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Todas las mañanas Lenin despertaba primero que su mamá, corría a la ventana, dejaba entrar los
primeros rayitos del sol y le decía:
Su mamá, con un bostezo, lo miraba y acariciaba su cabello para darle un beso en la frente y
juntos estiraban los brazos como los gatitos.
Lenin empezó a buscar su dinosaurio Blu para llevarlo a desayunar, pues había olido un riquísimo
aroma a huevos fritos. Caminaba lentamente hacia la cocina, mientras imaginaba que estaba en
medio de un bosque con muchos árboles de flores amarillas y rojas. A su derecha encontró dos
triceratops y tres micropachycephalosaurus que jugaban con un huevo.
- Lenin, Lenin.” Buenos días” le decía un árbol enorme con muchas hojas.
Y antes que terminara de preguntar, Lenin ya estaba abrazando a Jermaine con mucha fuerza,
mientras la gatita Brattzie estaba en los pies de Jermaine moviendo su colita y ronroneando.
Los ojitos de Lenin brillaron y sus manitos abrazaban su nuevo libro de muchas fotografías de
Pterosaurio, Ultrasaurus, Iguanodon, Sauroposeidon. Era el libro que siempre había querido y por
fin tenía lo tenía en sus manos.
Su mamá sonrió, mientras acariciaba a la gatita y con una voz dulce le dijo:
Los tres empezaron a reír imaginando el increíble viaje que estaban por realizar.
Lenin terminó su desayuno y agradeciendo se fue a lavar los dientes mientras conversaba con Blu.
Le decía que también debería cepillarse los dientes y cuando se le caiga uno debe guardarlo en la
almohada para el Ratón Pérez.
En la sala su mamá Cori empezó a tejer unas medias que tenían muchos dinosaurios y que seguro
le iba a gustar a Lenin. Él tenía que abrigarse porque estaban en invierno y vivían en Lima, una
ciudad muy húmeda. Jermaine se había comprado unas pantuflas de ovejitas muy graciosas, que
eran los nuevos juguetes de Brattzie.
- Lenin, ¿te gustan mis ovejitas? Están muy bonita ¿no crees?
- Las mías son de dinosaurios, pero te las voy a dar y yo me quedo con tus ovejitas.
Cori y Jermaine no comprendían porque Lenin había respondido de esa manera y ante la cara tan
graciosa de curiosidad que ellos tenían, Lenin les dijo:
- Mami yo le voy a dar mis pantuflas favoritas porque quiere cuidarlo, así como él nos cuida.
Jermaine corrió abrazarlo y decirle que siempre los iba a cuidar porque con ellos se sentía el
hombre más feliz de todo el universo. Desde que lo conoció sintió los mismos nervios que Lenin,
pero siempre quería verlo feliz y en cada viaje pensaba en ellos por eso habían video llamadas
todos los días.
- Te quiero mi Jermaine, por siempre ¡te quiero Papá¡ Blu y Brattzie te quieren.
Los tres, después de ese momento, se sintieron más unidos porque hace más de tres años Lenin
solo tenía a su mamá, Blu y Brattzie en su mundo; ahora una nueva historia en el mundo de los
dinosaurios y Lenin estaba comenzando. Esa tarde empezó a garuar como siempre en Lima, y las
pantuflas de ovejitas y dinosaurios corrían por todo el departamento mientras Brattzie
aprovechaba y dormía en el sillón.