haciendo lo que se supone que debe hacer?
—Estaré aquí cada mañana para desayunar contigo y con
Kari y Loge —continúa—. Dejaré de trabajar para almorzar
contigo también, y también cenaremos juntos cada noche.
Dejaré de trabajar en la última comida, y pasaré tiempo
contigo y los bebés. Te ayudaré a lavarlos y cambiarlos, a
alimentarlos y a dejarlos al final de la noche.
—Oh, está bien —Vaya, no esperaba toda esa ayuda. Ni
siquiera verle tanto.
Kari patea sus pequeñas piernas y yo impulsivamente me
agacho y beso uno de sus queridos piececitos. Miro hacia
arriba y encuentro a Aegir mirándome con una mirada
calurosa que cae en mi pecho y luego se eleva de nuevo a mi
cara.
Recupero el aliento porque de repente siento como si un
millón de mariposas volaran en mi vientre.
Exhala y luego vuelve tranquilamente a su comida.
¡Vaya! Sólo... ¡guau! ¿Aegir siente la misma atracción por
mí que yo siento por él?
P gina 56
No. De ninguna manera. No soy exactamente una nena
Hyrrokin. Soy humana y su empleada.
Finalmente, ambos terminamos de comer y Aegir anuncia
que va a subir. Recoge a los dos bebés, uno en cada brazo
esculpido, y le da a cada uno un beso de despedida. Creo que
mis ovarios van a explotar.
—Espera, espera. Tengo que tomar una foto —le digo.
Se encoge de hombros. Agarro mi tableta y tomo fotos
rápidas de Aegir sosteniendo a sus bebés en el codo de cada
brazo, los dos mirándolo con brillantes sonrisas en sus
feroces caritas rojas. Luego levanta su cabeza regia y suelta
una llama brillante y los dos bebés se maravillan y copian a su
papá abriendo la boca y exhalando pequeñas llamas al mismo
tiempo. Los tres están iluminados por los arroyos de fuego
naranja y amarillo al mismo tiempo. Es tan jodidamente
precioso que no puedo manejarlo, y tomo una foto de eso
también.
Me hace casi desear poder exhalar fuego. Casi.
Tomo toneladas de fotos y borro las malas y guardo las
pocas de las que estoy orgullosa. Se las enseño a Aegir y él
está contento.
—Esta deberíamos enmarcarla —le digo.
Es tan lindo lo avergonzado que se ve.
—¿Puedo compartir esa foto con tu familia y una foto de
los bebés con mi mejor amiga también? A ella le encantaría.
—Sí —está de acuerdo.
Entonces Aegir sube a empezar a trabajar y yo acomodo a
los bebés en alfombras de juego a juego en el suelo de la sala
de estar. Me siento junto a ellos y envío una foto que tomé
antes de los gemelos siendo adorables a mi mejor amiga
P gina 57
porque sé que le encantan los bebés. Ella responde de
inmediato.
Dios mío, ¿dónde encontraste esos lindos bebés?
Ahora soy una niñera.
¿Niñera? Pensé que estabas a un paso de terminar tu
servidumbre por contrato y te tomabas muy en serio la
carrera de geriatría. ¿Qué ha pasado?
Lo sé, ¿verdad? Te diré más esta noche.
Bien, ¡quiero toda la historia!
No puedo creer que haya estado tan ocupada que ni
siquiera le he dicho a Chloe lo que pasó. ¡Qué locura! Le
cuento todo a Chloe.
Envío la foto de Aegir y sus gemelos respirando fuego a
Bestla y también al hermano de Aegir. Bestla responde
inmediatamente con diez caras felices Hyrrokin y una línea de
corazones en llamas. Y Bergelmir me ignora.
P gina 58

5. Aegir

Por la noche ceno con mi niñera humana y los gemelos.


Es aterrador lo mucho que disfruto este “tiempo en
familia” con esta hembra y mis dos hijos. Hay una amplia
mesa nunca usada en el comedor formal que podríamos usar,
pero Riley y yo disfrutamos de la proximidad de la mesa de la
cocina más pequeña.
Antes de la llegada de mis hijos, apenas usaba esta cocina.
Trabajaba sin parar, comía barras nutritivas, consumía cenas
saludables del dispensador de comida y hacía ejercicio por las
tardes. Pero una fatídica mañana el guardia de la puerta llamó
para preguntarme si quería permitir la entrada de Kritan
Softstone y dos bebés. ¿Bebés? Lo permití porque no pude
superar mi curiosidad. Y entonces encontré gemelos en cestas
en mi puerta. Kritan estaba allí, balbuceando sobre que eran
míos, los dejó conmigo, pero eso significa que yo estoy
legalmente obligado a estar con ella. Apenas oí una palabra de
lo que dijo, mis ojos se posaron en los bebés. Y en el momento
en que me agaché e inhalé sus olores y me encontré con sus
miradas y toqué sus delicadas garras, supe que era verdad.
Estos bebés son Touchstone. Son míos.
Mi madre y mi hermano, así como la mejor amiga de mi
madre, se abalanzaron y me ayudaron a cuidar de mis hijos.
He trabajado muy poco desde su llegada y he aprendido a
sentirme cómodo comiendo comidas reales con otros seres en
lugar de barras de reemplazo de comida. Pero después de
esas primeras furiosas semanas, parece que la vida empieza a
P gina 59
asentarse en esta nueva normalidad con la llegada de mi
niñera. Ahora que Riley está aquí, puedo volver a mi antigua
rutina de trabajo/dormir si quiero. Pero no quiero eso. Mis
viejas costumbres ahora suenan frías y sin vida. Continúo con
este nuevo patrón porque me veo obligado a pasar tiempo
con mi descendencia y esta humana.
Estoy sentado en la mesa con Riley y hay algo que no
entiendo estampado en la parte delantera de su ropa humana
esta noche. Debería saberlo, considerando que miro
constantemente su exquisito pecho: —¿Qué significa eso? —
pregunto.
Ella mira hacia abajo y se ríe, sus mejillas se vuelven de
ese encantador tono de rosa: —¡Oh!, dice 'Amigos'. Es un
programa de video de mi planeta originario.
—¿El planeta original?
—Sí, nací y me crie en la Nueva Tierra, pero el planeta
donde mi especie comenzó es la Tierra, y lo llamamos el
'planeta original'.
—¿Por qué no naciste en la Tierra? —Pregunto, tratando
de aprender más sobre los humanos.
—Los humanos fueron secretamente secuestrados de la
Tierra durante casi mil años por los Hurlians —me dice—.
Finalmente se llevaron a tantos de nosotros que tuvieron que
encontrar un lugar para mantenernos, así que empezaron a
dejarnos en un planeta diferente al que llamaron Nueva
Tierra. A lo largo de los siglos nuestra población en la Nueva
Tierra creció. Ninguno de nosotros ha visto nunca la Tierra.
Eventualmente los humanos en la Nueva Tierra fueron
liberados de la dominación Hurlian por los Xylan. Pero la cosa
es que no podemos contactar con el planeta original. Hacerlo
P gina 60
comprometería su evolución y aún están protegidos por la
Ley de Especies Indígenas. Así que, es extraño, estamos
separados del planeta donde nuestra especie comenzó, el
lugar donde están la mayoría de los humanos, pero en la
Nueva Tierra creemos que los humanos del planeta original
son fascinantes y hemos encontrado formas de acceder a sus
canales de video. Y ahora estamos obsesionados con escuchar
sobre sus noticias, celebridades, moda y ver sus programas.
—Huh. Puedo entender eso, debe ser nostálgico para su
clase tener artículos que representen su mundo hogareño
original.
—Sí, lo es.
—¿Y qué representa tu ropa?
—Es de un muy divertido y famoso programa de video en
la Tierra sobre un grupo de amigos que viven todos juntos. —
Riley mira hacia abajo y toca su camisa humana con una
sonrisa de pena—. Llevo esto porque necesito comprar ropa
nueva —admite—. Bueno, tengo muchos uniformes arriba,
que es técnicamente mi uniforme de trabajo. Es lo que la
agencia de empleo espera que lleve para esta tarea. Excepto
que no puedo evitar sentir que cuando trabajo con los
gemelos parece más natural usar ropa civil cómoda. Pero
necesito más. Y en realidad, me encantaría tener algunas de
las camisas que he visto usar a las mujeres Hyrrokin.
Ahogo un gemido de placer al imaginar a mí humana
mostrando sus brazos regordetes de la manera que lo hace mi
especie: —¿Por qué no has pedido esta nueva ropa todavía?
Te di acceso a mi cuenta en el canal de compras.
—No puedo usar eso para comprar ropa personal —
resopla y niega con la cabeza como si yo estuviera loco—. Me
P gina 61
diste eso para los suministros de la casa o las necesidades de
los bebés. No es para mí.
—Es para ti también. Quiero que compres ropa nueva
con esa cuenta.
Ella frunce los labios: —No necesito tu dinero para eso.
Puedo comprar mi propia ropa. He estado ocupada con los
bebés, pero lo pediré esta noche después de que duerman.
¿Por qué está peleando conmigo por esto?
—Usa mi dinero y compra toda la ropa que necesites.
—No, yo...
Golpeo un puño en la mesa: —Hazlo —gruño. Una
bocanada de humo sale por mis fosas nasales—. Quiero que
uses mi dinero para estas compras. Espero que siempre
compres lo que necesites con mi cuenta.
Sus ojos se abren de par en par: —De acuerdo —ella
respira.
Y ahora me preocupa que yo la haya asustado de nuevo.
Los humanos son muy diferentes de los Hyrrokin. A veces lo
olvido porque ella y yo nos llevamos muy bien.
Seguimos comiendo, y me empeño en preguntarle a la
hembra más sobre sí misma. Escucho pacientemente
mientras me cuenta una larga historia sobre un canal de
video que está viendo de una hembra Hyrrokin con una
pequeña descendencia. Estoy impresionado. Riley
ciertamente sabe cómo hacer su investigación.
—... pasé la última noche aprendiendo las edades y
etapas del desarrollo de la infancia Hyrrokin. Me interesan
específicamente los bebés de tres meses y lo que necesitarán
cuando cumplan de cuatro a seis meses. Mi cabeza está llena
de ideas para los gemelos.
P gina 62
Asiento con la cabeza y hago preguntas para darle la
oportunidad de hablar más sobre esto, porque también lo
encuentro interesante. No sé nada sobre bebés, y estoy
ansioso por aprender. Cuando Riley termina de comer, la
ayudo a añadir el servicio de suscripción de información de
Hyrrokin a su tableta y le doy mi contraseña.
Todo esto le da una brillante sonrisa a los extraños
rasgos de mi humana. Sospecho que me ha perdonado.
Se levanta y va a la cocina a preparar el último biberón de
la noche para los bebés. Ambos nos movemos a la sala de
estar y yo me siento en un lado del sofá y Riley toma el otro.
Ella tiene a Loge en sus brazos y yo tengo a Kari. Empezamos
a alimentar a los gemelos y decido que es el momento de
contarle más sobre mi trato con la madre biológica de mis
hijos.
—¿Mi madre te habló de Kritan? —Pregunto.
Riley se muerde el labio: —Bueno, um...
—Está bien. Asumí que te lo dijo ya que las dos estaban
sentadas juntas hablando esta mañana. No me importa. ¿Hay
algo más que quieras saber? —Nunca le cuento a nadie mis
problemas con Kritan Softstone. No he hablado de ello a mis
empleados, colaboradores, clientes o vendedores, ni a un solo
Hyrrokin fuera de mi familia inmediata. Excepto que ahora se
lo cuento todo a Riley.
—Ni siquiera sé qué preguntar —responde, mirándome
con esos brillantes ojos azules, expresivos y humanos—.
Siento mucho que te haya pasado esto, pero supongo que no
puedo estar muy triste porque al final tienes estos dos
hermosos niños.
—Declaraste exactamente cómo me siento. Odio la forma
P gina 63
en que sucedió, pero estoy agradecido por la llegada de mi
descendencia. Puede que me haya sorprendido y no esté
preparado, pero estoy haciendo lo que necesito para cambiar
mi vida para que estén cómodos y sanos.
—¿Incluso contratando a una niñera humana? —ella
bromea.
Yo me río: —Sí, estoy dispuesto a comprar una niñera
humana.
—Compra, alquiler, lo que sea.
Me encojo de hombros.
—Bestla dijo que estás legalmente ligado a Kritan hasta
que el asunto se resuelva en los tribunales.
Rechino los dientes: —Sí, ese tecnicismo está colgando
sobre mi cabeza. Estoy en el limbo hasta el fallo.
—¿Te molesta que no puedas... salir con alguien?
Me molesta no poder tenerte. Pero digo: —Me molesta
que Kritan tenga temporalmente lo que quiere, que es acceso
a mí. Se las arregló para vincularse a mí, para siempre.
—Eso es terrible.
—Normalmente no salgo con nadie —le digo—. Pero
quiero encontrar una pareja, la compañera de mi vida con la
que relacionarme y que me ayude a criar a mi descendencia.
Pero tengo que permanecer célibe mientras espero que los
tribunales determinen mi estado legal de apareamiento.
—¿Célibe? —ella chilla y luego trata de cubrir su
respuesta con una tos falsa.
Mis labios se contraen. Sospecho que mi humana me
desea tanto como yo a ella.
—Hmm —murmura, tratando de cambiar de tema—.
¿Por qué crees que está haciendo todo esto?
P gina 64
Sacudo la cabeza y le sigo la corriente: —A menudo he
tratado de entender. Si ella puede reclamarse para sí misma
como mi compañera, entonces automáticamente tiene
derecho a la mitad de mi patrimonio e ingresos futuros, esa
sería una razón. Aunque no creo que este sea su principal
objetivo. Su padre es rico y poderoso y ella es su única
heredera.
—¡Oh, guau! Esto es tan extraño. Ni siquiera está
cuidando a sus hijos. Los dejó contigo a un mes de edad y no
los ha visto desde entonces. Esto tiene que ser algo que los
tribunales tendrían en cuenta.
—Lo sé. Mis abogados están trabajando duro en ello.
—¿La amaste? —pregunta ella de repente.
Pestañeo, sorprendido por la pregunta: —No —respondo
con firmeza—. Fui con ella en una cita porque persistió en sus
peticiones.
Ella me arquea con una ceja.
—Me emborrachó —lo admito.
—Aaah.
—Nunca bebo, así que no era yo mismo. De hecho,
sospecho que ella puso algo en mi bebida.
Sus ojos se abren de par en par: —Esa mujer es una
mente maestra criminal.
—Sí —estoy de acuerdo—. Y ha sido agotador
convertirse en el blanco involuntario de su obsesión ilegal.
Estoy agradecido por mis bebés, pero admito que desearía
que tuvieran la suerte de tener una madre diferente.
Me quedo mirando a Riley. No tuve elección en la madre
biológica de mi descendencia, pero ciertamente tengo
elección cuando se trata de la hembra que los criará: —Sólo
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he tenido el placer en aparearme dos veces desde que llegué a
la mayoría de edad y ambas veces estaba borracho —lo
admito.
—¿En serio?
—Sí, yo...
Y entonces Kari gorgotea y se ahoga. Le quito la botella
de la boca y la siento.
—¡Oh, no, cuidado! —exclama Riley.
Pero es demasiado tarde. Kari vomita la mitad del
contenido de su botella sobre mi pecho en cuestión de
segundos: —¡Ugh! —La saliva gotea por mi piel y una
pequeña sonrisa se dibuja en los labios de Kari; está

perfectamente contenta ahora que ha vomitado sobre su


padre.
★★★

Riley y yo trabajamos juntos, acostando a Kari y a Loge,


charlando mientras atendemos a los bebés en conjunto.
Primero los bañamos, luego les cambiamos los pañales y los
vestimos. Esto toma una hora. Riley insiste en que intentemos
alimentarlos de nuevo. Se refiere a eso como “rematarlos”
para asegurarnos de que no tengan hambre durante la noche.
Me siento en una silla en la guardería y Riley se sienta con las
piernas cruzadas en el suelo con Kari en su regazo,
alimentando a mi niña con un poco más de fórmula, teniendo
en cuenta que escupió la mayor parte de su última comida.
Hay silencio en la habitación y los ojitos de mis bebés se
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adormecen cuando los colocamos en sus cunas. Riley
enciende una luz nocturna y música relajante de bebé
Hyrrokin y salimos en silencio de la habitación y cerramos la
puerta detrás de nosotros. Y es silencioso. Los bebés están
dormidos.
Impactante.
—No puedo creer lo fácil que fue eso.
Ella sonríe: —Creo que antes era más difícil porque había
muchos de ustedes y tal vez ni un solo horario que todos
siguieran. Todos ustedes hicieron un trabajo maravilloso y
fue encantador que tu madre, su amiga y tu hermano
estuvieran aquí para ayudarlos. Pero creo que tener las cosas
más tranquilas por aquí y conmigo sin hacer nada más que
asegurarme de que su horario se cumpla, esto ayuda.
—¡Eres increíble! —Le digo— Es verdad lo que dicen de
las humanas. Son las mejores cuidadoras.
Ella se ríe: —No creo que todas las humanas sean
cuidadoras automáticamente. Todas somos diferentes. Es sólo
que esto es todo lo que estoy haciendo. He aprendido todo lo
que sé sobre los bebés Hyrrokin de esa mamá en el canal de
video y los consejos que tu madre me ha dado.
Estamos juntos en el pasillo. No quiero estar tan cerca de
ella. Siempre estoy luchando contra las ganas de tocarla, de
agarrarla y poner mis garras en sus tentadoras curvas. O
simplemente quererla en mis brazos para poder besarla y
meterle la lengua en la boca.
Usualmente mantengo mi distancia porque su olor es
atractivo, y no soy un hombre que esté disponible para
comprometerse con una destinada. Miro su pecho y puedo
ver sus duros pezones mostrándose a través de su ropa. Y
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vuelvo a mirar su boca a tiempo para ver cómo se lame los
labios. Y entonces un olor se eleva y entra en mis fosas
nasales e ilumina cada uno de mis posesivos sentidos.
Un gruñido retumba en mi pecho. Debería irme. Debería
correr por el pasillo a mi habitación y cerrar la puerta, pero
no puedo.
—Aegir —dice ella, con voz temblorosa.
Gimoteo. Estoy palpitando por ella. Todo lo que quiero
hacer es llevarla a mi habitación, tirarla en mi cama y hundir
mi polla dura en su coño mojado y escuchar los sonidos que
hace cuando se acerca a mí. Puedo sentir cómo se quiebra mi
resolución: —Puedo oler tu excitación —gruño.
—Lo siento mucho, es tan poco profesional. Es sólo que
estamos pasando tanto tiempo juntos...
Pongo mis dos garras en la pared sobre su cabeza y me
acerco: —Te deseo —gruño.
—¿Lo... haces?
—Sí —Presiono el pene largo en mis pantalones contra
su estómago. No debería, pero parece que no puedo
detenerme.
—¡Oh! —ella gime.
—Pero no puedo tomarte mientras esté legalmente
ligado a otra.
—¡Lo sé! —ella jadea.
—Si no fuera así, te tendría debajo de mí ahora mismo.
Sus pequeñas manos se agarran a la cintura de mis
pantalones: —¿Lo harías?
Meto mi cara en el hueco de su cuello e inhalo. Mi lengua
bífida se mueve y corre a lo largo de su deliciosa piel. ¡Dioses!,
ella huele y sabe increíble. Quiero esto para el resto de mis
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días.
—Soy virgen... Técnicamente —me dice.
Me alejo y la miro, desconcertado. —¿Nunca has tenido
placer al aparearte antes?
—He estado muy ocupada.
—Pero eres tan...— Cojo un mechón de su pelo y lo froto
entre mis garras.
—¿Qué?
—Hermosa, eres tan hermosa.
—¿Yo? —ella chilla, como si no tuviera idea, lo cual es
imposible. Debe ser una de las mujeres más hermosas de su
planeta.
—Tú —respondo—. Eres preciosa.
Coloca sus palmas contra mi pecho desnudo: —Aegir. No
podemos hacer esto.
—¡Lo sé! —Suspiro— Sé que no podemos —Es verdad.
Esto es imposible. No puedo complacer a esta hembra
mientras la madre biológica de mi descendencia me demanda
en los tribunales por el estado de vinculación. Estoy
técnicamente atrapado. Coloco mi frente contra la de ella y
recupero el aliento, luego me alejo deliberadamente y doy un
paso atrás. Es la cosa más difícil que he hecho en mi vida—.
No puedo aparearme contigo, ni siquiera tocarte, pero no
quiero que esto arruine lo que tenemos aquí. Quiero que te
quedes en mi casa, con mi descendencia —le digo—. Cuida
bien de ellos.
—Y quiero estar aquí, pero ¿cómo podemos trabajar
juntos con esto... entre nosotros?
Aprieto mi mandíbula y desnudo mis colmillos. Soy un
Touchstone, de una larga línea de hombres de honor. Levanto
P gina 69
mi barbilla: —Mantendré mis garras lejos de ti mientras
espero el resultado del juicio con Kritan. ¿Te quedarás a
cuidar a mi descendencia?
—Sí, por supuesto que me quedaré —ella responde—.
Estoy aquí por los bebés.
Asiento con la cabeza: —Por los bebés —murmuro. Y
luego me doy la vuelta y me obligo a alejarme y cerrar la
puerta del dormitorio detrás de mí.
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6. Aegir

