Está en la página 1de 11

22/11/2019 ¿Ha matado la ciencia a la filosofía?

| La galería de los perplejos

¿Ha matado la ciencia a la  losofía?


Javier Jurado
Seguir a @jajugon

Hace poco, el diario El País lanzaba un debate titulado “¿Ha matado


la ciencia a la losofía?” en el que tanto Javier Sampedro como Adela
Cortina recogían dos artículos breves sosteniendo una postura en
defensa de la losofía, cada uno desde su perspectiva.

El de Cortina abogaba por una cooperación fecunda entre ciencia y


losofía, y comenzaba diciendo:

“La losofía es un saber que se ha ocupado secularmente de


cuestiones radicales, cuyas respuestas se encuentran situadas más allá del ámbito de la experimentación
cientí ca. El sentido de la vida y de la muerte, la estructura de la realidad, por qué hablamos de igualdad
entre los seres humanos cuando biológicamente somos diferentes, qué razones existen para defender
derechos humanos, cómo es posible la libertad, en qué consiste una vida feliz, si es un deber moral respetar a
otros aunque de ello no se siga ninguna ganancia individual o grupal, qué es lo justo y no sólo lo
conveniente.”

¿Es este reducto su ciente para la supervivencia de la losofía? ¿Podemos a rmar que la ciencia no está
preocupantemente para la losofía arañando también estos espacios? Lanzo el guante desde la posibilidad de
un reduccionismo cientí co en búsqueda de argumentos potentes que lo rechacen.

Podemos plantear, aunque sea como esbozo, el estado en el que se encuentran las cuestiones que Adela
Cortina reserva para la losofía, en el ámbito de la ciencia. Como nos hallamos en un proceso, sin duda,
hallaremos espacios que aún no están explicados por la ciencia (en el sentido débil en el que ésta puede llegar
a explicar algo). Pero desde la losofía  deben ofrecerse argumentos fuertes que  muestren cómo no  sería
posible que dichos ámbitos fueran abordados por la ciencia. Pues, de lo contrario, sólo podremos contemplar
cómo el imparable avance de la ciencia sigue su curso, encontrando argumentos que plantean la posibilidad de
que este reduccionismo cientí co pudiera acabar con los últimos bastiones de la losofía.

Este reduccionismo, además, no sólo pasa por intentar ofrecer respuestas a buena parte de estas cuestiones
desde la ciencia, sino por desarticular las mismas preguntas, al  explicar por qué nos las formulamos como

https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la-filosofia/ 1/11
22/11/2019 ¿Ha matado la ciencia a la filosofía? | La galería de los perplejos

seres humanos, poniendo en entredicho que puedan tener alguna vez respuesta y por tanto, que pueda tener
sentido formulárselas. Vayamos por partes.

El sentido de la vida y de la muerte

Este sentido está íntimamente ligado con la concepción valorativa de la vida y de la muerte, por lo que todo lo
que la ciencia pueda estar diciendo con respecto a la ética le afectará. Pero antes podemos ver que, en sentido
amplio, la losofía de la historia, en su pretensión por encontrar o incluso construir este sentido a la misma ha
fracasado de manera casi incontestable, hasta el punto de que, como la metafísica, apenas hoy pueda hacerse
más que una historia de la losofía de la historia. La historia misma cifra su credibilidad como ciencia
precisamente en rechazar el apriorismo de una selección tan premeditada de los hechos como la que
intentaron los lósofos de la historia, tan próximos a las ensoñaciones que condujeron a los totalitarismos. En
consecuencia, otorgar un sentido unitario a la vida a nivel individual o existencial ha perdido fundamento,
disgregándose en la construcción privada de sentido, en el consumo de propuestas de sentido dadas o en los
intentos por evadir esta acuciante búsqueda de sentido mediante lenitivos varios.

