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Romanus Ius
Leges anima populorum et speculum societatis (las leyes son el alma de los pueblos y el
espejo de la sociedad).
Debemos acercarnos al estudio de las leyes siendo conscientes de que nos estamos
varias personas, porque si nos acercamos a ellas de manera frívola e inconsciente, nunca
podremos valorar la razón por la que estas han sobrevivido a la prueba de lugares, tiempos
y condiciones; esa razón es que las leyes deben abarcar y comprender al ser humano, a la
persona.
Las leyes romanas no versan sobre las necesidades de los páramos, de los animales, de las
plantas, de los desiertos, porque para empezar, en ellos no hay nada que pueda gozar de
derechos y recibir obligaciones. Las leyes romanas versan sobre las necesidades y deseos
discriminación, de injusticia e inequidad, o por lo menos, este es el caso de las XII tablas,
Son estas vicisitudes las que acaban de explicarlo, y algunos de sus aspectos más oscuros en
(Amunátegui, 2006)
Desarrollo
A) La Madre Roma
“Todo el que posee una parte del poder tiene por misión fundamental asegurar el
mantenimiento del orden, aquel orden del mundo que era la preocupación que obsesionaba
El gran e imperioso Pueblo Romano es reconocido a nivel mundial, y su voz ha roto todas
casi la totalidad de los sistemas jurídicos con los que contamos hoy en día en todo el
mundo. Hoy, en toda América y Europa Occidental tenemos una gran deuda con ese gran
imperio que, aunque “caído” en el año 476, sigue viviendo y latiendo fuerte y firme en
A pesar de que compartimos la esencia jurídica de la Antigua Roma, hay diferencias claras
en algunos aspectos, pero que no son diferencias de mala fe, sino que son cambios que se
Un ejemplo de ello es que en esos años de antaño, un Magistrado era un juez al mismo
tiempo que tenía otros poderes, que nosotros ahora decimos que son los propios del
ejecutivo y del legislativo, división que debemos a los grandes teóricos y pensadores del
Roma que actualmente. “Una ley era entonces una voluntad del pueblo manifestada según
ciertas formas, pero pudiendo aplicarse a objetos muy diferentes, lo mismo a una
(Grimal, 1999). Por esto, una ley, entonces, no implicaba lo que hoy.
mantener las relaciones de las personas entre ellas y con la ciudad”. Esto daba lugar a que
del magistrado.
Un punto importante es que las XII tablas no fueron el primer intento por establecer un
jurisconsulto (un estudioso y experto en Derecho) “Pomponio refiere que Rómulo y sus
sucesores hicieron votar leyes por las curias” y que “bajo Tarquinio Soberbio un cierto
Papirio […] las publica en una colección llamada Ius Civile Papirianum” (Petit, 2013).
Según la tradición mitológica se supone que el Rey Numa Pompilio, sucesor de Rómulo,
recibió en sueños dictámenes de parte de los dioses, y estos eran leyes cuyo cumplimiento
debía exigir al pueblo de Roma, las cuales, plasmó en esas doce tablas.
La tradición histórica más aceptada nos dice que se envía a algunos patricios de Roma a
Grecia, cerca del año 301, para que se ilustraran con el estudio de su legislación, quienes
son ayudados de una manera muy significativa por Hermodoro. Esa tradición, según Petit
(2013), tiene la suficiente solidez y respaldo histórico para no poder ser contestada, además,
por lo que hoy sabemos de esas XII tablas, realmente tenían una fuerte marca helenística.