No puedo dejar de pensar en la virgen sexy de la


habitación de al lado.
¿Cómo se supone que voy a tenerla viviendo tan cerca y
sin tocarla? La quiero en mi casa porque no sólo es la mujer
más sexy que he encontrado en toda mi vida, sino que
también es fantástica con mi descendencia. Ella es el
pegamento que nos mantiene unidos. Riley es encantadora y
agradablemente trabajadora y se lleva bien con mi madre y
mi hermano. Mis hijos la adoran. Me lo hacen saber con sus
sonrisas y saludos. Quieren que se quede.
Los tres somos adictos a esta humana.
Y ella me desea a mí también. Así que tengo que
asegurarme de no asustarla.
Entrecierro los ojos ante la luz de la mañana que brilla a
través de la ventana y me las arreglo para salir de la cama y
prepararme para el trabajo. Bajo y alimento a Loge mientras
miro obsesivamente el perfecto culo de Riley y el brillo de sus
anchas caderas mientras camina por la cocina.
Después de un desayuno incómodo donde ambos
fingimos que lo de anoche no pasó, voy a mi oficina para
empezar mi día de trabajo. Me siento en mi silla e imagino
que yo ahueco sus grandes pechos en mis garras. ¿Cómo son
sus pezones? ¿Cómo saben? ¿Cómo se sentiría si mi polla se
deslizara entre esos pechos? ¿Y si me corro en su cara?
¡Oh, diablos!, mi polla se está poniendo dura otra vez.
Me muevo en mi asiento de la oficina, tratando de
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encontrar alivio.
Sacudo la cabeza, enciendo mi equipo y saco mi agenda.
Ya es suficiente. Necesito trabajar.
Horas después llaman a la puerta de mi oficina y
agradezco la interrupción. Apago mis pantallas y saludo a
Riley y a mis hijos. Estoy realmente feliz de ver sus caras
sonrientes. Riley entra con audacia en mi santuario y me pone
un bebé en mis brazos, así que le doy un tour rápido.
—¿Y qué haces aquí? —pregunta mi mujer.
Me río de este comentario, encontrando refrescante el
hecho de que no tenga ni idea de quién soy: —Manejo
sistemas de dinero —respondo simplemente.
—¡Oh! —Parece completamente desinteresada. Se pasea
por la oficina, mirando los premios de mis estanterías
mientras acuna a Kari en sus brazos.
Me vuelvo a sentar y Loge espera pacientemente en mi
regazo mientras hablo: —Inventé una nueva forma de
administrar e invertir la moneda que está revolucionando la
forma en que los Hyrrokin regulares están aumentando su
riqueza —trato de explicar.
—Hmm —Echa un vistazo a las tres diferentes pantallas
de vidrio de alta tecnología que desplazan los datos de las
acciones en tiempo real de los principales mercados de los
cuatro sectores—. Suena interesante... ¿puedes sostener a
Kari por un momento? —Me pone un bebé extra en mis
brazos—. Prometo que volveré enseguida —grita mientras
corre hacia el baño del pasillo.
Me río de nuevo y miro a los dos bebés en mi regazo.
Parpadean hacia mí, sorprendidos de estar en mis brazos en
tan poco tiempo.
P gina 72
Me reclino en mi lujosa silla de oficina, con todo mi
equipo dispuesto a mí alrededor. He estado en la cima de mi
juego durante el último año o dos. Me retiré temprano del
ejército y comencé mi negocio y ni una sola vez pensé que
podría meter a mi familia en mis planes. No me oponía a la
idea, pero el hecho de que casi nunca me diera placer
aparearme o sentir la necesidad de interactuar con otros
Hyrrokin más allá de mis conexiones de video en línea con
mis colegas de trabajo, o los empleados y mi familia, bueno,
sentí que era una señal de que no estaba destinado a ser
padre o a encontrar a mi destinada.
Miro a los ojos oscuros de Loge. Kari se mueve y se mete
el puño en la boca. Parecen contentos. Les sonrío a ambos,
amando su peso, su calor e incluso su dulce olor. Ha sido así
desde el día en que llegaron, una conexión instantánea. Amo a
estos dos bebés con todo mi corazón. Mi única gran pérdida
es que no nacieron de una hembra a la que estaba legalmente
obligado, por lo que se me negó el placer de ser testigo de su
crecimiento y su nacimiento. Parpadeo, sorprendido por mis
propios pensamientos, porque puedo imaginarme fácilmente
a Riley hinchada con mi descendencia.
—¡He regresado! —gorjea mientras vuelve a entrar en la
habitación. Inmediatamente abre sus brazos, pidiendo
recuperar a Kari.
Miro a mi hermosa niñera humana. ¿Cómo sería tener
una descendencia mitad humana, mitad de Hyrrokin?
¿Heredarían mis llamas Touchstone y los brillantes ojos
azules de mi mujer?
—Hora de comer —ella anuncia—. Tienes que bajar a
comer y estos bebés necesitan un biberón. Será bueno que te
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tomes un descanso.
Ella tiene razón. Me doy la vuelta y rápidamente apago
mis pantallas y mi video comunicador. Me paro con Loge en
un brazo y mi otra garra va hacia la parte baja de su espalda
mientras bajamos las escaleras, cada uno con un bebé en los
brazos.
—¿Te gustaría probar un poco de comida de la Nueva
Tierra? —ella dice—. Voy a comer algo llamado quesadilla de
pollo. ¿Quieres probarlo también?
—¡Claro! —respondo. Ya me ha hecho probar el sooshee,
la hamburguesa con quezzzo y algo llamado peetzuh, todo lo
cual me ha encantado— Pero sólo si aceptas comer huevos
Urikanic con salsa de sangre negra esta noche.
—Bien —ella hace una mueca—. Prometo que lo
intentaré.
Me río. Ella lo odiará.
Finalmente nos instalamos en la mesa de la cocina y le
doy un mordisco a esta quesadillaa de pollooo. Y tiene razón,
es delicioso. La comida humana es maravillosa. Esta especie
es cariñosa y también, son cocineros increíbles. Rápidamente
estoy formando un vínculo con esa bebida caliente suya que
ella llama “café”.
Miro a Riley y la atrapo dándole una gran mirada a mi
cola mientras se mueve hacia la mesa. Tiene la misma mirada
de miedo en su cara de cuando la conocí en la sala de
transporte.
—¿Por qué gritaste de miedo cuando te conocí? —
Pregunto.
—¿Qué? —Me mira mientras se sienta— ¿Por qué grité?
Oh... ¿Yo um, pensé que eras el diablo?
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—¿El diablo? ¿Qué significa eso?
—Bueno, básicamente, es una bestia o un monstruo en
mi cultura que representa todo el mal. Normalmente se
representa como de piel roja, con cuernos y colmillos negros
y una cola con púas.
Muevo mi cola. Sus ojos se abren y echo hacia atrás mi
cabeza y dejo salir una risa sincera: —¿Me miraste y pensaste
que yo era el material de tus pesadillas? ¿Un monstruo?
—Sí.
—¿Y entonces viste que había más de nosotros en la sala
del transportador y todos se parecen a mí también, y eso
siguió asustándote?
—Uh, huh.
—¿Y mi descendencia?
—Me asusté completamente cuando exhalaban fuego
porque eso es otra cosa que hace Satanás.
—¿Satanás?
—Satanás, el diablo, esas palabras son sinónimos.
—¿Y qué piensas de mi descendencia ahora?
Ella sonríe: —Creo que son adorables —Y luego sostiene
la botella vacía de Loge—. Mira —dice con orgullo—. Loge
bebió más esta vez. Se está haciendo más grande. Buen
trabajo, pequeño —lo elogia. Luego se cubre con una toalla,
coloca a Loge en su hombro y le da palmaditas en su pequeña
espalda. Mi hijo deja salir un eructo, y una bocanada de humo
negro flota sobre nuestras cabezas.
Le devuelvo la sonrisa. Yo también creo que ella es
adorable. Pero no puedo decir eso. Ojalá pudiera, pero no
puedo.
Ella también alcanza a Kari y ahora tiene un bebé en cada
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brazo: —Mira, ya me estoy haciendo más fuerte —dice.
—Lo estás —Yo estoy de acuerdo con una voz ronca. Me
encanta cómo lleva ahora nuestra ropa femenina tradicional.
Se ve sexy con su camisa rosa Hyrrokin que muestra sus
brazos perfectamente regordetes y las curvas de sus
generosos pechos y moldea su gruesa cintura. Está
sosteniendo tiernamente a mis dos bebés y quiero follarla
ahora mismo.
Por la forma en que me mira, sé que está recordando la
noche anterior. Cómo presioné mi dura polla contra su
estómago.
Un gruñido retumba en mi pecho. Mi control se resbala.
Agarro mi plato y me aparto de la mesa.
—¿Estás bien?
—Tengo que volver al trabajo —gruño.
Parece herida.
Me siento como una mierda, pero tengo que irme o nos
avergonzaré a los dos.
★★★

Horas después bajo y veo la razón por la que necesito a


esta humana en mi vida.
Un fuerte golpeteo llena la casa, acompañado de voces
agudas, como ninguna que haya escuchado antes, así que
sospecho que es una especie de música humana. Y tengo
razón, porque doblo una esquina y ahí está Riley, con Kari en
sus brazos y Loge mirando desde su brincador con una feliz
sonrisa en su pequeña y feroz cara. Riley hace una especie de
movimientos ondulantes que parecen estar a la altura de los
sonidos. Es hipnotizante. Y muy, muy sexy.
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Ella se da la vuelta y me ve mirándola: —¡Oh! —exclama,
tropezando hasta detenerse, sus mejillas volviéndose rosadas
de nuevo. Hace una pausa, parece que toma una decisión,
luego vuelve corriendo al mostrador, da un golpecito a su
tableta de vidrio y la música empieza de nuevo. Se inclina y
agarra a Loge con su otro brazo y da un paso adelante,
pasándomelo a mí. Ahora cada uno de nosotros tiene un bebé
en sus brazos. La extraña música comienza de nuevo—
¡Bailaremos juntos! —grita.
¿Qué?
—Los Hyrrokin no bailan.
—Ahora sí.
Y tiene razón, porque entre el sonido de los golpes y los
movimientos que hace, golpeando su cadera contra la mía, es
contagioso. No puedo quedarme quieto. Me encuentro
observando lo que hace, tratando de copiar sus pasos y sus
movimientos. Es divertido. Me río a carcajadas mientras ella
gira en un círculo completo con Kari en sus brazos y yo hago
lo mismo y ambos bebés están gorgoteando con deleite.
Muevo mi cola al ritmo y luego la envuelvo alrededor de su
cintura. Bailamos una canción rápida, luego nos balanceamos
con una canción más lenta y finalmente con la tercera canción
terminamos con una especie de himno que Riley sigue
gritando en voz alta una y otra vez. Es magnífica.
La canción llega a su fin y ella grita, sin aliento: —¡Paren
la música!
—Música completa —responde la IA.
Todavía me balanceo, sosteniendo a Loge en mis brazos y
moviendo mi cola. Parece que no puedo quedarme quieto.
—¡Espera! —Ella dice— Déjame tomar una foto de eso.
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Sacudo la cabeza. Siempre dice eso.
Y luego me toma una serie de fotos, con un bebé, y luego
con ambos bebés en mis brazos. Me las arreglo para
arrancarle la tableta y hacer unas cuantas fotos de ella
sosteniendo a los bebés también, y luego una de nosotros
cuatro juntos.
—¡Ojalá pudiera publicar estas de ti! —dice con
nostalgia.
—Puedes hacerlo.
—Nooo. No puedo publicarlas en mi cuenta personal, eso
sería raro. Pero podría enviártelas y tú podrías publicar las
tuyas y los de los bebés en tu propia cuenta.
—No tengo una cuenta —lo admito. O al menos una
personal. Contrato a alguien para que administre los medios
de mi canal de video para que mi base de clientes tenga
acceso.
Se ve completamente horrorizada: —¿No tienes? ¿Pero
no quieres publicar fotos de los bebés para que tus amigos y
familiares las vean?
Me encojo de hombros. Realmente, no podría
importarme menos.
—Eso es terrible... ¿Qué tal si empiezo una cuenta para ti?
Puedo publicar tus fotos por ti —ella ofrece.
—Bien. Si te hace feliz, entonces hazlo.
Me sonríe y de repente tengo tantas ganas de coger su
mano, acercarla de nuevo, tenerla en mis brazos y poner mi
lengua en su boca. Lo deseo tanto que me duele.
Debe ver el calor en mis ojos porque se aclara la garganta
y da un paso atrás. Y hay un espacio helado entre nosotros
otra vez.
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¡Infierno!
Ella se da vuelta y camina hacia la cocina y yo respiro
profundamente, deseando que mi erección disminuya.
Más tarde, después de que hayamos cenado y terminado
de alimentar a los bebés, me paro con Riley para ir arriba.
—¿Qué estás haciendo? —ella pregunta, con pánico en su
voz.
—Voy contigo para preparar a los bebés para la cama.
—No —Ella sacude la cabeza—. No. Ese es mi trabajo.
Por eso me contrataste. Trabajaste todo el día. Ahora puedes
descansar. Si quieres, puedes empezar a salir con tus amigos
de nuevo por la noche, o invitar a gente. Esta es tu casa.
¿Por qué querría yo hacer algo de eso?
—Pero te dije que te ayudaría a acostar a los bebés todas
las noches.
—No, lo hacías al principio para ayudarme, pero ahora
soy mejor en esto y si quieres, puedo hacerlo sola. Puedes
descansar. Esto es para lo que me estás pagando.
Un gruñido retumba en mi pecho. Tomo a Loge de sus
brazos y ahora tengo a los dos bebés y deliberadamente subo
las escaleras hacia la guardería.
—Aegir —susurra detrás de mí—, tal vez no sea la mejor
idea que pasemos tanto tiempo juntos. No hay mucho de esta
proximidad que pueda manejar.
Me doy la vuelta y la miro. ¡Aaah! Ahora lo entiendo.
—Puedes salir —ella traga—, con otras Hyrrokin.
Me parece que odio que me recuerde que es una
empleada. Y también odio que piense que soy un Hyrrokin
soltero buscando compañera: —No salgo —le digo, luego me
doy la vuelta y sigo al cuarto de los bebés.
P gina 79
—Por supuesto que sí.
—No. No lo hago. Rara vez salgo. Tengo mi comida
enviada aquí. Por eso mi casa es grande y cómoda y por eso
me gusta tener un guardia en la puerta principal. Nadie puede
entrar sin avisar y es fácil llevar un registro de mis entregas
—Abro la puerta de la guardería y le entrego a Kari a Riley.
—¿Por qué vives así, tan cerrado?
—No me gustan la mayoría de los seres, así que los evito.
—¿Pero no tienes que hablar y trabajar con otros
Hyrrokin por tu negocio?
—Estoy dispuesto a hablar con algunos de ellos —lo
reconozco—. Por el trabajo. Y cuando el trabajo finalice y
termine de hablar, necesito un tiempo de silencio para
recargar y estar listo para tratar con otros Hyrrokin de nuevo.
—¿Así que nunca saldrás en citas con otras mujeres
mientras yo esté aquí?
—No. Eso nunca ocurrirá.
—¿Nunca ocurrirá? Está bien —Ella deja escapar una risa
gutural que hace que mi polla se vuelva más gruesa—. ¿Puedo
preguntarte algo? —dice.
—¿Hmm? —Respondo mientras le cambio el pañal a mi
hijo. Levanto los diminutos pies de Loge para quitarle el pañal
sucio y lo tiro al incinerador. Él gorgotea de alegría ante la
cara que hago ante su olor apestoso. Es asombroso lo rápido
que me he aclimatado a esta tarea. Ahora puedo cambiar los
pañales en cuestión de minutos. Pero tener a Riley en la
habitación conmigo, ella trabajando en Kari al mismo tiempo,
hace que mi corazón se oprima y mi pecho se apriete. Es
agradable no estar más solo en esto. Estoy feliz de liberar a mi
madre y a mi hermano también.
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—¿Cómo es que eres capaz de vivir conmigo entonces?
¿No te vuelvo loco?
—Sí, me vuelves loco —lo admito.
Ella jadea: —Sólo estaba bromeando. ¡Aegir! Si realmente
te molesto, ¿por qué me mantienes aquí? Si crees que no
encajamos bien, sólo tienes que llamar a la agencia y pedir un
sustituto.
—Humana, ¿por qué dices esas tonterías?
Riley se vuelve hacia mí: —Pero tú dijiste...
Está sosteniendo a Kari cerca y mi niña ya se está
durmiendo en sus brazos. No la culpo, yo también quiero
estar en los brazos de Riley.
—Dije que me vuelves loco, no dije cómo.
Sus ojos bajan hasta mi pecho y finalmente a mi
entrepierna, donde estoy seguro de que ve el contorno de mi
polla semidura. Hoy en día siempre es así.
—¡Oh!
Ella rápidamente se da la vuelta y coloca a Kari a dormir
en su cuna. Ella envuelve al bebé con fuerza y la apoya de
lado. Y yo hago lo mismo con Loge, como Riley me enseñó
ayer. Ella dice que son las “mejores prácticas” para hacer
dormir a los bebés Hyrrokin. Todo lo que me importa es que
funcione. Realmente están durmiendo más profundo y mejor
que nunca.
Enciendo el móvil de Loge. Se arremolina sobre su cabeza
y toca los reconfortantes cantos de fuego Hyrrokin. Mi hijo se
ve contento y sus pequeños ojos negros se cierran. Ambos
salimos de la habitación y cerramos la puerta en silencio
detrás de nosotros.
—Tal vez no sea la mejor idea —ella me susurra en el
P gina 81
pasillo—, tú y yo trabajando juntos tan cerca.
Mi voz se hace más grave: —No te vas a ir.
—Aegir —trata ella de explicar—. No quiero irme, pero
tenemos esta cosa entre nosotros... pero no podemos hacer
nada al respecto. Y para colmo, eres mi jefe. ¿Te das cuenta de
lo poco profesional que es para mí tener estos sentimientos
por ti? Me contrataste para cuidar a tus bebés. Eso es todo lo
que debería hacer. Estoy segura de que la agencia puede
encontrar a alguien más que sea mejor candidata. Podría
quedarme hasta que envíen a la nueva persona, para que la
transición sea más fácil entonces...
—¡Para! —gruño. Bucles de humo salen de mis fosas
nasales.
Sus ojos se abren y ella da un paso atrás.
Suavizo mi tono: —No te he tocado —le recuerdo—. No
lo he hecho. Y me merezco una medalla por mi moderación.
—Y tampoco te he tocado —ella me recuerda—. Y
también merezco una medalla.
Una sonrisa se dibuja en la comisura de mis labios: —
Podemos hacer que esto funcione. Lo más importante es que
te quedes. Eres buena para mi descendencia. Les gustas. A mí
me gustas. A mi madre y a mi hermano también les gustas.
Encajas bien y no quiero a nadie más en mi casa, sólo a ti.
Sus luminosos ojos parecen húmedos: —¡Oh, Aegir! Está
bien, me quedaré.
Y luego, por segunda noche consecutiva, me doy la vuelta
y camino solo a mi dormitorio y cierro la puerta firmemente
detrás de mí.
★★★
P gina 82
Es tarde y no puedo dormirme. Estoy bien despierto y mi
cuerpo está en llamas, listo para aparearse y reproducirse,
pero soy incapaz de tocar a la hembra de mis sueños.
Está en la habitación de al lado. Ese gran culo que
encajaría perfectamente en la palma de mi garra. Los muslos
gruesos y la pequeña cintura. El cabello de color rubio claro
en su cabeza es un rasgo inusual, pero he aprendido a
disfrutar de cómo se mueve sobre sus hombros y brilla en la
luz. Me imagino agarrándolo en mis garras mientras la tomo
por detrás.
¡Grrr!
¿Cómo puedo dormir con estas imágenes
bombardeando mi mente y mi cuerpo?
Trato de ver un programa de video sobre historia militar,
luego leo un libro electrónico sobre las finanzas Hyrrokin. No
funciona, sigo pensando en ella.
Me como un bocadillo. Corro en la cinta de correr, luego
tomo una ducha de limpieza caliente y aún... mi maldita polla
está dura como una roca. Nada puede amortiguar la
implacable necesidad.
La casa está tranquila, todos los demás están en la cama
menos yo. Mis dos hijos están durmiendo en su cuarto de
niños. Mi humana está en su dormitorio, pero la deseo aquí
conmigo.
Nunca antes me había sentido así por nadie. Estos
intensos impulsos sexuales son nuevos. Admiro a las mujeres
hermosas y a veces siento un tic en mi polla, pero nunca lo
suficiente como para actuar de acuerdo a mis impulsos. Sólo
la bebida y las circunstancias inusuales me han hecho sentir
placer al aparearme, e incluso entonces, no quiero nada más
P gina 83
que irme a primera hora de la mañana. Pero esta humana está
en mi casa, cuidando de mi descendencia, y charlando
conmigo a diario y.… ¡me encanta!
Estoy aturdido por la forma en que ha entrado en mi vida
y ha hecho que mi impulso sexual se despierte. Me he
convertido en una bestia sexual que no quiere nada más que
aparearme con la humana. Incluso su olor me vuelve loco.
Salgo de mi habitación y deambulo por la casa,
comprobando las cerraduras. Por supuesto que ningún
Hyrrokin puede entrar, pero como tengo seres tan preciados
aquí, no puedo ser lo suficientemente cuidadoso. Finalmente,
vuelvo a mi habitación y me siento inquieto, al borde de mi
cama.
Abro las piernas e imagino cómo sería si ella fuera mía.
¿Quiero a esta humana como una compañera de
placer o como mi destinada? ¿Puede una humana
aparearse con un Hyrrokin? Nunca ha sucedido antes. Los
humanos no son comunes en este lado de los cuatro sectores.
Nunca había visto uno en la vida real antes de conocer a Riley.
He aprendido que no tiene pareja ni descendencia, de hecho,
es virgen. Si la tomara, sería su primero.
Gimo por este recordatorio y me bajo los pantalones del
pijama y liberó mi polla. Esta dolorosamente dura y de color
rojo oscuro. No puedo dormir en este estado. Voy a tener que
masturbarme para encontrar alivio. No será tan bueno como
su coño. Nada puede ser tan bueno como el coño de Riley.
Toco con mi garra a lo largo de mi gruesa longitud,
imaginando deslizarme en su calor húmedo. ¿Soy tan
diferente de los machos de su especie? ¿Será capaz de
tomarme, o le causaré dolor?
P gina 84
Finalmente admito que mis sentimientos, mis impulsos
son más que simples instintos de apareamiento por placer.
Riley no es una humana que quiero como pareja de placer a
corto plazo. Es una hembra a la que quiero como mi
compañera: —¡Mía! —gruño.
Quiero separar esos muslos y explorar las diferencias
entre nuestra especie. Continúo tocándome, acariciando mi
polla. ¿Será lo mismo que con una hembra Hyrrokin?
¿También tendrá pelo allí, como el que tiene en la cabeza?
Quiero su coño virgen en mi polla.
Mi semilla se filtra por la ranura en la corona de mi eje
rojo, haciendo que mi polla se deslice. Envuelvo mis dedos
con fuerza y me inclino hacia adelante y empiezo con golpes
rápidos y bestiales. Estoy jadeando, mi pecho se agita.
Mantengo el ritmo constante, mi mano se mueve más rápido.
Mis pelotas se están llenando de semillas y se están
apretando. Todo lo que puedo imaginar es a mi hembra, sus
manos sobre mí. Tocando su dulce cuerpo. Chupando sus
pezones. Hundiendo mi polla en su húmedo y caliente...
—¡Riley! —Echo la cabeza hacia atrás y gimo su nombre
mientras mis chorros de esperma se esparcen por mis garras.
Y así sucesivamente, el placer casi me hace desmayar.
Desearía plantar mi semilla en mi mujer, cubriéndola con mi
aroma.
Lo tengo muy mal.
Después voy al baño y me limpio. Me doy la vuelta y veo
que dejé la puerta abierta medio abierta. Frunzo el ceño ante
este descuido. Menos mal que todos estaban dormidos. Cierro
la puerta del dormitorio, apago las luces, caigo en la cama y
finalmente, finalmente puedo dormir un poco.
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7. Riley

Anoche vi a Aegir masturbarse a través de la puerta


medio abierta de su dormitorio.
Dijo mi nombre mientras llegaba al clímax.
Todavía no puedo creer que haya sucedido.
Estoy obsesionada con este Hyrrokin con las garras
puntiagudas de color plateado y no podía dormir ni para
salvar mi vida, así que por supuesto escuché sus pesados
pasos mientras caminaba por el pasillo. Abrí mi puerta y me
dirigí a su habitación para investigar. ¿Qué había planeado
decir si me encontraba con él? ¿Quién sabe? Llevaba una
camiseta sin mangas y unos pantalones cortos de pijama que
apenas me cubrían el culo, así que definitivamente no estaba
en condiciones de hacer nada bueno. Pero no esperaba... eso.
Su puerta estaba un poco abierta y vi... no pude creer lo
que vi. No pude quitarme esa visión erótica de la cabeza.
Aegir bajando su pijama y sacando su dura y reluciente polla
roja, jadeando, dándole golpes bruscos mientras se corría con
su mano.
Dijo mi nombre.
Mi nombre.
Por supuesto que no tenía camisa y sacó una enorme
polla. Era fácilmente el doble de grande que la polla de un
humano. Tuve que cubrirme la boca para que no oyera el
jadeo que se me escapaba de los labios. Era grueso e
intimidante. De hecho, me encontré un poco asustada.
¿Cabría?
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Sí.
Podría no adaptarse, pero tendría que encajar. ¡Oh,
dioses!, deseo tanto a este hombre. Nunca he anhelado tanto a
un hombre en toda mi vida.
Y todo ese semen que derramó en su garra. ¡Dioses!,
quería correr y lamerlo por él. Pero en lugar de eso corrí a mi
habitación y me escondí.
Me abanico la cara, tratando de disminuir el calor. Tengo
que dejar de pensar en esto.
Estoy en su cocina cuidando a sus preciosos bebés,
empezando nuestra rutina matutina, y trato de actuar como si
fuera un día normal. Como si el incidente que sacudió mi
mundo anoche no hubiera ocurrido. Estoy nerviosa, mis
mejillas están a punto de arder, y él todavía no está en la
habitación. ¿Cómo podré mirarlo a los ojos y hablarle hoy
como si eso no hubiera pasado? Por suerte, no he visto a
Aegir todavía esta mañana. He podido evitarlo hasta ahora,
pero es sólo cuestión de tiempo.
¿Qué se supone que debo decir? ¿Cómo se supone que
debo actuar? Nunca deja de sorprenderme lo excitado que
está por mí tal y como soy. No cree que necesite perder peso.
Se refiere a mí como “una humana frágil”, lo cual es un
desastre total. Cuando cree que no estoy mirando, noto su
mirada ardiente en mi culo y en mi pecho. Y me encanta cada
minuto de ello porque tampoco puedo apartar mis ojos de él.
¡Y cielos!, mi cuerpo sigue latiendo, anhelando que él me
toque. Anoche también terminé masturbándome. De otra
manera no podría dormirme. Por suerte tenía mi fiel vibrador
en la maleta porque nunca voy a ningún sitio sin él.
Considerando lo deprimentemente soltera que he sido, ese
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conejo y yo somos los mejores amigos. Estaba empapada y lo
metí dentro de mí, fingiendo que era esa gloriosa polla roja,
preguntándome qué tan diferente se sentiría tener el enorme
eje de Aegir golpeando dentro de mí. Su cuerpo encima de mí
y su lengua en mi boca.
En cuestión de segundos estaba allí, montando la madre
de todos los orgasmos y jadeando su nombre mientras me
corría.
★★★

Espere y espere, pero Aegir nunca bajo a desayunar.


