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Antropología de La Educación PDF
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COMITÉ CIENTÍFICO
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Conrad Vilanou Torrano
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Didáctica de la matemática
Coordinador
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María García Amilburu
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Introducción
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1.3.4. El sabio como prototipo humano,
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2.3. Fromm: idea de un hombre solidario
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3.3.2. La educación represiva y autoritaria,
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6. Relaciones con los otros humanos y con el entorno
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7.5.1. Educación del cuerpo en el tiempo,
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9.2.2. Comunicación y educación,
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11.1.1. El surgimiento de una nueva sociedad,
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Bibliografía
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Epistemología de la Antropología de la
Educación
El hombre (el ser humano, queremos decir siempre en todo nuestro libro)
es un ser complejo que tiene varias dimensiones. Ha sucedido, pues, que la
ciencia a menudo enfoca alguna de esas dimensiones especializándose en la
misma, y entonces ya no tenemos una ciencia general, sino una Antropología
de un cierto tipo especial. De este modo, son tres los tipos de Antropología
que normalmente se han hecho:
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que se quiere es enfocar el ser biológico del hombre, limitándose a los
datos antropométricos, constitucionales y biológicos que describen los
conceptos de evolución corporal, raza y comportamiento vital, se hace
una Antropología científica, como puede ser la de C.Lombrosso, la de
A.Rosenberg y los estudios del evolucionismo humano.
Ahora bien, hemos visto que la Antropología, como ciencia, no tiene una
formulación científica única, sino que existen tres formas diferentes de la
misma. Esta situación, naturalmente, se proyecta a la concepción de una
Antropología de la Educación, la cual, por lo mismo, puede presentar
también tres enfoques distintos, que, correspondiendo con los tres antedichos,
serán los siguientes:
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puede y debe hacerse con ellas, sino hasta el modo de lograrlo. En este
sentido, la Antropología de la Educación es una parte esencial de la
Filosofía de la Educación y hay que contar con ella para resolver asuntos
importantes que se plantean en la educación moral, la educación estética,
la educación sexual, la educación religiosa y la educación en valores. No
hace mucho que se habla de una Antropología de la Educación
filosófica, pues tradicionalmente su temática se consideraba que era de
Filosofía de la Educación, y efectivamente lo es. Su aportación, como
vemos, es fundamental para el planteamiento de los grandes problemas
pedagógicos, y por eso ha sido bastante cultivada y con eficiencia; son
de este enfoque, efectivamente, los principales libros de Antropología de
la Educación que han ido apareciendo estos últimos años, tales como los
de K.Dienelt (1980), B.Hamann (1992), A.Dias de Carvalho (1992) y
H.Bouché et al. (1999).
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contenido. Por gusto de los autores habrían hecho una Antropología de la
Educación de tipo más bien filosófico, porque es con el que se ventilan las
cuestiones más trascendentes que subyacen a la educación. Pero he aquí que
hoy día los temas filosóficos, sobre todo en su dimensión trascendente,
quedan bastante postergados con la moda del pensamiento posmodernista,
por lo cual la tendencia oficial, quizá demasiado atenta a las modas
ideológicas, olvida bastante los temas profundos y, en consecuencia, se
inclina por los temas sociológicos, que en nuestro caso son los culturales. Es
por esto que nuestro libro contendrá varios temas de este tipo. Con todo, los
autores no pierden de vista el enfoque filosófico, y habrá temas también de
esa materia. El enfoque "científico" es el que en el libro no quedará tan
atendido, pues entendemos que para él existen ya obras especializadas; en
todo caso hemos incluido también un capítulo con este enfoque.
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¿Quién es el hombre?
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Toda filosofía en general, y toda Antropología más en particular, ha de
resolver el dilema entre materialismo por un lado y espiritualismo/idealismo
por otro. Cabe también adoptar una posición intermedia (es la de Aristóteles,
por ejemplo). La opción por una de estas tres posiciones determina una cierta
concepción de la persona y, con ella, un especial modo de ver la educación de
la misma.
CONCEPTOS CLAVE
Destino. Es el hado (en latín, fatum) o ley cósmica que con "fatalidad"
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determina mecánicamente todos los sucesos del universo. Supone la
negación del acaso y también de la libertad.
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la que hay entre un marinero y su nave. Igual que esa nave, el cuerpo le sirve
al alma como vehículo para hacer su viaje existencial. Pero el alma no es de
este mundo, sino de otro: del mundo de las Ideas, del lugar supraceleste
(tópos hyperouranikós) de donde procede, de cuya esencia (cognoscitiva)
participa y al cual está destinada a volver, tras su presente "destierro" en el
mundo sensible.
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completamente ciego de alma si miraba las cosas con los ojos y pretendía
alcanzarlas con cada uno de los sentidos. Así pues, me pareció que era
menester refugiarme en los conceptos y contemplar en aquéllos la verdad de
las cosas". Por eso afirma Platón que "la inteligencia es el piloto del alma' (p.
865), es la verdadera fuente de conocimiento.
Asoma en esto la esperanza de una vida futura, en que el alma volverá por
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fin a su verdadera morada. En Fedón, dice Cebes: "Antes de nacer nosotros
existía nuestra alma, pero es preciso añadir la demostración de que una vez
que hayamos muerto existirá igualmente igual que antes de nuestro
nacimiento, si es que la demostración ha de quedar completa' (p. 625). Y
Sócrates, condenado a morir, dice a sus discípulos que tiene la esperanza de
llegar junto a hombres que son buenos y de que hay algo reservado a los
muertos mucho mejor para los buenos que para los malos.
En la solución del mismo Platón tiene una doctrina muy clara a favor de
los valores del espíritu. En Fedro (pp. 868y ss.) describe esta situación con
una famosa imagen. Dice que el alma consta de dos partes y tres elementos:
una parte espiritual (alma racional) y una parte sensitiva (alma animal). El
alma racional tiene forma de auriga. El alma sensitiva se compone de dos
elementos: el apetito irascible y el apetito concupiscible (figura 1.1). Ambos
tienen forma de caballo. El primero es un caballo blanco y de figura esbelta,
siendo "amante de la opinión verdadera y, sin necesidad de golpes, se deja
conducir por una orden simplemente o por una palabra". El otro, en cambio,
es negro y feo, de forma achatada, "de orejas peludas, sordo y obedece a
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duras penas a un látigo con pinchos". Estos caballos personifican las pasiones
del alma (sus dos tipos), y gobernándolos está el auriga (la razón), el cual, en
su misión de hacer avanzar el carro, estimula al caballo blanco llevándolo por
el buen camino, mientras que vigila los movimientos del caballo negro y los
reprime, evitando así que se desboque y haga que el carro se tumbe. El
auriga, evidentemente, es la voluntad del hombre moral, que cuida su
conducta ética, en la cual el caballo blanco se siente "de grado", mientras que
el otro lo hace "muy a su pesar".
La vida moral tiene como "medio" la virtud, entendida ésta como hábito
moral. Platón es un clásico del tratado de las virtudes, no sólo porque hizo
famoso el concepto de las cuatro virtudes cardinales, sino también por el
elogio que hace de la virtud y por indicar la necesidad de practicarla mediante
una ascesis, o disposición real y habitual a la lucha moral. Aho ra bien,
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habida cuenta de la tendencia platónica -ya indicada - a sacrificar el cuerpo al
espíritu, la ascesis equivale a desasimiento de todo lo sensible en favor de
una interiorización espiritual del hombre.
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subordinarán) entre sí según el hecho de haber visto entonces más o menos
plenamente la verdad. De acuerdo con esto dice Platón que las profesiones se
escalonan, en orden de dignidad decreciente, tal como sigue: 1) el amigo de
la sabiduría (o filósofo), de la belleza (el artista) o de las musas y entendido
en el amor; 2) el rey que se somete a las leyes; 3) el político o el negociante;
4) el gimnasta o el médico; 5) el adivino; 6) el poeta; 7) el artesano; 8) el
sofista; 9) el tirano.
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porque es la base de la concepción cristiana del hombre y, con ésta, de la
imagen del hombre que subyace a todo lo que ha sido y es la cultura
occidental; aparte de que también la cultura islámica, tan extendida en el
mundo, halla igualmente en ella sus fuentes. Es decir, que menos el ámbito
de religiones hinduistas y budistas, casi todas las demás culturas son de fondo
bíblico.
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revolución religiosa daba al hombre una dimensión "trascendental", por la
cual se ponía a Dios como causa, fin y medio del hombre, y así cobraba éste
una dimensión espiritual. La Biblia la presenta entrelazada con la dimensión
material y rastrera del hombre. El análisis se limitará aquí a los libros del
Antiguo Testamento.
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prodigio soy yo y prodigios son tus obras".
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poca junto a la malicia de mujer" (Eclesiástico, 25, 19). Mas también, por
otro lado, se ven cosas positivas en la mujer: la perfecta ama de casa es
"mucho más valiosa que las perlas", se dice en los Proverbios (30, 10), libro
éste que hace un espléndido elogio de la "mujer fuerte" (31, 10-3 1).
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dignidad por encima de los demás hombres.
"La voluntad es el único bien, que sin ella no hay ninguno y que la misma
virtud radica en la parte mejor de nosotros, a saber: en la racional. ¿Qué será
esta virtud? Un juicio verdadero e inmutable; de él partirá todo el impulso del
alma' (p. 581). En este carácter racional de la virtud estriba la consistencia
inconmovible de la misma, porque "los verdaderos bienes son los que da la
razón; éstos son macizos, permanentes, no fallecederos, que no pueden
decrecer ni menguar. Todos los otros bienes son convencionales" (p. 589).
"La vida bienaventurada está fundada inmutablemente en el juicio recto y
seguro. Entonces, en efecto, es pura el alma y exenta de todo mal. [...]
Bienaventurado es aquel a quien la razón hace que acepte cualquier estado de
sus asuntos" (p. 886 y s.).
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dolor, al temor, a la esperanza ni a cosa alguna que importe mengua de su
soberano privilegio. A tal alteza sólo puede ascender la virtud" (p. 292).
Para los estoicos (igual que después dirá también Kant), la virtud no es un
medio para lograr un bien moral, sino que es un fin en sí misma, porque ella
es ya el bien. "El soberano bien reside en el mismo juicio y en la disposición
del alma buena [...]. Yerras cuando me preguntas qué sea aquello por lo que
busco la virtud, puesto que pides alguna cosa que está por encima del sumo
bien. Me preguntas qué es lo que pido de la virtud: la misma virtud; ninguna
otra cosa tiene mejor; ella es el premio de sí misma' (p. 289).
No son malos aquellos que lo parecen. Dígote por ahora que estas
que tú llamas asperezas, adversidades, abominaciones, son
provechosas primeramente a aquellos a quienes acaecen, luego a la
universidad de los hombres de quienes tienen los dioses mayor
cuidado que de los individuos, y finalmente que son merecimientos
de los que quieren y castigo de los que les rehúsan. Después de esto
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añadiré que son gobernadas por el Destino y que justamente advienen
a los buenos, por lo mismo que son buenos. Y por fin te persuadiré de
que jamás debes compadecer al varón bueno, pues podrá llamársele
desventurado, pero no podrá serlo (p. 184).
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1.La sinceridad y simplicidad: "Aun en los propios males hay que portarse
de tal manera que no se dé al dolor sino lo que pide la naturaleza y no lo
que exige la costumbre, porque muchos vierten lágrimas para ostentarlas
y tienen secos los ojos cuando falta quien los mire y piensan que es cosa
fea no llorar cuando lo hacen todos. Tanto arraigó en ellos este mal de
gobernarse por el parecer ajeno que hasta el dolor, la cosa más
espontánea de todas, es objeto de fingimiento" (De la tranquilidad del
alma, p. 213).
2.El amor a la pobreza, porque los verdaderos bienes son los del alma: "No
os espante la pobreza; nadie vive tan pobre como nació. No os espante el
dolor; o tendrá fin o acabará con vosotros. No os espante la muerte, la
cual o extermina o transforma vuestra existencia' (p. 191).
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menosprecio de la muerte; nada hay triste cuando le hemos perdido el
miedo" (pp. 603 y ss.).
6.No tengamos envidia a los que están encaramados; porque lo que nos
parece altura es despeñadero. Aun aquellos a quienes la muerte inicua
colocó en lugar resbaladizo estarán más seguros quitando altivez a las
cosas altivas de suyo y bajando su fortuna cuanto les fuere posible al
llano" (p. 207) (véase la figura 1.2).
El sabio es aquel que tiene una cosmovisión conforme con todo lo dicho y
actúa del modo indicado. Los estoicos - dice Séneca (p. 220) - son "sabios,
invencibles en los trabajos, menospreciadores del placer, vencedores de todos
los miedos". Sus rasgos característicos podrían reducirse a los siguientes:
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miseria del alma [...]. Enjugará las lágrimas ajenas, pero sin verter las
propias; dará la mano al náufrago, asilo al desterrado, socorro al
indigente, pero no aquel socorro humillante que lanza con asco y desdén
la mayor parte de los que quieren parecer compasivos" (De la clemencia,
p. 258).
2.Los males no le afectan: "El sabio no está sujeto a ninguna injuria; y así
no importa el número de flechas que le disparen, porque a todas es
impenetrable. Así como la dureza de muchas piedras es inexpugnable al
hierro, y el diamante no puede cortarse ni herirse ni mellarse, sino que
rechaza instantáneamente todos los cuerpos que lo atacan [...], así es de
sólida el alma del varón sabio" (p. 221).
3.No necesita de las cosas: "El sabio se contenta consigo mismo para vivir
feliz, no para vivir simplemente. Para esto último necesita muchas cosas;
para aquello no ha menes ter más que un alma sana y elevada y
desdeñosa de la Fortuna" (Carta IX a Lucilio, p..45.5).
4.El sabio, al tener la virtud, tiene todos los bienes: `La virtud es libre,
inviolable, inconmovible, incontrastable, y de tal manera endurece
contra los golpes del azar que no puede ser ni torcida ni mucho menos
vencida. [...] Así que nada perderá el sabio de lo que le pueda causar
sentimiento; porque no posee nada más que la virtud, de la cual no puede
ser desahuciado nunca' (p. 222).
5.Grandeza personal: "Al sabio nada le falta que pueda recibir en lugar de
dádiva, y el malo nada puede darle digno del sabio. [...] Ninguno puede
dañar al sabio o beneficiarle, porque las cosas divinas ni desean ayuda ni
temen detrimento, y el sabio está muy próximo a los dioses y excepto en
la inmortalidad es semejante a Dios" (p. 225).
6.Lo soporta todo: "El sabio sufre todas las cosas como el rigor del
invierno, la destemplanza del cielo, como las fiebres y las enfermedades
y los otros accidentes fortuitos" (p. 225).
7.Tiene el orgullo del sabio: "El sabio de nadie es despreciado, puesto que
conoce su grandeza y está convencido que nadie tiene tal poder sobre sí"
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como él lo tiene (p. 226).
9.Es libre: "El sabio jamás será libre a medias; siempre su libertad será
maciza y total, suelto y dueño de sí y más elevado que los otros. ¿Qué
cosa hay que pueda estar encima de aquel que está por encima de la
fortuna?" (p. 266).
10.No perdona: "El sabio se condolerá, mirará por el bien ajeno; corregirá;
hará lo mismo que si perdonase, pero no perdonará, porque quien
perdona confiesa haber omitido algo que debió hacer" (p. 259).
11.No queda afectado por las injurias: "Ninguno recibe injuria sin
alteración de ánimo, sino que cuando la siente se perturba; mas no siente
esta perturbación el varón libre de errores, dueño de sí mismo,
ensimismado en profunda y plácida quietud" (p. 226).
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Y todo esto produce en el sabio la ataraxia, es decir, su imperturbabilidad:
"Entonces habrás conseguido la calma cuando ningún clamor llegará a ti,
cuando no te sacudirá ninguna voz, ni si te halaga ni si te amenaza, como
tampoco si te asedia el oído con rumores vanos y discordes" (p. 541).
Para esto eran sobre todo dos las organizaciones a las que creían deber
superar, criticándolas y combatiéndolas: la organización sociopolítica del
mundo y su organización religiosa. Lo sociopolítico se concretaba en las
formas que constituían el Antiguo Régimen, con su estructura autoritaria
(absolutismo de los reyes y despotismo de los señores), la desigualdad de
derechos de las personas y la explotación que los privilegiados ejercían sobre
la masa del pueblo. Contra tal situación, la propaganda que los filósofos
ilustrados hicieron durante todo el siglo a favor de la libertad culminó, al final
del mismo, con la Revolución Francesa, que introdujo la democracia.
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plan de secularización de la sociedad. Pero en esto dicha Revolución no
consiguió los evidentes resultados que consiguió en el terreno sociopolítico.
Simplemente porque - a nuestro entender - pretendió un objetivo indebido: la
religión es algo connatural al hombre, algo que, ejercido debidamente,
dignifica y satisface al hombre y que, por consiguiente, no puede ser
eliminado sistemáticamente y por la fuerza de la vida humana. Lo único que
puede y debe combatirse son las formas oscurantistas de la religión, que las
hay, y aún actualmente.
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simplista de todo lo bueno que este colectivo ha hecho y hace por la
humanidad. Mas, por otro lado, se muestra partidario del matrimonio del
clero, adelantándose a una propuesta que aún en ambientes ortodoxos
actualmente a veces se deja oír y que muchos tratan de justificar con las
mismas razones que en su tiempo aducía Voltaire (1967: 154) con estas
palabras: "Creo que todos los curas que regentan una parroquia han de estar
casados, no sólo para tener una mujer honesta que cuide de su casa, sino
también para tener mejores ciudadanos, dar buenos sujetos al Estado y para
tener muchos hijos bien educados".
También clama por liberar la moral del control exclusivo que sobre ella
trata de hacer la religión; Voltaire, en efecto, se da cuenta -y así parece ser (c
£ Quintana, 1995: 193 y ss.)- de que la moral no es específicamente cosa de
la religión, sino de la razón, y dice - siempre con su ironía picante - que en
cuestiones morales los credos religiosos han llegado tarde, porque "la virtud
es cosa de toda la eternidad" (1967: 153).
44
nos levantó' (p. 119).
Pero dice Voltaire que esas pocas verdades que ha encontrado serán un
bien estéril si no puede hallar algún principio de moral. Dicho autor piensa
que ese principio se encuentra en la llamada ley natural. Como ya hemos
indicado, para Voltaire (1967: 269) la moral se conoce a través de una
reflexión ilustrada y lógica: "¿Quién nos ha dado el sentimiento de lo justo y
de lo injusto? Dios, que nos ha dado un cerebro y un corazón. ¿Y cuándo
vuestra razón os enseña que hay vicio o hay virtud? Cuando nos enseña que
dos y dos son cuatro. No hay conocimiento innato, por la misma razón de que
no hay árbol que lleve ya hojas y frutos cuando sale de la tierra". Para
Voltaire, pues, la fuente de la moral es la razón, y la inteligencia es el medio
que ha de proporcionarnos la solución en todos los problemas morales que se
nos puedan plantear. No es la religión de donde procede la moral.
A Voltaire eso le parece evidente y sencillo, y por esto piensa que lo más
importante de la moral no es discutir sus teorías, sino ponerla en práctica. A
este propósito Voltaire (1967: 198 y ss.) cuenta que un miembro de la
congregación del Oratorio escribió un libro en que se decía que sólo puede
haber virtudes entre los cristianos. Pero según esto - observa Voltaire - ni
Catón, ni Epicteto, ni Marco Aurelio habrían sido personas de bien; sólo las
habría entre los cristianos. Y entre los cristianos, sólo entre los católicos; y
entre los católicos habría que excluir a los jesuitas, enemigos de los
oratorianos. Tras lo cual, concluye Voltaire: "¿Qué es la virtud, amigo mío?
Es hacer el bien: hagámoslo, y esto ya basta. Podemos prescindir de los
motivos de hacerlo".
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vida futura? Ser justo. Para ser feliz en ésta, hace falta todo lo que la miseria
de nuestra naturaleza permite; ¿qué hace falta?: ser indulgente".
46
entienden entre sí. Tiene hermanos desde Pequín a Cayena, y a todos
los que son buenos los considera sus hermanos. Cree que la religión
no consiste ni en las opiniones de una metafísica ininteligible ni en
vanos aparatos, sino en la adoración y en la justicia. Hacer el bien, he
ahí su culto; estar sumiso a Dios, he ahí su doctrina.
47
Hermana del fanatismo es la intolerancia. Cabalmente Voltaire (1978: 90)
es uno de los autores que más han hablado contra ella, y al final de su Tratado
sobre la tolerancia dirige a Dios la oración siguiente:
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cuestiones, responde (Voltaire, 1967: 388): "El hombre razonable, imparcial,
sabio de una ciencia que no es la de las palabras; el hombre que evita los
prejuicios y que es amante de la verdad y de la justicia; el hombre - en finque,
no siendo una bestia, tampoco cree ser un ángel".
RESUMEN
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punto de vista del cristianismo, el cual, enriquecido por la visión
"humanista" de la Filosofía clásica, ha constituido la base de toda la
educación occidental, aun en los casos en que no se ha querido hacer
una educación cristiana. Y, desde la óptica de nuestra civilización,
consideramos este hecho como positivo, recordando aquellas palabras
de E.Spranger: "Sin levadura clásica no hay educación".
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
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que sólo son verdaderas las cosas inmortales. Y todo árbol falso no es
árbol, y el leño falso no es leño, y la plata falsa no es plata, y todo lo
que es falso no es. Pero todo lo no verdadero es falso. Luego ninguna
cosa puede decirse en verdad que es, salvo las inmortales.
La represión viene a ser como una cirugía de las pasiones del alma:
siendo las pasiones una úlcera de la verdad, es preciso reducirlas a la
nada, cortándolas con una amputación. La reprensión se asemeja a un
remedio: disuelve las callosidades de las pasiones, limpia esas
manchas de la vida que son los desórdenes, y además allana las
excrecencias del orgullo y restablece al hombre en un estado de salud
y de verdad (Clemente, 1960: 227).
51
52
La represión violenta de instintos enérgicos, llevada a cabo desde
el exterior, no produce nunca en los niños la desaparición ni el
vencimiento de tales instintos, y sí tan sólo una represión, que inicia
una tendencia a ulteriores enfermedades neuróticas. El psicoanálisis
tiene frecuente ocasión de comprobar la gran participación que una
educación inadecuadamente severa tiene en la producción de
enfermedades nerviosas o con qué pérdidas de la capacidad de
rendimiento y de goce es conquistada la normalidad exigida.
Freud (1967:ll,979)
53
educación ha de abstenerse de ejercer cualquier represión en los niños; así se
dice y hace en la escuela de Summerhill y son muchos los psicólogos que,
hoy día, tratan de convencer de esto a los educadores.
54
por cuanto rechaza los modos de hacer de la sociedad industrial capitalista.
