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MASOTERAPIA
11 – Junio - 2020
FISIOPATOLOGÍA DE LA INFLAMACIÓN
Rubor o enrojecimiento
Calor = aumento de la temperatura, del
flujo sanguíneo y del metabolismo local.
Tumefacción: aumento de tamaño (bulto),
por acumulación de sangre y exudado.
Dolor = por irritación de las fibras
sensitivas nerviosas.
• La inflamación puede ser descrita como:
Aguda, los signos y síntomas clásicos de inflamación.
Sub aguda, tiene características de la aguda y la crónica
Crónica, la lucha entre el agente causante y las defensas del cuerpo
prosiguen una lucha durante un periodo largo.
Agudo: 0- 6 meses
Crónico: 6 meses hasta años
• Las causas desencadenantes de una
inflamación son muy variadas, de
forma general se pueden englobar
dentro de los siguientes grupos
causales:
Organismos vivos (bacterias, virus,
protozoos, parásitos)
Estímulos físicos (frío, calor,
radiaciones, lesión mecánica)
Estímulos químicos (ácidos,
sustancias tóxicas)
Cuerpos extraños.
Reacciones inmunitarias (alergias,
enfermedades autoinmunes)
CICATRIZACIÓN
• El tejido óseo está formado por un material mineralizado depositado en una matriz
orgánica de fibras de colágeno.
• El hueso está derivado embriológicamente del tejido mesenquimal, del que derivan
sus células (osteoblastos, osteocitos y osteoclastos).
El hueso, según su origen, se clasifica en:
H. encondral: costal, esqueleto axial; tiene una fase cartilaginosa, antes de la
osificación.
H. membranoso: calota, esqueleto facial, clavícula; se forma directamente de la
condensación del tejido mesenquimal.
Histológicamente el hueso está formado por:
hueso cortical: zona compacta externa y hueso esponjoso o canceloso formado por
trabéculas óseas con tejido medular intercalado.
La unidad estructural del hueso se denomina osteona, compuesta por
láminas concéntricas que rodean un canal haversiano central, que contiene
vasos sanguíneos y fibrillas nerviosas; y por las cuales los osteocitos migran
para formar hueso.
La reabsorción ósea es efectuada por los osteoclastos, que crean nuevos
canales haversianos, favoreciendo así la nueva migración de osteoblastos y
elementos vasculares para la formación de hueso.
Por tanto el hueso normal se encuentra en un ciclo continuo de formación y
reabsorción llamado Remodelación.
El patrón de crecimiento del hueso es diferente en hueso encondral que en el
membranoso.
El hueso encondral se forma sobre un cartílago precursor y el h. membranoso
se forma por un proceso pasivo a través de los núcleos de osificación que
aumentan de tamaño gradualmente.
Sobre la remodelación ósea intervienen una serie de fuerzas biomecánicas
(stress), que generan una carga eléctrica. Así, la electronegatividad favorece
el depósito óseo y la electro positividad está asociada a la reabsorción.
La reparación se da en 6 estadios: impacto, inducción, inflamación, callo
blando, callo duro, remodelación.
El impacto se refiere a las fuerzas que actúan para producción de la lesión, la
inducción, contempla desde la formación del hematoma, la presencia de
células reparadoras en el sitio de lesión, hasta aproximadamente 48 horas.
La inflamación, esta mediada por neutrófilos, macrófagos, mastocitos y
fibroblastos: Los osteoclastos también están presentes para degradación del
tejido necrótico favoreciendo el proceso de granulación del tejido y de
formación de vasos sanguíneos.
En la formación de callo blando, hay presencia de condroblastos que
convierten el nuevo tejido en fibrosos, estabilizándolo, desapareciendo el
dolor, este proceso se inicia aproximadamente dos semanas después de la
lesión. El callo duro, hay osificación osteocondral en el callo cartilaginosos,
haciéndose visible a los rayos X la zona de consolidación.
Posteriormente la remodelación que va de meses a años permite la
formación de hueso laminar en donde hay recuperación del diámetro del
hueso.
