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Chanchito quiere impresionar a su amiga Chanchita y acepta ponerse la cola de un zorro, la melena de un león y la camisa de una cebra para verse más atractivo cuando va a tomar el té a su casa. Sin embargo, cuando llega Chanchita grita asustada al verlo disfrazado y cree que es un monstruo. Más tarde, Chanchito vuelve con una flor regalada por una mariposa y esta vez Chanchita lo recibe contenta, dándose cuenta de que él es bueno y gentil.
Chanchito quiere impresionar a su amiga Chanchita y acepta ponerse la cola de un zorro, la melena de un león y la camisa de una cebra para verse más atractivo cuando va a tomar el té a su casa. Sin embargo, cuando llega Chanchita grita asustada al verlo disfrazado y cree que es un monstruo. Más tarde, Chanchito vuelve con una flor regalada por una mariposa y esta vez Chanchita lo recibe contenta, dándose cuenta de que él es bueno y gentil.
Chanchito quiere impresionar a su amiga Chanchita y acepta ponerse la cola de un zorro, la melena de un león y la camisa de una cebra para verse más atractivo cuando va a tomar el té a su casa. Sin embargo, cuando llega Chanchita grita asustada al verlo disfrazado y cree que es un monstruo. Más tarde, Chanchito vuelve con una flor regalada por una mariposa y esta vez Chanchita lo recibe contenta, dándose cuenta de que él es bueno y gentil.
(Historia elaborada por el Programa Aseguramiento de los Aprendizajes Básicos
sobre la base de El Paseo de campo de Don Chancho de Keiko Kasza)
Chanchito fue invitado por su amiga Chanchita a tomar el té. El
pequeño cerdo sentía gran admiración por su amiga y soñaba en que ésta sintiera también gran admiración por él. Se bañó, se arregló cuanto pudo y se fue feliz a casa de Chanchita.
Por el camino se encontró con el zorro.
- ¿A dónde vas tan apurado, Chanchito?
- A casa de Chanchita a tomar el té. - Vas bien presentado, pero tu cola es muy pequeña. Ponte la mía; en la tarde me la devuelves.
Chanchito, agradecido, se puso la cola del zorro y siguió su
camino.
- ¿A dónde vas, Chanchito? - preguntó el león.
- A tomar el té con Chanchita - contestó el pequeño cerdo. - Pero tu cabeza es muy pelada - indicó el león. Toma, te presto mi melena hasta el fin de la tarde.
Chanchito se puso la melena del león y retomó el camino a la casa de
Chanchita.
Lo vio, entonces, la cebra.
- Chanchito, apenas te reconocí con esa cola y esa melena.
- Voy a tomar el té donde mi amiga. El león me prestó su melena y el zorro su cola. - En ese caso, yo también te ayudo, expresó la cebra. Y, sacándose su camisa a rayas, se la entregó al cerdito.
Éste siguió su camino y llegó a la casa de Chanchita. Tocó la puerta y
esperó anhelante. Se abrió la puerta, apareció Chanchita y...
-¡Auxilio, un monstruo! - gritó y cerró la puerta
estrepitosamente.
El pequeño cerdo sintió una gran vergüenza y corrió hacia su
casa. Devolvió la camisa a la cebra, la cola al zorro y la melena al león.
Mientras caminaba hacia su casa, lo divisó la mariposa.
- ¿Qué pasó, Chanchito?, te ves muy triste. - Tengo que ir a casa de Chanchita y no sé cómo presentarme. - Fácil. Hay aquí una maceta con una bella flor.
Llegó de nuevo, Chanchito, a la casa de su amiga. Tocó la puerta y,
muy nervioso, esperó. Se corrió la cortina de una ventana y alguien miró hacia afuera. Segundos después, se abrió la puerta y Chanchita se abrazó a Chanchito mientras le decía:
- ¡Qué bueno que has llegado, Chanchito! Hace poco vino un
monstruo a tocar mi puerta. Felizmente, tú ya estás aquí.
Chanchito guardó silencio. Luego expresó:
- Te traje una flor. - ¡Oh! – exclamó Chanchita – eres bueno, muy bueno, eres gentil.
Chanchito no atinaba a decir ninguna palabra. Sólo se le oyó decir