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Secuencia (2005), 62, mayo-agosto, 241-244

ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464

Resefias

David A. Brading, Mito y profecfa en la La ausencia de todo nombre en el texto =se


historia de Mexico, FCE, 2a. ed., Mexico, refiere a un libro de Las Casas­ revestfa a la
2004, 268 pp. marcha de la conquista con el caracter im­
personal de algun proceso infernal en el que
Con beneplacito hemos leido la nueva manadas de !obos humanos corrfan sueltos
edicion de esta obra que reiine eosayos por los verdes pastizales para estragar gran­
sobre san Agustin y America, el republi­ des rebafios de ovejas humanas (p. 47).
canismo clasico y el patriotismo criollo, el
patriotismo liberal, el darwinismo social El maestro se esta refiriendo a un asun­
y el idealismo romanrico. to bien conocido, pero, mediante el uso
Lo segundo que llama la atenci6o en perfectamente bien medido de los califi­
la obra del doctor Brading es la erudicion. cativos, su historia adquiere la novedad, la
Este autor se dirige siempre a las fuentes frescura que cautiva el interes del lector.
primarias, las cuales sabe inrerpretar de Este es un recurso literario queen el siglo
manera privilegiada gracias a su vasta cul­ XJX llamaban dar "colorido de verdad";
tura y al trato conrinuado con los clasicos. esto es bien interesante, lo verdadero no
Leer directamente las fuenres originales se revela por sf solo, ni su transmisi6n de­
implica mucho trabajo, pero en su dis­ pende de las referencias a pie de pagina:
curso don David es sumamente discreto el autentico efecto de verdad tiene que
y reduce las citas textuales al mfnimo, a darlo el escritor con recursos Iirerarios, y
lo verdaderamente esencial. Esto resulta el doctor Brading lo logra con una gran
en un estilo directo, casi deseofadado, que ecooomfa de medias, con el color de cier­
es a lo que se llama clasicismo. Es decir tos adjetivos, aquf y alla con rnetaforas
que la erudicion no es uo fin en sf misma que clan vida a los personajes, veracidad a
sino el medio de alcanzar verdades depu­ sus ideas y novedad a su discurso. Otro
radas; en suma, la erudicion como un ejemplo del uso exacto de los calificativos
deber, no como una virtud en sf misma. es cuando el autor considera "La intrepida
Digo que lo segundo es la erudicion y loca decision de Vasconcelos para tratar
porque lo primero que llama la atencion de alcanzar la presidencia en 1929" (p.
es el leoguaje del maestro. Su prosa so­ 197). Todos estabamos de acuerdo con la
bria, viril, esta tramada con adjetivos su­ locura de esa decision pero, que yo sepa,
rnamente precisos y pertinentes y ocasio­ nadie la habfa calificado precisamente asf,
nales rnetaforas que le dan vida a los con lo cual se da la medida exacta de la te­
asuntos que esta historiando. Por ejemplo, meridad de la empresa. Permftanme un
escribe: ejemplo mas del tino para calificar; dice

