El Acompañante Terapéutico es un profesional de ciencias vinculadas a
la Salud, con conocimientos prácticos previos, que le permiten actuar objetivamente en los momentos más necesarios (crisis, conflictos familiares y otros). Constituye un dispositivo de trabajo terapéutico ambulatorio por excelencia y no obliga a la internación del paciente en un recinto hospitalario/ Institucional. Su mayor relevancia radica en la posibilidad que le brinda al paciente de sostener su espacio y manejarse en los ámbitos que le son familiares, colabora con: La re-inserción psicosocial y educativa. La externación o disminución de los tiempos de internación. No significa una mera compañía, sino una labor con objetivos definidos a corto y largo plazo. El Acompañante Terapéutico se puede definir como el sostén, auxiliando al paciente en su imposibilidad de delimitarse a sí mismo. Acompaña y ampara al paciente en su desvalimiento, su angustia, sus miedos, su desesperanza, e incluso en aquellos momentos de mayor equilibrio. Impulsa al paciente a continuar con su tratamiento, sobre todo cuando existen problemas de tipo psicológico que dificulta el avance de la terapia. El profesional debe estar capacitado para ayudar a superar las barreras emocionales. El objetivo es que el individuo que recibe el tratamiento pueda mejorar su condición y adquirir toda la autonomía posible. Función y Rol- RELACIONES DEL AT CON EL EQUIPO Y FAMILIA- CÓMO SE UBICA SU FUNCIÓN-
Su tarea está centrada en minimizar las limitaciones, explotando
las capacidades adquiridas, generando más recursos para el desarrollo de su vida. Teniendo en cuenta que no todos los tratamientos conducen a la total recuperación, muchos simplemente apuntan a mejorar la calidad de vida o superar ciertos síntomas. Para ello, el Acompañante Terapéutico debe preparar al paciente, apuntando a aprender a llevar su vida plena y gratificante a pesar de sus potenciales limitaciones. Es importante destacar, que por el trabajo realizado no se genere una dependencia en el paciente, producto de un exceso en su labor y/o malinterpretación del rol del Acompañante por parte del paciente. Su Rol está focalizado en actuar como auxiliar de la salud, colaborando con aquellas personas que se encuentren bajo tratamiento médico. Pueden asistir a aquellas personas con padecimientos tales cómo esquizofrenia, psicosis, autismo, trastornos en el desarrollo, entre otros. Varia con cada paciente, contiene al Sujeto y lo asiste en distintas formas. En algunos casos colabora con el paciente para llevar a cabo actividades cotidianas, que de manera solitaria no podría llevar a cabo. Una de sus funciones es la de acercarse al paciente, conocerlo y generar una empatía por él, a los fines de encontrar la mejor manera de motivarlo a cumplir su tratamiento. Otra es la de potenciar las relaciones sociales del paciente. Ello puede darse a través de su participación en juegos, propuestas lúdicas o incluso laborales, brindándole su compañía en este marco. Retomando lo expuesto, es posible afirmar que el acompañante terapéutico (en adelante AT) es un agente de salud que se ubica en lo cotidiano para poder actuar. De este modo, es capaz de operar sobre lo subjetivo, lo vincular, lo comunitario y lo social. Es oportuno indicar que apunta a contener en forma empática al paciente y a su familia, otorga escucha, contención, apoyo y comprensión psicológica de los procesos por los que atraviesa el paciente, como sujeto y como miembro de un grupo. Transferencia y contratransferencia.
Por un lado, la contratransferencia es definida por su dirección:
sentimientos del analista en relación al paciente. Por otro lado, es definida como un balance que no deja de ser una prueba más de que la reacción de uno no es independiente de lo que viene del otro. La transferencia positiva es el fenómeno resultante de emplear con éxito comunicativo elementos propios de una lengua. La transferencia existe en todas las relaciones humanas, se puede pensar en el vínculo AT –paciente, donde hay fuertes lazos afectivos, cercanos y de cuerpo a cuerpo.
Ese lazo o llamado transferencia, se genera de manera automática e
involuntaria. La transferencia terapéutica tiene que ver con el soportar las vicisitudes de un tratamiento, y esto exige que el analista o el acompañante terapéutico sepa como posicionarse y como sostenerla.
Una buena transferencia permite la evolución de un tratamiento, de la
misma manera que un manejo impropio de la misma, podría disolverla sin posibilidad de recuperación. El acompañante terapéutico como profesional de la salud mental, debe también tener presente que las verbalizaciones o actitudes del paciente no le están dirigidas, su posición es sostener la transferencia pero no posicionarse como destinatario.
Para que el espacio del acompañante se sostenga y el tratamiento
avance, va a depender de la posición con que se establezca la estrategia del tratamiento y, desde ésta, la indicación y la inserción del acompañamiento terapéutico.
Lo que intentamos es pensar el espacio y la función del
acompañamiento, tratando de situar sus límites y alcances. Situar al AT en un lugar distinto al del terapeuta.
