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Enfoque Humanista

El Enfoque Humanista en Orientación, tiene como soporte a la fenomenología, el


existencialismo y la teoría centrada en el cliente, así como los aportes del neoconductismo,
neopsicoanálisis y la psicología Gestalt. También denominado enfoque perceptivo,
fenomenológico y existencial. Dentro de sus representantes tenemos a Kelly, con su teoría
de los constructos; el análisis transaccional de Grinker; la lago terapia de Frankl, de tipo
existencial y la posición ecléctica de Thorne. Este enfoque otorga desatacada importancia a
los siguientes aspectos: en el desarrollo de la espontaneidad y la creatividad para el logro
para enfrentar los retos de un mundo en constante cambio; el aprendizaje basado en la
acción cotidiana; la presencia de los imprevisto como estímulo para la innovación; lo
inestructurado de las situaciones, que sirvan para moviliza la acción; toma en cuenta lo
improbable y lo tentativo, nada es cierto, todo es tentativo.
La tutoría como la orientación vocacional comparten rasgos de acompañamiento, escucha
y apoyo al alumno en proceso de formación, por lo que se considera de suma importancia
compartir los resultados obtenidos al analizar la experiencia vivida por alumnas que fueron
orientadas en un clima de aceptación incondicional, empatía y autenticidad. Por tanto la
Orientación Vocacional es “un proceso de ayuda continuo a todas las personas, en todos sus
aspectos, con objeto de potenciar el desarrollo humano a lo largo de toda la vida”
(Bisquerra, R y Álvarez, M., 1998: 9) cuyo eje o foco de atención primario es la elección de
una carrera o profesión. Existen tres modelos de intervención: el modelo clínico
(counseling), el modelo de programas y el modelo de consulta (Sánchez,et al., 2000: 1).
La Vocación y la carrera Desde el Desarrollo Humano (DH) la carrera no implica tomar
una decisión y compromiso de por vida; si no una actitud de apertura y creatividad al
propio camino existencial y de cambio hacia la propia autorrealización, así como una
actitud de continua capacitación y aprendizaje que parte de las primeras Para poder optar
libremente y trabajar en la construcción de la vocación, se considera condición esencial el
conocimiento de uno mismo.
El humanismo ha propuesto el autoconocimiento, la meditación, la vida emocional
trascendente y la integración mente - cuerpo... como caminos para facilitar el DH (Casares,
D., y Siliceo, A.., 2001: 17). El Modelo de Desarrollo de Carl Rogers Para él, la persona
“tiene la tendencia innata a actualizar las potencialidades de su organismo” (Rogers, C.,
1985: 63), es decir la tendencia de desarrollo es parte de la naturaleza humana desde el
primer momento de vida.
MODELO CLÍNICO
El modelo clínico también se conoce como counseling, modelo de asesoramiento directo o
atención individualizada. Es la forma más clásica de la orientación. Según dice Rodríguez
Moreno (1995) este modelo es el más especializado de todos los que conforman la labor de
ayuda, generándose en las teorías de la personalidad y de la salud mental.
Se centra, básicamente, en la relación personal orientador-orientado. Esta relación de
ayuda tiene como objetivo prioritario el satisfacer las necesidades de carácter personal,
educativo y socio-profesional del individuo. Esta relación, si bien es eminentemente
terapéutica y centrada en la acción directiva sobre el sujeto, puede también tener una
dimensión preventiva y de desarrollo personal.
Se basa en la relación personal como la única alternativa para afrontar la acción
orientadora utilizando para ello la técnica de la entrevista, fundamentalmente.
La entrevista como un proceso de comunicación que actúa a nivel cognitivo y a nivel
emocional. Este modelo se fundamenta teóricamente en el psicoanálisis, la psicología
individual, terapia realista, psicoterapia existencial del desarrollo, terapia familiar entre
otras.
Debemos tener en cuenta tres tipos de habilidades que van a ayudar a que la aplicación del
couselling sea óptima, estas son:

HABILIDADES EMOCIONALES: Son habilidades dirigidas a manejar tanto las propias emociones
como las de los pacientes y allegados, y las de otros profesionales. Son necesarias antes de
establecer cualquier comunicación y, también durante y después de la misma. El objetivo de estas
habilidades es lograr que las emociones no desborden al profesional haciendo que pierdan su
funcionalidad.

HABILIDADES DE COMUNICACIÓN: La comunicación es la herramienta básica para la relación


interpersonal, y a través de ella se abordan las emociones de los pacientes y se estimulan los
cambios comportamentales de los mismos.

HABILIDADES DE MOTIVACIÓN PARA EL CAMBIO DE CONDUCTA: Son fundamentales, ya que la


comunicación que establece el profesional con el sujeto tiene como objetivo último, en muchas
ocasiones, estimular determinados cambios de las conductas y hábitos del usuario.
·Modelo psicométrico:

Modelo individualista ya que se centra en el estudio del sujeto, fundamentalmente centrado


en aspectos organísmicos y psicológicos y dejando al margen los aspectos contextuales.

En este modelo, la intervención tiene un carácter remedial, reactivo y terapéutico ya que la


finalidad de la intervención es solucionar los problemas que van surgiendo.

Por lo tanto, su objetivo principal es diagnosticar a los alumnos (tanto sobre sus
capacidades y aptitudes como sus dificultades) para clasificarlos o seleccionarlos y así
tomar decisiones sobre su escolarización o la necesidad de incluirlos en programas al
margen del currículum escolar.

El orientador es un experto en técnicas de orientación, y el orientado el destinatario de los


resultados de las mismas.

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