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os virus son vehículo obligado en partes sustanciales de la evolución genética, desde su posible
coexistencia con los primeros organismos, incluso participando en el origen del ADN, hasta la
aparición de la fotosíntesis o la emergencia de los patógenos, y juegan un papel importante en
la regulación microbiana de los ciclos del carbono, el nitrógeno y el fósforo en los océanos. Por
medio de la transferencia genética horizontal, los virus dotan a las bacterias (y posiblemente a
otros grupos de seres vivos) de fragmentos diferentes de genes, que propician la aparición de
nuevas sendas evolutivas. Su patogenicidad está restringida en la mayoría de los casos, ya que
una virulencia excesiva es una estrategia sin futuro. Los virus son extremadamente abundantes
en la biosfera, hasta el punto de que la mayoría de la biomasa de los océanos está formada por
virus. Y son extraordinariamente diversos, en parte por su capacidad de adquirir genes de sus
hospedadores. Pero la relación de los virus con los tres dominios de los seres vivos (bacterias,
arqueas y eucariotas, ver Figura 1) sigue sin estar aclarada.
Patrick Forterre, de la Universidad de París, ha propuesto que el ADN celular se originó a partir
de secuencias génicas víricas. Los virus no pueden replicarse aislados y carecen de metabolismo,
por lo que durante algún tiempo se pensó que eran fragmentos genéticos desligados de células
complejas, no primitivas, y que han evolucionado hasta su estado actual. Pero si esta posibilidad
fuese cierta, las enzimas de los virus encargadas de copiar su ADN deberían ser similares a las
de sus hospedadores, lo que no sucede mayoritariamente. Forterre presentó su teoría por
primera vez en 1985, sugiriendo que los virus se habían originado a partir de una célula
primitiva, tal vez antes del origen de los tres dominios. La confirmación de esta hipótesis vino de
la mano del avance de la Genética, que permitió determinar que los genes que codifican para las
proteínas más comunes en las cápsidas víricas están presentes en virus que infectan a
representantes de los tres dominios, lo que sugiere que tales genes se originaron en un virus
muy antiguo que infectaba al antecesor común de los tres dominios. Por otro lado, se demostró
que el ADN celular que codifica para las enzimas usadas en la replicación es totalmente distinto
en las bacterias que en las arqueas y los eucariotas, lo que invitaba a pensar que o bien la
replicación del ADN había evolucionado dos veces de forma independiente, o bien uno de los dos
sistemas había evolucionado a partir de los virus. Forterre propuso que el proceso podría haber
sucedido dos veces, tanto en las bacterias como en el antecesor común de arqueas y eucariotas.
Recientemente, Forterre ha propuesto que los virus no sólo donaron a la vida celular los genes
encargados de la replicación del ADN, sino la misma molécula de ADN.
La Genética moderna sostiene que los organismos que codifican su información genética
mediante el ADN descienden de organismos más simples que empleaban ARN. El ARN es más
versátil, ya que puede almacenar la información genética al tiempo que puede funcionar como
una enzima, catalizando reacciones químicas. El problema está en la transición de ARN a ADN,
explicada tradicionalmente como resultado de la mayor estabilidad del ADN, lo que le hace
menos susceptible a las mutaciones. Pero este razonamiento no es evolutivo: si la estabilidad del
ADN proporciona ventajas a largo plazo (en generaciones), es necesario explicar porqué el
primer organismo que modificó su ARN adquirió al hacerlo ventajas selectivas, ya que la
selección darwiniana sólo favorece las ventajas a corto plazo, en el individuo que las posee. La
solución de Forterre es que los virus fueron los agentes del cambio. Su hipótesis asevera que los
virus aparecieron en el momento en que los organismos con ARN fueron capaces de formar
células autorreplicativas que producían sus propias proteínas. Los virus de ARN parasitaban a
estos primitivos organismos con ARN, y sus descendientes habitan la Tierra moderna en la forma
de virus de ARN (H1N1, HIV, ver Figura 2). Pero los organismos con ARN disponían de un
completo arsenal de mecanismos de defensa capaces de silenciar o fragmentar el ARN vírico. En
ese momento, algunos virus con sus cadenas de ARN combinadas en parejas comenzaron a
infectar células con mayor efectividad, ya que éstas no disponían de defensas frente a la doble
cadena que escondía los frágiles nucleótidos portadores de la información genética vírica en el
interior de la doble hélice. En definitiva, el ADN no sería otra cosa que ARN modificado (Figura
3).
Existen tres teorías principales que explicarían el origen de los virus. Una de ellas, la teoría
regresiva, propone a los virus como formas degeneradas de parásitos intracelulares. Otra teoría
postula que los virus se habrían originado a partir de componentes celulares normales (ADN o
ARN) que habrían adquirido la capacidad de replicarse en forma autónoma y de evolucionar
independientemente. La tercera teoría se relaciona con la hipótesis de un mundo prebiótico
basado en ARN.
https://www.youtube.com/watch?v=rid0-Xxecys
https://studylib.es/doc/7654243/grado-noveno
https://biologiaiedcostarica.es.tl/Talleres.htm
file:///D:/Descargas/GEN%C3%89TICA%20ACTIVIDAD%20uno.pdf
http://www.colombiaaprende.edu.co/sites/default/files/naspublic/plan_choco/cien_9_b2_p1_est
_web.pdf