Pero, aún más, no deberíamos descartar que la ciencia pueda desenmascarar dicha búsqueda de sentido y
revelar que ésta pueda no ser más que el resultado de una proyección de nuestro cerebro sobre la realidad,
fundamentalmente por dos motivos: por un lado, nuestro cerebro percibe la realidad estructurada
temporalmente, lo que la dota de un sentido de anterioridad y posterioridad, acorde con la echa temporal; y
porque por otro lado nuestro cerebro articula dicha realidad lingüísticamente, y el lenguaje sólo es
desarrollado en la interacción con otros, por lo que al virar al mundo también esperamos que éste se muestre
de forma signi cativa, es decir, teniendo un sentido. Ambas fuentes harían que la pregunta por el sentido fuese
un mero subproducto de nuestra capacidad racional que tantas ventajas evolutivas nos ha dado. Y a su vez,
bajo la cción de este sentido de la vida y de la muerte, nuestro comportamiento en sociedad habría sido
ordenado para la organización y supervivencia de las poblaciones humanas como una exaptación evolutiva.
Por ello, parece que sería poco verosímil pensar que hay sentido alguno que encontrar. Y que si de construir se
trata, como pueda predicar el existencialismo, la libertad radical que requiere no está sufriendo mejor suerte,
como veremos más adelante.

La estructura de la realidad

Esta es probablemente una de las principales preocupaciones que le queda a la metafísica posible después de


todo el desprestigio que ha sufrido desde Hume. Sin embargo, la estrati cación de los niveles de realidad con
los que especula la metafísica en nuestros días resultan más bien descripciones de los juegos del lenguaje en
los que se mueven las ciencias particulares (inorgánico, orgánico, biológico, cultural,…). Por su parte, tras el
fallido intento de fundamentación fenomenológica de las ciencias (que se tenían en crisis en tiempos de
Husserl), la losofía analítica, como la que desarrolla P. F. Strawson, parece resignarse a hacer de la metafísica
una re exión sobre la estructura profunda de las proposiciones sobre la realidad (particularmente las
cientí cas) centrándose en un análisis de la genealogía de nuestros conceptos en su supuesta correspondencia
con la realidad. Causalidad o libertad son algunos de ellos. Pero las ciencias que estudian los procesos de
hominización y la psicología ya avanzan en este sentido en el que, sólo por la di cultad para experimentar y
encontrar evidencias que precisa la ciencia, la losofía sigue teniendo algo que decir.

https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la-filosofia/ 2/11
22/11/2019 ¿Ha matado la ciencia a la filosofía? | La galería de los perplejos

Pero este algo que decir, languidece. Es cierto que, librada de  la servidumbre  empírica, la losofía
sigue coqueteando en gran medida con la ciencia de frontera. Ya decía L. Sklar que “en sus niveles de máxima
generalidad […] la ciencia es una disciplina que en su naturaleza no puede ser diferenciada radicalmente de la
losofía”. Por eso la losofía sigue intentando aportar ideas en la especulación de modelos y teorías
(cosmológicas, políticas, sociológicas, psicológicas, antropológicas, lingüísticas,…). La losofía que queda no
tiene que ser postmetafísica, sino meta-física en el nuevo sentido en el que puede ayudar a inspirar a la
especulación más allá de la ciencia conocida, bajo razonamientos rigurosos y verosímiles. Pero sobre todo,
como viene repitiéndose últimamente, en lugar de dar respuestas, su función se centraría en formular y
clari car nuevas preguntas. Sin embargo, inevitablemente los lósofos pierden mucho de su valor cuando se
ven obligados a dejar que las respectivas ciencias hiperespecializadas hagan el trabajo “sucio”, pero a la postre
legitimador, de fundamentación en el desarrollo matemático y la experimentación. Y es difícil que sin haberse
“ensuciado” en este barro la losofía pueda llegar a formular nuevas preguntas verdaderamente iluminadoras
e interesantes que los cientí cos no sean capaces de hacerse por sí mismos. Por eso, como cita Sampedro,
“Francis Crick, codescubridor de la doble hélice del ADN, aseguraba con característica mala uva que el único lósofo
de la historia que había tenido éxito era Albert Einstein“.

La ética

La ética es otro de los baluartes en los que se venía atrincherando la losofía, hasta el punto de reemplazarla
por completo en ciertos planes de estudio como materia. Pero no son pocos los estudios cientí cos que están
analizando en términos puramente genéticos y de etología humana los códigos morales de las sociedades
humanas a lo largo de toda la historia. La sociobiología o la antropología cultural, entre otras ciencias, conectan
este equilibrio entre altruismo y egoísmo adaptativamente ventajoso (para individuos, genes o poblaciones) y
formalizado explícitamente en códigos éticos y legales.