El tratamiento va encaminado al movimiento controlado para la reducción del
edema, mantenimiento de los rangos de movimiento, promoción del proceso
de reparación y movilización de los tejidos blandos comprometidos en la
inmovilización.
FACTORES QUE AFECTAN A LA CICATRIZACIÓN
Único tejido que puede lograr una regeneración tisular completa, recuperando
el 100% de su capacidad biomecánica
CICATRIZACION DEL MUSCULO
El tejido nervioso posee una capacidad muy limitada de regeneración en respuesta
a cualquier agresión externa.
Por un lado, las neuronas maduras son incapaces de reproducirse y el cerebro
adulto cuenta con muy pocas células precursoras que puedan dar origen a nuevas
células nerviosas.
Por el otro, si un nervio es cortado, su capacidad para crecer nuevamente es muy
pobre.
La cicatrización se da gracias a la regeneración axónica por la presencia de laminina
y al NGF (factor de crecimiento del nervio) liberado por células de Schwann.
Ésta regeneración puede ocurrir sólo si los sitios de enfrentamiento están cercanos.
Cuando están separados, se produce un NEUROMA DE AMPUTACIÓN (tej.
conjuntivo desorganizado entre cabos axónicos); debido a esto se ve alterada la
función (no tiene conducción).
Para comprender mejor el tipo de lesión nerviosa que puede verificarse y las
modalidades de recuperación funcional, es apropiado recordar breve y muy
esquemáticamente la estructura de un tronco nervioso
El componente básico está constituido por el axón, rodeado por una vaina
mielínica.
Los diferentes axones están agrupados en fascículos contenidos en el
denominado endonervio, a su vez delimitados por una vaina peri neural. Los
distintos haces pueden ser a su vez agrupados en un tronco principal, solo
motor, solo sensitivo o mixto, rodeado por una vaina epineural.
Las lesiones neurológicas, originalmente se subdividen en tres grados:
neuropraxis, axonotmésis, neurotmésis.
Neuropraxis. Se caracteriza por la interrupción sólo funcional y temporal de
la conducción nerviosa, Puede estar presente, a nivel histológico, sólo una
desmielinización segmentaria. La recuperación funcional se produce en un
período comprendido entre una hora y un máximo de 12 semanas.
Axonotmesis. Se caracteriza por la interrupción anatómica de los axones,
pero con conservación de las vainas de revestimiento del nervio.
Las vainas endoneurales de cada axón quedan intactas.
El muñón nervioso distal (en la parte profunda del seccionamiento) va al
encuentro de una degeneración de Waller hasta sus ramificaciones
terminales (esto explica la lentitud de la recuperación funcional, a pesar de la
regeneración relativamente rápida del tejido nervioso), mientras que el muñón
proximal degenera hasta el primer nudo
La regeneración nerviosa es posible y se reinicia a partir del muñón proximal
sano dirigido a receptores periféricos específicos, a la velocidad de
aproximadamente 1 mm por día, siguiendo la guía representada por las
vainas nerviosas sanas.
La recuperación funcional puede producirse si la regeneración sucede en su
totalidad, pero puede necesitar varios meses.
Resulta apropiado recordar que aunque la recuperación de la sensibilidad, en
teoría, siempre es posible, aun después de mucho tiempo la recuperación
funcional del músculo que ha sido denervado por más de 12 meses es un
evento poco probable debido a su degeneración irreversible, a pesar de la
regeneración nerviosa.
Neurotmesis. Se caracteriza por la interrupción completa tanto de los axones
como de las vainas de revestimiento del nervio. La degeneración sigue los
esquemas expuestos ante- riormente, mientas que la regeneración, al carecer
de la guía suministrada por las vainas nerviosas, puede producirse en forma
desordenada con la formación del denominado neuroma de amputación.
La recuperación funcional espontánea del nervio es extremadamente rara.
Habitualmente se considera como período promedio de recuperación
funcional 1 año a partir del evento traumático.
Más allá de este período las probabilidades de recuperación espontánea son
remotas.
• Realice un cuadro comparativo entre las etapas de cicatrización de los
diferentes tejidos. PARA DESARROLLAR…
MUCHAS GRACIAS