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EN LA WEB:

Roberto Bolaño: Discurso en Dice César Aira: No importa todo lo revolucionaria o provocadora que sea la obra:
Caracas, a propósito del Premio esos valores de ruptura e innovación cuentan solo en un primer momento, en la aparición
Rómulo Gallegos de Novela, de 1999 de la obra, en la recepción que lleva implícita. Después, cuando trabaja el tiempo,
vuelven a imponerse, a favor o en contra, los valores tradicionales.

DOMINGO 30 DE JUNIO DE 2019


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A PROPÓSITO DE LOS 100 AÑOS DE SU MUERTE

Fe y pensamiento
VÍCTOR BRAVO

1
A cien años de la muerte de José Gre-
gorio Hernández (Isnotú, 26 de octu-
bre de 1864 – Caracas, 29 de junio de
1919), su figura se agiganta por el in-
menso sentimiento de bondad, por la

en José Gregorio Hernández


irradiante dimensión ética y en la pa-
radojal confluencia de la afirmación
vital de vida y el irrenunciable impul-
so hacia lo divino.
Puede decirse que la bondad, el
amor al semejante: mano extendida
para, desde la fragilidad de sí, aten-
der a la fragilidad del otro, tal como Vida inscrita en versidad venezolana, y será uno de
los pioneros de la moderna medicina
cristiana de la Edad Media.
José Gregorio Hernández repartía
dad y firmeza las “tentaciones en el
desierto”, tal la expectativa amorosa
ocurre de manera contundente en el
amor materno y, en vertiente contra-
el camino de la venezolana.
Entre 1909 y 1913, el doctor Hernán-
los dones de la bondad en su entor-
no familiar, del que era sostén y guía
de la hermana de Santos Dominici,
rápidamente desencantada, tal la se-
ria, la crueldad y la violencia contra santidad, José dez realiza una serie de publicacio- espiritual; en sus amigos, en especial rena actitud ante Madame Chatton,
el otro, se encuentran también, para- nes científicas que lo llevan al más en su amigo de estudios y de pasión cuando sus amigos de estudios qui-
dojalmente, en la estructura pasional Gregorio Hernández alto reconocimiento. Se reeditan sus por el conocimiento, Santos Domini- sieron hacerle una broma en sus días
del ser, constituyentes también de la
condición humana, como la otra ori- (1864-1919) fue Elementos de bacteriología, de consul-
ta recurrente por los estudiantes; y
ci; en su entorno académico y cientí-
fico, donde practicaba una aguda to-
en París

lla del río de la vida, y que, de Plauto


a Hobbes es posible sintetizar en la
un devoto católico, como resultado de su investigación,
acompañado de estudiantes y cole-
lerancia, tal como ocurría con Luis
Razzeti, eminente médico y profesor,
6
En sorprendente frase del “Prólogo”
expresión homo homini lupus. Qui- médico, científico, gas, publica su importante trabajo de manera especial en la polémica a la segunda edición de Crítica de la
zás podría decirse que el gran aporte “De la nefritis en la fiebre amarilla”; auspiciada por este sobre Creación razón pura, Kant dice: “Tuve…que
del cristianismo a la aventura huma- generoso y activo en abril de 1910 aparecen publicados y Evolución, en el eco de las recien- suprimir el saber para dejar sitio a
na sobre la tierra es el sentimiento de
la bondad y el bien, como entrañable filántropo, y en la editorial de El cojo ilustrado, sus
Elementos de embriología; en abril, en
tes propuestas de Darwin. Especial
atención merece su relación con Ra-
la fe”: el pensamiento y la fe como
líneas paralelas para forjar distin-
lazo de un humano ser y otro. Y ese
lazo se enhebra en la eticidad, acaso
franciscano seglar La Gaceta Médica de Caracas su tra-
bajo “Lesiones anatomopatológicas
fael Rangel, frágil y genial, quien en
situación conflictiva de vida, y te-
tas visiones de mundo, la necesidad
de recuperar la fe como escudo para
la más humana de las configuracio- de la pulmonía simple o gripal”; en niéndolo como modelo a seguir, de- salvarnos de la condición abismal del
nes de la espiritualidad sobre el lien- 1912, con su discípulo mandará su amor y protección. En- sin sentido. En la vida de José Grego-
zo del mundo. El cristianismo le da a cielo estrellado, hacia la casa de Dios, Felipe Guevara Rojas, publica el ceguecido quizás en su conflictividad, rio Hernández esas dos líneas se ma-
la civilización los dones de una ética y regreso en una suerte de imposi- “Estudio sobre la anatomía patológi- no veía la continua mano extendida terializan en dos tipos de viaje, con
de la bondad y el bien; y una ética de ción divina para estar-en-el-mundo y ca de la fiebre amarilla”, entre otros del maestro que de manera discre- distinta intencionalidad, atravesando
la esperanza y el perdón. asumir su destino en la enseñanza y trabajos. ta, donde una mano no se enteraba el Atlántico: el viaje hacia la forma-
En el horizonte de 153 años de su en la práctica de proteger la salud de de lo que hacía la otra, lo protegía ción académica; y el viaje para la se-
nacimiento y cien años de su falle- sus contemporáneos, desde el Presi- 4 y le abría puertas para que el joven paración del mundo y así acceder a
cimiento, el arco de una vida, la de dente de la República, Juan Vicente A lo largo de 1912 publica en El cojo de Betijoque encontrara sus oportu- la plenitud de la sacralidad. Testimo-
José Gregorio Hernández, brilla con Gómez, que admiraba su genio profe- ilustrado tres hermosos cuentos: Vi- nidades. Hernández sufrió en silen- nio del cruce de esos dos tipos de via-
las resonancias de la bondad y de una sional, hasta la casa más humilde de sión del arte, donde hace confluir be- cio, como si de un cilicio se tratara, je, vitales en su vida, es la foto toma-
dimensión ética a toda prueba. la ciudad, a la que llegaba, atendía al lleza, arte y divinidad; En el vagón, los torvos señalamientos de una per- da en Nueva York el 6 de octubre de
humilde paciente, y muchas veces sa- atravesado por la reflexión sobre de- sona u otra, después del suicidio de 1917, convertida luego en ícono de su
2 lía a la botica más cercana y regresa- terminismo y libertad; y Los maitinis, Rangel. estar-en-el-mundo. El escritor Raúl
Si recordamos la hermosa frase kan- ba con los medicamentos y los pasos en homenaje a La Cartuja que repre- Díaz Castañeda, su más importante
tiana, “El cielo estrellado sobre mi de su bondad. sentará para el escritor el centro de 5 biógrafo, nos ha revelado la poderosa
cabeza, la ley moral en mi corazón”, El doctor Hernández fue un distin- la sacralidad. Es también el año de En la trayectoria de vida de José Gre- gravitación de la figura de José Gre-
y nos permitimos jugar un momento guido académico de la UCV. Después publicación de su Elementos de filo- gorio Hernández cabe destacar sus gorio Hernández como hombre de co-
sobre su sentido para reflexionar so- de estudiar becado en París con el fa- sofía, donde problematiza la relación dotes de bailarín, en fiestas familia- nocimiento y de pensamiento y como
bre la vida de José Gregorio Hernán- moso bacteriólogo Matías Duval, trae entre ética y estética y donde pone res en Caracas e Isnotú de su juven- hombre de inquebrantable fe y bon-
dez, podríamos decir que dos fuerzas el primer microscopio al país, funda en evidencia su conocimiento de mo- tud, y su talento musical, sobre todo dad; ha señalado su aporte a la cultu-
contrarias y complementarias tejen la Cátedra de Histología, inicia una mentos fundamentales de la filoso- para el piano; y es de destacar la cla- ra venezolana; y a la espiritualidad,
en esta vida: la vocación de santidad, investigación experimental, en el es- fía en Occidente, de manera especial ridad ética de su vocación de vida de- acaso lo que justifica la presencia del
que lo llevará por los caminos de la píritu mismo de lo que será la Uni- de la filosofía griega y de la filosofía dicada a Dios, atravesando con bon- hombre en el cosmos.
oración hacia una discreta soledad
donde se abrirá el camino a lo divino,
con su llamado y su imposibilidad a
la vez; y su vitalidad en el estar-en-el-
mundo, orientado por la ley moral de
su corazón, desplegando la bondad,
en su práctica médica y en la ense-
ñanza, que lo llevó a ser una de las
personas más queridas por sus con-
temporáneos; amor que no deja de
multiplicarse desde aquel fatídico día
de junio de 1919. El ansia de santidad
va unida sin duda a la humildad, otro
de los grandes sentimientos cristia-
nos que lo llevaban a no sentirse dig-
no, tal como dice en profundidad la
oración, “señor, no soy digno de que
entres en mi casa”; iluminado por el
brillo de la fe desde niño que lo lleva a
“estar en Dios”, a intentar alcanzar la
experiencia de lo sagrado. La fe, ese
escudo que, como la atmósfera que
protege a nuestro quizás errático pla-
neta de los devastadores rayos cósmi-
cos, nos protege contra la angustia,
según las palabras de Kierkegaard, y
que nos es arrebatada por los vientos
de la modernidad y la secularización.

