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CENS Nº 42 DE 3

Materia: Literatura

Prof: Rodríguez, Elio

3er ciclo 2da

Tema: La Literatura Gauchesca


Lee atentamente el siguiente texto
La literatura gauchesca es un subgénero propio de la literatura latinoamericana que intenta recrear el lenguaje
del gaucho y contar su manera de vivir. Se caracteriza principalmente por tener al gaucho como personaje esencial, y
transcurrir las acciones en espacios abiertos y no urbanizados (como la Pampa argentina). 
El género gauchesco, se considera inédito en la región americana (en el entendido de América del Norte y América
del Sur), ya que presenta los rasgos de un modo de vivir, sentir y pensar de un estrato de la sociedad que se ubica
geográficamente en prácticamente toda la Argentina americana, especialmente — entre otros extensos territorios— a
la Provincia de Tucumán, las provincias de Salta, Córdoba, Santa Fe, Provincia de Buenos Aires , Entre Ríos , Río
Grande del Sur y la Banda Oriental. Estimativamente se indica que existían en el año 2001 unos 1000 gauchos
en Uruguay.
Esta literatura presenta descripciones de la vida campesina y sus costumbres, así como de los personajes sociales
de ese entonces: criollos, indios, mestizos, negros y gringos, entre otros. Suele haber una exaltación de lo folclórico y
cultural, y se emplea como protesta y para realizar una crítica social. En la forma y el lenguaje, se distingue por el
empleo abundante de metáforas, neologismos, arcaísmos y términos aborígenes. Suele haber poco uso
de sinónimos, y predomina el monólogo sobre el diálogo.
Aunque hay casos aislados de literatura gauchesca desde el siglo XVIII, es en el siglo XIX cuando se establece
firmemente como un género.
Los ejemplos del siglo XIX son fundamentalmente poéticos: los versos políticos de Bartolomé Hidalgo, la poesía en el
exilio de Hilario Ascasubi, el Santos Vega de Rafael Obligado, y la obra de Estanislao del Campo y Antonio Lussich.
El poema gauchesco más famoso es Martín Fierro de José Hernández. La primera parte del poema apareció en 1872
y la segunda, La vuelta de Martín Fierro en 1879. En el personaje de Martín Fierro, Hernández presentó
un gaucho que representaba a todos los gauchos, describiendo su forma de vida, su manera de expresarse y su
forma de pensar y actuar según las circunstancias.
Cronológicamente su surgimiento y despertar lo podemos ubicar en el período previo al de la Independencia
con tres etapas bien marcadas y definidas una de la otra adquiriendo así sus características propias:

1. En 1818, el poeta uruguayo Bartolomé Hidalgo publicó, en Buenos Aires, "Cielito Patriótico" en el que le


otorga al gaucho una voz enunciativa para contar la acción de la Batalla de Maipú, en la que triunfa el
ejército de San Martín sobre las tropas realistas. Ese procedimiento que sistematiza Hidalgo con otros
“cielitos” y con sus “diálogos gauchescos” es retomado por otros escritores, algunos anónimos y otros como
Luis Pérez, Juan Gualberto Godoy e Hilario Ascasubi quienes retoman la voz del gaucho para cantar sobre
las luchas por la Independencia y las vicisitudes de la guerra civil y la política. En sus composiciones, se
mezclan la violencia, el humor y los géneros discursivos del periodismo de combate y de guerra, el léxico y el
fraseo. Como por ejemplo, el célebre poema de Ascasubi “La refalosa”, aparecido por primera vez en el
periódico Jacinto Cielo (Montevideo, 1843) en el que se le da voz al enemigo político (en este caso, un
gaucho “mazorquero” del ejército del general Manuel Oribe que, por entonces, sitiaba la ciudad de
Montevideo), para que, al describir una forma de tortura y ejecución llamada popularmente “la refalosa”, el
placer del torturador le dé una vuelta de tuerca más al terror de la política. Cabe destacar que en 1845,
Domingo F. Sarmiento, en su obra "Facundo", coloca al gaucho en la esfera de la "barbarie" y establece una
tipología gaucha.
2. En 1866, Estanislao del Campo, con su obra Fausto, retrata una imagen jocosa del gaucho: narra, en versos
gauchescos, el diálogo de dos paisanos sobre la visita de uno de ellos al Teatro Colón (en la ciudad de
Buenos Aires) en el que se ofrece la ópera "Fausto" de C. Gounod. Aquí el desacomodo del personaje para
comprender lo que contempla, debido a un espacio ajeno a su universo rural, es lo que constituye la principal
fuente de comicidad. Sin embargo, el humor también apunta contra ciertos rituales y convenciones de los
sectores urbanos acomodados.
3. Finalmente, en la tercera etapa, hacia fines de 1872, José Hernández publica un folleto en el que se narra la
vida de "El gaucho Martín Fierro" pero la novedad es que se le da voz al gaucho para que cuente su historia
de vida, en una especie de autobiografía ficcional, en la que cuenta lo extraordinario de su pena, causada
por un sistema político que cuestiona y que irrumpe en su vida para cambiarla para siempre. Luego en 1879,
el autor retoma la vida del gaucho Martín Fierro y agrega otras historias de gauchos, payadores y consejos
de padres a hijos en su libro "La vuelta de Martín Fierro". Sin embargo, Lucio V. Mansilla, con su historia
"Miguelito" de su libro "Una excursión a los indios ranqueles" (1870) anticipa la de Martín Fierro.

