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LA FILOSOFIA desde el punto de vista de la existencia por KARL JASPERS FONDO DE CULTURA ECONOMICA México - Buenos Aires Primera reimpresion, 1975 (Argentina) Segunda reimpren, 1978 (rertna) ercera reimpresion, 1979 (Angenting) Ceartareimpresin, 1980 (Argentine) Qulat tempest 1981 (Argentina) Sess reimpresin, i989 (Argentine) ‘lima reimpresn, 1084 (Argentina) LS.B.N.: 950-557-008-2 Titulo de la obra en alemén: Einfhrung in die Philosophie © 1049 Artemis-Verlag A. G. de Zurich ‘Traduccién al espanol: Jost Gaos ‘Queda hecho el depésito que manda la Ley 11.723 © 1978 Fondo de Cultura Econémica Impreso en Argentina ella se esperan_ revelaciones ex! 1 {QUE ES LA FILOSOFIA? indiferentemente a_un lado como un pensar que no tiene “objeto. Se la mira con respeto, como cl importante que- hacer de unos hombres insélitos o bien se la desprecia como el superfluo cavilar de unos sofiadores, Se la tiene por una cosa que interesa a todos y que por tanto debe ser en el fondo simple y comprensible, o bien se la tiene por tan dificil que es una desesperacién el ocuparse con ella, Lo que se presenta bajo el nombre de filosoffa proporciona en realidad ejemplos justificativos de tan opuestas aprecia- ciones. Para un hombre con fe en la ciencia es lo peor de todo Mientras que las ciencias han logrado fia carezca por completo de, resultados_univer- fos y susceptibles de ser sabidos y_poseidos. > jos respectivos dominios conocimientos imperiosamente ciertos y universal- mente aceptados, nada semejante ha alcanzado Ia filosofia a pesar de esfuerzos sostenidos durante milenios. No hay gue negarlo: en Ia filosofia no hay unanimidad alguna acer ta de lo conocido definitivamente. Lo aceptado por todor en vista de Fazones imperiosas se ha convertido como con- secuencia en un canocimiento cientifico; ya no es filoso- fia, sino algo que pertenece 2 un dominio especial de lo cognoscible. "Tampoco tiene el pensar filos6fico, como Jo tienen las ciencias, el cardcter de un. proceso progresivo. Estamos cier~ tamente mucho mis adelantados que Hipécrates, el médico griego; pero apenas podemos decir que estemos més ade Jantados que Platén. Sélo estamos mas adelantados ¢n pun- to al material de los conocimientos cientificos de que s sirve este ultimo. En el filosofar mismo, quizd apenas hayamos vuelto a Hegar a él. 7 8 LA FILosoFin Este hecho, de que a toda criaturs de Ia fileotia te fehe, a diferencia de las cienciss, In aceptacion tary je, im hecho que ha de tener eu raiz en li mtunsten bs cms La le te gue cabe lograr en filosolin ast lse icis (misma para todo intelecre, Ty fetciurarse en Tr consecucién del eual entra fa Juego la-csencia enters del hombre, Mientaas que ie wecimien‘os cientificos versan sobre sendos objets co Pecifet saber de los cuales no es en modo alguno seach, Farr fodo el mundo, trétase en la filosofia de Ie tovlnacd el et gue interes al hombre, en cuanto hombre, ts Sg, int verdad que alli donde destella hace press nti hondo que todo conocimiento cientiicn, | Me Pres mis La filosofia a, es decir, = nel estado mm wranca lo @ que hayan Hegado en la Croce correspondiente ths HegePititu de la filosofia tiene otro origen, La fie. sofia rota antes de toda ciencia alli c fombren'” aes de toda ciencia alli donde despiertan los Representémonos esta flosofis sin ci eats Hans st cents em slganas nots ac nmere. En materia de cosas filoséficas se tiene casi todo el mundo por competente. Micntrae que se admite ave en las ciencias son condicién del entender cl estudio, cl adicstiamiento y el método, frente a ls filowlia pre. finde poder sin mis intervenir en ella y hablar de Pe sin por preparacién suficiente la propia humanided’ Propio destino y Is propia experienc , i BE aceptar Ta exigencia de que Ia filosofia gen igzztble a todo el mundo. Los prolijos caminos he we) realms Zecorten los profesionales de ella slo. tienen tlmente enside si desembocan en el hombre, el cual ro- sulsa caracterizado por la forma de su saber del cer i mismo en cl seno