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llegar al éxito-:
1. Sesgo de anclaje
En una negociación del sueldo, quien haga la primera oferta establece un rango de posibilidades
razonables en la mente de cada uno.
2. Disponibilidad heurística
La gente sobrestima la importancia de la información que está disponible para ellos. Una persona
puede argumentar que fumar no es malo porque conoció a uno que vivió hasta los 100 años y se
fumaba 3 paquetes al día.
3. Efecto de arrastre
La probabilidad de que una persona adopte una creencia debido al número de personas que
apoyan esa creencia. Es una manera muy poderosa de crear conciencia grupal y una razón de
porqué los mítines políticos a veces son tan improductivos.
No reconocer tus propios sesgos cognitivos en es un sesgo es sí mismo. La gente se da más cuenta
de los sesgos ajenos que de los suyos propios.
Cuando decides algo tiendes a sentirte bien por ello, incluso si esa decisión tiene defectos. Como
pensar que tu perro es increíble -incluso si muerde a la gente de vez en cuando.
6. Ilusión de agrupación
7. Sesgo de confirmación
La gente da más importancia a la información que tenían que a la información nueva que ha
surgido. A las personas les costó aceptar que la Tierra era redonda porque mantenían su idea
anterior de que era plana.
9. Sesgo de información
La tendencia a buscar información cuando realmente no afecta a la situación. Más información no
siempre es mejor, la gente puede hacer predicciones más exactas con menos información.
Si escuchas “gente honrada y trabajadora que lucha por sacar su futuro adelante con la mayor
ilusión y fuerza” parece que esté hablando de ti, ¿verdad? Pero sólo porque tendemos a tratar la
información vaga y general como si fuera específica y detallada. Los horóscopos parecen creíbles
precisamente por esto.
Juzgar una decisión basada en el resultado -en lugar de cómo se ha tomado exactamente la
decisión en el momento. Que ganaras mucho dinero en las Vegas no significa que apostar tu
dinero fuera una decisión inteligente.
Tendencia a sacar conclusiones diferentes según la manera en que se nos presentan los datos. Si
dices que la leche tiene un 30% de pus, sangre e infecciones no la comprará nadie. Pero los
resultados cambian si dices que tiene un 70% de calcio, a pesar de que ambas afirmaciones son
verdad.
Cuando crees que algo tendrá cierto efecto sobre ti causas que tenga ese efecto. En los
experimentos, a la gente que se le ha dado pastillas de mentira experimentan el mismo efecto
psicológico que a la gente que se la ha dado pastillas de verdad.
La tendencia de asimilar mejor la primera y última información. Por eso siempre te pondrán la
información más importante al principio, y un recordatorio al final. Igual pasa con los números, te
acordarás más fácilmente de los primeros y últimos dígitos de tu teléfono móvil que de los que
están por medio.
18. Prominencia
Tendencia a centrarnos en las características más fácilmente reconocibles de una persona, objeto
o concepto. Cuando piensas en la muerte, posiblemente te preocupe más morir en un accidente
de avión que lo que se supone que estadísticamente es más probable, como morir en un
accidente de coche.
Los sociólogos han descubierto que amamos la seguridad -incluso aunque sea improductiva.
Eliminar el riesgo completamente significa que no hay posibilidad de causar daño -ni de perder
nada, algo que también nos aterra como veremos más adelante-.
Suponer que una persona o grupo de personas tienen ciertas cualidades sin tener información real
acerca de esas personas. Nos permite identificar rápidamente a extraños como amigos o
enemigos, pero la gente tiende a abusar de este sesgo.
La tendencia de la gente a preferir no perder antes que ganar. Esto conduce a una aversión al
riesgo cuando se está evaluando una posible ganancia, ya que entonces preferimos evitar la
pérdida a ganar un beneficio.
Juzgar a una persona por una sola característica o cualidad, y generalizarlo al resto de sus
características o cualidades. Por ejemplo, si alguien es muy guapo le atribuimos una serie de
características positivas sin haber comprobado si las tiene o no: es una persona inteligente,
agradable, simpática.
O si alguien nos parece feo podemos pensar que es aburrido o desconfiado. Algo parecido pasa
con los oficios, categorizando a las personas según sea médicos, recepcionistas o empresarios.
Nos consideramos la única especie capaz de razonar, pero ya veis que no somos tan racionales
como parecemos. Comparte el artículo para que la gente lo sepa y no dudes en dejar tu
comentario más abajo.
No somos tan racionales como nos gustaría pensar. Desde la atención que prestamos
selectivamente a aquello que nos interesa, hasta la costumbre de estereotipar a las personas en
base a una primera impresión, el gran número de prejuicios cognitivos que se entromete en
nuestras decisiones cotidianas es desconcertante.
Comprender estos prejuicios es esencial para poder suprimirlos en los momentos en que tenemos
que tomar una decisión trascendente para nuestra vida o nuestro negocio.