Así que la consideración de que los seres humanos somos iguales en dignidad, aunque biológicamente seamos
distintos; las razones para defender los derechos humanos; por qué se codi ca como deber moral el respeto a
otros aunque aparentemente no se obtenga ninguna ganancia individual o grupal; o qué es lo que
consideramos justo, más allá de lo conveniente, pueden ser cuestiones que las ciencias puedan llegar a
afrontar por sí mismas, sin que la losofía pueda hacer otra cosa más que ver cómo su forti cación se
desmorona. La “cognitividad ética”, que se pretende en los intentos de Habermas y compañía por rescatar la
ambición apofántica de la losofía, podría constatar simplemente que no hay más fundamento moral que el
que históricamente nos venimos dando como especie y como grupos culturales para regular nuestro
comportamiento en sociedad a n de poder sobrevivir. El Sollen seguiría sin poder deducirse del Sein; pero toda
construcción del Sollen provendría de la con guración del Sein. El intercambio de razones para la
fundamentación ética atendería a los datos de las ciencias, dejando fuera de este modo a la losofía.

La vida feliz

Decir en qué consiste una vida feliz, tras el conocido desprestigio de los absolutismos morales de corte utópico
que acabaron fundamentando los totalitarismos del  sangriento siglo XX, es enormemente difícil y bastante
temerario, si no blasfemo, en la línea negativa de Adorno. Pero si algo puede decirse al respecto, sólo será con
la cautela que suministran las hipótesis de la psicología y la neurociencia, en términos de satisfacción de
expectativas, equilibrio relacional, ámbitos de desarrollo de la personalidad,… o su correlativo equilibrio
https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la-filosofia/ 3/11
22/11/2019 ¿Ha matado la ciencia a la filosofía? | La galería de los perplejos

bioquímico de conexiones neuronales y endor nas. Cuesta ver que la losofía pueda predicar con pretensión
de verdad en qué consiste una vida feliz si no es por la vía de la seducción, más que de la persuasión
argumentativa y empírica, y para eso acaso la poesía pueda ser mucho más elegante y sugestiva. O difícilmente
podrá ser más que una versión más elaborada de los libros de autoayuda.

Libertad y consciencia

Completando los temas que Cortina intentaba retener para la losofía, sobre la cuestión de la libertad y por
extensión del sujeto en su conjunto, la losofía de la mente trata tímidamente de colaborar con la
neurociencia, dadas las limitaciones de ésta a nivel técnico y ético (por sus di cultades para la experimentación
directa). Pero los últimos avances sólo siguen con gurando una respuesta un tanto desoladora para la losofía
tradicional: la libertad no sería sino una cción con la que somos capaces de comprender y manejarnos mejor
en el mundo para nuestra supervivencia, conforme predica la psicología evolutiva al analizar la psicología del
sentido común (folk psychology). De forma que, bajo esta apariencia, nuestras acciones no serían sino el
resultado determinado de un conjunto de elementos genéticos y culturales en con uencia, de los que
simplemente somos conscientes. Pero, por su parte, el yo o la consciencia, no sería sino un constructo social,
soportado por conexiones neuronales, sin que de éstas pueda probarse que emerja nada sustancialmente
diferente e irreductible, toda vez que las teorías emergentistas han sufrido ya su cientes refutaciones.

La estética

La condición postmoderna ha sido enormemente consciente del embate que la losofía ha sufrido tanto en
su  rama epistemológica como en su  rama ética, siguiendo el esquema kantiano. El escarmiento ante el
horror  de los totalitarismos morales y políticos del siglo XX ha causado enormes estragos en todo intento
de  fundamentación metafísica, en la capacidad de la losofía para alcanzar conocimiento cierto y en la
plausibilidad de articular a partir de él discursos unitarios sobre valores universales. Por eso, en gran medida,
la losofía postmoderna se ha recluido en la tercera de las ramas kantianas, la estética, bajo discursos críticos
con la tradición metafísica, moviéndose en el pensamiento de la  ambiguedad, de la liquidez y de la
debilidad  típicos de los Deleuze,  Bauman o Vattimo, en su apego a los discurso místico-estéticos y en su
rechazo de la práctica cientí ca. ¿Acaso no será porque, además de que esta haya podido servir como
instrumento del horror, los asedia también en ese espacio estético en el que se refugian?