La capacidad de empatía, es decir, la aptitud de coincidir con el otro,
suscitando su interés y por lo tanto la convergencia, es imprescindible para el desempeño adecuado en esta tarea.
La flexibilidad es la posibilidad de adecuarse a condiciones cambiantes
sin perder de vista las pautas y el encuadre del trabajo.
El acompañamiento terapéutico como experiencia intersubjetiva es,
sobre todo, un devenir en movimiento y en interacción con otro. Al acompañar se crea en el vínculo con el paciente en un espacio transicional, un espacio entre la desolación y la esperanza, entre la desconexión y la pertenencia.
PROCESOS TRANSFERENCIALES Y CONTRATRANSFERENCIALES
Función de la transferencia y contratransferencia. El análisis presupone que ya se haya instaurado el vínculo transferencial del paciente con su analista. Es en el juego entre transferencia y contratransferencia donde emergerán los afectos, deseos inconscientes, tolerancias e intolerancias. Por un lado, la transferencia aplica a momentos puntuales mientras que la contratransferencia agrupa todo el proceso terapéutico en el psicoanálisis. La transferencia serían los afectos que el paciente desarrolla por su analista y que tienen lugar en el inconsciente. La contratransferencia serían los afectos que el paciente puede despertar en su analista, ya sea por su persona o por su historia personal. El término contratransferencia es introducido por Freud en “Las perspectivas futuras de la terapia psicoanalítica” de 1910. Se describe como respuesta emocional del analista a los estímulos que provienen del paciente, como resultado de la influencia de éste sobre los sentimientos inconscientes del analista.
LA NUEVA LEY DE SALUD MENTAL Y EL ROL DEL AT-
ASPECTOS LEGALES –LEY 26.657- La nueva Ley de Salud Mental sancionada por el Congreso General de la Nación, representa un cambio significativo, no sólo por modificar la concepción de las personas que sufren un padecimiento mental, sino por contener reformas sustanciales respecto del tratamiento; reconoce abordajes diversos para pacientes con patologías psiquiátricas.
En su Capítulo V -Modalidad de Abordaje- (Art. 8 al Art. 12)
Promueve la atención y contención integral en salud mental, a cargo de
un equipo interdisciplinario, integrado por profesionales, técnicos y otros trabajadores capacitados en el área de psiquiatría, psicología, trabajo social, enfermería, terapia ocupacional y otras disciplinas o campos pertinentes.
Deja de lado como única intervención, la internación tradicional,
pasando esto como último recurso en casos de posibles crisis y como un recurso a utilizar sólo en situaciones excepcionales y no de modo indefinido. Focaliza el proceso del tratamiento, efectuando el mismo, fuera del ámbito de internación hospitalaria, reforzando la contención adecuada para que pueda seguir realizando actividades sociales y laborales en los contextos habituales. En este marco, se refuerza la atención primaria de la salud, orientada a la restitución o promoción de los lazos sociales. En éste contexto, los hostales de medio camino, los hospitales de día y el acompañamiento de pacientes constituyen una red de servicios basados en la atención integral de la salud mental. La Ley también establece, que las adicciones deben ser abordadas como parte de las políticas de salud mental y consagra el acceso a los servicios de salud para las personas que padecen consumos problemático de sustancias. Desde el punto de vista de la formación académica, es importante tener en cuenta que el AT es un agente de salud que debe estar en condiciones de interactuar tanto con el paciente y sus familiares, como con el equipo tratante. Su comunicación debe ser clara, para que sea eficaz frente a sus interlocutores, convirtiéndose en una figura confiable para cualquiera de ellos, utilizando el nivel de lenguaje adecuado en cada situación. Esto le permite saber qué sucede y qué debe informar al terapeuta que ve al paciente en espacios y tiempos acotados, o a quién recurrir en caso de requerir intervenciones especializadas Es indispensable que la capacitación del futuro Acompañante Terapéutico esté sustentada por contenidos teóricos, por el análisis de casos clínicos y la observación de pacientes, hecho que le permitirá adquirir un repertorio de experiencias que le sirvan de referencia a la hora de actuar en casos nuevos y le faculten poner en práctica el conocimiento pertinente en el momento adecuado.
La formación teórico clínica implica también una reflexión sistemática
sobre la propia implicación en el acto de acompañar, tener en consideración la movilización personal que produce el contacto con la “locura” y los límites del propio rol. La profesionalización de auxiliares que estén habilitados para participar en tratamientos psicoterapéuticos y psiquiátricos era una tarea pendiente que debía ser tratada por el Estado y hoy es un hecho.
Para tener presente:
DESMANICOMIALIZAR: Dignificar la atención de la salud mental, transformar el vínculo entre el profesional y la persona internada; es implementar internaciones cortas en salud mental, es dignificar el trabajo de todos los trabajadores del hospital; es procurar la atención…