de’ éste, . Teh ser y de a “Segundo. El pensar tilostico tiene que i wouthit, E pam ene que ser original en as om Tiene que levarlo 3 cabo cada uno por si Una mar: illosa.s al de que cl hombre filosofa en FILOSOFIA SIN CIENCIA 9 cuanto tal originalmente son las preguntas de los nifios. No es nada raro ofr de Ja boca infantil algo que por su sentido penetra inmediatamente en las profundidades del filusofar He aqui unos ejemplos. Un nifio manifiesta su admiracidn diciendo: “me em- pefio en pensar que soy otro y sigo sicndo siempre yo". Este nifio toca en uno de los origenes de toda certeza, Ja conciencia del ser en la conciencia del yo. Se asombra ante el enigma del yo, este ser que no cabe concebir por medio de ningiin otro. Con su cucstién se detiene el nifio ante este limite. Otro nifio oye Ia historia de la creacién: Al principio cred Dios cl cielo y ia tierra..., y pregunta en cl acto: “GY qué habia antes del principio?” Este nifio ha hecho Ja experiencia de Ja infinitud de Ja serie de Ins preguntat posibles, de la imoosibilidad de que haga alto el intelecto, al que no ¢s dado obtencr una respuesta concleyente, Ahora, una nifia, que va de pasco, a la vista de un bosque hace que le cuenten el cuento de Jos elfos que de noche bailan en él en corro... “Pero é08 no los hay...” Le hablan luego de realidades, le hacen observar el mov’ miento del sol, le explican a cuestin de si es que se mueve el sol o que gira la tierra y le dicen las razones que hablan en favor de iz forma esférica de Ia tierra y del movimiento de ésta en torno de su eje... “Pero ex no es verdad” dice Ja nifia golpeando con el pic en el suclo, “la tierra esta quiets, Yo sélo creo lo que veo.” “Entonces tino erees en papi Dios, puesto que no puedes verle.” A esto se queda Ja nifia pasmada y luego dice muy resuelta: “si no existiese él, tampoco existiriamos nosotros.” Esta nifia fue presa del gran pasmo de Ja existencia: ésta no es obra de si misma. Concibié incluso Ia diferencia que hay entre preguntar por un objeto del mundo y el preguntar por cl ser y spor nuestra existencia en el universo. Otra nifia, que va de visita, sube una escalera. Le hacen ver cémo va cambiando todo, cémo pasa y desaparece, come si no lo hubiese habido. “Pero tiene que haber algo fij que ahora estoy aqui subiendo la escalera de casa de Ie tie siempre sera una cosa segura para mi.” El pasmo y el ex 10 LA FiLowria panto ante el universal caducar y fenccer de las cosas se busca una desmafiada salida, Quien se dedicase a recogerla, podria dar cuenta de tina rica filosofia de los nifios. La abjecién de que los nifios lo habrian odo antes a sus padres 0 a otras personas, no vale patentemente nada frente a pensamientos tan serios, La objecién de que estos nifios no han seguido filosofando ¥ que por tanto sus declaraciones s6lo pueden haber sido casuales, pasa por alto un hecho: que los niiios posecn con frecuencia una genialidad que pierden cuando erecen, Es como si con los afios cayésemos en Ia prisién de las con- venciones y las opiniones corrientes, de las ocultaciones de las cosas que no son cucstién, perdiendo la ingenui dad del nifio, Este se halla atin francamente en ese estado de la vida en que ésta brota, sintiendo, viendo y pregun- tando cosas que pronto se Je cscapan para siempre. El niiio olvida lo que se Te revelé por un momento y se queda sor- Prendido cuando los adultos que apuntan lo que ha dicho ¥ preguntado se Jo refieren mis tarde. ~ Tercero, El filosofar original se presenta en los enfermos mentales lo mismo que en los nifios. Pasa a veces —raras—- como si se rompicsen las cadenas y los velos generales hablase una verdad impresionante. Al comienzo de varias enfermedades mentales tienen lugar revelaciones metafisi- cas de una indole estremecedora, aunque por su forma enguaje no pertenecen, en absoluto, al rango de aquellar que dadas a conocer cobran una significacién objetiva, fue~ 1a de casos como los del poeta Halderlin o del pintor Van Gogh. Pero quien las presencia no puede sustracrse a la impresin de que se