CONCEPTOS CLAVE
Ética humanista. La ética propuesta por Erich Fromm, según la cual las
personas, adoptando los valores no del "tener", sino del "ser", tienen
una conducta socialmente productiva, coronada por el amor.
55
Libido. Energía de naturaleza sexual básica en la persona.
56
bastante desorientado sobre las pautas de educación, porque se han propuesto
de la naturaleza humana unas concepciones tan diversas como desquiciadas,
viene muy bien la concepción antropológica realista de Pestalozzi, que nos
trae un modelo de hombre sobre el que planear una educación adecuada al
destino de la existencia humana, el cual podríamos reducir a la fórmula de
que el hombre lleve una vida cabal que le dé dignidad y felicidad.
57
que enumera y comenta algunos grandes principios de educación.
-Figuras para mi libro del ABC (1797). Son un amplio conjunto de fábulas
que se utilizan para señalar y exponer numerosos principios sociales,
políticos y humanos.
58
es el programa de Emilio.
59
grado máximo de inocencia animal. En ese estado el hombre es puro hijo de
su instinto, que lo lleva de un modo sencillo e inocente a todo goce de los
sentidos" (19, 68).
60
hombre se deja llevar de sus instintos animales y sensitivos, los avales le
provocan una conducta egoísta, sensual, dominante y agresiva. No hay
un estado de derecho.
61
experiencia de la Revolución Francesa, la cual, junto con sus ideas de
liberación del pueblo y de progreso social, se ensangrentó las manos con las
crueldades del terror; Pestalozzi, que había visto con ilusión esta Revolución,
en su escrito ¿Sí o no? la somete a severa crítica. Luego fue la experiencia de
Stans, en la cual el pedagogo suizo, dándose de lleno al bien de los demás,
descubrió los feos sentimientos de ingratitud, egoísmo y malevolencia que
anidan en el corazón humano.
Mas, por otro lado, el frecuente contacto con miserias humanas de todo
tipo mostró a Pestalozzi la profunda degradación a que a menudo llega el
corazón humano. Se pregunta él por qué han sido necesarios ríos de sangre
para hacer revoluciones que han mejorado el mundo, y responde que el
motivo es claro: los impulsos naturales de la humanidad son siempre más
fuertes que su sabiduría social, porque "el egoísmo y la desconfianza están en
el fondo del hombre natural' (9, 302).
62
bien y el mal. Igual que en la Biblia y en el cristianismo (de los cuales
Pestalozzi se halla empapado), el destino del hombre está en hacer triunfar su
parte espiritual sobre su parte sensitiva, en lo cual él conseguirá mérito y
premio.
5.La formación en una profesión es medio para llevar una vida autónoma.
63
6.El logro, en el individuo, de una personalidad equilibrada se obtiene
desarrollando por igual todas las capacidades humanas.
64
cuestión más modesta: el tema de la felicidad, el objetivo que esperan o se
proponen los hombres en sus vidas. La aspiración a la felicidad según el
modelo narcisista es inalcanzable, y la pretensión humana a la felicidad
absoluta tiene que rebajarse; tiene que buscarse de una manera negativa,
evitando el sufrimiento, el displacer".
"En el principio era el Yo", dirían los racionalistas; pero Freud tiene otro
lenguaje: "En el principio había el animal" y sus fuerzas, cuya concurrencia
da lugar a una lenta emergencia del Yo, que surge al final pero vinculado a
sus raíces originarias, de las cuales no puede desprenderse. En el Ello - ese
fondo dinámico afectivo - hay dos instintos primarios: el éros, cuya energía
es la libido, y el thánatos, a cuya energía Freud no dio nombre especial. Hay
una acción sinérgica y antagónica entre los actos de ambos instintos, y así, el
acto de comer equivale a la destrucción del objeto, con la finalidad de su
incorporación; y el acto sexual es una agresión con el propósito de una más
íntima unión. De esa acción deriva toda la abigarrada variedad de los
fenómenos vitales.
65
libidinoso y todos los capciosos sucedáneos de satisfacerlo cuando su
satisfacción no puede realizarse de un modo directo y total.
Freud hace observar que los animales superiores han surgido por
evolución de los inferiores, los cuales a menudo se han perdido en cuanto a
eslabones de la evolución zoológica. En cambio - dice - en lo psíquico estos
eslabones se mantienen, de manera que en el hombre mismo se encuentra
toda la psicología animal inferior.
Para Freud, los instintos son las fuerzas que suponemos actuando tras las
tensiones causadas por las necesidades del Ello. Freud no tiene una única
teoría de los instintos, sino que la fue variando a lo largo de los años, pero
dejando claro que hay los dos polos instintivos ya mencionados. Ambos
66
colorean toda la vida psicológica del individuo; y así, cuando la libido
"erótica" impregna el yo, tenemos el narcisismo, y cuando el thánatos se
muestra en la sexualidad, da lugar al sadismo y al masoquismo.
67
hombre es el animal autosuperado.
68
los sentimientos familiares, derivados del erotismo, han sido los
factores que han motivado al hombre a tal renuncia, la cual ha ido
haciéndose cada vez más amplia en el curso del desarrollo de la
cultura (1, 946).
2.El Yo busca la forma de satisfacción del Ello que sea más favorable y
menos peligrosa frente al mundo exterior. "Una acción del Yo es
correcta si satisface al mismo tiempo las exigencias del Yo, del Superyó
y de la realidad; es decir, si logra conciliar mutuamente sus demandas
respectivas" (III, 393 y ss.).
69
la cultura y la buena convivencia imponen al individuo para que se
adapte a la vida social, y que vienen dadas en los códigos que los padres
y educadores obligan al niño a adoptar mediante la educación. Se crea
así en el individuo una instancia represora, automática, que es el
Superyó. La tensión surgida entre ese Superyó y el Yo subordinado al
mismo es lo que llamamos el "sentimiento de culpabilidad", que se
manifiesta bajo la forma de una necesidad de castigo. Resultado de esto
es que "la cultura domina la peligrosa inclinación agresiva del individuo,
haciéndola vigilar por una instancia alojada en su interior, como una
guarnición militar en la ciudad conquistada" (III, 47).
Los individuos, de por sí, buscan transgredir los preceptos morales. Tal es
la naturaleza humana y, de hecho, Freud protesta de las restricciones que las
normas de nuestra sociedad imponen a una expresión espontánea de la
sexualidad humana, que habría de ser plurifacética de acuerdo con las
necesidades peculiares de los diferentes individuos.
70
poca, que apenas puede decirse que posean alguna' (II, 907). Según dicho
autor, la conciencia no es algo dado originariamente en nosotros, no hay una
"ley natural".
71
para hallar una solución, pues él no puede permanecer pasivo ante esta
dicotomía existencial: "Por el mero hecho de ser humano, la vida le plantea
una cuestión: cómo superar la escisión entre él y el mundo exterior para
llegar a la experiencia de la unidad con el prójimo y la naturaleza. El hombre
ha de responder a esta pregunta en cada uno de los momentos de su vida"
(ibíd.).
Ante esta situación: Fromm dice que, en el fondo, sólo hay dos salidas
posibles al hombre: 1) una consiste en eliminar el problema negando las
cualidades de razón y de amor específicas de la parte más elevada del ser
humano, reduciendo éste a su existencia pre-humana; 2) la otra consiste en
buscar la integración de los dos elementos de la personalidad, llegando a una
nueva armonía con el prójimo y con la naturaleza
72
uno "improductivo" y otro "productivo". En el grupo de las orientaciones
improductivas, hay estos tipos de carácter: el receptivo (la persona tiende a
poseer lo externo esperando que se lo den), el explotador (busca poseer las
cosas apoderándose de ellas con violencia), el acumulador (es poseedor y
ahorrativo) y el mercantil (obtiene las cosas por trueque). El grupo de las
orientaciones productivas abarca las personalidades "maduras" que son
capaces de hacer cosas positivas por el mundo y por los demás, y es la base
de la Ética Humanista. La persona sana y realista es productiva, tendiendo a
producir sobre todo valores humanos. La principal producción del hombre es
el amor y el pensamiento productivos; y el amor productivo puede tomar las
formas del cuidado, la responsabilidad, el respeto y el reconocimiento. El
gran vicio opuesto es el egoísmo.
73
Fromm se forma una idea pesimista de nuestra sociedad industrial, tal
como se refleja en este texto suyo:
Pero este autor no es un pesimista, pues piensa que ante los peligros que
amenazan a la humanidad actual el hombre puede salvarse y tiene que
salvarse. Fromm preconiza la formación de una sociedad nueva que dé lugar
a un hombre nuevo que se caracterizará por las cualidades siguientes:
renuncia a todas las formas de "tener", para adoptar las de "ser"; sentirse
seguro y confiado, amar el mundo que nos rodea; no acumular ni explotar,
sino tener la alegría que da el compartir; respetar la vida en todas sus
74
manifestaciones, disminuir los odios y engaños del mundo, tener pensamiento
crítico y objetivo, ser imaginativo, ser inocente pero no ingenuo, cooperar
con la naturaleza (no destruirla), gozar de una libertad no arbitraria y ser feliz
haciendo lo positivo que está en nuestra mano.
Como todos los autores socializantes, piensa Fromm que los males del
hombre provienen de la sociedad, de las condiciones negativas culturales e
históricas de la humanidad. Opone su ética humanista a una ética
"autoritaria", en la cual hay una autoridad que es la que establece lo que es
bueno para el hombre y prescribe las leyes y normas de conducta. En la ética
humanista, en cambio, el propio hombre es quien da las normas y es, a la vez,
75
el sujeto de las mismas y su fuente reguladora. "El único criterio de valor
ético es el bienestar del hombre" (1963: 24). Fromm opone la conciencia
humanista a la conciencia autoritaria: esta última es el Superyó de Freud, es
la interiorización de unas normas que una autoridad impone por sí misma.
Y, por esta vía, el ser humano encontrará además su salud mental, la cual
se caracteriza por la capacidad de amar y de crear, por la liberación de los
vínculos incestuosos con el clan y el suelo, por un sentimiento de identidad
como sujeto y agente de las propias capacidades y por la captación de la
realidad interior y exterior a nosotros, es decir, por el desarrollo de la
objetividad y de la razón.
76
deseos de poder; mientras que en el polo del "ser", que postula el amor, se
encuentra aquella actividad humana creativa que tiende a la solidaridad y
comunidad.
77
importancia a la ensoñación e imaginación, a la utopía, al individualismo, a la
liberación respecto del industrialismo y a una vida fundada en la simplicidad
y en la espontaneidad, de la cual los hippies de aquella época constituyeron
buena muestra. Luchó siempre por defender el "pensamiento negativo" (o
capacidad crítica) y la imaginación, dos facultades que, según él, se hallan en
vías de desaparición. Pero, sobre todo, trató de que la filosofía se vinculara a
los problemas sociales existentes en la humanidad, pues, a su entender, el
hacer abstracción de los problemas humanitarios del mundo es algo no
solamente inmoral, sino también, además, "falso".
Esto último significa que, para Marcuse, no puede haber filosofía sin que
tenga una proyección social y política. Habiéndose formado con Heidegger,
se distanció de éste muy pronto derivando hacia posiciones de izquierdas,
desde las que inició su crítica al sistema capitalista. Éste es un primer aspecto
a considerar en este autor, y con el mismo tienen que ver sus otros dos
aspectos: uno es la aproximación a Freud y el uso de conceptos
psicoanalíticos para construir una doctrina de liberación del individuo
respecto del férreo yugo de la sociedad capitalista; y otro es la acusación a
ésta de producir y reproducir un hombre "un¡dimensional", es decir, alienado,
ante lo cual Marcuse propone la existencia de un hombre liberado y que
realice todas sus ingenuas inclinaciones espontáneas. Veamos estos tres
aspectos de un nuevo tipo de hombre.
78
este aparato. No es una sociedad democrática, sino totalitaria, pues en ella:
Para Marcuse, los marginados son los que mejor suscitan una reacción
contra la sociedad industrial, porque "su oposición golpea al sistema desde el
exterior y por tanto no es derrotada por el sistema; es una fuerza elemental
que viola las reglas del juego y, al hacerlo, lo revela como una partida
truncada. Cuando se reúnen y salen a la calle sin armas, sin protección, para
pedir los derechos civiles más primitivos, saben que tienen que enfrentarse a
perros, piedras, bombas, la cárcel, los campos de concentración, incluso la
muerte. Su fuerza está detrás de toda manifestación política a favor de las
víctimas de la ley y el orden" (1990: 385).
79
Marcuse es uno de los representantes del freudo-marxismo, con una teoría
muy singular expuesta en su libro Eros y civilización (1968), publicado en
1958, que nos va a servir aquí de referencia.
Freud habló del principio ¿el placer y del principio de realidad como los
dos grandes reguladores de la conducta humana. Ahora bien - dice Marcuse-,
en las sociedades industriales el principio de realidad es sustituido por el
principio de "rendimiento", y entonces surge esa civilización industrial que
oprime al hombre y que es un mal modelo humano.
80
Marcuse distingue dos posibles modelos, llamando a uno "civilización"
(que es negativo) y al otro "cultura' (de signo positivo). La "civilización"
surge de la represión de los instintos del Ello bajo la presión del principio de
realidad y aliena al hombre. La "cultura', en cambio, no reprime esos
impulsos, y entonces tenemos un modelo de vida humana espontánea, gozosa
y feliz, "liberada' de la tiranía de las represiones. Estos dos modelos nos los
ofrece Marcuse (1969: 160) esquematizados en el cuadro 2.1.
81
principio de rea lidad debe ser buscado y valorizado" (1968: 163), pues en
una civilización humana genuina lo propio del hombre sería el juego, no el
esfuerzo, y el hombre viviría de la expresión y el fausto, más que de la
tensión por cubrir las necesidades vitales; las relaciones humanas serán eros,
amor.
82
El principal inconveniente de ese tipo de sociedad es que es represiva. La
explotación se autojustifica proclamando el constante aumento de bienes y
servicios, y sus víctimas son consideradas como simples accidentes en la vía
hacia un mundo mejor.
RESUMEN
De los cuatro autores expuestos hay uno más antiguo, Pestalozzi, que
se inspira en las doctrinas de la Ilustración; los otros tres pertenecen al
pensamiento actual y, en concreto, se hallan dentro de la órbita del
psicoanálisis.
83
hombre a supeditar sus impulsos inferiores a los valores superiores: de
este modo, el hombre se dignifica salvando y realizando lo mejor que
tiene en sí mismo, que es una naturaleza dotada de espontaneidad activa
y una "chispa divina" que lo proyecta a los valores trascendentes. Los
ideales de la vida humana se cifran en que las personas sean aptas para
ganarse honradamente el sustento, tengan una educación básica, lleven
una vida familiar armónica e íntima, tengan espíritu cívico, disfruten de
todos sus derechos humanos en libertad y así sean felices.
84
psicoanálisis, pero utilizando unas categorías diferentes y llegando a
conclusiones distintas (y dando una imagen de hombre que nada tiene
que ver con la anterior). Marcuse comparte con Marx la idea de que la
sociedad capitalista aliena al hombre; pero afirma que no es por la
explotación humana por el trabajo, sino por la represión a que son
sometidas las tendencias afectivas y los deseos de libertad al tener que
vivir bajo las exigencias de rendimiento laboral y del consumismo y
disciplina que impone la sociedad de masas. Afirma que con esto el
hombre se vuelve "unidimensional", negando sus dimensiones más
humanas, de tipo afectivo; propone el ideal de una vida dedicada a la
satisfacción subjetiva del sentimiento y de la imaginación.
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
85
realidad".
86
¿De qué depende la felicidad de una persona?
87
Aquí nos interesa únicamente por su mensaje antropológico en relación con
el tema pedagógico del presente capítulo, que trata de buscar la norma de
educación a partir de las posibilidades, exigencias y fines de la naturaleza
humana, pensando en su mejor desarrollo posible.
Es un tema que todo educador debe tener claro antes de aplicar cualquier
norma educativa, la cual, necesariamente, se basa en una determinada
concepción de la persona en orden a esos puntos reguladores de la educación.
Para procurar tal orientación, veremos que las concepciones posibles sobre
la naturaleza humana (y sobre su educación) son básicamente tres: una
optimista, otra pesimista (opuesta a la anterior) y una tercera que trata de
situarse y mediar entre las otras dos, y que nosotros llamamos "realista".
Constataremos que la historia de la civilización y de la educación se ha
repartido entre esas tres concepciones y normativas, y que - por el influjo
rousseauniano - la concepción y la norma optimistas son las que actualmente
prevalecen en muy amplios sectores del mundo occidental. Frente a esta
moda, se trata de ser crítico, dejándose uno llevar no por la corriente general,
sino por los datos objetivos derivados del conocimiento y realidad de la
naturaleza humana.
88
sería inadecuado un sistema educativo que se empeñara en no poner
limitaciones a la libertad y espontaneidad del niño, en evitarle toda
frustración y alguna experiencia del dolor, que no le exija esfuerzos y
rendimiento en el trabajo, es decir, en el estudio y en el cumplimiento de los
deberes que le son propios. Todo un programa, en fin, que a muchos les
desagrada, porque prefieren mirar al niño y su desarrollo por un prisma que
da una imagen más agradable de la educación y de la vida.
CONCEPTOS CLAVE
89
2.La posibilidad de lograrlos (mayor o menor educabilidad del ser humano,
mayor o menor dificultad de la educación).
Pero no puede decirse que cualquier tipo de educación sea bueno. Por más
que no pueda objetivamente demostrarse cuál es el mejor (pues ello depende
de una cuestión antropológica, y ya se sabe que las cuestiones filosóficas,
como tales, no tienen una solución objetivamente demostrable), el pedagogo
tiene la obligación de buscarlo y justificar su convicción y actuación personal
al respecto. Ya dice J.A.López Herrerías que "no cualquier concreción de la
educabilidad es humanizadora. Sólo lo son algunas". Y en esto el educador
no puede - no debe - equivocarse.
90
La discusión del tema de este capítulo, tal como la hemos presentado,
toma la forma de una antinomia, advirtiendo que ésta que va a ocuparnos es
la más importante de las muchas que se plantean en la teoría de la educación,
dentro de una concepción dialéctica de la misma. Por más que esas
antinomias resulten incómodas para la "explicación", no pueden rechazarse,
sino que más bien conviene tomarlas como el método que nos aproximará a
la comprensión exacta del fenómeno y la práctica educativos. Así lo
reconocía la Academia de Ciencias Pedagógicas de la URSS (APW, 1982:
95), la cual, partiendo de una concepción dialéctica de la educación, dice que:
91
Figura 3.1. Antinomia de la educabilidad humana.
92
1.El naturalismo "científico" coincide con el materialismo y el positivismo
por cuanto consiste en no admitir otra realidad que la natural.
93
coacción proveniente de las instituciones sociales; 3) un liberacionismo que
aspira a suprimir las injusticias a que se ven sujetos los grupos y pueblos
marginados; y 4) un idealismo metafísico propuesto sobre todo por el
neoidealismo italiano (Gentile), según el cual el hombre es un ser que
evoluciona espontánea y necesariamente hacia una plenitud espiritual. En
todos estos casos aparece como negativa toda intervención humana
controladora y correctora, y todos ellos - notémoslo bien - han dado lugar (en
correspondencia con lo que decíamos) a sendos sistemas pedagógicos (cf
Quintana, 1995: cap. 5).
Ya Platón (1972: 792) había dicho que "no habrá que emplear la fuerza en
la educación de los niños; muy al contrario, deberá enseñárseles jugando,
para llegar también a conocer mejor las inclinaciones naturales de cada uno".
Pero no nos engañenos: esto es mera perspicacia psicológica y no es el
naturalismo: Platón no podía tenerlo porque lo suyo es el socialismo, que es
justamente lo contrario, según veremos.
94
pudierais traer sano y robusto a vuestro alumno hasta la edad de 12
años, sin que supiera distinguir su mano derecha de la izquierda;
desde vuestras primeras lecciones se abrirían los ojos de su
entendimiento a la razón, sin resabios ni preocupaciones; nada habría
en él que pudiera oponerse a la eficacia de vuestros afanes. En breve
se tornaría en vuestras manos el más sabio de los hombres y, no
haciendo nada al principio, haríais un portento de educación (1916: 1,
108 y ss.).
95
esto es lo que quiere siempre el socialismo), tenía que ser conformándose a
los principios entonces vigentes. Según ellos, pues, Vera Schmidt, siguiendo
el modelo de educación antiautoritaria defendido por S.Bernfeld y Melanie
Klein, organizó en Moscú un jardín de infancia en que a los niños no se les
imponía ningún tabú sexual ni se les coartaban sus deseos. Pero en buena
lógica esto no puede hacerse en un país comunista, y así en Rusia, en 1927,
vino la reacción de Stalin que prohibía ese sistema y se imponía en educación
el "realismo socialista". Aparte de esto, pensemos en la advertencia que nos
hacen N.Huppertz y E.Schinzler (1985: 120): "Ese concepto antiautoritario
corre el peligro de degenerar él mismo en un modelo autoritario, aunque con
otros medios y con otras autoridades. Se hace problemático cuando,
haciéndose propaganda de libertad por un lado, sin embargo por otro se
impone un vínculo ideológico y se practica una dependencia'.
96
pues, siguiendo a Seguin, considera al hombre animado de un dinamismo
trascendente como actividad espontánea y creadora del espíritu personal,
participando en el espíritu del universo. Según esto, la educación infantil o
educación humana es autoeducación, y la acción del maestro se limita a
asistir al niño favoreciéndole aquel proceso y apartando todo lo que podría
estorbarlo. Por eso en las escuelas montessorianas a la educadora no se la
llama "maestra', sino "directora", pues su misión no es la de educar ni enseñar
directamente.
Son varias las formas que ha habido de educación liberal, tales como las
Escuelas de Hamburgo (de 1918 a 1933, año en que fueron prohibidas por el
totalitarismo hitleriano) y la pedagogía anarquista. Por cierto que la tendencia
anarquizante o permisiva siempre ha existido más o menos en la sociedad
dando lugar a curiosas manifestaciones. Queremos referirnos, por ejemplo, a
la encarnada por el dibujante alemán Wilhelm Busch (1865), iniciador de los
cómics, quien creó dos personajes, Max y Moritz, que eran dos enfants
terribles que gozaron del favor de generaciones de lectores entusiastas en
varios países. Se trataba de dos niños que, haciendo mil trapacerías, burlaban
todos los castigos. Con esto su autor pretendió criticar la educación represiva
de la burguesía, presentando como héroe al niño que burla las más
elementales normas sociales.
1.La escuela de Summerhill. Es una escuela que a partir de 1920 fue creada
en Inglaterra por A.S.Neili, basándose en una aplicación ad litteram del
consabido principio de Freud de que si no hay represión no hay neurosis.
