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l. Lacan, J., "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudia-
no", en Escritos , vol. 11, Op. Cit., p. 777.
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56 / 11' LA PULSIÓ.V DE .\!VERTE ( / ) -----
hb _ __ _ _ __ __ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___s_!}_gTTE SOLER / 57
e· que diría: el sujeto del inconsciente es el que
cerca de una 1onnu1a . h bl . a la
do caso ' en el sentido del. que a • a con la pulsión · 0 tro consiguen imaginarse que la palabra puede tener efectos sobre en cuerpo".
con su cuerpo, en to
e ,
• lo sería·· que e~ ~el mcQnsc1ente . , es aquel que sta Quisiera comentar un poco esta frase porque he tratado de captar su alcanc
modo de dectr
represe.otado, Sllp
uesto en los significantes
. ,de ela
puls1on. Es la razón Por 1a
en el mismo parra10 I·a estructura de la pulsi·,00
Evidentemente, entre el bablar can s11 c11ecpa de 1966 y el eco eo ;i
que, adem a ,
·s Lacan escribe ., ·fi c.uecpa del decir de 1975, está el texto FJ atofondrnr/icbo~ donde I aca[I
(S◊D) y_ califica esta puls10n como tesoro ~e los ~1g~1 cantes. elabora la que él lla~a et decir q11e se distingue de las dichas, siendo éstos
Digo que esta es una tesis muy '.reud1_an~, s1 bien formulada en otros Los eonociadas, seoc!ll~meo!e la que se registra; ustedes pueden grabar mis
ténninos, ya que en Freud lo que esta repnm1do - y sobre eso Freud es ca. enunciados, pero no m1 decir. Los enunciados eximen de la dimensión de
tegórico, Jo repite sin cambiar jamás- s_on los repres~~tantes de la pulsión. lo verdadero y de lo fa_lso. Sobre un enunciado, nos podemos preguntar si
Lacan si2ue comentand~ esta escntura ($◊O) ~1c1eod,a· esta _füanwa, es verdadero o falso, s1 es correcto, si está bien concebido, muchas cosas,
e.sta escrit11ra, f!S1e...Dlate.ma.ligaJa...est.wctura a la diacroma._La diacronía pero fundamentalmente es a propósito de los dichos que preguntamos si
no_es 01r.a cosa qutlo comúnmente es denominado la lii'iloria ¡,Qué.rus: son verdaderos o falsos.
torial la..resp_l.le.s.taJlQ..hay duda, es la historia de las ofe.rtas...deLOtro,.es El decir es algo muy diferente; es el acto de producir los dichos. Y ob-
~kcir"'-la.historia de la demanda. Historia entqnces eventualmente de los viamente que se diga o no, no exime de la verdad; esto no es ni verdadero
y,ir_ajes_deJa oferta_del Otro: virajes gue han hecho creer en el desaa:oHo. ni falso, es aquí donde la cuestión no es tan sencilla.
Es la tesis de Lacan: se "cree'' en el desarrollo. No hay ningún desarrollo Además, es lo que llevó a Lacan en El atolondradicho a modificar una
simplemente hay virajes en la oferta del Otro: se pasa de lo oral a lo anal' cierta idea de la interpretación, o al menos a añadirle un nuevo estrato, y
porque la demanda del Otro cambia. ' a considerar que la interpretación más importante no es la que apunta a la
Entonces, todo esto para indicar que ($0D) escribe el código, el tesoro verdad de los dichos, ni a lo que se dice, sino que trata de hacer hablar lo
de los significantes o el código de la misma actividad pulsional. Pero no que se dice, de interpretar el decir; que haya decir.
escribe_la. actividad p~lsional misma; escribe su estructura, y es Jo que Entonces cuando Lacan dice "el eco en el cuerpo por el hecho de que
~acan md1ca cuando dice: la escritura "[ ... ] ($0D) mantiene su estructura haya un decir", hay que recordar que decires no hay muchos; si se sigue
ligándola a la diacronía. Es lo que adviene de la demanda cuando el sujeto El atolondradich o hay dos: está el decir de la demanda y el decir de la
se desva?ece en ella. Que la demanda desaparece también es cosa que se interpretación ; y todos los dichos, salvo la interpretación, llevan un decir
sobreentiende, con la salveda? de que queda el corte" 2 Así, es una escci- de Demanda (que se puede escribir con una mayúscula, para diferenciarla
tura d_e la e~to1ctJ1~a de la puls1án que no inscribe la actividad p11lsiaoal ya de todas las demandas transitivas de esto o de aquello). De este modo, se
que DI _el suj.e.t~, 01 la demanda están allí presentes, sólo escribe las huellas comprende claramente "el eco en el cuerpo por el hecho de que baya un
que dem el dec¡r de la demanda en el cuerpo " estas hueHas. insiste Lacan decir" remite al eco en el cuerpo, por el hecho de que el discurso del Otro
sao cortes~anto cortes de la_zona erogena , :· lleva el decir de la demanda Hasta aquí no hay complicación. En cambio,
. . en el cuerpo, como desprend1-
Illl.ento.s..del 0 bJ.~to en la función orgánica, lo que I acan carneo ta lt1ego. ~ ¿Qué es este eco? Ha;y muchos modos de tomaclo.
p11es eo la p11lswo q11e el sujeto habla con su cuerpo. Se dice: el eco designa el efecto eo el cuerpo, el efecto del decir; si se
Me preguntaba sobre la reJac1on ·, d . lo toma así, se vuelve a caer en la tesis ya desarrollada que la entrada en lo
esta afi ., e esta tesis princens en Lacan con
nnac1on que es much 0 , d' r simbólico actúa en el cuerpo; tesis que Lacan planteó por etapas y durante
"[ ] las 1 . ' mas lar ta, que data de 1975 y que dice
··· pu smoes sont'el eco. en 1 3' mucho tiempo.
y a la que añade , e cueepo del hecho de que ha;y un decir" , Primero en Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoa-
a con muac1on "[ ] 1 , •
no consiguen imaginar"· 1 fil , ·; esen Oc que1·los filosofas anglosáJones nálisis 5 con la idea que el símbolo es la muerte de la cosa; la muerte de la
, os oso1os • .
ues ion son los ps1coanahstas
•
anglosajones. Dice·. "[ .. .] 1os 11amo filosor , cosa plena y plenamente presente.
.
,os Justamente por esto, que no
2. lhíd.
4. Lacan, J .• "El atolondradicho", en Otros escritos. Op. Ci!· . , .. ,.
3. Lacan J., Seminario 23. El sin/home, Op. Cit. p. 18. 5. Lacan, J., "Función y campo de la palabra y del lenguaJe en ps1coanahs1s . en Es-
critos, vol. !, Op. Cit.
58 / IV. LA PVLS!óN DE MUERTE (1) ----
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- - - - - - - - - - - - - - - - -COLETTE
. . , en Observación sobre el informe de Daniel Lagache' en cierto modo, no contacto verdadero. La pulsión es depredadora, pero
A contmuac1on, ·d d I· '
. que 1a demanda transforma
con la tests . . las neces1 a es en. pu s10nes - aqu·1 al mismo tiempo su depredación no sutura la pérdida de vida, sino que la
, or operación sobre el v1v1ente; lo he mencionado frecuente. restaura. Y es preciso que sea así para poder explicar la insistencia de la
esta 1a may . . 1 '111 "I
mente- y que esta Operación es soltdana
. . , con. o que e . ama a entrada del pulsión: restaura su pérdida Y por tanto todo tiene que recomenzar, de allí
sujeto en lo real", es decir, 1~ apancton misma del su3eto. . ~ su carácter insistente que la diferencia de la necesidad que se apacigua y
Comenta después este mismo efecto en el cuerpo, a partir del ano 1964 luego comienza de nuevo.
en el Seminario Los cuatro conceptos fundamenta/es del psicoaná/isis1y Se comprende que en la actividad pulsional, el ser - ya no digo el suje-
en el escrito Posición del inconsciente 8, en términos de pérdida de vida (o to- habla con su cuerpo. En el "hacerse comer", "hacerse cagar", "hacerse
de sustracción de goce), pérdida de vida -de la cual también he hablado ver", "hacerse escuchar", está la presencia de un decir que se pone en acto,
bastante- aquella que genera justamente el órgano de lo incorporal, esta que se realiza, retomaré luego lo que es tal decir. t\baca voy a hacer dos
libido de la que Lacan dice que incide en lo real; esto es en el viviente. Y, camentarias sabre esta tesis del ,acan· "la pulsjón es el eco en el cuerpo por
añade "precede [tal incidencia] a lo subjetivo". Dicho de otra manera, este el hecho de que hay un decir"; la pnlsián repercute, en cierto modo pasa al
enchufe es lógicamente anterior a la emergencia del sujeto; es por eso que acto, el decir de Ja demanda.
