Está en la página 1de 2

POR SIEMPRE, LENIN

Todas las mañanas Lenin despertaba primero que su mamá, corría a la ventana, dejaba entrar los
primeros rayitos del sol y le decía:

- Mami, mami… ya salió el sol. No está la luna.

Su mamá, con un bostezo, lo miraba y acariciaba su cabello para darle un beso en la frente y
juntos estiraban los brazos como los gatitos.

Lenin empezó a buscar su dinosaurio Blu para llevarlo a desayunar, pues había olido un riquísimo
aroma a huevos fritos. Caminaba lentamente hacia la cocina, mientras imaginaba que estaba en
medio de un bosque con muchos árboles de flores amarillas y rojas. A su derecha encontró dos
triceratops y tres micropachycephalosaurus que jugaban con un huevo.

- Lenin, Lenin.” Buenos días” le decía un árbol enorme con muchas hojas.

Sorprendido voltea y responde:

- Buenos días señor árbol, ¿usted me conoce?


- Lenin ¡despierta! mira quien nos visita y está preparando unos riquísimos huevos fritos.
- ¡Mamá! es mi Jermaine ¿cuándo llego? ¿porque no me avisaste?

Y antes que terminara de preguntar, Lenin ya estaba abrazando a Jermaine con mucha fuerza,
mientras la gatita Brattzie estaba en los pies de Jermaine moviendo su colita y ronroneando.

- Lenin, no te quisimos avisar porque te quería sorprender.


- Jermaine ¿cómo fue tu viaje por África? ¿te puedo acompañar en tu próximo viaje?
- Estuve en muchos países y tengo muchas fotos en el celular. Tengo un regalo para ti.
- Quiero ver mi regalo. Es un nuevo dinosaurio o un libro de dinosaurios.

Los ojitos de Lenin brillaron y sus manitos abrazaban su nuevo libro de muchas fotografías de
Pterosaurio, Ultrasaurus, Iguanodon, Sauroposeidon. Era el libro que siempre había querido y por
fin tenía lo tenía en sus manos.

- Lenin, volveremos por más libros porque viajaremos muy pronto.

Emocionado Lenin, miro a su mamá y le preguntó:

- Mami ¿podemos llevar a Blu y Brattzie?

Su mamá sonrió, mientras acariciaba a la gatita y con una voz dulce le dijo:

- Entonces, vamos a comprar una maleta para Blu y Brattzie.

Los tres empezaron a reír imaginando el increíble viaje que estaban por realizar.
Lenin terminó su desayuno y agradeciendo se fue a lavar los dientes mientras conversaba con Blu.
Le decía que también debería cepillarse los dientes y cuando se le caiga uno debe guardarlo en la
almohada para el Ratón Pérez.

En la sala su mamá Cori empezó a tejer unas medias que tenían muchos dinosaurios y que seguro
le iba a gustar a Lenin. Él tenía que abrigarse porque estaban en invierno y vivían en Lima, una
ciudad muy húmeda. Jermaine se había comprado unas pantuflas de ovejitas muy graciosas, que
eran los nuevos juguetes de Brattzie.

- Lenin, ¿te gustan mis ovejitas? Están muy bonita ¿no crees?
- Las mías son de dinosaurios, pero te las voy a dar y yo me quedo con tus ovejitas.

Cori y Jermaine no comprendían porque Lenin había respondido de esa manera y ante la cara tan
graciosa de curiosidad que ellos tenían, Lenin les dijo:

- Mami yo le voy a dar mis pantuflas favoritas porque quiere cuidarlo, así como él nos cuida.

Jermaine corrió abrazarlo y decirle que siempre los iba a cuidar porque con ellos se sentía el
hombre más feliz de todo el universo. Desde que lo conoció sintió los mismos nervios que Lenin,
pero siempre quería verlo feliz y en cada viaje pensaba en ellos por eso habían video llamadas
todos los días.

- Te quiero mi Jermaine, por siempre ¡te quiero Papá¡ Blu y Brattzie te quieren.

Brattzie empezó a maullar y luego a ronronear en señal de afirmación.

Los tres, después de ese momento, se sintieron más unidos porque hace más de tres años Lenin
solo tenía a su mamá, Blu y Brattzie en su mundo; ahora una nueva historia en el mundo de los
dinosaurios y Lenin estaba comenzando. Esa tarde empezó a garuar como siempre en Lima, y las
pantuflas de ovejitas y dinosaurios corrían por todo el departamento mientras Brattzie
aprovechaba y dormía en el sillón.

También podría gustarte