¿Qué diablos? ¿Me está evitando? ¿Sabe que le he
visto?
Echo un respiro agitada y miro a Kari y a Loge, que están
pasando un buen rato boca abajo en sus colchonetas de juego.
Podría ir a su oficina y llamar a su puerta y exigirle que baje y
coma y haga una aparición, pero... me estoy muriendo de
timidez, así que eso no va a pasar.
Necesito algo para mantener mi mente alejada de mi sexy
jefe.
—¿Qué tal si nos vamos a la cocina mientras organizo y
charlamos con mi amiga Chloe? —Le digo a los bebés—
Buena idea, ¿verdad?
Gorjean de acuerdo.
Recojo a los bebés y los traslado a su nueva ubicación.
Los coloco cerca de los corrales con juguetes para que los
agarren y chupetes para que los chupen, y saco mi tableta, la
sostengo y hago una llamada a mi mejor amiga. Me muevo
por la cocina ahora, reorganizando la despensa y tratando de
averiguar qué hay ahí. Las especias, los alimentos y los
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productos de limpieza de Hyrrokin siguen siendo bastante
extraños para mí.
Chloe responde inmediatamente a la solicitud de video en
vivo. Últimamente tiene más tiempo libre para responder
llamadas al azar, pero es por una triste razón. Sus dos padres
fallecieron el año pasado y ella vive sola.
—¡Hola, chica! —me grita, deleitándose con su tono.
—¡Hola! —le digo, mis ojos lagrimean por el sonido de la
voz familiar de mi amiga.
—¿Estás bien? —ella me pregunta.
—Estoy bien. Estoy bien. Sólo extraño mi hogar.
—¿Nostalgia? ¿Por la Nueva Tierra? —resopla.
Yo me río. Ambos odiamos nuestro mundo hogareño;
esta es una de las cosas que tenemos en común. Le dije que no
se apuntara a mi agencia de empleo por la cláusula de
“solicitud” que ahora mismo se está extendiendo a su sexto
año de vigencia. Quería encontrar otra manera de irse, pero
terminó quedándose en casa estos últimos cinco años
cuidando de sus padres enfermos. Lamentablemente, su
padre murió el año pasado, y su madre falleció el mes pasado.
Y luego su hermana menor se casó con un vecino de la calle y
ahora Chloe está sola. Y eso me rompe el corazón. Mi amiga es
una persona amable, trabajadora y leal que merece lo mejor
de la vida, y quiero ayudarla a conseguirlo. Sé que su mayor
deseo es conocer otras especies y vivir fuera del planeta.
Chloe siempre ha tenido sus ojos en las estrellas. Le encanta
escuchar las historias de mis diferentes lugares de trabajo. Mi
plan era llevarla conmigo a Omega 9 para que pudiera
conseguir un trabajo allí y ser mi compañera de cuarto. Iba a
ser una sorpresa. Menos mal que me lo guardé para mí, ya
P gina 89
que el plan se retrasó.
Me pregunto si ella se mudaría a Tarvos en vez para vivir
entre los Hyrrokin. Me emociona pensar que mi amiga se
mude al mismo planeta y ciudad donde estoy yo. He sido
capaz de reunirme con ella en vacaciones, y nos video
chateamos y enviamos mensajes de texto casi a diario, así que
hemos mantenido nuestra amistad viva a través de los años
aunque no hemos estado en el mismo planeta desde que
éramos adolescentes. Esto no será diferente.
—Me gusta escuchar a alguien que me conoce desde que
era una niña.
—¡Oh, cariño!, yo también te extraño. Dime qué está
pasando.
Balbuceo sobre los bebés mientras trabajo en la
despensa. Me detengo a menudo para besar a los bebés y
hacer caras de graciosas tanto a Kari como a Loge.
Aparentemente, no puedo hablar de otra cosa que no sean
estos dos queridos. Chloe se ríe de mis payasadas, escucha
pacientemente y hace preguntas. Luego me cuenta los últimos
chismes de nuestro antiguo barrio y lo que pasa con el
matrimonio sorpresa de su hermana con el carnicero de la
calle. Maniobro alrededor de los robots de limpieza y tiro los
artículos que obviamente han pasado su fecha de caducidad.
Tomo nota de lo que necesitamos para poder preparar platos
frescos de la Nueva Tierra. He aprendido que a los seres de
otras especies les gusta la comida humana. Sospecho que el
Hyrrokin no será diferente.
Oigo abrirse la puerta principal.
—¿Quién es ese? —Chloe pregunta.
Miro detrás de mí: —Es Bergelmir —Lo saludo y le
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sonrío—. Es el hermano mayor de Aegir —le explico a
Chloe—, y el tío de Kari y Loge. Él y su abuela, Bestla,
aparecen casi todos los días. Se dejan caer y dicen hola.
—¿Simplemente se presentan sin avisar? ¿No te molesta?
—susurra mi amiga, aunque estoy segura de que Bergelmir
todavía puede oír cada palabra que dice.
—No —respondo honestamente—. No me molesta en
absoluto —Y realmente no lo hace. Los amigos y la familia
siempre son bienvenidos cuando trabajo con un cliente -o
bebés-, y si quieren colaborar y charlar, mejor. De hecho, hace
que me gusten más Bestla y Bergelmir, sabiendo que vienen a
ver mi trabajo al azar. Sé lo que están haciendo y por qué...
quieren asegurarse de que los bebés están bien cuidados y lo
respeto totalmente. Estoy feliz de que Aegir, Kari y Loge no
estén solos en el mundo y tengan una fuerte y extensa familia.
Bergelmir me da un gruñido de reconocimiento, luego se
acerca y silenciosamente se para en el mostrador negro y
brillante y se sirve una taza de mi café de la Nueva Tierra.
Lenta pero seguramente estoy enseñando a estos Touchstone
el valor del café. Bergelmir se gira y se enfrenta a Chloe a
través de la pantalla de vídeo.
—Bergelmir, esta es mi mejor amiga Chloe Chang. Chloe,
este es Bergelmir Touchstone.
La sangre se drena de su cara. Puedo decir que está
haciendo lo mejor que puede para ocultar su terror, pero está
literalmente temblando, y pequeños chirridos escapan de sus
labios.
—Te lo dije.
Ella toma una respiración profunda y relajante: —No te
equivocaste.
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Bergelmir nos da a los dos una mirada extraña.
—Los Hyrrokin son verdaderamente aterradores para
los humanos —trato de explicar—. Sólo sucede que tú, um, te
ves cómo...
—Monstruos de nuestras más oscuras pesadillas —
susurra Chloe con una temblorosa voz.
—Eso —Asiento con la cabeza, dándole una sonrisa
apenada.
—Belcebú.
—Bueno, sí.
—Mefistófeles. Lucifer...
—Vale, ya es suficiente —le digo—. Es mi problema, o
nuestro problema, no el tuyo, y ya lo he superado. Chloe
también lo ha superado, ¿verdad, Chloe?
—De acuerdo —Chloe respira.
Personalmente, encuentro a Bergelmir mucho más
aterrador que Aegir. Si lo hubiera visto antes que Aegir en la
sala de transporte, probablemente habría estallado en
lágrimas. Sus colmillos son más largos, su cola de púas parece
más espinosa y nunca habla. Es realmente intimidante. Pero
he visto la forma tan tierna en que sostiene a Kari y a Loge en
sus brazos y los alimenta pacientemente, así que me siento
cómoda con él. Debajo de todo ese monstruo de terror de piel
roja hay un tío dulce como un oso de peluche.
Empezamos una conversación a tres bandas con Chloe a
través de la pantalla de vídeo. Bergelmir intercambia el
ocasional gruñido y la respuesta monosilábica. Es agradable.
—¿Qué hacías antes de empezar tu propio negocio? —
Chloe le pregunta. Levanto las cejas, sorprendida de ver a mi
amiga haciendo preguntas personales a este espantoso
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Hyrrokin. Y supongo que no lo seguía bien porque no me di
cuenta de que Bergelmir trabajaba por su cuenta.
—Serví diez años con el ejército Hyrrokin antes de
retirarme con honores.
Escupo mi café. Bergelmir me da una palmadita en la
espalda. Lo miró fijamente en estado de shock. ¿Quién es este
hombre? Creo que no he escuchado una frase completa de él
hasta ahora. Aparentemente si quiero que Bergelmir hable,
Chloe tiene que hacer las preguntas.
—¿Tu hermano también era un soldado? —ella pregunta.
—Sí, servimos juntos y nos retiramos al mismo tiempo.
—Oh, ¿en serio? ¿Ambos son exmilitares? —Digo y miro
las armas mortales atadas a los muslos de Bergelmir que por
alguna razón no había notado hasta ahora— Huh.
Y justo entonces Loge empieza a llorar. Su posición en el
corral ya no le hace feliz y está pateando sus pequeños pies y
el humo sale de sus fosas nasales. Miro el reloj. Esto se
convertirá rápidamente en un épico cambio de pañales y
alimentación con biberón: —Bien, chicos, esto fue súper
divertido, pero tengo que irme, Chlo. Los bebés llaman.
—¿Mañana a la misma hora? —ella me pregunta.
—¡Claro! —grito. Y luego deslizo la pantalla oscura. Kari
empieza a llorar también y ahora sus gritos resuenan en la
cocina y en el salón. Tomo a Loge llorando de su corral y le
doy una palmadita en la espalda. Bergelmir afortunadamente
recoge a Kari también. Subo las escaleras y él me sigue: —
¿Estás listo para cambiar algunos pañales? —Pregunto.
Me río porque se ve aterrorizado.
★★★
P gina 93
Dos horas después Aegir tampoco aparece en el
almuerzo.
Bien, ahora me estoy molestando.
Normalmente, voy y llamo a la puerta de su oficina y le
hago tomar un descanso y comer con nosotros, pero por lo
que vi anoche soy demasiado gallina para entrar. Doy
golpecitos con el pie y miro alrededor. Me siento ansiosa,
como si se me estuvieran acabando las ideas de cómo
entretener a los bebés. Entonces recuerdo que Bestla me dijo
que hay un parque en esta comunidad.
Miro afuera al típico y hermoso día Hyrrokin.
¡Perfecto!
—Bien, bebés, es hora de un viaje por carretera —les
digo.
Ambos gorgotean de buen humor. ¡Dioses!, adoro a estos
dos. Ahora que les han cambiado los pañales, una breve siesta
y se han alimentado, ambos son bebés felices de nuevo.
Cuidar de los gemelos es mucho más agotador de lo que jamás
pensé que fuera posible. Pensé que sería similar en nivel de
actividad a cuando cuidaba a mis clientes ancianos. No. Oh,
no. Esto es mucho más agotador. ¿Creo que porque hay dos
bebés de la misma edad? He estado cuidando de Kari y Loge
durante tres días completos hasta ahora, y cada tarde termino
desmayándome y tomando siestas cuando ellos duermen. No
suelo ser una persona que necesite siestas, pero con estos
bebés, seguro que las necesito.
Prepararlos para salir a caminar es un proyecto en sí
mismo. Le cambio el pañal a Kari otra vez y ella
inmediatamente se caga encima de sí misma hasta el punto de
que se le sube por la espalda y es un desastre apestoso
P gina 94
gigante. ¡Ugh! Puse a Loge en una silla inflable cerca mientras
lavo a su hermana. Por último, la limpio, le pongo un pañal
nuevo y la visto con un traje nuevo. Luego le cambio el pañal a
Loge y su ropa también, porque se las arregló para escupir
sobre sí mismo mientras esperaba a su hermana.
Luego los llevo a ambos abajo y saco su pesado cochecito.
Empaqueto una bolsa de pañales con suministros de
emergencia como aprendí en el canal de video anoche. Vi un
video estupendo sobre lo que hay que empacar para un bebé
Hyrrokin y me lo tomé muy a pecho.
Finalmente los ato con correas. Me llevó una hora
preparar a los bebés y cargarlos. Han sido alimentados
recientemente, bañados, les han cambiado los pañales, y aún
no es la hora de la siesta. Es el momento perfecto para sacar a
estos bebés a tomar sol y divertirse. Nos empujó hacia el
brillante y soleado día y tomo un profundo respiro de aire
fresco y sonrío en la interminable extensión del brillante cielo
azul. He comprobado el tiempo en este planeta y la buena
noticia es que es un paraíso. Aegir vive en la mayor ciudad
industrial y comercial de Tarvos, lo cual es agradable, pero
aparentemente hay lugares en este planeta que son famosos
lugares de vacaciones que atraen a especies de otros sectores.
Caminamos alrededor de un hermoso lago y encuentro
un hermoso parque verde con muchas flores gigantes rojas y
naranjas no muy lejos de la casa de Aegir. Me siento un poco
tonta por no haberlo visto hasta ahora. Y mientras me acerco,
veo un grupo de madres Hyrrokin pasando el rato. Muchos
niños Hyrrokin están jugando en una elaborada estructura de
juego y corriendo alrededor de una fosa de fuego crepitante.
Este es definitivamente el lugar de moda en el vecindario de
P gina 95
Aegir.
Me acerco y miro nerviosamente al grupo de mujeres.
Estoy un poco intimidada. Soy la ayuda contratada después
de todo, ¿me aceptarán estas madres locales, o querrán que
me quede a distancia? No tengo ni idea.
—¡Buenos días! —saluda una hembra.
—¡Hola! —respondo instantáneamente, agradecida por
este pequeño detalle de amabilidad. Sigo moviéndome, sin
embargo, concentrada en encontrar un asiento un poco
distante de ellas para que no piensen que soy una intrusa.
—¿Adónde vas? —Me pregunta— Ven y siéntate aquí,
con nosotras.
—Sí, por favor —otra se une—, no recibimos novatos
aquí muy a menudo. Especialmente las humanas.
—Eres una humana, ¿verdad? —pregunta otra
emocionada.
—Sí, soy una humana —respondo.
—Oh, Dios mío, nunca antes había conocido a una de tu
especie. Qué emocionante. No tenemos mucho en el camino
de visitar especies en Tarvos. Creo que estamos demasiado
lejos de las rutas de navegación. ¿Vendrás a hablar con
nosotras?
Ahora las cinco hembras me están saludando con
entusiasmo. Sonrío y giro el pesado cochecito doble y lo
maniobro para poder sentarme en un banco cercano.
—¡Oh, qué bebés tan lindos! Mira sus adorables trajes.
Estoy tan orgullosa, que uno pensaría que los he dado a
luz. Loge lleva el traje verde que elegí de su armario y Kari
lleva un precioso mono lavanda. Me encanta como sus garras
plateadas brillan a la luz del sol y sus cuernos negros se ven
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tan pulidos y limpios. Le ofrezco a Kari su chupete favorito.
Parece feliz de relajarse al sol, mover la cola y escuchar
nuestras voces, pero me preocupa un poco el semblante
soñoliento de Loge. Parece demasiado cómodo y no quiero
que se duerma ahora mismo. Lo desabrocho y empiezo a
rebotarlo en mi regazo, tratando de mantenerlo feliz y alerta.
Que los bebés se duerman cuando no es su hora de siesta es la
pesadilla de mi existencia.
—Hola, me llamo Sherkis Loadstone —dice la primera
hembra después de que me instalo.
Lleva un top amarillo y noto sus brillantes y bonitos
pendientes. Yo también quiero unos.
—Estoy segura de que nunca recordarás todos nuestros
nombres —ella se ríe—, pero voy a intentarlo de todas
formas. Esta es Justical, y esa de ahí con el bebé que acaba de
dar a luz, es Lurcas.
Miro para ver a una mujer amamantando a un pequeño
bebé desnudo de piel roja. La parte superior de su blusa
naranja se baja a un lado para acomodar a su bebé lactante.
Me sonríe ampliamente. Sherkis rápidamente menciona otros
dos nombres que sí, no hay forma de que recuerde nada de
eso. Sólo sonrío y asiento: —Encantada de conocerlas a todas
—digo—. Soy Riley Anderson, la niñera humana de la familia
Touchstone. Esta niña es Kari y este precioso niño en mi
regazo es su hermano, Loge Touchstone.
—¿Touchstone? Vaya, ¿trabajas para Aegir Touchstone?
—Justical pregunta.
—Sí.
Las cinco hembras dan un suspiro colectivo de ensueño.
Parpadeo con confusión.
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—¿Ves a Aegir Touchstone todos los días? —Sherkis dice,
como si fuera la chica más afortunada del planeta.
—Sí, sí, lo hago. Trabaja desde su casa y mis aposentos
están en la misma casa.
—Vaya, eres la mujer más afortunada del planeta —dice
la madre con el pequeño bebé.
¿Qué diablos está pasando aquí? ¿Cómo es que
conocen los Touchstone?
—¿Cómo saben que el nombre de mi empleador es Aegir?
Se escuchan sus carcajadas, encantadas con mi pregunta.
—¿No lo sabes?
—No, no creo que ella lo sepa.
—¿Qué es lo que no sé?
—¡Chica, Aegir Touchstone es uno de los Hyrrokin más
ricos del planeta!
—¿Qué? No. No puede ser. No es...—Echo un vistazo a mi
alrededor. Esta comunidad es bonita, muy bonita, pero no
diría que el estilo de vida de Aegir grita “el hombre más rico
del planeta”. No es pretencioso ni exagerado con el
despliegue de su riqueza y estatus. Me siento cómoda con él y
su familia. Me tratan como algo más que la exótica y cara
niñera que contrataron. Y eso me gusta. Mucho.
Sherkis se ríe: —Él lo es. Él inventó eso... eso... —Ella
agita su mano— Oh, ¿qué es?
—Es una especie de cosa de finanzas —dice Lurcas—. Mi
destinado habla mucho de ello. Dice que lo usa todo el tiempo
y que nos ha dado mucho dinero.
Mi mente se dirige a la oficina de Aegir. Las pantallas de
video de alta tecnología y todos esos premios en sus estantes:
—¡Guau! Supongo que pensé que un gran derroche de Aegir
P gina 98
en la vida era contratar a una niñera humana y tal vez
comprar su vehículo deportivo. Sé que se siente cómodo
cuando se trata de dinero, pero no sabía...
—Oh, está más que cómodo. Es un billonario.
Yo quedo boquiabierta: —¿Billonario? —¿Aegir? ¿Mi
Aegir es un billonario?
—Aegir Touchstone es rico y famoso. Todo el mundo en
el planeta sabe quién es y sigue su vida. Es un héroe aquí en
Tarvos. El Presidente le dio una medalla de honor el año
pasado por sus avances en las finanzas.
—¿A Aegir?
—Oh, y encima de eso, es un recluso. Los hermanos
Touchstone nunca salen y no tienen citas. Ésa es otra razón
por la que estamos celosas de que lo veas todos los días. Casi
nadie ve a ninguno de esos hombres en la vida real.
—Esto es parte de su mística —dice Sherkis—. Vivimos
aquí en la misma comunidad que Aegir Touchstone, pero ni
siquiera nosotros lo vemos. Cuando sale de casa siempre está
en su oscuro vehículo Serie X.
—Y las ventanas están tintadas —una hembra con una
cara delgada se queja—. Oye, ¿también puedes ver a
Bergelmir Touchstone? ¿También visita la casa?
—Oh sí, lo hace. Estaba hablando con Bergelmir esta
mañana. Vino y ayudó a alimentar y cambiar a los bebés.
Chillan con deleite y se ríen y se empujan unas a otras.
—¡Ella habló con él esta misma mañana! Eso significa que
estaba aquí, en nuestra comunidad. Estaba a una calle de
Bergelmir Touchstone.
—¿Puedes creerlo? Cambia pañales.
—Creo que me voy a desmayar.
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—¿Qué hermano te gustaría que cuidara de tus bebés?
—Quiero a ambos.
—No, sólo quiero a Aegir.
—Oh, cállate. Bergelmir es más guapo que Aegir.
—No, no lo es. Aegir es obviamente más guapo.
Sigue una larga y acalorada discusión de Aegir contra
Bergelmir, mientras intento no reírme a carcajadas. Al final
todas están de acuerdo en que Bergelmir es más guapo,
porque sus colmillos son un poco más largos y su cola de púas
es más mortal. Una crisis total.
—Riley, ¿conoces a la madre de los bebés? —Lurcas
pregunta.
Y entonces las cinco hembras se callan y se vuelven para
mirarme.
—Todos han oído lo que pasó con esa perra, Kritan
Softstone —dice Justical—. ¿Es verdad que ella lo engañó
para que la dejara embarazada?
—Sí. Es verdad —respondo—. Está pasando por los
tribunales ahora mismo. Y no, no la he conocido —De hecho,
espero no conocerla nunca. ¿Qué tengo que decir que pueda
considerarse agradable o constructivo para una mujer que
trató a Aegir tan terriblemente y tiró sus bebés a un lado
como basura?
—¡Ugh! Ese pobre macho es un recluso que raramente
sale o tiene citas. Y Kritan consigue que salga con ella en una
cita y ella lo engaña para que se case por placer, se asegura de
ello al quedarse embarazada...
—Escuché que ella lo drogó. Poniéndole algo en su
bebida.
—Te apuesto lo que sea a que también tomó medicación
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para asegurarse de que era súper fértil. Por eso se quedó
embarazada con gemelos de aquella vez que estuvo con él.
—¡Oooh!, apuesto a que tienes razón.
—En serio, ¡qué perra!
Todas se giran para mirarme de nuevo.
—Bueno, todos en Tarvos les desean lo mejor a los
hermanos de Touchstone —ofrece Sherkis—, y todos estamos
siguiendo lo que pasa con sus bebés. Todos esperan un buen
resultado. Es justo que los tribunales decidan a favor de Aegir.
—Creo que es bueno que haya contratado a una niñera
humana —dice Lurcas mientras cambia a su bebé a su otro
seno—. Tratar de criar a esos dos bebés por su cuenta sería
imposible.
Todas se giran para mirar tiernamente a Loge, que está
apoyado en mi regazo, y a Kari que se está relajando en el
cochecito: —Pobres bebés —algunas de ellas cacarean y
sacuden la cabeza.
—Pero al menos te tienen a ti —dice Sherkis—. Aegir
contrató una niñera humana, lo que significa que contrató a la
mejor, así que su descendencia está en buenas manos.
—Oh, gracias por decir eso —El calor se extiende por mis
mejillas—. Lo intento. Realmente lo hago. Quiero que tengan
una buena vida de bebés —Me agacho y beso la parte
superior de la dulce cabeza de Loge, justo al lado de sus
pequeños cuernos—. Me esfuerzo por asegurarme de que
tengan todo lo que necesitan.
—Debe ser duro, sin embargo, vivir solo con Aegir en esa
situación —dice Lurcas—. No sé cómo lo haces.
Hay un murmullo de acuerdo por parte del grupo.
—¿Qué situación? —Pregunto inocentemente.
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—¿Qué situación? —Risas justas— Humana, estás
viviendo con el hombre más guapo y rico del planeta y él está
técnicamente ligado a otra. Esto significa que no puedes
tocarlo, y él no puede tocarte. Eso sería una tortura para
cualquiera de nosotras.
—¡Oh! —Jadeo, mis mejillas flamean aún más que
antes— ¡Oh! no es así. Es sólo mi jefe —Digo, mientras mi
mente se fija en el momento de anoche en que Aegir gimió mi
nombre mientras su semen caía en su garra.
—Uh, huh.
—No, de verdad —digo, recordando cómo me masturbé y
gemí su nombre mientras me corría más duro que nunca en
toda mi vida. Y cómo dijo que, si no fuera por esa legalidad,
me tendría debajo de él. ¿Cómo saben ellas sobre lo que hay
entre nosotros? ¿Nos están espiando?
—¿Estás sin pareja? —pregunta una de las madres.
—Sí, soy soltera.
—¡Chica! —Se ríe Sherkis— Te doy dos ciclos lunares y
estarás ligada a ese macho.
—Sip —Dos de las otras hembras asienten con la cabeza.
—¿Q.…qué?
—Apostemos por ello —dice Justical a las demás—. Digo
que un ciclo lunar y estarán vinculados.
—Eh, le doy tres —comenta Lurcas—. Aegir es conocido
por ser un recluso, puede que le lleve más tiempo ver lo que
tiene delante de su cara.
—Y —señala Sherkis—, podría tomar tiempo para que su
reclamo se lleve a los tribunales. El padre de Kritan tiene
mucho poder. Habrá un retroceso, lo que podría frenar su
capacidad de declararse.
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—No —Niego con la cabeza—. No. Señoras, sólo soy la
ayudante contratada. Soy la niñera. Aegir es mi jefe y yo soy
su empleada. Cuido de sus bebés mientras él trabaja. Y yo,
yo... —Nadie. Aegir es una especie de héroe billonario de
Hyrrokin y yo sólo soy una huérfana que dejó su planeta natal
porque tenía cero perspectivas. Y no es que los hombres
humanos estén clamando por casarse conmigo y ponerme un
anillo.
—Humana, eres adorable —afirma Sherkis—.
Obviamente eres una mujer con la que puede contar, que es lo
que necesita en su vida. No será capaz de resistirse a ti.
Dejo escapar una risa: —Es muy dulce de tu parte, pero
créeme, en mi propio planeta soy simplemente ordinaria. De
hecho, muchos hombres humanos se desaniman por mi peso.
—¿Peso?
Se miran la una a la otra, sorprendidas.
—¿De qué está hablando?
—¿Qué significa eso?
—Creo que tu única culpa es que necesitas ganar algo de
músculo —dice Justical—. Bueno, y por favor no te lo tomes a
mal, pero ese pelo de tu cabeza es un poco extraño, pero estoy
segura de que Aegir puede mirar más allá de ello. Eres un
poco pequeña y frágil, pero estoy segura de que después de
haber vivido más tiempo en Tarvos, respirando nuestro aire
saludable, te harás más fuerte.
—Creo que Aegir Touchstone debería unirse a una
hembra Hyrrokin, no a una humana —se queja una de las
madres.
—¡Oh, ignórala! —Dice Lurcas— Akril sólo está celosa.
No importa si Aegir termina con una humana o con una
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Hyrrokin. Mientras él sea feliz y sus bebés estén siendo
cuidados, eso es lo que importa. Y si tú eres la que le hace
feliz, que así sea.
Esto es tan dulce que creo seriamente que voy a llorar.
—¡Oh, dioses míos!, me encantaría ser un bicho en la
pared de esa casa —exclama Justical—. Aegir Touchstone
cuidando de sus bebés gemelos. Apuesto a que se duermen en
su pecho.
Todos suspiran con alegría.
—Quiero ver tanto a Aegir como a Bergelmir Touchstone
con los gemelos. Fotos de padre y tío.
—¡Oh!
Juro que estas señoras se están desmayando,
abanicándose.
—Bueno, ya sabes —les digo—. Tomé algunas fotos de
Aegir con sus bebés anoche que pensé que eran preciosas. Le
dije que tenía que empezar a publicarlas, aunque sólo fuera
para sus amigos y familiares. Pero Aegir dijo que no tiene una
cuenta. Dijo que podría abrir una para él. Podría asegurarme
de que os lo haga saber a todos para que podáis seguirlo.
—Si se inicia una cuenta de Intelgram mostrando a Aegir
y sus bebés, y si se pueden incluir fotos de su hermano
también, será el canal más caliente del planeta. Se volverá
viral. Romperás las redes de video.
¿En serio? Bueno, supongo que debería empezar con eso.
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8. Aegir