Aunque Cortina no lo citase, por cerrar el abanico del esquema kantiano de las ramas de la losofía, la estética
no parece gozar de ningún privilegio a la hora de evitarse el análisis y la descomposición en términos
puramente cientí cos. Y así, incluso esa cognitividad estética podría quedar relegada a un mero juego de
apetencias biológicamente depuradas hasta la con guración de un instinto “protoestético” que sólo la cultura
habría modelado después como exaptación. Es decir, que la consideración de lo bello no sería sino el resultado
de una historia evolutiva que hubiera tallado en nuestra herencia logenética aquellos estímulos asociados a
fenómenos que nos hubieran resultado convenientes para nuestra supervivencia (apareamiento, alimento,
protección, evitación de la enfermedad y el dolor,…) y que la cultura habría maleado a través de los siglos en
provecho del funcionamiento social.  Algunos autores como E. Dissanayake han trabajado enormemente en
este aspecto que vincula sensibilidad estética con mecanismos de selección biológica y cultural.

https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la-filosofia/ 4/11
22/11/2019 ¿Ha matado la ciencia a la filosofía? | La galería de los perplejos

Soy consciente de que algunas de estas tesis están en plena discusión y debate, y de que para algunas de ellas
no hay ni mucho menos una mayoría de la comunidad cientí ca que las respalde abiertamente.
Evidentemente, soy consciente de la provisionalidad de toda teoría cientí ca, que sólo puede ser falsada (o ni
siquiera, como quieran Duhem y Quine). Pero el panorama sigue sin pintar excesivamente bien para la
losofía, pues si tales tesis han de ser refutadas, difícilmente se ve cómo la losofía podría hacer de abogada
de sí misma, valiéndole más estimular aquellas teorías cientí cas alternativas que pudieran reservarle aún
algún hueco. Al n y al cabo, gracias al giro lingüístico, incluso las ciencias han renunciado a su aspiración por
alcanzar la verdad, y se mueven en un espacio mucho más modesto de verosimilitud de teorías,
permanentemente atacadas por otras teorías y la confrontación con la realidad empírica. La losofía parece
estar bastante fuera de ese juego. ¿O no?

Esta entrada se publicó en 02 Novedades losó cas y está etiquetada con Adorno, Bauman, Cortina, Filosofía
de la Ciencia, Habermas, Hume, Husserl, Sklar, Strawson, Vattimo en 6 mayo, 2015
[https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la- loso a/] por jajugon.

Acerca de jajugon
Javier Jurado González es Ingeniero superior de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Madrid y
licenciado en Filosofía por la UNED. Actualmente ejerce como ingeniero y es doctorando en el programa
interuniversitario de Economía a través de la UNED, con una tesis sobre Sociedad de la Información y desarrollo
económico y humano.
Ver todas las entradas por jajugon →

5 pensamientos en “¿Ha matado la ciencia a la  losofía?”

Pingback: ¿Qué sentido tiene la pregunta por el sentido? | La galería de los perplejos

jajugon Autor de la entrada

12 mayo, 2015 en 9:09 am

Gracias por tu participación, Ángel.

Dedicas buena parte de tu mensaje a lanzar una crítica sobre la formulación de la pregunta que da título a esta
entrada. Es algo propio de la losofía responder a una pregunta no con una respuesta, sino con una crítica a la
pregunta, así que agradezco el intento. Pero si esta crítica no está su cientemente fundada, estos rodeos
también resuenan a quienes no saben o no quieren responder a la pregunta. Una pregunta que, dicho sea de

https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la-filosofia/ 5/11
22/11/2019 ¿Ha matado la ciencia a la filosofía? | La galería de los perplejos

paso, no es mía como tal, pero sobre la que ciertamente no veo que se sostengan los inconvenientes que le
achacas.

