Freud habla de los caracteres generales de los neuróticos obsesivos, refiriéndose a ellos como

necesidades anímicas, ubicándolas en tres territorios: la realidad, la superstición y la muerte.

Respecto a la superstición, el neurótico obsesivo parece obstinarse en encontrar una

explicación supersticiosa a las casualidades inexplicables de la vida cotidiana, creyendo en los
sueños proféticos, los presagios. (Escena chino en la cárcel)

La duda es otra necesidad anímica común a los neuróticos obsesivos. El padre de psicoanálisis
sostiene que en los mismos existe una necesidad de inseguridad y de permanecer siempre en
duda. 

Al abordar el asunto de la duda en la neurosis obsesiva nos implicamos en los interjuegos del
fenómeno amoroso, el cual involucra necesariamente amor y odio, ambivalencia no solamente
en los que padecen neurosis obsesiva, sino a todo sujeto neurótico. La duda del amor se hace
presente con una fuerza importante en la obsesión, tan así que los actos obsesivos buscan
eludir ese conflicto, deshacer la duda. (Escena padre)

Vemos en la neurosis obsesiva dos evidencias interesantes: en primer lugar, la lucha

permanente contra lo reprimido, y por otra al yo y al superyo enormemente involucrados en el
proceso obsesivo. En cuanto a la represión es por medio de ella que se extrae de la conciencia
todo aquello que resulte amenazante y es relegado a la instancia del inconsciente. (padre
violín)

Evan Treborn presenta una neurosis obsesiva la cual se caracteriza en que los síntomas se
inscriben en su pensamiento, él se obsesiona con su pérdida de memoria y eso lo lleva a
estudiarla a lo largo de sus años en la universidad a tevés de un proyecto que involucra
cucarachas (25:19 – 26:01)

El neurótico no soporta el deseo insatisfecho, acepta la falta pero no acepta no llegar en algún
momento a la completud ( ejemplo de porque siempre vuelve a los diarios) El neurótico
obsesivo tiene la necesidad de que el Otro se complete a través de él.

Lacan sostenía que la estructura de la neurosis es una “pregunta”, más allá de ver los síntomas
podemos ubicar en lo que dice el sujeto el tipo de neurosis que es (Histérica-Obsesiva). En el
film podemos observar como Evan se cuestiona la contingencia de su propio existir, se
pregunta acerca de su existencia, además se cuestiona por la muerte. Lacan define al neurótico
obsesivo como un “muerto vivo” ya que siempre está en la imposibilidad y es de lo que más se
queja.