Finalmente salí de mi oficina y encuentro a Riley


caminando por el pasillo, tratando de sostener a Kari y Loge
al mismo tiempo, como yo. Pero ella es una humana frágil
tratando de hacer el trabajo de un macho Hyrrokin
completamente desarrollado, así que doy un paso adelante y
tomo a Kari de sus brazos.
Una sonrisa tentativa cruza sus exóticos rasgos, causando
que el calor brille en mi pecho.
Miro los brillantes ojos negros de mi niña y me doy
cuenta de cuánto echaba de menos a mi descendencia. Intento
ponerme al día en todos los asuntos importantes que dejé
pendientes cuando los bebés pusieron mi vida patas arriba.
Hoy he trabajado desde antes del amanecer hasta el final de la
tarde, pero ahora estoy decidido a pasar el resto del día con
Kari y Loge y la humana en la que no puedo dejar de pensar.
Y aquí está ella.
A lo largo de los años he construido una base de clientes,
proveedores y relaciones de negocios. Mis tres excelentes
asistentes virtuales se aseguran de que todo esto funcione sin
problemas para que pueda hacer lo que mejor hago: encender
las pantallas de video y monitorear el flujo de trabajo de los
programas de la red financiera que he creado. He contratado
un enorme equipo Hyrrokin para examinar y validar los datos
en tiempo real, y alquilo espacio en un enorme centro de
distribución de la red de video para alimentar y transmitir mi
servicio a los ciudadanos de Tarvos.
P gina 105
Mi vida como un Hyrrokin soltero implica un intenso
trabajo diario, sin pensar en formar relaciones personales con
otros seres, que no estén relacionadas con el trabajo. Mis
propios deseos y necesidades eran prioritarios, junto con el
ocasional reporte con mi madre y mi hermano para que
supieran que todavía estaba vivo. Pero ahora que tengo
descendencia y mi futuro está ligado a mi casa, voy a tener
que cambiar estas prácticas. Ya no soy un simple Hyrrokin. En
su lugar soy un hombre con descendencia y una pareja a la
que atender.
Y esto no me molesta en lo más mínimo. Estoy
agradecido por este cambio. Agradecido por estos seres que
han invadido mi vida y me están convirtiendo rápidamente en
un macho de familia Hyrrokin.
Me doy cuenta de que Riley desvía su mirada y se muerde
el labio mientras bajamos las escaleras. Hmm...
¿Por qué no ha venido hoy y me ha pedido que me tome
un descanso? Lo hizo por mí los dos últimos días, y tengo que
admitir que disfruté de su persistencia. Pero no la he visto en
absoluto hoy. De hecho, no la he visto desde anoche.
¿He herido sus sentimientos con mi ausencia?
—Siento haber estado fuera todo el día —le ofrezco,
completamente desacostumbrado a tener que dar cuenta de
mi tiempo con otro ser—. Tuve que asistir a una reunión de
video que comenzó mientras dormías, luego continué con
proyectos todo el día. Yo justamente acabo de apagar todo y
me fui.
Ella me da una inclinación de cabeza: —Voy a hacer un
poco de café —dice—. ¿Quieres un poco?
—Sí —Haré lo que sea para estar cerca de ella.
P gina 106
La sigo a la cocina, observando una vez más la forma en
que su trasero se mueve debajo de sus pantalones cortos.
Pasamos por las mismas rutinas. Los dos nos estamos
convirtiendo en una máquina bien engrasada de cuidar bebés.
Trabajamos juntos para elegir y preparar la cena, y
terminamos en la mesa con bandejas de carne quemada
Hyrrokin, y un bebé en cada uno de nuestros regazos.
—Te he echado de menos hoy —digo de golpe.
—¿Lo hiciste? —Sus mejillas se vuelven de ese
encantador tono de rosa. Y luego mira hacia otro lado y no
responde. ¿Qué le pasa hoy? Está actuando diferente.
Le pregunto de nuevo sobre sí misma, porque quiero
saber más sobre Riley Anderson, la hermosa y compleja
criatura que está cuidando tan maravillosamente de mí y de
mis bebés. Y ya he aprendido que animar a mi mujer a hablar
de sí misma conduce a una Riley feliz. Esta vez pregunto
específicamente si le gusta su agencia de empleo. Me
complace cuando se abre y me cuenta sus preocupaciones.
—Normalmente no le cuento esto a nadie excepto a
Chloe. No puedo creer que esté admitiendo esto ante ti, pero...
Descubrí que se supone que está contratada por un año
de trabajo con la agencia, pero en cambio se ha quedado
atascada en un contrato depredador de cinco años. Maldigo a
estos seres al infierno de Hyro y hago una nota mental para
llamar a mi abogado por la mañana y que se ocupe de eso. No
hay manera de que mi hembra sea “propiedad” de alguna
compañía al azar. Compraré su contrato si es necesario.
Además, me molesta la idea de seres desprevenidos
atrapados en lo que equivale a una servidumbre por contrato.
Alertaré personalmente a la Oficina de Negocios
P gina 107
Intergalácticos.
Se encoge de hombros: —Ha sido difícil, pero he podido
vivir con ello. Y realmente disfruto de mi trabajo, pero no de
los seres que dirigen la agencia.
Un gruñido retumba en mi pecho.
—¡Cuidado! —se ríe y bosteza al mismo tiempo—, vas a
romper esa taza si no tienes cuidado.
Miro hacia abajo para ver que he estado agarrando mi
taza demasiado fuerte.
—Tengo que admitir algo más para ti —ella dice—. Algo
que probablemente debería haberte dicho el primer día, pero
estaba nerviosa.
Parpadeo: —¿Qué?
Respira profundamente y traga con fuerza: —Nunca he
trabajado con bebés antes. En realidad, me especializo en
geriatría y antes de mi llegada aquí ni siquiera había
cambiado un pañal. He tenido que aprender en el trabajo.
Dejé escapar un suspiro de alivio: —Ya lo sabía.
—¿Lo sabías?
—Sabía todo sobre ti —Bueno, excepto por su edad y su
aspecto real. Obviamente no lo comprobé con suficiente
claridad antes de su llegada. Supongo que pensé que no
importaría. Pero lo hizo. Así fue.
—¿Qué? Sobre... Mí.
Levanto una ceja: —¿Crees que dejaría que una extraña
cuidara de mis hijos?
—Oh, supongo que no. Yo…
—No. No lo haría. Ordené a mi equipo de seguridad que
te investigara. Antes de que llegaras, ya tenía tu historial de
trabajo completo y lo había revisado. No encontré nada que
P gina 108
garantizara tu expulsión.
—Pero nunca he trabajado con bebés antes. ¿No te
molestaba eso?
—No —Uso la línea favorita de mi madre—. Las humanas
son maravillosas tanto con los ancianos como con los jóvenes.
Tu especie tiene una habilidad natural en lo que a esto se
refiere. Las humanas son famosas en los cuatro sectores por
su habilidad de cuidar profundamente de los seres que no son
de su propia especie.
Puedo ver que esto le complace, al oírme hablar así de su
especie.
—¿Pero no te molestó que tuviera esa calificación de una
estrella en mi última colocación de la Casa Ulmath?
Dejé salir una bocanada de humo negro: —He tenido
tratos con ellos. No tomo todo lo que esos fanfarrones dicen
en serio.
—Oh. Era una clasificación falsa de todos modos. Le
pregunté a Lorinda si podía publicarlo por mí para que yo
pudiera salir de mi contrato.
—Hmm. Pensamiento inteligente. ¿Cómo acabaste
conmigo entonces, si finalmente habías encontrado una
salida?
Ella sonríe: —Es todo culpa tuya.
—¿Mía?
—Solicitaste una niñera humana de inmediato y yo era la
única humana disponible.
Me siento derecho. ¿Arruiné el plan de vida de esta
mujer? Parpadeo ante ella, sin saber qué hacer para
mejorarlo.
—Oh mira, ¿qué es eso? —Ella señala la ventana.
P gina 109
Hay movimiento en el camino de entrada frente a nuestro
estacionamiento para vehículos. El sol se está poniendo con
un resplandor de tonos naranjas y púrpuras, pero todavía
puedo ver el brillo de la luz en la ventana de su nuevo
vehículo: —¡Oh! —Respondo casualmente— Por fin ha
llegado —una gran sonrisa se extiende por mi cara. Espero
que esto mejore las cosas.
—¿Qué significa eso?
—El concesionario está entregando tu nuevo vehículo
utilitario de la serie X5.
—Mi nuevo... ¿Qué? —Su voz se desvanece mientras está
de pie, con Kari en sus brazos, y se adelanta para ver como el
enorme vehículo negro se detiene en la entrada. Yo también
me acerco a la ventana y me pongo a su lado, con Loge en
brazos. Estoy satisfecho con el aspecto del X5 que compré sin
haberlo visto. Un hombre Hyrrokin elegantemente vestido
sale y lo deja en el frente para mí. Mi sonrisa se amplía al
hecho de que está colocando un enorme lazo rojo de tela en el
capó del vehículo. Perfecto.
Riley se da la vuelta: —¿Lo obtuviste, para mí?
Loge gorgotea en mis brazos. Un poco de humo sale de
sus fosas nasales. Pongo una garra sobre sus perfectos
primeros cuernos y respondo: —Sí. ¿Te gusta tu nuevo
regalo?
—Yo... yo... Aegir, esto es demasiado.
—¿Demasiado? No, no lo es, está hecho por la misma
compañía que hizo mi vehículo.
—Exactamente, no es algo que debas comprar para el uso
de tu niñera —escupe.
Estoy confundido. ¿Está enfadada? ¿Por qué se
P gina 110
molestaría en recibir una Serie X5? Ganó el vehículo del año
en el Show Intergaláctico de Vehículos del año pasado.
Normalmente los seres tienen que unirse a una lista de espera
de meses, pero me las arreglé para conseguir esto para ella en
unos pocos días: —Quiero que tengas lo que yo tengo —le
digo—. Y no eres sólo mi niñera.
—Lo soy —ella gime.
—¡Eres mía! —le digo. ¿Cómo puede no saber esto?
Diría más, pero no tengo el honor de buscar otra relación, así
que guardo todas las emociones que crecen
exponencialmente cuando está cerca.
—¡Detente! —Ella sacude la cabeza— Tenían razón.
—¿Quién tenía razón?
—Conocí a algunas madres locales hoy, en el parque
comunitario. Estábamos hablando y ellas sabían quién eras, y
me dijeron que eras rico.
Me encogí de hombros: —Resulta que tengo una riqueza
excesiva.
—¿Así que es verdad?
—Sí, soy rico —Y también estoy muy orgulloso de ello.
Trabajé duro para crear esa cartera de clientes. Mi filantropía
es reconocida, pero principalmente uso mi dinero para
reinvertir en mi negocio. Estoy construyendo una
infraestructura innovadora que eventualmente extenderá mi
programa financiero a los cuatro sectores. Esa infraestructura
también servirá para el doble propósito de mejorar todo el
sistema de comunicaciones del planeta a 100G, que luego
daré a los ciudadanos de Hyrrokin de manera gratuita—. Creí
que sabías que tenía dinero.
—Por supuesto que sabía que eras rico. Me contrataste y
P gina 111
puedes permitirte ese ridículo coche que conduces, y esta es
una casa muy bonita, pero, Aegir, no sólo eres rico, eres un
maldito billonario. Me dijeron que eres el ser más rico del
planeta.
Es verdad. Lo soy: —¿Estás enfadada porque tengo
mucho dinero? —pregunto. Esta debe ser la única mujer de
los cuatro sectores que está molesta porque el hombre que la
desea es un billonario. Frunzo el ceño—. Además, mi coche no
es ridículo.
—El hecho de que seas rico no es nuevo para mí. He
trabajado para muchos seres ricos. Mi última colocación fue
en el complejo de la familia Ulmath en Chronos. Estoy
acostumbrada a mansiones y palacios y mucho personal y
habitación tras habitación vacía llena de lujosos muebles sin
usar. Viví con seres que viajaban a lo largo y ancho y tenían en
promedio tres casas diferentes. Poseían cosas como naves
espaciales de lujo personales y a veces planetas enteros.
Frunzo el ceño y sacudo la cabeza: —No vivo de esta
manera. Prefiero vivir tranquila y cómodamente, cuidando mi
privacidad. Mi dinero es simplemente una herramienta. Me
permite hacer crecer mis ideas en la realidad, lo que espero
ayude a otros. Me permite la libertad de hacer lo que quiero, y
asegurarme de que mi familia tiene todo lo que necesita.
—Supongo que originalmente pensé que tú, Bergelmir y
Bestla habían juntado su dinero por la desesperación de
comprar una niñera para Kari y Loge y yo te estaba ayudando.
Aprieto los labios: —Pero en vez de eso descubres que
soy un billonario y estás... ¿desilusionada?
Ella respira hondo: —Me hace sentir que no somos
semejantes. ¿Qué tenemos en común si eres tan rico y
P gina 112
poderoso? ¿Por qué querrías...?
—Te deseo más que a cualquier mujer que haya anhelado
en mi vida.
Ella me mira fijamente en estado de shock: —No.
—Sí.
—Bueno, yo... no quiero que pienses que me quedo aquí
contigo y los gemelos por el dinero, o por regalos como ese —
Ondea una mano despectiva al vehículo estacionado en la
entrada—. Estoy aquí porque la agencia accedió a darme una
triple bonificación, un viaje de transporte y una mejora en mi
eventual apartamento en Omega 9. Pero en realidad, lo hice
porque significaba que podía permitirme patrocinar a Chloe y
llevarla conmigo. Esas fueron las razones originales por las
que vine aquí, pero ahora me quedo porque...
—¿Por qué te quedas aquí ahora?
—Me quedo ahora porque cuido de Kari y Loge y no
puedo imaginarme dejándolos.
—¿Alguna otra razón?
—También me gustas, bien, me gustas. Eres mi amigo.
—¿Somos amigos?
—Sí, no sólo eres mi jefe, también eres mi amigo. Es por
eso que no quiero que esto sea sólo por dinero. Es por eso que
me preocupa que seas un billonario. No quiero que me
compres cosas que no necesito, como ese enorme y
ridículamente caro coche. No puedo permitirme el lujo de
conseguirte regalos comparables. No se siente bien.
Entiendo lo que me está diciendo. Quiere la habilidad de
sentirse como mi igual. Esto es comprensible. Pero planeo
hacerla mi compañera y ella compartirá legalmente toda mi
riqueza. Entonces seremos iguales. Pero no puedo decir nada
P gina 113
de esto todavía. Es demasiado pronto: —Riley, déjame hacer
esto por ti. ¿Puedes perdonarme por ser un billonario y
dejarme regalarte este vehículo?
Ella suelta una carcajada: —Sí. Supongo que puedo
perdonarte por ser multimillonario.
Quiero cogerla en mis brazos y darle un beso. Estoy
mirando sus labios cuando dice algo perturbador.
—No quiero terminar como la compañera de placer
temporal de un rico. No es así como yo opero. Mi mente y mi
corazón no funcionan de esa manera
—¿Esto es lo que crees que eres para mí?
—Esto es lo que soy para ti. Sí.
—Te equivocas.
—Dices que me deseas, que si no tuvieras ese tecnicismo
legal...
—Te tendría debajo de mí ahora mismo. Sí, eso es lo que
pasaría. No quiero que te vayas.
Ella niega con la cabeza: —Planeé estar aquí no más de
un año. Ese es el tiempo promedio que duraron mis otras
colocaciones. No me voy a ir ahora mismo, ya lo hemos
discutido. No quieres otra humana, ¿recuerdas? Creo que
estarías mejor con otra persona. Alguien que sea una
verdadera niñera especializada en bebés. Alguien de quien no
tengas que preocuparte va a.… —Sus mejillas se ponen
rosadas.
—¿Qué? —Pregunto— ¿Qué te preocupa que pase...?
—¿Qué pasa si tengo un desliz y me comporto contigo de
forma poco profesional?
—Por favor, haz algo poco profesional —le ruego.
Ella pone los ojos en blanco y hace rebotar a Kari en sus
P gina 114
brazos: —Aegir. Detente.
—Disfruto de tu compañía —le digo. Ya lo he dicho antes,
pero es importante que lo repita. Ella no entiende cuánto me
disgusta normalmente otro Hyrrokin. Soy un verdadero
introvertido que es capaz de comunicarse a través de la red
de video pero que requiere un intenso tiempo a solas. Y aun
así la quiero conmigo cada segundo del día. Con mi
descendencia, y también conmigo en la cama tomando mi
polla. Esto es asombroso. Nunca he querido tanto estar cerca
de otro ser. Ella es mi futuro, es la única explicación. Pero no
puedo comprometerme con ella, así que hago todo lo posible
por decirle mis sentimientos para que vea a dónde nos lleva
esto. No puedo perder a esta maravillosa humana. Soy un
recluso que odia gastar dinero. Siempre he sospechado que, si
las hembras conocieran mi verdadero yo, correrían en la
dirección opuesta. Y aun así Riley vive conmigo y parece feliz
con mis rutinas. Tengo suerte de que ella me considere como
una futura pareja.
No es simplemente mi compañera de placer; es la madre
de los futuros Touchstone.
—Me siento muy cómodo contigo en mi casa —
continúo—, cuidando de mi descendencia. Sé que al principio
te preocupaba que fuera difícil con nosotros dos estando aquí
a tiempo completo, pero trabajamos bien juntos. No hay otras
mujeres en mi vida, sólo tú y mi madre. Te mostraré lo que
eres para mí. Practicaremos esto y viviremos juntos como si
fueras mi destinada. Usarás este vehículo que compré no sólo
para ti sino también para mi descendencia y quiero que lo
uses. Vive aquí conmigo como si fueras mía. Quiero que veas
que esto es real y que eventualmente durará más de un año.
P gina 115
Sus brillantes ojos humanos están húmedos: —De
acuerdo —responde ella con una voz áspera—. Bien, lo
intentaremos.
P gina 116