Me parece que tu crítica, para ser sostenible, necesita de mayor aclaración. ¿Qué premisa hay en la propia
pregunta? ¿Por qué responder con un “no” transgrediría, según tú, el principio de no contradicción? En todo
caso, si se respondiese un “sí” con un argumento losó co válido se incurriría en dicha contradicción, pero
¿dónde estaría la contradicción si se ofrece un “no” como respuesta? Por otra parte, es falso que esta pregunta
obligue a una respuesta dicotómica entre un “sí” o un “no”. Caben mil matices sobre este proceso de
acorralamiento de la ciencia a la losofía, si lo hay realmente, si avanza inexorablemente, si ha llegado a su
término, si lo hará en breve, si no lo hará nunca…

Por otro lado, que se emplee el tiempo verbal en pasado en la pregunta no da por sentado que la losofía ya
esté muerta. Qué diferente habría sido decir “¿Por qué la ciencia ha matado a la losofía?”. Pero me parece
evidente que esta pregunta no lleva implícita dicha suposición sino que es precisamente lo que cuestiona, si
podemos decir en algún sentido que eso sea ya así o no. Es cierto que el tiempo verbal sí constata que hasta
ahora se ha dado un proceso en el que la ciencia ha desa ado la autonomía y competencia de la losofía. Pero
si alguien cree que esto no viene sucediendo desde hace siglos, como para formularse la pregunta en estos
términos, efectivamente quizá sea estéril formularle la pregunta e intentar contestarla.

En tercer lugar, “intentar re exionar la respuesta desde un argumento losó co” no quiere decir lograrlo, y por
tanto, con ello no puede decirse que de antemano la pregunta esté invalidada, ni que ésta carezca de sentido, y
ni mucho menos supone caer en contradicción alguna (creo que para recomendar no romper con el principio
de no contradicción, deberías ser más riguroso al identi carlo). Al contrario, ofrecer con un buen argumento
losó co una negativa a esta pregunta sería la mejor forma de responder, ofreciendo para muestra un botón.
Pero todavía estamos esperando semejante argumento losó co, en mi opinión.

Yendo ya lo que es un intento por tu parte de responder como tal a la entrada, tengo algunas observaciones:

En primer lugar, creo que, paradójicamente, te contradices pues si sostienes que “el reduccionismo es
claramente losó co”, ¿cómo es posible que también digas que “la losofía forma parte intrínseca de la ciencia”,
que es “herramienta del pensamiento cientí co”, que “forma parte de esa metodología cientí ca”, y no es una
“disciplina”? Una cosa es que su misión no sea ofrecer respuestas cerradas y de nitivas, por donde ciertamente
pueden ir los tiros de su salvación, y otra decir pueda reducir a la ciencia al mismo tiempo que es, según tú, un
mero instrumento a su servicio. Hay muchas formas de entender la muerte de algo, pero una bien podría ser
ésta.

Si la losofía, como dices, se limita a ser “el arte de pensar, y además hacerlo bien”, no se podrá negar a los
cientí cos la posibilidad de hacerlo por sí mismos. Salvo que sostengas que sólo los lósofos pueden detentar
ese presuntuoso privilegio, postulándose como el Pepito Grillo que aleccione a los cientí cos sobre las artes del
pensar bien.

Estoy completamente de acuerdo en que cada una de las cuestiones que abro podrían suscitar un debate más
profundo y largo. Estaría interesadísimo en que a partir de aquí pudieran surgir nuevas entradas y comentarios

https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la-filosofia/ 6/11
22/11/2019 ¿Ha matado la ciencia a la filosofía? | La galería de los perplejos

que profundizaran en ellas. Pero he intentado condensar en esta entrada un resumen general, para calibrar si
en general este proceso de ocupación por parte de la ciencia sigue progresando, se ha detenido, o está
dejando lugares por colonizar que la losofía pudiera retener. Y también estoy de acuerdo en que la losofía
está en crisis en el conjunto de la crisis del pensamiento, que exige de un esfuerzo extraño a esta sociedad
cómoda con “las ideas precocinadas y las soluciones fáciles”, como dices. Pero, sobre todo, porque, a diferencia
del esfuerzo invertido en otros conocimientos cientí co-técnicos, no parece compensar a corto plazo con nada
más que cierta satisfacción personal. Por eso es menester hacer un esfuerzo por argumentar de manera más
sólida y contundente el espacio que a la losofía le queda hoy. Y para eso, no creo que baste decir que la
pregunta está mal formulada y que la losofía es el arte de pensar bien.

De nuevo, y a pesar de las discrepancias, gracias por tu participación.