Neill, decidido a educar para obtener individuos mentalmente sanos,
fundó un sistema educativo en que no hubiera imposición de ningún
tipo, y en que chicos y chicas se expresaran y actuaran con la mayor
libertad, según un ideal de vida entre eudemónico y hedonista. Se partía
de una concepción relativista de los valores, limitando la moral a las
normas de buena convivencia social. El autor ha divulgado sus ideas de
educación libertaria en numerosos libros, algunos traducidos al
castellano. Dice R.Hemmings (1975: 263), hablando de Summerhill, que
97
"Neill no admitió nunca que la educación de los niños tuviera el deber de
supeditarse en absoluto a la sociedad para que las generaciones nuevas
tuvieran una preparación adecuada a los objetivos sociales. Tampoco
compartía la opinión de que la escuela tuviera que transmitir la cultura
social a las generaciones nuevas". En efecto, Neill afirma que la escuela
es para niños y adolescentes no un lugar para aprender, sino un lugar de
vivir su vida, y que el trabajo es una penosa necesidad humana cuyo
ejercicio hay que retrasar lo más posible. Sobran la religión y los ideales
superiores: el ideal humano se reduce a un funcionalismo vitalista. En
esa escuela ho hay autoridad, sino autogestión democrática.
98
En la pedagogía tradicional, el educador transmite un mensaje
al grupo de los educandos, controla la adquisición y
memorización de conocimientos. En la autogestión pedagógica,
el educador se transforma en un consultante que se encuentra a
disposición del grupo (para los problemas de método, de
organización o de contenido). No participa en las decisiones,
analiza los procesos de decisión, las actividades instituyentes así
como el trabajo del grupo al nivel de la tarea (programas) [...].
En la autogestión, la actitud no-directiva del educador se ejerce
respecto del saber instituido, como un rechazo metódico a
identificarse con ese saber y, por tanto, como una forma de
negarse a transmitir tal sedicente saber.
99
de éste sólo mediante unas condiciones ambientales favorables, y la
afirmación del derecho y de la capacidad individuales para una
autodeterminación ilimitada.
100
Pasamos ahora al segundo polo de la antinomia, opuesto al anterior: antes
estábamos en el polo positivo, con un modo de ver al hombre optimista;
ahora nos situamos en el polo negativo y el hombre es visto de un modo
negativo. Igual que antes, haremos primero los planteamientos
antropológicos, y luego describiremos las propuestas pedagógicas
correspondientes.
Una visión más o menos pesimista del hombre parece lo más habitual y
ordinario. La veíamos en el capítulo anterior en la idea que la Biblia - ese
espejo de la humanidad - nos da del hombre; en el Libro de Job (15,14-16) se
lo describe como "un ser abominable y corrompido, que bebe la iniquidad
como agua". Del mucho material histórico (sucesos) y cultural (cuentos,
refranes, folclore) existente sacaríamos una parecida conclusión. No hay duda
de que su vida le depara al hombre notable cantidad de conflictos, dolores,
problemas y frustraciones. El mal está en la entraña misma del hombre, y eso
se ve en sus frecuentes desviaciones morales. Y hay una serie de situaciones-
límite (el fracaso, la desesperación, la muerte) en que el hombre se ve
anonadado.
Los estoicos veían el mundo atado a una necesidad ciega, la anánke; igual
Schopenhauer, quien ve la esencia del mundo como una voluntad perversa.
Seguramente no hay por qué cargar tanto las tintas, y entonces nos situaremos
en una actitud intermedia, que también es posible y que luego ya veremos.
Pero el caso es que muchos autores se han dejado llevar por una visión
101
negativa del hombre. Entre los antiguos, Séneca nos describe lo bueno de la
vida, el placer, como un deslizadero que resbala hacia el dolor si no se pone
mesura en él, y dice que "todo aquello que hace al hombre más amable la
vida y aun a sí mismo se cuenta entre los bienes precarios y vive como
prestado a sí mismo, dispuesto a devolverlo todo sin tristeza cuando se lo
reclamen" (1966: 208).
102
fuera del auxilio cristiano, "sólo hay vicio, miseria, error, tinieblas, muerte,
desesperación". Podríamos señalar como fuentes de la miseria humana las
tres siguientes: la supremacía constrictiva de la naturaleza, la caducidad de
nuestro propio cuerpo y la insuficiencia de nuestros métodos para regular las
relaciones humanas en la familia, en el Estado y la sociedad, es decir, para
soportar las instituciones que nos hemos creado y evitar los atropellos
humanos.
Vimos que también Freud tiene una visión negativa del hombre,
basándose en que toda la civilización supone una renuncia a los instintos,
porque, según él, "todos los hombres integran tendencias destructoras -
antisociales y antinaturales - y que en gran número de personas tales
tendencias son bastante poderosas para determinar su conducta en la sociedad
humanó' (1967: II, 74), pues en general a los hombres les falta amor al
trabajo y les son ineficaces los argumentos contra las pasiones.
Cuando se tiene del hombre la visión anterior, y dado que esa situación
suya no puede aceptarse y hay que buscarle remedio, se encarga a la
educación de propocionarlo. Pero como la acción educativa se encuentra con
una materia poco dispuesta, es decir, un sujeto humano torcido y difícil de
103
enderezar, ha de adoptar, para conseguirlo, unos métodos rigurosos y
coactivos. Surge entonces un tipo de educación que ha sido tan general como
lo ha sido también - lo veíamos - el punto de vista antropológico anterior,
habiendo tomado dos formas principales: a) una educación "coactiva" que
tiende a inhibir las supuestas malas tendencias humanas y dotar al hombre de
unas tendencias buenas (virtudes) que le faltan; y b) una educación
"socializante" que, deseando adaptar al hombre a lo que de él exige la vida
social, resulta igualmente coactiva. Vamos a verlo.
104
emprendida ni realizada sin esta virtud".
105
buenos ojos la pobreza, a practicar la frugalidad, aunque muchos de
ella se avergüencen; aspiremos a satisfacer los deseos naturales con
remedios poco costosos; aprendamos a cohibir las esperanzas
licenciosas y la tensión del ánimo hacia lo futuro y a hacer de manera
que nos pidamos las riquezas a nosotros mismos y no a la fortuna.
106
emperador Carlos V, quien había nombrado como preceptor de su hijo
Felipe II al humanista Juan Martínez de Siliceo, pero viendo que éste no
era bastante riguroso con el príncipe, lo destituyó diciendo a este último
(en G.Parker, 1988: 24): "Ciertamente que él no es ni ha sido el que más
os conviene para vuestro estudio: ha deseado contentaros
demasiadamente". El príncipe tuvo luego otros preceptores y,
finalmente, al austero D.Juan de Zúñiga; y como D.Felipe se quejara a
su padre del trato duro que le daba, el emperador apoyó el método de
Zúñiga, diciendo al príncipe que, si ése hubiese hecho como los otros,
todo se hubiese hecho satisfaciendo los deseos del príncipe, cosa que no
era buena.
107
Mons. Dupanloup (1872: 127) indica la disciplina como un medio
indispensable de la educación, que tiene encomendadas tres funciones
principales consistentes en mantener, prevenir y reprimir:
El mismo autor dice (p. 15) que la educación es una "obra de fuerza",
pues requiere en el educador mucha valentía, paciencia y energía.
108
dice eso de un modo tajante; y así, según S.P.Baranow (1987: 16): "Al
llegar al mundo, el niño ha de adaptarse al nivel propio de su sociedad y
de su época, debe apropiarse de las experiencias acumuladas por la
humanidad, determinar su puesto en el sistema de las relaciones sociales
y desarrollar una personalidad capaz de participar activamente en el
proceso histórico. Todo esto lo consigue mediante la educación, la cual
aparece así como una necesidad y una perenne función de la sociedad,
según observó Lenin". El mismo pedagogo, hablando de los métodos
usados en la Pedagogía soviética, cita en primer lugar (pp. 157 y ss.) los
métodos de persuasión, que son "métodos que de varias maneras actúan
en la conciencia, los sentimientos y el querer de los alumnos, y con cuya
ayuda se forman en los niños ideas y convicciones comunistas"; los más
importantes empleados con niños son la explicación, el influjo personal,
el discurso, el diálogo, las lecturas fuera de la lección y el ejemplo
positivo. Según la Pedagogía marxista (cf. APW, 1982: 173), el
pedagogo, como encargado de la sociedad para educar a la nueva
generación, viene obligado a exigir a los jóvenes que le están confiados
que se acomoden a todo lo que el sistema educativo les propone; cosa
fácil - se dice-, porque los niños y adolescentes, con la edad, viendo la
necesidad de las exigencias que les formulan los educadores, las
aceptarán y realizarán por su propio impulso.
109
manera poco capaz de llegar por sí solo adonde debe llegar. El antropólogo
M.Landmann (1964: 88) constata que esta visión dualista del hombre es una
constante en el pensamiento filosófico, y dice que no podemos escapar a ella
con las actitudes reduccionistas de adherirnos empáticamente a una u otra
sola de las dos tesis extremas, tal como hemos visto que hacen algunos.
Parece que es ésta la conclusión a que una observación objetiva y completa
del ser humano nos lleva, y por eso la llamamos una tesis "realista".
Puede deducirse la misma, por ejemplo, del libro de Fray Bartolomé de las
Casas (1992) Brevísima relación de la destrucción de las Indias, en el que
aparecen simultáneamente unos hombres buenos (en este caso, los indios) y
unos hombres malos (los conquistadores). He aquí cómo los caracteriza, y
con ellos a la humanidad. Dice de los primeros: a los indios los crió Dios
como gentes "sin maldades ni dobleces, obedientísimas y fidelísimas a sus
señores naturales e a los cristianos a quien sirven; más humildes, más
pacientes, más pacíficas e quietas, sin rencillas ni bollicios, no rijosos, no
querulosos, sin rencores, sin odios, sin desear venganzas, que hay en el
mundo" (pp. 68 y ss.). En cambio - añade luego-, "en estas ovejas mansas, y
de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los
españoles desde luego que las conocieron como lobos e tigres y leones
cruelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de
cuarenta años a esta parte, hasta hoy, e hoy en este día lo hacen, sino
despedazallas, matallas, augustiallas, afligillas, atormentallas y destruillas por
las estrañas y nuevas e varias e nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas
maneras de crueldad" (ibíd.).
Todo eso son los hombres: lo uno y lo otro, en extraña mezcla. Por eso
afirma H.Spencer (s. a.: 144): "No somos de los que creen en el dogma de
Lord Palmerston: que todos los niños, al nacer, son buenos. El dogma
contrario, por insostenible que parezca, lo creemos menos falso".
110
su origen, como la simple consecuencia de una naturaleza humana sumida en
la miseria, y he visto en el deterioro de ésta una ineludible necesidad de
reconducir a unos hombres embrutecidos a reflexionar sobre los asuntos más
esenciales" (PSW, 13, 3). Su conclusión es que el hombre, en medio de la
grandeza de su naturaleza, ha de tener conciencia de su debilidad (cf. PSW,
28, 305).
111
reiteradamente censurada. J.M.a Touriñán (1979: 114 y ss.) indica que "dejar
hacer" al niño, que es un ser inmaduro, equivale a abandonarlo a sí mismo:
"El buen profesor, si es educador, realiza una buena dirección. Nunca acepta
cómodamente abandonar al educando a su realidad interna, ya que de este
modo sólo se consigue un desorden interno", ni tampoco ejerce una coacción
sobre él. R. E Dearden (1982: 89 y ss.) dice que las teorías que confían en
que el niño se desarrolle sólo a partir de sus experiencias con su entorno son
peligrosamente ingenuas, porque suponen que siempre ese entorno será
adecuado y claro y que el niño sabrá aprovecharlo formativamente;
recuérdese que el educador está para enriquecer la experiencia del niño y
sacar partido de ella.
Lejos del espontaneísmo, los educadores, dice W.Brezinka (1966: 25), han
de proponer a los educandos modelos atractivos de personalidad, para que se
conformen a ellos, y han de evitar los malos efectos que puede tener aquél,
tales como la indisciplina, la cual, según M.T.Estrela (1994: 89), puede
ocasionar perniciosos efectos en alumnos y maestros.
112
En este modo de ver la educación resulta imprescindible la intervención
activa y reiterada del educador. Y así, a diferencia de los pedagogos de la
Escuela Nueva, como Montessori, que ponen el protagonismo educativo en el
propio niño, para los autores alemanes de la Bildung, la autoeducación no
existe; y así Edith Stein (1999: 218) dice que "es innegable que el ser humano
no puede, él solo, trabajar libremente en la propia educación, debiendo estar
confiado a la acción de otros que poseen, y deben aportárselos, los materiales
de los cuales su educación necesitó'. Este mismo es el sentir de Herbart (op.
cit., p. 47), según el cual el educador debe hallarse junto al educando para
representarle el hombre futuro que él deberá ser y proponerle los objetivos a
los cuales él habrá de llegar.
113
educando. Por otra parte, la libertad del educando es reclamada por autores
como R.Laporta (1960: 158), recordando que la educación es un proceso
moral-social. Todo ese tema ha sido muy bien expuesto por J.M.Esteve
(1977: 213):
114
de ser el juego. La educación "coactiva', por su parte, propone que el niño se
acostumbre al trabajo. Y una educación "comprensiva', que ve las cosas como
son, ha de ir iniciando al niño en ese trabajo, cada vez más a medida que va
creciendo. Ya hemos visto que en esto la ideología socialista incluso exagera;
y así, los alumnos de la Escuela de Barbiana (1970: 84-88) acusan a la
escuela pública de dedicar pocas horas a la enseñanza, lo cual perjudica al
pueblo pobre; dicen así a sus maestros: "Con el horario que hacéis, la escuela
es una guerra contra los pobres. Si el Estado no puede imponeros un aumento
de horario, no puede hacer escuela'. La escuela de Barbiana - que es una
experiencia alternativa-, en cambio, es una escuela "a tiempo completo", sin
recreos, sin fines de semana y sin vacaciones: la enseñanza a los alumnos es
continua.
115
disciplinario como es el trabajo, afirmando que "si somos tan partidarios de
una educación del trabajo, es porque hemos aplicado previamente sus
principios a la concepción y a la realización de nuestra obra'.
Esa norma del "tira y afloja' era también la de Plutarco al decir (en
Lozano, 1982: 117): "No me parece bien que los padres sean siempre recios,
ásperos y duros de natural, sino que den libertad y perdonen muchas veces a
los hijos sus equivocaciones, pensando que también ellos fueron jóvenes. Los
médicos, mezclando los zumos amargos con los dulces, inventaron la manera
de hacer que lo agradable fuera a la vez provechoso: conviene que los padres
de la misma manera templen el rigor de los castigos con la paciencia, y
condesciendan alguna vez con los deseos de los hijos, aflojándoles las riendas
unas veces y frenándoles las riendas otras".
RESUMEN
116
como apta por sí sola para llegar a su perfecto desarrollo. En este
caso no hay por qué intervenir en el mismo: el educador será como
un jardinero que se limita a dejar crecer sus plantas, no debiendo
prescribirles nada.
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
b)Analizar los rasgos del tipo de educación que suele darse hoy día en
los hogares de nuestro país y ver a qué paradigma pedagógico se
adscriben.
117
padres imponen hoy a sus
118
La tradicional visión de las relaciones entre el progreso biológico y
el progreso cultural del hombre sostiene que el primero, el biológico,
se había completado para todos los fines antes que el segundo, antes
de que comenzara la cultura. Es decir, que esta concepción era
nuevamente estratigráfica: el ser físico del hombre evolucionó por
obra de los habituales mecanismos de variación genética y de
selección hasta el punto de que su estructura anatómica llegó más o
menos al estado en que la encontramos hoy; luego se produjo el
desarrollo cultural. En algún determinado estadio de su historia
filogenética, un cambio genético marginal de alguna clase lo hizo
capaz de producir cultura y de ser su portador; en adelante, su
respuesta de adaptación a las presiones del ambiente fue casi
exclusivamente cultural, antes que genética. Al diseminarse por el
globo, el hombre se cubrió con pieles en los climas fríos y con telas
finas (o con nada) en los cálidos; no modificó su modo innato de
responder a la temperatura ambiental. El hombre se hizo hombre,
continúa diciendo la historia, cuando habiendo cruzado algún
Rubicón mental llegó a ser capaz de transmitir "conocimientos,
creencias, leyes, reglas morales, costumbres" (para citar los puntos de
la definición clásica de sir Edward Tylor) a sus descendientes y a sus
vecinos mediante la enseñanza y de adquirirlos de sus antepasados y
sus vecinos mediante el aprendizaje. Después de ese momento
mágico, el progreso de los homínidos dependió casi enteramente de la
acumulación cultural, del lento crecimiento de las prácticas
convencionales más que del cambio orgánico físico, como había
ocurrido en las pasadas edades.
119
Clifford Geertz, La interpretación de las culturas
Aunque siempre ha habido una cierta reflexión sobre la cultura, pues los
miembros de una sociedad tienen necesariamente una interpretación más o
menos espontánea de su pro pio sistema de vida, el inusitado interés que
despierta la cultura y sus diversas manifestaciones es un fenómeno
típicamente actual, específico de nuestra época.
CONCEPTOS CLAVE
120
Concepto mecanicista de naturaleza. Propio de la ciencia moderna,
considera la naturaleza como el reino de lo dado, de lo que ya es.
121
totalidad de lo real.
Arnold Gehlen es otro de los autores que retorna el estudio de estos temas.
En su conocida obra El hombre (Gehlen, 1980), comienza por señalar que
estructura orgánica especializada y medio ambiente o perimundo - en cuanto
conjunto de elementos de la realidad que es relevante para un animal dada su
estructura orgánica y funcional - son conceptos que se están suponiendo
mutuamente en la vida sensitiva no racional. Desde ese punto de vista se
puede afirmar con Mead que el organismo determina el ambiente y el
comportamiento determina el estímulo, y no al contrario (Mead, 1972).
"Ahora bien - afirma Gehlen - si el hombre tiene mundo, a saber, una clara
falta de limitación de lo perceptible respecto de las condiciones del
mantenerse biológico, esto implica en primer lugar un hecho negativo. Que el
hombre esté abierto al mundo quiere decir que carece de la adaptación animal
a un ambiente fragmentario" (Gehlen, 1980: 39). Así pues, la apertura al
mundo se corresponde con la inespecialización biológica y con la falta de
verdaderos instintos, subrayando la plasticidad biológica del hombre.
122
en el que los significados se determinen de modo instintivo, sino un mundo
que es - como dice Gehlen - un campo de sorpresas de estructura imprevisible
(Gehlen, 1980: 40-41). El hombre debe, por tanto, transformar la sobrecarga
de estímulos en una condición positiva del desarrollo de su vida.
Los elementos del medio externo que los animales inferiores son capaces
de captar, porque son relevantes para su conducta, son muy pocos y están en
correlación con una dotación cognoscitiva bastante rudimentaria y con unas
pautas de conducta sumamente rígidas, que se ejecutan desde la captación del
estímulo desencadenador correspondiente. Aparece, en consecuencia, una
correspondencia biunívoca entre las pautas de comportamiento del animal y
lo que puede conocer de la realidad.
123
protagoniza muy poco su conducta. En los animales superiores, en cambio,
en la medida en que la correspondencia biunívoca entre pautas de
comportamiento y estímulos desencadenantes se rompe, y en tanto que la
interiorización del mundo es mayor, la subjetividad del animal crece y
también éste puede "protagonizar" su conducta de un modo nuevo.
124
circundante, sino que están abiertos a la totalidad de lo real, por lo que
propiamente tienen mundo y no perimundo. Pueden elevar a la categoría de
"objeto" los centros de resistencia de su medio ambiente, de tal manera que
su conducta puede ser determinada por el modo de ser de los objetos y por su
libertad.
125
conducta a la vista del modo de ser de la realidad, contando con ella.
126
pues, la `segunda naturaleza': esto quiere decir que es la naturaleza humana,
elaborada por él mismo y la única en la que puede vivir... En el caso del
hombre, a la no especialización de su estructura corresponde la apertura al
mundo; y a la mediocridad de su physis, la 'segunda naturaleza' creada por él
mismo" (Gehlen, 1980: 42-43).
127
(Kroeber y Kluckhohn, 1952; Singer, 1968: 527-543; Hatch, 1985: 178-179).
Así, es evidente que este término no significa lo mismo cuando se habla de la
cultura inca o de una prueba de cultura general, por mencionar sólo dos
casos.
Las acepciones más usuales del término cultura en nuestros días, tanto en
el lenguaje ordinario como en el campo de las ciencias humanas, son las
siguientes:
128
se designa la participación vital del sujeto en esos conocimientos, lo que
supone un cierto grado de capacidad crítica y de asimilación interior. Y
así, cuando decimos que una persona es culta según esta acepción del
término, no la contraponemos a quien es ignorante, sino más bien al
erudito o al pedante.
129
congénito, a aquello con lo que se nace (Mosterín, 1993: 18-21). Así
entendida, la cultura está formada por el mundo de lo que podemos
llamar, en sentido genérico, artefactos: instrumentos, lenguaje,
instituciones, etc.
Estos dos últimos son los sentidos en los que vamos a emplear la palabra
cultura desde este momento, para estudiar las conexiones y la mutua
remitencia de la biología y la cultura en el ser humano.
130
En la medida en que se afirme que la naturaleza común es lo esencial
subyacente a las diferencias culturales accidentales, la relación entre
naturaleza y cultura tiende a verse de un modo estratigráfico, en expresión de
Clifford Geertz (Geertz, 1987: 46), crítica a la que se suma, entre otros,
J.V.Arregui (Vicente Arregui y Choza, 1991: 445-457). Se supone que habría
un fundamento natural común invariable que subyace a las diferencias
accidentales culturales. De este modo, si se quiere averiguar qué es lo natural,
bastaría - según esta interpretación - con descubrir qué es lo común
subyacente a todos los hombres.
131
Desde un punto de vista más antropológico, Spaemann ha insistido en la
existencia de dos modos de entender el concepto "naturaleza". El primero de
ellos da lugar a la concepción mecanicista de la naturaleza propia de la
ciencia moderna (Spaemann, 1986 y 1988): "La naturaleza se convierte ahora
en el reino de lo que ya es. La naturaleza se vuelve exterioridad sin ser
propio, y conocer a un ente por naturaleza significa enajenarlo como objeto y
`to know what we can do with it when we have it' (Hobbes)" (Spaemann,
1986: 97). Es obvio que un concepto tal de naturaleza excluye de sí al
hombre y a la cultura.
La ficción teológica del status purae naturae fue postulada para subrayar la
gratuidad de la elevación al orden sobrenatural, pero tal ficción se muestra
muy peligrosa si se proyecta al orden de la cultura o de la historia, porque
mientras que sí tiene sentido mantener la no necesidad del orden sobrenatural
respecto del natural, no lo tiene mantener tal gratuidad de la cultura o de la
historia.
