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Mi Maestro de Escuela Sabática

Por Irma Diéguez

Poesía: “Colaboración”

Ayuda con tus obras al intento divino


De mejorar al mundo; sé colaborador de Dios.
¡Ve despejando de zarzas el camino!
Esparce su divino amor.

Siendo quien es el Padre, fuerza y gracia


Infinita; siendo quien es el Padre: Toda eficiencia y potencia,
Tu alma libre su voluntad limita.
¡Dios necesita de ti!

¡Ayúdale! Si vieras qué bello es el programa celeste,


qué estupendos y prodigiosos los trazos del arquitecto.
¡Qué inmenso el programa!
¡Labora con Dios!
¡Labora y ama con Dios!

Oración: En esta hermosa mañana queremos dar gracias a Dios por todos sus dones; por
Jesús, que fue el Maestro de los Maestros y por nuestro Maestros de Escuela Sabática.
Oremos

Parte Especial: Desde que conozco a Cristo

Bienvenida en el interludio: Nos sentimos felices de que hayan venido a estar con nosotros
y con Jesús en esta Escuela Sabática, que el gozo y la paz del cielo colme a plenitud cada
corazón presente.

Director de Cantos: “Oh cuanto necesita obreros el Señor que marchen presurosos al campo
de labor… Si, son las bellas estrofas del himno 354… cantemos con gozo.

Secretaria: En el libro “Consejos para la Escuela Sabática” leemos: “Se necesitan maestros
que descubran rápidamente y aprovechen toda oportunidad para hacer el bien. Que
combinen con el entusiasmo la verdadera dignidad, que sean capaces de dominar, aptos
para enseñar, que puedan inspirar el pensamiento, despertar la energía, e impartir valor a la
vida”.
En esta mañana tengo el gusto de presentarles a nuestros queridos maestros de Escuela
Sabática (Los presenta por clases, y se les entrega un distintivo). Se piden algunos
testimonios dentro de ellos y se pide al pastor una oración de consagración para el grupo.

Promoción: En la pág. 116 del libro Consejos para la Escuela Sabática se nos dice: “El
Señor ha hecho una amplia provisión para que los maestros tengan mayor capacidad de
sábado en sábado, para que puedan enseñar con algún propósito, trabajando por lo presente
y para la eternidad. Necesitamos en nuestras escuelas hombres y mujeres jóvenes que
posean una piedad vital, no una experiencia ordinaria y superficial, sino una profunda
piedad interior, que es el resultado de estar diariamente aprendiendo en la Escuela de
Cristo, con el objeto de impartir a otros las preciosas lecciones que Jesús les ha enseñado.
(Continuar con la promoción correspondiente)

Parte Especial Adecuada.

Misionero: Jesús era el príncipe de los maestros. ¿Qué testimonios daban la gente de él?

1. Ninguno ha hablado como este hombre.


2. Enseña como quien tiene autoridad
3. Paréceme que eres profeta
4. Rabí, sabemos que tú eres maestro enviado de Dios
5. Nosotros mismos le hemos oído y sabemos que es el Salvador del mundo.

El misionero en esta mañana habla de …

Directora: Ha llegado el momento tan esperado de aprender más de Jesús. Ahora nos
dividiremos en clases para el estudio de la lección

Conclusiones.

Directora: Quiero dejar con ustedes los diez mandamientos del maestro.

1. No tendrás intereses ajenos delante de mí.


2. No gastaré mi tiempo en ellos ni los honraré
3. No tomaré mi sagrado nombramiento en vano.
4. Me acordaré cada día de la clase del sábado. Me prepararé de antemano para lo
mejor.
5. Honraré a cada padre y madre enseñando a sus hijos.
6. No mataré en mis alumnos el amor de Dios
7. No cometeré actos impuros, para ser ejemplo de mis alumnos.
8. No hurtaré sus talentos para dedicarlos al mundo.
9. No hablaré incorrectamente ni criticaré a mi prójimo, para así imitar a mi Maestro.
10. No codiciaré puestos ni recompensa humanos.

Himno final: 265.

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