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Historia del Arte – Apunte 2 1

Prof. Gabriela Farina

ARTE EGIPCIO
FUNDAMENTOS DEL ARTE EGIPCIO
La civilización del Egipto antiguo ha aportado una religiosidad elevada, avances científicos,
especialmente en la medicina, y un arte de gran originalidad. Examinemos, en primer
término, algunos aspectos de esa civilización enigmática, que influyen en sus creaciones
estéticas.

 Religión
El culto a los dioses y la vida de ultratumba se encuentran en el centro de las
manifestaciones artísticas egipcias.

- Estos son los temas principales de los relieves y pinturas; la estatuaria estará
también relacionada con los ritos y creencias sobre la inmortalidad y el culto a los
muertos, al igual que la tradición egipcia del embalsamamiento de los cadáveres; y
la arquitectura conservada se limitará a las funciones religiosa, templos, y funeraria,
tumbas.

 Influencia del vivir agrario

Todos los historiadores que se ocuparon del Egipto antiguo han resaltado que se trata de una
civilización fluvial, de base agraria y la influencia de la economía agraria en las formas
artísticas no es menor que la de la religión. En el mundo agrario nace la geometría, la medida,
el catastro. Estos nuevos hábitos mentales enmarcan las arquitecturas su disposición de
planos cuadrangulares, su aparejo de losas geométricas, y enriquecen los temas de la pintura,
con plantas y flores, se introducen en los elementos arquitectónicos (capiteles con hojas) y
refuerzan el sentido de las proporciones de la estatuaria.

Las crecidas periódicas del río Nilo han permitido a lo largo de su curso los centros de
población. El río es fuente de fertilidad y mantiene una relación con la sociedad que está
vigente todavía hoy.
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 Monarquía divina

Desde que Menes unifica el Alto y Bajo


Egipto hacia el año 3400 a.C., el faraón tiene
carácter sagrado, es un dios en la tierra, y la
supervivencia en la vida de ultratumba
depende de su proximidad. Sólo así se
explica la existencia de un pueblo que vivió
para construir las tumbas de sus reyes.
Asombra la desproporción entre la
magnitud de las pirámides y su función de
simple tumba de la familia real. Aún más
asombrosa ha resultado la comprobación de
que tan colosales construcciones se
realizaron con precarios medios técnicos,
sin conocimiento de la rueda (introducida
mucho más tarde por los hicsos), es decir,
sin poleas ni rodillos. Esto exigió una mano de obra numerosa y un sentido colectivo de la
disciplina, incompatible con otra estructura política menos centralizada.

COLOSALISMO ARQUITECTÓNICO
La primera aportación de la arquitectura egipcia estriba en que
se trata de construcción en piedra, labrada de manera
geométrica (sillares) No se reduce ya a bloques cortados de
forma tosca, como en los megalitos, sino a piezas de medidas
precisas, con las que se pueden elevar muros sin salientes y
edificios de perfiles rectilíneos.

Se ha explicado la preferencia por la piedra por razones


geológicas; los egipcios disponen de piedra muy fácilmente.
Pero no puede ser ésta la razón, o al menos la única razón, ya
que, durante siglos, en el Egipto predinástico y en las primeras
dinastías, se construyó con cañas, madera y ladrillos de arcilla
cruda. Así la opción por la piedra aparece como una conquista
voluntaria, una manifestación más del espíritu geométrico que
impregna a una civilización agraria. Conservamos el nombre
del máximo reformador de los procedimientos constructivos,
IMHOTEP, a quien, según los textos literarios, los egipcios
elevaron a la categoría de dios. La sala hipóstila, uno de los espacios que
formaban los elementos del tempo egipcio,
asemejaban a un bosque pétreo, que desafiaba
con su volumen el del palmeral que se ve al
fondo. Bajorrelieves en los fustes y en los
dinteles aumentaban su magnificencia
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El rasgo más evidente de la
arquitectura del Egipto antiguo es
el colosalismo; la edificación
resulta desproporcionada en
relación con la función. Ni se
precisaba tal volumen para
enterrar en una pirámide el cadáver
del faraón ni en los templos se
congregaban muchedumbres que
reclamaran espacios tan vastos. Se
trata también aquí de una
dimensión consciente, de un
propósito definido. El egipcio está
obsesionado por la presencia de
fuerzas sobrenaturales y por el
sueño de la supervivencia; en
consecuencia, el edificio desborda
la escala humana, se impone por su
grandeza al ánimo del espectador y
suscita sentimientos de temor. El
colosalismo se inicia ya en la
medida de los sillares, cuyo
volumen hacía más incómodo el
trabajo.