3
Una vida como desprendimiento y
viaje a lo sagrado que lo llevará a ha-
bitar la oración como se habita el ver-
so de un gran poema, a intentar huir
del mundo; y así, en 1908 su retiro a la
Cartuja de Lucca, en Italia, donde, co-
mo Fray Marcelo vivirá en el silencio
y en la oración; y luego, en 1913, insis-
tirá en el Colegio Pío Latinoamerica-
no de Roma, pero la salud le impedirá
cumplir con su fundamental inten-
cionalidad: viaje de la vida hacia el EL HOMBRE MISTERIOSO | VICEVERSA MAGAZINE, RICARDO ARMAS©
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 30 DE JUNIO DE 2019

ENTREVISTA >> A PROPÓSITO DE SU MAGNÍFICO DIARIO EN RUINAS (1998-2017)


alzan como un obstáculo infranquea-
ble. Todavía hoy, con toda la informa-
ción que circula acerca de Venezue-
la, un buen número de intelectuales
–sean europeos, latinoamericanos o
estadounidenses– mantienen su fir-
me defensa. En cuanto a los intelec-
tuales venezolanos al servicio del ré-
gimen, unos (pocos) se han alejado
públicamente, otros guardan silencio
y quizás algunos se han expresado crí-
ticamente en medios que no conozco.
En mayo del 2003, usted escribe
una frase que es como una oración:
“Es necesario, es indispensable,
volver a ser lo que somos”. ¿Podría
desarrollar esta idea de que “la vi-
da privada ha sido nacionalizada”?
Ese año 2003 fue muy intenso en
cuanto a resistencia activa de la comu-
nidad cultural y yo me sentía secues-
trada por la multiplicidad de acciones
que me apartaban de los libros. Sen-
tía la necesidad de recuperarme como
escritora en ejercicio. Pero releyendo
la frase veo algo diferente y es la ex-
propiación de lo privado que todo régi-
men tiránico impone. “Aquí no se ha-
bla mal de…, aquí se come clap, aquí

Ana Teresa
se aplaude a…, aquí estamos muy feli-
ces porque tenemos patria”, etc. El in-
dividuo va perdiendo sus propias ne-
cesidades y deseos en un discurso que

TORRES:
lo invade por todas partes y lo convier-
te en un ser “nacional”. Es indispensa-
ble para regímenes de esta categoría
que las personas se desprivaticen, y se
ANA TERESA TORRES | VASCO SZINETAR© transformen en instrumentos colecti-
vos de una maquinaria “nacional”.

Contra la expropiación de lo privado


En la entrada correspondiente al
2 de julio de 2017 dice: “solo puedo
pensar cuando escribo”. ¿Ha cam-
biado su visión de Venezuela, des-
pués de Diario en ruinas? ¿Hay un
giro, un antes y un después de este

Narradora, tegia de la proliferación de cuestio-


nes y problemas que el régimen ha
2007, recuerda a esa mujer mara-
villosa que fue Michaelle Ascen-
la entrada del 10 de julio del 2013,
aborda la cuestión desde otro flan-
libro?
Quise decir que solo cuando escribo
ensayista, diarista utilizado, como lo han hecho otros
regímenes de naturaleza similar.
cio. Ambas usaban la expresión
“el apostolado”, al empeño de ex-
co: hay que ocuparse de lo grave y
no de lo insignificante. ¿Cree que
las ideas se articulan con claridad y
desencadenan lo que estoy pensando,
y articulista, Ana Consiste precisamente en sepultar plicar “las razones y sinrazones hoy tiene sentido intentar algún ahora bien, en cuanto a mi visión de
al individuo con la producción de del imaginario venezolano”, y la debate con escritores al servicio Venezuela no creo que cambió dema-
Teresa Torres es hechos, circunstancias, fechas, con- vinculación de este con la revolu- del régimen? siado por efecto de la escritura de este
Individuo de Número memoraciones, proyectos, anti pro-
yectos, noticias, anuncios, cambios,
ción bolivariana. Se trata de uno
de los ejes más firmes y no siem-
En la entrada que señala me refie-
ro a un artículo que escribí a propósi-
libro. Quizá, sí, una comprensión más
ajustada de cómo se fue instalando la
de la Academia modificaciones, sustituciones de
nombres y personas, falsos héroes,
pre visibles, de Diario en ruinas.
¿Podría ofrecernos una síntesis de
to de una entrevista a Ricardo Piglia,
jurado del premio de novela Rómulo
tragedia. Y utilizo el término en su
sentido literal, ser actor y espectador
Venezolana de la falsos villanos, comportamientos ab- este pensamiento? Gallegos que había ganado el año an- de una historia que se dirige a la des-
surdos e inesperados y una extensa Siempre he pensado que una de las terior. No escribí ese artículo porque trucción sin que pueda evitarse. No
Lengua gama de sucesos comunicacionales razones de la instalación y perma- pensara que llevaría a alguna con- quiero decir con esto que la historia
que terminan por generar confusión nencia de este régimen ha sido la in- clusión sino porque me molestó mu- de Venezuela no pueda cambiar, el fu-
y olvido, y, sobre todo, desinterés. El comprensión de sus propósitos, mo- cho que hablara de nosotros como si turo siempre cambia, pero la destruc-
NELSON RIVERA individuo queda incapacitado para tivaciones y estrategias, de las cuales supiera y calificara de estalinistas a ción se consumó y creo que no hace
recordar, pensar, juzgar, discernir, y

