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PONTE EN SU LUGAR

El emperador romano, Marco Aurelio, fue un filósofo. Su filosofía consistía en

tratar a todos los hombres con empatía; es decir, ponernos en el lugar de esa

persona. El emperador decía que debemos tratar a todas las personas con

humanidad, pero cómo lograr tratar a todos por igual, cuando existen personas

que roban, que mienten, que lastiman, esas personas no piensan en los

demás. Bueno en este ensayo veremos la filosofía de Marco Aurelio.

El emperador pensaba que, si tratábamos bien a los seres humanos, y nos

poníamos en su lugar para así poder comprender su actitud, nosotros seríamos

felices, porque los seres humanos somo un conjunto, también los seres

humanos son los únicos que nos pueden dar amor, un amor de verdad.

Aunque el emperador romano sabía que en el mundo hay gente mala,

personas que roban, que mienten, que insultan, para él las personas que

hacían estas cosas detestables sigue siendo humanos y aún hay esperanza

porque puede dejar de hacer esas cosas abominables. Los seres humanos

tienden a imitar a los demás, es por eso que debemos tratar bien incluso a

estar personas pues los demás verán esto y tratarán de imitarlo.

Las personas malas o que hacen lo malo pueden escudarse en la frase «Soy

malo porque soy desgraciado» (Fernando Savater). Esta frase nos revela que

las personas malas tienen estas acciones porque tienen miedo o se sienten

solos, anhelan lo que los demás tienen o no tienen amor ni respeto de las otras

personas, es decir que les pasa alguna desgracia, por el contrario, las

personas que son más felices menos van a querer hacer lo malo. Por esto es

mejor fomentar la felicidad a las personas.


Las personas que hacen lo malo creen que son ‘vivas’ porque se aprovechan

de la buena fe de las personas, pero estás personas tienen pensamiento de

esclavitud, porque siempre desconfiarán de las otras personas, pensando que,

si ellos no son lo suficientemente vivos, otras personas lo serán.

Nosotros debemos ser empáticos con absolutamente todas las personas,

aunque yo sea mujer, el otro sea un anciano, aunque mi piel sea clara u

oscura, por el siempre hecho de que somos humanos, somos iguales en

muchos aspectos, somos los únicos que podemos dar el amor y calor humano,

un perrito por mucho amor que nos tenga, no puede expresarlo de la misma

manera que un ser humano lo haría. «Como la frase dice soy humano y nada

de lo que es humano puede parecerme ajeno» (antiguo poeta latino).

Aunque una persona haya hecho algún acto desagradable, esta persona no

deja de ser humano y no pierde sus derechos. La empatía, colocarse en la

posición del otro es tomarlo en serio, considerando plenamente real como a ti

mismo, tomarse en serio sus deseos, sus anhelos, etc. Esto no quiere decir

que nos olvidemos de nuestros propios intereses.

A todas las personas nos gusta ser tratadas con respeto, que los demás se

interesen por nosotros, que nos den amor, que se pongan en nuestros zapatos

y hasta que hagan algunas cosas que deseamos, nunca hay que ir al extremo,

es decir, tampoco vamos a ser los títeres de los demás. Siempre debe haber

un equilibrio, tampoco es bueno descuidarnos de nosotros mismos. Pero si

practicáramos la empatía, el mundo en el que vivimos sería muy distinto, y no

habría maldad porque las personas siempre tienden a imitar e imitarían el buen

ejemplo del valor de la empatía.


En conclusión, hemos visto a lo largo de este ensayo, que la filosofía del

emperador romano, Marco Aurelio, consistía en tratar a las personas con

empatía, aunque él sabía que existen personas que tienen malas intenciones,

el tenía la certeza que las personas malas, tenían esta actitud porque tienen

miedo.

Aunque estas personas hayan cometido cosas abominables, no dejan de ser

humanos y estas personas tienen sus derechos

Siempre debemos tratar de comprender los anhelos de los demás, y hasta

ayudarlos, pero como todo en la vida, debe haber un equilibrio y no olvidarnos

de nosotros mismos.

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