Muchos métodos se emplean industrialmente para evitar la
corrosión, mediante la selección de la aleación y estructura propias o por medio de protección de la superficie de un material dado. Los métodos más importantes son:
Utilización de metales de alto grado de pureza.
Empleo de adiciones de aleación. Utilización de tratamientos térmicos especiales. Diseño adecuado. Protección catódica. Empleo de inhibidores. Revestimientos superficiales En la mayoría de los casos la utilización de metales con alto grado de pureza tiende a reducir la corrosión por agujeros en la superficie, minimizando las in-homogeneidades, con el cual se mejora la resistencia a la corrosión. Las adiciones de aleación pueden reducir la corrosión mediante diversos métodos; por ejemplo, los aceros austeníticos inoxidables, cuando se enfrían a través de un intervalo de temperatura desde unos 900 hasta 1400°F, precipitan carburos de cromo en las fronteras de grano, precipitación que agota el cromo en las fronteras y las hace más susceptibles a corrosión intergranular. Este tipo de corrosión puede evitarse ya sea reduciendo el contenido de carbono a un valor bajo (inferior a 0.03%) o convirtiendo el carburo a una forma más estable. El último método se utiliza más ampliamente e incluye la adición de titanio o columbio. Estos elementos tienen gran afinidad por el carbono, produciendo carburos muy estables que no son solubles en austenita a alta temperatura. Esto deja muy poco carbono disponible para combinarlo con el cromo y da como resultado lo que se conoce como acero inoxidable estabilizado. Algunas adiciones de aleación mejoran la resistencia a la corrosión formando películas de óxido superficial no porosas y adherentes o ayudando a su formación. Esto es particularmente cierto es adiciones de manganeso y aluminio a aleaciones al cobre, en adiciones de molibdeno a aceros inoxidables, y en adiciones de magnesio aluminio. El tratamiento térmico se origina de homogenización de soluciones sólidas, especialmente en aleaciones fundidas que están sujetas a una composición variable de cristales individuales a través de la pieza fundida, tiende a mejorar la resistencia a la corrosión. Los tratamientos para suprimir las tensiones ocasionadas por el trabajo en frío se aplican mucho para mejorar la resistencia de las aleaciones susceptibles a corrosión por esfuerzo. El diseño adecuado debe mantener contacto con el agente de corrosión a un mínimo. Las uniones deben diseñarse adecuadamente para reducir la tendencia a que los líquidos entren y sean retenidos. El contacto entre materiales alejados en la serie electromotriz debe evitarse; en caso contrario, deben separarse por hule o plástico para reducir la posibilidad de corrosión galvánica; por ejemplo en la figura muestra dos casos de corrosión galvánica cuando se usan metales no semejantes. Como el aluminio es el ánodo respecto al acero, cabe esperar la corrosión de un remache de aluminio cuando se utiliza para sujetar láminas de acero. Asimismo como si se utiliza un remache de acero para unir láminas de aluminio, entonces la corrosión galvánica sub-superficial de la lámina de aluminio dará como resultado remaches sueltos, deslizamiento, y posible daño estructural. Este tipo de corrupción puede evitarse aplicando un compuesto aislante no endurecible en el área donde la lámina y el remache o tuerca están en contacto, o aplicando una base (mano) de cromato de zinc a todas las superficies en contacto y luego revistiendo el área con una pintura de aluminio. Donde los sujetadores no se someten a altos esfuerzos, los puntos de contacto pueden aislarse con plásticos u otros mangos no metálicos, lainas, arandelas y piezas similares, como se muestra en la figura.
Las grietas son una fuente potencial de corrosión por celda
electrolítica, en la cual la fuerza electromotriz se debe a una diferencia en contracciones de electrolito en el ánodo y en el cátodo. Frecuentemente se encuentran en secciones como la mostrada en la figura, donde dos placas se atornillan conjuntamente en una solución corrosiva. No importa cuánta fuerza de torsión se aplica el tornillo, es prácticamente imposible eliminar las grietas dentro de las cuales la solución penetra gradualmente y se llega a estancar. Las grietas pueden evitarse utilizando soldadura en vez de sujetadores mecánicos, como se muestra en la figura, o empleando empaquetaduras aislantes entre las superficies paralelamente maquinadas.