M
el discurso público fue una de las más los que no queríamos participar en falta ser pesimista para reconocerlo.
ientras leí Diario en prefiere encerrarse en su propia con- eficientes. Esa incomprensión puede el concurso. No fue un intento de de- Por último: mientras leía Dia-
ruinas, he pensado ciencia. Dicho de otro modo, es una tener muchas causas, y una de ellas bate sino más bien una catarsis. Otro rio en ruinas, he recordado una y
en las limitaciones de estratagema que oculta un secreto, lo es la negativa a creer lo que estaba tanto pudiera decir de una respuesta otra vez los diarios de Víctor Klem-
nuestra capacidad para que verdaderamente está ocurriendo, pasando. Michaelle Ascencio, como que mucho tiempo atrás le di a Mario perer, publicados con el título de
recordar. Había dejado atrás entre es decir, la destrucción de un país, de antropóloga, y yo, como psicoanalis- Benedetti, por razones más o menos Quiero dar testimonio hasta el fi-
70 y 80% de los hechos que usted su gente y sus instituciones. ta, teníamos en común el hábito de similares. nal. A pesar de las diferencias, hay
recapitula. ¿Experimentó la sen- Efectivamente tiene un efecto de ver para comprender, y de mirar con Contestando la pregunta, no creo un punto donde parecen encon-
sación de estar recuperando una avalancha, y el control de la narra- la mayor fidelidad posible lo que es- que tiene, ni tuvo nunca, algún sen- trarse: la escritura como una mo-
memoria casi perdida, mientras ción lo encontré en la cronología. tá frente a los ojos. Quiero decir que tido intentar debatir con escritores dalidad psíquica de control, como
investigaba y escribía este libro? “A cada día su pena”, dice un refrán intentábamos destacar los elementos afines al régimen. La ideología, la un dique que impide que las aguas
Esa fragilidad de la memoria, que francés. Seguir el curso de los días psicosociales y míticos que el discur- complicidad y la falsa moral de la iz- te arrastren.
no es como se dice un defecto de los con la ayuda de guías; una, mi propio so inflamaba y le daba fuerza a lo que quierda dogmática, con frecuencia se El libro de Klemperer fue precisa-
venezolanos sino una condición fisio- registro escrito en artículos de pren- para algunos no era sino una habla- mente uno de los estímulos más im-
lógica normal de los seres humanos, sa que me permitían recordar no solo dera de pistoladas, como dice el ve- portantes, si no el mayor, para escri-
fue precisamente una de las motiva- lo que iba ocurriendo sino mi pers- nezolanismo. Es decir, intentar arti- bir el Diario en ruinas. Empezando
ciones que me llevaron a escribir el pectiva de los hechos (ya que se trata cular ese discurso con el imaginario por el título, Dar testimonio hasta el
diario. Registrar lo que olvidaríamos de un diario, y por lo tanto respetar venezolano, pero entrar en eso exce- final, en la traducción española. Tra-
los que vivimos estos años y lo que mi subjetividad era clave en su com- de el marco de esta entrevista. ducido al inglés es I will bear witness
desconocerían los que eran demasia- posición). La otra guía fue la heme- Usted habla de que, por momen- (daré cuenta, seré testigo), pero al
do niños o no habían nacido todavía. roteca en línea y algunos recortes de tos, la violencia que ejerce el po- mismo tiempo juega con otra acep-
Igual que el posible lector va reco- prensa que guardé al estilo antiguo der carece de beneficios políticos. La destrucción ción, soportar, cargar, tolerar. Y eso
rriendo hechos y situaciones que ha-
bía olvidado, me ocurría lo mismo al
de recortar fragmentos de periódico.
La acción narrativa creo que puede
Por lo tanto, hay que remitirse a
“la lógica de la violencia, (…) al
se consumó y creo me llegaba emocionalmente en forma
muy profunda. Leer aquel diario en
escribirlo. Algunos simplemente per- verse en que el libro está planteado placer perverso de herir, matar, que no hace falta que aquel hombre soportaba la cons-
didos en mi memoria, otros trastoca- como un relato, y como tal trata de torturar”. Mi sensación es que de- tante humillación y el riesgo perma-
dos en las fechas o equivocados en los seguir una de las máximas funda- nunciamos a las instituciones para ser pesimista nente de muerte, y soportarlo no solo
nombres y circunstancias. La escri-
tura me devolvía el testigo que había
mentales de la novela: que cada capí-
tulo haga avanzar la narración.
no preguntarnos por los hombres
y las mujeres que cometen estos para reconocerlo” en su alma sino escribirlo día a día
para hacerlo constar para sí mismo
sido y que necesitaba recuperar sus Si me permite, diré que su dia- crímenes. ¿Existe este mecanismo y luego para todos los que hemos te-
testimonios. Y valga la acotación de rio teje cuatro relatos de lo real: evasivo de interrogarnos por las nido la suerte de leerlo. No comparo
que lo recapitulado no es ni por aso- la acción destructiva del poder responsabilidades individuales? la situación de Klemperer con la mía,
mo exhaustivo. Estoy segura de que contra la ciudadanía y la insti- Probablemente denunciar institu- porque son incomparables, pero su
cada quien puede encontrar sus pro- tucionalidad democrática; la re- ciones es menos riesgoso que nom- lectura me dejó una suerte de obliga-
pios registros. acción perpleja o la resistencia brar directamente a personas. Tra- ción moral de seguir su ejemplo en la
Aunque Usted ha escrito una de personas y grupos de la socie- bajos como el de Tamara Sujú, por medida de mis limitadas posibilida-
cronología de la destrucción, la dad; el análisis o metaforización ejemplo, son impensables viviendo des, y desde mis referencias sociocul-
sensación que produce su lectu- de los episodios o del curso de dentro del país. También la evasión a turales que me permiten usar el hu-
ra es la de acumulación: la de es- los hechos; y, lo fundamental, la veces oculta oscuras alianzas y com- mor y la digresión de vez en cuando.
tar cada vez más sepultado por la presencia amorosa, quizás salva- plicidades. Sin embargo, en los últi- Hay a quienes les incomoda la per-
cantidad y simultaneidad de los dora, de la familia y los amigos. mos años pareciera que esa tendencia sistencia en hablar y escribir lo que
hechos. ¿Cómo se mantiene el con- ¿Responde esto a una estructura ha ido cambiando y hay una mayor in- vivimos, y tienen por supuesto legí-
trol narrativo ante semejanza ava- deliberada? dividualización de la denuncia, en lo timo derecho a ello, pero somos tam-
lancha? ¿Cómo está proyectada su Leer el diario como estructurado en que sin duda tienen peso las sancio- bién muchos los que desde distintos
experiencia como novelista en es- esos cuatro relatos, es una definición nes contra altos funcionarios que han ángulos y en diferentes claves quere-
te Diario en ruinas? estupenda del libro; me inclino por emitido algunos países, sobre todo Es- mos que no se olvide –siguiendo la de-
Es interesante esa paradoja, lo que pensar que esa estructura surgió de la tados Unidos y Canadá. nominación del proyecto de Historias
se propone como negatividad termi- propia escritura. Me proponía contar En algún momento asume como de todos–, la vida de nos.
na por ser una acumulación. Hay lo sucedido y lo sucedido era todo eso. un error debatir con escritores
que añadir algo importante en este Cuando habla de La herencia de afectos al régimen, en situaciones *Diario en ruinas (1998-2017). Ana Teresa
VICTOR KLEMPERER (1881–1960) | THEJC.
proceso de desmemoria y es la estra- la tribu, el 28 de noviembre de de extrema polarización. Pero en COM, URSULA RICHTER© Torres. Editorial Alfa. Caracas, 2018.
EL NACIONAL DOMINGO 30 DE JUNIO DE 2019
Papel Literario 3