Es una arquitectura arquitrabada,


basada exclusivamente en líneas
horizontales y verticales o, como en las pirámides, en un dispositivo diagonal. La ausencia de
la curva en las estructuras es correlativa con las líneas rectas que delimitan las parcelas
agrarias; una vez más el ideal geométrico resplandece en la arquitectura.

En la pirámide de Keops se han comprobado unos sistemas de medidas que la convierten en


símbolo de los conocimientos matemáticos egipcios; por ejemplo, el vértice dibuja el ángulo
que trazan los brazos extremos del delta del Nilo. El máximo problema de la arquitectura
arquitrabada es la elevación del edificio, pero el egipcio con la grandeza de los sillares y la
disposición diagonal de la pirámide obtuvo medidas hasta entonces nunca alcanzadas.

Algunos estudiosos suponen que probablemente las puntas de las pirámides estuvieran
doradas o con un remate de basalto brillante y marcarían el punto que recibe el primer rayo
de sol, el lugar de unión de la tierra y la acción protectora de la deidad solar.

En los templos, la cubierta plana exigió la multiplicación de elementos sustentantes


(columnas) y la alternancia del patio sin cubierta con la sala hipóstila llena de columnas. En la
arquitectura religiosa la columna juega un papel decorativo, además de estructural o de
sustentación.

En la arquitectura funeraria hemos encontrado el geometrismo frío, la construcción sometida


al imperio de la forma desnuda y escueta; pero ya en el templo la columna supone una
innovación audaz, la introducción de un elemento que recuerda la forma vegetal de la
palmera.
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En un principio las columnas fueron simplemente haces de troncos, luego se sustituyeron por
los fustes de piedra, pero con una disposición de estrías verticales que recordaba los fustes
vegetales; sólo posteriormente el fuste liso señaló un distanciamiento de los orígenes. No
obstante, el recuerdo del árbol perdura en los capiteles, diseñados con hojas de loto
(lotiformes), papiro (papiriformes) o de palma (palmiformes).

Representación ideal del interior Tipos de columnas egipcias


de un templo egipcio

En el esquema de un templo egipcio pueden distinguirse los pilonos, el patio, la sala hipóstila... es un conjunto
desmesurado, concebido como símbolo de poder
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Monumentos arquitectónicos
El tipo más antiguo de
enterramiento es la mastaba
hacia el año 3000 a C., durante la
fase en la que se produce la
unificación del Alto y Bajo
Egipto, es la tumba de los
personajes notables, sacerdotes
o nobles y de los primeros
faraones. El deseo de grandeza y
la acumulación de poder en el
faraón provoca la superposición
de mastabas para distinguir la
tumba real.

Recreación de la escala de un templo egipcio, ideal para demostrar el colosalismo.

Así nace la primera pirámide escalonada como la de Zóser (2700 a.C.). A partir de entonces,
la pirámide distingue la tumba faraónica de la de los grandes dignatarios. A la IV Dinastía
corresponden las grandes pirámides de Gizeh, cercanas a El Cairo La de Keops (137 m), Kefrén
y Mikerinos (entre 2600 y 2500 a.C.) destacan de entre un conjunto que se levanta a lo largo
de 150 kilómetros. En el interior, galerías, pozos y cámaras de extraordinaria complicación
impiden el expolio del riquísimo ajuar funerario.

Mastaba of Ti

Con la Dinastía XVIII el centro político está en el Sur, en Tebas. Allí, en el Valle de los Reyes, se
construye un nuevo tipo de tumba excavada en la ladera de una montaña, el hipogeo, con la
misma disposición laberíntica. Son tumbas enriquecidas por pinturas y de un singular valor
arqueológico por su ajuar. El tesoro de TUTANKHAMÓN ha sido el más valioso de los
conservados. Es también la Dinastía XVIII, la que impulsa la construcción de templos
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inmensos. Se inician con la avenida, que desemboca en el templo propiamente dicho y en la
que se suceden dos hileras de esfinges, el obelisco y los pilonos, entrada monumental
constituida por dos moles trapezoidales.

En el interior del templo, un patio rodeado de columnas prepara el acceso a la sala hipóstila
(de columnas), recubierta de un techo de madera pintada. Finalmente, la zona noble
comprendía las habitaciones de los sacerdotes y la Barca de Osiris, cámara del altar del dios.