rompe un velo bajo el cual vivimos ordinariamente Ja vida. A mis de una persona sina le es también conocida la experiencia de revelaciones misteriosa- mente profundas tenidas al despertar del suciio, pero que al despertarse del todo desaparecen, haciéndonos sentir gue no somos mas capaces de ells. Hay una verdad pro- funda en la frase que afirma que los nifios y los Jocos dicen |a verdad. Pero Ia originalidad creadora ‘a la que somos deudores de las grandes ideas filoséficas no esti aqui, sino cen algunos individuos cuya independencia © imparci SIGNIFICACION DE LA PALABRA FILOSOFIA u Jos hace aparecer como unos pocos grandes espiritus. dise- iminados a lo largo de los milenios. Cuarto. Como la filosofia es indispensable al hombre esté en todo tiempo ahi, piiblicamente, en los refranes tra- icionales, en apotegmas filoséficos corrientes, en convic- one dominantes, como por ejemplo en el Jenguaje de Jos ‘espiritus ilustrados, de las ideas y creencias politicas, pero ante todo, desde el comienzo de la historia, en Jos mitos. No hay manera de escapar 2 Ia filosofia.: La cuestién es tan slo si sera consciente 0 no, si serd buena 0 mala, con- fusa o clara, Quien rechaza 1a filosofia, profesa también tuna filosofia, pero sin ser consciente de ella. JQué es, pues, Ia filosofia, que se manifiesta tan univer- salmente bajo tan singulares. formas? . La palabra griega fildsofo (philésophos) se formé en oposicién a sophés. Se trata del amante del conocimiento (del saber) a diferencia de aquel gue extando en posesiin del conocimiento se lamaba sapiente o sabio. Este sentido de Jn palabra ha persistido hasta hoy: Ja busca de Ia verdad, no la_posesion de ella, es Ja esencia de Ia filosofia, por frecuentemente que se la traicione cn el dogmatismo, esto es, en un saber enw fecto y ensenable. de ir_ de cami preguntas son mds esenciales que sus respuestas, y toda esta se convierte en una nueva pregunta, Peto cate ir de camino el destino del hombre en el tiempo— alberga en su seno Ia posibilidad de una honda satisfaccidn, mas atin, de In plenitud en algunos levantados momentos.” Esta plenitud no estriba nunca en una certeza enunciable, no en proposiciones ni confesiones, sino en Ja realizacién histérica del ser del hombre, al que se le abre el ser mismo, Lograr esta realidad dentro de_Ia_ sit en que se halla en cada caso un hombre es el sentido del Filosofar. ~~ Tr de camino buscando, o bien hallar el reposo y Ia ple nitad dél momento —no son definiciones de la filosofia. Fista no tiene nada ni encima ni al lado. No es derivable ra cosa. ‘Toda filosofia se define ella misma de ninguna ne LA FILOSoFia con su realizacién, Qué sea la filosofia hay “ : ilosofia hay que intentarlo, gin esto cs Ja filosofia a_una la actividad viva del ensa- micnto_v Ta rellexion_sobre este eusamicnto, o bien el ; A. Salo whre Ts base de los. propios tents puede percibirse qué es lo que cn el mundo nee hace frente como filosofia. Pero podemos dar otras formulas del sentido de la filo- sofia. Ninguna sgota este sentido, ni prueba ninguna ser 4a tinica, Oimos en la antigiiedad: Ia filosofia es (segin su objeto) el conocimiento de las cosas divinas y humanas, el conocimiento de lo ente en cuanto ente, es (por su fin) aprender a morir, es el esfuerzo reflexivo por aleanzar la felicidad ssimilacién a to divino, es finalmente (por su qaide universal) el saber de todo saber, el arte de todac las artes, Ia ciencia en general, que no se limita a ningun dominio determinado. 