ENSAYO >> IMÁGENES DE LA DICTADURA A TRAVÉS DEL ARTE Y LA LITERATURA

La guerra de las artes


LUIS ENRIQUE PÉREZ-ORAMAS

“Una mañana, a comienzos del año


99” el general Ducharme se detuvo, de
paso por el despacho presidencial, en
un hombrecín impaciente que se agi-
taba de la larga espera con ojos viva-
ces velados por “una soñolencia india
y sensual, midiendo la antesala con
sus pasitos acelerados e inquietos”.
Ducharme lo dejaría, indiferente a su
cólera, solo para verlo subir unos me-
ses más tarde, “rengo y lívido a causa
de una pierna rota, las cuatro gradas
del Salón Elíptico del Palacio Fede-
ral”, encumbrado en su revolución de
pacotilla, ya ostentando para todos, en
mala hora, el malhayado nombre de
Cipriano Castro. Ninguna memoria
de aquellos años de infamia, ninguna
apología de la tiranía andina superará
nunca la acerba ironía de José Rafael
Pocaterra en las Memorias de un ve-
nezolano de la decadencia, título que
aún nos sirve, cien años más tarde, a
los venezolanos para dibujar la expe-
riencia exacta de nuestras dos más re-
cientes décadas.
Puede que nadie recuerde los nom-
bres de quienes (des)gobernaron a
Venezuela a fines del siglo XIX, pero
la escena final de Díaz Rodríguez, pa-
ra quien lea sus Idolos rotos, es más
elocuente que todas las memorias de MANUEL DÍAZ RODRÍGUEZ (1871–1927) | WIKIPEDIA JOSÉ RAFAEL POCATERRA (1889–1955) | EL-NACIONAL.COM
la revolución de Castro: aquella sol-
dadesca que copulaba como animales podrán las generaciones por venir ganado en el campo menos esperado da inteligencia conceptual de Juan
salvajes dejando correr su semen por eludir esa verdad, ni podrá nadie ig- y más definitivo del imaginario. La José Olavarría, sin olvidar los incon-
los cuerpos de yeso de las esculturas norar lo que fue Venezuela bajo el hemos ganado gracias a artistas y tables artistas empeñados en que na-
en la Escuela de Bellas Artes no ga- más abyecto de sus regímenes polí- escritores, quienes no han cesado de die olvide nuestra noche colectiva:
nó, al final de cuentas, la guerra. Fue- ticos y esto, que las recientes y jus- ofrecernos la pintura real de la tra- de Muu Blanco a Teresa Mulet, de
ron las estatuas mudas y maculadas, tamente celebradas novelas de Ro- gedia, de la decadencia, del crimen, Marco Montiel Soto a Luis Salazar,
fue la deposición de la escritura y el
testimonio valiente lo que se impuso
drigo Blanco Calderón (The Night)
o de Karina Sainz Borgo (La Hija de
de la corrupción, de la desidia, de la
obnubilación chavista y madurista.
Los venezolanos de Deborah Castillo a José Vivenes,
de Ivan Candeo a Erika Ordostegui y
sobre la memoria gris de la medio- la Española) describen magistral- Y no podrán las generaciones por de este tiempo Diana López, sólo para mencionar al-
cridad histórica. Tampoco Venezue- mente, como lo han hecho también venir eludir esa pintura, ni podrá la gunos entre la casi totalidad del arte
la llegó a ser verdaderamente inde- las obras de Alberto Barrera Tyszka dictadura presente evitar que se en- deberíamos venezolano de estos años. Es precisa-
pendiente hasta que, a fines de aquel
siglo XIX, pudimos los venezolanos
(Patria o muerte, Mujeres que matan)
y de Francisco Suniaga (Adiós Miss
carne como única imagen, caleidos-
cópica en su horror, de este tiempo;
saber sin embargo mente la imposibilidad de hacer una
selección lo que revela la certeza allí
contar con una imagen elocuente de Venezuela), o las novelas y cuentos tampoco podrá ninguna propaganda que hemos ganado donde desborda su evidencia: que to-
la gesta y ver la figura de sus próce- de Juan Carlos Méndez Guédez y vencer ya la plombiza certeza de sus do el arte nacional se ha volcado, a la
res, que le debemos a los pinceles de Miguel Gomes, de Ana Teresa To- obras. la batalla par que la literatura, a dibujar el tes-
nuestros maestros académicos y a rres (Diario en ruinas 1998-2017), de En suma, la literatura del siglo timonio de esta edad oscura. Esa es la
nuestros primeros legendarios na- Juan Carlos Chirinos (Los cielos de XXI en Venezuela estará, ineludible simbólica contra batalla que aún se libra, pero que ya
rradores. Porque la única potencia
de las obras de arte, que no podrá
Curumo), de Eduardo Sánchez Ru-
geles (26: La vida de Luis Alberto),
e incontestable, marcada por el hie-
rro del testimonio sobre estos tiem-
la dictadura” se ha ganado. Y nadie podrá, cuando
se haga el recuento de la producción
hacer palidecer ningún empeño del precedidos en tiempo y magisterio pos sombríos, asunto que viene a simbólica de estos años en Venezuela,
poder ni ninguna violencia de la va- por aquel conmovedor relato mí- encontrar su mayor confirmación, la desmemoria venezolana 2000-2016) negar esa certeza.
nidad política, reside en su persisten- nimo dedicado al primer mártir de también, en nuestra más reciente (y o Leonardo Padrón a Colette Capri- La guerra de las artes la ha gana-
cia: persistencia de su memoria para Hugo Chávez, Franklin Brito, escri- mejor) poesía (Igor Barreto: El Muro les, Diómedes Cordero, Héctor Torres do Venezuela, lo que hay de mejor en
dar cuenta exacta de un tiempo, de to por el más grande novelista de la de Mandelstam; Harry Almela: Sil- (Caracas muerde), Arturo Gutiérrez ella, de cuyo crisol puede esperarse
una época, para erigirlos en el imagi- segunda mitad del siglo XX en Vene- va a la desventuras en la zona tórri- Plaza, Roberto Mata o Willy McKey, otro país, más habitable y fecundo; un
nario colectivo. Y nada vence más al zuela, José Balza (Uno: Ejercicio na- da, Alejandro Castro: El lejano oeste; y me tomaré la inmodesta licencia de país que se vislumbra, a pesar del su-
horror, ni es con más dulce lentitud rrativo). El asunto es pues ya objeto Adalber Salas Hernández: Salvocon- citar mi propia contribución al géne- frimiento presente e inconmensurable
en su venganza, que el testimonio de de enjundia estudiosa y de publica- ducto, entre otros) o en la crónica con ro (La república baldía. Crónica de de todos, en un futuro próximo, insta-
los artistas. ción académica (Patricia Valladares la cual tantos hemos intentado dejar una falacia revolucionaria 1995-2014). lado en el espacio de la justicia y en
Que lo mejor de la nueva narrativa Ruiz: Narrativas del descalabro, la nuestra mirada escrita sobre la des- Igualmente maculadas por el ho- la reivindicación de la memoria para
venezolana se haya volcado entera- novela venezolana en tiempos de re- carnada realidad que nos ha legado rror chavista aparecen las artes vi- que sean posible entonces una palabra
mente a hacer el retrato descarnado volución), pero poco resuena, por ra- la camarilla de impostores que toma- suales, el teatro, el performance y la y una imagen más serenas. Podemos
del hundimiento y del pillaje que el zones de mayor urgencia, en nuestra ron por asalto nuestras mejores ins- fotografía en Venezuela, en las obras hoy contar con esa victoria y con la
chavismo ha acometido en contra de vida diaria. Los venezolanos de este tituciones (me referiré a la constante actuales de innumerables creadores: esperanza que de allí se desprende:
la nación es tan elocuente como la tiempo deberíamos saber sin embar- prédica de inmensos voceros, de Cé- desde del gran testigo de la historia porque sabemos que el arte no cam-
tragedia de los millones de venezo- go que hemos ganado la batalla sim- sar Miguel Rondón, Antonio López reducida a su más groteco logaritmo bia nunca el mundo, pero fija inexo-
lanos que huyen de sus efectos. No bólica contra la dictadura. La hemos Ortega (La gran regresión. Crónica de que es Nelson Garrido hasta la afila- rable y para siempre sus verdades.

