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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una atención sanitaria de alta calidad es
la que, de forma total y precisa, identifica las necesidades de salud de las personas,
entregándoles soluciones oportunas, efectivas y acordes al desarrollo de los conocimientos
y avances médicos.
En términos estadísticos muchos son los indicadores que se miden cuando se habla de
calidad en salud: Efectividad de los tratamientos; accesibilidad y asequibilidad a los recintos
de salud; continuidad de los procesos médicos; coordinación entre las redes asistenciales;
seguridad de los pacientes y el nivel profesional de los doctores son algunos de ellos.
Sin embargo, son las percepciones de la calidad y no los indicadores clínicos, lo que
impulsa a la utilización de los servicios y la confianza en ellos, siendo importante la
satisfacción del usuario enfocada en el cumplimiento de dichos indicadores.
Es en este contexto donde Alma Viva surge como la alternativa en salud más cómoda,
oportuna y confiable para las familias de Puerto Montt, Puerto Varas, Llanquihue, Frutillar y
sus zonas rurales.
Para la Médico Cirujana Alina Ahtamon, la calidad de la atención en Alma Viva “viene a
elevar los estándares de calidad, evitando estadías en salas de espera y considerando al
tiempo como un elemento esencial para una adecuada interacción entre el médico, el
paciente y su familia. Y es que la extensión de las atenciones debe ir acorde a los
requerimientos de estos dos últimos, priorizando no sola la prontitud y resolutividad, sino
también el buen trato, calidez y dedicación”.
Acercar la salud al hogar como lo hace Alma Viva, “permite brindar una atención física y
emocional, tanto para el paciente como para su familia, dando el espacio y tiempo
requeridos para comprender la situación que están viviendo, las medidas para afrontarlo,
pero sobretodo, permite que haya un diálogo bidireccional en un ambiente tranquilo y
cómodo como lo es el hogar”, agrega Ahtamon.