magistrados patricios para que creen las leyes. Después se vio que estas habían sido
insuficientes, por lo que en el 304 se eligió a otros decenviros, que terminaron entregando
Erróneamente se ha llegado a decir que las doce tablas son una mera copia de las leyes
griegas, pero esto es una afirmación falsa y sin fundamento; estas tienen, según Petit
personal de los decenviros, sino como la consagración formal de las antiguas costumbres
romanas, concediéndoles nueva y mayor fuerza. “La ley de las XII tablas reglamentó a la
vez el derecho público y el derecho privado. Los romanos la consideraron como la fuente
propia de su derecho. Es la ley por excelencia y todo lo que de ella deriva es calificado
Las costumbres de los antepasados (mores maiorum) eran la primera fuente de Derecho
para los romanos, hasta que los plebeyos exigieron que se pusieran las leyes por escrito
para que se pudiera hacer continua y segura referencia a ellas y no hubiera juicios que
lo personal, creo que es completamente aceptable y razonable lo que nos dice Du Pasquieur
(1937), que “la historia revela un constante impulso hacia el derecho escrito”. Es el sistema
escrito, en mi opinión, el que puede brindar una mayor seguridad jurídica, por eso podemos
ver que en Roma, desde el tiempo de la Monarquía, de alguna manera tendieron a tener por
escrito las normas más importantes, a pesar de que después el sistema de derecho romano
visión religiosa y la visión laicista. Muchas sentencias, como podrían ser la que se diera en
el caso de robo de ganado, por la noche, podrían llegar a hacer que el culpable fuera
declarado sacer, esto era dejar el asunto a los dioses, pues lo que los magistrados buscaban
era que el pueblo se mantuviera en una buena relación con los dioses cumpliendo su
voluntad reflejada en las XII tablas. Esa sacralización era llanamente una sentencia de
muerte. Los romanos, al igual que los griegos se aprovechaban de la religiosidad del pueblo
Grimal (1999) nos dice que no es insignificante el hecho de que, en las XII tablas,
observamos leyes de carácter religioso junto con otras de carácter meramente civil. Esto se
daba por la fuerte concepción religiosa que se tenía en ese entonces (hay que recordar que
el Pueblo Romano era sumamente supersticioso), aunque sí podemos observar que, con el
pasar de los años, la legislación en Roma se fue laicizando, y durante los mismos períodos
por ejemplo, cuando se reduce la fuerza de las penas correspondientes a los delitos.
En aquellos tiempos, según la legislación a la que nos estamos refiriendo en todo el ensayo,
la violación de una prescripción legal no era considerada en sí como un delito civil, sino
como una contradicción a un mandato divino, por lo que la sanción era algo natural, algo
que el rey, después el cónsul, debían aplicar para mantener el orden en la Urbs, entre los
ciudadanos, y para mantener una relación pacífica y dócil como un pueblo con sus dioses.
Las XII tablas fueron producto de la legítima exigencia de los plebeyos por una igualdad
ante la ley con respecto a los patricios. Es verdad que esta legislación fue un gran avance, y
de hecho Petit (2013) habla de ellas como la fundación real de la ciudad romana, pero
tampoco fueron la panacea a los problemas que la plebe percibía, y de hecho, según
Cicerón, en una de las últimas dos tablas, se les negaba el derecho a contraer matrimonio en
iustae nuptie, y según Dionisio de Halicarnaso, en la cuarta tabla se les negó también el ius
Muchas de las prescripciones de las XII tablas tienen por objeto hechos de la vida rural. Se
animales que cometen depredaciones en los campos, pero todo esto es natural en una
rastro de un tipo de justicia rural, sino que cuando se quería impartir justicia con respecto a
estos temas. En tiempos de las XII tablas el derecho era de carácter eminentemente urbano.
También podemos encontrar en ellas, en las referencias de ellas que nos han llegado hasta
hoy, pues no conocemos su contenido íntegro, prescripciones relativas a los juicios, a las
deudas, cuestiones sobre matrimonio, patria potestad, regulación de relaciones por
parentesco, de la propiedad.
Conclusión
Las XII tablas fueron dadas al pueblo gracias a las exigencias de los pueblos que querían
eliminar la desigualdad legal suya con respecto a los patricios. La cuestión fue que a pesar
de todo, éstos no vieron sus deseos del todo satisfechos. Una de sus exigencias era que se
les concediera la facultad legal para contraer iustum matrimonium con una persona de
diferente clase social, pero justamente, en la onceava tabla, que es complementaria a las
diez originales, se establece, según Antequera (1874) que “los patricios no pueden contraer
Señalamos que lo más importante de las XII tablas es lo que representan y lo que
significarán en toda la vida del Imperio Romano en el campo legal, e inclusive, hasta
nuestros días. Fueron un esfuerzo importantísimo por establecer una mayor seguridad
jurídica y por mejorar la regulación de las relaciones sociales de los ciudadanos de Roma.
Este corpus legal se convirtió en el fundamento de toda la futura legislación de lo que fue
Roma, dentro y fuera de la península itálica, y fuera de sus límites históricos, pues ha
Bibliografía
Amunátegui Perelló, Carlos Felipe (2006), Reseña de “Compendio histórico de Derecho Romano.
pp. 595-596.
Antequera, José María (1874), Historia de la legislación romana desde los tiempos más remotos hasta
Neuchatel.
Grimal Pierre (1999), La Civilización Romana. Vida, costumbres, leyes, artes, Barcelona; Paidós.
Petit, Eugène (2013), Tratado elemental de Derecho Romano, México; Editorial Porrúa.