REFLEXIÓN >> LA POESÍA COMO TESTIMONIO ha revelado con mayor o menor fortu-
na, consciente de que no saldrá a salvo

Ante el totalitarismo
de la situación que enfrenta. 
La huella del totalitarismo permane-
ce por largo tiempo en los hollados. No
se supera de la noche a la mañana, la
noche es larga y más de lo deseable. Su
MARÍA ANTONIETA FLORES flicto. Se puede ser un turista de la poe- mónico, condición que él mismo com- fuerza hegemónica es usada contra to-
sía, pasear por lugares, fotografiarlos, parte: es víctima, pero debe apelar a la do y la auténtica poesía no está a salvo
Todo es política, todo es dinero: abso- pero no vivirlos. De alguna forma, el tu- lucidez para alzar la voz, sobreponer- de él, pero la historia nos muestra como
lutos. Así se impone un pensamiento rista se evade en otro paisaje y es pro- se. Debe ser testigo y dar testimonio del los verdaderos poetas la han resguarda-
monolítico. Se entra en un lugar donde bable que en el suyo también. Se puede horror.  do para que siga habitando entre noso-
los extremos son invocados: uno solo de ser un viajero y vivir esa calle desco- Nada fácil encontrar el lugar del testi- tros. Ellos han preservado la masa ma-
ellos, un solo extremo: no existe el otro. nocida, esos otros que caminan al lado, monio poético. En una época donde Fa- dre y en sus poemas que registran las
Revive el maniqueísmo y los matices esos lugares sin brillo y sin menciones cebook y Twitter son grandes templos vivencias bajo una sociedad y un poder
son borrados. Una sola mirada, un so- en las guías turísticas junto a los más evangélicos donde todos deben testifi- totalitario ha habido lugar para el su-
lo pensamiento, una sola voz. Conmigo luminosos y recomendados lugares.  car, pronunciarse, reaccionar, seguir la MARÍA ANTONIETA FLORES | ceder lírico, poético. No se han dejado
o contra mí. Más nada.  El poeta como un viajero avezado, se tendencia, la línea marcada por alguna VASCO SZINETAR© asfixiar así sus publicaciones estuvie-
Mientras, el poeta debe elegir. O can- mueve entre sombras y luces, entre su secreta orden, el poeta atrapado en las ran prohibidas y sus versos circularan
ta usando la voz impuesta o emprende voz íntima y la voz colectiva para así ser coordenadas de una estética y una éti- poeta le toca una labor cuidadosa casi de forma oral. 
el camino para encontrar y dejar escu- la voz de su tribu, una expresión que ya ca se ve obligado a encontrar un lugar propiciatoria del milagro para que ese Por eso ante nosotros sigue el lugar
char su verdadera voz así sea disonan- es lugar común gastado, perdido su sig- y una perspectiva poética singular, fiel mundo poético que lo habita siga vivo a abierto, un reto, el abismo:  la poesía
te, que de eso se trata.  nificado original, su fuerza primigenia. al mandato de la poesía, porque yo toda- pesar de la tragedia y de los escombros nos ofrece un lugar para habitar y ha-
Pero lograr cantar con su propia voz Esto es muy obvio y poco inteligente se- vía creo en lo sagrado que ella encierra y para que de él pueda brotar un poe- cer del poema, el cual siempre confiesa
lo coloca en un margen, en disidencia y ñalarlo, pero es relevante subrayarlo en y que si hacemos el trabajo interior ella ma, los poemas.  algo, un testimonio tanto en lo perso-
en desobediencia. El poeta para ser de- una época donde el yo, más bien su sel- nos muestra el camino. En la otra ori- Cada quien, conocedor de la natura- nal, lo íntimo como en lo colectivo, en
be desobedecer las normas impuestas fie, rige el mundo de las subjetividades. lla, el panfleto mira al poeta y un poco leza de su mundo poético, debe profun- diálogo con los otros y en un territorio
por ese padre totalitario. La evasión, la Ante el totalitarismo, el poeta debe ser más allá, la crónica o el tweet. La poesía dizar en sus señales y símbolos, escri- devastado casi en su totalidad y en to-
fuga imaginativa no resolverán el con- la voz de las víctimas del poder hege- prosaica está allí, viendo todo. Así, al bir sin traicionar ese mundo que se le dos los sentidos.
4 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 30 DE JUNIO DE 2019