132
con lo dado, con lo que ya es o con lo común, sino que lo natural es lo que
regula desde sí sus operaciones, que por ello pueden ser calificadas con
verdad como propias. Lo natural es lo que posee una operación que le
pertenece de suyo y, en esa medida, la naturaleza no se muestra en plenitud al
principio, sino al final. La naturaleza es teleológica y, en consecuencia, no
puede ser identificada con lo meramente dado. Esta concepción teleológica
de la naturaleza es la que está presente en la definición clásica de la
naturaleza como la esencia en cuanto principio de operaciones.
133
obviamente, no hay ninguna lengua natural. La capacidad que el hombre
tiene por naturaleza de hablar, sólo puede ejercerse en un ámbito cultural,
porque no se puede hablar sin utilizar una lengua concreta, que es siempre un
constructo cultural. La naturaleza no es, por tanto, algo que se oponga a la
cultura, sino más bien algo que remite a ella. Así se puede afirmar
rotundamente que el hombre es, por naturaleza, un ser cultural.
134
puede no adoptar una postura y ejercer una conducta respecto de sí mismo,
entonces el plano de lo que el ser humano hace consigo es tan natural como
cualquier constancia biológica y, en consecuencia, la naturaleza humana está
abierta de suyo al plano de la cultura, al orden de lo artificial, por lo que la
Antropología incluye necesariamente una Filosofía de la Cultura. Cabe
entender así con más precisión el alcance de la tesis de Gadamer sobre la
perfectibilidad de la naturaleza por medio del arte (Gadamer, 1984: 122). La
dimensión cultural no es un ornato de la vida humana, sino algo intrínseco a
ésta.
135
Entendemos por cultura subjetiva, por otra parte, la asimilación o
interiorización vital por parte del individuo de los objetos culturales propios
del ámbito social en el que vive. En este sentido, la cultura es el cultivo del
hombre, aquello gracias a lo cual se va haciendo cada vez más humano y
adquiere una mayor perfección. Es, en definitiva, el resultado del ejercicio de
las facultades humanas en orden al propio perfeccionamiento. La cultura
subjetiva engloba así los conocimientos, destrezas y hábitos, etc., adquiridos
por la persona.
136
cultural griega, y hay culturas nómadas aún en nuestros días. En la práctica,
resulta muy difícil distinguir entre lo que es estrictamente natural en el
hombre y lo cultural que está asimilado como segunda naturaleza, porque lo
que existe, lo que es real, es la simbiosis de naturaleza y cultura que
configura la situación concreta de cada hombre.
RESUMEN
137
nicho ecológico o perimundo, del que sólo captan aquellos estímulos que
son relevantes para su vida. Los seres humanos, por el contrario, no están
vinculados a sus impulsos ni al medio circundante: son seres abiertos al
mundo. Esta apertura al mundo es el correlato de su inespecialización
biológica y de su carencia de verdaderos instintos. Esto significa que la
naturaleza humana es esencialmente plástica y se orienta, de suyo, hacia la
cultura. El ser humano es incapaz de vivir en cualquier esfera de la
naturaleza realmente natural y original sin que él la convierta en un lugar
habitable; ha de superar él mismo la deficiencia de medios orgánicos que
se le han negado, y esto acontece cuando transforma el mundo con su
actividad en algo que le sirve para la vida: en un ámbito cultural.
Llamamos cultura al conjunto de conocimientos, creencias, leyes,
costumbres, técnicas y representaciones simbólicas que caracteriza a un
determinado grupo humano y lo distingue de los demás.
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
138
b)Seleccionar un artículo de un suplemento cultural de cualquier
periódico o revista y tratar de identificar los diferentes sentidos en
que se emplea el término "cultura" en sus páginas.
139
Entre las distintas civilizaciones que fueron implantándose desde
que la humanidad inició su vida sedentaria al comienzo del Neolítico,
hay una, la civilización occidental, asentada en el extremo oeste del
continente europeo, que se ha distinguido por lo que podemos llamar
una política activa de globalización. [...] Efectivamente, nuestra
civilización ha tenido una voluntad de expansión y la ha llevado a
término en cuatro fases: la de finales del siglo XV-XVI, la del siglo
XVIII, la del siglo XIX y la del siglo XX. En la primera, cubrimos
América, Asia, arañamos Oceanía; África sólo de paso para Asia.
Sufrimos un retroceso en el siglo XVII en Asia, con el repliegue de
Japón y China. En la segunda fase, afrontamos en quinto continente,
Oceanía, en toda su complejidad y profundizamos en el conocimiento
de la América hispana. En la tercera, bajo el signo del gran
colonialismo del siglo XIX, nuestro principal objetivo fue África. En
el siglo XX nos adentramos por primera vez en los dos casquetes
polares. [...] ¿Se puede reducir toda globalización a una
occidentalización? ¿Qué peso específico hay que conceder a cada
una? ¿Cuáles son los límites entre ambas?
140
rurales, nómadas o sedentarias, etc., y aunque estemos presenciando una
creciente tendencia a la globalización, todavía no se ha logrado en muchos
aspectos. Aunque la cultura sea un fenómeno necesario para el ser humano,
cada una de las civilizaciones es contingente: es así, pero podría haber sido
de otra manera. Podemos entonces preguntarnos ¿de qué manera influye la
propia cultura en la formación de la identidad personal de los individuos que
pertenecen a ella? ¿Es bueno que haya muchas culturas diferentes? ¿No
simplificaría la vida humana que hubiera una única lengua, moneda, religión?
¿Podemos encontrar algún criterio supracultural que nos permita evaluar las
distintas manifestaciones culturales?
CONCEPTOS CLAVE
141
Yo puntual. Primer principio de individuación y sujeto último de
predicación de todas las atribuciones individuales de cada uno de los
seres humanos.
142
Consideremos, en primer lugar, por qué las culturas son plurales
atendiendo a la naturaleza del mundo físico. Para ello podemos tomar como
punto de partida la definición de la cultura como esa continuación de la
naturaleza física llevada a cabo por la actividad humana (Polo, 1990: 167). El
hombre está en el mundo cultivándolo, y al cultivarlo lo continúa haciendo
surgir algo nuevo que no estaba precontenido en el universo material. Esa
novedad es precisamente la cultura, y es en ese mundo imbricado de
naturaleza física y cultura en el que, como hemos visto, el hombre habita.
143
prolongación del brazo en la intención de golpear. Pero por fuerte que fuera
el palo y aunque sirviera para dar muerte a animales pequeños, sería ineficaz
con animales grandes. El hombre pudo caer en la cuenta de que el interior del
animal está menos protegido, ya que parte de su protección consiste
precisamente en el grosor de la piel; y a la vez, que la vitalidad del animal
está concentrada en las vísceras. Por consi guiente pudo concluir que sería
mucho más eficaz un instrumento que en lugar de producir una contusión
externa fuera capaz de penetrar y herir el interior. Así surge la lanza, afilando
un palo. El palo, por sí mismo, no dice nada al respecto, sólo ofrece una
oportunidad que el hombre debe desarrollar. Pasar del garrote a la lanza es
aprovechar una oportunidad. Pero, como es obvio, no hay nada en la
naturaleza de la rama del árbol que pida de suyo ser transformada en lanza.
Con la lanza, el hombre podía dar muerte a grandes animales lentos. Pero
el hombre pudo advertir también que la lanza no era eficaz para cazar a los
veloces. Habría que lograr una prolongación del brazo todavía mayor, y esto
se puede conseguir no alargando la lanza, sino arrojándola. ¿Y cómo se
puede tirar mejor una lanza? Eliminando peso: es el invento de la jabalina. La
rama ofrecía ciertamente la oportunidad de la jabalina, pero desde la rama a
la jabalina el hombre ha debido dar una serie de pasos propiamente
inventivos. La jabalina es pura novedad, es lo inesperado en relación con la
rama. No se puede afirmar que ésta precontenga la jabalina: sencillamente,
ofrece una oportunidad a una inteligencia vigilante.
Pero también se puede dar razón de la diversidad cultural desde otro punto
de vista aún más radical: el de la naturaleza del ser humano, que es a quien la
cultura debe su existencia. Como expusimos en el capítulo anterior, las
ciencias experimentales han señalado repetidas veces que la especie humana
es sumamente pobre desde el punto de vista biológico, hasta el extremo de
que su supervivencia sólo es explicable porque el hombre es un ser
inteligente.
144
dotación instintiva del ser humano es muy precaria y sus tendencias muy
plásticas. Se puede afirmar, en sentido propio, que no hay instintos en el
hombre y que este déficit de instinto está compensado por la dotación
intelectiva de la psique humana, cuyo paralelo en el ámbito operativo lo
constituye la libertad. El hombre no dispone de respuestas programadas
filogenéticamente para solucionar los problemas que lleva consigo vivir.
Debe inventar las respuestas o asimilar las que otros inventaron. El hombre
no nace sabiendo qué debe hacer ni cómo lograrlo, y su biología tampoco se
lo dice.
145
precontenidos en el mundo físico, sino que deben su existencia a la actividad
creativa humana. No hay nada en la naturaleza física que exija ser continuada
por el hombre, ni que lo sea en una dirección o en otra. El hombre "crea"
cultura a partir de oportunidades que descubre en el mundo, que no son más
que posibilidades que no exigen de suyo ser actualizadas.
146
parte de un proceso discursivo que, aunque parte de afirmaciones verdaderas,
constituye en su conjunto un sofisma. Estos enunciados son los siguientes:
147
de la bondad o maldad de las acciones personales y las manifestaciones
culturales de los diversos grupos humanos.
7.Y se concluye que cada cultura deberá darse a sí misma los criterios
acerca de lo bueno y lo malo; criterios que podrán basarse en la
tradición, la autoridad o el consenso entre los miembros del grupo social,
pero nunca en instancias objetivas, externas al propio ámbito cultural.
Cada cultura tendrá su propio código de valores sociales, estéticos y
éticos, que pueden coincidir o no con los códigos de otras culturas, pero
que serán buenos para ella, precisamente porque son los suyos. Se ha
llegado, como puede apreciarse, a un planteamiento relativista en el
terreno ético.
Entonces, ¿es posible hallar una instancia de validez universal que permita
justificar las valoraciones que se acaban de mencionar? Esa pregunta puede
formularse también de la siguiente manera: ¿es posible sostener que hay
puntos de referencia válidos para cualquier cultura sin que ello suponga
atentar contra la legítima pluralidad cultural, que es consecuencia de la
libertad del hombre?
148
divergencia cultural. Pero para ello es preciso tener en cuenta la noción de
naturaleza humana en sentido teleológico, de la manera que hemos expuesto
anteriormente.
Cada hombre, cada mujer, es un ser personal y por lo tanto libre. Este
estatuto ontológico constituye el fundamento de la radical dignidad del ser
humano y de la igualdad de todos. El principio de operaciones que tiende de
suyo a alcanzar la plenitud que le es propia por medio de la acción tiene en
todos los hombres el mismo estatuto ontológico. Y esta misma naturaleza
tiene como característica específica y distintiva la plasticidad, es decir, la
posibilidad de desplegarse en una multiplicidad de direcciones.
Dado que la ética es la ciencia práctica que estudia el orden de los actos
humanos de cara a la consecución de su fin, se comprende por qué es posible
sostener que hay unos principios éticos válidos siempre y para cualquier
hombre, pertenezca éste a la cultura que pertenezca. Ahora bien, la
permanencia de los principios éticos respecto de los cuales es conveniente
dirigir la vida humana no está disociada de los procesos de innovación y
desarrollo porque, al ser libre, el hombre es un ser esencialmente histórico.
Cómo puede llevarse a cabo la articulación entre estos dos factores, entre la
constancia y la innovación, es otro tema, sin duda difícil, que merece ser
estudiado a fondo por quienes se dedican al cultivo de la ética, pero que
excede los límites que nos hemos propuesto para este trabajo.
149
Volviendo a la cuestión, la tesis del pluralismo cultural mantiene que es
posible sostener que algunas manifestaciones culturales son mejores que otras
porque contribuyen mejor al perfeccionamiento del ser humano en cuanto tal;
mientras que hay otras muchas cuestiones que pertenecen al ámbito de lo
opinable. En otras palabras, es posible defender que la diversidad de la
actividad cultural de los seres humanos interpretando y teorizando sobre el
mundo, no conduce necesariamente al relativismo. Sólo es relativista quien
sostiene que no se pueden alegar razones válidas para decir que una u otra
teoría, manifestación cultural o forma de entender un determinado suceso está
más próxima que otras a lo que es más conveniente para la naturaleza
humana (O'Hear, 1981: 78).
150
particular, y éste es un factor de capital importancia que debe ser tenido en
cuenta en cualquier tarea educativa, particularmente en lo que respecta a la
educación en una sociedad democrática y multicultural.
151
crecimiento típicamente animal. Hay muchas capacidades que el animal
adquiere en seguida, pero que el niño no podrá desarrollar hasta que pase un
tiempo considerablemente mayor al que necesitan otros animales que han
nacido a la vez que él: por ejemplo, caminar y otras formas de movimiento,
alimentarse por sí mismo, etc.
Por otra parte, es igualmente obvio que a largo plazo el niño podrá
adquirir capacidades, habilidades, conocimientos, etc., que están muy por
encima de lo que cualquier otro animal puede alcanzar (Hamlyn, 1978: 1-2).
152
individuación, autodeterminación o autorrealización en el que intervienen
cuatro factores: el yo puntual, el organismo biológico, la cultura a la que cada
ser humano pertenece y las propias decisiones libres de la persona. Veamos
cómo influyen en este proceso cada uno de estos factores (Choza, 1987: 416-
431).
153
que se desarrolla un proceso inverso a la entropía: se obtiene un
incremento de orden y de organización y se origina una energía superior
a partir de estados más degradados. Al nacer, cada ser humano se
distingue de los demás por su cuerpo pero, como ya se ha mencionado,
el desarrollo del organismo humano no acaba con el nacimiento, aunque,
cuando ve la luz, el hombre ya tiene configurados de modo irreversible
los sistemas nervioso y endocrino y el temperamento o tipo
constitucional psicológico.
154
utilizar la expresión de Locke. El sujeto es alguien para sí mismo y para
los demás en un ámbito social. Su temperamento se ha modulado según
un cierto carácter, vislumbra los cauces, modos, valores y arquetipos de
la realización de su proyecto existencial, y puede resolverse a ser sí
mismo plenamente desde su libertad fundamental: puede jugarse la vida,
su existencia, en un sentido o en otro. Sólo sobre este fundamento puede
actuar la acción libre del individuo como el cuarto y último de los
elementos que intervienen en el proceso de individuación de cada ser
humano.
155
hemos ido adquiriendo y con el ideal de felicidad o vida lograda que nos
forjamos para nosotros mismos (Esteve, Puig Rovira y Romañá, 1995).
156
no tiene absoluto control. Para saber quién es, el sujeto debe ser capaz de
responder también a la pregunta acerca de qué historia o historias forma
parte. Así, la identidad personal se construye de manera narrativa, nos
comprendemos a nosotros mismos contando historias que organizan la
experiencia en unidades narrativas coherentes, dentro de una tradición. Dice
Maclntyre: "La historia de mi vida está siempre encajada en la historia de las
comunidades de las cuales derivo mi identidad. Yo nazco con un pasado;
intentar separarme de ese pasado, a la manera individualista, es deformar mis
relaciones presentes... Lo que yo soy es, entonces, en una parte fundamental,
lo que yo heredo, un pasado específico que está presente en algún grado en
mi presente. Yo me encuentro formando parte de una historia y esto, en
términos generales, equivale a decir - no importa si me gusta o no, si lo
reconozco o no - que soy el portador de la tradición" (Maclntyre, 1987: 221).
157
5.3.3. Multiculturalismo, globalización y fomento de la diversidad
Se puede decir que no hay un único modo de ser humano: cada cultura es
una interpretación de qué es ser humano, de cómo se comportan los humanos
y a través de qué actividades se alcanza la plenitud. A lo largo de la historia,
se ha llamado "Humanismo" al modelo que cada cultura da a la plenitud
humana y al tipo de actividades que considera más altas, más noble, mejores
(Arregui, 1996). Como ya hemos dicho, que no haya universales culturales
fácticos empíricamente constatables no significa en modo alguno relativismo;
no quiere decir que todo dé igual: hay cosas mejores y peores,
manifestaciones culturales que llevan a la naturaleza humana más allá de sí
misma en la dirección indicada por ésta y fenómenos que la traicionan.
158
habría representado de manera tan adecuada a la humanidad como lo hace el
conjunto de los dos. Del mismo modo, la diversidad cultural manifiesta más
adecuadamente la naturaleza humana que cualquier cultura tomada
singularmente, por muy elevado que sea su grado de desarrollo científico,
técnico, religioso, estético, etc.
159
fomentado.
Por otra parte, considerando este asunto desde una dimensión más
subjetiva, es decir, atendiendo al modo como cada uno experimentamos la
pertenencia a nuestra tradición cultural, habría que añadir que el respeto a
esta pluralidad es una obligación, como ya señalamos anteriormente.
Maclntyre describe al sujeto como coautor de la historia de su propia vida, en
el sentido de que hay aspectos de su existencia sobre los que el ser humano
no tiene un control absoluto. Así, para saber quién es, cada persona debe ser
capaz de responder también a la pregunta acerca de en qué historia o historias
se halla formando parte.
160
Siempre que las prácticas culturales sean acordes con los principios
recogidos en la Declaración Internacional de los Derechos Humanos - en
cuanto marco de referencia que señala los límites más allá de los cuales las
actividades humanas se deshumanizan - es preciso defender y fomentar la
diversidad cultural y personal. La única limitación adicional que se puede
señalar a esta Declaración, cuando se trata de personas que han ido a vivir a
un país distinto al de origen, es el respeto a las leyes civiles del lugar que les
acoge.
RESUMEN
161
- son los únicos válidos, por identificarse con los parámetros propios de la
naturaleza humana. El relativismo cultural surgió como una reacción
antietnocentrista y sostiene que no hay ningún criterio exterior a la propia
cultura para valorar la bondad y validez de sus manifestaciones; por eso
cada una puede decidir lo que es válido o no para sus miembros, sin que se
pueda cuestionar el acierto de esa valoración. Un término medio entre estas
dos posiciones lo constituye el pluralismo cultural, que defiende que hay
algunos criterios de valoración que pueden ser aplicados a cualquier cultura
y a todos los seres humanos, porque afectan directamente al desarrollo de
una existencia humana digna de este nombre; sin embargo, en muchas otras
cuestiones, es posible y legítimo que cada persona y cultura tenga sus
preferencias.
La cultura a la que cada ser humano pertenece ocupa un lugar
importante en la constitución de su identidad personal - junto con el yo
puntual, el propio cuerpo y las decisiones libres-. Así, no se puede hablar
de identidad personal en sentido estricto sin tener en cuenta el grupo en el
que cada uno se ha formado o al que pertenece actualmente. Por lo tanto,
hay que formar al ser humano en su conciencia de singularidad y en su
sentimiento de pertenencia: esto es un requerimiento pedagógico universal,
porque se corresponde con las tendencias propias de la naturaleza humana;
y debe fomentarse también en una situación como la que nos ha tocado
vivir en estos inicios del siglo XXI, en un mundo cada vez más
globalizado.
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
162
d)Analizar la película "No sin mi hija", en relación con el contenido de
este capítulo.
163
Las personas del mundo civilizado estimamos el medio ecológico
sobre todo por las ventajas materiales que nos reporta, ya que
condiciona nuestra misma existencia. Sin embargo, cabe todavía un
respeto mucho mayor a la Naturaleza. Lo muestran precisamente los
pueblos primitivos, en tanto que para ellos la Naturaleza suele revestir
un carácter sobrenatural. Y así, L.Lévy-Bruhl en su libro El alma
primitiva (1985: 47 y ss.) nos refiere que los indígenas de las islas
neerlandesas consideran que las piedras tienen un carácter sagrado,
más aun que los animales y las plantas, porque esos últimos mueren y
no así las piedras, las cuales - según ellos - crecen interiormente, es
decir, son también animadas. Por supuesto a menudo se ha
reconocido un carácter sagrado a los árboles: los maori, por ejemplo,
cuando entraban en un bosque tenían la sensación de hallarse en
medio de sus prójimos, porque los árboles son también, como los
hombres, descendientes de Tane; y el bosque tiene un principio de
vida, "tapu", igual que el hombre; y cuando el maori quería abatir un
árbol para construirse una casa o una canoa, debía primero cumplir un
rito propiciatorio antes de poder matar impunemente a un
descendiente de Tane.
164
Entre los valores emergentes de las sociedades occidentales está el valor
ecológico. Y no se trata de una actitud meramente idealista, sino de elemental
precaución vital con que la humanidad quiere tratar de evitar unos peligros
que está acarreando por su actitud irresponsable ante la naturaleza como
fuente de unos recursos vitales necesarios para la supervivencia humana. El
racionalismo de los pueblos civilizados despojó a la naturaleza de ese
carácter místico que hemos visto en las sociedades primitivas, y la redujo al
carácter de medio para los fines de los hombres, pero un medio del que se
podía usar y abusar indiscriminadamente. Y aquí estaba el error, error que se
ha hecho patente cuando han comenzado a verse palbables sus desastrosas
conscuencias. Los pueblos primitivos divinizaban la naturaleza (culto al Sol,
a ríos, a montes, a animales), y los pueblos civilizados han pasado a cometer
atropellos y verdaderos delitos contra la naturaleza.
CONCEPTOS CLAVE
165
Sistémico. Relativo a la teoría de sistemas, o modelo explicativo de una
realidad considerada como estructurada según algún orden lógico,
unitario o global.
Pero la sociedad puede ser vista no solamente con estos atributos, sino
para el objeto de este tema, como hecho pedagógico. Ya Dewey había
apuntado el carácter educativo al hecho mismo de la convivencia (cit. por
Nassif, 1984: 45). Recordando la relación entre comunidad, comunicación y
común, como procedentes de una misma raíz, afirma que "no sólo la vida
166
social es idéntica a la comunicación, sino que toda comunicación (y toda vida
social) es educativa" (Dewey, 1945: 2).
También Durkheim (1975: 71) veía la educación como "la acción ejercida
por las generaciones adultas sobre las que todavía no están maduras para la
vida social". Ello implica, pues, cuestiones biológicas (crianza) y
propiamente sociales.
167
Figura 6.1. El acceso social a la extensión del yo.
1.La función de adaptación del individuo a las exigencias del grupo social.
168
5.Promover el progreso económico de la sociedad.
Prosigue este autor diciendo que en las funciones de la educación "hay que
empezar por mencionar las sociales, de modo que el pensar sólo en las metas
individuales constituye una actitud ilusa'.
Hoy, cualquier cosa que ocurra en el otro extremo del mundo afecta a todo
el sistema. Una sola pieza es capaz de trastocar el equilibrio, la armonía
ambiental. Es el tiempo de la globalización bien entendida.