8 ™ . Hoy es dable hablar de la filosofia quiza Jas siguicn- tes formulas; su sentido es: suewen ve Ver Ja realidad en su origen; apresar la realidad conversando mentalmente conmigo mismo, en la actividad interior; " me abrinos 2 a vastedad de To que nos circum osar Ia comanicacién de hombre a hombre sirviéndose de todo espiritu de verdad en una lucha amorosiy __ mantener despierta con paciencia y sin cesar la razén, incluso ante 1o mis extrafio y ante Jo que se rehusa. ; fl es aon concentracién mediante la cual el hombre Ilega.a scr cl mismo, al hacerse partici la ol mb acerse participe de 1 Bien que 1a filosofia pueda mover a todo hombre, inclaso al nif, bajo la forma de dese tan simples cone ‘ences se claboracidn consciente es una faena jamis acabada, que se ropite en todo tiempo y que se rehace constantemente como un todo presente —se manifiesta en las obras de lo grandes filésofos y como un eco en los menores. La con- iencia de esta tarea permanecerd despierta, bajo Ja forma que sea, mientras los hombres sigan siendo hombres, No es hoy Ja primera vez que se ataca a la filosofia en FILOSOFIA PERENNE 13 Ia raiz y se la nicga en su totalidad por superflua y nociva JA qué esté ahi? Sino resiste cuando mis falta naria EL autoritarismo eclesidstico ha rechazado Ia filosofin independiente porque aleja de Dios, tienta a seguir al mun- do y echa a perder el alma con lo que en el fondo es nada, El totalitarismo politico hizo este reproche: los fildsofos se han limitado a interpretar variadamente el mundo, pero se trata de transformarlo. Para ambas mancras de pensar ha pasado la filosofia por peligrosa, pues destruye cl orden, fomenta cl espiritu de independencia y con él el de rebel- dia y revolucion, engafia y desvia al hombre de su verdar dera misién. La fuerza atractiva de un més alli que nos es alumbrado por el Dios revelado, 0 e} poder de un mas acé sin Dios pero que lo pide todo para si, ambas cosit quisie~ ran causar a extincién de la filosoffa, A esto so afiade por parte del sano y cotidiano sentide comin el simple patrén de medida de ia utilidad, bajo el cual fracasa la filosofia, Ya a Tales, que past por ser el pri- mero de los fildsofos griegos, lo ridiculizé Ia sicviente que ¢ vio caer en un pozo por andar observando ei cielo es trellado, A qué anda buscando lo que esta mis lejos, si es torpe en lo que estd més cerca La filosofia debe, pues, just posible. No puede justificarse con otra cosa para Ja que sea necesiria como instrumento. Sélo puede volverse hacia Ins fucrzas que impulsan realmente al filosofar en cida hombre Puede saber que promueve una causa del hombre en cuan- to tal tan desinteresada que prescinde de toda cuestiéa de utilidad y nocividad mundanal, y que se realizard: mientras vivan hombres. Ni siquiera las potencias que le son hostiles pueden prescindir de pensar el sentido que les es propio. ni por ende producir cuerpos de ideas unidas por un fin que son un sustitutivo de la filosofia, pero se hallan so: metidos a Iss condiciones de un efecto buscdo —como e] marxismo y el fascismo, Hasta estos cuctpos de ideas atese tiguan la imposibilidad en que esti el hombre de esquivars. 41a filosofia, Esta se halla siempre ahi Ta filosofia’ no puede Juchar, no puede probarse, pert puede comunicarse. No presenta resistencia alli donde x use, Pero esto es im- 4 LA FILOSOFIA Ja rechaza, ni se jacta alli donde se Ja escucha. Vive en la atmésfera de Ja unanimidad que en el fondo de la huma- nidad puede unir a todos con todos. En gran estilo sistematicamente desarrollada hay filo- sofia desde hace dos mil quinientos afios cn Occidente, en China y en Ia India, Una gran tradicién nos dirige la pa- Jabra, La multiformidad del filosofar, las contradicciones y las sentencias con pretensiones de verdad pero mutuamen- te excluyentes no pueden impedir que en el fondo opere tuna Unidad que nadie pose pero en torno a la cual giran en todo tiempo todos Jos esfuerzos serios: la filosofia una y eterna, la philosophia perennis. A este fondo histérico de nuestro pensar nos encontramos remitidos,’si queremos pen- sar esencialmente y con la concicncia mis clara posible. " LOS ORIGENES DE LA FILOSOFiA. LOS ORIGENES DE LA FILOSOFIA La historia de 1a filosofia como pensar metédico ti comienzos hace dos mil quinientos afios, pero como pensar m: mucho antes. Sin embargo, comienzo no es lo mismo que origen. El comienzo es histérico y acarrea para los que venen ie fespués tun conjunto creciente de supuestos sentados por el trabajo mental ya efectuado. Origen es, en cambio, Ja fuente de Ja que mana en todo tlempo el impulso que