9. Riley

Cuidar de estos bebés es más difícil de lo que pensé que


sería. Tengo que admitir que me está agotando. Los adoro,
pero aun así, dormir más estaría bien.
Llevo tres semanas en esto, lo que significa que Kari y
Loge tienen más de dos meses. Pero como crecen más rápido
que los bebés humanos, ya los alimento con sólidos. Y siguen
durmiendo toda la noche, lo cual es una bendición.
Vivir en la casa de Aegir, aunque agotador, ha sido
probablemente la época más feliz de mi vida. Hace unas
semanas sugirió que viviéramos juntos como si realmente
estuviéramos juntos. Sus palabras exactas fueron, “vive aquí
conmigo como si fueras mía”. No tiene ni idea de que tengo
esta cita en mi salvapantallas y la miro con frecuencia. Me
ayuda a superar los tiempos difíciles, todos los días solitarios
sin poder tocarlo. Cada vez que dudo, vuelvo a leer esa línea y
soy capaz de seguir adelante.
Me he metido en un buen lío, cuidando a los bebés y
charlando y pasando el rato con la madre y el hermano de
Aegir. También he conocido a la mejor amiga de Bestla,
Methone. Las dos vinieron hace dos semanas en un fin de
semana e insistieron en que descansara en una silla mientras
ellas se encargaban de bañar, cambiar y alimentar a los bebés,
lo cual es encantador. La primera vez que esto sucedió me
quedé dormida en la silla. La segunda vez que vinieron, me
obligaron a ir directamente a la cama y a echarme una siesta.
Me encantan esas señoras.
P gina 117
Salgo al parque la mayoría de los días y me reúno con las
madres locales para la tan necesaria charla de mamá
Hyrrokin.
Entre Aegir, Bergelmir, Bestla, Methone y el grupo de
madres, estoy feliz con mis conexiones adultas locales. Me
gusta mucho, mucho Hyrrokin y el clima aquí es increíble. Los
seres aquí son bastante relajados. Me estoy acostumbrando a
su exhalación de fuego, a sus colas retorcidas y a sus cuernos
negros. Ayer, dos de los niños mayores del parque se
enfrentaron y lanzaron llamas, justo sobre mi cabeza. Y ni
siquiera me acobardé.
También me gusta empujar el cochecito doble de los
bebés para dar largos paseos por los senderos de la reserva
salvaje que está justo al lado de la cerrada comunidad. Es
súper agradable salir entre los árboles, las flores brillantes y
el parloteo de los pájaros de colores, con el beneficio
adicional de hacerme sentir más fuerte. Mi estómago se está
endureciendo a los lados y mis muslos y pantorrillas están
firmes. Me siento muy bien. Estoy disfrutando mucho de esta
vida con estos dos bebés y su padre aquí, en Tarvos.
Probablemente demasiado.
Es vergonzoso lo mucho que adoro a Kari y a Loge. Son
bebés preciosos con sonrisas brillantes y personalidades
encantadoras. Me encanta el sonido de sus pequeñas risas y el
humo que sale de sus fosas nasales. Me estoy metiendo más
profundamente en este lugar que nunca antes. Aunque la
diferencia aquí es que Aegir dice que esta colocación no
terminará.
Hmm.
Parte de mí le cree, pero parte de mí siente que lo creeré
P gina 118
cuando lo vea. He vivido de esta manera durante los últimos
cinco años, pensando que estaba consiguiendo algo que
realmente quería -el fin de mi contrato-, sólo para que me lo
quitaran una y otra vez. He aprendido de la manera más dura
que los seres a menudo hacen promesas que no cumplen.
Mi principal problema estas últimas semanas es mi
intensa frustración sexual. He estado viviendo con un hombre
que me atrae más cada día que pasa. Comienzo cada mañana
con una ducha rápida en la unidad de limpieza, antes de que
alguien se despierte. Y para ser sincera, la mitad de las veces
termino masturbándome ahí, sólo para relajarme.
Duermo en mi propia habitación, que está al lado de la de
Aegir. Y me encuentro preguntándome cómo sería dormir
cada noche con ese gran y sexy cuerpo rojo al lado del mío,
sosteniéndome fuerte en sus brazos, con su polla
deslizándose dentro de mí.
Observo el movimiento de su trasero en sus pantalones
negros mientras camina por la casa, y la maravillosa curva y
caída de los músculos a lo largo de su espalda desnuda hasta
el momento en que cierra la puerta de la oficina detrás de él.
Él me desea y yo a él, y nuestra química es explosiva, pero no
podemos hacer nada al respecto debido a alguna legalidad
Hyrrokin. Además, está el hecho de que es mi empleador y
extrañamente rico, así que no puedo evitar sentir que esto
está mal y que nunca funcionará al final. Y aun así estamos
pasando cada momento juntos en el futuro inmediato.
¿Dice que quiere algo permanente? Esto no es simple
lujuria y placer de aparearse. ¿Se supone que tengo que
esperar a que esto termine y él me mostrará más tarde lo
serio que es? De nuevo, yo sólo... no lo sé. ¿Cómo puede este
P gina 119
famoso macho, multimillonario y ex-militar, quererme
como compañera? Me gusta pensar que soy razonablemente
atractiva, pero en realidad, tengo sobrepeso y nada especial.
No fui a la universidad y tengo cero conexiones en este
planeta. ¿No sería mejor que se casara con una mujer
Hyrrokin emprendedora que le ayudara a llevar su
negocio? ¿No sería mejor para mí esperar y encontrar un
hombre con el que sea más compatible en Omega 9?
Pero estoy tan embelesada, tan en.… no sé qué, y fuera de
mi mente con una lujuria cegadora que le doy una
oportunidad a este loco plan. Su mirada acalorada me hace
olvidar el hecho de que en realidad este macho está
totalmente fuera de mi alcance. Estoy bastante segura de que
cambiará de opinión y me iré en el momento en que se dé
cuenta de que sólo le gusto porque soy una humana exótica.
¿Quizás piense que tener sexo conmigo suena más
pervertido de lo que se cree? Pero en realidad, cuando sea
libre de empezar a salir de nuevo, verá que todos estamos
equivocados. Y entonces será el momento de pasar a mi
siguiente colocación.
Preveo la angustia. Le dije que no quería terminar como
la compañera de placer de un billonario, pero eso es
exactamente lo que puede pasar aquí. Es la apuesta que hago
al quedarme. Y cuando me vaya, me iré no sólo dejando a
Aegir, sino también a Kari y Loge. Y a la familia de Aegir, y de
las amigas que estoy haciendo en el vecindario. Y aun así no
puedo dejar de quererlo y desear que esto sea real. Es como si
mi coño estuviera dirigiendo este programa y mi mente
estuviera en un segundo plano. Debería estar protegiendo mi
corazón, pero me importa y me siento tan atraída por él que
P gina 120
uso mi vibrador de conejo todas las noches, imaginando que
es Aegir el que se acuesta conmigo. Y me pregunto si él
también se está masturbando.
¿Sabe que lo vi esa noche en su habitación? Todavía no
se lo he dicho.
Cada noche, después de que los bebés se duerman y
estemos solos, Aegir insiste en que veamos juntos los
programas de vídeo. Empezamos en sofás separados, pero al
final no podemos soportar la separación y corro a ver el
programa juntos. Aegir es un gran acurrucador y he
descubierto que su piel roja es cálida y suave y le gusta poner
su cola sobre mis piernas. A veces puedo sentir su polla
pinchándome. Es una pura tortura.
Y he aprendido a conducir ese enorme vehículo utilitario,
que resulta que me encanta... no es que vaya a admitirlo a
Aegir. Nunca he tenido mi propio vehículo, así que no tenía ni
idea de lo increíble que podía ser. Cabe en el estacionamiento
justo al lado del maldito coche de Aegir. Los dos vehículos se
ven perfectos juntos. Ambos son negros implacables y hechos
por la misma compañía de vehículos de lujo. Y Aegir se tomó
el tiempo de enseñarme a conducir en las carreteras
Hyrrokin. Conducir por la ciudad con nosotros dos en el
frente y los bebés en el asiento trasero es increíble. Como si
fuéramos una familia de verdad o algo así.
Sí, desearía que esta fuera mi vida real.
Estoy acostumbrada a estar cerca de las familias y el
personal y a estar súper cómoda donde me quedo, pero al
final desconecto y me despido con lágrimas en los ojos. He
vivido esta extraña vida en la que me acerco a un grupo de
personas y a sus vidas durante un período de tiempo, y al
P gina 121
cliente con el que trabajo, y luego se detiene, y paso a la
siguiente colocación. Lo he hecho otras cinco veces.
¿Será lo mismo?
Aegir dice que quiere que me quede, para siempre.
Huh. Suena bien y quiero creerle tanto. Pero he
aprendido a través de los años que todas mis colocaciones
son temporales y que necesito endurecer mi corazón, o se
romperá. Soy una empleada itinerante que trabaja en las
casas de seres realmente ricos. Todas mis posiciones llegan a
una conclusión natural y paso a ayudar a otras familias en
crisis. Aunque, para ser sincera, estaba llegando a un lugar en
la vida en el que anhelaba asentarme en algún lugar. Por eso
estaba esperando mi nuevo comienzo en Omega 9.
—¿Qué es eso? —Le pregunto a los bebés. Bajo a Loge y
giro la cabeza, tratando de encontrar la fuente— ¿Oyes eso?
—Es un sonido de rasguño. Se detiene y luego comienza de
nuevo. Busco alrededor por un rato, tratando de encontrar la
fuente, notando que se hace más fuerte mientras camino
dentro de la cocina. No.
Finalmente, me doy cuenta de que el sonido está
centrado en la despensa.
¡Oh, diablos! ¿Qué es?
Respiro hondo, extiendo una mano temblorosa y abro la
puerta de la despensa.
¡Santo cielo!
Hay enormes bichos por todas partes. Enormes y
aterradores bichos. Cada uno de ellos tiene el largo de mis
dedos. Bichos negros y morados con grandes pinzas. Y juro
que parece que están pululando hacia mí.
Grito a todo pulmón y corro por la habitación,
P gina 122
enloqueciendo. No puedo evitarlo. Los bichos me dan un
miedo de muerte, y estos bichos dan un miedo por triplicado.
Me tropiezo con una silla y me caigo de culo, llorando.
Hay un choque lejano y pasos pesados que bajan las
escaleras: —¡Riley! —Brama Aegir.
—¡Aegir! —Grito— ¡Aegir hay bichos en la despensa!
Aegir se detiene en el pequeño comedor, con el pecho
hinchado y los ojos desorbitados por la preocupación. Me
mira, sentada en el suelo junto a los bebés en sus puestos de
juego. Ambos están llorando ahora, lo que me hace sentir mal.
Están molestos porque yo estoy molesta.
—¿Bichos? —Aegir repite— ¿Dónde?
—En.… en la despensa.
—¡Oh! —Se encoge de hombros y exhala. Su lenguaje
corporal cambia de “alerta alta” a “sin problemas”—
Probablemente sólo typhids —él dice—. No hay nada de qué
preocuparse.
—¿Nada de qué preocuparse? —Grito. Y luego Kari llora
más fuerte. ¡Ugh! Así que levanto el culo y me acerco para
sacar a la pobre bebé de la estación de juegos y la abrazo—
Está bien, cariño. Tu papá está aquí. Él se encargará de los
bichos asquerosos.
Aegir suspira y recoge a Loge y consuela a su hijo que
llora: —Los typhids parecen grandes, pero en realidad son
inofensivos.
—¿Inofensivos? Esas cosas no son inofensivas, son...
Y luego hay un golpe fuerte en la puerta principal.
Jadeo y me levanto con Kari todavía en mis brazos: —
¿Quién es? —Llamar a la puerta de entrada es completamente
extraño. Esto no ha sucedido literalmente en todo el tiempo
P gina 123
que llevo aquí. Los únicos seres que han venido sin avisar son
Bestla y Bergelmir, y han entrado sin más.
—No lo sé —responde Aegir con una voz profunda—. Se
supone que los guardias deben alertarme de la llegada de los
invitados para que pueda aprobar su admisión en la
comunidad.
—¿Tal vez es un vecino? —Digo— ¿Una de las de mi
grupo de madres?
—No. Hay un vehículo blindado negro en el frente.
Yo también miro y lo veo: —¡Oh, Dios mío! ¿Nos están
arrestando?
—No —se ríe Aegir—. No. Hay un sello presidencial en el
lateral del vehículo, está bien.
¿Un sello presidencial?
Y luego sigo a Aegir mientras abre la puerta a un
aterrador Hyrrokin en pantalones negros con una brillante
cabeza calva, aterradores cuernos y armas atadas a su pecho
desnudo. También lleva gafas de sol oscuras. Parece muy
oficial: —¿Aegir Touchstone? —él pregunta con voz
estruendosa.
—Sí.
—El presidente Grindstone solicita su inmediata
presencia para una reunión de alto nivel de finanzas en el
Palacio de Fuego.
Aegir se mece de nuevo con los pies descalzos:—¿Ahora?
—Sí. Debo esperar hasta que esté listo para salir y
transportarlo a la reunión.
Aegir maldice en voz baja.
Frunzo el ceño y vuelvo a mirar la despensa. La puerta
está cerrada, por suerte no puedo ver todos los bichos, pero
P gina 124
todavía puedo oírlos. ¡Maldita sea!, ¿no podría el Presidente
hablar con Aegir mañana? ¿Por qué ahora mismo?
—¿Qué pasa con los bichos? —Me quejo.
—Estará bien —afirma Aegir.
Luego se da la vuelta y me abraza fuerte. Me tenso al
principio porque me sorprende que esté haciendo esto, justo
aquí, delante del equipo de seguridad del Presidente, pero me
doy cuenta de que no me importa, y me sumerjo en su abrazo.
Es tan grande y sus brazos son tan largos que Kari, Loge y yo
estamos envueltos en un enorme abrazo y la barbilla de Aegir
está apoyada en la parte superior de mi cabeza. Su cola de
púas se curva alrededor de mi espalda, dándome un abrazo
extra. Y ahora mi mejilla está presionada contra la piel
caliente, con dos dulces bebés que se mueven cerca y puedo
oír el golpe constante de su corazón. Y ya me siento mucho
mejor.
Respiro profundamente y me tranquilizo: —¿No te irás
tanto tiempo?
—No —él se ríe—. Me conoces. No estaré fuera mucho
tiempo.
Cierto.
—No estará fuera tanto tiempo —está de acuerdo el
guardia.
¿Aegir se va, sin una sola queja? ¿Así de fácil? Me
sorprende el hecho de que salga voluntariamente por la
puerta principal. Nunca va a ninguna parte. Corre en su cinta
de correr de alta tecnología y levanta enormes pesas en el
gimnasio de su casa. Lo más lejos que se aleja de la casa son
mis clases de conducir, o el patio trasero. De hecho, el fin de
semana pasado, él y Bergelmir tuvieron una pelea de lucha
P gina 125
libre en el patio trasero. Bestla, los bebés y yo, miramos y
aplaudimos. Y puedes apostar tu culo a que tengo fotos y
videos de todo el asunto. Y por Dios, se volvió viral.
—Y volveré con insecticida —el promete.
Le doy una gran sonrisa y miro la cara roja de Aegir, los
colmillos brillantes y los cuernos negros y me pregunto: ¿he
vendido mi alma al diablo? ¿Seré alguna vez la misma si
esto no es real?
Besa a Kari y luego a Loge en la cabeza y luego se va.
★★★

Veinte minutos después de que Aegir se va, me doy


cuenta de que tengo que salir de esta maldita casa porque
está infestada de bichos.
Es bueno que el grupo de madres se reúna hoy.
Estoy muy emocionada porque vamos a hacer una
excursión fuera de nuestro vecindario a la casa de Rykeil y
conoceré a mi heroína del canal de video. Va a tener una
reunión de madres. Sherkis, Justical y Lurcas definitivamente
van a estar allí también, así como un montón de otras mamás
que nunca he conocido. Será divertido para mí, así como una
gran salida para los bebés porque habrá otros bebés y mamás
para que interactúen con ellos.
Clic, clic, clic.
¡Oh, dioses!, juro que puedo oír las pinzas de los insectos
desde cualquier lugar dónde me paro abajo. No puedo estar
cerca de ellos mientras están corriendo salvajemente. Un
escalofrío de miedo corre por mi columna vertebral. Saco a
los bebés de sus puestos de juego y corro hacia arriba.
Me visto y me preparo, y luego preparo a los bebés
P gina 126
también y los cargo en el vehículo utilitario. Lo cual toma una
hora.
—¡Nos vamos! —grito mientras arranco el X5. Vuelvo a
mirar a la delicada Kari y al robusto Loge. Los tengo recién
lavados, con pañales limpios y alimentados y vestidos y
asegurados adecuadamente en sus asientos, lo cual fue una
hazaña. Merezco una medalla por haber llegado tan lejos.
Navegamos por la ciudad en el increíble coche que me
compró Aegir. No puedo evitar la sonrisa tonta en mi cara.
Tengo que admitir que este coche es muy divertido. Me ayuda
a olvidarme de la plaga de bichos y del hecho de que nos está
cuidando hasta que Aegir vuelva de su reunión, cuando sea
que eso ocurra. Abro todas las ventanas y el techo solar
panorámico y pongo mi música country original del planeta a
todo volumen para que los bebés y yo podamos mecernos. En
una intersección, dos Hyrrokin aparcados en el siguiente
vehículo se quedaron boquiabiertos al ver a una humana. Esto
sucede todo el tiempo. Los saludo y les devuelvo la sonrisa. Se
ríen y sacuden la cabeza. Los Hyrrokin siempre se asombran
de mi piel incolora, el pelo de mi cabeza y mi falta de cuernos.
Y soy tan pequeña comparada con ellos. Tengo el asiento del
conductor empujado hasta el final, hasta donde llega, y
apenas cabe.
Me detengo en la calle de Rykeil y aparco delante de su
casa. Ya hay muchos otros vehículos allí. Salgo y abro la
puerta lateral para poder empezar a descargar toda la
parafernalia de los bebés.
Y entonces escucho un suave jadeo.
Me doy la vuelta y me sorprende ver a una hembra
Hyrrokin bien vestida parada justo ahí, tan cerca. ¿De dónde
P gina 127
ha salido?
—Bebés —dice, con una voz relajante. Está mirando
fijamente a Kari y a Loge para mi comodidad.
¿Es una de las otras madres que salen a saludarme?
—Um, ¡hola! —digo—. Soy Riley. ¿Y tú eres...?
Sus labios se apretan: —Soy su madre —dice
bruscamente.
Aspiro un aliento. ¡Oh, vaya! No tengo ni idea de qué
hacer. Me doy cuenta de que ni Aegir ni su familia han
mencionado esta posibilidad, que Kritan podría aparecer
mientras estoy fuera y qué hacer al respecto. ¿Está esta
mujer legalmente autorizada a ver a sus propios hijos?
—¿Kritan? —Pregunto con cuidado. Ella es fácilmente
unos treinta centímetros más alta que yo. Y puedo decir que
tiene todas las características de lo que los Hyrrokin
consideran lo último en belleza: piel roja profunda, cuernos
negros brillantes y curvas para morirse.
Coloca sus garras de punta plateada en sus anchas
caderas: —¡Eh! Has oído hablar de mí. ¿Quién eres?
—Soy la niñera.
—Al parecer. Puede permitirse una niñera humana, ¿no?
Ni siquiera yo dejando gemelos en su puerta puedo detener el
trabajo de Aegir. No hay nada que su dinero no pueda
arreglar.
Me quedo callada.
—Aegir nunca me dio nada de su tiempo. Siempre tuve
que rogarle para verlo. ¡Doy a luz a sus gemelos y todavía no
lo veo!
No respondo.
—Quiero sostener a Loge —ella exige—. Soy su madre.
P gina 128
Quiero ver a mi descendencia.
¿Esta hembra llevó a ambos bebés durante nueve
largos meses, luego se tomó la molestia de parirlos y vivió
con ellos en su propia casa durante un mes más -con ayuda
contratada- y decidió que no los quería? No era como si
fuera una madre de alquiler, sabiendo que esto iba a ser algo
maravilloso que estuviera haciendo por otra persona. No
estaba teniendo hijos que no fueran genéticamente suyos
para poder darle a otro ser el regalo de la paternidad, y estar
mentalmente preparada de antemano para entregar estos
bebés a sus padres biológicos. Estos dos bebés son
literalmente su propia descendencia. Bebés que ella iba a dar
a luz y a criar, y tenía el dinero para contratar ayuda. Es
inconcebible para mí cómo pudo vivir con ellos durante un
mes entero y luego cambió de opinión y pensó, no, resulta que
no quiero ser madre. Tienen que ir con su padre. Eso me
demuestra que ella no los quería en primer lugar. Toda su
procreación y nacimiento fue simplemente un truco para
llamar la atención de Aegir.
¿Y no los ha visto durante seis semanas más y sólo
ahora quiere verlos? ¡Oh, diablos, no!
—No creo que sea una buena idea —tengo agallas. No
confío en sus motivos ni un segundo. Esta mujer engañó a
Aegir para que la dejara embarazada, y cuando tuvo sus
bebés, no los quiso. Dejó a Kari y a Loge en su puerta con una
nota y una citación judicial.
No va a tocar a estos gemelos. No durante mi turno.
Me quedo en silencio entre esta mujer y la puerta del
vehículo.
—Sal de mi camino. Soy su madre. Puedo ver a esos
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bebés cuando quiera.
Cruzo los brazos.
—¡Kritan! —Brama una voz profunda— Ahora no es un
buen momento para esto. Salgamos de aquí, tengo que ir a
una reunión.
Kritan se da la vuelta y mira a un viejo macho Hyrrokin
con el que llegó, el la espera en un vehículo en marcha.
—¿Quién es ese? —Pregunto.
—No es asunto tuyo —Ella me clava una garra—. Tienes
suerte de que me tenga que ir. Te estoy vigilando —me
advierte—. Dile a Aegir que yo también le estoy vigilando —Y
luego se da vuelta y corre hacia el auto.
Y de repente Sherkis está allí y también un montón de
otras madres: —Sí, será mejor que huyas, Kritan —ella
grita—. No te atrevas a mostrar tu cara aquí de nuevo.
Mis ojos se abren de par en par.
Sherkis gruñe en su garganta: —Ella y yo solíamos ser
amigas, pero ella creció y cambió. Todavía estoy enojada.
—¡No la soporto! —Gruñe Justical— ¿Qué clase de mujer
engaña a un hombre para que la deje embarazada y luego
tiene sus bebés y se los entrega? ¿Y todo esto después de
mantener los bebés en secreto para que ni siquiera sepa que
tiene gemelos hasta que los dos bebés son dejados en su
puerta?
—Es asqueroso —dice otra madre.
—Tiene suerte de no estar en la cárcel.
De repente hay una sombra en el suelo a mi lado y miro
hacia arriba y veo un enorme macho que se eleva sobre mí.
Me recupero en shock: —¿Bergelmir? ¿Cuánto tiempo has
estado parado ahí?
P gina 130
Gruñe.
—¿Me estás siguiendo?
Cruza sus enormes brazos y me mira fijamente. Lo que
supongo que significa que sí, me ha estado siguiendo.
—Los bebés están bien —le digo.
Él asiente con la cabeza.
—Oh, Dios mío, es Bergelmir Touchstone —grita Lurcas.
Las otras madres soltaron un coro de suspiros de
ensueño. Luego empiezan a enloquecer como groupies en un
original concierto de rock planetario.
Yo lanzo una carcajada. No puedo evitarlo. Y en realidad,
es un gran alivio del estrés.
P gina 131