169
Hay muchas cosas sustancialmente inamovibles en el planeta, pero los
avances científicos, los nuevos paradigmas, las consecuencias de la teoría de
la relatividad y de la dimen Sión cuántica de la realidad son, sin duda,
momentos cumbre en la historia que obligan, inevitablemente, a pensar de
manera muy diferente.
170
es uno más de esos elementos generadores de relaciones, como formando
parte de la biosfera, no menos cierto resulta que, lejos de un radical
antropocentrismo y de un ecologismo a ultranza, el hombre ocupa un lugar
especial. Todos los seres mueren, decía Pascal, pero sólo el hombre sabe que
muere, es decir, tiene conciencia de su transitoriedad.
Tal vez sea un pensamiento utópico, pero no cabe duda de que ha nacido
una nueva conciencia en estos sentidos y que, probablemente, camina hacia
su extensión a la humani dad. De ahí que de esta persona aislada en algunos
momentos históricos, se propugne ahora el sentimiento de unión y fomento
de las relaciones comunitarias y sociales, pasando del desarrollo personal al
desarrollo colectivo. Se trata, en suma, de entender la planetariedad como una
nueva categoría social en la que la participación se convierta en la vida
cotidiana del actuar, ya que, como afirma Gutiérrez (1994), "la condición
humana pasa inexorablemente por la vida cotidiana'.
171
deterioro ético y por una carencia de sensibilidad ante el mundo circundante,
en tanto que los valores tecnológicos, el materialismo y el hedonismo han
intervenido como elementos suplantadores o coadyuvantes de esa situación,
en algunos casos.
Sin embargo, ya los pueblos "primitivos", sin llegar a las alturas de los
astronautas, habían experimentado a ras de tierra análogas impresiones. Su
dimensión cósmica parece estar inscrita en su cultura y traducida en sus
rituales, en su trabajo cotidiano y en su específica cosmovisión. Hay una
conciencia ecológica, fruto, tal vez, de la intuición y de la educación no
formal que se ha adelantado a la concepción del llamado "mundo civilizado".
172
Caminar con sentido - repite Gutiérrez y Prado,(1999: 63) - es, sin más,
dar sentido a aquello que se realiza y, en concreto, al entorno que rodea al ser
humano. Su educación se convierte así en un proceso de elaboración de
sentido, mediante el aprendizaje, la formación de una conciencia integradora
de los moldes estereotipados y caducos.
Por ello, las perspectivas desde las que se aborde pueden ser diversas:
antropológica, psicológica, sociológica, histórica, ético-filosófica, político-
económica, jurídica o desde el campo de la salud (Novo, 1986: 72-77).
173
En el primer caso - que es el concerniente al objeto de la materia de este
libro-, la perspectiva antropológica es relevante. Sólo en el ámbito físico
piénsese en la influencia que en el proceso de adaptación y modificación del
ser humano tuvo el medio ambiente, los cambios climáticos, etc. (ibíd. 72). El
proceso de hominización no hubiera sido posible sin su concurso. Hay, pues,
al decir de algún autor (Morin, 1983: 230) "una ecodependencia, una
interdependencia entre la civilización y el ecosistema', en virtud de la cual el
entorno está inscrito en la propia identidad del ser humano. Se trata de
consolidar la articulación entre lo biológico y lo antropológico. "El
ecosistema - dice este mismo autor (1983: 229) - no ha sido un decorado, sino
un verdadero actor [de la] evolución [humana]".
Pues bien, sea o no sea así, es cierto que la visión del hombre está
experimentando cambios precisamente por esa nueva valoración respecto a su
entorno.
Hay una nueva concepción del universo y, por lo tanto, una nueva
concepción antropológica en la que el ser humano adquiere conciencia de su
dimensión planetaria.
Dice Ginardet (2001: 33-36) que "el destino humano está íntimamente
ligado al éxito o al fracaso de los lugares en los que vivimos [...1; no vivimos
en una civilización, sino en una movilización de recursos naturales, personas
174
y productos".
Todo esto representa una imputabilidad de los hechos al ser humano y, por
lo tanto, la exigencia de una responsabilidad.
• Ética y ambiente
175
éticamente neutros. La actuación del ser humano respecto a los no humanos
no adquiría ningún sentido ni relevancia ética.
Pero, hoy, la ética ve ampliado su campo a una esfera más lejana, con
nuevas dimensiones y responsabilidades, precisamente porque, como alguien
dijo, el futuro ya no es lo que era.
176
De ahí su importancia, especialmente en el mundo de la educación.
Una ciudad sostenible se organiza de manera que posibilite que todos sus
ciudadanos satisfagan sus propias necesidades y que eleven su bienestar sin
dañar el entorno natural y sin poner en peligro las condiciones de vida de
otras personas, ahora o en el futuro (Girardet, 2001: 38).
Pues bien, ante los problemas a los que la naturaleza se enfrenta, los
peligros, en definitiva, ha de tomarse conciencia de la responsabilidad del ser
humano. Jonas (1994: 17), de nuevo, ha enunciado un conocido principio, el
principio de responsabilidad, basado en una ética del respeto. Dice así:
"Preservar la permanente ambigüedad de la libertad del hombre, que ningún
cambio de circunstancias puede jamás abolir, preservar la integridad de su
mundo y de su esencia frente a los abusos de su poder".
Es cierto, por otra parte, que hay dos mundos contrapuestos: la ecosfera
natural (la envoltura de aire que rodea al planeta, el agua, el suelo, las plantas
y animales) y la tecnosfera (hecha por el hombre). Ambos, como afirma
Commoner (1992: 15), están en guerra. Pero ambos pueden - deben - estar en
paz. Y para ésta es necesaria la educación.
177
concepción del ambiente, como se ha dicho, ha dado un giro copernicano.
Este medio ha sufrido los emba tes depredadores del ser humano, en especial,
y éste sufre, a su vez, las consecuencias de sus acciones. "Existen pruebas
ineludibles - dice Commoner (1992: 44), refiriéndose al caso de Estados
Unidos - de que el masivo esfuerzo nacional para restaurar la calidad
ambiental ha fracasado." Ello no obstante, no significa que haya desaparecido
la conciencia ecológica, sino todo lo contrario... aunque subsista el problema.
Decía Fien (cit. por Mesa et al. 1994) que "la propuesta de la Educación
para el desarrollo es promover la justicia social, cambiar el mundo, etc.".
178
education) con una iniciativa incitadora a la formación y a la acción.
Entre los enfoques de esta nueva educación - unos más restringidos, otros
más amplios-, figuran cuestiones en las que se destacan las interrelaciones
entre medio ambiente, desarrollo y subdesarrollo, tratados de manera global.
179
emprender la acción del desarrollo. El campo era ambicioso y global: luchar
por la igualdad de derechos de los pueblos, establecer la paz, utilizar
abundantemente los recursos naturales, cuidar el ambiente y todo aquello que
contribuyera al desarrollo en su sentido más amplio.
180
continua relación e imbricación con el ser de los otros.
181
Diversos autores (Nassif, 1984: 37-38) definen la educación como una
ayuda adaptativa al medio. El ser humano se incorpora al medio, es cierto,
pero en este contacto no lo transforma, sino que, en una interrelación
dialéctica, se transforma él mismo.
Pues bien, educar para convivir en este ambiente es tarea que puede
realizarse desde ámbitos diversos, tales como el formal, el no formal y el
informal, modalidades todas ellas complementarias y no excluyentes (Novo,
1995). Pero, como dice la autora citada, la educación ambiental debe ser
integrada en el currículo no como una simple adición, sino de una manera
mucho más radical y estable.
182
La calidad de vida, tendencia del ser humano, como ya dijera Aristóteles
refiriéndose al bien, es proporcional a la proximidad con la naturaleza y con
su disfrute. Precisamente esa cultura de sostenibilidad necesaria y de la que
tanto se habla en este tiempo es lo que impulsa al ser humano a seleccionar
en su vida aquello que realmente es sustentable y a marginar y rechazar
aquello que no lo es.
Junto a los más firmes valores de la humanidad que razón y tradición han
conservado, han surgido en los tiempos actuales otros valores que descubren
nuevas facetas del ser humano, nuevas concepciones de la vida en general.
Son aquellos valores de carácter sociológico que, como dice Marín (1993:
84), "en un momento dado se van generalizando, a los que dan prioridad las
nuevas generaciones y que se acaban imponiendo". La naturaleza, en su
comprensión más reciente, se descubre como un valor emergente. Ya no es
algo separado del hombre, ajeno hasta cierto punto, explotable y explotado.
La naturaleza se presenta como un valor aceptado por algunos movimientos
sociales que la sitúan entre los primeros lugares de las nuevas valoraciones
emergentes.
183
abrir y trabajar los espacios en la cotidianidad", decían Gutiérrez y Prieto
(1994: 14). Abrir espacios es, pues, educar.
Todo ello implica una convergencia armónica con la tierra viva. Las
culturas indígenas han definido siempre a sus componentes humanos como
parte del conjunto de la naturaleza. Los nuevos paradigmas parecen caminar
ahora con la recuperación de la armonía perdida, "vivir poéticamente y vivir
para vivir" (Morin, 1993: 142).
184
acción local y evitando la mirada fragmentaria que durante tanto tiempo ha
regido. Se impone, por lo tanto, un pensamiento integrador y, muy
especialmente, un partir de la cotidianidad hacia los problemas globales en
cuanto pensamiento, teniendo siempre presente la dimensión planetaria.
Este sentido puede descubrirse realizando una acción a través del amor o
por la vía del sufrimiento.
185
6.5.3. Punto de encuentro: el ser humano
186
compuesto; la búsqueda de sentido, que exige una investigación pedagógica
orientada; y la relación con el ambiente.
"La escuela del porvenir - sigue diciendo (1973: 241) - deberá hacer del
objeto de la educación el sujeto de su propia educación; del hombre que
soporta la educación, al hombre que se educa a sí mismo."
RESUMEN
187
sostenible, la consideración de la naturaleza como valor emergente y los
espacios para el aprendizaje. Todo ello percibido bajo el prima
antropológico-educativo.
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
188
P.Soler Puigoriol (1966), en un libro dedicado a exponer el
pensamiento antropológico de P Laín Entralgo, refiriéndose al cuerpo
como elemento esencial de la persona humana dice entre otras cosas:
"Nuestra libertad la concebimos como facultad de elegir, y esta
elección no la podemos entender como instalada en el vacío, sino en
compañía de otros seres. El propio cuerpo y el mundo circundante
son compañeros inseparables de nuestro viajar. El cuerpo, aunque
permanezca a nuestra esencia, es también el comienzo de `lo ajeno';
es nuestro ser, pero es también un poco lo otro. El cuerpo es, sin
duda, el colaborador que de modo más inmediato nos ayuda en la
construcción de nuestra vida terrena; tan inmediato, que es a un
tiempo director de la vida terrena; tan inmediato, que es a un tiempo
director de la obra - pertenece a mi yo - e instrumento que condiciona
nuestro obrar" (p. 53).
189
Platón y en general todos los idealistas infravaloran o incluso niegan el
elemento corpóreo del hombre. Por el contrario, los materialistas (de todo
cuño) ven en el cuerpo el único elemento humano real. Si nos situamos en un
término medio entre los extremos de esta antinomia, afirmaremos que el
hombre es un ser corporal, pero no sólo corporal; el cuerpo no es un fin
humano en sí, o absoluto, sino elemento y medio de unos fines humanos
superiores.
CONCEPTOS CLAVE
190
Patrística. Conjunto de los escritos de los autores cristianos más
significativos de los primeros siglos de nuestra era.
Del hombre, del ser humano se ha escrito hasta la saciedad y, sin duda, se
seguirá escribiendo y hablando hasta el fin de los siglos. Él es el autor y el
receptor de cuanto existe: es el eje del mundo, el axis mundi. Esto parece
indiscutible. Otra cosa es preguntarse quién es el hombre, cuál su origen, cuál
su esencia y qué le es dado esperar. De ello se han ocupado antropologías de
diverso corte, especialmente filosóficas. Aquí y ahora interesa,
fundamentalmente, verlo desde la perspectiva de la educación, aunque la
constelación en que ésta se inscribe precise, muchas veces, de vertientes
culturales, físicas, metafísicas, etc.
191
Se trata, pues, de enmarcar al ser humano en el seno de una biología que,
sin suscribir posturas netamente biologistas ni organicistas - que reducen el
hecho educativo a manifestaciones del desarrollo orgánico-, informe sobre el
sustrato biológico que subyace en toda modificación educativa.
Para ello, habrá que proceder, en primer lugar, a dar cuenta, aunque sea
someramente, de la complejidad del hombre, de su composicion, de cómo
conjugar la unidad con la multiplicidad, real o aparente, y, sobre todo, de la
consideración del ser humano como persona.
La fórmula más natural y más socorrida por las distintas corrientes ha sido
la de considerar al ser humano como compuesto de, al menos, dos realidades
192
distintas: por una parte, lo somático, lo biológico o físico y, por otra, lo
anímico o espiritual. De alguna manera, todo ello nos lleva directamente a la
concepción del ser humano como persona que, para algunos (Stern, 1938:
70), "es una totalidad viviente, individual, única que persigue determinados
objetivos y aunque es completa en sí misma se abre al mundo que la rodea".
Se dijo en otro lugar (Bouché, 1993: 50) que "el hombre no sólo está
compuesto de materia y espíritu, sino que es y se siente cuerpo en primer
lugar, si bien no todo lo que hay es cuerpo, como defendieron, en ocasiones,
estoicos y epicúreos, ni el cuerpo es en último extremo espacio lleno" como
pretendiera Descartes. Su vivir en el mundo remite a la existencia de una
herencia genética irrenunciable que está ligada al ambiente y a la cultura, por
supuesto. Este cuerpo puede ser entendido como el cuerpo-para-mí con toda
la dificultad que esto entraña; pero también puede ser percibido como el
cuerpo-para-otro, es decir, conocido y utilizado por el prójimo (Sartre, 1972:
442). "Conozco mi cuerpo - decía Sartre (447)por medio de los conceptos del
prójimo", lo cual implica distintos modos de ser cuerpo.
Así, los jíbaros ecuatorianos poseen tres almas con sus específicas
funciones. Para los yaqui (tribu amerindia del grupo pimanahua de México),
193
el hombre está dividido en ocho partes, que denominan "la realidad del
monismo" (razón, habla, voluntad, el ver, el soñar, el sentir, el tonal y el
nagual) (Cotuá, 1999: 12-13).
194
realmente-es, como añadiría Kierkegaard. Pero ser uno mismo no es tarea
fácil: "Una persona es un proceso de transformación, no una entidad fija y
estática... Su quehacer es constantemente procesual, la búsqueda del sí mismo
es interesante a través de la apertura al mundo, de su dialogicidad, que le
permite la autoconciencia del yo personal que se construye como tal desde la
realidad del mundo" (Escámez, 1981: 25).
195
Figura 7.1. Núcleos del ser humano (adaptado de Dienelt).
196
educativo se produce siempre una modificación de conducta.
b)La organicidad es "lo que nos hace capaces de aprender; nuestro vivir, lo
que nos obliga a cierto aprendizaje; y nuestra condición personal, lo que
caracteriza diferencialmente al específico aprendizaje humano".
c)La biología humana hace posible una educación diferenciada con las
variaciones que facilitan la educación o bien la limitan. Ello remite, en
su caso, a una biopatología de las deficiencias psicopedagógicas.
197
No cabe, pues, la menor duda de que hay una estrecha relación entre la
biología y la pedagogía, extremo éste que ya tempranamente había
vislumbrado Hubert (1980: 20-21) al plantear la exigencia del estudio de la
"biología general y humana [...], la biopatología, la biología educativa [...],
que constituyen la primera capa de conocimientos científicos para el
educador", así como el problema de la herencia, el crecimiento, el desarrollo,
etc., que de la biología se derivan.
El ser humano está dotado de un cuerpo, sujeto a las leyes del desarrollo,
mucho más amplias que el estricto sentido anatómico y fisiológico. El
conocimiento de, al menos, las grandes líneas del desarrollo es necesario para
el pedagogo que pretende coadyuvar en la tarea de la madurez de los sujetos.
198
Con mayor concreción, la pedagogía ha de estar abierta al estudio
biológico de quien es objeto de la educación. Ello llevaría al estudio de
cuestiones tan vitales como la herencia, el crecimiento personal o el medio
físico.
199
desde el comienzo. Y aunque es cierto, como comenta García Hoz (1981:
157), que la biología no puede explicar todo hombre, sin ella el ser humano
no puede ser comprendido.
Cuando se habla del cuerpo suele hacerse de una manera general, pero
parece muy diferente referirse al cuerpo del niño o del adolescente, del
hombre maduro o del anciano. Cada uno tiene sus peculiaridades y a ellas, en
una perspectiva pedagógica, hay que atender también de manera distinta.
200
Sin ánimo de retroceder hasta épocas remotas, Platón habla ya muy
concretamente del compuesto cuerpo-alma en el hombre como de dos
realidades temporal y sustancialmente distintas y aun opuestas.
Temporalmente, porque el alma es anterior al cuerpo, es simple e inmortal,
responsable de una "prevaricación", allá en el Mundo de las Ideas, que le
obligó a una unión accidental - una especie de mezcla y no de combinación
química - con el cuerpo. Éste, en cambio, es material y perecedero, inferior
en todos los sentidos y, en cierto modo, despreciado por el filósofo.
"Desembarazados de la insensatez del cuerpo", dice en Fedón.
201
primitivas, como los indios del Bajo Fraser (Frazer, 1974: 218), creen en la
existencia de cuatro almas en el individuo: una como materializada y las otras
tres como sombras o espectros de ella. Los bri-brís talamanqueños (Costa
Rica) piensan también que tienen dos almas. Es la contribución de la
diversidad.
"Los mitos bri-brí expresan que Sibó trajo las semillas de maíz de las
cuales descienden" (Bozzoli, 1986). "Cuando Sibó nos creó al principio -
añaden Ch. González y V.González, 1994) - nos trajo de semillas de maíz en
202
una canasta, envuelta con hojas."
Queda claro, pues, que tanto en los mitos como en el pensamiento racional
el ser humano contiene en su naturaleza una parte corporal y otra, u otras, de
carácter no material, llámese alma o espíritu. En este apartado interesa
referirse a la primera, al cuerpo.
203
Más tarde, la concepción cristiana, aunque en otro sentido, se adhiere a
este dualismo y distingue entre "el cuerpo como carne trascendente", imagen
del Creador, "como sujeto de comunicación" y como "condición pecadora",
alejamiento de Dios.
Así pues, las concepciones han sido diferentes según las épocas y también
según los distintos "cuerpos". No ha sido igual la valoración para el cuerpo
del niño que para el del adolescente, joven o anciano.
204
Pero, es verdad, como se ha dicho anteriormente, que la biopedagogía
trata expresamente de la dimensión corpórea como objetivo de la educación.
Mas, educación, ¿para qué cuerpo, para qué dimensión corpórea? Este es el
problema.
205
relegada en determinados momentos históricos, ha condicionado la vertiente
educativa.
206
Ahora bien, surge de nuevo el problema de siempre cuando se pregunta
"qué cuerpo educar y cómo hacerlo" (Gervilla, 2000: 146). No se trata tan
sólo de la incorporación de la educación física en el currículo escolar, por
ejemplo - cosa que se ha hecho en diversos momentos históricos-, sino de
considerar "en qué cuerpo políticamente conviene educar" (ibíd.).
Parecer ser, pues, que se trata del "cuerpo biológico, dinámico, ecológico,
afectivo-social e instrumental' (Gervilla, 2000: 161), objeto de la educación.
Sin duda, como dice el autor citado, queda silenciado el cuerpo estético, ético
y trascendente.
207
Figura 7.2. Educar para "distintos" cuerpos (adaptado de Gervilla).
208
posee la información necesaria para producir un RNA funcional que da lugar
a una proteína; es decir, es la unidad de información genética. Y el genoma es
el conjunto de genes heredados de los progenitores. Pero, profundizando en
sus consecuencias, se abre un amplio espectro de perspectivas que afectarán,
sin duda, a un ámbito generalizado del hombre. El mapa del genoma humano
es, pues, como una panorámica de la evolución.
209
compañías aseguradoras, póngase por caso, con interés predictivo y, por
supuesto, con efectos directos en el receptor o beneficiario.
Pues bien, llegados a este punto puede preguntarse el lector: ¿y qué tiene
que ver todo esto con una antropología de la educación?
210
clínicos y ver de qué manera este nuevo conocimiento puede ser interpretado
bajo las distintas perspectivas éticas, filosóficas, teológicas, antropológicas,
pedagógicas, etc.
211
creciente, deja ver un panorama desconcertante, pero no por ello imposible de
controlar. Aprender a ser humanos (éste es el título de un libro de García
Amilburu) no resulta fácil si se carece de lo básico.
RESUMEN
212
b)Relacionar la composición del hombre, según Aristóteles, con la
concepción cristiana.
213
-Buenos días - dijo el principito.
El principito. A. de Saint-Exupéry
214
al futuro.
Todo ser vivo es un ser temporal, pero entre todos ellos el ser humano es
el único que es consciente de esta realidad. Vive su presente, fruto claro de su
pasado, a la vez que se proyecta hacia un futuro, propone planes, proyectos...,
nuevas posibilidades que dan sentido a su realidad actual. Por otro lado, no
hay duda de que el hombre camina y cambia al compás de los tiempos. Está
sujeto a su tiempo biológico, a la vez que al tiempo histórico en el que está
inserto. Está marcado por el tiempo en todos los órdenes vitales, pero
también es capaz de influir en él (Bouché, 1998).
215
En el ámbito educativo, el tiempo también ha sido un referente constante a
lo largo de la historia de la pedagogía. En primer lugar como principio
organizador de toda la tarea educativa, como un elemento objetivo a partir del
cual se planifica la instrucción. Sin duda, el tiempo objetivo sigue siendo un
criterio esencial en la organización de todo proceso de enseñanza-
aprendizaje. Pero, poco a poco, está cobrando mayor fuerza la consideración
del tiempo subjetivo, del tiempo antropológico, psicológico, social, cultural,
etc., a partir del cual cada educando va elaborando su propio modo de ser al
ritmo de su crecimiento. La conjugación de los diversos ámbitos temporales
en una unidad promotora de desarrollo madurativo es, tal vez, uno de los
retos más significativos para la pedagogía en la actualidad.
CONCEPTOS CLAVE
216
Tiempo socio-cultural. Representación colectiva y relativamente
homogénea de tiempo entre los miembros de una sociedad.
217
específicos de cada edad, etc. (cambio accidental).
218
En este sentido hablamos del carácter procesual de toda existencia y de
toda acción, ese carácter continuo y constante de una acción que comienza en
un momento determinado y se proyecta hacia el logro de un objetivo previsto.
Esa continuidad de sucesos tiene siempre una dirección, una intencionalidad
que puede ser observable, medible de una forma u otra.