mucve a filo- ‘Sofar. Unicamente gracias a él resulta esencial la filosofia ‘Fetual en cada momento y comprendida la filosofia ante- rior. Este origen es miltiple. Del_asmbro sale la pregunta y_el_conocimiento, de_la ‘nude weer de To conocido eh examen erftico y Ta clara certeza, de Ia conmocion del kom- Jre_y de Ia conciencia_de estar perdido la_cuestiéi si propio. Representémonos ante todo estos tres motivos. Primero, Platén decia que el_asombro es cl origen de la fi losofia. Nuestros ojos nos “hacen ser participes del es pectaculo de las estrellas, del sol y de la béveda celeste”. Este especticulo nos ha “dado el impulso de investiga: el universo. De qui broté para nosotros la filosofia, el mayor de los bienes deparados por los dioses a la raza de Jos mor- tales”. Y Aristoteles: “Pues la admiracién es Jo que im- pulsa a los hombres a filosofar: empezando por admirarse de lo que les sorprendia por extraiio, avanzaron poco a poco y se preguntaron por las vicisitudes de la luna y del sol, de los astros y por el origen del universo.”” El admirarse impele_a conocer, En la admiracién_co- bro"conclench de ne taber. Busco el wet, pero-cl tibet Cae ars Siivices ninguna needed coma”. NS Rae oe come ae deaperar de vinccion + las necesidades de Ia vida. Este despertar tiene lugar mi 5 16 La FiLosoFia rando desinteresadamente a las cosas, al cielo y al mundo. preguntando qué sea todo ello y de dénde todo ello ven 8, preguntas cuya respuesta no serviria para nada dtl, sino que_sesulta satisfactoria por si sola, Segundo, Una vez que he satisfecho mi_asombro y admiracién con el conocimiento de lo que existe, pronte se anuncia la duds, A buen seguro que se acumulan los conocimientos, pero ante el examen critico no hay nada clerto. Las percepciones sensibles estén co nuestrés Srganos scnsorisles y son engai que existe fuera temente de que sia percibide o en si, Nucstras formas men- tales son las de nuestro humano intelecto. Se enredan en contradicciones insolubles. Por todas partes se alzan unas afirmaciones frente a otras. Filosofando me apodero de Ja duda, intento hacerla radical, mas, o bien gozindome en Ja negacién mediante ella, que ya no respeta nada, pero que por su parte tampoco logra dar un paso més, 0 bien preguntindome dénde estari Ia certeza que escape a toda duda y resista ante toda critica honrada, La famosa frase de Descartes “pienso, lucgo existo” era para él indubitablemente cierta cuando dudaba de todo Jo clemés, pues ni siquiera el perfecto engafio en materia de conocimiento, aquel que quizé ni perctbo, puede engafiarme acerca de mi existencia mientras me engafio 4l pensar. Ia duda se vuelve como duds metédiea'Ja fuente del examen critico de todo conocimiento, De aqui que sin una dada radical, ningin verdadero filosofar. Pero lo decisivo es.cémo y dénde se conquista a través de Ia duda misma el terreno de Ja certeza. Y tercera. Entregado al conocimiento de los objetos del mundo, practicando la duda como la via de'la certeza, vive entre y para lis cosas, sin pensar en mi, cn mis fines, mi dicha, mi salvacién. "Mis bien estoy olvidado de mi y s+ fisfecho de alcanzar semejantes conocimientos. Ta cosi se vuelve otra cuando me doy cuenta de mi mismo en mi situaciy EI estoico Epicieto decia: “EI origen de Ia filosol el percatarse de la propia debilidad ¢ impotencia.” ;Cémo LA SITUACION HUMANA 7 salir de Ja impotencia? La respuesta de Epicuro deeia: con- siderando todo Jo que no esté en mi poder como indife- rente part mi en su necesidad, y, por el contrario, ponien- do en claro y en libertad por medio del pensamiento lo que reside en mi, a saber, Ia forma y el contenido de mis representaciones. Cerciorémonos de nuestra humana situacién. Estamos siem- pre en situaciones. Las situaciones cambian, las ocasiones se suceden. $i éstas no se aprovechan, no vuelven més. Puede trabajar por hacer que cambie la’ situacién. Pero hay. si- Ir su csencia nancntes, aun cuando se altere Sa apa romentines + se cubra de un velo su poder sobrecogedor: no puedo menos de morir, ni de