Secuencia [241] nurn. 62, mayo­agosto 2005


Brading: "El falso imperio de Iturbide Es claro que sintetizar a Bolfvar entre
pronto dio lugar a una repiiblica federal el Libertador y el Principe maquiavelico
dotada con una Constitucion de papel es un recurso ret6rico, en el sentido de
igualrnente falsa" (p. 260). La obra que que su personalidad inclufa muchos otros
analizamos demuestra que no se precisa factores; pero al hacerlo Brading ubica su
una novela para que los personajes y los discurso en los rasgos con los cuales el
procesos de la historia adquieran vida, personaje adquiere su mayor significaci6n.
pero ral vez sf sea necesario que quien es­ Es un esquema dialecrico de dos polos
criba sea un buen lector de literatura, in­ opuestos, y el escritor tiene el talento de
cluyendo por supuesto a Walter Scott. no dar una sfntesis final sino que nos deja
Todo el mundo esta de acuerdo en que al personaje en movimiento, en la dialec­
don David tiene una capacidad de sintesis tica ­la lucha interna de su alma­ entre
fuera de serie, pero es inreresante observar las ideas y la realidad polftica,
que esa capacidad se porencia con sus ha­ Otra gran virtud de don David es su
bilidades de escritor, yes allf donde cirar esrrategia narrativa. Los historiadores
a Brading se vuelve imperativo; quiero pueden dividirse en dos grandes grupos:
decir que define diafanarnente los proce­ los arnantes de narraciones pormenoriza­
sos historicos, con una brevedad envidia­ das y los que se arriesgan a dibujar cua­
ble y ­esto para mf es decisivc­­ con una dros del conjunro, Los primeros quieren
escritura seductora. Por ejemplo, sobre fascinar con los detalles, pero esta estrate­
Bolivar nos dice: gia siempre fracasa por la imposibilidad
de narrarlo todo; como ha demostrado Ar­
En resumen, los imperatives de su personal thur Danto, siempre habra un detalle que
vision, que habfan inspirado la heroica gesta queda fuera y, asi, jamas se consigue un
de la emancipaci6n, le apartaron tambien de maximally detailed account. El historiador se
las duras medidas necesarias para preservar encuenrra en el mismo caso de un pintor,
a Colombia. Serfa pues un error interprerar cuya misi6n no consiste en meter en el
su ret6rica polftica y sus proyectos como cuadro cada guijarro y cada brizna de
una esplendida mascara de sus ambiciones hierba del paisaje, sino en transmirir
personales, discernir los rasgos del Prfncipe el efecto del conjunto. En este aspecto, el
tras el disfraz de! Liberrador, Bolfvar era doctor Brading es verdaderamente ma­
esencialmente un hombre de acci6n, un sol­ gistral, porque SU obra no esta tanto defi­
dado masque un estadista, que era irnpul­ nida por temas de estudio sino por ata­
sado a la acci6n por unas pocas ideas fuertes ques, desde diferentes puntos, a los mas
que habfa adoptado durance su estancia en amplios procesos de la historia. Mito y
Europa. Era ciertamente un Principe que profecia es eso, un conjunto de ensayos di­
habia creado su propio Estado, pero tarnbien versos en donde la unidad se consigue en
era un heroe republicano cuya gloria depen­ parte por la afinidad de los temas, pero
dia de la estirnacion ptiblica. A fin de cuen­ sobre todo por el rnetodo y por el nivel y
tas, las doctrinas de Rousseau y de Maquia­ la penetraci6n del analisis. Debe quedar
velo, de la virtit personal y de la libertad claro aquf que ponderamos la gran capa­
piiblica, luchaban por la primacfa en su cidad de sinresis del doctor Brading, que
alma (p. 110). es la que le permite dibujar grandes cua­

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dros, pero eso no quiere decir que no haya cionalismo mexicano (1973), Orbe indiano
investigado a gran profundidad; muy al (1991) y Fenix mexicano (2001).
conrrario, su capacidad de trabajo es tal Los personajes de sus libros, finamenre
que en Haciendas y ranchos de! Bajfo da adjetivados como hemos dicho, los pode­
cuenta hasta de terrenos mimisculos (huer­ mos ver: por ejemplo, el Cristobal Colon
tos de 92 varas por once) yen muchos ca­ del inicio de Orbe indiano es sumamente
sos indica el origen racial del propietario plastico, tiene todo el "saber a came hu­
y si sabe leer y escribir. rnana" que querfa Marc Bloch, pues Bra­
Los que estamos acostumbrados a es­ ding retrata a un visionario, a un ilumi­
cribir monograffas debemos estudiar la nado, que es el verdadero Colon, o,
obra del doctor Brading. El construye cuando menos, el mejor Colon, y cuando
grandes cuadros, formados por mosaicos, estamos a punto de conocer la fuente de
y al plantearse cuestiones fundamentales, las visiones colombinas, Brading se derie­
problemas de veras gordos, sus respuestas ne y nos dice que sobre ello no informan
resultan sumamente pertinences. Su me­ nada los documentos, es decir que deja
todo es el opuesro al de Niceto de Zama­ al lector que responda; esta complicidad
cois, quien escribi6 una historia de Mexi­ me parece estupenda.
co en 21 vohimenes; en vez de querer Una ventaja considerable de leer a
narrarlo todo, que por principio es im­ Brading consiste en disfrutar el metodo
posible, Brading ataca el micleo de cues­ comparativo que utiliza, de tal modo que
tiones seculares, especialmente aquellas la historia de America es vislumbrada en
que tienen relaci6n con la historia de las el conrexto de la historia universal. Un
ideas. En Orbe indiano don David cita, a claro ejemplo de ello es cuando narra el
manera de profesi6n de fe, las palabras de resultado de la derrota mexicana de 1848:
G. M. Young: "el verdadero terna central
de la Historia no es lo que ocurrio, sino lo Despues de la derrota infligida por los nor­
que la genre sintio acerca de ello cuando teamericanos, Mexico perdi6 sus esperanzas
estaba ocurriendo", de converrirse en un gran imperio compara­
Tan clara defensa de la historia de las ble a Brasil, heredero apropiado de la mo­
ideas es interesante, pues la obra del doc­ narquia universal de Espana, y se convirrio
tor Brading tiene dos grandes ramas: sus en cambio en otra Polonia, un Estado fron­
libros, en los que utiliza masivamente las rerizo cuya independencia y cuya existencia
fuentes de archivo y estudia la economfa, misma estaban amenazadas por la fuerza ex­
quiero decir la fisiologfa de la sociedad, y pansiva de su vecino del norte (p. 117).
aquellas que se refieren a la historia de
las ideas, la psique social, y donde sus prin­ Otro ejemplo elocuente es cuando en
cipales fuentes son las bibliograficas. En Mito y profecfa el autor afirma: "La reforma
la primera vertiente, a la fecha ha publi­ enconrro su termidor y su directorio en
cado Mineros y comerciantes en el Mexico bor­ Juarez, y su Napoleon en Diaz" (p. 147).
bonico (1971), Haciendas y ranchos def Bajio Es importance sefialar que con esta com­
(1986) y Una iglesia asediada: el obispado de paraci6n Brading no prerende decir que
Michoacan (1994); la segunda vertiente fueran procesos absolutamente identicos,
esta representada por Los or/genes de! na­ sino mas bien que los liberales radicales se