Lacan comienza a preguntarse por el animal y a hacer comparaciones con Primer comentario: conocen la fórmula de Freud "silencio de las pul-
él. Es además por ello que señala que la pulsión es acéfala, es decir, que es ! siones", tesis que indica que el silencio reina en el Ello -que para Freud es
casi un abuso de lenguaje hablar de las pulsiones del sujeto. el lugar de las pulsiones-, que el Ello no tiene manera de hacerse oír. Hay
Entonces, todos estos desarrollos que recuerdo aquí brevemente, co- que señalar que ésta no es la tesis de Lacan, donde encontramos incluso
rresponden a la idea que el lenguaje es un operador que transforma al una tesis totalmente opuesta: en las pulsiones, no solamente la estructura
animal humano. Pero cuando Lacan dice "eco", se trata realmente de un está determinada por la operación del lenguaje -primera perspectiva de la
término muy preciso, ya que "eco" no es lo mismo que "efecto"; el eco, si tesis- sino que, además, su actividad repercute, devuelve el eco del decir
se lo toma en sentido propio, es una devolución del sonido. Aquí creo que de la demanda.
podemos tomarlo como la devolución del decir, y la devolución del decir En este sentido, si nos preguntamos lo que expresan las pulsiones, te-
de la demanda no es otra cosa que la actividad pulsional. nemos que todas expresan la misma cosa; cada una a s11 maoeca expresa
.~lgunas páginas de Posición del inconsciente están dedicadas a esta repetidamente la pérdida y la tentativa de s11 impasible rec11peracióo. Se
actt~tdad pulsional, Y encontramos en ellas una definición de la actividad podría entonces decir, sin forzar mucho las cosas, que expresan la carencia
puls1onal, lo que no_es lo mismo que la estructura de la pulsión. Lacao esencial del ser hablante.
acaba de hacer mención a lo b·
. s o ~etos, esos que el ser pierde por naturaleza: Además, si captan bien esto, comprenderán por qué Lacan dice que
en especial el excremento la . .
b. t ' voz, 1ª mirada, Y dice: "A dar vueltas a esos la fórmula "no hay proporción sexual" es el decir de Freud, afirmación
o ~e os para en ellos recuperar e 'l st
que se ded.tea esa actividad
. . qu ' n e, re aurar su pérdida original ' es a lo que sólo es en apariencia falsa ya que Freud jamás pronunció tal fórmula;
precisa: la pulsión en su relact en e111~mamas pulsión" 9• Definición muy no obstante, Freud hizo evidente la actividad pulsional de las pulsiones
objeto de manera circula h on al obJeto, en este modo de ir a buscar el parciales y de este descubrimiento se puede inferir el decir que del mismo
perdido y, al mismo tiem r~ r:~~ una do~le _operación: recobra lo que ha se desprende: "no hay proporción sexual", o en todo caso, existe carencia
P' aura la perdida. Es decir1 es falso contacto profunda del ser hablante.
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6. Lacan J "Ob ..
:, Segundo comentario: Freud, en Más allá d~~ pri~cipio del placer 10 ,
tura de 1 ' ., • servac1on sobre el informe d D . explícitamente plantea la pregunta sobre la relac1on existente entre los fe-
ª personalidad'", en Escritos e . ame( Lagache: 'Psicoanálisis y estruc-
nómenos de repetición -que son fenómenos clínicos- y las pulsiones. Su res-
7: Lacan, J., Seminario 11 L , voI. 11, Op. C11.
nos ~•r~s: Paidós, 2001). . os cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis (Bue- puesta es que las pulsiones buscan repetir un estado anterior. A este respecto
. acan, J., "Posición del i .
9. Jbíd., p. 807. nconsc1ente", en Escritos, vol. 11, Op. Cit.
10. Freud, S., " Más allá del principio del placer", en Obras completas, vol. XXI, Op. CiJ.
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-
desde el punto de vista de Lacan, hay t~nto analogía como diferencia paradigmas. Y, a propósito de ellos, se pregunta sin son inconmensurables,
~on Freud: la fórmula de Lacan "Las puls1o_nes [reproducen] la relacióo es decir, si del uno al otro se puede hacer el paso, la equivalencia. Siguien-
del sujeto con el objeto perdido'.'" no :s_la m1s~a de Freud, pero en cieno do a Kuhn, se ha desarrollado una corriente epistemológica que va en la
modo se ancla en la misma realidad chmca. DeJO d~, lado el comentario de dirección de un relativismo absoluto, que incluso pone en cuestión a la
estas dos expresiones para referirme ahora a la puls1on de muerte que tanto misma ciencia. Dejo·esto de lado.
interesa. De todas maneras, retomando el término paradigma, me parece que
1a que orienta mi expasicióo es tratar de responder a esta pregunta: ws paradigmas freud janos Y lacaaiaoos son extremadamente diferentes, Io
¡,C_ómo lee Lacan la pulsión de muerte freudiana? Y, esta primera pre• cJl81 se ve enseguida desde que se abre el Más allá del principio de/place.,:
pende de atea más esencial· 6Q11é queda de la pulsiáa de muerte una Y~es Nada es más ajeno a Freud, al menos en sus enunciados -después se puede
leída par 1,acan? Es esta la verdadera pregunta. Entonces, a título prelirni- hacer la operación de inferir su decir- que la idea de una especificidad hu-
nar, voy a hacer dos comentarios: mana. Ahora bien, éste es el postulado de Lacan desde el principio. Freud,
Eo primer lugar, observo que después de 1966 (año de la publicación de al contrario en Más allá del principio del placer, escribe textualmente:
i los Escritos), digamos grosso modo, después de 1970, Lacan no habla prác- "Me parece que la evolución que ha tenido hasta hoy el ser humano no pre-
ticamente más de pulsión de muerte. Cuando digo que prácticamente 00 cisa de una explicación diversa que la de los animales [... ]" 12• No podemos
habla más de ella, no digo que no se encuentre una observación, un párrafo aquí sospechar que Freud haya tenido la intuición de un corte en el reino
donde menciona la pulsión de muerte, pero ella ya no está en el centro de biológico, el mundo animal y el mundo humano. De hecho, tiene aquí un
sus elaboraciones. Y esta basta para llevar a pensar que lo que la expresión postulado continuista: del protozoo hasta las especies superiores, busca
p11 s~ao ue ro11erte" re fiena
" 1 . . -' ' F
enreud I ,acao la refoanula de otra mane@. una conceptualización que valga transversalmente.
, Sm embarga Y ~-ste es el segundo cameotaria, los Iacanianos siguen Eo I ,acan vemos todo lo contraria· existe 110 corte eo la escala de la
hab_lando de la p~ls1on de muerte, e incluso mucho; me pregunto por la vida, existe una discontinuidad debida oa a 110a mutación animal, sioa a las
razon. _Es ~orno s1 la palabra, la expresión pulsión de muerte fuera uno de efectos del lenguaje; discaotiouidad que se debe al hecho que el hombre es
est0s termmos q~_e se_i'?ponen tanto, que Lacan no logra desplazar su uso el única animal que habla, el única hahlaser [parlétre] la cual no hace del
Y que_la conversion lex1ca que él realizó no hubiese logrado cuajar incluso misma la ci'1spide..de la creación, cama la creyó la filosofía dmaote larga
en quienes tratan de leerlo. tiemp.~o_que la convierte eo 1m mutante cao relación a todas las espe-
Hel releí~? los textos de Freud sobre la pulsión, sobre las pulsiones cies mudas, que oa tienen ni lenguaje, oi palabra
sobre a puls1on de muerte d ' Es verdad que hay en Lacan intentos de servirse de la referencia al
, Y como ca a vez - ¡Porque no es la primera vez
que re1eo estos textos'- me i • mundo animal para situar fenómenos humanos y a veces extrae de aquí ho-
tando lo que llama , 1· . mpres1onan, los encuentro densos contras-
na a epistemología freud· mologías. Es el caso del Estadio del espejo 13, donde se apoya en fenóme-
punto. Casi se podn',. 1 . iana Y 1a 1acaniana sobre este
<llro paradigma
-- - - - -!! ener 1a tdea que et ¡ 11
si -- mamas 1a palabra ,e,r
~ - -- 10
ºº ª'otro es completamente
nos testimoniados por la etología para introducir su estadio del espejo en el
pequeño humano. También en Posición del inconsciente 14 - ya lo mencioné
Thamas K11bo· quizá para igma en el sentida que la hace
, s conocen su obra L en las sesiones anteriores- trata de buscar la homología de la libido huma-
científicas. Este autor 1·nt t, ., ª estructura de las re voluciones
en o, tamb1en e J J' na en el animal.
estructural de los sistemas ci· t'fi n a mea de Koyré, un enfoque Lo que sorprende es que en Lacan, las comparaciones y homologías
.
designar en I cos· adel t , 1 .
el hecho que de u t . · an o a idea de paradigma para entre el humano y el animal son numerosas al principio de su enseñanza,
. fi . na eona a otra fí .
cias 1s1cas- los instrument -en 1s1ca, ya que habla de cien· desaparecen casi completamente en el período intermedio de su enseñanza
c st. os conceptuales 1 .
on •tuyen conjuntos orgán • Y a orgamzación de la doctrina
_ _ _ _ _ _ icos que son heterogeneos , y a los que él llama
12. Freud. S.. "Más allá del principio del placer", en Op. Cit.. p. 41.
11 . Lacan J "D 1 .., . 13. Lacan, J., "El estadio del espejo como formador del yo [je] tal como se nos revela
op . Ci1., ' " e ,neb de Freud y del deseo del
p. 811. . . " en la experiencia psicoanaJ_ítica", en Escritos, vol. I, Op. Cit. .
psicoanalista , en Escritos. vol. U 14. Lacan, J.• "Posición del inconsciente", en Escritos. vol. 1, en Op. C,t.