RESEÑA >> A PROPÓSITO DE POESÍA ARCAICA GRIEGA (SIGLOS VII-V A.C.) TOMO I POESÍA PARENÉTICA EL VUELO DETENIDO

En vísperas de guerra: ¿De qué dolor


llevas sucias
Grecia y sus versos de hierro las manos?
DAVID NORIA No saber portar un escudo era cosa tan alta literatura. Exhortación política es
inusitada como no haber esforzado los La dicotomía de matar o morir alien- con todas sus letras la Oda a la zona
Oídme, cavalleros: por la mañana músculos en la formación ciudadana ta la embriaguez de estas cruentas tórrida (1826) de Andrés Bello, La oda
todos armados seades. de un servicio militar sin concesiones. exhortaciones. Muertes “bellas”, li- a México (1855) de Casimiro del Colla-
El enemigo no tomaba necesariamen- baciones del recuerdo y honorables do y, entre muchas, la “Recordación de
Cantar del mío Cid te la forma del bárbaro; muy bien po- exequias son los tópicos más recurri- Maratón” (1957) de Salomón de la Sel-
día hablar el griego, y casi bastaba que dos en estos cantos o panfletos hechos va, donde este poeta olvidado aventura
I su ciudad se hallara tras una cordille- para declamaciones de ocasión, fue- que la batalla de Puebla fue compara-
La poesía guerrera griega –licor fuer- ra o a pocas millas de mar. La mujer ran fiestas cívicas, banquetes de no- ble a aquella de los atenienses en el si-
te para aguijón de ejércitos– es una era ante todo la esposa y madre de los tables o vísperas de guerra. La fama glo V contra los persas.
pira funeraria de palabras que ape- hijos, a la par que botín sujeto a veja- y la gloria que animaban a los héroes América Latina, recordemos, ha he-
nas conocemos en el rescoldo de unos ción, y la parcela de tierra –la verda- de la Ilíada, impulsan ahora la vida cho su propia epopeya, exhortación
cuantos versos. Frases a medio aca- dera amada– era el único asidero de la de los hombres de carne y hueso, que y epitafio. No de otro modo, cuando
bar, truncas y entrecortadas por los libertad, entendida en su sentido más han dejado de ser los amos y súbditos murió Simón Bolívar en 1830, se le-
puntos suspensivos de las ediciones, inmediato y telúrico como condición de la epopeya para devenir ciudada- yó sobre su tumulto en Colombia un
estos despojos literarios nos sugieren opuesta a la mendicidad o esclavitud: nos; esto es, los griegos han inventado epigrama sepulcral (en latín) no in-
más de una dimensión de entendi- “Para el hombre es honroso y esplén- la ciudad, en la que el hombre, por vez digno de Simónides, donde se conmi-
miento: no solo estamos ante poemas dido luchar/ por la tierra, los hijos y la primera, pronuncia la difícil palabra naba: “Quienquiera que estés obser-
que cantaron hace dos mil quinientos legítima esposa/ contra los enemigos”. “política”. Los versos de Homero son vando este monumento mientras se JULIÁN PADRÓN
años la muerte, gloria y miseria de (Calino, fr. 1 W, p. 1, tr. Berruecos). “… de bronce mítico, literatura; la reali- realizan las exequias, pide el descan- (1910–1954) | WIKIPEDIA
los guerreros, sino podría pensarse dejar la ciudad y los fértiles campos/ y dad de Alceo, Solón y sus contempo- so para el que murió trabajando por
además que la voracidad del tiempo mendigar es lo más lamentable de to- ráneos, en cambio, es ya de hierro y la unidad de todos, y profiere un últi-
ha malherido también a las palabras do,/ errando con la propia madre y el plaza pública: interpretar los pres- mo adiós, como cuadra a un hombre MARIO MORENZA
mismas, dejándonos tan solo un ca- padre anciano/ y con los hijos peque- tigiosos papeles de la epopeya no es agradecido”.
dáver, que los estudiosos recomponen ños y la esposa legítima”. (Tirteo, fr. 10 más un ejercicio escolar de primeras En 1937 apareció Candelas de vera-
con piedad como para identificar el W, p. 3, tr. B.). O bien: letras, sino problemática situación vi- III no de Julián Padrón. La colección
cuerpo de un deudo. tal del hombre ciudadano ante la vio- El filólogo helenista Bernardo Be- de relatos se inicia con “El deste-
Entre los siglos VII y V ante, Calino, “Esto es un bien común para la lencia de la historia. rruecos, al seleccionar, comentar rrado”, que destila realismo social
Tirteo, Arquíloco, Mimnermo, Alceo, [ciudad y para todo el pueblo: y traducir esta compilación de poe- y una artillería provista de arma-
Solón y Simónides, –los siete prohom- que un hombre, con un firme II sía griega arcaica, ha unido estre- mentos tan obsoletos como los
bres de quienes se conserva este tipo [desplante, permanezca en el frente En el siglo XIX el estado nación ter- chamente su nombre al de autores postes de luz que precariamente
de poesía– trajinaron los pliegues y con encono, se olvide por completo mina por dominar como la principal y obras cuyo conocimiento, como él iluminan el pueblo. Le sigue “El
salvaron los escollos de un mediterrá- [de la vergonzosa huida, forma de organización de la sociedad. mismo anuncia: “beneficia y enri- capitán Silvano”, y en él notare-
neo atrevido y desmesurado. Eran los exponiendo su vida y su ánimo No bien los países acaban de con- quece no solo al estudio de la histo- mos un recurso estructural co-
tiempos en que la guerra se libraba al [atrevido, quistar sus respectivas soberanías, ria de la poesía, sino al historiador en mún en no pocos cuentos de este
menos una vez en la vida de cada uno y aliente con sus palabras al hombre banderas e himnos proliferan ante general”, puesto que estos textos re- libro: en las primeras páginas se
que mereciera el nombre de varón. La [emplazado a su lado.” la urgencia de consolidar (inventar) flejan “una serie de acontecimientos establece el contexto y se describe