10. Aegir

—¿Conseguiste el insecticida?
—¿Qué? ¿Espray para insectos? — Ya pasó la hora de la
cena y finalmente llego a mi casa y mi mujer me pidió...
¡Diablos!, me pidió que trajera insecticida de camino a casa,
¿no? En realidad, me ofrecí a traerlo.
—Aegir —Sus ojos brillan con ira.
Los labios de Riley se estrechan y puedo ver que está
molesta conmigo. Esta podría ser la primera vez que la veo
verdaderamente enfadada. Normalmente es optimista y
alegre. Los gemelos prendieron fuego al sofá, y ella lo tomó
con calma. Descubrió que yo era un billonario y que la madre
biológica de mis hijos es una acosadora. No importa, se
comportó completamente estoica. Aprende información
molesta, se estabiliza rápidamente, encuentra una solución y
sigue adelante. Pero aparentemente las plagas son su
perdición. En todo caso, está más molesta ahora que esta
mañana.
—Todo estará bien —le digo—, lo conseguiré más tarde
y...
—¡No! —Ella grita— No, esos bichos se han apoderado
de la despensa. Puedo oírlos rascando y haciendo quien sabe
qué y estoy segura de que se liberarán y pulularán por la casa.
¡Y están tocando nuestra comida! No puedo soportarlo. He
estado arriba con los bebés toda la tarde y la noche porque no
puedo estar cerca de esos bichos. Hubiera conseguido el
insecticida cuando salí hoy, pero no conozco este planeta tan
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bien, no sé cómo describir lo que necesitamos o qué tipo de
bicho es y tú dijiste... —Puedo ver las lágrimas que se forman
en sus ojos— Dijiste que lo tendrías cuando llegaras a casa,
así que no le pedí ayuda a nadie con esto. ¿Pero llegas a casa
horas tarde y no lo tienes contigo?
Ahora está llorando. ¡Oh, demonios!, he hecho llorar a
Riley. Me doy la vuelta y salgo por la puerta. Me subo a mi
vehículo Serie X y voy directo a la tienda a comprar el
insecticida.
Regreso a un hogar tranquilo.
Estoy seguro de que ha acostado a los gemelos y está en
su propia habitación, echando humo. Si fuera Hyrrokin, el
humo saldría de sus fosas nasales y yo recibiría una
llamarada. Pero mi hembra no puede castigarme de esta
manera. Me pongo mis pantalones de pijama favoritos y voy a
la despensa para evaluar este problema de bichos con el que
está lidiando.
Abro la puerta y miro alrededor y mis labios se contraen.
Son sólo typhids comunes. Tendré que explicarle que son
inofensivos. Aun así, incinero la mayoría de ellos, rocío el
resto y pongo trampas. Cualquier cosa para ayudar a mi
hembra. Mientras trabajo con mis manos y rodillas, sacudo la
cabeza, pensando en cómo he pasado todo el día metido en
una reunión de alto nivel con el presidente Grindstone y un
grupo de ministros de finanzas. Querían mi opinión sobre la
mejor manera de mantener la economía en marcha en el
próximo trimestre. Presente mis ideas a las mejores mentes
del planeta, a hombres y mujeres que he admirado desde que
era un niño. Por eso llegué tarde y me olvidé del insecticida. Y
como me llevaron a casa en un vehículo de seguridad
P gina 133
presidencial, tengo que admitir que tenía un gran concepto de
mí mismo. ¿El Presidente quería hablar conmigo? Y luego
vuelvo a mi casa y ella dice: —¿Dónde está el insecticida?
Una risita se me escapa de los labios. En casa con Riley,
no importa mi conocimiento de los mercados financieros, mi
riqueza o influencia. Sólo soy un hombre que debería haber
recordado el insecticida. Hace una hora, estaba charlando con
el presidente Grindstone y ahora estoy de rodillas
exterminando plagas y poniendo trampas en la despensa.
Me río un poco más y me doy un tirón de orejas. Tengo
que admitir que me gusta cómo me trata esta mujer. Me vio
salir en una caravana presidencial, pero aún espera que la
recuerde a ella y a nuestros hijos. Lo cual es lo correcto.
Termino de lidiar con las plagas, luego programo los
robots de limpieza para desinfectar y remover los bichos
muertos y cualquier producto alimenticio contaminado, y que
dejen las trampas que puse. Cierro la despensa y voy a la
cocina a lavar mis garras y brazos en el fregadero.
Oigo un ruido y me giro para ver a mi humana. Está
oscuro afuera y las luces de la cocina están encendidas y las
ventanas están tintadas por la privacidad. Lleva ropa humana
fina y ajustada con tirantes que se extienden sobre sus suaves
hombros. Puedo ver el contorno de sus pechos llenos y
pezones duros debajo de la tela como si estuviera desnuda. Y
sus pantalones cortos de pijama apenas cubren su
redondeado trasero.
Es la mujer más hermosa que he visto.
Me pongo duro al instante. Una oleada de instintos
posesivos y cada pizca de lujuria que he estado conteniendo
durante el último mes regresa en un destello de calor.
P gina 134
—¿Por qué has tardado tanto? —Ella susurra— Sé que
no tengo derecho a preguntar eso. No soy tu compañera ni
nada, sólo la niñera. Sólo la ayudante contratada, pero...
Todavía hay un borde de ira en su voz, así que doy un
paso adelante y la corto con un beso.
No puedo detenerme. Si no fuera por ese maldito juicio
que estoy esperando, la llevaría a la cama y la mantendría allí.
Le mostraría una y otra vez cuánto lo siento.
—¡Oh! —ella suspira contra mis labios, y luego se derrite
en mis brazos.
Este primer beso debería ocurrir después de que le haya
pedido formalmente que sea mi compañera. Se supone que
debo probar que no es sólo una pareja de placer potencial,
sino la hembra que quiero en mis brazos por el resto de mi
vida.
Pero no puedo alejarme. La necesito. Ella me necesita.
Mis brazos rodean sus suaves curvas y agarro su cabeza
con mi garra. Ella se levanta y envuelve sus brazos alrededor
de mi cuello, presionando ese cuerpo caliente contra mí.
Gimo, forzando mi lengua a entrar en su boca, mis colmillos se
deslizan sobre su piel. Sus labios son muy suaves, su boca
pequeña, y la estoy devorando. Nunca antes había besado a
otra mujer así, con todo lo que tengo. Todo lo que soy.
Ella sabe increíble.
Me besa con urgencia, sus dientes romos chocan contra
mis colmillos. Su sabor inunda mi boca, mi sangre, mis
sentidos. No tiene ni idea, pero nunca la dejaré volver a su
planeta natal. Esta hembra es mía ahora.
Nos quedamos así, bajo las luces de la cocina, besándonos
y acariciándonos un poco más. Un mes entero de pasión y
P gina 135
emoción reprimida expresada en el poder de nuestros labios
que se unen.
Finalmente, rompo el beso e inclino mi frente
cuidadosamente contra la de ella. Respiramos con fuerza,
tratando de calmar nuestras laboriosas respiraciones.
—Lo siento —ella susurra—. Sé que tuviste un día
importante, y realmente quiero oírlo todo. Estaba tan
disgustada...
Y luego hay una alerta en mi tableta. Gruño y me doy la
vuelta y la coja del mostrador. Por lo que sé, podría ser un
seguimiento de la reunión presidencial.
Pero es mi hermano, con información importante:
Kritan se acercó a tu mujer hoy en la calle. Tenemos
que hablar.
Una tormenta de emociones conflictivas golpea mi pecho
con fuego y azufre. El humo sale de mis fosas nasales.
Una pequeña mano me presiona el pecho: —¿Aegir?
Arrojo la tableta sobre el mostrador, la tomo por los
hombros y me encuentro con su mirada confusa: —¿Mientras
yo no estaba, tú y mis hijos estuvieron en peligro?
—Oh sí, sí lo estaba. ¡Dioses!, esos bichos...
—¿Bichos? No, estoy hablando de Kritan Softstone. ¿Ella
se acercó a ti?
—¿Oh? —Hace una pausa, da vueltas a su cabello y se
muerde los labios hinchados por el beso— Sí, así es. Eso pasó
en la mañana. Kritan apareció cuando estaba estacionado
frente a la casa de Rykeil y quería ver a los bebés. Le dije que
no, que no podía verlos, y luego se fue. Bergelmir estaba allí.
Estaba bien. Pero los bichos, esos eran...
Pongo mis manos en su pequeña cintura y la levanto
P gina 136
hasta el mostrador y estoy entre sus piernas.
—¡Aegir! —ella jadea.
—Me duele no haber estado allí para asegurarme de que
no tuvieras que tratar con ella.
—Está bien.
—No, no está bien. Hoy te he decepcionado —Estoy al
límite. No sólo necesito su olor en mis fosas nasales y su sabor
en mi lengua, necesito marcarla como mía. Quiero a Riley y
aun así no puedo tenerla—. Te necesito a ti.
—Yo también te necesito.
Mi hembra se merece que sea lento y fácil, pero no
obtendrá nada como eso de mí. Ya me he contenido lo
suficiente. Le arranco sus endebles pantalones cortos y
extiendo sus gruesos muslos y me quedo mirando la gloria
que está ante mí. Nunca he visto a una humana de esta
manera. Me preguntaba cuán diferente sería de una hembra
Hyrrokin. Su coño está mojado y rosado y está listo para que
lo toque. Me encanta ver mi gran mano roja contra su piel
carnosa e incolora. El mismo pelo que tiene en la cabeza
también está en su coño. Lo toco con mis garras.
—¿Lo odias? Puedo afeitármelo...
—No —gruño—. Déjatelo —Es la visión más erótica de
mi vida. Toco mi miembro adolorido a través de mis
pantalones de pijama. Me va a encantar ver mi polla roja
hundiéndose en ese coño bajo esa capa de vello dorado.
Le abro los muslos y ella se sujeta con los brazos.
Arrastro mi garra a lo largo de su húmeda hendidura y me
detengo justo en su entrada, sin penetrar. Me encuentro con
su mirada: —Esto es mío.
—Es tuyo —ella suspira.
P gina 137
Ahora estoy de rodillas frente a ella e inhalo su aroma
único. Es almizclado y adictivo y quiero lamer toda su crema.
Pongo mi garra en los labios de su coño y en el exterior de su
núcleo, explorando, aprendiendo. Encuentro su protuberancia
en la parte superior, hinchada y lista para mi toque. Está
construida de manera muy parecida a nuestras hembras, pero
mucho más pequeña. Tendré que asegurarme de que está
lista antes de tomarla. Es virgen y humana, lo que significa
que estará muy apretada y no quiero dañar a mi destinada
con mi grosor.
—¿Ningún hombre te ha tocado aquí excepto yo?
—Sólo tú.
Un gruñido retumba en mi garganta. Tengo que probar lo
que es mío. Me muevo hacia adelante y mi boca está justo
donde necesita estar, lamiendo eñ borde de su dulce coño.
Está tan mojada que envía una oleada de lujuria posesiva por
mis venas calientes. Estoy explorándola, mi lengua y mis
labios se mueven a través de sus delicados pliegues internos.
Escucho sus sonidos de placer, sus gemidos y sus suspiros,
permitiéndome saber dónde moverme y cuándo acelerar o
disminuir la velocidad.
Sus manos agarran mis cuernos con fuerza. Mi cola se
enrolla alrededor de su tobillo. Lamo, lamo y lamo ese bulto
hinchado. Mi polla está dura como una piedra y gotea en mis
pantalones.
—¡Oh, Aegir, justo ahí, no te detengas!
Ella echa la cabeza hacia atrás y grita su orgasmo. Sigo
lamiendo, justo donde ella me necesita, asegurándome de que
saco hasta la última pizca de pasión de mi humana. Ella es
magnífica.
P gina 138
Y luego alguien irrumpe por la puerta.
—¿Qué demonios estás haciendo? — Bergelmir grita.
★★★

Mi humana chilla grita con miedo y vergüenza y la ayudo


a bajarse del mostrador y a colocar su cuerpo semidesnudo
detrás de mí.
Me vuelvo hacia mi hermano, furioso por su interrupción.
La rabia hierve en mi sangre. Mi pecho se expande y el fuego
se agita en el interior. El humo oscuro sale de mis fosas
nasales. Saco la cola y alargo las garras.
La cara de Bergelmir es una nube oscura mientras
observa lo que ocurrió en mi mostrador: —¡Riley, vete arriba!
—él ordena.
¿Quién carajo se cree que es, ordenando a mi hembra?
Ella es mía.
Echo la cabeza hacia atrás y ruego con rabia.
Todo lo que he pasado estos últimos meses, deseando a
Riley y no pudiendo tenerla. Tener que lidiar con la hembra
que me engañó para que la dejara embarazada y luego no me
dijo sobre la existencia de mi propia descendencia hasta el
momento en que los conocí. Todo se me mete en el corazón y
en la mente a la vez. Mi vida ha estado completamente fuera
de control y estoy cansado de ello.
Desnudo mis colmillos: —Sal de mi casa.
Riley coloca su pequeña mano sin garras en mi
antebrazo: —No. Está bien, iré. Ustedes dos tienen que hablar,
y yo tengo que vestirme —Y entonces ella corre arriba.
Mi hermano me agarra y me golpea contra la pared: —
¿Qué estabas haciendo con ella? —gruñe.
P gina 139
Apenas tuve tiempo de limpiar los jugos de Riley de mi
cara antes de que Bergelmir se estrellara en nuestro
momento íntimo: —¿Qué parecía que estaba haciendo?
—No puedes tocarla.
—¡Vete a la mierda! No me das órdenes ni a mí ni a mi
mujer —Le golpeé la mandíbula con el puño.
Él no esquiva el golpe y tropieza hacia atrás, pero se
recupera rápidamente. Bergelmir lanza una llama que me
chamusca la punta de la oreja y me quema el hombro. Dejo
escapar otro rugido, me lanzo hacia delante y pongo mis
brazos alrededor de su cintura y los dos caemos sobre la
mesa de Traq. Se rompe debajo de nosotros.
—¡No me digas qué hacer con mi hembra! —grito
mientras aprieto el cuello.
—¿Tu hembra? —se libera y salta.
Ahora estamos los dos de pie de nuevo, dando vueltas en
la sala de estar. Levanto mis puños y amplío mi postura. Mi
pecho se levanta y el sudor gotea de mi cara. Todavía estamos
igualados. Siempre ha sido así. Éramos legendarios
compañeros de combate en el ejército, pero conozco sus
debilidades. Este cabrón va a pagar por avergonzar a mi
mujer.
—¡Escúchate a ti mismo! —Grita— Estás técnicamente
vinculado a otra. No puedes tener a Riley. Esto es una
deshonra para ella, tu familia y tu descendencia.
Bajo mis puños. Sus palabras finalmente están
penetrando mi neblina roja: —No puedo detenerme. No
puedo.
—¿Qué pensaría Padre? —me pregunta con exigencia.
Agacho la cabeza: —No —le suplico.
P gina 140
—Sí, necesitas oír esto. Eres mejor que esto.
—La amo —admito—. No puedo parar, es demasiado
difícil.
—Lo sé. Lo veo y lo entiendo, ella es la indicada para ti.
Pero tú eres un Touchstone, no somos machos de voluntad
débil. No te comportarás de forma deshonrosa.
—¡Basta! —grita una voz.
Ambos giramos la cabeza para ver a Riley de pie en la
habitación con una mirada molesta en su cara: —Basta —
repite, mientras se ajusta una bata alrededor de su
exuberante figura—, ustedes dos no deberían pelearse por
mí.
Dejo salir una poderosa exhalación y doy un paso atrás.
Bergelmir baja los puños.
Mi hembra se mueve hacia adelante para pararse frente a
mi hermano y levanta su barbilla: —Bergelmir, ¿cuál es tu
problema? ¿Es... es que no quieres que tu hermano esté con
una humana?
—No, ese no es el problema.
Ella se muerde el labio: —¿No quieres que esté conmigo?
—No. Quiero que Aegir finalmente te haga su destinada.
Ella lanza un suspiro y una sonrisa temblorosa se forma
en sus labios: —¿Así que quieres que espere hasta que el
juicio sea definitivo y estás molesto porque no estábamos,
um, esperando?
—Sí, esa es la razón.
—Bien —se estira y se pasa los dedos por el pelo—. Lo
siento, hoy ha sido una locura. Han pasado tantas cosas. Y
cuando tú... —Hace una pausa y le da a Bergelmir una mirada
de evaluación— Espera, ¿cómo supiste que debías seguirme
P gina 141
hoy a la casa de Rykeil?
Bergelmir no responde, sólo la mira fijamente. Puedo ver
que mi hembra está sacando conclusiones por su cuenta.
—Oye. ¿Estás rastreando mi auto?
—Por supuesto que está rastreando tu vehículo —
¿Piensa que somos estúpidos?—Es la única manera de
asegurarnos de que tú y mi descendencia estén siempre a
salvo.
—Bueno, ¿por qué es Bergelmir quien me está siguiendo?
—Porque es mi hermano.
—No, ¿por qué me está vigilando Bergelmir cuando
puedes contratar guardias de seguridad reales? ¿Bergelmir no
está ocupado con sus propios asuntos? No tiene tiempo para
seguirme. No es justo que lo trates así, que esperes tanto de
él.
—Eso es su negocio.
—¿Cual negocio?
—Dirijo una empresa de seguridad —le dice mi
hermano—. Me especializo en la protección de objetivos de
alto valor.
Lo mira de arriba a abajo y luego levanta las manos y se
ríe: —¡Oh, dioses míos!, ahora todo tiene sentido. Tú has sido
mi seguridad todo este tiempo, ¿no es así?
—Sí. Tengo un equipo de Hyrrokin que te mantiene a
salvo.
—Bueno, diablos, Bergelmir, la próxima vez que haya
bichos en la casa, te llamaré.
—No, no lo harás —le gruño—. Me llamarás a mí.
—Sólo quiero que mi hermano te trate con respeto —
explica Bergelmir a mi mujer—. No puede tocarte mientras
P gina 142
esté legalmente ligado a otra. Los Hyrrokin no disfrutan del
placer de apareamiento fuera de un vínculo legal. Eso no
sucede. Quiero que te trate mejor que esto.
Inclino la cabeza. Mi hermano tiene razón.
Bergelmir se gira para mirarme: —También me importa
esta humana —me dice—. La considero de la familia y no
permitiré que la deshonres.
Esto me deja frío. Mis mejillas se calientan. Aprieto mis
puños y luego levanto mi cabeza y me encuentro con su
mirada seria: —Te oí de acuerdo. Tienes mi palabra. No la
deshonraré más.
—¿No lo harás? —Riley hace pucheros.
—No lo haré —le digo—. Tú y yo esperaremos con honor.
No volveremos a tocarnos hasta que el juicio sea definitivo.
—¿Cuánto tiempo es eso?
—Pronto —responde mi hermano.
—Pronto —digo estando de acuerdo.
P gina 143

11. Riley

¡Maldita sea!, ha pasado una semana entera y Aegir no


me ha tocado.
Culpo a Bergelmir. Es todo culpa suya.
Trato de hacer caer a mi macho a menudo con miradas
acaloradas y roces “accidentales” en la cocina, en el pasillo,
en la guardería, en su oficina, o en cualquier lugar donde
pueda encontrarlo solo en la casa. Pero Aegir sigue siendo
fuerte. Ya ni siquiera ve programas de video conmigo por la
noche porque dice que es demasiado “tentador”.
—No se lo diré a Bergelmir si tú no lo haces —jadeo
contra su pecho desnudo.
Me quita con cuidado y da un paso atrás: —No tocar
significa no tocar —retumba—. Esperaremos hasta que pueda
tomarte sin reservas.
¡Grrr!
Una noche llegue tarde, apenas vestida y lloriqueando a
la puerta de su dormitorio. Así de desesperada estoy por su
toque. Pero Aegir tiene una fuerte voluntad y es lo
suficientemente honorable por los dos. Pone sus garras en
mis hombros y me da la vuelta, me guía a mi habitación y me
deja allí: —Cuando se declare el fallo, te atenderé con
innumerables orgasmos. Hasta entonces ambos debemos ser
fuertes y esperar esto. Tú dormirás en tu cama y yo en la mía.
Al menos podemos pasar nuestros días juntos.
—Sabes que sólo voy a entrar ahí y masturbarme,
¿verdad?
P gina 144
Parece que le duele. Su mandíbula se aprieta: —Yo
también pensaré en ti, mi hembra. Pero esperaremos —Luego
se da la vuelta, vuelve a su habitación y cierra la puerta.
¡Maldición!, eso es un serio autocontrol. Estoy
impresionada.
★★★