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h •a el final de la misma, lo cual nos lleva de la paloma de 1948 el elemento determin~n te en la pulsión es su empuje, si bien percibió la
y retoman alcl1 ber1·nto desde 1973. Creo que~ esto se debe al hecho de qu plasticidad de las puls1ones.
a la rata en e a · . . e,
. t en el último período de su, ensenanza, remtroduc e la conside• Freud seguramen te no habría aceptado la propuesta de Lacan de tradu-
JUStamen e, . d d d
•, d la vida y el viviente que habta deJadod "e Ia o• urante
"d d
afios; per0 cir pulsión por deriva [dérive]l1; Lacan hace hincapié en el desplazamiento
rac1on e
t dos los casos siempre es para sefialar la 1scontmu1 a . La concep. pulsional, en las conversion es posibles. Afortunadamente, la palabra deri-
~~al~zaciáo de las p11lsiooes, roe parece, ~s eo Ere~1d muy diferente .ckJa va no ha sido acogida, ya que deriva anula el lado empuje de la pulsión;
de 1,acao; 00 puedo peosar de otro roodo, mclusa s1 trato d~ aproxjméU:!9s. obviamente para derivar es preciso que haya dinamismo, que haya fuerza
Por supuesto, Freud descubrió la pluralidad de las puls1ones; lo descu. que se desplaza, no obstante, no tiene la misma connotación.
brió en la clínica: descubrió su plasticidad, lo que llamó los avatares, las Freud después de haber hablado del objeto, de la meta y de la zona
vicisitudes de la pulsión, su capacidad de trans~ormar sus modalidades de erógena, insiste sobre el destino de las pulsiones "todo esto está aquí, pero
satisfacción, incluso de cambiar sus objetos. El mismo evocó, también, Jo esencial es la pulsión" Y define la pulsión como "un empuje inherente al
una gramática de las pulsiones. Con todo esto, por tanto, uno se dice que organismo viviente". He aquí una definición biológica y tras-biológica que
está muy cerca de los desarrollos de Lacan. Y, en efecto, 1.acan se apo)'.i se aplica a todos los vivientes, hasta el punto que Freud no retrocedía al
en estos datos, se apoderó de ellas para canstmir su concepto de pulsión preguntarse lo que hay en las pulsiones de la ameba: cual es la dosificación
ligada al lenguaje. Pera Eceud, aunque haya descubierto esta pluralidM, de la pulsión de vida y de muerte por ejemplo en las amebas, en los proto-
esa plasticidad, inclusa la gramática =<¡ne voy a poner en duda da ona zoos o en los organismo s unicelulares.
definición biológica de la pnlsión. ¿Cuál sería la fónnula homóloga en J.acao? ear supuesto, Lacan no
Pongo en duda la gramática de las pulsiones, porque Freud habla de diría lo misma Se podáa decir, para estar lo más cerca posible de Ereud
ella a propósito de la relación de objeto en la psicosis, a partir de los distin• que, para J,acao , )a pulsiáo es 110 empuje ioberente al orgaoisroo hablante,
tos modos de negar la afirmación "Yo lo amo, a él, un hombre". En la sola WQ...que el m:ganismo hablante cambia todo con relación al orianismo
relación de objeto no hay que olvidar, sin embargo, que Freud vaciló en únicamente viviente.
la diferenciación entre el registro del amor/odio y el registro de la pulsión. Y cuando I.acan establece hamalagías con el animal, ellas oo van par
Lo vemos en el texto de Pulsiones y destinos de pulsión 15 y en Más allá ellada de) empuje de las pulsiones, sino por el del efecto de pérdida, es de-
del principio de_! placer: hay un momento en que habla de las pulsiones y,
cir. que piensa que en tas especies animales superiores -más precisamente
de pronto, empieza a hablar del amor y del odio como si el amor y el odio las especies sexuadas existe por el misma hecho del sexo una pérdida de
fueran pulsiones. '
Al respecto, ~ay _un gran desarrollo de Lacan que comienza especial-
vida que en cierto modo precede y duplica la pérdida de vida humana que
se debe a) len~aje. Esta es una homología , pero enseguida restablece la
disimetría, ya que para Lacan hay, a pesar de todo, un instinto de reproduc-
1
mente en el semmano La ética del psicoaná/is is 16 : el amor y el odio no
ción animal que nadie niega; la tesis es que no hay en el humano un instinto
pert:necen al registro ~ulsional; son de otro registro. Lo que Lacan llama
de reproducci ón animal.
pulsl1ones, s_o~ las puls1ones parciales: oral, anal escópica etc y por tan·
to, a gramattca de la. pulsión· en Freud es lo mismo'. ' · ' - Ahora algunos comeota.rios sobre la pnlsiáo de muerte en Ere11d . Si
que la gramática de
1 ¡ •,
a re ac1on con el objeto de amor· a b. .. d ¡releen su texto anotarán, al igual que yo, que su lado fascinante no se agota
Cierro el paréntesis. ' m igue ad, entonces, amor/erotismo. en la lectura y en la relectura; hay que tomar aquí fascinante, en sentido pro-
F.reud tiene una definición d 1 .. pio, casi hipnótico: fascinante quiere decir que logra algo más que interesar,
texto_: habla de pulsiones innatase ª p~ilsion QJ1u s..h~ológica. Relean el que, en cierto sentido, impide pensar la pulsión de muerte. El mismo Freud
podna ser retomado por no t ' pulSiones del orgamsmo -esto todavla
so ros- pero sobre todo, insiste en el hecho que
------- 17. N. T: Lacan J. "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente
freudiano" en Op. Ci~ .• ; . 764, propone traducir Trieb por la pal.abra inglesa drf~e: " .. .cosa
:!·. rreud, S., "Pul~ion~s destinos de ulsi "
y .
acan, J., Semmano 7. La ética de) si ón , ~~ (!bras completas, vol. XIV, Op. c,1. que ~; evita, y por ello la palabra dérive ('deriva') sería en frances n_uestra s?luc1on de~esp~.-
P coanahs,s (Buenos Aires: Paidós, 2009). rada . Lacan, J., "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el mconsc1ente freudiano •
64 ¡ H: LA PVLSIÓN DE MUERTE ( I) ----- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -~C?!}!:_OLETTE SOLER ! 65
lo subraya, y es divertido ver· el número de observaciones su~as en donde ¿Cómo explicar la proliferación de vida de lo vegetal a ¡o anima · 1d 1
· · ti · . . e as
se disculpa, donde dice ''Lo ~é, _estoy _en un tei:re~o ?1oved,_z?"· Señala 1
especies m enores a as_ especies superiores? Y, además, con la vida hu-
lo extraño de sus fórmulas e ms1ste: solo son h1potes1s prov1s1onales 1 mana que bull~ ?ºr enc~ma de esto ... Y ¿Cómo explicar las pulsiones de
ciencia seguramente las bam:rá; recon_oce que a esto le falta fundame~t: auto-conservac1on que tienen una evidencia clínica manifiesta: el ser trata
clínico - lo que es la peor de las cosas que Freud pueda decir para una de no morir, de defenderse de la muerte? Conocen la respuesta de Freud
teoría- y busca estos fundamentos pero, no obstante, todo transcurre como )a cual habría q~e pe_nsar: es que el viviente puede morir pero quiere mori;
si él mismo, a su pesar, estuviera empujado por una extraña aspiración a según sus propias v1as'. no puede morir ni por accidente ni por suicidio,
fórmulas extremadamente paradójicas a las cuales no puede renunciar. quiere retomar por la vida a la muerte original.
Esto es un signo, no puede evitar decimos. No es de ningún modo el Qe.aq11í la paradoja que obtiene: no hay nada parecido a la pulsión de
caso cuando habla de las pulsiones libidinales y de auto-conservación, ya muerte para prolongar la vida porque, cada vez que se altera en su movi-
que ahí está en un terreno clínico extremadamente sólido. Como él mismo miento hacia el nirvana, hacia la inercia y hacia el reposo - y siempre se
lo dice, el hambre y el amor corresponden a las grandes intuiciones de siem- altera porque tiene la realidad a su alrededor- el ser introduce nuevas ela-
pre, que serían las dos grandes fuerzas que dirigen a la humanidad. Su teoría boraciones para recuperar el camino hacia "la muerte inmanente"; Freud
de la libido estaba apuntalada ampliamente en la vida erótica y en la social. emplea esta expresión.
No ocurre así con la pulsión de muerte, donde es mucho más dificil en- Se ve enseguida que el texto Mas allá del nrinrinio del o/ocer transmi-
contrar sus puntales en la experiencia; no faltan, pero es más dificil ubicar- ..¡, te componentes heterogéneos que resumo bre~eme~te, per~ es mucho más
los. Así, los discípulos de Freud se fascinaron con esta tesis freudiana y la rico y, por supuesto, mucho más complejo.
respuesta a ~icha fascinación fue que muchos de ellos rechazaron la pulsión Ev primer lugar, es evidente que hay en este texto una vena patética
~e ~uerte; mcluso algunos la interpretaron como el hecho que Freud enve- que vibra en Freud y que hace eco en el lector, como ocurre cada vez que se
Jec1a, que ella era la repercusión del impacto de la guerra de 1914-19, etc. evoca la vida, la muerte, los grandes misterios de la naturaleza: ¿De dónde
A_~ste respecto, la poso1ra de I ,acan es muy precisa La definió en venimos, a dónde vamos?; es éste el lado patético. Y, Freud se entrega a
Funcwn Y campo de la palabra ... así: "No podemos [la pulsión de muer- una especie de ensoñación sobre la naturaleza; la piensa en este texto como
te) e,:~arlo en sac~ roto, c_om~ tampoco podremos aquí posponer su exa- un Otro que tendría una voluntad, una finalidad. Además, emplea el térmi-
men · Lo que quiere dectr: m rechazo, ni fascinación de su parte. no de demoníaco para calificar la repetición y la pulsión de muerte; lo que
· da -que es mas
Para .Freud, la naturaleza ,·namma , que la vida .