Alrededor de 1500 a.C. la reina


HATSEPSUT ordenó levantar el primero
de estos templos grandiosos, el de Deir-
el-Bahari, junto a una colina, al pie de un
espectacular acantilado del valle del
Nilo. Se trataba de una innovación, ya
que el recinto se excava en el interior de
la montaña. Es el tipo denominado
speos, que más adelante repite RAMSES
II en Abu-Simbel y que puede
considerarse un antecedente de la idea
griega de fundir la arquitectura con el
espacio natural.

Los reyes guerreros, los TUTMES y


RAMSES son los más ardientes impulsores de los templos gigantescos, que riman con los
nuevos ideales de dominio territorial. El templo de Karnak fue levantado como un símbolo de
sus hazañas por Turmes y el de Luxor, terminado por RAMSES II. Atrios, patios, columnas,
esculturas enormes, producen una sensación de poderío.

LA PLÁSTICA EGIPCIA
Rasgos genera les La casi totalidad de la escultura egipcia ha si-do encontrada en las tumbas;
del carácter funerario deriva su concepción y rasgos formales. El hieratismo solemne y la
actitud estática la distinguen de cualquier otra creación de la historia de la escultura. Los
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arcaísmos, almendrado de los ojos, falta de expresión en los rostros, mirada tensa, rigidez en
la manera de doblar cualquier articulación, sirven a un lenguaje que no busca la
representación de la vida sino retratos-soporte del alma para la eternidad. La ley de la
frontalidad, que reduce la contemplación a un solo pun-to de vista, es el equivalente al plano
de un arquitecto. El frontalismo se refuerza con la disposición de los brazos a los lados del
torso y la rigidez de la nuca. En los grupos, las diferentes figuras se yuxtaponen, adoptando
una misma posición. Cabelleras y barbas se reducen a una serie de líneas paralelas, sin que
nada rompa la hierática solemnidad de lo inmóvil. Estos rasgos generales solucionaron y
sufrieron cambios a lo largo de la historia egipcia.

 Características: Hieratismo, ley de


frontalidad y otros arcaísmos

Los escultores egipcios buscaron desde


el principio, deliberadamente, un canon
ideal del cuerpo humano (Canon de los
18 puños), que una vez encontrado
mantuvieron durante siglos. La
característica fundamental de la
representación de la figura humana en
Egipto es su marcado hieratismo,
apreciable en la solemnidad y el
estatismo de las actitudes, en la rigidez y
falta de naturalidad en el movimiento de
sus miembros, en definitiva, no
consiguen hacernos olvidar la naturaleza
pétrea de las esculturas al faltarles
vitalidad (Triada de Mykerinos), aunque
como podernos observar en la imagen el
canon y el prototipo de belleza ideal,
tanto masculino como femenino, es ya
plenamente moderno y occidental...

Otro arcaísmo de la escultura egipcia se


aprecia en la llamada ley de frontalidad:
en las esculturas de bulto redondo existe
generalmente un único punto de vista,
frontal, los brazos se sitúan, rígidos,
pegados a los costados, la nuca parece
rígida, la cabeza está en una posición
central, etc. (); en el caso de los relieves,
además de ser válido lo dicho hasta
ahora, es característica la distribución de
las diferentes partes del cuerpo
siguiendo un esquema fijo, torso de
frente y extremidades y cabeza de perfil
Tríada de Micerinos
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-Para finalizar con este apartado referido al carácter arcaico de la plástica egipcia debemos
mencionar la fuerte geometrización de sus formas, como se puede apreciar tanto en las
estatuas de bulto como en los relieves, sobre todo al analizar las distintas partes de la
anatomía que las forman independientemente (ver fig. 56 y 57), y otros arcaísmos como la
inexpresividad de los rostros y las actitudes, los ojos almendrados, etc.

 LAS PINTURAS DE LAS TUMBAS

Uno de los más sorprendentes descubrimientos de las excavaciones fue el de 105 frescos que
cubren casi totalmente algunas de las tumbas del Valle de los Reyes.

La pintura había sido cultivada con escaso entusiasmo en las primeras dinastías. Es en los
hipogeos del Imperio Nuevo, en el Valle de los Reyes, cuando ésta recibe atención y desplaza
al relieve, hasta ese momento ornamento de los muros.

En los temas se trasluce una alegría que resulta sorprendente en una civilización de tumbas
Escenas de caza o pesca, de fiestas con músicos y bailarinas, los trabajos agrícolas en las
diferentes estaciones, los opulentos ritos cortesanos, todo el bullicio de una sociedad que
disfruta, se pintan en un recinto funeral, con un deseo tácito de que el difunto goce en la otra
vida de todos los placeres y bellezas.
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