Angel
8 mayo, 2015 en 6:22 pm

En principio, gracias por permitirme compartir con Uds mi argumento a razón de un comentario que hice sobre
esta entrada en Twitter;

Para comenzar mi exposición, primero he de decir que considero incorrecta la premisa que se plantea desde la
propia pregunta cuando dice; “¿Ha matado la ciencia a la losofía?”.
Creo que en sí misma la pregunta anticipa su propia respuesta, y ésta solo puede ser un “sí”, porque si fuera un
“no” transgredimos el principio de no contradicción, (que como todos sabemos), dice que “una cosa no puede
ser y no ser al mismo tiempo”.

El tiempo verbal con el que se plantea la pregunta es pasado, es decir, hoy cuando nos hacemos esta pregunta,
damos por hecho que la losofía ya está muerta, luego cualquier disquisición sobre su supervivencia es ya
estéril por sí misma, porque se anticipó su defunción y ya no cabe que esté viva, por lo tanto el “no” no tiene
lugar y el debate tampoco.

Por otro lado, caemos en una tremenda contradicción, cuando analizamos la pregunta, e intentamos
re exionar la respuesta desde un argumento losó co, pues entonces mismo estaremos losofando para
resolverla y por lo tanto en nuestra re exión ya estaríamos dando una respuesta en forma a la pregunta, ya
que desde el momento en el que losofamos evidenciamos que la losofía aún está viva, luego no ha muerto,
por ende la pregunta carece de sentido y su respuesta no tiene cabida, no tiene lugar.

Como he dicho, creo que uno de los principios que se han de respetar al plantear una pregunta y tratar de
resolver una premisa losó ca, es el principio de “no contradicción”, en el momento en que rompamos con
este principio, la mayoría de las re exiones pierden cuanto menos el interés losó co.

https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la-filosofia/ 7/11
22/11/2019 ¿Ha matado la ciencia a la filosofía? | La galería de los perplejos

Suponiendo que aun así quisiéramos replantear convenientemente la pregunta para poder librarnos de la
contradicción, el tiempo verbal debería ser; “¿Está la ciencia matando a la losofía?” La posibilidad de
supervivencia de la losofía está garantizada en términos predictivos o futuribles, y por lo tanto en este sentido
ya cabe la existencia de más de una respuesta; Un sí, un no, o quizás la ambigüedad para quienes se
arriesguen a huir del dualismo argumental.

Dicho lo cual, salvando los escollos semánticos, de tiempos verbales y demás menesteres, me ceñiré al resto
del texto para seguir exponiendo mi humilde opinión.

Es de agradecer que Jurado “lanza el guante” y nos sitúe ante la existencia de un posible “reduccionismo
cientí co”, sin embargo en mi opinión el reduccionismo es claramente losó co; El argumento de Cortina,
limita a la losofía al análisis metafísico de la realidad, y las preguntas que se hace y responde Jurado son
excesivamente dramáticas a este respecto. Es más, se me antoja que no necesitaríamos del sujeto cientí co
para matar a la losofía, si esta disciplina respondiera con certeza a cada pregunta que nos hiciéramos, como
lo hace el progreso cientí co.

En mi opinión Jurado simpli ca demasiado la importancia de la losofía ante las respuestas objetivas de la
ciencia. Yo desde mi más que posible ignorancia, planteo que la losofía forma parte intrínseca de la ciencia,
como herramienta del pensamiento cientí co y no simplemente como disciplina que deba dar respuesta a
todo. En tiempos pretéritos esto pudo dar alguna satisfacción a los primeros pensadores, pero actualmente
está probado que el simple hecho de pensar no resuelve todos los retos que nos plantea la naturaleza
humana, la metafísica u otras cuestiones…..

Reduciendo lo que para mí es la losofía a un simple conjunto de frases, diría que la losofía hoy es “el arte de
pensar, y además hacerlo bien”.
Dicho esto, resultaría revelador que se tomara en consideración el carácter re exivo propio de la búsqueda de
la verdad, del análisis, y de la virtud del debate constructivo que suscita la ciencia y que lejos de “matar” a la
losofía, en mi opinión, hace ver que esta última forma parte de esa metodología cientí ca. Volviendo a mi
frase, la ciencia no solo es re exiva y práctica, sino que también en ocasiones obtiene resultados satisfactorios,
es decir que “además lo hace bien”. A este respecto, uno de los mejores exponentes de la losofía cientí ca
actual, al que suelo hacer habitual referencia, es a Mario Bunge.