Más tarde esa mañana Bergelmir llega y recoge a Aegir y


ambos se van a encontrar con el abogado de Aegir para
prepararse temprano para su cita en el tribunal. Es el primer
día del procedimiento para determinar el estatus de Kritan
como el de Aegir.
Odio cuando mi marido no está en la casa. Es la segunda
vez que estoy sola en casa, y la otra vez no me fue tan bien.
Me paro en seco. ¿Marido?
¿Qué está mal conmigo?
Doy un respiro y miro a la silenciosa despensa. ¿Y si los
bichos vuelven? ¡Ugh! Hago lo que puedo para no
preocuparme por el estado de mi relación con Aegir y seguir
adelante con mi día.
Los bebés están abajo para la primera siesta. Estoy un
poco orgullosa de que todavía puedo hacer que ambos
duerman en sus cunas con poco alboroto. He puesto tiempo y
esfuerzo en mantenerlos en una rutina en la que pueden
confiar, y está dando sus frutos. Estoy tan feliz por esto que
voy a la cocina, decidido a empezar una verdadera cena esta
noche. El dispensador de comida es increíble en un apuro,
pero la comida recién cocinada es siempre mejor y si me
preparo temprano, he notado que no estoy tan molesta o
abrumada con la cocina real durante la noche. Esta noche,
P gina 145
estoy decidida a que Aegir pruebe un plato que he aprendido
a cocinar del planeta original. Sonrío, imaginando al
imponente Aegir Touchstone comiendo lasaña.
Hoy va a ser muy estresante para él porque Kritan estará
en el juzgado. Espero que una buena cena le haga sentir
mejor.
Recojo la tableta para hacer contactar a Chloe. Quiero
charlar con mi amiga y también reproducir música “Sexy
Country” del planeta original a todo volumen. Estoy tratando
de decidir qué debería pasar primero, cuando se abre la
puerta principal. Miro por encima de mi hombro esperando
ver a Bestla, pero dejo salir un chillido porque es Kritan.
Coloco una palma sobre mi corazón que late
rápidamente: —¿Qué estás haciendo aquí?
Ella muestra sus colmillos: —¡Cállate!
¡Santo cielo! Me agacho y activo con calma la alerta de
emergencia con el pulgar, haciendo lo posible para que
parezca que sólo estoy poniendo la tableta en el mostrador.
Bergelmir descargó esa aplicación para mí hace semanas.
Rezo para que haga su trabajo.
¿Cómo pasó a los guardias de esta comunidad
cerrada?
—No se supone que estés aquí. Hay una orden de
restricción.
Kritan no se ve igual que hace una semana. Su ropa está
rota y sucia. Está descuidada y respira con dificultad: —¡A la
mierda! —Ella gruñe— Mis bebés están en esta casa. Y como
yo di a luz a su descendencia, Aegir es mi destinado. Puedo
venir aquí cuando quiera, esta es mi casa también.
Yo retrocedo: —Si te vas ahora mismo, te prometo que no
P gina 146
le diré a nadie que estuviste aquí.
Deja salir una risa amarga: —Sé que no eres sólo su
niñera. Él te quiere, ¿verdad? Va a hacerte su destinada.
Parece que tiene los ojos desorbitados y el miedo me
golpea fuerte. Estoy sola en esta casa con esta mujer. Sólo
somos yo y los bebés: —¿No se supone que deberías estar en
la corte ahora mismo?
—¿Por qué molestarse? Ahora que mi padre también está
del lado de Aegir, todo ha terminado.
¡Oh diablos!, estoy sola con ella, y está desesperada.
—¿Tu padre?
—Sí, todos mis planes se van al infierno en una canasta.
Me voy del planeta inmediatamente y me llevo a los gemelos
conmigo porque me aseguraré de que Aegir pague por lo que
ha hecho.
—¿Qué es lo que crees que ha hecho?
—Puso a mi padre en mi contra.
—No —Sacudo la cabeza—. Aegir no habla con tu padre.
No es verdad —Tal vez sí puedo mantenerla hablando, la
ayuda podrá llegar.
—Sí. Mi padre, Hyro Softstone, es mi enemigo ahora. Ha
enviado una disculpa formal a la corte y a Aegir.
—¿Lo hizo?
—Sí. Léelo —me dice, empujando una tableta hacia mi
cara—, léelo en voz alta.
Doy un paso atrás, sacudiendo mi cabeza en la confusión:
—Pero...
—¡Ahora! —gruñe.
—De acuerdo, está bien —¿Quizás esto me dé algo de
tiempo? Agarro la tableta y empiezo a leer las palabras
P gina 147
lentamente, tratando de mantener mi voz firme—. A Aegir
Touchstone y al Consejo del Fuego. Ofrezco una disculpa
formal de parte del linaje de Softstone. Mi hija, Kritan
Softstone, me engañó haciéndome creer que Aegir la había
tratado con deshonor. Se mudó a nuestra casa de vacaciones
en Perth y regresó un año después con dos bebés gemelos
que había dado a luz. Dijo que le había contado a Aegir desde
el principio lo del embarazo y que él la rechazó para ser su
madre y Aegir la odiaba. Me dijo que había llevado los bebés a
la casa de Aegir para presentárselos a su padre y rogarle que
le diera otra oportunidad, pero Aegir le quitó a los bebés. He
estado tratando a través de los tribunales de buscar una
justicia equivocada para mi hija. Ahora veo que su único
objetivo era ser declarada vinculada a Aegir y no le importaba
lo que tenía que hacer para que esto ocurriera. Kritan nunca
quiso ser madre. Los gemelos eran sólo una forma de llegar a
Aegir. Ayer descubrí la verdad sobre mi hija. Está
mentalmente enferma y necesita ayuda. Me disculpo por
haber confiado en su palabra y no haber buscado la verdad
antes. Me engañó, pero ya no lo hará más. Espero que
finalmente encuentren en sus corazones el perdón por la
tontería de un anciano.
—¿Puedes creer esa mierda? —Ella grita— Mi propio
padre se volvió contra mí. Descubrió que yo había
comprometido sus cuentas de dinero y use su identificación
real y se puso furioso.
Puse la tableta en el mostrador: —¿Cómo conseguiste
esta carta de él?
Se encoge de hombros: —Hyro estaba a punto de
entregarme. Tenía que detenerlo.
P gina 148
Mi sangre se enfría: —¿Detenerlo? ¿Cómo?
—Está atado y amordazado, en nuestra casa al otro lado
de la comunidad.
—¿Tu casa? Pensé que no vivías aquí.
—Oh, yo vivo aquí —se burla, su voz gotea orgullo—.
Finalmente encontré una forma de entrar en esta comunidad.
Recientemente compré un pequeño lugar aquí, sólo para
poder estar cerca de Aegir. Usé la identificación y las cuentas
de mi padre para hacer la compra. Luego me puse en su lista
de autorización usando una identificación real falsa. Estoy
feliz de que funcionó.
—Realmente eres una mente maestra criminal.
—Lo soy —está de acuerdo—. Y he decidido que, si yo no
puedo tener a Aegir, nadie más puede tenerlo tampoco —dice
al mismo tiempo saca una cuchilla y se lanza por mí.
Mi vida literalmente pasa ante mis ojos. Me tiro hacia
atrás y ella falla y cae contra el mostrador. Me alejo y corro
hacia la sala de estar.
—¡Vuelve aquí! —ella grita.
Me lanzo a la vuelta de la esquina. Ella está justo detrás
de mí. ¡Oh, mierda!
Y entonces se desata el infierno. Enormes y armados
Hyrrokin atraviesan ventanas, puertas, gritan y entran a la
casa. Hay al menos una docena de ellos, portando armas,
todos apuntando a Kritan: —¡No! —grita mientras cinco
diferentes guardianes de la paz la derriban sobre el suelo,
desarmándola y asegurándola con las esposas.
Me pongo de espaldas contra la pared, respirando con
fuerza y me deslizo sobre mi trasero y envuelvo mis piernas
alrededor de mis rodillas.
P gina 149
—La criminal está asegurada —grita una voz profunda.
Otro agente de la paz de aspecto oficial da un paso al
frente y enumera sus cargos: —Kritan Softstone, está siendo
arrestada y acusada de drogar con intención de violar,
comprar y usar medicación ilegal para la fertilidad. Y por
allanamiento de domicilios cerrados y por cometer daños
corporales.
—¡No! Soy la madre de tu descendencia. No puedes hacer
esto —se lamenta.
Aegir está de pie cerca. Ignora por completo a Kritan, su
mirada se dirige únicamente a mí.
El equipo pacificador rápidamente arrastra a Kritan fuera
y dentro de un vehículo blindado que espera.
La casa de repente parece muy, muy tranquila. Quedan
unos pocos oficiales que parecen ocupados etiquetando y
embolsando pruebas. Sigo sentada ahí, tratando de entender
lo que acaba de pasar.
Aegir mira la cuchilla que ha caído al suelo y me devuelve
la mirada. Su mandíbula se aprieta y sus ojos negros se
oscurecen. Camina a zancadas hacia mí y cae de rodillas. Se
inclina hacia adelante y me abraza con fuerza, tan fuerte que
apenas puedo respirar: —¿Estás bien? —dice con una voz
cruda y emotiva.
Miro hacia arriba y veo a Bergelmir sosteniendo a Kari y
a Loge en sus brazos.
Le doy a mis hermosos bebés una sonrisa acuosa: —
Ahora estoy bien —respondo.
P gina 150

12. Riley

En la noche Aegir y yo ponemos a los bebés en la cama


como de costumbre. A pesar de todo el drama, y de los
guardianes de la paz que invadieron nuestra casa durante
horas y finalmente se marcharon, todavía conseguimos una
apariencia de normalidad para Kari y Loge, lo que me hace
feliz.
Aegir cierra silenciosamente la puerta de la guardería y
me acompaña a mi habitación. Luego me da una última
mirada acalorada, llena de toda la emoción que tiene dentro, y
luego resueltamente camina de vuelta a su propia habitación
y cierra la puerta detrás de él.
—No puedo creerlo —murmuro.
Toda esta situación es más que ridícula. La ley Hyrrokin
no tiene sentido para mí. Asentí antes cuando Bestla, Methone
e incluso Aegir me dieron la mala noticia de que el juicio aún
no está resuelto y actué como si lo entendiera y no estaba
para nada molesta. Pero en realidad, estoy a punto de perder
la cabeza.
Estoy tan agitada que me tomé un vaso de vino Hyrrokin
con la cena. ¡Y ni siquiera me gusta el vino!
¿Cuánto tiempo más va a continuar esta parodia?
Kritan irrumpió en nuestra casa e intentó matarme y fue
arrestada y llevada a la cárcel. Y eso fue después de todas las
otras locuras que había hecho. ¿Y aun así sigue legalmente
vinculada a Aegir hasta que el tribunal tome una decisión
específica sobre este asunto? Bien.
P gina 151
Me doy la vuelta y hago lo que puedo para dormir sin mi
gran Hyrrokin rojo en la cama conmigo, pero mi mente sigue
teniendo imágenes de esta mañana, cuando esa mujer me
atacó. Aegir parecía tan asustado. Vio la cuchilla que Kritan
usó para intentar herirme y se arrodilló. Me tomó en sus
brazos y lloró... Juro que creí ver lágrimas en sus ojos. Un
nudo se forma en mi propia garganta al recordar la forma en
que Aegir me abrazó. Amo a este hombre tanto que me duele.
Y también amo a sus bebés. ¿Y si Kritan hubiera sido capaz
de secuestrarlos y sacarlos del planeta?
Me acuesto en la cama y dejo que las lágrimas fluyan
mientras revivo el día y las últimas cinco semanas. Lloro
porque quiero que esta familia sea mía, pero no puedo
tenerlos. Lloro por dos bebés que han perdido a su verdadera
madre. Lloro por cómo Aegir fue tratado tan horriblemente. Y
lloro cuando recuerdo la cuchilla que estaba a milímetros de
mi carne.
Lloro hasta que no quedan más lágrimas y me quedo
dormida, con Aegir, Kari y Loge en primer lugar en mi mente.
A la mañana siguiente, me meto en la unidad de limpieza
y me visto. Bostezo y sonrío a Kari y Loge mientras aparezco
en la guardería y saludo a mis dulces bebés. La vida sigue
adelante. Los bebés necesitan cuidados y alimentación, y
estoy decidida a dárselos, para no perder el ritmo de estos
dos. Les cambio los pañales y los llevo abajo para que puedan
desayunar conmigo y con su papá.
La casa huele fresca y limpia. Todo en la cocina y en la
sala de estar se ve perfecto, como si ayer no hubiera pasado.
Los robots de limpieza y reparación hicieron un trabajo
increíble arreglando todo tan rápido. Las ventanas y puertas
P gina 152
rotas que los pacificadores rompieron ya han sido
reemplazadas y ni un solo objeto está fuera de lugar. Es
extraño, sabiendo que ayer mismo esa mujer estuvo aquí, en
nuestra casa, y también un montón de pacificadores. Fue un
caos total durante un tiempo, pero ahora está tranquilo de
nuevo. Volvemos a nuestra rutina normal de sólo nosotros
cuatro, y Aegir trabajando desde casa. Al menos eso creo.
Aegir aparece un minuto después con aspecto de estar
feliz de vernos: —Buenos días —Saluda con una sexy y
enronquecida voz matutina. Me besa en la mejilla y se toma
un café.
Coloco a Kari y a Loge en sillas altas, para que puedan
jugar con la comida con los dedos en sus bandejas. Y llevo mi
desayuno a la mesa y me siento al lado de Aegir. Entonces
miro a Loge. Se pasa lo que parece una eternidad intentando
coger un trozo de cereal entre sus dos garras y llevárselo con
cuidado a su propia boca. Observo toda su lucha y cuando
finalmente lo mete entre sus labios y traga, me encuentro con
su mirada: —¡Gran trabajo! —Lo alabo— ¡Lo hiciste!
Me da una sonrisa triunfal y desordenada de bebé y un
resoplido de humo. Dulzura.
—He conseguido más negocios gracias a la cuenta de
Intelgram que has abierto —dice Aegir.
Miro y veo que está mirando fijamente a su tableta. Está
limpio y vestido y huele fantástico como siempre.
—Oh, ¿en serio? —Digo inocentemente, aunque esto no
me sorprende. Su Intelgram de seguimiento ha estado
explotando.
Me mira: —¿Te das cuenta de que tenemos veinticinco
millones de seguidores?
P gina 153
—Sí. Lo sé —Doy un mordisco a mi croissant de
chocolate y lo trago—. Bueno, tienes veinticinco millones de
seguidores. No tengo mi propia cuenta. Sólo publico cosas
sobre ti, los bebés y tu familia. A los Hyrrokin de Tarvos le
gustas mucho.
Pasa sus garras por la pantalla. Puedo ver que está en la
cuenta ahora mismo, comprobándolo: —Les gusto por cómo
me retratas —dice.
—La misma cosa. Les muestro lo que veo todos los días.
Me gusta compartir con los demás lo que pasa por aquí.
Sus rasgos se suavizan: —¿Así es como me ves a mí y a
los gemelos?
—Bueno, sí.
Aegir inclina su tabla hacia mí: —Mira esto —Me muestra
foto tras foto que he publicado estas últimas seis semanas de
él en una variedad de poses sexys. Bueno, sexy para mí y sus
seguidores, pero es Aegir siendo él mismo. Esta es la foto que
tomé de Aegir de perfil, pensando, trabajando duro en su
escritorio. Me encanta esa, parece tan estudioso y con un
pensando profundamente. Ahí está él sosteniendo a sus
bebés, jugando con ellos, bailando con ellos, tumbado con
ellos al sol de la tarde. Dándoles de comer. Durmiendo con
ambos en su pecho. Jugando a ser un iniciador de fuego con
ellos. Su madre y su hermano jugando con él y los bebés.
Todos ellos riéndose juntos. Fotos de los hermanos
Touchstone juntos. Es adorable. Es todo lo que he vivido
desde que llegué.
—No hay ni una sola foto tuya —él dice.
Estoy horrorizada: —Por supuesto que no la hay. Esta es
tu cuenta, no la mía. Ni siquiera tengo mi propia cuenta.
P gina 154
Admito que envié una foto tuya y de los gemelos a mi amiga
Chloe al principio, pero aparte de eso he tratado el tema de
manera totalmente confidencial. Me encanta tomar fotos de ti
y de los gemelos, así que las publico en tus medios sociales.
Dijiste que estaba bien. Te di la contraseña de tu cuenta, así
que asumí que la revisabas para asegurarte de que estaba
publicando cosas que te parecían apropiadas.
—No me gusta estar ahí con Kari y Loge y mi madre y mi
hermano, pero no contigo también. Los Hyrrokin creen que
soy un padre soltero sin destinada.
—Pero eres un hombre sin destinada.
Su pecho se expande y una bocanada de humo flota en
sus fosas nasales. Abre la boca para decir algo más, pero
entonces su tableta comienza a parpadear en rojo. Maldice en
voz baja: —Tengo que ir al juzgado.
—¿Te vas de nuevo? —Mi nariz empieza a picar. Ayer
podría haber ido muy, muy mal. Tres centímetros a la
izquierda y estaría en la bahía médica. Me sorprende que me
vaya tan tranquilo, considerando que casi me matan y los
bebés casi fueron secuestrados.
Él se adelanta y me envuelve la mano con su garra
gigante: —No te preocupes, Riley, esta casa está tan
fortificada con seguridad ahora, que es más segura que el
Palacio Presidencial.
Me muerdo el labio: —Gracias.
Se pone de pie y me besa en la cabeza y luego se despide
de los dos bebés: —Este es el final, lo prometo. Esta vez
realmente volveré pronto.
★★★
P gina 155
Mi primer indicio de que algo pasa es cuando Bestla y
Bergelmir llegan a la casa para recoger a Kari y Loge.
Bestla les da a los bebés besos desordenados de abuela:
—Se vienen conmigo por la noche —anuncia y me hace un
guiño—, para que puedas tener un descanso. De hecho,
podría quedármelos más de una noche, así que hagamos las
maletas para dos días por lo menos.
¿Dos noches? Parpadeo con sorpresa, pero no cuestiono
un regalo de esta magnitud. Trabajo tan rápido como puedo,
pero me lleva una hora vestir, alimentar y empacar a los dos
bebés. Le doy su horario a Bestla y le muestro cuándo fue la
última vez que se alimentaron y tomaron siestas. Y luego lo
siguiente que sé es que Bergelmir está transfiriendo sus
asientos de coche al gran vehículo de Bestla y luego los cuatro
salen del estacionamiento y me despido de mis bebés con una
extraña combinación de tristeza y euforia. No me he separado
de ellos desde que llegué.
Treinta minutos más tarde oigo abrirse la puerta del
estacionamiento de vehículos y sé que Aegir está en casa.
Estoy brincando de impaciencia.
La puerta que conecta la casa con el estacionamiento se
abre y se cierra: —¿Riley? —grita.
—Estoy aquí.
Aparece en la cocina, su enorme cuerpo ocupando todo el
espacio disponible, dándome una mirada acalorada que
promete largas noches y posiciones pervertidas. Se me hace
agua la boca al ver el pecho desnudo del macho rojo y el
sonido de su duro aliento. Sus garras se mueven a sus lados,
como si apenas pudiera controlarse para no tocarme.
—El tribunal declaró hoy que Kritan Softstone ya no es la
P gina 156
madre o tutora legal de Kari y Loge Touchstone. Ya no puede
reclamarme como su destinado. Ahora soy legalmente libre
de encontrar una nueva compañera.
Mis ojos se humedecen inmediatamente: —¿En serio?
—De verdad.
Mi nariz me está picando otra vez, y puede que ya esté
llorando.
Me está acechando, su cola de púas golpea en el aire
detrás de él. Gruñe en su garganta. El humo sale de sus fosas
nasales.
¿Quién es esta bestia?
—No hay nadie en este domicilio excepto nosotros dos.
Kari y Loge están con mi madre y Methone. Bergelmir no
puede venir. He ordenado a los guardias de la puerta
principal que no dejen que nadie nos moleste.
—¿Y si el Presidente te necesita?
—Ni siquiera él. Sólo un apocalipsis sería una razón
apropiada para molestarme ahora mismo.
—Bueno, cuando los bebés regresen mañana...
—Los bebés se quedarán con mi madre este fin de
semana.
No puedo creerlo: —¿Todo el fin de semana?
—Sí. Quítate la ropa.
Miro alrededor de la cocina: —¿Aquí?
—Tienes razón. Aquí no.
Y luego me levanta y me lleva a través de la habitación y
sube las escaleras con esos poderosos brazos y piernas, como
si fuera ligera como el aire. Me río y envuelvo mis brazos
alrededor de su cuello. En minutos estamos en su habitación.
Abre la puerta de una patada y me arroja a la cama: —
P gina 157
Esta es tu habitación ahora. Te vas a mudar aquí conmigo.
Estoy cansado de dormir sin ti.
—Suena como un plan.
Sus rodillas están en la cama y su cuerpo me cubre y sus
labios negros descienden sobre los míos. Queridos dioses, me
encanta el raspado de sus colmillos. Estoy chupando su
lengua bífida. Acerco mi cuerpo, sintiendo el golpe de su
grueso eje entre dos capas de ropa. Lo necesito dentro de mí,
desesperadamente. Sólo él puede aliviar la presión que se ha
estado acumulando en el interior desde hace más de dos
meses.
Me sube la falda corta y me arranca las bragas.
Todavía me está besando. Y es épico.
Claro, ya me han besado antes. Puede que sea
técnicamente virgen, pero eso no significa que no haya estado
con hombres antes. Es sólo que nunca he llegado hasta el
final. Aunque no me han besado en años. Y este es
ciertamente el beso que acabará con todos los demás besos.
No, no, espera. El beso que Aegir me dio en la cocina... ¡era el
beso que acabaría con todos los demás besos!
Él me sube la camiseta y yo lo ayudó a terminar la tarea
de desvestirme. Y luego me mira fijamente los pechos como si
hubiera encontrado el santo grial: —He querido esto durante
las últimas seis semanas —dice. Me chupa los pezones, uno a
la vez, y me muero de placer.
Avariciosamente paso mis manos sobre sus brazos y su
espalda y bajo la parte delantera de su pecho, trazando esos
duros, duros abdominales.
Él levanta la cabeza: —Esta vez va a ser rápido porque no
puedo esperar. La próxima vez iremos despacio.
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Luego se levanta y se desabrocha los pantalones y los
empuja hacia abajo más allá de sus caderas y su exquisita
polla roja cobra vida. Un mini orgasmo se precipita a través
de mis partes femeninas. ¿Todo ese largo resbaladizo y duro
miembro, sólo para mí? El presemen ya se está filtrando por
su abertura en la parte superior. Se quita los pantalones a
patadas y ahora está de pie desnudo ante mí.
Lo estudio como si fuera el trabajo de mi vida. Desde la
punta de sus cuernos negros hasta las puntas de sus enormes
pies rojos con garras: —Eres hermoso —le digo.
Él ruje y se ríe: —No pensaste eso cuando me conociste.
No puedo evitar el rubor que se extiende por sus mejillas:
—Eso fue antes de que te conociera —Me lamo los labios
mientras sigo mirando la enorme erección que sobresale
delante de él—. ¿Va a encajar?
Él palmea su eje y le da algunos golpes bruscos: —Me
aseguraré de que puedas tomarlo.
Juro que tiene razón; mi coño ya está embarazosamente
mojado. Me quito la falda para que no haya nada entre
nosotros. Estoy desnuda ahora y me extiendo en la cama y de
repente cada preocupación que he tenido, que no soy lo
suficientemente bonita, o demasiado rellenita, o curvilínea, o
mis tetas son demasiado abundantes. Todo regresa
rápidamente y empiezo a tratar de cubrirme.
Él me agarra la mano: —Detente. No escondas ninguna
parte de ti misma. Quiero verlo todo. No me niegues este
placer.
Suspiro con placer, pero mis miedos no pueden ser
alejados tan fácilmente, no después de que se han arraigado
desde la infancia, cuando era la niña más gordita de mi clase:
P gina 159
—Se me considera gorda y demasiado grande en la Nueva
Tierra.
—Ya lo has dicho antes y no lo entiendo. Eres pequeña y
fuerte y tus tetas y tu culo son absolutamente perfectos. Eres
la mujer más sexy que he visto nunca. Eres preciosa.
Se forman lágrimas en mis ojos. Esto es lo que Aegir
siempre ha visto cuando me mira.
—¿Estás enfadada?
—No. Sólo estoy feliz. Muy feliz.
—Yo también, porque mi hembra está aquí, en mi cama.
Exactamente donde ella pertenece.
Luego me abre las piernas y me lame con esa lengua
traviesa.
¿Puede una chica morir de placer?
Su cara roja entre mis muslos es tan erótica que podría
desmayarme. Agarro sus cuernos de nuevo, como la última
vez, aferrándome a la vida. Su lengua bífida está lamiendo mi
clítoris como si fuera su trabajo. También hizo esto, en la
cocina, pero esta vez no tenemos que preocuparnos de que
alguien nos sorprenda. Aprieto mis caderas contra su boca,
buscando más y más.
Pero entonces levanta la cabeza, acortando la sesión,
dejándome jadeando por más: —Quiero que te corras en mi
polla —dice y me toca suavemente el coño con su garra.
Puedo oír el sonido de mis propios jugos—. Estás lista.
¡Oh sí, estoy lista!
Levanta mi rodilla y se mueve hacia adelante y mueve la
cabeza de su magnífica polla entre los pliegues que
resguardan mi hendidura.
Agarro sus bíceps: —Estoy feliz de que vayas a ser mi
P gina 160
primero.
—Seré tu primero y tu último —No puedo confundir la
ternura de sus oscuros ojos cuando se inclina, me cubre con
su enorme cuerpo y presiona sus labios contra los míos—.
Ningún otro macho va a tocar esto excepto yo. Para siempre.
Te voy a llenar con mi semilla y veré como creces con mi
descendencia.
—De acuerdo —gimoteo. Yo también quiero esto. Es mi
sueño. Quiero pasar mi futuro con Aegir.
Desliza la cabeza de su polla dentro y gime mi nombre.
Respiro hondo.
Se detiene y me mira fijamente: —¿Estás bien?
—Duele —admito.
Aegir va despacio entonces, empujando cuidadosamente
esa monstruosa polla cada vez más lejos. Le lleva un tiempo
llenarme con su longitud con cuidado. Está temblando con el
esfuerzo de hacer esto bien para mí.
Finalmente, empieza a sentirse mejor. Mucho mejor.
Como, “usar el vibrador” pero mejor. Lo beso con fuerza y
envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y mis piernas
alrededor de sus caderas, tratando de retorcerme para
obtener más de esa polla. Sé que él entiende que estoy lista
porque con un último empujón está completamente dentro.
El aliento sale de mí y juro que veo estrellas: —¡Oh,
dioses! —Gimo contra sus labios y clavo las uñas en sus
hombros— ¡Muévete! —Suplico— ¡Muévete!
Está impulsándose dentro de mí, dentro y fuera. Su eje
duro está enterrado profundamente, golpeando lugares
dentro que ni siquiera sabía que existían. Hago sonidos
desesperados y agudos, y lo manejo como si fuera el mejor
P gina 161
regalo que he recibido.
Y luego mi nuevo marido se apoya en un brazo y se
agacha y me toca el clítoris mientras me folla.
¡Oh, Dioses...! Eso es todo lo que se necesita. Explotó en
un millón de pedazos.
Grito a través del orgasmo más fuerte de mi vida.
Contracciones duras y apretadas barren mi vientre y llegan
hasta los dedos de los pies. Mi coño se aprieta con fuerza
alrededor de su polla. Sigue, sigue y estoy básicamente
aturdida con la cantidad de placer concentrado que pasa a
través de mí.
Aegir da un último empujón fuerte y se queda encima de
mí. También está pasando del límite. Echa la cabeza hacia
atrás y lanza un poderoso rugido. Miro fijamente la gloria de
su grueso cuello y el destello de sus afilados colmillos. Luego
cierro los ojos y sonrío con placer ante el cálido torrente de su
semilla que me llena. Hay tanta. Él se sigue corriendo, parece
que va a montar una ola tras otra de su propio orgasmo.
Entonces finalmente se derrumba a mi lado en un lío
sudoroso.
Me lame el cuello, me envuelve en un fuerte abrazo y yo
sonrío con cansancio satisfecha.
P gina 162