219
En el orden psíquico, al influir en su desarrollo aspectos subjetivos, la
concreción de la temporalidad se concreta como duración. Un suceso, un
cambio, un acontecer puede tener distintas duraciones, ya que van a incidir en
ello las disposiciones subjetivas de cada sujeto. Este proceso es exclusivo de
los seres humanos. Su vivencia cambia radicalmente entre unos y otros, ya
que depende del estado afectivo del individuo en cada momento concreto. Un
mismo tiempo para unos puede "pasar volando" y para otros "estirarse
lentamente", pareciendo que nunca llegará a término.
Por otro lado, el ser humano es corporal, tiene y es cuerpo. Nadie puede
actuar al margen de esa realidad corporal que va a marcarnos unos ritmos,
unas exigencias, unas posibilidades específicas a las que debemos atenernos.
220
Todas ellas responden a unos ritmos temporales, a unos ciclos vitales que
componen lo específico de la naturaleza humana, lo que nos exige saber vivir
cada momento en su ritmo natural, actuar de acuerdo con la naturaleza, con
nuestro propio cuerpo, cuestiones que únicamente se aprenden a través de:
221
proceso vital siempre se desarrolla sobre una estructura biográfica. Ahora
bien, esta misma estructura es la que le permite situarse por encima del
tiempo. Es decir, a nivel físico no puede eludir las leyes temporales, está
sujeto a ellas. Pero si pasamos a considerar las acciones del hombre en cuanto
ser inteligente (inteligencia, voluntad, afectividad...), éste puede encauzar y
dirigir en cierta medida esas mismas leyes temporales. Mélich (1993) afirma
que no existe presente ni futuro sin el punto de partida que nos da el pasado,
pero sin duda el futuro es el que hace posible que nos constituyamos como
existencia. En este sentido, cada ser humano no se limita a vivir, sino que
realmente está "haciendo historia". Así, entendemos que no somos
observadores de la historia, sino que cada uno está participando realmente en
la historia, que, de un modo u otro, constantemente intentamos comprender
(Gadamer, 1995). Está involucrado en el paso de su propia temporalidad, que,
a la vez, incide y se interrelaciona con la temporalidad de los otros individuos
que conviven y coexisten con él. Entre todas estas temporalidades se "hace la
historia".
222
nuestros propios ciclos vitales cronológicos, ni los ritmos naturales
específicos como ser humano, así como de todos los elementos que nos
rodean y en los que vivo y con los que convivo. Sin duda, estamos ante el
primer referente de todo ser humano.
•Lograr, en definitiva, que su propia biografía sea algo con sentido y con
un valor, en el que el presente esté engarzado al pasado, que le está
dotando de ese sentido y unidad, proyectándose hacia el futuro en una
propuesta unitaria (Yepes, 1996).
223
Estructura del tiempo de uno mismo
224
A lo largo de todo este proceso, la memoria juega un papel esencial ya que
es la que va a proporcionar unidad a todas estas acciones. Gracias a ella es
posible narrar la historia, la biografía de cada uno, aportando el por qué y
para qué de cada acción dentro de una unidad. A las preguntas usuales sobre
quién eres, qué ocurrió, etc., la memoria aporta los elementos necesarios para
construir cada identidad. Bárcena y Mélich (2000) explican cómo la memoria
no es una caótica yuxtaposición de fragmentos, sino que gracias a ella
encontramos sentido a los hechos pasados al iluminarlos, esclarecerlos,
aunque también existe el riesgo de cambiarlos. Resulta obvio que los
recuerdos dependen siempre de cómo hemos vivido esos acontecimientos,
nunca serán réplicas exactas de los mismos. De ahí que la formación de la
memoria sea relevante desde el punto de vista emocional. "Pensar el tiempo
es recordarlo, es prestar atención, es esperar. La pregunta entonces es: ¿en
qué consiste la experiencia humana de un aprender como experiencia
instalada en la temporalidad? Será un aprender la experiencia vivida como
aprendizaje de la memoria; un aprender la experiencia un aprendizaje de la
relevancia y un aprender la experiencia posible como un aprendizaje del
porvenir" (Bárcena y Mélich, 2000: 154). La memoria se convierte así en la
conservadora de valoraciones y acciones propias, clave para consolidar
nuestra identidad. Ahora, ésta cobra también toda su fuerza y sentido en la
medida en que cada uno, partiendo de lo que la memoria nos proporciona, es
capaz de proyectarse al futuro en un continuo desarrollo perfectivo.
225
capaz de amar, de crear, de esperar está aportando elementos que trascienden
al propio tiempo y que están llamados a permanecer. Al proponer metas
futuras está superando también esas barreras temporales y este sentido de
futuro es el que está contribuyendo al perfeccionamiento del hombre, el que
está aportando la posibilidad de la educación (Yepes, 1996).
226
alcanzamos" (Pérez Alonso-Geta, 1993: 63). Pero esta misma capacidad de
planificación y economía del tiempo nos ha llevado a que este mismo hombre
se encuentre dominado por él. La angustia, la depresión y el estrés son
patologías propias del ser humano contemporáneo derivadas de la presión
social del tiempo, de un no saber dominar esa circunstancia.
Por otro lado, resulta obvio que cada persona debe aprender a construir su
propia cronología temporal (Pérez Alonso-Geta, 1993), lo que le va a ir
dando la configuración de su identidad. Hablamos de construir el tiempo de
uno mismo, que deberá estar enlazado, indudablemente, con el tiempo social
del grupo en el que estamos enclavados, así como con el tiempo de los otros.
Ahora, dentro de todos estos presupuestos, un elemento determinante para la
configuración de la identidad de cada individuo es la organización social del
tiempo, de la que encontramos varias propuestas en la actualidad. Resulta
sintomático que la mayoría de estas distribuciones exponga cada uno de estos
tiempos como elementos antagónicos y no como partículas que configuran
esa necesaria unidad temporal. Todos estos ámbitos diferentes se están
viviendo por la misma persona, por lo que la fragmentación necesaria del
tiempo no puede perder la idea de unidad: todo está al servicio de esa persona
concreta, que vive en y con el tiempo, y que debe ayudarle a desarrollarse, a
alcanzar su plenitud (Ruiz Corbella, 1995):
227
diferentes espacios temporales como realidades antagónicas, sino que,
independientemente de una división u otra, lo que no podemos perder de vista
es que el tiempo es una unidad que nosotros fragmentamos para organizarla y
llenarla de actividades en vista a las necesidades e intereses personales y
sociales. Ahora bien, no existe un tiempo vacío, aunque nosotros lo podamos
vaciar o dotar de un "sin sentido". Lo que no podemos olvidar es que siempre
organizamos el tiempo en base a nuestras necesidades vitales, nuestras
obligaciones y nuestros intereses, atendiendo los condicionantes que
tenemos. Pero todos estos ámbitos diferentes se están viviendo por la misma
persona, por lo que la fragmentación necesaria del tiempo debe estar
planteada de modo unitario. Cada uno tiene un pasado, unas obligaciones,
unos intereses, etc., a partir de los cuales va a vivir el presente y se proyectará
al futuro, no de forma determinante ni lineal, pero sí condicionado y
fundamentado por ellos. Cómo señalan Bárcena y Mélich (2000), del pasado,
de nuestras obligaciones, etc., podemos huir o aprender, pero esa huida sólo
nos proporcionará frustración. En cambio, el aprendizaje y la aceptación de
esta realidad nos ayudarán a cuidar el presente y asegurar un porvenir mejor.
228
Cómo resulta lógico, donde actuamos es en el presente, pero es en él
donde coexisten pasado y futuro. Ahora bien, el presente debe estar
fundamentado en planes y proyectos, debe estar dirigido por la previsión, la
intencionalidad, la dirección. Sin todo ello, nuestro tiempo estaría condenado
a la improvisación, que, en definitiva, nos lleva a ese "sin sentido" (Pérez
Alonso-Geta, 1993).
•El trabajo.
229
Tiempo como unidad
230
este tiempo, se establecen el calendario escolar, la organización en etapas,
ciclos y cursos, la adscripción cronológica a cada curso, etc.
231
cada sociedad. Elemento que condiciona la vida dentro de cada entorno
social. Así, al vivir en una sociedad determinada, necesitamos, para poder
vivir en ella, conocer y manejar su concepto de tiempo, ya que es un
elemento decisivo de adaptación social. Todo tiempo sociohistórico es una
representación colectiva y relativamente homogénea de tiempo entre los
miembros de cada sociedad. Cada civilización tiene su propia cultura
temporal, evoluciona con los tipos y naturaleza de actividades, prácticas y
estilos de vida asumidos por cada miembro. En este sentido, "la tradición es
el conocimiento de que dispone la conciencia epistémica de la educación para
hacer desplegar su historicidad. La tradición no es en modo alguno - frente a
lo que pudiera suponerse - una simple herencia del pasado ritualizado en el
presente; la tradición sirve a la conciencia educadora para crear e innovar el
futuro [...] e inteligir y hacer accesible al conocimiento representativo el
tiempo presente" (Romero, 2000: 90).
Tiempo
232
Esta específica temporalidad del ser humano hace que pueda hablarse de
proyectos y que la educación como fenómeno vital sea considerada como un
proceso que se da a lo largo de toda la vida, nunca como algo cerrado o
definitivo en un determinado momento. Antes se entendía la educación como
algo propio de una edad - infancia/juventud - y que se terminaba al acabar
unos estudios, al incorporarse al mundo del trabajo. Ahora se insiste en que la
educación no termina nunca, a la vez que es algo obvio que nunca podremos
decir que ya estamos suficientemente desarrollados, que ya somos seres
maduros. La educación es un proceso permanente en la vida de todo
individuo, ya que "es la idea de educación permanente lo que ha de ser al
mismo tiempo reconsiderado y ampliado, porque además de las necesarias
adaptaciones relacionadas con las mutaciones de la vida profesional, debe ser
una estructuración continua de la persona humana, de su conocimiento y sus
aptitudes, pero también de su facultad de juicio y acción. Debe permitirle
tomar conciencia de sí misma y de su medio ambiente e invitarla a
desempeñar su función social en el trabajo y la ciudad" (Delors, 1996: 20).
De esta manera, la educación es proyecto, es una tarea que debe estar
presente a lo largo de toda la vida, proceso que no termina nunca y que
permite ordenar las distintas etapas, preparar las transiciones, diversificar,
valorizar las trayectorias vitales de cada sujeto (Delors, 1996).
233
ante una tarea que exige necesariamente una planificación común para todos,
a la vez que es capaz de atender al ritmo madurativo de cada uno, con todas
sus implicaciones, que ayuda a cada educando a integrarse en la sociedad en
la que vive. Aportarle los elementos necesarios para ser, conocer, hacer y
convivir. "A este proceso deben contribuir todos los momentos de la vida y
todos los ámbitos de la actividad humana, a fin de que el desarrollo pleno del
individuo coincida con la participación en la vida en sociedad. La educación,
sin límites temporales ni espaciales, se convierte entonces en una dimensión
de la vida misma' (Delors, 1996: 125).
234
mañana hasta que lo franquea de nuevo por la tarde, desde que
comienza el curso hasta que se acaba y desde que se inician sus
estudios profesionales hasta que se obtiene la calificación laboral
ansiada (Fermoso, 1993: 154).
235
•Racionalización y coherencia, ya que toda distribución temporal debe
ajustarse a la realidad en la que se está llevando a cabo.
236
Ante esta realidad, resulta evidente la necesidad de la educación tanto a
nivel individual como social. En cuanto a lo primero, se pretende el logro del
desarrollo integral de cada persona y, en relación a lo segundo, se trata de
garantizar la consolidación de sociedades más justas y solidarias. Gracias a la
educación logramos el desarrollo pleno de las capacidades del hombre, que
de otra forma no sería fácil alcanzar, a la vez que se pretende la integración
de cada individuo en la sociedad en la que vive, como miembro activo y
responsable que debe ser. Sin duda, la educación presta el mejor servicio al
hombre: ayudarle a madurar, hacerse consciente de sí mismo y ser capaz de
autodeterminar su propio proyecto de vida en acciones libres y responsables
(Bokelmann, 1980) a lo largo de toda su vida.
237
•La aceptación de las diferencias como fuente de enriquecimiento.
238
de la educación (Diez Hochleitner, 1992), claves de su tarea humanizadora.
RESUMEN
Todo ser vivo es un ser temporal, pero entre todos ellos el ser humano es
el único que es consciente de esta realidad. Vive su presente, expresión de
su pasado, proyectándose hacia su futuro de forma constante e irreversible.
Toda existencia, toda acción presenta un claro carácter procesual que
comienza en un momento determinado y se dirige hacia el logro de un
objetivo, ya sea de forma consciente o inconsciente.
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
239
a)Observe e intente concretar los rasgos temporales que condicionan
nuestra sociedad actual.
240
Tanto la planta como el hombre se van haciendo en interacción con
el medio. Pero el medio de la planta y el medio del hombre no son
iguales, como no lo son sus respectivos modos de hacerse. A aquélla
la vida se le da hecha; el hombre tiene que ir haciéndosela por sí,
"instante tras instante, en perpetua tensión de angustias y alborozos,
sin que nunca tenga plena seguridad sobre sí mismo" (Ortega y
Gasset, 1982). Es una consecuencia más de la desespecialización del
hombre como ser que carece de un proyecto de ser previamente
fijado. Esa misma desespecialización es la que hace de él un ser
cultural, un ser que tiene que suplir con cultura su inacabamiento y
desvalimiento natural, y en el que el hacerse lo es siempre en un
entorno cultural. En el hombre, "lo natural" está intrincadamente
ligado a "lo cultural".
241
G.Jover (1998, 145-146).
242
capacidades que le permiten transmitir sus pensamientos e ideas" (Sacristán,
1989: 42).
CONCEPTOS CLAVE
243
9.1. La educación como proceso relacional
244
que desarrolla sus propias posibilidades.
A partir de esta idea destacamos que una acción humana está compuesta
por todos aquellos procesos racionales y libres, que generan cambios,
producidos por la intervención de un agente (Touriñán, 1984). Si leemos con
detenimiento esta idea, comprobamos que en ella están implícitas las
siguientes características (García López, 1986):
245
Con todo esto podemos ya concretar que educación es una acción de
personas, entre personas y sobre personas (Gimeno Sacristán, 1998), por lo
que se logrará únicamente a partir de una auténtica relación personal. La
simple información o instrucción no conlleva educación. Para que ésta se dé
es necesario que se genere comunicación, fundamento de toda relación
educativa: el contacto con el otro debe trascender el dominio de la simple
información. De aquí arranca la necesaria relación e interacción educativa,
que se define como esa comunicación dinámica que se produce dentro del
proceso educativo entre un educador y un/os educando/s y la acción directa
que desarrollan entre sí. Es un auténtico proyecto en común que profesor y
alumno/s llevan a cabo orientado al logro de unos fines formativos. Ahora
bien, este proyecto en común "no hace sino subrayar la condición activa del
sujeto de educación, el educando. Condición sin la cual la educación no es
posible, que sin embargo no niega, sino que más bien solicita la intervención
del educador, como alguien que puede y debe ayudarle a educarse" (Jover,
1991: 146). González (1995) expone gráficamente esta comunicación entre
educador y educando en la figura que aparece en la página siguiente.
246
9.2. La comunicación intersubjetiva, clave de la relación educativa
247
Ahora, ¿qué significa comunicación? Etimológicamente procede del latín
cum + munus: participación de algo en común, que origina el significado
actual de este término en el que se entiende como participar en la vida y
bienes de otro, hacer partícipe de nuestra vida y de nuestros bienes. También
se refiere, en el uso más conocido de este término, a transmitir unos datos,
conocimientos, señales, etc., de un emisor a un receptor.
248
aplicadas sobre un concreto tipo de medio semiótico: signos verbales, escritos
o gestuales" (Pérez, 1999: 291). Este mismo autor presenta dos tipos de
comunicación fundamentales que se dan en la especie humana, que la
diferencia radicalmente de los otros seres vivos, a la vez que abre
posibilidades insospechadas para su desarrollo tanto a nivel individual como
grupal. Se refiere a la comunicación biológica, gracias a la cual toda especie
transmite a sus individuos los rasgos propios que la definen como tal. Y la
comunicación cultural, en la que ya intervienen elementos significativos
como es la intencionalidad, en la que el sujeto transmite a otros unos
determinados contenidos (conceptuales, procedimentales y axiológicos), con
el fin de perpetuar una cultura, abrir nuevas perspectivas, ayudar al desarrollo
de ese individuo específico, etc.
249
•Objeto. Puede ser un conocimiento, un valor, una vivencia, la misma
persona...
Unidad y diversidad son las dos caras de la misma moneda. Todo proceso
comunicativo se fundamenta en la unidad de sus participantes a la vez que
debe mantener la diversidad de los mismos. La riqueza de esa comunicación
estriba en el logro de ese encuentro entre emisor/es y receptor/es, enraizado
en la consolidación de la diversidad de cada uno de ellos. No se trata de
anular, eso sería manipulación, sino de lograr el encuentro en diferentes ámbi
tos. La comunicación no se realiza sin que la propia identidad comunique con
otra igual a mí, ya que sólo el otro puede corresponder y permitir que exista
algo en común. Que ambas identidades sean diferentes es lo que permite
hablar de comunicación. Ahora bien, a la vez, en la comunicación ambas
llegan a unificarse de algún modo (Medina Rubio y Rodríguez Neira, 1988).
Apertura, ya que es un rasgo específico del ser humano que reside, por un
lado, en las características biológicas y psicológicas que lo posibilitan y, por
otro, le da la capacidad de salir de sí mismo y encontrarse con la realidad que
le rodea, con los otros individuos. "El hombre se realiza mejor cuanto más
sale de sí, trasciende su propio ser. El origen de la educación puede
explicarse precisamente por esa cualidad de la persona, por su deseo
profundo de trascenderse, de salir de sí para conocer la verdad y conformarse
con ella" (Medina Rubio, 1992: 44).
250
comunicación. "Ya no se necesita estar alejado de los demás para
experimentar soledad, sino que ésta se siente de manera amargamente aguda
rodeado de otros hombres" (Jover, 1991: 99).
251
a conocer y comprender mejor a nuestros alumnos. Lógicamente debemos
profundizar en el contenido y posibilidades de cada uno de estos canales,
pero será la interacción entre todos ellos lo que nos dará realmente el sentido
y significado de cada mensaje. Es un grave error centrarse en uno solo de
estos aspectos, ya que ninguno de ellos por sí mismo explica y fundamenta la
complejidad de cada mensaje. En consecuencia, a la hora de observar
cualquier acción comunicativa deberemos atender y valorar simultáneamente
los siguientes canales de comunicación:
252
El problema en que se puede incurrir con la comunicación verbal es el
poder convertirla en un monólogo, el no saber qué contenidos transmitir y
caer, por ello, en el verbalismo o charlatanería, centrándose exclusivamente
en la comunicación cognitiva como simple transmisión de datos. Por otro
lado, hay que tener claro que la comunicación verbal no recoge su pleno
significado si no se analiza junto con la comunicación no verbal. "La palabra
es el medio esencial de realización comunicativa. Aun en el caso de la
comunicación personal, la percepción afectiva va a caballo de la palabra. [...]
En la actividad de la enseñanza hay que decir cosas, pues tal es su finalidad,
la finalidad informativa. Pero en educación importa tanto esa información, la
objetividad que se presenta, como la presencia de las subjetividades. En el
fondo se plantea si la comunicación, la enseñanza en un sentido amplio se
resuelve en algo más que palabras" (Naval, 1995: 55).
253
la totalidad, ni siquiera la mitad del mensaje. Es decir, el significado del
mensaje está contenido siempre en el contexto y nunca en un solo
movimiento aislado del cuerpo o en una palabra, que dependiendo de los
elementos paraverbales, no verbales y contextuales puede variar totalmente
su significado.
254
didáctico y al orientador:
Por último, también queremos resaltar las dos posturas que encontramos
ante la comunicación dentro de cada aula, y que condicionan, como resulta
255
obvio, los estilos de enseñanza (Pérez, 1999). Todo educador adopta su tarea
dentro del aula desde una postura comunicativa unidireccional o
bidireccional. En el primer caso, reduce su tarea simplemente a enseñanza,
mientras que en el segundo caso estamos abordando ya la educación en toda
su complejidad.
Ahora, ¿cuáles son las condiciones que deben darse para poder considerar
como educativa cualquier comunicación que se establece? Lógicamente, ésta
está condicionada por las exigencias específicas de la tarea instructiva
(materia, contexto, proyecto educativo, etc.), así como por las características
propias del sujeto receptor de esa educación (edad, estilo de aprendizaje,
etc.). Teniendo en cuenta ambos factores como punto de partida, para que se
logre una comunicación educativa, ésta deberá cumplir las siguientes
condiciones básicas (Castillejo et al., 1988):
256
•Inteligible, ya que debe adecuarse la información que se transmite al nivel
y etapa evolutiva del alumno, a la vez que saber utilizar correctamente
los diferentes canales de comunicación.
257
9.3. La relación educativa. Características y límites
258
Para que se dé una relación educativa, ésta debe cumplir una serie de
características que la define como tal. Analizar cada una de ellas nos llevará a
comprender mejor la naturaleza de esta acción educadora y el papel que tanto
el educador como el educando desempeñan en ella.
259
relación de ayuda. Pero las relaciones de ayuda son relaciones asimétricas o
de dependencia. Buscamos ayuda cuando encontramos en nosotros una
limitación para realizar algo o hacerlo de forma más eficiente" (Jover, 1991:
146). Entendiéndolo de esta forma, el profesor y el alumno se sitúan en
planos distintos, pues siempre será el profesor el que ayude y dirija al
alumno. Es fundamental tener claro la función de cada uno y el papel que le
corresponde. Sin duda "maestro y discípulo, profesor y alumno, son iguales
desde el momento en que ambos son personas, y por ello igualmente
merecedores de respeto" (Jover, 1991: 149). Ahora, ambos están llevando a
cabo una actividad diferente, con finalidades distintas: uno educarse, el otro
ayudarle al logro de su madurez de la forma más eficiente posible. No cabe
duda de que esta dependencia inicial puede acarrear una serie de peligros:
dominación, autoritarismo, laissezfaire, etc.
260
formalidad determina las coordenadas básicas en las que se llevará a cabo
dicha relación: espacio, tiempo, contenido, otros individuos presentes...
Todo ello nos lleva a confirmar, por último, la necesidad de que toda
relación educativa esté fundamentada en el respeto y la confianza. Respeto ya
que estamos hablando de una relación entre personas, confianza como actitud
vital positiva sin la cual no se puede educar. Confiar en las posibilidades del
otro, en lo valioso de esta tarea. Ambas van a condicionar la propia relación
personal, ya que "se dirige a lo personal en el educando, a su afirmación, y
pone en juego no sólo las habilidades, sino también a la persona del
educador: su propio modo de instalación" (Jover, 1991: 151).
