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La Clasificación de Los Bienes Dentro de Una Sociedad de Gananciales en El Derecho Civil Peruano
La Clasificación de Los Bienes Dentro de Una Sociedad de Gananciales en El Derecho Civil Peruano
DE DERECHO
PRODUCTO ACREDITABLE
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AUTOR:
CURSO:
Derechos Reales
CICLO Y SECCIÓN
IV – B
PIMENTEL – 2019 II
DEDICATORIA
A mis padres, por haber hecho posible el anhelo de estudiar la carrera, darles las
gracias por apoyarme en los momentos buenos y difíciles de la vida.
Y desde luego al docente del curso, por su incansable motivación por ser mejores
estudiantes.
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LA CLASIFICACIÓN DE LOS BIENES DENTRO DE UNA SOCIEDAD DE
GANANCIALES EN EL DERECHO CIVIL PERUANO
Mediante el matrimonio mujer y hombre unen sus vidas para realizar un proyecto de
vida en común. La celebración del matrimonio da lugar a una sociedad conyugal,
generadora de derechos y deberes recíprocos entre ambos cónyuges, y de éstos dos
para con los descendientes que tuviesen. Los derechos y deberes que nacen a
propósito del matrimonio son de orden personal y económico, acentuando entre los
últimos, los deberes de fidelidad, cohabitación y asistencia; su regulación responde a
lograr el fin del matrimonio.
Sin duda, otro de los aspectos que se desprende de esta sociedad es el soporte
económico, que garantice la estabilidad y permanencia de la familia, en donde también
se dan relaciones de orden económico, pues cada uno de los cónyuges tiene la
posibilidad de llevar al matrimonio el patrimonio que tenía cuando era soltero, e incluso
la misma sociedad conyugal, ya dentro del matrimonio, adquirirá bienes y contraerá
obligaciones.
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Para llevar una correcta línea de desarrollo, es preciso iniciar con los concernientes
alcances jurídicos, no sin antes, remembrar que el matrimonio como institución social
crea un vínculo conyugal y es reconocido en disposiciones legales; instruiremos
primero la sociedad conyugal, que constituye un patrimonio en comunidad, se trata de
una comunidad de bienes. Es decir, es una comunidad que recae sobre un patrimonio
separado, puesto que no se confunde con el patrimonio privado de los cónyuges.
Acorde al Art. 295 de la norma civil vigente, si los futuros cónyuges optan por el
régimen de separación de bienes, deben otorgar escritura pública, bajo sanción de
nulidad, y para que surta efecto debe inscribirse en el registro personal. Resulta
interesante que a falta de escritura pública se presuma que los interesados han optado
por el régimen de sociedad de gananciales. Precisamente nuestro tema de
investigación se centra en este último, estudiar el régimen de los bienes dentro de una
sociedad conyugal.
Son los regímenes patrimoniales del matrimonio, los que determinan cómo
contribuirán varón y mujer en la atención de las necesidades del hogar y del grupo
familiar, así como la repercusión que el matrimonio tendrá sobre la propiedad y
administración de los bienes presentes o futuros de los cónyuges y, también, la
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medida en que esos bienes responderán ante terceros por las deudas contraídas por
cada uno de los esposos.
Si bien el Art. 315 de nuestra norma civil exige que para disponer de los bienes
sociales o gravarlos, se requiere la intervención del marido y la mujer, esta disposición
debe armonizarse con los principios contractuales antes referidos, operando la nulidad
del acto de disposición de cualquiera de los cónyuges siempre y cuando los
adquirentes tengan pleno conocimiento de que el bien por adquirir ostente la calidad
de un bien de la sociedad de gananciales, conocimiento previo que importaría la mala
fe de estos últimos.
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sería contradictoria con la confusión que, se produce entre los bienes del marido y los
de ésta, durante el régimen.
Los titulados bienes sociales no son ajenos a los cónyuges, desde que no pertenecen
a una persona distinta de ellos, simplemente que no les pertenecen de manera
exclusiva y absoluta. La única solución frente a ese problema es que los bienes
sociales pertenecen en común a ambos cónyuges, pero están sujetos a un régimen
regulado principalmente por el Código Civil.
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Por su parte refiriéndose a esta sociedad, Echecopar García [CITATION Ech52 \n \t \l
10250 ] aduce que:
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7. Las acciones y las participaciones de sociedades que se distribuyan
gratuitamente entre los socios por revaluación del patrimonio social, cuando
esas acciones o participaciones sean bien propio.
8. La renta vitalicia a título gratuito y la convenida a título oneroso cuando la
contraprestación constituye bien propio.
9. Los vestidos y objetos de uso personal, así como los diplomas,
condecoraciones, correspondencia y recuerdos de familia.
De este modo, en los incisos vistos anteriormente, han quedado establecidos los
supuestos en los que el bien propio responde al dominio exclusivo de uno de los
cónyuges respecto de un bien en particular.
Así mismo, el Art. 310 señala que, son bienes sociales todos los no comprendidos en
el artículo 302, incluso los que cualquiera de los cónyuges adquiera por su trabajo,
industria o profesión, así como los frutos y productos de todos los bienes propios y de
la sociedad y las rentas de los derechos de autor e inventor. También tienen la calidad
de bienes sociales los edificios construidos a costa del caudal social en suelo propio
de uso de los cónyuges, abonándose a éste el valor del suelo al momento del
reembolso.
Con esto, lo que aporte cualquiera de los cónyuges debemos entenderlo como los
bienes que figurativamente se llevan al matrimonio, y que sirven a la sociedad, pero no
se pierde la titularidad del bien respecto del que lo llevó. El patrimonio comunitario,
comprende todos los bienes que cada uno de los cónyuges tenía al momento de
iniciarse el régimen, corporales o incorporales, muebles o inmuebles, créditos o rentas,
sin atender al origen o título de adquisición. Son estos bienes los que se devuelven a
su titular cuando fenece la sociedad de gananciales.
Tal y como señala Mendoza [CITATION Men16 \n \t \l 10250 ], “Los actos de disposición
de una persona como propio cuando es social, son incluso materia de discusión en el
VIII Pleno Casatorio en materia civil, a fin de determinar si nos encontramos en un
supuesto de nulidad o ineficacia”.
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Con respecto a la administración de los bienes sociales, concierne a ambos cónyuges,
sin embargo hay excepciones, asignándose la administración a uno de los cónyuges
por expresa autorización del otro, con esto uno de los cónyuges asume la
administración por ausencia del otro, o estando presente, está impedido por
interdicción u otra causa; y, por abandono del hogar conyugal de uno de los consortes,
asume de pleno derecho la administración el otro. Los bienes sociales vienen a ser,
bienes comunes de los cónyuges, cuya administración y disposición corresponde a
ambos, salvo el otorgamiento de poderes.
Es necesario acotar respecto del régimen patrimonial, que, existe la posibilidad de que
los cónyuges decidiesen cambiar de régimen patrimonial, y en cada oportunidad que
se realice una permutación del régimen vigente, resulta exigible la formalidad de la
escritura pública y la inscripción en el Registro de Personas Naturales del régimen
vigente.
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En nuestro país todavía existen disparidades en las posibilidades de obtener igual
remuneración o igual oportunidad de desarrollo profesional en ambos cónyuges, lo que
contribuye a reforzar que se mantenga el régimen patrimonial de sociedad de
gananciales. La separación de patrimonios usualmente se presenta en los matrimonios
que comprenden que esta resulta una forma de proteger el patrimonio de la familia, al
no arriesgar el íntegro del patrimonio por la actividad económica de uno de los
cónyuges.
CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFÍA
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