13. Aegir

Despertar al amanecer, rodar y colocar mi garra entre las


piernas de mi destinada, y encontrar que todavía está
húmeda y lista para mí. ¡Perfecto!, porque yo también estoy
listo para ella. Pongo mis garras en ella y me coloco entre sus
muslos y deslizo mi dura polla en su resbaladizo calor.
¡Demonios!, no quiero irme nunca. Podría quedarme
enterrado dentro de ella toda mi vida y no sería suficiente.
Ella se despierta cuando empiezo a moverme, me abraza y se
agarra fuerte. Sus enormes pechos están presionados contra
mi pecho y yo me agacho y chupo un pezón a la vez. Me
encanta tener su suave cuerpo debajo del mío. Es perfecta.
Riley me rodea con sus piernas y afinca sus talones en mi culo
y lo siguiente que sé es que ambos nos corremos al mismo
tiempo. La beso con fuerza y gimoteo contra sus labios
mientras lleno con mi semilla su coño ardiente.
Ambos estamos calientes y sudorosos: —Vamos a
limpiarnos —digo.
No puedo creer que finalmente sea mía. ¿Qué hice para
merecer esto?
La llevo a la unidad de limpieza y la ataco de nuevo
porque no tengo suficiente. Me arrodillo y le lamo el coño
hasta que tiene otro orgasmo. Luego pongo a mi hembra de
rodillas y me corro sobre sus perfectas tetas. Me he
convertido en una furiosa bestia de antaño, como el antiguo
Hyrrokin que deambulaba por las afueras lanzando llamas y
saqueando pueblos, apareándose sólo por instinto y
P gina 163
feromonas. Estoy muy lejos de mis antepasados, pero apenas.
La coloco en una bañera de agua caliente para descansar
y relajarse. La he follado y está dolorida. Necesita un
descanso. La llene con mi semilla muchas veces anoche y esta
mañana. Ella huele a mí, por dentro y por fuera. Y espero
haberla impregnado con nuestra nueva descendencia.
Finalmente la saco del agua, la seco, la arrojo a la cama
conmigo y la rodeo con mis brazos y volvemos a dormir. Me
despierto más tarde y la encuentro poniéndose el pijama y
escabulléndose de nuestra cama. Pongo mi garra en su
cadera: —¿A dónde vas?
—Estoy sacando mis cosas de mi cuarto porque me mudo
aquí, hoy. No quiero molestarme en ir y venir.
Estoy de acuerdo con esta declaración, así que me
levanto también para ayudarla a traer sus objetos personales
a nuestra habitación: —Esta es nuestra habitación ahora —le
digo—. Tu antigua habitación es la habitación de invitados.
—O puede ser una habitación para futuros bebés.
Yo sonrío: —Eso también.
Recogemos sus cosas, que no son muchas, y la sigo a mi
habitación. Sostengo una cesta con sus artículos de higiene y
belleza personal femenina que no me son familiares, y ella
lleva su maleta roja. La llevo al armario. Enciendo las luces y
la gran habitación se ilumina. Es lujosa y amplia y
básicamente vacía. Tengo muy poca ropa propia.
Riley se detiene y mira las paredes de los armarios
vacíos, con la boca abierta por sorpresa: —Es como si
hubieras estado esperando que yo entrara aquí y llenara esto
—dice bromeando.
—Lo he hecho. He estado esperando por ti toda mi vida.
P gina 164
Me mantuve ocupado con el trabajo porque nunca pensé que
encontraría una mujer que me amara por mí. Sí, soy
billonario, pero raramente gasto mi dinero y nunca salgo. La
mayoría de las mujeres no estarían de acuerdo con este estilo
de vida, en el que nos quedamos en casa.
—Bueno, sucede que yo también prefiero quedarme en
casa —Deja caer su maleta y da un paso adelante, usando una
palma para apoyarme contra la pared—. Y te amo —
declara—. Amo a Aegir Touchstone que acogió a sus dos
bebés sin pedir siquiera un test de paternidad. El hombre que
descubrió que era padre y no eludió la responsabilidad —Me
besa en el estómago y mi polla se sacude en respuesta—. Me
encanta el macho que soporta la música humana alta y
pacientemente me permite convertirlo en un influencer de
Intelgram —Me baja los pantalones del pijama y se pone de
rodillas para besar mi polla dura—. Y amo al Aegir que es
devoto de su madre y su hermano.
Me aferró poniendo mis garras en su sedoso cabello
humano: —Soy un hombre de negocios feroz —lo admito—.
No llegué tan lejos jugando limpio.
—Lo sé —dice mientras trata de envolver su mano
alrededor de la base de mi eje rojo—, y me encanta eso de ti
también.
—Nunca te llevaré a una cita —le advierto—. No iremos a
restaurantes.
—¡Gracias a los dioses! —Responde— Me gusta la
comida casera en su lugar.
Y entonces ella se lleva mi polla a la boca y yo echo la
cabeza hacia atrás y suelto un gemido gutural. Ella sigue
trabajando conmigo, haciendo lo mejor que puede para llevar
P gina 165
mi enorme polla roja a su pequeña y apretada boca humana.
Aprecio su determinación. La detengo porque mis bolas están
a punto de estallar y quiero entrar en su coño ardiente. Me
agacho, la tomó y mi polla encuentra su coño. Y luego la follo
contra la pared del armario, sus pechos se mueven mientras
la golpeo con fuerza. Me inclino y le acaricio el clítoris y ella
grita, su coño se agarra a mi eje. Disparo mi semilla dentro de
ella, ola tras ola. Finalmente me corro y salgo de ella y veo
cómo mi semen se escapa de su cuerpo. Un gruñido posesivo
retumba en mi pecho. La llenaré una y otra vez hasta que se
hinche con mi descendencia.
Después, bajamos a la cocina, desnudos y riendo, para
tomar café y una bandeja de comida para poder desayunar
tarde en la cama. Enciendo un canal de video y pasamos el
resto del día juntos, descansando en la cama. Dormir, comer,
hablar, follar, ducharse y luego follar un poco más. Es el mejor
día de mi vida.
Finalmente, el sol se pone y sé que es hora de seguir
adelante. Nos llevó de vuelta a la unidad de limpieza y le
ordeno que se ponga ropa de verdad, no sólo pijamas.
—¿Por qué?
—Vamos a comer abajo —le digo, dándole una vaga
respuesta.
—¿Abajo? De acuerdo —se ríe—. Si quieres.
Después de que estemos vestidos y presentables, tomo la
mano de Riley y bajamos juntos las escaleras. De repente las
luces se encienden y hay una gran multitud de amigos y
familiares Hyrrokin gritando: —¡Sorpresa!
—¿Qué es esto? —ella jadea.
—Una fiesta de compromiso —le susurro al oído.
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—Es tu fiesta de declaración de compromiso —grita mi
madre con lágrimas en los ojos. Ella está de pie justo ahí
delante, con los dos bebés y Methone a su lado. Mi madre y su
amiga están perdiendo la cabeza por el hecho de que Riley va
a ser mi destinada. Probablemente la quieran más que yo, si
es posible.
El grupo de madres amigas de Riley del vecindario está
aquí, junto con las otras madres Hyrrokin de las que sé que
trabó amistad. Invité a mi madre, mi hermano y su amiga, así
como a un grupo de mis empleados de confianza y conocidos
de negocios. También hay algunos familiares lejanos que
normalmente no veo, así como algunos viejos amigos del
ejército. Es una mezcla muy ecléctica de Hyrrokin.
La boca de Riley se abre y hay una gran ola de ruido
mientras las hembras se saludan con gritos de felicidad. Estoy
muy contento de que hayamos pasado por esto. Reunirme con
mi madre y su amiga ayer para dar los últimos toques a
nuestra fiesta sorpresa es lo que causó un retraso en el
regreso a casa. Odié dejar a Riley sola un segundo más de lo
necesario, pero fue para que pudiéramos tener esto. Me
detengo a abrazar a mi madre porque puedo ver que se
esforzó en la decoración y la comida. Todo es perfecto para mi
destinada.
Luego entro y saludo a los amigos y familiares que invité
a presenciar nuestra declaración de destinados. Pasan treinta
minutos y mi madre me pone la garra en el hombro y me hace
saber que es la hora. Asiento con la cabeza. Me acerco a Riley
y la saco de un grupo animado de hembras y bebés. Nos
muevo al centro de la habitación. Los otros Hyrrokin dejan de
hablar y se vuelven para mirarnos fijamente.
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Mi hembra mira a su alrededor con confusión: —¿Qué
está pasando?
—Riley —Digo con una voz profunda y ronca. Agarro su
pequeña mano en la mía. No puedo creer que esté a punto de
hacer esto delante de todos, pero haré lo que sea para hacer
feliz a mi compañera—... Sé que te gustan las costumbres
humanas del planeta original —le digo—. Investigué las
bodas de la Tierra y vi esto. De hecho, vi esto en ese programa
que te gusta. Así que...
Me arrodillo ante ella, delante de todos los que
conocemos.
—¡Oh, Dios mío! —ella suspira.
Mi madre está grabando esto en su tableta para que
podamos colgarlo más tarde en mi cuenta de Intelgram, que
luego será recogida por los medios de comunicación y se
extenderá por todo el planeta. Muy pronto todos sabrán que
ya no soy un Hyrrokin sin destinada. He elegido a esta
humana como mi pareja, y si ella acepta seré el macho más
afortunado del mundo.
Tomo su mano en mi garra. Sus ojos empiezan a
lagrimear.
—Riley —empiezo de nuevo—. Estamos aquí hoy frente
a nuestros amigos y familiares porque quiero proclamar
públicamente lo afortunado que soy de tenerte en mi vida.
Estoy agradecido por la forma en que cuidas de mis hijos
como si fueran tuyos, y estoy agradecido por la forma en que
me cuidas a mí, a mi madre y hermano. Eres mi mejor amiga y
también mi compañera. Sé que originalmente llegaste para
trabajar aquí temporalmente, pero he descubierto que no
puedo vivir sin ti. ¿Continuarás viviendo conmigo y mi
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descendencia en mi hogar?
Saco una pequeña caja negra de mi bolsillo. La abro y ella
jadea ante el gigante y brillante anillo que se revela.
—En Hyrrokin sólo intercambiamos votos, no joyas. Pero
los humanos en la Tierra ven el intercambio de anillos como
un poderoso símbolo de compromiso. Riley Anderson, te amo
con todo mi corazón. ¿Te casarías conmigo y te convertirías
en Riley Touchstone, mi amada, un miembro apreciado de mi
familia y la madre de mi futura descendencia?
Un destello de terror me atraviesa. ¿Y si me equivoco en
esto? ¿Y si no está lista para ese tipo de compromiso?
Me mira con amor y ternura en sus brillantes ojos
humanos: —Aegir, te amo y sería un honor para mí
convertirme en una Touchstone. Sí, me casaré contigo y me
convertiré en tu amada y en la madre de tus hijos.
Saco el anillo de la caja y lo deslizo en su dedo. Luego me
paro y tomo a mi hembra en mis brazos y la beso con toda la
pasión dentro de mí, delante de todos.
Fuertes aplausos y silbidos de aprobación estallan a
nuestro alrededor.
Finalmente rompo nuestro candente beso ardiente y
tomo su amada cara con mis ásperas y rojas garras: —¿Te
quedarás el resto de nuestros años en Hyrrokin, conmigo y
con mi descendencia? —Pregunto.
—Sí. Sí, por favor.
—¿No te importa que no vivamos en la Nueva Tierra?
—¡Joder, no! —Dice de golpe— Odio mi planeta natal. Me
gusta más Hyrrokin. ¿Crees que puedo convertirme en
ciudadana?
—Cuando te conviertas en mi destinada, te convertirás
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automáticamente en una ciudadana.
—Oh, eso es maravilloso.
—Eres lo mejor que nos ha pasado a mí y a mi
descendencia. Eres una madre increíble.
—¿Madre? —Empieza a llorar de nuevo— ¿Soy una
madre?
—Sí, eres la madre de Kari y Loge. Espero que cuando
vayamos al juzgado para la ceremonia de vinculación,
también te conviertas legalmente en su madre. Podemos
hacerlo oficial.
—Me encantaría eso.
Y entonces Bergelmir se acerca con una pantalla de video
en su garra. Riley grita de alegría cuando ve que es su mejor
amiga, Chloe. Bergelmir sostuvo la tabla durante la
declaración para que la mejor amiga de mi hembra pudiera
ver el procedimiento y sentir que ella estaba ahí. Riley agarra
la tableta y se aleja, charlando excitadamente con su amiga.
Me encuentro con la mirada fija de mi hermano: —Eres el
siguiente —le digo—. Quiero esto para ti también. Nunca
supe las alegrías que esto traería. Necesitas encontrar tu
propia destinada.
Mi hermano gruñe de acuerdo.
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Ep logo: Aegir

Cinco a os despu s...


Me despierto en la cama con el cuerpo de Riley envuelto
en el mío y una enorme sonrisa en mi cara.
Así es como me despierto cada mañana y nunca he sido
más feliz. Tengo mi destinada conmigo, mis gemelos, mi hijo y
mi hija menor, y ahora mi pareja está embarazada de nuevo
con otra hija.
Pongo mi garra sobre su estómago hinchado. Me encanta
cuando está embarazada. Y me encanta follarla mientras lo
está. Mi eje ya está duro. Ha dado a luz a dos de mis hijos y
está embarazada de otro, y planeamos tener al menos uno
más. Lo que significa que estamos a punto de ser una familia
de seis con uno más planeado.
Por eso contratamos una niñera.
Con tantos hijos en nuestra casa, y el hecho de que
todavía trabajo, fue una decisión fácil. Realmente
necesitábamos un par de garras extra para ayudar. Pensamos
en contratar a una humana, pero Riley decidió que era mejor
contratar a una niñera Hyrrokin. Quería demostrarles a las
madres de Hyrrokin que no creemos que las niñeras humanas
sean las mejores cuidadoras de bebés: —Las mamás que
aman a sus bebés son las mejores, sin importar la especie —
dice siempre mi hembra.
Ruthcon, nuestra nueva niñera, es una abuela madura
Hyrrokin, y encaja perfectamente en nuestra familia. Me gusta
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la forma en que ayuda a organizar este loco hogar nuestro con
gemelos de cinco años, uno de tres, otro de dos y mi hembra,
que está muy embarazada.
Mi destinada hizo remodelar todo nuestro sótano como
un apartamento privado para la niñera, con un avanzado
dispensador de comida y una salida separada. Ella dijo que
era el tipo de arreglo que deseaba cuando trabajaba en casas,
así que quería otorgárselo a su propia empleada.
Riley no sólo está ocupada con nuestra colección de
descendientes, sino que también maneja nuestra cuenta
conjunta de Intelgram, que ahora es un negocio en sí mismo.
Nuestra cuenta ha crecido hasta alcanzar la asombrosa cifra
de 150 millones de seguidores. Todos encuentran fascinante
nuestra vida hogareña: Aegir Touchstone y su destinada
humana. Les encantan las fotos y los vídeos de nuestra
descendencia mitad humana, mitad Hyrrokin, además de
nuestros gemelos Hyrrokin. Riley disfruta documentando
nuestra vida para los Hyrrokin de Tarvos. Sus videos de
cocina de comida humana son enormemente populares. Mi
hembra se ha convertido en una gran influyente Hyrrokin con
sus adorables sonrisas humanas y su peculiar adicción a
extrañas canciones humanas. Cobra a los patrocinadores
setecientos mil créditos por cada publicidad en Intelgram. Es
asombroso lo rápido que está aumentando nuestra riqueza.
—Soy una mujer Hyrrokin emprendedora que te ayuda a
llevar tu negocio —dice.
Golpeo su trasero perfecto y estoy de acuerdo: —Sí, lo
eres —porque es verdad, y amo a esta mujer más que a la
vida misma.
Riley nos llama “hogareños” Hyrrokin que ama trabajar
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y jugar en casa. Aun así, rara vez salimos. Nuestro patio
trasero es una fantasía infantil con todas las estructuras de
juego posibles. Riley lleva a los gemelos a la escuela y a veces
yo salgo por mi trabajo para asistir a sus ceremonias de
entrega de premios o para aparecer en “Dagas con papá”.
Nuestra vida es más de lo que podría haber esperado.
—Es fin de semana —me recuerda mi destinada con una
voz áspera y recién despertada—. Esto significa el desayuno
en la cama con los niños.
—Hmm —estoy de acuerdo—. Sólo después de que te
folle.
—Bien —ella suspira.
Me tumbo de lado y acerco a mi hembra. Pongo su pierna
sobre la mía y luego deslizo mi eje duro y pulsante en su
sedoso y húmedo calor. Gimoteo por el placer. Eso nunca pasa
de moda. La follo con fuerza y me acerco para acariciar su
clítoris. A ella le encanta eso. Riley se extiende y se agarra a
mi cola mientras llega a su orgasmo. Me encanta la sensación
de su pequeña mano apretando mis púas mientras me corro
dentro de ella.
Después, mi destinada se balancea desnuda hasta la
unidad de limpieza. La sigo al interior y lavo su exuberante
cuerpo por todas partes y le doy otro rápido orgasmo con mi
dedo contra su clítoris, tal como le gusta. Mi pobre hembra
siempre está muy necesitada de mi toque cuando está
embarazada.
Nos vestimos y nos vamos por separado para empezar la
locura de levantar a nuestra descendencia, cambiar los
pañales y que todo el mundo vuelva a la cama. La niñera tiene
el día libre hoy y lo usamos como tiempo familiar, sólo para
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nosotros. Riley baja las escaleras para preparar la comida y la
bebida y yo llevo a nuestros hijos a nuestra habitación y a
nuestra cama. Nos encontramos todos en nuestra habitación.
—Papá, ¿por qué tus colmillos son tan largos?
—Mami, ¿por qué no tienes cuernos?
—¡Quería leche con chocolate!
Están retorciéndose sobre nosotros. Mantenemos a los
más pequeños entre nosotros y los otros están vagando
donde quieren, escogiendo sus lugares en la cama. Las
bandejas de comida y bebida están ahí para todos. Comemos,
bebemos, reímos, hacemos cosquillas y luchamos. Luego
encendemos un video que es el favorito de los niños y ellos
comienzan a cantar.
Encima de toda esta conmoción oigo el sonido distante de
una puerta que se abre y se cierra: —Aegir, vístete, estamos
aquí —una voz ruge desde abajo.
Me siento y muevo la cola. ¿Qué demonios?
Riley se muerde el labio y me mira: —Uh, oh. Olvidé
decirte que Bergelmir y sus hijos van a venir hoy.
—¿El tío Bergelmir está aquí? —Loge grita y corre hacia
la puerta. El resto de mi descendencia empieza a seguirlo.
Riley coge a nuestra niña en sus brazos: —¡Lo siento
Aegir, lo olvidé por completo! —Y entonces ella también se
tambalea hacia la puerta, con una gran sonrisa en su rostro.
Me río y sacudo la cabeza. Nunca hay un momento
aburrido en la casa Touchstone.

Fin

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