vida debió ser entonces menos cierta. (Tirteo, fr. 12, pp. 6-7, tr. B.) identidades. Estos últimos, en reali- sociales de relevancia y envergadura la psique del personaje. Después
dad, son la poesía parené- capitales para el desarrollo del mun- de estas esquemáticas dilaciones,
tica de nuestro tiempo. do griego: la emergencia de la pólis y el relato se mueve a velocidad de
En su himno nacional, de sus instituciones, la codificación millas náuticas entre vertiginosas
por ejemplo, los griegos de las leyes y el desarrollo de las ac- persecuciones en lancha dignas
reconocen a la libertad “por tividades legislativas, la reforma ho- del manifiesto futurista y la infan-
el terrible corte de la espada”, plítica del siglo VII a.C., la noción de cia del capitán.
mientras los italianos al llamado ciudadanía, la colonización, la acu- “Penélope” es un evidente ho-
de la patria “cierran filas listos a ñación de la moneda, la asunción al menaje a la Odisea con cier-
la muerte”. Los franceses, por su poder político de las nuevas clases to aire a los cuentos de Guy de
parte, ante el feroz enemigo “que sociales que buscaban una isonomía Maupassant, pero sin la libidino-
viene a degollar a sus hijos y compa- frente a la vieja aristocracia, el desa- sidad y acaso chispa de las histo-
ñeras”, forman “batallones en aquel rrollo del comercio, la laicización y rias del autor francés. En “Láza-
día de la gloria”, y cerca de secularización paulatinas de las di- ro” se narra la incendiaria locura
una veintena de himnos his- versas manifestaciones culturales, la de Salvador, personaje que se cree
panoamericanos son otro emergencia del discurso filosófico y portador de una extraña enferme-
gran compendio de estos científico, entre otros” (p.XXIII). Por dad piromaniaca y su impulsiva
lugares comunes.  otra parte, estos estudios contribui- manía de quemarse: “no busca-
No solo por el contenido, rán, como es ya nuestra tradición se- ba su fin en la probable combus-
sino por reunir en sí el ejerci- cular (recordemos a Alfonso Reyes), tión. Solo aguardaba que esta se
cio de la oralidad, la memoria y a repensar nuestra propia poesía e in- produjera para comprobar que la
el acompañamiento musical –crite- cluso nuestra confusa política a la luz sentía”. La vida de Lázaro se defi-
rios indispensables del género–, estas siempre reveladora de los helenos. ne de este modo: “era la vigilante
LA CRÁTERA DE
composiciones modernas de Dionisios conciencia con que presenciaba
EUFRONIOS (510–
500 A.C.). GUERRA DE Solomós, Goffredo Mameli, Rouget de *Poesía arcaica griega (siglos VII-V la marcha de su destino. El asis-
TROYA: HIPNOS Y TÁNATOS Lisle y hasta de Francisco Bocanegra a.C.) tomo I poesía parenética, estudio tir en vela perenne al progreso de
RETIRAN A SARPEDÓN DEL o Rafael Núñez, los himnos nacionales, preliminar, versión, notas, comentarios su mal”.
CAMPO DE BATALLA
enardecen hoy, si no ya los campos de e índices de Bernardo Berruecos Frank, “Manrufo” es oralidad y ritmo,
EN PRESENCIA DE prosa que se me hace inevitable
HERMES.
batalla, sí y con mucho los coliseos del UNAM, Bibliotheca Scriptorum Graecorum
futbol. Pero el género no fue ajeno a la et Romanorum Mexicana. México, 2018. asociar con Canción de negros
de Guillermo Meneses. Manru-
fo atemoriza a todos en el pue-
blo, por momentos nos recuerda
Los caballos de Aquiles a Presentación Campos de Las
lanzas coloradas. “¿De qué dolor
llevas sucias las manos?” le pre-
Cuando vieron que Patroclo había sucumbido, gunta su madre a Munegro, que
tan valeroso él, tan fuerte y joven, desea apresarlo. De factura crio-
los caballos de Aquiles se entregaron al llanto: llista, en “Candelas de verano”
les indignaba en su inmortal naturaleza nos abruma la imagen alucinante
el contemplar esa obra de la muerte. de las bolas de fuego, un elemen-
Sacudían sus testas y agitaban sus largas crines, to surrealista entre tanta tierra y
golpeaban la tierra con sus cascos, y se lamentaban tantas costumbres.
por Patroclo, al que sentían inerte, devastado; Los tres cuentos que cierran el
ya mera carne sin valor, su espíritu perdido; libro coinciden en su estructura
indefenso, sin aliento. narrativa. En “Insolación” se nos
Vuelto ya desde la vida a la gran Nada. narra la violación incestuosa de
Ana, lo que desencadena la ven-
De los inmortales caballos vio Zeus las lágrimas ganza y locura de Pedro Pablo.
y sintió pena. “En las bodas de Peleo”, “El negro Gertrudis” es probable-
dijo, “no debí obrar con tanta insensatez: ¡mejor mente el de más gracia y peripe-
que no os hubiera dado en obsequio, caballos míos cia del compendio. Hallamos cier-
desventurados! ¿Qué se os habrá perdido aquí to pacto de verosimilitud cuando
entre los míseros humanos, los juguetes del destino? leemos una transcripción, en apa-
Vosotros, que ni os guarda la muerte, ni la vejez, riencia oficial, realizada por un
pasajeras desgracias os someten. En sus propios tormentos juzgado. Además, el cuento está
os enredaron los hombres”. Pero sus lágrimas, dedicado a su protagonista que
por la durable desgracia de la muerte, fue “real”, a juzgar por la lectura:
seguían derramando esos dos nobles animales. un apasionado por el alcohol y las
mujeres.
Constantinos Petrou Cavafis Finalmente leemos el autoficcio-
nal “Biografía de un niño”, satu-
*Tomado de Poesía Completa de C. P. Cavafis. Traducción, prólogo y notas de Juan rado de florituras empalagosas,
Manuel Macías. Editorial Pre-Textos. España, 2015. CONSTANTINO CAVAFIS (1863–1933) | ZENDALIBROS.COM alejado del nivel narrativo de los
otros trabajos de este libro.
EL NACIONAL DOMINGO 30 DE JUNIO DE 2019
Papel Literario 5