Con el objeto de mostrar la gran amplitud de los prejuicios cognitivos que coartan nuestras
acciones, voy a dedicar las tres próximas entradas del blog a algunos de los más destacados, de
entre una gran lista que puedes consultar en wikipedia.
1. Sesgo de la atención
Se produce cuando alguien se centra únicamente en una o dos opciones, a pesar de existir más
posibilidades.
2. Heurística de disponibilidad
3. Efecto contraproducente
Se da cuando rechazamos evidencias que contradicen nuestro punto de vista, incluso sabiendo
que son ciertas.
4. Efecto arrastre
La probabilidad de que una persona adopte una creencia aumenta acorde al número de personas
que sostienen esa creencia. Es una forma muy poderosa de pensamiento grupal.
5. Prejuicio de creencia
Son prejuicios en los que las personas llegan a conclusiones erróneas basándose en lo que creen o
conocen.
Si no puedes darte cuenta de tus propios prejuicios cognitivos, eres presa de un punto ciego. Todo
el mundo piensa que sus opiniones no están tan sesgadas como la gente pudiera pensar, lo cual es
un prejuicio cognitivo en sí mismo.
7. Prejuicio de apoyo a la elección
Es un prejuicio que consiste en pensar de manera positiva sobre una decisión una vez que está
tomada, incluso cuando la decisión tiene fallos. Puedes hablar maravillas sobre el todoterreno que
te has comprado, e ignorar lo mucho que contamina y el ruido que hace…
Es la tendencia a ver rachas o agrupaciones en acontecimientos aleatorios. Tras ver salir el rojo
varias veces seguidas en una ruleta, un jugador puede llegar a pensar –erróneamente- que el rojo
va a continuar saliendo. En un sesgo relacionado, conocido como sesgo cognitivo, el jugador,
puede terminar pensando que el negro tiene altas probabilidades de salir, pues hace tiempo que
sale, cuando de hecho, los resultados siempre son al azar.
9. Sesgo confirmatorio
Es la tendencia a creer en cierta información que confirma lo que uno piensa o cree que es cierto.
Sucede cuando la gente prefiere creer en evidencias previas en vez de en nuevas pruebas que las
refutan. Por ejemplo, la humanidad tardó mucho en aceptar el hecho de que la tierra era
redonda, porque la sabiduría convencional de la época decía que la tierra era plana.
Un fenómeno bien conocido por quienes nos dedicamos al marketing, en el que un consumidor
cambia de preferencia entre dos opciones al presentarle una tercera.
Las personas somos más propensas a gastar menos dinero cuando disponemos de una
determinada cantidad en billetes grandes que cuando la tenemos en billetes pequeños y monedas.
Cuando una palabra, un nombre, o una cosa que acabas de aprender o conocer, empieza a
aparecer súbitamente por todas partes.
Es un fenómeno que se produce cuando alguien tiene éxito porque cree que debe tenerlo.
Este efecto sucede desde el momento en que tomamos un atributo positivo de una persona o una
marca, y empezamos a asociarlo con todas sus demás características.
Parte del trabajo de los encargados del branding de una marca consiste en ser capaces de
trasladar la percepción que tiene el público de sus cualidades positivas desde su identidad a toda
su oferta, a través de un único atributo que sirve de guía a todos los demás. Mucho ojo con
diversificar más de la cuenta, que el efecto halo es muy poderoso, pero es limitado.
Se da cuando un gran número de personas presenta una exceso de confianza con los problemas
fáciles de resolver, aunque carece de la confianza suficiente para enfrentarse a problemas más
complejos.
Trata de como la forma en que percibimos las cosas a menudo nos inducen a falsas creencias y
conclusiones equivocadas. Esto es útil, tanto para entender como debe comunicar un determinado
diseño, como en el trato con los clientes (y como lidiar con el bagaje de creencias erróneas que a
menudo llevan consigo).
Sesgos cognitivos:
1.- Sesgo de anclaje: Tendemos a dar más credibilidad a la primera información que conocemos
de un determinado tema. El problema está en cuanto esa información está desactualizada u
obsoleta. También en diseño, donde aún hay quien considera prioritario conceptos como “above
the fold” (lo que se ve en pantalla antes de hacer scroll) cuando está ampliamente
demostrado que este concepto ha perdido casi toda su importancia: Los usuarios hacen scroll.
2.- Disponibilidad heurística: Tendemos a dar mayor importancia a la información de la que
disponemos (sobre todo si justifica lo que hacemos). ¿Quién no ha escuchado a un fumador que
conoce a alguien que vivió 100 años y fumaba 2 paquetes a diario? En definitiva, no dar nada por
sentado, y estar abiertos a contrastar y modificar nuestras creencias.