padecer, ni de Juchar, estoy sometido al_acaso, me hundo inevitable- monte en fa culpa, Estas situ ntales de nues tra_exister Jas Hamamos_situaciones limites, ( Quiere e de- ‘que son situactones de Jas gue no _podemos salir ue, no polomos alean— Le conctenca dear stagione Te profundo ain, deh filosoffa, Pn Ta vida corriente hufios frecuentemente ante cllas cerrando los ojos y haciendo como cremor que mari al mos nuestro ser culpables ¥ nuestro estar entregados al acaso. Entonces slo tenemos que habérnoslas con jas situa~ ciones coneretas, que manejnnos a nuestro gusto y a las que reaccionamos actuando segin planes en el mundo, impulsa- dos por nuestros intereses vitales. A las situaciones limites reaccionamos, en cambio, ya velindolas, ya, cuando nos da- mos cuenta realmente de ellas, con la desesperacidn y con In reconstitucién: Llegamos a ser nosotros mismos en una transformacién de Ia conciencia de nuestro ser. Pongamonos en clard nuestra humans situacién de otro modo, como In dasconfianza que merece tado ser mundanal Nuestra ingenuidad toma el mundo por el. ser pura y simplemente, Mientras somos felices, estamos jubilosos de nuestra fuerza, tenemos una confianza irreflexiva, no sabe- mos de otras cosas que Jas de nuestra inmediata circuns- 18 LA FILosoria tancia, En el dolor, en la flaqueza, en Ia impotencia nos esesperamos. Y una vez que hemos salido del trance y se- guimos viviendo, nos dejamos dedlizar de nuevo, olvidados e nosotros mismos, por lz pendiente de la vida feliz, « Pero el hombre se vuelve prudente con semejantes ex- periencias, Las amenazas le empujan a asegurarse. La do- minacién’ de la naturaleza y Ia sociedad humana deben gatantizar la existencia, E] hombre se apodera de Ja naturaleza para ponerla a su servicio, la ciencia y la técnica se encargan de hacerls digna de confianza, Con todo, en plena dominacién de la naturaleza sub- siste Jo incalculable y con ello la perpetua amenaza, y a la postre el fracaso en conjunto: no hay manera de acabar con el peso y Ia fatiga del trabajo, Ia vejez, la enfermedad y la muerte. “Cuanto hay digno de confianza en Ja naturaleza dominada se limita a ser una parcela dentro del marco del todo indigno de ella. ¥ el hombre se congrega en sociedad para poner limi- ‘es y al cabo eliminar 1a lucha sin fin de todos contra to- tos; en Ja ayuda mumua quiere lograr la seguridad Pero también aqui subsiste el limite. Sélo alli donde los Estados se hallaran en situacién de que cada ciudadano fuese para el otro tal como lo Tequiere Ja solidaridad abso- luta, sélo alli podrian estar seguras en conjunto la justicia ¥ Ia Hbertad. Pues sélo entonces si se le hace injusticia a alguien se oponen los demés como un solo hombre. Mas numea ha sido asi. Siempre es un circulo limitado de hom- bres, 0 bien son sélo individuos sueltos, los que se asisten realmente unos a otros en Jos casos més extremados, incluso fen medio de la impotencia. No hay Estado, ni iglesia, ni sociedad que proteja absolutamente. Semejante proteccién fue la bella ilusién de tiempos tranquilos en los que per- manecia velado el Jimite. Pero en contra de esta total desconfianza que merece el mundo habla este otro hecho. En el mundo hay lo dig- no de fe, Jo que despierta la confianza, hay el fondo on que todo se apoya: cl hogar y Ia patria, los padres y los ante pasados, los hermanos y los amigos, la esposa. Hay cl fondo LAS SITUACIONES LiMiTES 19 histérico de la tradicién en ta lengua materns, en la fe, en Ja obra de los pensadores, de los poetas y artistas. Pero ni siquiera toda esta tradicién da un albergue se- guro, ni siquiera ella da una confianza absoluta, pues tal como se adelanta hacia nosotros es toda ella obra humana; en ninguna parte del mundo esté Dios. La tradicién sigue siendo siempre, ademés, cuestionable. En todo momento tiene el hombre que descubrir, mirindose a si_mismo 0 sacindolo de su propio fondo, lo que es para él certeza, ser, confianza. Pero esa desconfianza que despierta todo ser mundanal es como un indice levantado. Un indice que prohibe hallar