. misma ya significa pensarlas en términos de finalidad teleológica.
que comie~~-según él con la naturaleza inanimada- habría sido alter~da Este es una de las ajes del pcableroa Pero si dejamos de lado lo patéti-
por la apanc1on de la vida' de 1ª cua1 nadie .
sabe cómo ni por qué apare- c.a..de las términos, la com;epnia)ización está hecha por entero en términos
. , . .d ,
c1o, v1 a que sena como un desorden en lo .mammado . biológicos; por lo cual Lacan, en algún momento de su ensefianza, evoca
. . .. Y postula que los
v1v1entes qu1s1eron desembar d · , , el biologismo de Freud, que se pregunta por los enigmas de la vida, no
la vida , . b azarse e este exceso de excitación que es
, Yso1o aspira an a una sol . únicamente por la pulsión.
palabras a la muerte O , ,ª cosa. vo 1ver a lo inanimado, en otraS ( Quisiera ahora, sin embargo, insistir en el hiato que hay entre la afir-
quieren ~olver al ori:g e aqui su formula: las pulsiones son conservadoras, Jmación de un más allá del principio del placer y la noción de pulsión de
en Y esto es lo · · do; afirmación que le traJO ·
muchos problemas. mamma ) muerte, ya que entre los dos hay un salto que Freud da y que quizá no sería
En primer lugar, Freud hizo mal l obligatorio hacer.
este esquema Dejo esto de I d en colocar las pulsiones sexuales en El más allá del principio del placer-que Freud apuntala esencialmente
:o
encuentro má.s fascinante enª -~~ n? desarrollo. Pero sobre todo -es lo que en los fenómenos de repetición y, particularmente, en los de repetición
e si ª naturaleza sólo quiere lo inanimado,
transferencia! que, finalmente, es el apoya clínica indjscutjb]e del más_ allá
del principia de] placer I,acan jamás la cuestionó Ea cambio la que mte-
. 18. Lacan, J., "Función y campo de 1
craos, vol. I, Op. Cit., p. 303. ª palabra Ydel lenguaje en psicoanálisis", en f,s· trogó fue el principio de) p)acet
66 / IV.LA PULSIÓN DE MUERTE(/) -----
COLEITE SOLER / 67
c. t con el más allá se puede decir que Freud corrige su postuia.
En e1ec o, gos2 1, el principio del placer ya es derrocado; lo desarrolla en su seminario
do previo sobre el principio del placer, que es un ~ostu1ado pre-analítico•
la ética del psicoanálisis, como en su escrito El psicoanálisis y sus rela-
es un postulado aristotélico: suponer_que el ser esta ?obemado por la bús'. 22
ciones con la realidad de 1967, a partir de la idea que desde que Freud
da del placer y la evitación del displacer, es decir, que busca esencia]. descubre y demuestra las huellas mnémicas -son los términos de Freud,
:eente esta satisfacción templada, equilibrada, que es el placer que es una pero podemos decir significante, rasgo unario-, desde que hay huella de la
satisfacción siempre equilibrada. ¿Qué evita qué? La excitación, la tensión experiencia, el principio del placer ya no se sostiene. Es esta la tesis y la
y el conflicto. . . lectura que hace Lacan, ya que no se ve en Freud nada que exprese explí-
Harán falta a Freud más de veinte afios de expenenc1a analítica, ade- citamente esta idea.
más de su propia experiencia, para superar lo que yo no dudo en llamar Por último, con la pulsión de muerte, Freud va más allá del más allá
su "No quiero saber nada de eso". El "No quiero saber nada de eso" que del principio del placer. Con ella reintroduce el dualismo pulsional del
necesitó para afirmar, como lo hizo, que el principio del placer gobernaba cual está convencido; no puede dejar de suponer que la naturaleza no esté
lo humano. Lo que, es preciso decirlo, se afinnaba contra toda experiencia habitada por dos principios: dualismo. Y hay en Freud un sentimiento -si
Digo que necesitó veinte años pero es también admirable que, a pesar de se puede llamar a eso un sentimiento- muy profundo de un principio de
todo, se tomó ese tiempo, pero lo hizo. discordia, de oposición, de enfrentamiento de contrarios. Cuando se da
Es cierto que los textos de 1920 representan una ruptura en la enseñan- cuenta de que la libido cubre todo el campo clínico, a nivel de los impul-
za de Freud y que preparó desde d 1914. Tenemos una pista muy precisa sos sexuales y del narcisismo, busca la anti-libido. La pulsión de muerte
po~ el hecho que Freud no acabó su Metapsicología; había previsto una es esto: la anti-libido que restablecería una dialéctica posible entre dos
sen.e de textos y no los finalizó. Desde 1914, el giro que introdujo en Más contrarios. Es muy apreciable en su texto, dice que no puede ceder ante la
al/a del principio del placer está esbozado en dos textos: Introducción al idea del dualismo.
19
narcisismo y Recuerdo, repetición y elaboración. 20 Evidentemente en Lacan se trata de otra cosa: no es ni monista, como
, El.textu.subr:e el oaccisisroa pone en cuestión Ja..c.o.ns.tru.c.ciáo que ha: Jung, ni dualista. En Lacan siempre se funciona con el tres.
h¡a becbo
. _bastace allí ~oh
as 1
pu 1smnes.
·
En efecto, con Jntroduccwn ·, /
a Entonc.e.s...,¿Cámo la lee I ,acan?
narcisismo
., ' . anuncia que 1 [ '] 1
e yo mo1 , e yo centrado en el cuerpo propio, es . Hay muchas etapas en su lectura, aquí me ocupo ímicamente del prin-
tamb1en ,
un ob1eto
J . •
Freud hab'1a construido . hasta ahí una teoría en donde cipio~ En primer lugar comienza poc una cática explícita de la fórmula
opoma las pulstones de co ·, "pulsióo de muerte"; esta cática es ro11y iosisteote, ro11y repetitiva, la ve-
. nservac1on del yo y las pulsiones sexuales que
apuntaban al obJeto· lo cual , mas..particu)armente en Función y campo de la palabra y del lenguaje_ ..
b 1 . ' . . correspond1a a la gran oposición entre el ham·
re Ye amor este bmano 1 · , d la vemos incluso antes; dice que es una aporía, es decir, un impasse lógico.
les será puest'0 . , pu sion e auto-conservación/pulsiones sexua·
' en cuest1on con d· hO Dice que es una aporía, el querer formular la experiencia humana con el
es libido? Entonces ¿Habría tc _texto. Introducirá la pregunta: ¿Todo
registro de la biología; aquí está realmente el punto de discordia entre los
pensaba Jung? ya ' , que decir que sólo hay una energía, como lo
. ·, que esta era la tes· d J , . , dos: querer fonnular la experiencia humana, la clínica del hablaser [par-
aphca a los objetos y al . is e ung: una umca energia que se letre] con el registro y los términos del biologismo; es una fórmula que
de s11 primera tearía d yo [m~i]. En otras palabras, el dualismo fre11dianll..
e Ias pulsiaoes ~ st , expresa el corte lacaniano y que casi se podría llamar su anti-biologismo
so?ce el oaccisismo. Ademásª e a cnestionad.Qa..p.artir de SJ! texto
en aquel momento.
PllllcipiQdel placer. ....el.tex.to...sabi:.e.Ja..repetjción_ cy~stional2al1 Un paca más tarde, Lacan babia de la paradoja de esta noción, de su
Lacan tiene 0 tra tesis· .
que · b· enigma; también dice que "se podría tomar como una noción irónica".
de sus primeras elaboraci~n si ien Freud no se dio cuenta de ello, des·
es en el Prov .,,ec1o ue pstcología para neuro'l0•
,.1 •
23 Freud S "A T ·
XXIII O . ' ., na 1s1s terminable e int . " 1 · · Tsis" en Es
24. Lacan, J., " Función y campo de la palabra y del lenguaJe en psicoana 1 '
, J:' C 11. erminable , en Obras completas, vo · ..
critos, vol. 1, Op. Cit., p. 304.
tn. ..
. . • , de la muerte, Ja asunción
sub~ettvac1on , " -------
del ser para la muerte,, en un vocab
. u. ritaría una lectura. té~mino a térm_i?o: '.'[.; ) el instinto de muerte expresa
)ario que se reconocía que deb•~ ~lg~?I ser-para- la-muerte _ de Heidegger. esencialmente el hm1te de la func1on h1stonca del sujeto"_2s
Ahora quisiera marcar la d1stmc10n entre _e~t.os estratos. de un lado, to. Prosigue un poco más adelante : "Ese límite es la muerte[ ... ) este lími-
que de la muerte -<¡ue conduce a una redefimc10n del instinto de muerte-, te está en cada instante presente en lo que esa historia tiene de acabada".26
y del otro, expediente de la muerte. oiaoda dice que é ste límite es la rnuecte, na designa cualquier muerte·
Toque de Ja muerte, designa, como la palabra "toque" lo indica bien no designa.la..muerte que llega, al final de la vida, cuando desaparece el
el nacimiento del símbolo, como Lacan lo dice, o incluso la simbiosis d~ 'i.Í.Yiente. la muerte que cada uno anticipa por saberse mortal, esa que el
to humano con lo simbólico; en otras palabras, su entrada en el lenguaje. verso del célebre Paul Valéry refiere cuando dice "Tal que en si mismo
Pues bien, esta simbiosis produce en el sujeto que entra en el lenguaje el finalmente la eternidad lo cambia", cuando el trazo del fin está librado.
asesinato de la losa y la eternización de su deseo. Es una muerte que "está en cada instante presente en lo que esa historia
Lacan hace la demostración de este punto a partir del juego del fon. tiene de acabada" . Pone los puntos sobre las ies, "Representa ... " -él, es el
da, que retoma del Más allá del principio del placer de Freud; demuestra límite - "representa el pasado bajo su forma real".
que justamente en este juego se evidencia lo que llama el nacimiento del Sigue una distinción de los diferentes tipos de pasados. El pasado bajo
símbolo; los símbolos ya están en el Otro pero hace falta que el pequeño su forma real, ¿Qué es? El pasado bajo su forma real - lo indica en lo que
sujeto se apodere de ellos. Y, por tanto, Lacan trata de demostrar que desde sigue del párrafo- , es el pasado en tanto que es imposible de modificar.
este embrión de simbolización que es el juego del fort-da -de cierta ma, Tomemos una definición fuerte de real · impasible de modificar El pasado
épico, el pasado histórico, es aquel que se modifica al dársele otro sentido;
nera binomio significante- la presencia de la Cosa materna está perdida,
esta es una dimensión de la historia: la dialéctica de la historia implica
y es a esto a lo que llama el asesinato de la Cosa. Desde entonces, desde
modificaciones, pero no impide que haya un límite a la historización y que
que se produce esta mínima simbolización, la presencia materna siempre
este límite, para decirlo de manera simple, es que lo que fue y no puede ser
estará habitada de ausencia y, recíprocamente, su ausencia efectiva no será
incompatible con la presencia simbólica. abolido, no puede ser cambiado.