3.- Efecto “opinión de la mayoría”: Mientras más gente adopte una determinada opinión sobre
algo, más probable es que acabemos adoptando nosotros esa misma opinión. Esto es un motivo
por el que a veces es difícil avanzar en reuniones de grupo: los primeros que opinan a menudo
logran que todos acepten sus opiniones. Sin embargo, en las discrepancias es donde a menudo
hacemos hallazgos que permiten avanzar.
4.- Sesgo del punto ciego: No saber ver los sesgos cognitivos que nos condicionan es un sesgo en
sí mismo. Se nos da mejor ver estas cosas en los demás que en nosotros mismos (“No, no, a mí no
me condiciona la publicidad”).
6.- Patrones ilusorios: Es cuando vemos patrones en cosas que no tienen relación real entre sí,
pero que condicionan nuestras decisiones (por ejemplo, si en la ruleta ha salido muchas veces el
rojo, cada vez vemos menos probable que salga de nuevo, aunque las posibilidades siempre son
las mismas).
7.- Sesgo de confirmación: Solemos prestar mayor atención a las noticias e informaciones que
confirman nuestras creencias previas, incluso aunque sean equivocadas, y a “ignorar” las que
contradicen. De ahí la expresión “le entra por un oido y le sale por el otro”.
8.- Sesgo de conservadurismo: Cuando aparece una información que contradice algo que
creíamos saber, tendemos a hacer caso de la primera información antes que la nueva, porque nos
cuesta cambiar nuestro sistema de creencias. Por esto (las evidencias previas indicaban lo
contrario) costó tanto que la gente aceptara que la tierra es redonda.
10.- Efecto avestruz: Cuando decidimos ignorar la información que es negativa o nos perjudica.
Esto ocurre cuando ignoramos o borramos opiniones negativas en redes sociales, o cuando los
inversores miran menos el valor de sus acciones porque saben que el mercado está en un mal
momento. “Si es malo, prefiero no saberlo”.
11.- Sesgo de resultados: Es cuando valoramos una decisión como buena o mala en función del
resultado que dió sin tener en cuenta otros factores. Si te apostaste hasta la camisa en una partida
de póquer y ganaste, verás la decisión como buena, aunque está claro que hacerlo todos los días
acabará costándote caro ;)
13.- Efecto placebo: Seguro que hemos oido alguna vez que los síntomas de un enfermo al que se
le administra un placebo experimenta la misma mejoría que uno que ha recibido la medicina. Esto
no significa que la medicina no sirva, sino que nuestro cerebro también pone de su parte en la
recuperación.
14.- Sesgo pro-innovación: Cuando alguien que propone una innovación tiende a sobreestimar la
trascendencia y a subestimar las limitaciones. Lo hemos visto en la cantidad de startups que no
evalúan correctamente el alcance de sus innovaciones (“¡He inventado el nuevo Twitter!”).
15.- Lo reciente es lo más: Se trata de aceptar las últimas informaciones como las más útiles, y
quitar peso a noticias anteriores. Esto nos conduce al pensamiento cortoplacista, es decir, pensar
que las cosas serán en el futuro igual que hoy, y nos hace perder capacidad para anticiparnos a
cambios en el futuro.
16.- Prominencia: Es la tendencia a centrarnos en los rasgos más reconocibles de una persona o
concepto. Por ejemplo, puede que nos aterre volar, a pesar de que estadísticamente es más
probable morir en un accidente de coche.
17.- Percepción selectiva: Es cuando nos fijamos en lo que nos interesa, mientras pasamos por
alto lo que no nos gusta o interesa tanto. Por ejemplo, los wireframes para una aplicación o sitio
web se hacen en blanco y negro y sin imágenes, porque suele resultar más atractivo evaluar el
diseño que centrar la atención en los contenidos. Por esto es mejor trabajar estos aspectos sobre
esquemas donde no está presente el diseño final.
18.- Estereotipos: Esperar que alguien o algo tenga ciertas cualidades sólo por su apariencia. Es
una forma de intuición muy efectiva (por ejemplo, nos ayuda a identificar enemigos o peligros)
pero tendemos a utilizarlo en exceso, lo que nos hace cometer errores. ¿quién no ha prejuzgado a
alguien por su aspecto para después descubrir que la realidad no se corresponde con nuestro
juicio previo?
20.- Sesgo del riesgo cero: Los sociólogos saben que preferimos las certezas, incluso cuando son
contraproducentes. Intentamos eliminar los riesgos para evitar daños, pero en ocasiones el daño
puede ser mayor si no tomamos ningún riesgo (las compañías de discos no querían que cambiara
nada cuando comenzó la piratería por internet. Las que no se adaptaron, acabaron
desapareciendo).
¿Qué te parecen estos sesgos? ¿Pudiste identificar algunos que te hayan influido? ¿Crees que
conocerlos te ayudará a evitar estos prejuicios?