satisfaccién en el mundo, un indice que se- fala a algo distinto del mundo. Las situaciones limites —Ia muerte, cl acaso, la culpa y la desconfianza que despierta el mundo— me ensefian lo que es fracasar. {Qué haré en vista de este fracaso absoluto, a Ja visién del cual no puedo sustraerme cuando me repre- sento las cosas honradamente? No nos basta el consejo del estoico, el retraerse al fon- do de Ja propia libertad en la independencia del pensa- miento. El estoico erraba al no ver con bastante radicalidad Ja impotencia del hombre, Desconocié la dependencia in- clu:o del pensar, que en si es vacio, esti reducido a To que se le da y Ia posibilidad de Ia locura, El estoico nos deja sin consuclo en Js mera independencis del pensamiento, porque a éite le falta todo contenido propio. Nos deja sin experanzas, porque falla todo intento de superacién espon- tinea e intima, toda satisfaccidn lograda mediante una en- trega amorosa y Ja esperanzada expectativa de lo posible. Peto lo que quiere cl estoico es auténtica filosoffa. El origen de ésta gue hay cn Jas situaciones limites da el im- pulso fundamental que mueve 2 encontrar en el fracaso el camino gue lleva al ser. | Es decisiva para el hombre la forma en que experimen- ta el fracaso: el permanecerle oculto, dominindole al cabo sélo ficticamente, © bien el poder verlo sin velos y tenerlo presente como limite constante de la propia existencia, bien cl echar mano a soluciones y una tranquilided iluso- 20 LA FILOSOFIA ras, o bien el aceptarlo honradamente en silencio ante lo indescifrable. La forma en que experimenta su fracaso es lo que determina en qué acabaré el hombre. En las situaciones limites, 0 bien hace sa aparicién la nada, o bien se hace sensible Jo que realmente existe 2 pe~ sar y por encima de todo evanescente ser mundanal. Hasta la desesperacién se convierte por obra de su efectividad, de su ser posible en el mundo, en indice que sefiala mas alld de éste. Dicho de otra manera: el hombre busca la sulvacién. Esta se Ja brindan Jas grandes religiones universales de a salvacién. La nota distintiva de éstas es el dar una garantia objetiva de la verdad y realidad de la salvacién. El camino de ella conduce al acto de 1a conversién del individuo, Esto no puede darlo Ia filosofia. Y sin embargo, es todo filosofar un superar el mundo, algo andlogo a la salvacién. Resumamos. El origen del filosofar reside en Ja admiracién, en Ja duda, en Ia conciencia de estar perdido. En todo caso comienza ef filosofar con una conmocidn total del hombre y siempre trata de salix del estado de turbacién hacia una meta. Platén y Aristételes partieron de Ja admiracién en bus- ca dela esencia del ser. Descartes buscaba en medio de Ia serie sin fin de lo incierto Ia certeza imperiosa, Los estoicos buscaban en medio de los dolores de la cxistencia la paz del alma. “Cada uno de estos estados de turbacién tiene su vers dad, vestida histéricamente en cada caso de las respectivas ideas y lenguaje. Apropiindonos histéricamente éstos, avan- zamoi a través de ellos hasta los origenes, atin presentes en nosotros. EL afin es de un suclo seguro, de la profundidad del ser, de eternizarse. Pero quizd no es ninguno de estos origenes el mis ori~ ginal o el incondicional para nosotros, La patencia del ser para Ia admiracién nos hace retener el aliento, pero nos tienta a sustraernos 3 los hombres y a caer presos de los he- LA COMUNICACION ENTRE LOS HOMBRES 2 chizos de una pura metafisica. La certeza imperiosa tiene sus tinicos dominios alli donde nos orientamos en el mun- do por el saber cientifico. La imperturbabilidad del alma en el estoicismo s6lo tiene valor para nosotros como actitud transitoria en el aprieto, como actitud salvadora ante Ja in- minencia de la caida completa, pero en si misma carece de contenido y de aliento, Estos tres influyentes motives —Ia admiracién y el co- nocimiento, la dugla y Ia certeza, el sentirse perdido y. el encontrarse a si mismo— no agotan lo que nos mueve filosofar en la actualidad. En estos tiempos, que representan el