RESENAS 243
SECUENClf!
R · i.cte yc· n ,; ,o,;,.....

sintieron herederos de la revolución fran­ Don David utiliza -esto es una hipó­
cesa. De este modo la historia mexicana se tesis- un modo de explicación científica,
universaliza, es un capítulo de la historia pero que tiene además un sustento míti­
del mundo. co. Pues hay quien asegure que eso que
Es notable que todas las dedicatorias llamamos verdades no son, en el fondo,
de los libros de don David son a su fami­ más que metáforas de contados mitos.
lia: a su esposa Celia, a su hijo Chistopher Hayden White nos diría que los textos
y a sus padres. Esto nos habla de un caba­ de Brading no son romances pues no tie­
llero y un hombre de integridad, pues las nen un final feliz, ni tragedias porque
mujeres paren a los hijos y los llamamos tampoco tienen un final francamente in­
nuestros hijos, pero en cambio los libros feliz; pero tampoco son ironías, pues los
son "mis libros". ¡Qué injusticia! textos del maestro no provocan una sensa­
El que Brading incluya un breve ensa­ ción de vacío. Tal vez sean comedias, es
yo sobre el estilo churrigueresco y su am­ decir, finales más o menos infelices pero,
bición por las alturas es un muy bienveni­ en el proceso, en la narración de la histo­
do aire fresco para los historiadores que, por ria, hay momentos de reconciliación,
definición, no debieran pasar por alto nin­ cuando menos parcial, que nos transmiten
gún tema, ningún asunto de la vida social. el gozo de vivir, pero no por chistes o
· Los apéndices que el autor ha agrega­ chanzas, sino mostrando momentos éticos,
do para esta segunda edición, que versan como en Las Casas, que a veces terminan
sobre Manuel Gamio, Allan Knight, Ed­ por ser estéticos a la manera de los poemas
mundo O'Gorman y los intelectuales y históricos de Cavafis: el Simón Bolívar de
el poder, son igualmente fascinantes, y no Brading -tal vez su obra entera- es el
exagero. La forma en que despliega don correlato narrativo del hombre en llamas
David sus argumentos provoca en el lec­ de Orozco, en el Hospicio Cabañas. Leer
tor expectación, comienza uno a leer más a Brading es convertirse en cómplice de
y más rápido, o mejor dicho, a devorar el la idea de que a pesar de todas las violen­
libro. Todo su trabajo erudito merece un cias de este mundo hay algo grande,
detenido estudio, pero no menos mere­ verdaderamente espléndido en vivir.
cedor de análisis es la forma en que el lec­ Escritor de altura, historiador erudito
tor queda enganchado, atrapado por razo­ para demostrar e imaginativo para expli­
namientos seductores que lo obligan a car, y un caballero: ése es Brading.
leer el libro de un tirón. Todo esto es un
efecto literario. José Ortiz Monasterio
La elegancia del autor para hacer crí­ INSTITUTO MORA
ticas o poner en tela de juicio la lógica de
la argumentación d e otros autores es
ejemplar. Deja perfectamente claro que
la obra que critica es valiosa, y que su
único afán es aproximarse a la verdad. Marie-Laure Aurenche, Édouard Charton
Esto me recuerda una frase que le gustaba et l'invention du Magasin Pittoresque
a O'Gorman: "El debate es crisol donde se (1833-1870), Honoré Champion, París,
apuran y afinan las verdades". 2002, 534 pp.

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