Se puede soñar con cambiar el pasado, hacer un mundo nuevo -esto
Debido a esto, ¿Por qué evocar lo eterno del deseo? Pues bien, porque
ocupó a mucha gente en el siglo pasado- pero hay lo real en el pasado
desde este momento, ningún objeto dado en la realidad será capaz de sa-
turar el deseo. en la medida en que el pasado humano es un pasado que se inscribe;
el pasado animal se abolió en el olvido. Pero Jo que se llama el pasado
Es_te momento clínico en el niño es precisamente aquel de la aparición
humana que se inscribe, es lo que d~a huella. Además, es posible decir
del obJeto transicional -descubierto por Winnicott y retomado por Lacan-,
que firma la eterno del deseo, es decir, · un momento en que sean cuales sean que esta huella no está por completo muerta, ya que está operando en la
1 O
b. repetición, pero no impide que constituya un elemento de inercia abso-
~s ~etos que aparezcan para satisfacer la aspiración la apetencia ' habrá
siempre la presencia de est , . ' lutamente real.
el pequeño bº t e_vacio que ha introducido el símbolo. De aquí Entonces, dice Lacan: hay un toque de la muerte y repensemos lo que
o ~e o que en cierto modo 1 . se apropia y que eleva a
una condición abs0 I t ' ¾ ' . , e SUJeto Freud llama el instinto de muerte reconociendo en ello que lo que fue - ya
de la mu rt ,, _u ª· si PP~s el pnrnec pasa cao esta expresión "Toque edc que Freud hablaba del origen- es en efecto inamovible y que esto represen-
e e , consJSte en dern 1w PI
Wk,,,, q•111r; i:, s1•mna1 ·
h , a introduce la que se pueill
ta un elemento de mortificación siempre presente.
llamar la instancia de la muerte paca aquel.que entra en el lenguaje EDr Observen que esta redefinic ión está en !as antípodas de fa idea de
11 0
c;onsiguiente, el sujeta se sahp c:11iptn ,i., la muen
lugar La · e.· rntpuie hacia la muerte y más hjen designa un hecha de estmc~uc.a :.La&.ao.
. . En seg11oda - can mtenta a narf
Jr, precisam
· d
ente de la m!ro u.e· tr,...l .. : ~ d • · h · 1 m111~rtP eo tearnoas de
d
ciao a la sirobálica una ce efimción dP 1 . . "
1 ·, ' ~ e nuevo la 1dea de 110 erop1ye acia a
en Función y campo . . . todav1a , a PII sian de muerte Vean que .
. . no está dis
mstmto de muerte· tratad . puesto a abandonar el término
· Y da de él' una d fie exp
utI·1iza.
1
. . ,icario'
de darJe otro contenido pero aun °
· J 25. lbíd., p. 305.
26. lbíd.
e nrc1on que, debo decir, no es nada fácil; ame·
72 / IV. LA PULSIÓN DE MUERTE ( 1)
----
~trncmra, lo cual no supo~e _ninguna _impl_icac_i?n subjet_iva que el pasado
con su forma real, s~a un l_1m1te a la /11stonzac10n, no exime de la elecció~
del sujeto; un empuJe es diferente .
Por tanto, es ya una redefinición del instinto de muerte que volatiliza el
~º-
insti~to ~e muerte como tal, ~ue rea~sorbe en la estructura mortificante V. LA PULSIÓN DE MUERTE (11)
del significante, a sa?er_: lo s~mboltco mtr~d~ce n_o sol~ el asesinato de la
{ Cosa y por tanto la perdida, smo que ademas mscnbe lo inamovible, lo que
no es del todo lo mismo. ·ero tratar de terminar -:¡Si es que es posible!- con la pulsión de
Queda por desarrollar el tercer punto, el más lírico planteado por La. uerte, para pasar ensegmda al tema del cuerpo viviente.
can; debo decir que me gustan mucho estos párrafos: " El expediente de la pecé examinando la entrada de 1,acan en la pulsián de muerte en
muerte". Será para la próxima vez. su Infonne del Congreso de Rama· Eunción y cawao de la aaLabra v del
lenguaie en ruicoaná/isis' y a) respecto desarrollé das p1mr~s- ·
16 enero 2002 de la muerte que el lenguaje introduce en
! º. Lacan afirma la presencia
lo real; en tanto el sujeto habla, este ser hablante se sabe sujeto a la muerte.
Esta presencia de )a muerte no tiene nada que ver con una pulsión de muer-
te, con un empuje O con una aspiración hacia Ja muerte Lo primero es un
hecho de estructura, digamos un universal de Ja estructura que se impone a
todo Jo que es )a condición del ser hablante
2° Esta presencia de la muerte permitía a Lacan redefinir la pulsión
de muerte freudiana, al decir que <;00 dicha sintagma Freud mostraba, sin
sabecla, el pasado como real, coma imposible_de borrar. Tampoco aquí se
trata de una pulsión sino de un hecho de estructura: lo que fue no puede
borrarse.
3º punto al que voy a referirse y que concierne a wque T,acan deno-
mina el "expediente de la muerte" a el "ser-para-la-muerte". Dicho "expe-
diente de la muerte" no es la presencia de la muerte, ni el pasado elevado a
lo real, designa un uso posible de la instancia de la muerte; se podría decir,
una instrumentación de la muerte, a»e es e) hecho del sujeto.
En el uso que se puede hacer de Ja muerte, eHa está lejos de ser una
pur~ negatividad, sirviendo por e) contraria de mediación - Lacan utiliza
vanas veces este término, puesto que en esta época usa un vocabulario bas- 10
tante hegeliano- introduciendo la segunda vida: otra vida sin la que, por
ade':r1ás, no habría segunda muerte; es lo que Lacan denomina "la vida de
la historia" , la única verdadera dice en ese momento, ya que perdura Yse
transmite. Es la única gracias a ia cual el individuo existe-hay varios textos
·
de Lacan a este respecto- en la que no se reduce al prototipo de la especie.
tos 1· Lacan, J., "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis", en Escri-
, vol. 1, Op. Cit, p. 306-307.
73
►
C'OI.ETTE SOl./;'R / 75
-----
74 / V. LA PULSIÓN DE MUERTE (//)
ue en este momento Lacan piens a la vida de la historja, es Lucha competitiva Amo/ Esclavo
Se observa q . .fi
. ·da pasada por lo simbólico, por lo. s1gm Fcante. como una espeere.
decir, 1a v1 ,
campo ue ,0
. · •n de la vida animal. Lo . . precis
a en uncw. , "n ,y .
,J ,
2. lbíd., p. 306-307.
3· Lacan, J., Seminario 11. Los cuatro conceptos f undamentales del psicoanalisis, Op Cil.
76 ¡ v. LA PULSIÓN DE MUERTE (/1)
. .
[. . .] Pacientemente' sustrae su vida precaria a las. aborregantes
.
del Eros del símbolo para afirmarla [su precaria vida] finalmente e
------
agregac·iones
COLEITE SOLER /
con . d . . ..
maldición sin palabras" 4• Hay otros pasajes donde retoma la misma i~ una Una vez despoJa as, estas 1magenes narc1s1stas y estos significantes
mucho más tarde, hablando de Gide, se burla de los que no han compea Y del Otro, ¿Qué queda? .
'd "[ ]
dido nada porque no han entendI o . . . que u~ cu_mp,,1m1ento 1. . ren-
de la vida La respuesta de entonces era: queda qmen puede decir "No" y quien no
5
puede confundirse con el anhelo de ponerle un termmo . tá del todo indeterminado, puesto que tiene precisamente el pasado real,
Entonces, se dan cuenta que en estas reformulaciones de Lacan e: decir, lo que está inscrito y que no podría borrarse ya que lo detennina.
realidad, está tr~~ la huella del sujet?. Qui~ro decir que trata de ela~: ;e este ser-para-la-muerte Lacan dice también "asunción de la muerte", en
no tanto la puls,on de muerte freudiana, smo lo que es el sujeto del in. 1
fin de análisis "subjetivación de la muerte", fónnulas cuyas resonancias
consciente, el sujeto del lenguaje. Está pues empezando a adelantarse en ~o van quizás en el mismo sentido que la estructura que muestran. Se com-
la subversión del concepto clásico de sujeto, ya sea el sujeto filosófico 0 prende por qué Lacan puede decir e2 e~e momento esta cosa tan_asom~ro-
psicológico. sa: "El analista representa la muerte , fonnula que puede decepcionar s, no
áquí lo define. es su primer avance, como una pura...n.egati.lddad. En se capta el sentido y el alcance: No solo dice "El analista hace el muerto"
· efecto, si se pregunta en esta época "¿Quién es pues este sujeto que oponen - indicación en cierto modo técnica- sino "Representa la muerte".