corte més radical de la historia, tiempos de una disolucién inaudita y de po- sibilidades slo oscuramente atisbadas, son sin duda validos, pero no suficientes, los tres motivos expucstos hasta aqui. Estos motivos resultan subordinados a una condicién, la de Ja comunicacién entre los hombres. En la historia ha habido hasta hoy una natural vinculae cién de hombre a hombre en comunidades dignas de con- fianza, en instituciones y en un espiritu general. Hasta el solitario tenia, por decirlo asi, un sostén en su soledad. La disolucién actual es sensible sobre todo en el hecho de que los hombres cada vez se comprenden menos, se en- cuentran y se alejan corriendo unos de otros, mutuamente indiferenies, en el hecho de que ya no hay lealtad ni co- munidad que sea incuestionable y digna de confianza. En Ih actualidad se torna resueltamente decisiva una situacidn general que de hecho habia existido siempre. Yo puedo hacerme uno con el préjimo en la verdad y no Jo puedo; mi fe, justo cuando estoy seguro de mi, choca con otras fes; en algdn punto limite sSlo parece quedar la lucha sin esperanza por J2 unidad, una lucha sin més salida que Ia sumisién o 1a aniquilacién; la flaqueza y Ia falta de energia hace a los faltos de fe o bien adherirse ciegamente © bien obstinarse tercamente. Nada de todo esto es acce- sorio ni inesencial, Todo ello podria pasar si hubiese para mien el aisha micnto una verdad con Ja que tener bastante. Ese dolor de Ja falta de comunicacién y esa satisfaccién peculiar de la 22 LA FILOSOFIA comunicacién auténtica no_nos afectarian_filoséficamente como Jo hacen, si yo estuviera seguro de mi mismo en la absoluta soledad de la verdad. Pero yo s pafiia del projimo; solo, no soy nada. Una comunicacién que no se limite 2 ser de intelecto a intelecto, de espiritu a espiritu, sino que Hegue a ser de existencia a existencia, tiene sélo por un simple medio to- ddas tas cosas y valores impersonales. Justificaciones y ata- ques son entonces medios, no para lograr poder, sino para acercarse, La lucha ¢# una lucha amorosa en la que cada cual entrega al otro todas Jas armas. La certeza de ser pro piamente solo se da en esa comunicacién en que la libertad esta con la libertad en franco enfrentamiento en plena so- lidaridsd, todo trato con el projimo es slo preliminar, pero en el momento decisivo se exige mutuamente todo, s hacen preguntas radicales. Unicamente en la comunicacién se realiza cualquier otra verdad; en ella slo soy yo mismo, no Timitindome a vivir, sino henchiendo de plenitud 1s vida, Dios slo se manifiesta indirectamente xnunca in- dependientemente del amor de hombre a hombre; a cer- teza imperiosa es particular y relativa, est subordinada al todo; el estoicismo se convierte en una actitud vacia y pétrea, La fundamental actitud filosdfica cuya expresién inte- ¢ expuesto a ustedes tiene su raiz en el estado de producido por la ausencia de la comunicacién, en el afin de una comunicacién auténtica y en la posibil dad de una lacha amorosa que vincule en sus profundidades yo con yo. Y este filosofar tiene al par sus raices en aquellos tres estados de turbacién filoséficor que pueden someterse todos 2 la condicién de lo que signifiquen, sea como auxiliares 0 sea como enemigos, para la comunicacién de hombre a hombre. El origen de la filosofia esté, pues, realmente en la ad- miracién, en Ja duda, en la experiencia de las situaciones fimites, pero, en ultimo término y encerrando en s{ todo esto, en la voluntad de la comunicacién propiamente tal. ‘Ast se muestra desde un principio ya en el hecho de que LA COMUNICACION ENTRE LOS HOMBRES 23 toda filosofia impulsa a la comunicacin, se expresa, quisie- 1a ser ofda, en el hecho de que su esencia es 12 coparticipa- cin misma y ésta es indisoluble del ser verdad. Unicamente en la comunicacién se alcanza el fin de la filosofia, en el que esté fundado en iltimo término el sen- tido de todos los fines: el interiorizarse del ser, Ia claridad del amor, 1a plenitud del reposo,

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