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HERRAMIENTAS PARA LA COMUNICACIÓN EFECTIVA

Ciclo 2020-Marzo
Participación oral 2: Lectura expresiva

Escoge una de las dos lecturas a continuación para crear tu video de lectura expresiva, tal como fue explicado
en clase.

Lectura A: La sensatez del riesgo. Xavier Marcet

Hay muchos equipos directivos a los que no hay que contar nada de la importancia de la innovación. Se saben
los casos de memoria. Sabrían hacer un esquema de design thinking sin problema. Son unos convencidos de la
innovación. Sin embargo, les cuesta mucho obtener resultados en innovación. Dedican todo su tiempo a
explotar los proyectos que tienen y de los que viven. Y si más tiempo tuvieran, más dedicarían. Al final, no
hay tiempo para la innovación. No es por desidia, ni tampoco por incapacidad de arriesgar. Es por inercia y
por practicar un tipo de gestión que solamente sabe explotar y nunca tiene tiempo para explorar.

Esta forma de gestión puede parecer buena cuando el viento sopla a favor, pero es muy poco recomendable
pensando en el futuro. Muchas veces cuando las cosas se tuercen y los resultados disminuyen, entonces se
quiere recurrir a la innovación precipitadamente y lo peor, sin capacidad de equivocarse. Y todavía no se
inventó la innovación sin riesgo. Las empresas que quieren innovar cuando van perdiendo dinero son como
esos tenistas que tienen el brazo agarrotado en los partidos importantes, lo normal es que pierdan sus lances.
Lo sensato es innovar cuando las cosas permiten equivocarse y aprender. Lo sensato es tomar riesgos cuando
es posible asumir fracasos.

Se trata de gestionar con mayor capacidad de empoderamiento. Cuando los directivos delegan, multiplican.
Cuando no saben delegar, solamente suman. La innovación vive en la diversidad y practica la ingenuidad de
volver a hacer preguntas básicas. La innovación no está en la tecnología, está en la mirada, y la mirada de los
expertos está contaminada de un saber condicionado, el saber que conoce demasiado bien todo lo que parece
imposible. La innovación la hacen los que no sabían que era imposible.

Las agendas hablan de la autenticidad de nuestras convicciones. Las agendas son el hilo conductor donde se
esconde la inercia o asoma el sentido de urgencia. La agenda es nuestro estilo y es nuestra cultura. La agenda
es el espejo de nuestra sensatez. Y una agenda que no contemple la innovación es una agenda insensata. Las
agendas son la caja negra que produce excusas o resultados. Y los resultados del mañana pasan por la
adaptación a un mundo que cambia aceleradamente. Estoy convencido de que si pudiéramos investigar las
agendas de los directivos de muchas empresas que cerraron, encontraríamos la razón de sus quiebras.

Tomado y adaptado de https://factorhuma.org/es/actualitat/noticias/13141-articulo-de-opinion-la-


sensatez-del-riesgo

Lectura B: Innovar más allá de la tecnología. Franc Ponti

La mención de la palabra innovación, en casi cualquier foro, va acompañada de otra: tecnología. Tanto se
repite esta asociación que, inevitablemente, lleva a conectar ambos conceptos y a unificarlos. La
yuxtaposición reiterada origina una verdad que no es real y que se convierte en posverdad. ¿Acaso no hay
innovación más allá de la tecnología? La hay, y en grandes dosis. Pero me temo que la desinformación
existente en este campo ha generado un panorama desolador. Muchos ciudadanos establecen una relación
unívoca entre innovación y tecnología y, a partir de ahí, entienden que para practicar la innovación hay que
estar indefectiblemente tocado por los ángeles del conocimiento tecnológico.

Como argumentan en el prestigioso MIT de Boston, la innovación no empieza con la tecnología, sino con una
necesidad. Así pues, la labor de las empresas que aspiran a ser innovadoras se parece más a la de un
antropólogo que a la de un ingeniero. Después de hallar la necesidad, habremos de prestar atención a cómo
resolverla. Sólo ahí empezará a tener un papel relevante la tecnología.

Veamos un ejemplo. Hace algunas décadas, Nestlé detectó la necesidad de poder hacer un buen café espresso.
Sólo después de haber comprendido en profundidad la esencia del problema y de haberla convertido en una
oportunidad potencial de negocio empezó a tener relevancia la solución tecnológica, que, como sabemos,
tardó mucho tiempo en llegar. La propuesta creativa final de Nestlé, Nespresso, ha llegado a desplazar a las
cafeteras en muchos hogares. Se trata, por tanto, de una disrupción. La innovación de Nespresso no es
tecnológica, sino de canal.

Primero, la necesidad. Luego, la tecnología. Y todo ello bien empaquetado en una propuesta creativa que
logre atraer a los clientes sin trampas ni trucos. Una sociedad abierta y competitiva necesita del ingenio de
todos los ciudadanos. Innovar es una disciplina transversal que está al alcance de todo el mundo. Se necesita
pensar diferente, disciplina, pasión por los equipos y las ideas compartidas y, como siempre, algo de suerte.
¿Qué más?

Tomado y adaptado de: https://factorhuma.org/es/actualitat/noticias-de-los-socios/13155-articulo-de-opinion-


innovar-mas-alla-de-la-tecnologia

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