La protección catódica se obtiene colocando el mental que
normalmente sería corroído, en contacto eléctrico con uno que esté encima de él en la serie galvánica. De este modo, el metal más activo llega a ser el ánodo, el cual es esencialmente una batería galvánica en la que el metal corrosible se hace para funcionar como el cátodo. Los metales utilizados generalmente para proporcionar este tipo de protección son el zinc y el magnesio. En algunos casos, la corriente directa protectora se obtiene por medio de una fuente de voltaje externa. En este caso, el ánodo suele consistir en un material relativamente inerte, como carbón, grafito o platino. Las estructuras más frecuentes protegidas por este método son las tuberías subterráneas, los cascos de barcos y las calderas. Para la protección de tuberías subterráneas, los ánodos están enterrados a unas 8 a 10 pulgadas del tubo. La profundidad del agujero debe ser suficiente para localizar el ánodo en terreno permanentemente húmedo. Los ánodos individuales están conectados a un alambre colector, el cual a su vez está soldado fuertemente a la tubería. Las descargas de corriente desde el ánodo hasta el terreno se juntan en la tubería y regresan al ánodo a través del alambre de conexión. Para la protección catódica de Los cascos de barco, los ánodos de zinc o magnesio se sujetan al timón y al propio casco en la región alrededor de la hélice. Los ánodos de magnesio se han utilizado ampliamente para proporcionar protección catódica en los calentadores de aguas domésticas e industriales y en los tanques elevados de almacenamiento de agua. Los inhibidores son agentes químicos que cuando se añaden a la solución corrosiva, reducen o eliminan su efecto corrosivo. En la mayoría de los casos, el inhibidor formará una capa protectora sobre la superficie del metal. Los inhibidores se agregan a las mezclas anticongelantes utilizadas en los radiadores de los automóviles. Cuando se agregan a la solución corrosiva como los agentes de oxidación producirán películas de óxidos sobre aluminio, cromo y manganeso. Los revestimientos de la superficie abarcan pinturas, películas de óxido y de sal, y revestimientos metálicos. Las pinturas y otros revestimientos orgánicos se utilizan principalmente para mejorar la apariencia de las superficies y estructuras. El empleo de pintura para proteger de la corrosión sólo es secundario y de poca importancia económica para la industria de las pinturas. La pintura proporciona una película protectora para el metal y es efectiva sólo durante el tiempo que se conserva intacta. Las películas de sal y de óxido se obtienen haciendo reaccionar el metal con una solución que produce la película deseada. Algunos ejemplos son: un baño de ácido de cromato protege el magnesio formando una película de cromato de magnesio; el parkerizado para aleaciones ferrosas protege mediante la formación de una película de fosfato; el anodizado en el aluminio y magnesio forma una película gruesa de óxido, y la pasivación de los aceros inoxidables también forman una película de óxido. Los revestimientos metálicos pueden obtenerse mediante una variedad de métodos, como metalizado, revestimiento por inmersión en un baño de metal fundido como estaño o zinc, electro-depositación, difusión y enlazamiento. Prácticamente todos los revestimientos para utilizarlos contra la corrosión son el zinc o el aluminio. Estos metales se emplean principalmente para trabajos de corrosión sobre hierro y acero, porque el acero es catódico a ellos y por ello se protege electroquímicamente a pesar de cualquier porosidad o huecos menores en el revestimiento. Los chorros de arena o partículas metálicas se utilizan casi universalmente para limpiar y preparar la superficie antes del metalizado. La mayoría de los sistemas de revestimiento emplean selladores orgánicos o pre-revestimientos (bases). Los selladores suelen ser hule vinil colorado, aplicado sobre bases (manos) inhibidoras. El revestimiento metálico por inmersión en un baño coherente se utiliza principalmente para aplicar al acero un revestimiento de zinc con estaño coma cadmio, aluminio o plomo. El proceso mencionado tiene un gran intervalo de aplicabilidad coma pero el revestimiento aplicado debe competir con una frágil capa de compuestos intermetálicos aparecidos por difusión en la interfaz. Esto puede causar una adhesión incompleta y una tendencia a descarapelarse al haber doblamiento, A menos que el espesor de la capa de difusión esté controlado adecuadamente. Este proceso incluye generalmente las operaciones de eliminación de óxidos de la superficie del metal mediante la inmersión en una solución ácida con ácido inhibido para producir una superficie limpia; la inmersión de la pieza en un baño fundido de composición controlada; y frotando, agitando, o sometiendo a acción centrífuga la pieza sumergida para regular el espesor y la uniformidad del revestimiento. El revestimiento de zinc, o galvanizado, se aplica a una mayor cantidad de productos de acero que cualquier otro método de revestimiento metálico. Las principales aplicaciones de revestimiento de zinc sobre productos de acero incluyen láminas para techos y costados; alambres y productos de alambre para toda clase de exposición al aire libre; artículos fabricados de láminas de acero como calderas, baldes, latas y tanques; herrería para utilizar al aire libre; tubos y conductos; y acero descubierto estructural. La Hojalata se usa ampliamente en las latas. El metal terne (aleación de estaño y plomo) es