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La observación del autor frente al poco interés de las últimas décadas por la producción
sobre historia de la educación en tanto campo de indagación o las síntesis globalizadoras
que se encuentran de la misma, ha sido una de las razones que lo llevaron no sólo a
plasmar un panorama general de lo que ha sido el transcurrir y los avances de la
educación sino también cuestionarse sobre ciertas obras que en su momento han sido las
únicas citadas como base o parte del avance, es decir su compromiso por escribir acerca
de la pedagogía teniendo en cuenta distintas categorías se llevó a cabo socavando en las
profundidades de la historia, y reinterpretando varias posturas.
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Se vivió entre los siglos XV y XVI en Europa y según los análisis de Foucault fue uno de los elementos
centrales del bloqueo de las artes de gobierno por casi dos siglos, se resolvió a través de las practicas
pedagógicas, practicas destinadas a conducir conductas
El texto de Noguera se fracciona en líneas de análisis, la primera de ella sobre la Paideia
como primera forma de filosofía en la que el arte de educar tiene básicamente dos modos
de entenderse, una desde la mirada sofistica y otra desde la socrática, y el planteamiento
de ciertos momentos históricos importantes como la Edad media con la paideia cristiana,
dando con esto paso a los términos doctrina y disciplina que fueron propios del lenguaje
pedagógica de la Edad media, los cuales sometidos a un bagaje de historicidad y
comprensión de cambios incluso de traducción fueron sustituidos por conceptos como
enseñar y aprender; el siglo XVI con la primera modernidad, y del siglo XVIII al XIX con la
segunda modernidad.
Luego de ello y con la aclaración y estudio de lo que significa para un estudio pasar por los
distintos umbrales (según la arqueología de Foucault) muestra de manera muy puntual se
logra pasar por el umbral de la epistemología esto gracias a trabajos de autores y
pensadores del siglo XVIII y XIX que permitieron alcanzar un umbral de cientificidad dando
paso a lo que hoy conocemos como las tres tradiciones: germánica, francófona y
anglosajona; lo cual bajo el análisis de que este tipo de paso de umbrales no son
mutaciones y que no se trata de una evolución, pues cada formación discursiva tiene su
orden singular, fue lo que permitió vislumbrar la explosión de las prácticas educativas y
pedagógicas, dejando claro que estamos frente a otro tipo de organización social, esa que
llamo “sociedad educativa” por su pretensión como en ningún otro momento de la
historia, de educar de manera sistemática a todos los seres humanos; prometiendo así de
parte del autor una revisión de estas prácticas como prácticas de conducción o
gubernamental.