Considero que las exposiciones de los diversos temas que propone Jurado como ejemplo, son de una brillante
realidad, aunque suscitan un debate más profundo y más largo al respecto de los nuevos interrogantes que
puedan surgir de las soluciones cientí cas, y del posible papel de la losofía en esta materia. Por ejemplo
cuando se plantean soluciones desde la psicología, se pueden abrir un ámplio abanico de argumentos volátiles,
difíciles de concretar y que en el mejor de los casos dejan abiertas las puertas a la losofía del pensamiento
crítico y cientí co.

Para mí, los hándicaps que tiene la losofía, y que ha tenido durante muchos siglos, que la podrían abocar a “la
muerte”, es que pocos lósofos han sabido de nirla, y pocos han creído realmente en ella. Creo que la losofía
que se ancla demasiado en los dogmas del pasado, que recurre continuamente a ellos para resolver problemas
futuros cuando no ha sido capaz de resolver los anteriores en toda su historia, es una losofía sencillamente
“muerta”.
https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la-filosofia/ 8/11
22/11/2019 ¿Ha matado la ciencia a la filosofía? | La galería de los perplejos

Creo que la losofía adolece de falta de frescura intelectual, y a una sociedad en la que la ignorancia, en todos
sus aspectos, es el sistema predominante, (como revela el informe PISA y otros), no se le puede pedir que sea
el motor de un pensamiento fértil y fuerte de la noche a la mañana, ni se le puede pedir a los pocos eruditos
existentes, que hagan milagros para enseñar a pensar a la gente. La losofía, incluso más que otras disciplinas,
está en una crisis profunda. El pensamiento está en crisis y parece que la sociedad no está por la labor de salir
de la comodidad de las ideas precocinadas y las soluciones fáciles.

Así pues, esta es mi humilde y re exionada opinión al respecto de vuestra propuesta, y quiero expresar mi
gratitud de nuevo, por permitirme opinar. Un saludo.

jajugon Autor de la entrada

8 mayo, 2015 en 1:39 pm

Ciertamente, el artículo de Sampedro también me ha gustado más, al menos porque planta más la cara ante
quienes tratan de dar por muerta la losofía sin saber apenas de losofía. Pero me parece totalmente
insu ciente decir que sólo la buena losofía, la que se atenga a los resultados de la ciencia, podrá sobrevivir. En
mi opinión, ha habido losofía muy buena que ya está muriendo en cierto sentido.

Estamos de acuerdo en que el elitismo cientí co resuena a esa exclusividad sacerdotal de forma sospechosa.
Pero la losofía, al menos algunas de sus corrientes tan predominantes en nuestros días, no puede presumir
de ser menos elitista en este sentido, con un oscurantismo y una ambigüedad propias también de una casta
sacerdotal. La diferencia es que a estos lósofos les hacen mucho menos caso, porque la ciencia está mucho
más contrastada y goza con ello de mayor reputación. Ello hace que dicha reputación se desplace hacia la
credibilidad general de los cientí cos, como si todo lo que dijeran sobre cualquier tema la tuviera. He ahí los
muchos dichos y opiniones, peregrinas en tantas ocasiones, que se han venerado de personajes como Einstein.
Pero, cuando los Hawking del mundo lanzan sus mediáticas ocurrencias, todo el mundo debería saber que no
están haciendo ciencia, sino usualmente losofía barata. La ciencia, que está por encima de estos personajes,
se vuelve cada vez más compleja y menos accesible por su desarrollo, pero ello no tiene por qué desacreditarla
veritativamente.

Pues es todo un dogma de fe pensar que “la verdad” deba poder ser explicada de forma sencilla y
comprensible a la mayoría de la humanidad. Evidentemente, entrecomillo, porque ni siquiera en la ciencia hay
tal verdad, sino, por lo que parece, construcciones cada vez más verosímiles y aparentemente robustas ante
los intentos de falsación. Ciertamente podrá parecer que es difícil que un saber tan exclusivo pueda ser
“importante” para la vida de las personas. Pero aquí no hablamos de lo que un hombre necesita saber para
llevar una vida buena, satisfactoria, estimulante o simplemente razonable, que sería lo importante.