261
formarse, de mejorar sus capacidades, y esto es una tarea ineludible de cada
uno consigo mismo (García Morente, 1975), tarea que exige esfuerzo.
262
ella intervienen muchos más factores que inciden positiva o negativamente en
ella. Debemos ser conscientes de que no es posible una relación educativa
que se mantenga de forma exclusiva y única entre un profesor y un alumno,
por ello a la hora de analizarla debemos tener en cuenta:
•El bagaje familiar y cultural que aporta al grupo cada uno de estos
alumnos.
En suma, el aula con todos estos elementos que intervienen en ella, tanto
personales como materiales, que conforman ese espacio comunicativo que
está condicionando las respuestas educativas que se desarrollan en ese
ámbito. De tal manera que, una información comienza a ser "comunicativa',
comienza a ser educativa, cuando se convierte en un "lugar" de formación en
el que se convive, en el que se "participa" y habita conjuntamente, en el que
se coincide o se discrepa, y desde donde el mundo, las cosas, se hacen más
comprensibles para la mente de los hombres (Medina Rubio y Rodríguez
Neira, 1988). Así, la relación educativa cobra todo su sentido cuando
sabemos analizarla en su natural complejidad.
263
educativo no se da nunca en el vacío, sino que está influido por multitud de
factores suprapersonales que lo condicionan e influyen. [...] es preciso
también reinvindicar el rol formativo de las cosas, de los objetos culturales
que rodean al educando" (Puig, 1987: 113). La interacción entre compañeros,
entre éstos y el profesor de cada materia, el equipo de profesores, entre este
grupo y el centro educativo, el aula como espacio educativo e instructivo,
etc., todos estos elementos están constantemente interactuando y
configurando una interacción educativa que condiciona cada una de las
propuestas educativas que se llevan a cabo en esa aula.
264
•Comunicativo: denota la claridad y calidad de la interacción, recoge la
comunicación verbal, no verbal y paraverbal.
265
visto, no puede recaer en él toda la responsabilidad de la educación. Lo que él
haga o deje de hacer será decisivo. Sus decisiones serán fundamentales en
toda propuesta de formación. Ahora bien, deberemos tener en cuenta todos
los otros factores que participan en todo contexto educativo para poder
valorar adecuadamente el papel e incidencia de cada uno de ellos, a la vez
que el educador debe ser consciente de ellos para poder potenciar lo positivo
de estos elementos, y paliar en lo posible, lo negativo.
•El rol del profesor, en el que se contempla cuál es el papel que debe
desempeñar y que se espera de él, cuáles son sus funciones.
Lógicamente, cuanto más definidos estén estos aspectos, más eficaz será
en su tarea. A la vez que no debemos olvidar que un profesor deber ser
ante todo educador más que un amigo (Beltrán, 1987).
266
9.4.2. La interacción educativa desde el punto de vista del alumno
Con el fin de poder analizar esta interacción, debemos tener en cuenta dos
elementos esenciales que están en la base de toda esta dinámica. Nos
referimos en concreto a las dimensiones formal e informal que se dan
conjuntamente en la dinámica de todo desarrollo instructivo dentro del aula:
Ambas nos están dando las claves para comprender el nivel de cohesión
del grupo, lo que favorecerá o no el logro de los fines educativos del mismo.
RESUMEN
267
personal que se establece entre un educador y un educando en la que hay
una clara intencionalidad de influir, de ayudar a la optimización de esa
persona.
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
de los poetas muertos", "El indomable Will Hunting", "La lengua de las
268
mariposas", "Hoy empieza todo", "Professor Holland", "El hombre sin
rostro", etc.), analice cómo se concreta esta figura.
profesor muestra interés por un alumno, por lo que mantiene contacto visual,
reduce distancia espacial, alaba una conducta o respuesta, etc.
269
Pero hay que considerar qué es lo que constituye la educación y
cuál es el sistema propio de educar. Actualmente hay diversidad de
opiniones en cuanto a las realizaciones prácticas, pues no todos los
pueblos están de acuerdo en las cosas que deben aprender los jóvenes,
sea en orden a la virtud, sea en orden a la vida óptima, ni está en claro
si sus estudios deben orientarse y reglamentarse preferentemente de
cara al intelecto o de cara al carácter. Además, surgen cuestiones
confusas con ocasión de la educación que actualmente prevalece, y no
es en absoluto evidente si los alumnos deben ejercitarse en cosas que
son prácticamente útiles, o cosas que son moralmente edificantes, o
cosas singulares y extraordinarias; todos estos puntos de vista, en
efecto, han conseguido el apoyo de algunos jueces. No se ha acordado
nada en lo que toca a los ejercicios que llevan a la virtud y, para
comenzar, no todos los hombres honran las mismas virtudes, de
manera que sostienen distintas opiniones respecto a la educación en la
virtud.
Aristóteles, Política
270
El hombre sólo se incorpora al mundo de la cultura cuando vive en un
ámbito social. El modo en que el individuo adquiere la cultura es diferente al
modo en que hereda el patrimonio genético, porque la cultura no es una
realidad de orden físico. La transmisión de la cultura se lleva a cabo por
medio de la enseñanza - entendida en sentido amplio y no únicamente la
enseñanza formal - y su adquisición consiste en el aprendizaje, en su
incorporación a las facultades humanas en forma de hábitos, tanto
intelectuales como volitivos, motores, alimenticios, etc.
CONCEPTOS CLAVE
271
presuponen - al menos implícitamente - una idea acerca de cómo se
debería desarrollar el proceso educativo.
272
en la que un nombre o término de una descripción es transferido a un objeto
diferente pero análogo al mismo, al cual se aplica".
La creación y el uso de metáforas proyecta una luz nueva que permite ver
273
desde una perspectiva diferente algún aspecto de la realidad, una región del
saber que hasta entonces había sido impenetrable para la comprensión o
permanecía oscurecida, quizá por la sobreabundancia de lenguaje
especializado. Así pues, las metáforas introducen nuevos puntos de vista,
iluminan el pensamiento a través de las oportunas comparaciones o
contrastes, ponen énfasis en algunas cuestiones, ilustran algunos aspectos de
la argumentación, etc.
Cada una de estas metáforas sirve para centrar la atención en aquello que
se considera la esencia del proceso educativo.
274
calidad explicativa de las distintas metáforas.
275
io.2. La educación como mecanismo: la metáfora conductista
276
intrínseca con su modo de actuar y no son simplemente las condiciones
experimentales de acciones describibles; así como tampoco los elementos
relevantes para la acción son modelos explicativos de índole externa.
277
Esta metáfora ha tenido mucha importancia a lo largo de la historia,
especialmente en conexión con la educación moral, bien sea ésta de índole
religiosa o ética. Autores como Sócrates o Kierkegaard pueden incluirse entre
quienes consideran la educación desde esta perspectiva.
Tal como entiende la educación esta metáfora, uno de los objetivos que
debe proponerse quien enseña es reducir la distancia - hasta el punto de
eliminarla si fuera posible- entre los términos de la relación educativa: él
mismo y quien aprende; lo que se enseña y se aprende. Quien enseña es él
mismo, hasta cierto punto, el camino de lo que se aprende: porque la
formación moral se adquiere fundamentalmente por imitación o, más bien,
por emulación. El que enseña se convierte, por así decir, en un compañero de
viaje en el desarrollo interior de quien aprende. Esto es muy hermoso, pero
con frecuencia no resulta fácil encontrar auténticos maestros que puedan
servir de guía a las nuevas generaciones (Ruiz Retegui, 1994).
278
Otra de las metáforas empleadas para ilustrar la naturaleza del proceso
educativo es compararlo con el desarrollo natural de un organismo vivo - de
modo particular, una plantaque posee en sí mismo todo el potencial necesario
para alcanzar la plenitud que le es propia y que la alcanzará, ciertamente, si
no se ponen trabas al despliegue de sus posibilidades.
279
educarle, de procurar que alcance la madurez y pueda desarrollar una vida
adulta digna. Para ello, quienes ya son adultos deben hacer lo posible para
poner a los más jóvenes en condiciones de actuar como personas libres y
responsables: como seres racionales (Bailey, 1984: 27-49).
280
enseñar a leer a un niño hay dos tipos de condiciones previas cuya
consideración es ineludible: hay que tener en cuenta la necesidad fisiológica
de maduración de los ojos y del sistema nervioso y, asimismo, la necesidad
conceptual de que el niño sea capaz de entender algún tipo de lenguaje para
que su respuesta al lenguaje escrito pueda ser calificada como "lectura". Sin
embargo, no es imprescindible en ningún caso que el niño muestre interés en
aprender a leer para que pueda hacerlo o sea lícito iniciarle en la lectura.
Dearden concluye que quizá no se deba enseñar a leer a un niño hasta que
muestre interés, pero poder, se puede (Dearden, 1968: 25-49). Asimismo
señala que aunque hay afirmaciones verdaderas en lo que se refiere a la
secuencia de maduración según la cual emergen las distintas capacidades
humanas, sin embargo, estas observaciones correctas se aplican de manera
equivocada, según el esquema "no se puede enseñar x a un niño, hasta que y
haya sucedido". Pero no se dice nada acerca de si hay que enseñar o no x, y
en qué consiste ese x particular.
281
De todos modos, en esta metáfora de la educación entendida como
crecimiento hay elementos positivos que merecen ser tomados en
consideración. En concreto, se pone de manifiesto el ideal de una autonomía
personal, aunque esta noción de autonomía es ambivalente y puede
considerarse desde dos puntos de vista, el primero de los cuales puede ser
negativo: el rechazo de cualquier tipo de autoridad distinta a uno mismo. Pero
el segundo es positivo, ya que impulsa a comprobar personalmente la verdad
de lo que se aprende, bien sea por medio de la experiencia o del examen
crítico del testimonio de otros, deliberando y eligiendo según la escala de
valores que el sujeto se ha forjado. Y ambos momentos - comprensión y
elección, o pensamiento y acción - deben ser independientes de argumentos
basados exclusivamente en la autoridad, y han de fundamentarse en la razón.
282
sociedad, considerado en su conjunto. Tomado en este sentido, el término
cultura no tiene ninguna connotación de valor: cualquier detalle es
manifestación de una cultura. En una segunda acepción, la cultura se entiende
como un conjunto particular de habilidades, modos de entender y de sentir, y
determinados productos que se consideran valiosos dentro de una
determinada sociedad. En este sentido, el término cultura implica un alto
grado de selectividad: la cultura es patrimonio de los cultos, de los cultivados
(Bantock, 1968).
Pues bien, es en este segundo sentido como los autores del primer grupo
emplean el término cultura cuando hablan de la educación como iniciación a
una tradición cultural. Ponen el énfasis en los aspectos cognoscitivos, el
currículo se centra en la transmisión de la herencia cultural, y se asocian los
valores tradicionales y la cultura a una pequeña elite (Lawton, 1989: 1-9).
Los autores del primer grupo han sido por ello tachados de "elitistas", pues
entienden por cultura sólo ciertas manifestaciones preeminentes de la misma,
patrimonio de una minoría.
283
La educación sería por tanto el proceso mediante el cual algo - la propia
cultura - es entregado por una generación a la siguiente. Como resultado de
esta transmisión, se desarrollan estados mentales estables y deseables en
quien aprende. Peters sostiene que la educación no debe ser considerada
como un medio en relación con un fin, sino como un fin en sí misma, y en
este sentido distingue entre la "educación vocacional", que se correspondería
con lo que entendemos por formación profesional, y la "educación liberal',
que es precisamente esa iniciación en los sistemas públicos de pensamiento y
actuación compartidos y desarrollados en una determinada tradición cultural
(Peters, 1966: 46-62).
284
Sin entrar en el tema de si la expresión "la educación como iniciación"
constituye propiamente una metáfora de la educación en el sentido que se ha
descrito al inicio de este capítulo, podemos señalar que dado el significado
literal del término iniciación como "comienzo", si esta palabra se emplea en
relación con formas de conocimiento, la expresión "educación como
iniciación" representa adecuadamente la naturaleza del proceso educativo tal
como lo ve Peters: como una empresa civilizadora llena de respeto por las
tradiciones de conocimiento. Y aunque él no desarrolló la metáfora de la
educación como iniciación en cuanto tal, le debemos esta feliz expresión que
tiene un gran potencial significativo.
285
1o.5.1. El proceso de socialización
286
basa en la consideración del hombre en cuanto que enfrentado de continuo a
la tarea de construir y dotar de sentido a la realidad social, es decir, al mundo
que le rodea (García Ruiz, 1995:11-20).
287
de un significado, es decir, como una manifestación de que los procesos
subjetivos de otros se convierten, desde ese momento, subjetivamente
significativos para mí.
288
Así, el mundo del niño es indubitable y masivamente real. Tal vez no
pueda ser de otro modo en ese punto del desarrollo de la conciencia. Quizá
esta necesidad de un protorrealismo en la aprehensión del mundo sea una
propiedad ontogenética y filogenética. El mundo de la infancia así constituido
imprime en el individuo una estructura ordenada en la cual puede confiar y
sentirse seguro.
289
La socialización secundaria tiene lugar en una esfera y a un nivel en que la
afectividad tiene menos importancia. Por este motivo también, lo que se
interioriza en la socialización secundaria es más frágil que lo asumido en la
primaria, y se puede olvidar, modificar o prescindir de ello más fácilmente.
Como la socialización secundaria presupone siempre la primera, pueden
plantearse problemas de compatibilidad entre una y otra. En sociedades muy
simples - como por ejemplo, las sociedades primitivas o rurales - donde cada
uno tiene perfectamente definido su rol y sabe bien quién es y lo que se
espera de él, sólo se da una socialización secundaria insatisfactoria cuando se
presentan accidentes biológicos o biográficos (si se trataba, por ejemplo, de
un individuo jorobado o bastardo). Pero en sociedades más complejas, como
la nuestra, es más frecuente encontrarse con casos de socialización
insatisfactoria que pueden atribuirse principalmente a dos factores: a la falta
de coherencia interna del mundo asumido en la socialización primaria -
debida a la mediación de personas significativas que poseen concepciones del
mundo profundamente discrepantes - o a desajustes entre la primera y
segunda socialización (Berger y Luckmann, 1966: 183 y ss.).
Como ya vimos, los seres humanos son por naturaleza muy maleables y,
salvo casos patológicos, cada uno de ellos es capaz de asumir cualquiera de
las variadísimas formas culturales creadas por el hombre. Sin embargo, que
un niño asimile una forma cultural u otra depende, de hecho, de los adultos
que le rodean. Sus enseñanzas y los modelos de comportamiento que
encarnan le proporcionan el punto de partida para el desarrollo de sus pautas
de conducta (Ackerman, 1980: 139).
290
como el mundo: el único existente y concebible (Berger y Luckmann, 1966:
149-157). Por eso la cultura primaria está estrechamente vinculada con la
asimilación de lo que se denomina sentido común, que es parte esencial de la
trama de significados sin los cuales no hay ninguna sociedad ni ser humano
que pueda existir.
291
de pensar y en las acciones de esos mismos miembros de la sociedad, y es
mantenido como real por ellos.
292
individuos dentro de la sociedad considerada como un todo. Las
nociones de familia, parentesco, estatus, rol, derecho, obligación, poder
y autoridad son algunos de los conceptos clave de este subsistema.
293
consigo problemas para su transmisión cultural, ya que la
especialización y la división del trabajo pueden tener repercusiones en
los sistemas sociopolítico y económico.
294
contenidos pueden variar de una cultura a otra, de un tiempo histórico a otro
y también a lo largo de los distintos períodos de la vida de una persona. Ello
se debe a que, como ya vimos, no existe ningún sistema cultural que se
derive, en sus manifestaciones concretas, de manera necesaria del modo de
ser propio del ser humano, ni de la naturaleza del mundo físico.
295
el sentido que hemos expuesto anteriormente. Conocer algo presupone
admitir la existencia de ciertos criterios de verdad y éstos suponen, a su vez,
el acuerdo acerca de algunos juicios del que habló Wittgenstein
(Wittgenstein, 1988: 1, 242). Aprender es, más que cualquier otra cosa, ser
introducido dentro de un marco de referencias público en el que hay un
amplio consenso, y también espacio más que suficiente para el desarrollo de
los puntos de vista personales (Hamlyn, 1973: 178-194).
296
RESUMEN
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
a)Pensar alguna otra metáfora que pueda servir para describir la tarea
educativa.
297
principales semejanzas y diferencias de las metáforas de la educación
mencionadas en este capítulo.
298
En los últimos años, sin embargo, algo está cambiando. La crisis
de la educación ya no se presenta como un fenómeno de
insatisfacción en el cumplimiento de demandas relativamente
aceptadas, sino como una expresión particular de la crisis del
conjunto de instancias de la estructura social: desde el mercado de
trabajo y el sistema administrativo hasta el sistema político, la familia
y el sistema de valores y creencias. La crisis ya no proviene de la
deficiente forma en que la educación cumple con los objetivos
sociales que tiene asignados, sino que, más grave aún, no sabemos
qué finalidades debe cumplir y hacia dónde debe efectivamente
orientar sus acciones. Este cambio en la naturaleza de la crisis
también se refleja en el ámbito de los críticos. Mientras se trataba de
deficiencias, los críticos se encontraban entre los propios educadores,
los investigadores y los académicos en general. Ahora que la crisis ya
no supone agregar más de lo mismo, sino modificar orientaciones y
comportamientos, los críticos se encuentran especialmente entre los
actores externos al proceso pedagógico y a las instituciones
educativas.
299
conformación de una nueva estructura social. A diferencia de los
discursos revolucionarios tradicionales, que anunciaban cambios
trascendentales a través de medios semiclandestinos, estos nuevos
discursos, que anuncian procesos profundos de transformación social
y económica, ocupan hoy las páginas y las pantallas de los medios
masivos de comunicación. Los portadores de estos nuevos discursos
revolucionarios ya no son sólo líderes políticos que representan a los
pobres, a los excluidos o a los explotados. Al contrario: los portadores
del discurso revolucionario son ahora personas de muy diferentes
sensibilidades políticas, familiarizadas con las tecnologías punta y
vinculadas a los sectores más modernos de la economía.
300
su total implantación y a sus últimas consecuencias" (Rodríguez Neira, 2000:
2).
CONCEPTOS CLAVE
301
Educación formal. Actividad organizada y planificada en un sistema
educativo institucionalizado, jerárquicamente estructurado, que se
extiende desde los primeros años de vida hasta la universidad, que
tiene por objeto la consolidación de los contenido culturales
fundamentales, así como de las destrezas básicas necesarias en esa
sociedad.
302
como es lógico, unas características específicas que la definen y que
presentan notables diferencias entre unos países y otros, y entre unos grupos
sociales y otros. A la vez, estamos asistiendo a una homogeneización cada
vez mayor de las culturas, de los pueblos. Las diferencias son cada vez
menores, precisamente por la irrupción de las nuevas tecnologías que han
roto todo tipo de fronteras, con todo lo que esto conlleva de positivo y de
negativo dentro de un claro proceso de globalización. Ésta la entendemos
como "el establecimiento de interconexiones entre países o partes del mundo,
intercambiándose las formas de vivir sus gentes, lo que éstas piensan y hacen,
generándose interdependencias en la economía, la defensa, la política, la
cultura, la ciencia, la tecnología, las comunicaciones, los hábitos de vida, las
formas de expresión, etc." (Gimeno Sacristán, 2001: 76). En un primer
acercamiento a este tema, valoramos la incidencia de este proceso
globalizador, aunque no podemos perder de vista que resulta muy desigual
entre los diferentes sectores de población. A la hora de analizar el proceso
globalizador, se destaca que (Gimeno Sacristán, 2001):
•No estamos ante un proceso lineal, ni con una meta previamente fijada.
303
•Las actitudes y valores.
304
tecnológica.
•La educación como medio esencial para el logro real de este derecho.
Por otro lado, la propuesta de las nuevas TIC fomenta un nuevo concepto
de aprendizaje permanente en el que se quieren desarrollar como capacidades
prioritarias de formación:
305
En este sentido, el cambio sustancial que aporta la sociedad del
conocimiento no radica en la impresionante capacidad y posibilidades que
nos ofrecen las nuevas tecnologías, sino en la potenciación de la capacidad de
conocer del hombre (Carrascosa, 2000), de utilizar y aplicar esa información,
de tal forma que sabe transformarla en conocimiento. Pero no es cuestión de
que a más información se logre mayor conocimiento, sino en saber
transformar ese contenido en saber. Ser capaz de localizar, comprender,
analizar, aplicar y relacionar los diferentes datos a los que tenemos acceso
para convertirlos así en conocimiento. En conse cuencia, "al liberar a la
inteligencia humana de muchas tareas de rutina, las TIC permiten que las
personas concentren su actividad en lo esencial de su tarea, sea cual sea su
nivel, y dispongan de más tiempo para la reflexión, para redescubrir la
realidad, para pensar de nuevo sobre ella, para crear y para innovar"
(Carrascosa, 2000: 5).
306
de los conocimientos técnicos, profesionales, etc., asentados sobre una sólida
base de cultura general (Comisión de las Comunidades Europeas, 1995).
Por otro lado, hoy día, los ciclos de renovación del conocimiento se
producen en un periodo temporal muy inferior a la vida de las personas, por
lo que ya no es posible esperar a renovar las conocimientos de acuerdo a la
consolidación de una nueva generación, sino que se debe facilitar esa
actualización de los conocimientos en cada momento (Majó, 2000). Las
propuestas educativas tienen que saber adelantarse y proporcionar los
recursos necesarios para afrontar la constante evolución técnica, económica y
social. A la vez que el objeto de la educación ya no estará dirigido a la
transmisión de conocimientos, sino a la consolidación de destrezas y de
habilidades que aporten a cada persona los medios necesarios para acceder a
la información que necesitan para transformarla en conocimiento, para crear e
innovar, de tal forma que sea capaz de anticiparse a los acontecimientos. Es
decir, se impone la necesidad de una educación a lo largo de toda la vida para
poder y saber atender a la constante evolución que se produce en todos los
ámbitos de trabajo y convivencia. No se trata de enseñar conocimientos, sino
estrategias de aprendizaje, actitudes para afrontar la convivencia.
307
papel de la escuela debe ser definido por su capacidad para preparar para el
uso consciente, crítico, activo, de los aparatos que acumulan la información y
el conocimiento" (Tedesco, 1998: 16). Alfabetizar ya no será sólo enseñar a
leer y a escribir, sino también a utilizar los medios técnicos, a leer en otros
soportes, a comunicarnos en otros ámbitos... (Echeverría, 1999).
