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Civilización Azteca

1. El pueblo azteca y su medio geográfico.

Cuenta la tradición que los aztecas eran originarios de Aztlán, un lugar situado al noroeste de México. Pero
uno de sus dioses, Huitzilopochtli (dios guerrero que identificaban con el sol) les habría ordenado iniciar un
viaje hasta encontrar un águila devorando una serpiente. En ese lugar debían levantar un templo en su honor
y construir una ciudad, sin olvidarse nunca de alimentarlo con la sangre de corazones humanos recién
sacrificados.
Obedecieron a su dios y tras un largo camino hacia el sur llegaron al valle de Anahuac donde existía un gran
lago, uno de cuyos sectores se llamaba Texcoco. Fue en una isla de este lago donde los aztecas encontraron
la señal que buscaban. Entonces fundaron Tenochtitlán, la ciudad que fue el centro de su civilización.
Esta zona, la meseta central mexicana, se ubica entre montañas y volcanes, a más de 2.000 metros de altitud.
La región tiene un clima subtropical con una breve temporada de lluvias en la época cálida (junio a
septiembre).
La zona era apta para el cultivo del maíz, alimento fundamental que se podía almacenar para los años en que
las cosechas eran escasas por la falta de lluvias; además de otros cultivos como el maguey, que servía para
confeccionar vestimentas; una miel que servía de edulcorante (especie de azúcar) y para preparar una
bebida llamada pulque; y sal extraída del mismo lago.
Además, la acción volcánica había formado canteras de donde se extraían piedras para las grandes
construcciones y la obsidiana que se usaba para fabricar cuchillos, armas, navajas de afeitar y espejos.

2. Tenochtitlán, la ciudad sobre el lago.

Tenochtitlán parecía desde lejos una ciudad flotante ya que los aztecas, después de edificar sobre las islas,
fueron ganando terreno al lago Texcoco.
Secaron ciertos sectores más bajos o construyeron casas con altos pilares enterrados en el fondo del lago,
quedando una red de canales entre ellas.

3. El Imperio Azteca

Los aztecas eran gobernados por un rey con un gran poder, el Tlatoani (el que habla). Era el jefe del
poderoso ejército azteca que contaba con un grupo selecto de soldados profesionales: los caballeros-águila y
los caballeros-jaguar.
Por medio de conquistas y alianzas, llegaron a dominar un extenso territorio. Los pueblos y ciudades
sometidos podían mantener sus propias autoridades, pero debían jurar fidelidad al emperador y pagarle
tributos. Como tenían un sistema de escritura y de numeración, se hacía más fácil gobernar Tenochtitlán y
controlar las ciudades dominadas.
Los aztecas creían que la fuente más importante de su poder era el favor de los dioses, principalmente de
Huitzilopochtli. En ocasiones realizaban las guerras floridas, combates anunciados cuyo único propósito era
capturar prisioneros para ser sacrificados.

4. Economía y sociedad azteca

Se requería una gran cantidad de productos para abastecer a la población de Tenochtitlán. Una parte
provenía de los “campos flotantes” (chinampas) que los aztecas construyeron sobre el lago. El resto llegaba a
través de los tributos y del comercio a larga distancia. Lo que la familia azteca no producía, lo podía adquirir
en algunos de los cinco mercados (tiaquiz) de la ciudad, donde los agricultores y artesanos locales ofrecían
sus productos y también era posible encontrar productos importados.

La sociedad azteca se dividía en varias clases sociales, si bien se podían distinguir dos grandes grupos
claramente diferenciados:

Los pilli: el emprendedor y su familia, los nobles, los sacerdotes, los guerreros profesionales, los artistas
destacados y los grandes comerciantes. Era un grupo privilegiado. Tenían muchas posesiones, vestían en
forma refinada, habitaban en casas de gran tamaño y no pagaban impuestos.

Los macehualli: los artesanos, pequeños comerciantes y los campesinos. Era un grupo sin privilegio. No
tenían muchas posesiones, vestían en forma sencilla y vivían en casas pequeñas. Debían pagar impuestos y
los hombres tenían que servir en el ejército.

En la parte inferior de la escala social se encontraban los esclavos que solían ser prisioneros de guerra.
Los aztecas se agrupaban en clanes (calpulli). Cada clan era un grupo de familias emparentadas entre sí,
habitaban en un barrio de la ciudad donde tenían su templo (teocalli) y su escuela (telpochcalli).
En el barrio de Tlatelolco vivían los grandes comerciantes (pochtecas), quienes realizaban largos viajes por la
región mesoamericana y traían productos importados que luego vendían en los mercados (tiaquiz) de la
ciudad.
5- RELIGIÓN

Para los aztecas, la religión, era muy importante, y estaba presente en todas sus actividades. El mismo Huey
Tlatoani era la máxima autoridad religiosa y los sacerdotes dependían directamente de él.
Los aztecas basaron su creencia religiosa en la dualidad: La lucha entre el día y la noche, entre el Sol y la
Luna, incluso entre el águila y el tigre.
Los aztecas consultaban a los dioses antes de comenzar una guerra o un viaje de comercio. Los sacerdotes
cumplían diferentes funciones: algunos educaban a los nobles, otros se encargaban de los sacrificios
humanos, o estudiar el calendario y predecir el futuro.

Según la tradición azteca, existían algunos dioses principales. Entre ellos se encuentran Huitzilopochtli,
Tezcatlipoca y Quetzalcóatl.
 Dios Huitzilopochtli:Es un espíritu místico-guerrero. Su misión era someter a todos los pueblos de la
Tierra para tomar prisioneros y hacer sacrificios humanos. La sangre humana de los prisioneros
enemigos era el único medio para mantener con vida y movimiento al Sol. Debía luchar cada día
contra las fuerzas de la oscuridad. Así surge la “guerra florida”, guerras de los aztecas, cuyo propósito
era conseguir prisioneros para ser sacrificados al dios Huitzilopochtli. Era un honor morir en el campo
de batalla o en el altar sacrificado a Huitzilopochtli.
 Dios Tezcatlipoca: Es considerada la divinidad del Cielo y la Tierra, la fuente de la vida. Sus poderes
amparaban a los hombres y era quien entregaba poder y felicidad. También fue considerado el dios de
las batallas.
 Dios Quetzalcóatl: Significa “serpiente emplumada”, representó para los aztecas un ser supremo, que
incluía la Tierra y el Cielo. Es considerado el dios benéfico, quien no pedía sacrificios humanos, solo
ofrendas de plantas y animales. Era el opuesto de Huitzilopochtli.

Según la leyenda, este dios se habría ido a un lugar muy lejano, y algún día iba a volver. Cuando llegaron
los españoles a Tenochtitlán, los aztecas pensaron que era el dios que regresaba, pero al poco tiempo se
dieron cuenta que no era su dios el que había llegado.

6.- CULTURA

La educación era muy estricta, a las mujeres se les enseñaba desde pequeñas a ser discretas y saber como
hacer todas las labores del hogar.
A los niños se les daba una vocación guerrera, enseñándoles ideales de justicia y amor a la verdad, se les
endurecía el carácter mediante castigos severos.
Los jóvenes debían aprender baile, música, cantos, religión, historia, matemáticas, escritura, entre otras
disciplinas.
Los aztecas contaban con un sofisticado sistema de escritura conocida como ideográfica o jeroglífica, la que
consistía en la representación de ideas a través de signos

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