~I yo, al Ego?" Ia_respuesta ~sen Lacan en principio negativa, esto es muy J;n._ese momento era una fonna de decir qué representa al sujeto; igual
importante. Consiste en ~ecir: no _se ~onfunde con la imagen de su cuerpo que cuando se le convoca como otro semejante o ~o~o Otro. Y ~sto expli-
que presenta al mundo, m con las 1magenes a las que se identifica y tampo- ca, por ejemplo, una fórmula notable sobre la pos1c1on del _analista que se
co se reduce a los significantes que lo representan. encuentra en Variantes de la cura-tipo, en donde Lacan se interroga sobre
As~ pues, sólo puede manifestar su existencia propia, singular, inefa. qué es del yo [moi] del analista en la cura, y avanza que debe estar comple-
ble, b~Jo la fonna de la presencia de una negatividad. De ahí la fórmula tamente fuera de juego.
Hay una fórmula que encuentro reveladora ya que an~icipa lo _que de~
::~~~.uJeto dice~"- Esta define la esencia del sitjeto, es quién puede decir
nominará algunos años más tarde como el deseo del analista; no tiene ~lit
al deteo:nm1s~o de la estructura. Y.que aliº pueda decir "No", es lo
que se denomma la libertad· E: · · no 1m destmo · determinada por esta noción pero lo dice de otra manera hablando de lo que hace el analtsta
Ji una opc100,
que se ha despojado de todas las adherencias de su yo: "P~ede pues ahora
la estrncb1ra; compete a la ética como la decía antes.
responder al sujeto desde el lugar en que quiere, pero no qmere ya nada que
El correlato lógico de este sujeto que dice "No" su correlato estructu-
ral
. . el hecho que el SUJe
por · tO en 1a sene. '
de los significantes no es ningún determine ese lugar".6
s1gm 6 Se aprecia inmediatamente que "representa la muerte", es un 1~gar en
. cante' es lo que se puede escn'b•ir por un menos-uno· lógicamente el donde quiere; forma de decir, desea. No quiere ya nada que dete_rmme eSte
SUJeto es un menos-uno 'f . , '
. . Y e tcamente, es qmen puede decir "No". Sin duda, lugar. Se comprende bien: es que el deseo está determinado a mve! del yo,
elm1camente se encama t0 d 1 .
puede encamarse en todo:" os os ~uJetos, pero no en todos es i~al: cada vez que pretenda objetos particulares determinados la mayona de las
en el sujeto histérico. pero es particularmente frecuente y perceptible . . • d t yo Esto determina el deseo, lo
veces por los avatares de lo h1stonco e es e • ,
. . d d t rminaciones ·Que es lo
Todo esto evidentemente co . . especifica y así una vez despo1adas to as estas e e · . '1,
ncieme ª la misma evolución analítica. La• ' ~ d · · b eto Es lo que
can lo fonnula en esta .
epoca en est t · · que queda? Queda un deseo puro que no preten e mngun ? ~ ·.
momento la evolución de un a , .º~ ennmos, puesto que presenta en ese .. . • tarde al diferenciar la cau-
Lacan conseguirá formalizar meJor un poco mas , ,,
del cual el sujeto se de . . nahsis como un recorrido en el transcurso •, "Representa la muerte es
spoJara -es su expres1on-
· · de las 1magenes
. , .• sa de deseo y el objeto de deseo. Esta expresion d d
narc1S1staS ya una forma de decir que el analista responde en el lugar d~ la causa .: e-
seo, pero de una causa de deseo que no pretende ningún obJeto espect ·co.
Lacan, J., "Función y cam o d 1
. 4.
cmos, ti. Op. Cit., p. 307.
l. P e ª palabra Y del lenguaje en psicoanálisis", en Es·
. ,. . 1 Op. Cit .. p. 334.
5. acan, J., "Juventud de Gide o 1 1 6. Lacan, J., "Variantes de la cura-upo , en Escritos, vo · 1•
ª etra Yel deseo", en Escritos, vol. JI, Op. Cit., p. 717.
78 / V. LA PULSIÓN DE MUERTE (JI) ----._
~ -- - -- - - -- -- - - - - -COI.ETTESOJ.ER / 79
. t paréntesis sobre el analista y ahora quisiera h
Tennmo con es e , . d L
. d ués de haber extra1do las tesis e acan. Supongo
ace¡ psi·coanálisis, la resonancia trágica comienza a transformarse .1 .
... •
1 tragewa s1g11e eI rastro de Ia verdad. , a I ummarse
un comentano, esp • d 1 , · que por el hecho quea
, t rrados por las resonancias e termmo; es de un y, cuando se llega al, .final de la enseflanza
como yo, estaran a e , ~ . . . de Lacan , no hay nmgun• .
estilo y la nota trágica no esta ausent~- . riesgo de enc?ntrar_ la mm1ma res,onan_c1a trag1ca, el énfasis ha pasado a 10
. Lacan ¡0 que él mismo, aplica a Freud.
Ap l1quemos a ', . L , . ~ico, al mismo tiempo que el enfas1s de la verdad ha pasado al saber
Ya saben, he mencionado la ultima vez lo que acan dec1a Justamente En Televisión 8 se encuentra una evocación de lo cómico y de la risa
a propósito de Freud y des~ ~ulsión ~e muerte: que hay que to~arla enel orno implicando un saber, el saber de la estructura; hay una vinculación
• de las resonancias poet1cas; senalaba que en Freud hay siempre 1., centre el saber y 1m cierto
. . E~.rea lºd
mve1 1 , . d b _reir. I ad, es así como he interpretado
mismas resonancias desde el origen hasta e termmo e su o _ra. Si plantea."" siempre el reír de Lacan; vmculac1on entre el saber y el reír, de hecho hay
mos esta cuestión a Lacan, me parece que resulta lo co~trano: no se tiene un presentimiento en la lengua cuando se dice "Más vale reír que llorar":
en el origen lo que se tiene al final y, al final , ya no se tiene lo que estaba implica que de lo mismo tanto s~ puede reír como llorar y que entre las dos,
en el origen. !~
para pasar de una a la otra, tiene que haber ~n mediador. Ea todo caso,
Podría plantearse la cuestión en Lacan sobre la constancia de sus es- es__p.or esta 1mwo al saber que se caropreode cama el saber puede aligerar
quemas lógicos. No sería excesivo destacar que el esquema temario es una 10 trágico de la verdad.
constante en Lacan, aunque con los Discursos haya utilizado un cuater- Me parece muy apreciable este ·cambio de resonancia, que pasa no so-
nario; pero de un extremo al otro siempre hay dialéctica de tres términos, lamente de la nota trágica a lo cómico sino que me parece que Lacan, no se
ellos cambian pero el temario permanece. de que manera, logra un extraordinario desplazamiento de las resonancias
• Tenemos a, a ' y la muerte como representante del sujeto mortificado: humanistas del principio (ya que con Función y campo de la palabra y del
a - a ' - muerte; lenguaje. . . estamos en unas resonancias humanistas, en el buen sentido
• Está el binario de la cadena SI, S2, y el sujeto como tercer término de del término. Se puede hacer la crítica del humanismo, se puede decir que
la cadena: SI - S2 - sujeto; el psicoanálisis no es un humanismo, lo cual es cierto ... ) a las resonancias
• Y después, evidentemente el temario: imaginario, simbólico, real: irónicas - sólo encuentro este término adecuado--, e incluso, de una ironía
1- S - R. mordaz.
No profundizo en esta cuestión, pero a partir de los esquemas lógicos Este cambio de resonancia puede invitamos, si salimos de los caminos
se podría seguir el rastro de esta constante en Lacan, y al nivel de las reso- trillados de nuestra lectura de Lacan, para mirar de otra manera estos pri-
nancias, para nada. meros desarrollos. Nosotros que hemos leído a Lacan, que nos referimos a
Al principio se está, diría, en las resonancias del texto en la fonna en su orientación estamos habituados a contrastar por un lado "el narcisismo
' .
que esta escnto, en el pathos de la muerte y Lacan hace vibrar '
este signi- del yo", su alienación infatuada a las imágenes del otro (a), a los signifi-
ficante, evocando la zona que cuando nos aproximamos, hace desfallecer cantes del Otro (A); y después del otro lado colocamos el sujeto($), con
la palabra Y ?onde no queda más que el Witz. Los acordes trágicos están su misterio, su enigma, y quizás su capacidad para afirmarse en _el ser-
presentes, existe_ casi un lirismo de la afirmación de la vida por la muerte. para-la-muerte, para decir no. Esto ha tenido un gran éxito, Y es siempre
~e hecho, si toman el Seminario La ética del psicoanálisis 1 esto se sospechoso cuando se adhiere fácilmente a algo.
reonenta Y la resonancia empieza a iluminarse· recientemente h; tratado Entonces, de un lado -el del yo y de su narcisismo- es la p~iculari-
de mostrar esto: t.,· Por que' L
• acan se refiere tanto' a la tragedia antigua? Por dad, y del otro - lado sujeto- lo universal del ser-para-la-muerte, si retoma-
~:da simpledr~zon: hace de la tragedia la representante de la verdad, la ver- mos las categorías hegelianas de la época.
en un 1scurso del Amo f Pero visto esto desde un poco más lejos, este ser-para-la-mue~e ¿No
reprime la verdad A , an iguo que, como todo discurso del Amo,
· si pues, ya cuando se llega al Seminario La ética del es un narcisismo elevado a dos? Se tiene aquí la prueba en Empedocles,
elaborac1o
. n porque pone expr1c1·tamente en Juego
• al cuerpo· Lacan se ocupa Al término de la elaboración, y realmente en 1964. ¿Qué hace?
aqu1 del problema de la relacton · · entre e1·mconscten '
. te y el cuerpo ..
v1v1ente. Primero, subraya una homología entre los enigmas de la vida -es cu-
. ... ,
• Observen
. que en Fz,ncion· · Y campo d e la palabra y del lenguaje rioso, el enigma pasa del sujeto a la vida- y el juego del significante: algo
se cita mduy po~o al ~uerpo Y siempre implícitamente· aparece sólo como así como una superposición de las hiancias propias de estos dos campos.