308
Aunque la enseñanza, tal como está actualmente diseñada, no responde a
las demandas de la nueva sociedad del conocimiento, el problema no radica
en los contenidos que se quieren transmitir a través de ella, sino en las
destrezas, en las herramientas que es capaz de desarrollar, junto con la idea
de que la educación necesariamente debe ser un proceso permanente. Además
de que "la profundidad del proceso de cambio social que tiene lugar
actualmente nos obliga a reformular las preguntas básicas sobre los fines de
la educación, sobre quiénes asumen la responsabilidad de formar a las nuevas
generaciones y sobre qué legado cultural, qué valores, qué concepción del
hombre y la sociedad deseamos transmitir" (Tedesco, 1995: 25).
309
En este sentido, los diseños curriculares tal como están vigentes en la
actualidad no responden a esta demanda. Los diversos sistemas educativos
están planificados con una idea de totalidad ajenos a la realidad de estas
comunidades emergentes. Esta sociedad del conocimiento está exigiendo un
cambio no sólo en los contenidos, sino, de forma especial, en los métodos y
en las finalidades, ya que todo individuo vive, como es lógico, en espacios
educadores que le aportan información. Por ello, lo esencial de la escuela no
será transmitir esa información, sino ayudar a cada uno de los individuos a
adquirir las destrezas necesarias para buscarla, analizarla, criticarla,
relacionarla y aplicarla, con el fin de que realmente sea capaz de reelaborarla
en saberes útiles, es decir, transformar la información en conocimiento.
310
relacionados, sino que se da una lógica integración en una unidad de espacio
vital presente a lo largo de toda la vida de cada individuo (Majó, 2000):
Sociedad industrial
311
estudiantes" (Monereo y Pozo, 2001: 52). La sociedad del mañana nos exigirá
tareas que implican iniciativa, autonomía, adaptación y responsabilidad, a la
vez que nos reclama que seamos capaces de:
312
principios que se quieran transmitir. "La misión fundamental de la educación
es ayudar a cada individuo a desarrollar todo su potencial y a convertirse en
un ser humano completo, y no en una herramienta para la economía; la
adquisición de los conocimientos y competencias debe acompañarse de una
educación del carácter, de una apertura cultural y de un despertar a la
responsabilidad social" (Comisión de las Comunidades Europeas, 1995: 9).
313
elementos que forman parte de nuestra cultura para así formar parte de ella
(Pozo, 2000), a la vez que vamos respondiendo y satisfaciendo nuestras
necesidades. Todo el esfuerzo y sentido del proceso de aprendizaje está
dirigido al logro de ese aprender a aprender, gracias al cual cada sujeto es
capaz de continuar, con los conocimientos y procedimientos ya adquiridos, su
propio proceso de desarrollo. Cobra su sentido en la medida en que se logra
un aprendizaje perdurable, por lo que éste deberá estar basado (Zabalza,
2000):
•En el proceso.
314
•Surge de la práctica (Pozo, 2000).
315
Esta nueva situación plantea de forma inmediata cómo alcanzar la
generación de ese aprendizaje de acuerdo con las necesidades de la sociedad
actual. Está claro que no podemos incidir de forma directa en el proceso
interno de cada sujeto, pero sí podemos enseñar diversas habilidades,
estrategias y técnicas, gracias a las cuales cada educando sea capaz de
alcanzar aprendizajes básicos duraderos a la vez que sabe acceder a otros
nuevos cuando lo necesite. Lo importante es formar personas preparadas para
saber aprender continuamente. Pero tan importante como aprender es la
actitud de desaprender, es decir, de aceptar la caducidad de los propios
conocimientos y la necesidad de una formación permanente (Majó, 2000).
316
formal dirigida a instruir a las jóvenes generaciones de acuerdo a unas
creencias, unas costumbres, unos usos. La interacción entre unas
generaciones y otras, la relación entre culturas, los colectivos laborales y
profesionales, etc., han sido ámbitos fundamentales gracias a los cuales se
han aprendido los elementos necesarios tanto para atender las necesidades
propias de acuerdo a la sociedad en la que se vive, como para poder aportar
mejora y desarrollo a esa cultura. Ahora, a pesar de esta constante realidad,
no será hasta la segunda mitad del siglo xx cuando se plantea la necesidad de
sistematizar y organizar la educación como fenómeno, de tal manera que se
pueda lograr resultados más eficaces, junto con la satisfacción de necesidades
hasta ahora no planteadas. Este nuevo proyecto surgió también ante la
incapacidad del modelo tradicional de la escuela - identificado con la
educación formal - para responder a las necesidades cada vez más acuciantes
de la sociedad, pronto asumidas por otras instituciones.
317
la que está sumergida.
318
cada una de ellas se reclama de forma diferente, ya que son distintas las
necesidades, las exigencias, las posibilidades, pero en todas ellas es necesario
el aprendizaje para el pleno desarrollo de cada persona en su doble dimensión
individual y social.
319
Los tres conceptos están interrelacionados, a la vez que denotan campos
de actuación claramente delimitados. Para concretar el contenido y límite de
cada uno de ellos, resulta clarificador partir de los criterios de duración,
universalidad, institución y estructuración (Vázquez, 1998) que deben estar
presentes, de una u otra forma, en estos tres ámbitos de actuación educativa.
320
último, la educación no formal no se dirige de forma global a todos los
individuos, sino que se centra de forma especializada en colectivos
deteminados previamente, con el fin de satisfacer objetivos concretos
solicitados por éstos.
321
Ahora bien, ninguno de estos ámbitos predomina sobre los otros, los tres
son necesarios y deben estar interactuando constantemente en una dinámica
continua en la que se logre un proceso de enseñanza-aprendizaje que
satisfaga las ansias de saber, de culturización y de desarrollo personal;
además de que la interacción de los tres forma para la vida, gracias a la cual
cada individuo será capaz de participar plenamente en la propia vida y en la
sociedad, innovar creativamente y anticiparse a los acontecimientos (Diez
Hochleitner, 1994). En suma, las tres dimensiones configuran
entrelazadamente los ámbitos dónde "sucede" la educación.
322
Pero, a la vez, la educación no formal se posibilita a través de la
organización de las actividades complementarias y extraescolares que oferta
el propio centro, como complemento a su currículo.
Cada uno de estos tres ámbitos no es más valioso o importante que otro,
tal como ya hemos señalado. Cada uno tiene su función, su contenido
imprescindible en la formación de cada persona. O, como señala Coombs
(1990), el hecho clave que debemos reconocer es que ninguna de estas tres
formas de educación es capaz por sí sola de satisfacer todas las necesidades
de aprendizaje que envuelven la vida del individuo en la sociedad actual. Son
necesarias las tres en conjunto al servicio de la educación de cada hombre y
de cada mujer a lo largo de la vida. Entre ellas se reconoce una serie de
relaciones, que hace, en definitiva, más efectiva la fuerza educadora de todo
espacio de convivencia. Nos referimos en concreto a:
323
exclusivamente académicos y métodicos. Cada uno de ellos es
insuficiente por sí mismo, dado que no abarca todas las posibilidades
educadoras que se le presentan a cada individuo a lo largo de su vida, ni
sabe atender por sí solo las necesidades con las que, poco a poco, se va a
encontrar. A la vez que es imposible, en la práctica, aislar una dimensión
de otra (Fermoso, 1994).
324
situación, necesidades e intereses. Para ello, el sistema ha de ser abierto,
flexible, evolutivo, rico en cantidad y diversidad de ofertas y medios
educativos" (Trilla, 1992: 28). Estamos ante la necesidad de distinguir y
sistematizar los diversos ámbitos de interacción de todo ser humano, en los
que convive con su entorno y con sus semejantes y en los que desarrolla
todas sus capacidades. En estos espacios, unos estarán fuertemente
sistematizados, otros presentarán unos objetivos educativos implícitos, otros
nos aportarán una formación de modo espontáneo, pero todos ellos están
contribuyendo, en suma, con los elementos necesarios para el desarrollo de
todas y cada una de nuestras capacidades como personas.
RESUMEN
325
Por otro lado, resulta obvio que la educación no puede encerrarse en un
único ámbito de intervención educativa. Estamos ante un fenómeno
complejo que responde a las necesidades constantes y en continua
evolución de todo ser humano. Por ello es urgente reflexionar, explicar y
sistematizar, de algún modo, las numerosas formas educativas que se están
dando en la sociedad actual. Sin duda, la sociedad del conocimiento exige
un cambio radical en el planteamiento, sistematización y organización de
la educación. Todo esto nos lleva a la necesidad de valorar y delimitar los
diversos campos de actuación de la educación. A partir de este intento de
demarcación se consolida la propuesta de educación formal-no
formalinformal. Ninguno de estos tres ámbitos predomina sobre el otro, los
tres son necesarios y complementarios, por lo que interactúan
constantemente en una dinámica continua en la que se logra un proceso de
enseñanza-aprendizaje que satisface las necesidades de saber, de
culturización, de desarrollo profesional y personal.
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
326
c)Escoja una cadena de televisión y analice la programación desde una
perspectiva formal, no formal e informal.
e)A raíz de los nuevos cambios, señale nuevas profesiones que están
emergiendo en el campo de la educación.
327
¿Qué pasa en el aula?
328
Muchos factores influyen en su ámbito: comunicación,
participación, convivencia, diversidad, multiculturalismo... Todos
ellos pueden influir en mayor o menor medida, pero todos son
importantes.
CONCEPTOS CLAVE
329
significa "costumbre", "modo de ser".
330
Academia, conviven otras definiciones que, aun girando en torno a un eje
común, amplían, restringen o interpretan de manera bien diferente su
contenido. Así, mientras se dice que "la etnografía es la descripción
sistemática de las ideas y miembros de la cultura [...], obtenida a través de la
observación participante y de las entrevistas durante el trabajo de campo"
(Aguirre et al., 1982: 170), también se afirma que "la etnografía es el estudio
de los hechos" (Dittmer, 1975: 20) o "una descripción o reconstrucción
analítica de escenarios y grupos culturales intactos" (Goetz y LeCompte,
1988: 28).
331
- siguen diciendo - muchos antropólogos emplean el término `antropología
social' casi en el mismo sentido que nosotros empleamos aquí etnología"
(1976: 13).
Más tarde, dichos autores concretaban mejor estas nociones diciendo que
"la etnología, en su aspecto teórico, se dedica muy ampliamente al problema
de explicar las semejanzas y diferencias que se encuentran en las culturas
humanas". Posición ésta que se acerca, como se verá más adelante, a la que se
va a defender aquí.
Ahora bien, queda todavía por determinar qué sea la antropología, qué sea
el quehacer antropológico como término o cumbre de las etapas anteriores.
332
"antropología" como historia natural del hombre, como lo que hoy se llamaría
antropología física. En sentido etimológico es eso: estudio, tratado del
hombre. Pero, tan escueta definición resulta insuficiente. No es lo mismo
hablar del hombre como ser biológico que considerarlo desde una perspectiva
social y cultural o filosófica. En el primer caso, esta antropología se ocupa
del ámbito físico, somático, si se quiere, del ser humano, analizando sus
diversos biotipos y componentes físicos. En el segundo, se trata del análisis
de las culturas y sociedades en las que se inscribe el hombre, tanto bajo una
perspectiva histórica como actual.
333
escenarios y personas, una etnografía, en suma.
Estas tres fases, como queda dicho, son sucesivas, aunque, en cierta
manera, autónomas en su desarrollo, si bien el punto de partida lo constituye
la etapa etnográfica.
334
Figura 12.2. Taxonomía de tipos etnográficos según Werner y Schoepfle
(adaptación).
Para Woods (1987: 19) "el etnógrafo se interesa por lo que hay detrás, por
el punto de vista del sujeto - que puede contener opiniones alternativas - y la
335
perspectiva con que éste ve a los demás".
Es, pues, obligado decir que la distinción entre los conceptos etic y emic
tiene hoy una absoluta vigencia, ya que expresan dos realidades, la del
observador y la del nativo u observado, respectivamente.
"En verdad, resulta difícil, muchas veces, adoptar una posición etic frente
a la realidad que se presenta en función del origen del investigador. El
etnógrafo - afirma Powdermacker (1966) - es un stranger and friend a la vez:
un forastero, que viene de fuera, y un amigo. Problemas diversos se plantean
en esta doble vertiente personal al producirse el inevitable choque entre dos
culturas. La interacción emic%tic no resulta fácil de resolver, pero sí es
necesario adoptar el punto de vista correcto. Se trata, en cierta manera, de
combinar la implicación personal con un cierto distanciamiento, con lo cual
se evita `convertirse en nativo' y, por otra parte, que aquella implicación no
propicie el análisis bajo las categorías del observador. El etnógrafo que no
consiga distanciarse - sentencian Hammersley y Atkinson (1994: 232)caerá
en el círculo vicioso de contar `qué pasó', sin ser capaz de imponer un análisis
coherente de la estructura temática".
No cabe duda de que estos avances en la etnografía han dado lugar no sólo
a las dos perspectivas antedichas - lo cual representa ya un importante logro-,
sino a la apertura de numerosos caminos, tales como los interpretacionistas,
la concepción simbólica de las culturas, el diferencialismo, el
posmodernismo, etc. Movimientos y corrientes que han enriquecido el campo
336
de la etnografía y han contribuido con sus diversas aportaciones a una mayor
sistematicidad y rigor en esta materia.
Autores como Tácito y más tarde San Agustín, Marco Polo, etc., muestran
especial agudeza en sus relatos como valiosos precedentes de lo que
llamamos "etnografías", sin duda, carentes del carácter científico que se exige
hoy.
337
americanos hizo florecer, asimismo, la redacción de monografías concretas
sobre usos y costumbres, creencias, tradiciones, economía, arte, etc.
Bernardino de Sahagún y Bartolomé de las Casas fueron, sin duda, algunos
de los más significados autores en este campo. Y, junto a los americanistas,
por otro lado, surge también el interés por Asia.
Fue Graebner, otro antropólogo, quien formuló, a principios del siglo XX,
los grandes conceptos del difusionismo en los siguientes términos: "Los
elementos culturales concebidos como los más pequeños fragmentos
discernibles en una cultura dada deben situarse, a través del análisis, en los
complejos culturales [Kulturcomplex] formados por la reunión de varios de
esos elementos. La identificación de los complejos culturales idénticos en
diferentes regiones del mundo conduce a buscar su área cultural
338
[Kulturkreis], es decir, el islote de cultura general a partir del que se ha
difundido" (La antropología, 1977: 77).
339
Figura 12.3. Perspectivas etnográficas.
340
también aquí, en el caso específico de la educación, se dan interpretaciones
diversas y la etnografía educativa suele comprender también a la etnología.
341
estructuras sociales, económicas y políticas generales" (Goetz y LeCompte,
1988: 51).
342
"Separación, marginalidad o liminalidad y agregación". Esto significa que el
investigador debe separarse de su propia comunidad o cultura para agregarse
luego a la cultura "extraña', la del nativo (situarse "en el pellejo del otro",
como se dijo anteriormente), tras una situación marginal, una "tierra de
nadie".
A) El comienzo de la investigación
343
Dice Tentori (1981: 127) que las técnicas de recogida de datos entre
antropólogos, sociólogos y, en parte, psicólogos no son tan diferentes, sino
muy semejantes, aunque es el modo de analizar los datos lo que las distingue.
En general, parece que pueden determinarse las siguientes fases en una
investigación etnográfica:
Hay un autor - Barley (1995) - que, de manera desenfadada y, por qué no,
hasta divertida, expone sus mil y una aventuras antropológicas y su
preparación para un trabajo etnográfico. Una preparación que, no por más
concienzuda, resultó menos esperpéntica y, a veces, malograda. Sin embargo,
344
ello es obvio, resulta necesario seguir la máxima cartesiana de no emprender
nada antes que emprenderlo sin método y sin preparación.
B) Escenarios y sujetos
No resulta tan fácil como pudiera parecer la elección del grupo de estudio,
aunque puede tratarse de tipos de grupos con una delimitación natural (léase
escuelas, distritos escolares, clases, grupos específicos, etc.), lo cual facilita la
selección. Ahora bien, incluso estos grupos o sectores pueden complicar la
elección si, como ocurre a veces, no tienen un espacio geográfico estable o
345
cambian con frecuencia por razones diversas. Éste es el caso de grupos
constituidos por asociaciones informales (colectivos contestatarios,
profesores de la misma materia dispersos en distintos ámbitos, etc.).
346
investigador a realizar su trabajo y de los probables beneficios que pueden
obtenerse para el centro. Es necesario, pues, crear "confianza".
347
Si no se ha hecho ya, habrá de procederse a la adquisición o levantamiento
del plano con sus dependencias, así como datos estadísticos relativos al
personal integrado en el centro y distribución del tiempo. Es decir, mapas
espaciales, mapas sociales y mapas temporales.
348
•Intento de aprehender las relaciones internas existentes, intencionalidad de
las acciones, descripción y comprensión de los fenómenos.
349
y los participantes se encuentran inmersos. ¿Qué ocurre aquí, qué están
realizando estos sujetos que se encuentran frente al observador? Es el primer
paso para acometer la acción de investigar.
Todo ello puede llevarse a cabo de una u otra manera en grupos distintos.
¿Cómo lo hace el grupo objeto de estudio? Cómo se relacionan, cómo
discuten los miembros, cómo de su organización y vida... son aspectos
fundamentales.
Cuándo tienen lugar todos estos hechos es, asimismo, tarea digna de
observación. La frecuencia de sus encuentros, la regularidad o espontaneidad
de ellos, la duración, la distribución del tiempo, la concepción personal o
grupal de estas cuestiones son, sin lugar a dudas, datos relevantes,
absolutamente mejorables con los estudios longitudinales.
350
LeCompte, 1988: 155). Se diría que constituye más bien un complemento o
una constatación de los datos aportados por la observación directa.
B) La comunicación no verbal
351
Más de un autor (Bridwhistel, 1971; Knapp, 1992) sostiene que dos
tercios de la comunicación humana tienen lugar a través de la vía no verbal y
sólo un tercio se produce mediante la palabra oral o escrita.
352
anuncios, disposición de elementos, orden o desorden de las cosas, imágenes
en general, etc., que son, en esencia, indicadores, sugeridores o
complementos de los aspectos explícitos de toda observación.
Una entrevista es, en esencia, una técnica que se utiliza con el fin de
conseguir información de los sujetos sobre cuestiones determinadas mediante
una serie de preguntas que puede ser previamente estructurada por el
entrevistador o bien tener un carácter más general para que el entrevistado
pueda responder con mayor libertad. En el primer caso, es necesario disponer
de un cuestionario de preguntas.
353
información concreta.
Tanto en uno como en otro caso es necesario definir qué es aquello que se
trata de conocer o, en términos operativos, medir, estudiar las variables
pertinentes, formular claramente las preguntas y ordenarlas correctamente de
las más generales a las más particulares.
354
el paquete SPSS/PC, pese a tratarse de investigaciones de carácter cualitativo,
que, no obstante, entrañan, en cierto modo, una cuantificación, cuyos
pormenores no son objeto de este tema.
355
•Las relaciones que mantiene como especialista en su campo y en su vida
académica, como investigador, en suma.
Pues bien, visto el papel del observador, habría que preguntarse por una
cuestión importante respecto a su desenvolvimiento: la "responsabilidad
ética', como dice Alcina (1995: 110). Junto al buen hacer científico, al rigor
en el tratamiento de las cuestiones, al deber del secreto profesional no hay
que olvidar a la persona ni a la comunidad en que ésta se inscribe.
RESUMEN
356
lo que ocurre dentro de ese microcosmos en el que las interacciones entre
sus componentes pueden generar conflictos o ser el centro de una
saludable convivencia.
ACTIVIDADES DE DESARROLLO
357
358
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Vicente Arregui, J. (1992): El horror de morir. Tibidabo. Barcelona.
377
Zubiri, X. (1986): Sobre el hombre. Alianza. Madrid.
378
Índice
Introducción 17
1. Algunas concepciones clásicas del hombre y su base
21
educativa
1.1. Platón: idea de un hombre racional 23
1.1.1. La actividad superior del hombre está en la vida
24
contemplativa,
1.1.2. El alma humana es espiritual e inmortal, 26
1.1.4. Algunas categorías antropológicas platónicas, 29
1.2. La Biblia: idea de un hombre espiritual 30
1.2.2. El hombre, una extraña mezcla de bondad y maldad,
32
de indigencia y de esperanza,
1.2.3. Características del ser humano, 33
1.3.1. La virtud como actividad humana, 34
1.3.2. El ideal de la lucha ascética, 36
1.3.3. Diversas formas de practicar la virtud, 37
1.3.4. El sabio como prototipo humano, 39
1.3.5. La felicidad del sabio como bien humano supremo, 40
1.4. Voltaire: idea de un hombre sensato 41
1.4.1. Idea del hombre y de la moral humana, 43
1.4.2. El hombre ha de ser religioso, no teólogo, 45
1.4.3. Las virtudes y cualidades humanas de las personas, 46
2. Algunas concepciones contemporáneas del hombre y su
51
proyección educativa
2.1. Pestalozzi: idea de un hombre equilibrado y feliz 55
2.1.1. Idea de la naturaleza cósmica y de la naturaleza
379
humana,
2.1.2. Los tres estadios evolutivos de la humanidad, 60
2.1.3. El hombre tiene cosas positivas y cosas negativas, 61
2.2. Freud: idea de un hombre en conflicto vital 63
2.2.1. El fondo animal que subyace al hombre, 65
2.2.2. Las pulsiones instintivas del Ello, 66
2.2.3. La cultura como sublimación de la libido, 67
2.2.4 Elementos y dimensiones de la personalidad. La
69
moral,
2.3. Fromm: idea de un hombre solidario 70
2.3.2. Rechazo de los fallos de nuestra sociedad actual, 73
2.3.3. El ideal de una ética humanista, 75
2.3.5. El amor como objetivo humano último y superior, 76
2.41. Una crítica y oposición a la sociedad capitalista, 78
2.4.2. Un hombre no reprimido, 79
2.4.3. Un hombre pluridimensional, 82
3. Teorías de la educación según su base antropológica 86
3.1. La naturaleza humana como base de una concepción de
89
la educación
3.2. La educación basada en una concepción optimista de la
91
naturaleza humana
3.2.1. La visión optimista de la naturaleza humana, 92
3.2.2. La educación permisiva y autogestionada, 94
3.3. La educación basada en una concepción pesimista de la
100
naturaleza humana
3.3.2. La educación represiva y autoritaria, 103
3.4. La educación basada en una concepción realista de la
380
3.4. La educación basada en una concepción realista de la 109
naturaleza humana
3.4.2. La educación como permisión y exigencia, libertad y
111
conducción simultáneas,
4. El ser cultural del hombre 118
4.1. El ser humano como animal biológicamente inacabado 122
4.2. Qué entendemos por cultura 127
4.3. Las relaciones entre biología y cultura en el hombre 129
4.4. Cultura objetiva y cultura subjetiva: la educabilidad 134
5. Etnocentrismo, relativismo cultural y pluralismo.
139
Multiculturalismo, identidad cultural y globali
381