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CUEVAS DE CANTABRIA

Al hablar del origen del


arte, lo primero que viene a
mi mente son las
imágenes del arte rupestre
de las cuevas de
Cantabria.
La primera presencia
humana en lo que hoy se
denomina cornisa
cantábrica, se produjo
hace más de 100 mil años.
Estos seres que habitaron
en clanes nómadas, que
terminaron por formar asentamientos en los que se dedicaron a la caza y a la
agricultura. Desde la época del neandertal, ocuparon cuevas como refugios para
protegerse de las condiciones de la naturaleza. La vida cotidiana de los primeros
pobladores de Cantabria, se desarrollaba en la entrada de las cuevas, dadas las
condiciones de luminosidad que allí aún se hallaba. Posteriormente estas aldeas
se convirtieron en tumbas, en las que los antiguos pobladores enterraban a sus
muertos.
En el siglo XIX comenzó la exploración de las cuevas de Cantabria. El primer
hallazgo fue en la cueva de Altamira, después se hizo una gran cadena de
descubrimientos de arte rupestre.
Lo primero que quisiera tomar del texto de Heidegger es su definición de origen:
“Lo que es y porqué es, lo que llamamos su esencia. El origen de algo es la fuente
de su esencia.” ¿Qué habrá querido decir este ser que pintó estas manos aquí?
¿Qué quería decir o representar? Esto también invita a retomar a Heidegger que
invita a contemplar la obra desde el punto de vista de su realidad, ¿Qué elementos
utilizó para inmortalizar su obra en este espacio? También nos invita a reflexionar
lo que simboliza esto. “La alegoría y el símbolo nos proporcionan el marco dentro
del que se mueve desde hace tiempo la caracterización de la obra de arte.”
¿Quiénes serían y cómo habrían vivido los seres que realizaron esto? “El utensilio
presenta un parentesco con la obra de arte, desde el momento en que es algo
creado por la mano del hombre.”

MARIA MERCEDES GONZALEZ ROUILLE

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