acero en lámina, revestido en un baño de plomo al cual se ha agregado el estaño para asegurar el enlace. Es más costoso que el zinc, pero mucho más barato que el estaño; se utiliza para tanques de gasolina y como material para techos. El aluminizado, revestimiento de acero con aluminio por inmersión en caliente, tiene aplicaciones que requieren una combinación de resistencia a la corrosión y al calor, como silenciadores y tubos de escape de motores de automóviles. Los revestimientos electro-depositados se usan mucho con fines decorativos, pero para aplicaciones industriales la función más importante es proteger de la corrosión. Además de esto último y de la apariencia, los revestimientos electro-depositados se aplican para obtener otras propiedades superficiales, como resistencia al desgaste, alta conductividad eléctrica, buena capacidad de soldado, y alta o baja capacidad de reflexión a la luz. El niquelado y el cromado proporcionan resistencia al desgaste, la plata y el cobre son los mejores para conductividad eléctrica; la plata, el cobre, el estaño, y el cadmio mejoran la capacidad de soldado; y el cromo y el rodio tienen gran resistencia al manchado. Los revestimientos de zinc se utilizan sobre productos de hierro y acero que requieran protección contra la corrosión principalmente. Estos incluyen tuercas, pernos, tornillos, clavos, herrería y conductores eléctricos. Los revestimientos de cadmio se emplean como sustitutos para revestimiento de zinc, pero no son tan buenos cuándo se exponen al aire libre. El revestimiento de cadmio se utiliza también para armazones de radio y equipo electrónico, ya que se puede soldar fácilmente. Los revestimientos de cromo se emplean sobre molduras para automóvil, accesorios de plomería, herrería y herramientas. Estos revestimientos son muy delgados y más bien porosos y normalmente protegen poco contra la corrosión; por tanto, se aplica en general sobre revestimientos más gruesos de níquel o cobre. Los revestimientos de níquel se utilizan principalmente como base de revestimiento para cromo, plata, oro o rodio. El níquel tiene buena resistencia a la corrosión, pero lo mancha la atmósfera. Los revestimientos de cobre se emplean como base de revestimiento para níquel y cromo, particularmente en troqueles con base de zinc. La utilización más grande de los revestimientos de estaño electro-depositado es para los recipientes para alimentos. Tales revestimientos pueden hacerse más delgados que los efectuados mediante el método de inmersión en caliente convencional. La utilización del cromo, silicio, aluminio y zinc como revestimientos de difusión para resistencia al desgaste se utilizan para proporcionar protección contra la corrosión. Todos los procesos de revestimiento por difusión siguen en el mismo procedimiento esencialmente y están basados en los mismos principios. La pieza a revestirse se pone en contacto con un polvo que contiene el metal para proporcionar el revestimiento. A temperatura elevada, hay una transferencia del metal al material base, a través de la fase vapor, generalmente por medio de un catalizador adecuado. Mantener a la temperatura o recalentando sin el polvo después de la penetración inicial permitirá una difusión ulterior hasta la profundidad deseada. El proceso de alear acero con aluminio por difusión se llama calorizado. El acero calorizado es más resistente a la oxidación y a la corrosión por gases calientes, sobretodo gases sulfuros. Las piezas calor izadas se utilizan en hornos que emplean combustibles con alto contenido de azufre; pernos para usarlos a temperaturas hasta de 1400 grados Fahrenheit; crisoles de sol, cianuro y plomo; y en refinerías de petróleo. La impregnación de 100 se obtiene mediante un proceso conocido como revolcado en polvo de zinc (sherardizado). La principal aplicación del revolcado en este polvo de zinc es para pequeñas piezas de acero, como pernos, arandelas y tuercas, o para piezas fundidas expuestas a la acción de la atmósfera. El enlazamiento es un método mediante el cual el revestimiento llega a ser parte integral del material. Esto puede conseguirse por fundición o por trabajo en caliente. La fundición es lo más adecuado cuando hay una diferencia considerable en los puntos de difusión del material enlazante y el material base, después de calentar a la temperatura de laminación, las amarras se eliminan y el ensamble completo se lamina. El calor y la presión durante el laminado sueldan los dos materiales en uno solo. El material enlazante puede ser el mismo material base que el del núcleo. Alcad es el nombre que se da a las aleaciones de aluminio que se enlazan con aluminio puro para mejorar la resistencia a la corrosión. El acero puede enlazarse con níquel, níquel-cromo o aleaciones de níquel-cobre. Aparte de la resistencia contra la corrosión, el enlazamiento se hace algunas veces para obtener una combinación de propiedades no disponibles mediante cualquier otro método. El alambre de acero enlazado con cobre es un buen ejemplo. El exterior de cobre proporciona alta conductividad eléctrica y buena resistencia contra la corrosión, en tanto que el interior de acero proporciona alta resistencia tensil. Este alambre se produce vaciando sobre fundido dentro de un molde que contiene un lingote de acero redondo y calentado. Un soldado capaz de soportar el trabajo en frío se produce entre los metales. Después de la solidificación, el lingote compuesto se lámina en caliente en forma de varilla y luego se estira al tamaño deseado.