Entiendo que lo que de fondo se plantea es si la capacidad explicativa de la ciencia va a seguir arrinconando
cada vez más las ocurrencias de los lósofos. Si seguimos leyendo a Aristóteles es por aquella parte de su obra
que aún puede estimular algo nuestra re exión, fundamentalmente porque desconocemos cientí camente la

https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la-filosofia/ 9/11
22/11/2019 ¿Ha matado la ciencia a la filosofía? | La galería de los perplejos

realidad a la que alude (i.e. su Política) y por el ejemplo que nos ofrece su actitud crítica e imaginativa en
general. Pero no por los contenidos de su física, que si en su día fue estimulante – cientí camente estimulante,
también -, hoy nos resulta anacrónica y refutada.

Si esta misma ciencia no pone en nuestra mano herramientas con las que acabemos destruyéndonos antes,
cuando ya no sea lea a Hawking, quizá todavía se lea a Pirrón, a Hume, a Quine… por su inexpugnable
escepticismo. Pero veo difícil que la lectura de los demás en su parte propositiva no vaya radicalmente a
menos con el avance de la ciencia.

jesusmmorote
7 mayo, 2015 en 8:31 pm

A mí me ha parecido más estimulante el artículo de Javier Sampedro que el de Adela Cortina.

En realidad, más allá de centrarse en un debate “profesional”, de trabajadores de la enseñanza, que pelean por
su cuota de horas lectivas en la ESO, creo que a los que no estamos en ese sector nos interesa más el debate
de fondo. Me hace gracia la declaración de Hawking diciendo que “la losofía ha muerto”. Yo leí su librito
“Historia del tiempo” y lo que me pareció es que el famoso físico sabía muy poquito de Filosofía. Lo que no le
impedía sermonear a diestro y siniestro sobre Kant. Es bastante cómico que quienes son incapaces de explicar
de forma sencilla y comprensible a los que no tenemos una preparación de matemática superior (y muchos
físicos y estudiantes de Física tampoco lo tienen claro) en qué consiste la explicación relativista o cuántica del
mundo de que tanto presumen, se vayan autoatribuyendo un conocimiento del Universo que son incapaces de
transmitir al resto de la humanidad.

Y es que yo soy de la opinión de que un saber tan altamente especializado que apenas unos centenares de
personas en el mundo posee, no puede ser algo realmente importante para el hombre. Si lo fuera, se estaría
privando a la inmensa mayoría de la humanidad de un saber que sería el más importante del mundo. En
alguna ocasión me permití equiparar, de forma un tanto provocadora, a los físicos modernos con los
sacerdotes de Osiris, que guardaban su saber esotérico y se lo transmitían secretamente entre sí y sus
adeptos, dejando fuera al pueblo ignorante. No estará de más recordar que, pese al inicial menor avance en
conocimientos de astronomía y cientí cos en general, la civilización griega, democrática y popular, dio origen a
creaciones intelectuales in nitamente más valiosas que las de los sacerdotes egipcios o babilónicos.

En realidad no hay por qué embarcarse en falsos debates. Aristóteles no entendía muy bien los cálculos de los
movimientos de los astros en el cielo, que sí entendía Ptolomeo. O Leibniz sabía mucho menos sobre la
reproducción que Leeuwenhoek. Pero las hipótesis de Ptolomeo o Leeuwenhoek hoy en día están
desacreditadas y sus nombres son meras palabras en los libros de Historia de la Ciencia; a nadie se le ocurre
hoy leer a Leeuwenhoek. Sin embargo miles de personas en el mundo siguen leyendo a Aristóteles o Leibniz
con gran provecho para su re exión sobre el hombre y el mundo.

https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la-filosofia/ 10/11
22/11/2019 ¿Ha matado la ciencia a la filosofía? | La galería de los perplejos

Estoy absolutamente convencido de que cuando nadie lea a Hawking, por haber sido adecuadamente falsadas
sus teorías sobre la formación del Universo, habrá gente que lea a Quine o a Habermas. Así que no se
preocupe usted, Mr. Hawking: los muertos que vos matasteis gozan de buena salud. (Y esto no tiene nada que
ver con que aparezca o desaparezca la Filosofía como asignatura de la ESO).

https://arjai.es/2015/05/06/ha-matado-la-ciencia-a-la-filosofia/ 11/11

También podría gustarte