El gaucho
A comienzos del siglo XVII, la pampa rioplatense seguía manteniendo el paisaje adusto y desolador que
padecieron los desafortunados conquistadores españoles en busca de la lejana Sierra de Plata y la misteriosa
ciudad de los Césares. Cerca de la costa o la cuenca de los ríos, florecieron algunas ciudades, otras
desaparecieron y sólo permanecen en la memoria del cronista o en el relato de algún viajero. El vasto territorio
pampeano quedaba al abasto de las manadas de ganado salvaje y de caballos cimarrones, de las vizcachas y de
otros animales de naturaleza asilvestrada. Pronto comenzaron a florecer las expediciones en busca del cuero de
los grandes rebaños de reses. La organización de peones especializados en aquellos menesteres puede
suponerse como el origen del gaucho.
El gaucho es el habitante de los campos argentinos; es sumamente experto en el manejo del caballo y en todos los
ejercicios del pastoreo. Por lo regular es pobre, pero libre e independiente a causa de su misma pobreza y de sus
pocas necesidades; es hospitalario en su rancho, lleno de inteligencia y de astucia, ágil de cuerpo, corto de palabras,
enérgico y prudente en sus acciones, muy cauto para comunicarse con los extraños, de un tinte poético y
supersticioso en sus creencias y lenguaje, y extraordinariamente diestro para viajar solo por los inmensos desiertos
del país, procurándose alimentos, caballos, y demás con sólo su lazo y las bolas.
Algunas voces, como la de Lugones, apuntan a una épica de los orígenes, considerando a los romances de
caballería como uno de los precedentes de la poesía gauchesca. También se han relacionado distintos personajes
gauchescos con los tipos de la novela picaresca española. Por último, por su relación con el elemento musical, se ha
relacionado a la literatura gauchesca con la poesía popular de los payadores. Lugones aclara que las
voces payador y payada (que significan, respectivamente, «trovador» y «tensión») proceden de la lengua provenzal.
Las payadas consistían en certámenes improvisados por los trovadores errantes donde los payadores trataban,
alternándose, de lucirse en duelos provocados por una trampa de juego, una pulla, o un poético lance de
contrapunto. Lugones considera como antecedentes más directos y significativos a ciertos torneos en verso que
tenían lugar entre los trovadores provenzales y que se denominaban tensiones.
Borges, en cambio, considera errónea la derivación de la payada, y no ve en ella sino un precedente lejano ya
que «el rústico, en trance de versificar, procura no emplear voces rústicas. Tampoco busca temas cotidianos ni
cultiva el color local. Ensaya temas nobles y abstractos; un certero ejemplo de esta poesía nos ofrece Hernández en
la payada de Martín Fierro con el Moreno, que trata del cielo, de la tierra, del mar, de la noche, del amor, de la ley, del
tiempo, de la medida, del peso y de la cantidad. De esos abstractos y ambiciosos ejercicios no hubiera procedido
jamás el género gauchesco, tan rico en realidades».
El crítico Horacio Jorge Becco destaca como característica principal del género gauchesco, la de ser una poesía
«dialectal», emparentada con la lengua hablada, cuyo protagonista suele ser un gaucho pampeano u orillero, y cuyos
temas, rústicos o urbanos, pueden desarrollar acciones de naturaleza epopéyica o marginal. Sin embargo, como
advierte Becco, esta poesía carece de antecedentes populares y se explica «más bien como una creación, no del
pueblo, sino para el pueblo, surgida, no en la campaña, sino en la ciudad».
Convertido el gaucho en valedor principal del sentimiento nacional argentino, la literatura posterior va a abundar
en idealizaciones y mitificaciones que explotan el arquetipo forjado por Hernández. La obra de Eduardo
Gutiérrez, Juan Moreira (1882), principia una larga corriente de folletines gauchescos en los que el protagonista no es
ya el gaucho salido de los campos, sino el gaucho enaltecido por los libros. Hay, no obstante, algunos autores que
prolongan la visión del gaucho sin desvirtuarla, cuya nómina debería encabezar Ricardo Güiraldes (1887-1927).
Güiraldes, que había pasado su infancia entre París y el campo argentino, representa, con la publicación en 1926 de
su obra cumbre Don Segundo Sombra, el renacer del género gauchesco. Cabe también citar la obra narrativa de
temática gaucha del novelista Roberto J. Payró.
Vamos a trabajar…
1- ¿A qué se llama literatura gauchesca?
2- Varios autores la definieron, buscá en el texto una definición y copiala.
3- ¿Quién es el gaucho?
4- ¿Dónde aparece?
5- ¿Quiénes son los primeros escritores de literatura gauchesca?
6- ¿Qué presenta este tipo de literatura?

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