. '
soporte e la. ex1stenc1a individua t· L0 que a11t• se enfatiza
ch d 1 es cómo por el he- Segundo, extiende la noción de libido más allá de lo humano. He toca-
ést: el t~se~matdo de la Cosa, el deseo como falta irreducibl e se eiemiza-es do este punto de forma lateral y les doy esta frase que define la libido en su
e ermmo e Lacan- , como msa " ho, susceptible de
. t·ts,ec ' ser cautivado escrito Posición del inconscie nte ... : "Nuestra laminilla representa aquí esa 13
parte del viviente que se pierde al producirse éste por las vías del sexo".
~- Lacan, 1., "Ideas directivas a . . ,,
Escruos, vol. 11, Op. Cit. p ra un congreso sobre la sexualidad femenina , en
JO. Lacan, J., ''Joyce el Síntoma" . 12. lbíd., p. 807.
0
11. Lacan, J., "Posición del incon~;~ /',~s escrito~, Op. Cit. p. 591. l3. lbíd., p. 806.
ten e , en Escritos, vol. 11, Op. Cit. p. 808.
82 / V.LA PULS! ÓN DE MUERTE (//) ------ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___:C~O~l~E~7 T~E~SO~l~E~R!_I~8
3
ºd temente incluye todas las especies que se reproducen po . tonía con lo biológico de Freud, y que. Lacan se esfuerza en "1ormu ar
Esto, ev1 en , . · ·d d , . r stn . . 1
, d
la v,a e1sexo, e . xi·ste en este texto
. , .una cierta prox1m1 a temattca con el otros térmmos que hacen eco con las d1scus1ones biológicas que F d
en b d. . . reu
Freud de las consideraciones b1olog1cas. mismo menciona, a sa er, 1a 1stmc~ón e? el viviente, del soma y el ger-
Hay en el Seminario Los cuatro conceptos f~ndamentales del psicoa. men. Hubo realmente toda clase de d1scus1ones, para decir el soma es mor-
•. .
na1/SIS una
definición de la libido cuyas resonancias . . sorprenden
d "d un poco en tal pero el germen qu~ protege 1~ t_ransmisión de la vida, ¿Sí lo es?
Lacan, qmen · di·ce "[' •· · ] la libido como puro mstmto e v, a, es decir, de . Por qué Lacan dice que la hb1do, este fantasma, puro instinto de vida
14
vida inmortal, de vida irreprimible". , • , • " de la v1'da, es mort~1ero.
empuje '"- ? P .
. r~c1samente porque su correlato es la'
Conocen el mito de la laminilla que allt mvento -comienzo a ver el muerte individual del orgamsmo v1v1ente.
sentido del mismo, se crea un apólogo para aclarar algo y este apólogo En tercer lugar, después de estos desarrollos que recuerdo brevemente
siempre me había parecido misterioso- . Es simple: supongamos un ser vi. dice que la relación al Otro, al Otro del significante "[ ... ] hace surgir [ .. .j
viente, el feto que sale de su huevo, las membranas se desgarran, el ser sale la relación del sujeto viviente con lo que pierde por tener que pasar por el
de ellas. El mito de la laminilla dice: supongamos que en ese momento un ciclo sexual para reproducirse" 16• La relación con el Otro es el campo de
ser se echa a volar; una especie de fantasma se echa a volar y se pone a donde el sujeto surge.
circular, pues bien, ahí está nuestra libido, puro instinto de vida, inmortal, Me detengo en este "hace surgir". ¿Qué quiere decir? No creo que en el
irreprimible. contexto quiera decir solamente lo que se sabe desde el Informe de Roma,
Lo retoma, prácticamente, tal cual: "Consideremos ese huevo en el a saber que el sujeto se sabe mortal. La frase dice otra cosa muy distinta.
vientre vivíparo [...] con la sección del cordón, lo que pierde el recién Creo que Lacan con este "hace surgir" remite al hecho que la unión entre
nacido no es, como piensan los analistas, a su madre, sino su complemento el inconsciente lenguaje y el viviente, se realiza en el cuerpo, surge en el
anatómico. Lo que las comadronas, llaman las secundinas. Pues bien ima- cuerpo. ¿De qué manera? Por el sesgo de la zona erógena en donde la libi-
ginemos que cada vez que se rompen las membranas, por la salida vuela un do está insertada: la libido se inserta en el cuerpo por las zonas erógenas,
fantasma, el de una forma infinitamente más primaria de la vida, y que no que determinan al mismo tiempo los objetos llamados a, como formas del
estaría muy dispuesta a redoblar el mundo en microcosmos [ . .. ]". 15 objeto perdido; objetos que son los representantes de la libido como órgano
¿J2e_qué se trata en esta historia? Nos fabrica un mito en donde se con- de la vida que es, al mismo tiempo, un órgano mortífero.
jugan muchas cosas. Así, el punto importante es que en las zonas erógenas se anudan (Lacan
En primer lugar, la idea que el ser producido por la reproducción se- utiliza esta expresión, "se anudan") el significante, el inconsciente y la pre-
xual, en, su_nacimiento mismo ya ha perdido algo; y esto lo representa sencia del viviente. Es esta una manera de anticiparse a las expresiones de
por la perdida de las membranas, lo que las comadronas llaman dice las 1967, como ésta "el cuerpo hace el lecho del Otro" que ya he mencionado.
secundinas, ~érmino que en sí mismo está lleno de resonancias. Ha perdido Es yerdad que el cuerpo, desierto de goce, sólo se anima de esta palpitación
algo, he aqu, la marca de la muerte que está presente desde el-nllcimiento de la vida libidinal que es la libido, por Jas zonas erógenas
para este ser destinado a la muerte por la reproducción sexuada. Hay pues dos campos bien diferenciados por Lacan: el campo del Otro
• . Pero_, e~ segund0 lugar, 10 que se echa a volar es la libido como empu- -<ionde surge el sujeto representado por los significantes- y el campo de
je trrepnm,ble de la vida. '
la pulsión que refiere al viviente pero sin estar anudado al campo del Otro.
Esto no es sino la conJ· · · ·
de la falta y d 1 d unci~n siempre presente en Lacan, de un lado, ¿Qué deviene entonces la pulsión de muerte? Ese es mi objetivo re-
, e otro el empuje• el • . . corrlando estos textos_ La respuesta de Lacan es absolutamente categórica,
sexuadas al co·t 10 ' ' empuje vital que lleva a las especies
que produce la reproducción. Vean que este mito está en explícita, simple en su formulación- se la encuentra en muchos párrafos del
Seminario en cuestión, por ejempl~ cuando dice que "La distinción entre
14 J., Seminario 11 L
0p· e·11··,Lacan,
p. 205. · os cuatro conceptos f undamentales del psicoana·¡·1s1•s
15 Lacan J "P • . 1
· , ·• os1c1ón del inconsci ,, ~· Lacan, J., Seminario I l. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis
0 p. Cu.,
ente , en Escritos, vol. 11, Op. Cit., p. 804. pp. 206-207.
··-- --------
-------- COLETTE SOLER ¡ RS
84 ¡ v. LA PVLS!ÓN DE MUEJ?TE (ti) ----
En efecto, lo que sustituye a partir de ese rnomento por su antig
. , de v1•da y pulsión de muerte es válida en la medida en que mani·fi es. . ua
pu1s10n 17 ferencia del ser-para- 1a-muerte, no es nada. más qu e e1 registro de la
ta dos aspectos de la pulsión". _ •, • re . , 1 d io l os .
de vida y puls1on de muerte , existen las PUi- eparact0n tal como o esarrolla en el Seminar
. cuatm conceptM
p r tanto no hay pulsión s ,J I . ·¡ · . . . ·
o ' d. t "d "18 ndamentales ue. ps1coan a 1s1s y el esenio Posición de¡ mconsci ente .La_
siones que tienen dos aspectos ice en otra par e, . os caras . Así, lene. fi1 e
·
mos muchas expresiones de Lacan con las cuales dice que en toda pulsió ·~ció o _la_c,amana _ret0 cm1~la la pulsián de muerte fceudiana.
En Pos1cwn delJ' m · , consc,e nte, trata de definir lo que d .
está la presencia de la muerte; la puls!ón , lo que _hay de más viv!ente en e~ · , enomma se-
ser hablante e insiste en "[ ... ] la afimdad esencial de toda puls1ón con la paración. S1tua 1a a 1ena_~10n y 1a separación en el eje en donde la falta
zona de Ja muerte y concilio las dos caras de la pulsión - la pulsión que del sujeto_ e_~tra en relac•~~• o en resonanci~: con la falta del Otro, y da
cual "[.. ,] e1 SUJCIO
. on por la
0n: la ,separac 1on es una operac1 -
a un tiempo, hace presente la sexualidad en el inconsc iente y representa' Una defimc1
. .
se realtza en la perdida en la que ha surgido . como inconsci ente p
, or 1a
en su esencia, a la muerte" 19, pero también hay que añadir, a la zona d~ Otro, según el trazado que Freud descubre
carencia que produc e en el
Ja vida. Dicho de otra manera, la conceptualización freudiana pulsión de
como la pulsión más radical Y a la que denomina: pulsión de muerte. Un
vida/pul sión de muerte se encuentra aquí reducida, podríamos decir, re-
ni a - es llamado a llenar aquí otro _ni a- . El acto de Empédocles [¡Aquí
absorbida por la conceptualización que Lacan hace de la pulsión de una
está de nuevo!] al responderle, manifiesta que se trata aquí de un querer.
forma muy sencilla , sin olvidar que no se puede decir la pulsión porque
existen las pulsiones en plural, al igual que las zonas erógenas. Y por ello, El ve/ vuelve a aparece r como ve/le (querer). Tal es el fin de la operación.
23
El proceso ahora".
esta reabsorción es tan cierta que en el momento en que dice lo que acabo
~ ues, es verdaderamente el mismo Lacan quien plantea que la p11l-
de leerles, Lacan pone en cuestión -en el mismo párrafo- el ser-para-la-
muerte que había introducido en el Informe de Roma, dice que "[... ] todas sió.n...de..IDuerte freudiana es lo que denomina la separación; digamos.Ja.
las pulsiones sexuales se articulan a nivel de las significaciones en el in- separación lacaniaoa
Entonces "el sujeto se realiza en la pérdida en la que ha surgido como
consciente, por cuanto hacen surgir a la muerte - la muerte como signifi-
cante y sólo como significante" º. La muerte real >' la muerte-significante
2 inconsciente"; todo el problema es saber qué es realizarse en la pérdida.
no son la misma cosa. Y se pregunta: "[ ... ] ¿cabe decir que haya un ser- Que la pérdida sea correlativa, solidaria de su emergencia en el signifi-
para-la-muerte?".21 cante en el eje de la alienación, es algo que había explicado previamente
Por tanto, poner en cuestión el ser-para-la-muerte es para él solidario y, aparentemente, habíamos ya admitido que la entrada en el mundo de lo
de dicha reabsorción de la conceptualización freudiana en la de la pulsión. simbólico es sinónimo de pérdida. eero ¿Qué es realizarse en la pérdida?
Hay una cosa que podría sorprender. No estamos del todo al final de la Es esta la que quiera ahora comentar
reformulación. El párrafo que acabo de leerles donde pone en cuestión el Primera.....qui..er.e_decir que et sujeto, o mejoL que el ser puede servirse
ser-para-la-muerte, va seguido de otro que empieza así para mi sorpresa Y de la pérdida en su relación con el Otro. De la misma forma, vean la ho-
esto desde hace mucho tiempo: "El sujeto, por la función del objeto a, se mología que yo había mencionado: en el Informe de Roma la expresión
separa, ~eja de estar ligado a la vacilación del ser, al sentido que constituye "el expediente de la muerte" quiere decir que el sujeto puede servirse de la
lo esencial de la alienación".22 muerte; aquí no es servirse de la muerte, es servirse de la pérdida.
Por consiguiente, Lacan encadena dicha interrogación del ser-para-la- ~g11ndo, el s1tjeto se separa y se realiza en la pérdida por la activi~a?
muerte con consideraciones sobre la separación. Jllllsmnal Acuérdense de la definición de pulsión que recordé: en la act_ivt-
dad pulsional el sujeto va a buscar algo del lado del Otro barrado, el suJeto
afectado de una falta va a buscar la parte perdida. Lacan lo señal~: :n el
17. !bid., p. 265.
18. !bid., p. 207. lu~ar de esta pérdida, los objetos pueden pasar por beneficios Y perdidas.
19. !bid. obJetos que justame nte detienen la vacilación significante.
20. !bid., p. 265.
21. !bid.
22. !bid. 23 · Lacan. J., "'Posición del inconsciente'·. en Escritos. vol. 11. Op. Ci1.. P· SO t-soi.
MUERTE (Il)
86 / v. LA PULSIÓN DE -----
-- COLETTE SOLER I 87
. b car algo en el Otro no es un destino, es un quere por eso, además - abro un pequeño paréntesis sob 1
Entonces, ir a us ¡d . r, es -
. ll (querer) que resuelve con e1ve e 1a a11enación - en el
. . 1 L, .
Semmano a
re os textos de La
or ¡0 que dice ve e ' ., que og1ca del Jantasma26 que pu d d . ·
~s un destino significante, no una e_lecc10n. can . 1 dd ., , e e pro uc1r en el
1eC tor una d1ficu ta e comprens1on, Lacan se sirve de ot d .
. , consiste en servirse de la falta del Otro para realizarse 1· ., 1 ., ras os operac10-
La separac10n 'd d , s . ya no son la a 1enac10n y a separac1on son alienac· •
. ne , . ., ., ' ion y verdad. El
es decir, para que el suJ· eto acepte un. poco de reah . ,a .dY la manera de b1·nario ahenac10n-separac1on lo coloca en el punto de parti'd d 1
. de esto, y que Lacan denomma como operac,on d' h S • . a e esquema
servirse . . , d' e separación, es que construye en ,c o emmano, Y lo que denomina operación ar .,
colocar en la falta del Otro su propia falta, su propia per ida. La operación . . L /' . d lfi 1enac1on
en el Semmano a og1c_a e antasm~, es ya el resultado de la operación
no es sin beneficio -volveré a esto- pero les doy la sorprend~nte expresión de separación q~e de~c_n~e en el Semmario Los cuatro conceptos funda-
que Lacan da: "[ ... ] es de la partición de _ésta de ~onde el suJeto procede a mentales del ps1coana11s1s, 1a que produce un sujeto "yo soy" al precio d
su parto"24_ Dicho de otra manera, se reahza tan bien qu~ por la separación .
"yo no pienso_ "E
. _n t~,do cas~, ~engamos
' 1o presente: la operación de sepa-e
se podría casi decir que él se engendra, o que se da realidad. ración es una mst1tuc10n subjetiva.
Vean que ta formula "realizarse en la pérdida", "servirse de la pérdida", Aquí se ve un caso en donde las resonancias no van en la misma direc-
sustituye a "servirse de la muerte", que había utilizado en principio. No ción que la articulación del texto, porque cuando se dice separación, esto
obstante, esto no la suprime; la sustituye sin suprimirla, pero debido a esto, resuena en los corazones; la cuestión de la separación está en todas partes,
"servirse de la muerte" aparece como un caso límite de la pérdida. en los problemas del amor, del grupo; separarse es siempre un drama -re-
En general, es por el objeto a, que el sujeto se separa y por tanto, expe- unirse igualmente, pero esto es otra cosa-. Así, la resonancia del término
rimenta una pérdida parcial. Pero puede llegar a empujar la pérdida hasta tiene algunos ecos con las resonancias del término destitución subjetiva,
la muerte, es decir, realizarse él mismo como objeto a sustraído del Otro. pero no hay que equivocarse, es justamente lo inverso. En los términos de
Lacan plantea el acto de Empédocles como paradigma: hay que subrayar Lacan, es una institución, y su destitución subjetiva es otra cosa distinta;
este término de acto que Lacan toma en el sentido fuerte; actividad de la es importante señalarlo.
pulsión, acto de Empédocles que presenta como el paradigma de lo que es He aquí lo que queda de la pulsión de muerte freudjana: en primer
un querer de separación hasta el último extremo. Lo que quiere decir que ¡ lugar, queda que la vida y la muerte que están presentes en la experiencia,
el suicidio de Empédocles es un suicidio de separación. están en toda pulsión. En segundo lugar, que el sujeto puede operar con su
Mencioné hace un momento el narcisismo del ser-para-la-muerte. Se pérdida para instituirse a sí mismo, para posarse en el ser, digamos para
encuentra aquí de forma más explícita, puesto que Lacan lo precisa con afirmar un "yo soy", un estado civil. Esto no tiene nada que ver con un ,·!
e_sta separación, esta forma de servirse de su pérdida, lo que el sujeto ob- punto de mira de la muerte, es un uso de la pérdida incluso de la muerte
tiene, lo que pretende, lo dice así: darse un estado civil. Y añade, "Nada que es condicional para retomar el término kantiano, es decir, subordinado
en la vida de ninguno desencadena más encarnizamiento para lograrlo"25• a un punto de mira del ser. Ven con claridad que hacerse un estado civil no
~e ~~sta mucho ~sta frase. La vida de ninguno, quiere decir no todos, no está tan lejos de "hacerse un escabel"; digamos que hay estados civiles más
dice Nada en la vida, para todos, desencadena mas encarnizamiento", sólo o menos realzados, más está la serie de los estados civiles.
para algunos. Voy a dejar ahora el problema de la pulsión de muerte para la próxima
. : • precisa aún que si el sujeto opera en la separación -de la cadena vez. Espero haberles hecho apreciar lo que Freud atribuye a dicha pulsió~,
sigmfican~e- ~s para protegerse del significante por el cual sucumbe. Dicho Yque Lacan no atribuye a las pulsiones; lo coloca del lado de una estrategia
en otros termmos
. ' la separac,on
· , es una operación de institución · · del sujeto. Lo que queda está del lado de una operación del sujeto porqu_e
subJettva,
q_ue _permite ~l sujeto acceder a un "yo soy", mientras que en la cadena ª _Partir de aquí se tienen los dos bordes: el lado del Otro Y el lado del_vi-
s1g01ficante, el no puede acceder a este "yo soy". viente. Y, del lado del viviente coloca las pulsiones, la Cosa, el goce. M!fen