El 1 de julio de 1999,
el jurado anunció
el fallo: entre las
220 novelas que
participaron en
el concurso, Los
detectives salvajes
resultó ganadora
del Premio de
Novela Rómulo
Gallegos que, en
1998, también había
ganado el Premio
Herralde
JUAN ANTONIO MASOLIVER RÓDENAS

Espectros mexicanos
La obra narrativa de Roberto Bolaño
es una de las propuestas más origi-
nales de la literatura latinoamerica-
na de la última década. Es, asimismo,
uno de los proyectos más lúcidos, in-
ROBERTO BOLAÑO, EN 1997 | ELPAIS.COM, MANOLO S. URBANO©
teligentes y atrevidos, de lo cual da
perfecta cuenta el hecho de que Los
detectives salvajes acaba de obtener el RESEÑA >> 20 AÑOS DEL PREMIO RÓMULO GALLEGOS A ROBERTO BOLAÑO
Premio Rómulo Gallegos.

Palabras contra el tiempo


Bolaño posee un especial talento pa-
ra unir lo divertido con lo dramático,
para integrar las aventuras literarias
en las sórdidas aventuras de la vida,
para reconstruir con eficacia la diná-
mica de espacios geográficos que le
son familiares como México, Santia- las que el sexo es un factor determi- haber sido un lamentable malenten- vejez y la muerte, la libertad y el des- Lobo y sus dos hijas o la de la sima
go de Chile, París o Cataluña, y para nante. También la necesidad de rom- dido oculto en una telaraña de mal- amparo, el misterio y las ideas des- contada por Xosé Lendoiro.
dar un contenido político (el golpe de per con la soledad. Por el otro, una entendidos. Por eso no hay respuesta mesuradas y, sobre todo, las relacio- Nos encontramos, pues, ante una
estado de Pinochet, el mayo del 1968 búsqueda literaria. La novela está di- final. “Ay, Lupe, cómo te quiero, pero nes espectrales. novela concebida cortazarianamente
mexicano) y humano sin caer en la vidida en tres partes: en la primera qué equivocada estás”. Hay, en estas Y están, asimismo, para subrayar como un juego que “conserva intacta
rigidez ideológica o en el moralismo. el narrador es Juan García Madero, palabras de García Madero, una afir- lo fragmentario, los cambios, los via- la felicidad y el misterio de toda mi
Escritura en la que apenas si hay des- joven de diecisiete años que vive con mación de amor, la única estable del jes, los monólogos y los diálogos. To- triste y vana historia”, que es la histo-
cripciones, la trama depende casi ex- unos tíos suyos y que forma parte del libro, pero ni siquiera podemos saber do se convierte en narración, el libro ria de toda una generación para quie-
clusivamente de la agitada y variada grupo real visceralista. Aquí domi- en qué está equivocada Lupe. Ni qué se puebla de historias, “su gusto por nes, tras la desintegración del sueño
presencia de numerosísimos perso- nan las relaciones entre los distintos va a ser de lima y Belano. Los real- contar historias desesperadas, mi de la revolución y la libertad, “ocu-
najes que nunca pierden su marcada miembros del grupo, con personajes viscerafistas se han desintegrado de- gusto por escucharlas”. Un gusto que rrió lo que suele ocurrirles a los me-
individualidad y que, en consecuen- como María Font dispuesta “a coger finitivamente, como se desintegró ca- comparte el lector al leer o escuchar jores escritores de Latinoamérica o a
cia, tienen, cada uno de ellos, cierta hasta perder el sentido”, y su herma- si cincuenta años atrás el mundo de la historia del sordomudo que de los mejores escritores nacidos en la
presencia protagonizante. Es por esta na Angélica, que si no ha perdido la Cesárea Tinajero: “todos los mexica- pronto habla, las nuevas mujeres en década de los cincuenta: se les reveló,
razón que las novelas de Bolaño es- virginidad la perderá pronto. Las ca- nos somos más realvisceralistas que la vida del narrador, el triste destino como una epifanía, la trinidad forma-
tán concebidas fragmentariamente, mareras Rosario y Brígida, la falleci- estridentistas, pero qué importa, el de Impala de Quim Font, la aventu- da por la juventud, el amor y la muer-
como una feliz acumulación de esce- da poeta Laura Damián, mágica au- estridentismo y el realismo visceral ra de las cuevas, la navegación en el te”, es decir, los tres temas centrales
nas –dentro de una tradición inaugu- sencia, la joven prostituta, Lupe, Piel son solo dos máscaras para negar a Isabel, la herencia de Hermito Künst, de Los detectives salvajes, una de las
rada por Cervantes y que comparte Divina, Ernesto San Epifanio, etcéte- donde de verdad queremos llegar. ¿Y el proyecto de fundación de Estriden- mejores novelas mexicanas contem-
con Rayuela de Cortázar y Lo demás ra, etcétera. El contacto con la gene- a dónde queremos llegar?, dijo ella. A tópolis, la historia de amor de la mi- poráneas escrita por un chileno que
es silencio de Augusto Monterroso, lo ración de los mayores se establece a la modernidad”. Lo que nos remite a llonaria y el vagabundo, un cuento reside en Cataluña.
mismo que la percepción absurda o través de Joaquín Font, Quim, quien una escena espléndida, la de Octavio “un poquito sublime y un poquito si-
visionaria de la realidad más mezqui- acaba loco por culpa de sus hijas y de Paz caminando en círculos por el Par- niestro. Como todo amor loco, ¿no?”, *El ensayo “Palabras contra el tiempo”
na que vemos en Juan Villoro o en el la desaparecida Laura Damián y que que Hundido, que nos remite a su vez el duelo en la playa, la aparición de está estructurado en dos secciones. La
barcelonés Enrique Vila-Matas. se convierte en uno de los personajes a la ventana del final del libro: una la Virgen, y, a destacar, las conversa- primera, que aquí publicamos, se concentra
México (del DF al desierto de Sono- más ricos y trágicos. Aunque en rea- ventana vacía, a punto también ella ciones de Amadeo Salvatierra, Auxi- en la novela Los detectives salvajes. La
ra) es el centro geográfico de la úl- lidad “no estoy loco, dije yo, solo con- de desaparecer. lio Lacouture, la madre de los poetas segunda reflexiona sobre los vínculos que
tima y más ambiciosa novela de Ro- fundido (…), y pensé en los terremo- Bolaño nos ofrece, pues, en esta no- de México encerrada en el váter de existen entre 2666 –la novela póstuma de
berto Bolaño, Los detectives salvajes. tos de México que venían avanzando vela de más de seiscientas páginas, la universidad “cuando fue violada Bolaño– y Los detectives salvajes. Forma
Los detectives son dos: Ulises Luna, desde el pasado, con pie de mendigos, la desgarradora búsqueda de una la autonomía en aquel año hermoso parte de la segunda edición de Bolaño
un tipo aindiado y fuerte que en rea- directos hacia la eternidad o hacia la generación, la suya, que ha estado y aciago” de 1968, “ese váter fue mi salvaje (Editorial Candaya. España, 2013),
lidad se llama Alfredo Martínez, y el nada mexicana”. buscando el vacío y que, en un país trinchera y mi palacio del Duino, mi cuya compilación, edición y prólogo estuvo
alter ego de Roberto Bolaño, Arturo Esta búsqueda desesperada de una sin futuro, solo parece encontrar res- epifanía de México”, Quim Font en a cargo de Edmundo Paz Soldán y Gustavo
Belano, un atractivo chileno nacido identidad humana y esta constata- puesta en un pasado ya perdido. Un el manicomio de La Fortaleza, don- Faverón Patriau. El volumen incluye 28
en 1953 y que llegó a México en 1968. ción de la locura tienen un valor sim- vacío que no es solamente literario. de los locos “deambulaban como pa- textos: algunos de talante ensayístico,
Ambos son los fundadores del rea- bólico. El mismo que encontramos en La unidad del libro se encuentra en jaritos, serafines o querubines con el otros de disciplina académica. Además,
lismo visceral, movimiento poético la segunda parte del libro, centrada el aliento y el desaliento, en la locu- pelo manchado de mierda”, las visio- la edición incluye un CD, que contiene
vanguardista. La creación, la difícil en la búsqueda de los desaparecidos ra, las sombras, el olvido, el llanto, nes de Quim Font, el ya mencionado un reportaje de 40 minutos de duración,
identidad y la desintegración del gru- Lima y Belano, que a su vez están los malos olores, el sueño, la búsque- encuentro de Ulises Lima con Octa- dirigido por el cinesta Erik Haasnoot, que
po es uno de los temas centrales del buscando a la no menos enigmática da, la huida y las desapariciones, la vio Paz, la historia africana de López tiene por título, Bolaño cercano.
presente narrativo. Un presente en Cesárea Tinajero. La reconstrucción
el que se subraya el aspecto genera- está hecha a través del contrapuntís-
cional. Los jóvenes iconoclastas re- tico testimonio de una variada gale-
chazan, con una inconsistencia que ría de testigos. La generación de los
es reflejo de la realidad histórica de mayores está representada aquí por
México, la figura de Octavio Paz co- otra de las figuras más conmovedo-
mo maestro. ras y completas del libro, Amadeo
Ulises Lima y Arturo Belano, per- Salvatierra. Su testimonio se desa-
sonajes también contradictorios y rrolla a lo largo de una noche. La lo-
ambiguos, a los que es imposible juz- cura de Quim, su peculiar y melan-
gar moralmente y mucho más (dada cólica forma de ver la realidad, está
la fuerte carga sentimental) racio- sustituida por el alcohol. Gracias a él
nalmente, buscan las raíces del mo- recuperamos el pasado: “Y así como
vimiento en un grupo vanguardista hay mujeres que ven el futuro, yo veo
de los años veinte, los realviscera- el pasado de México y veo la espalda
listas del norte, contemporáneos de de esta mujer que se aleja de mi sue-
los estridentistas. El nombre no es ño, y le digo, ¿a dónde vas, Cesárea?,
una coincidencia. “Más bien un ho- ¿a dónde vas, Cesárea Tinajero?”
menaje. Una señal. una respuesta”. A dónde va Cesárea lo descubrimos
Los realvisceralistas se perdieron en en la tercera parte gracias a la bús-
el desierto de Sonora, entre ellos la queda de Lima, Belano, García Ma-
enigmática figura de Cesárea Tinaje- dero, de nuevo en su papel de narra-
ro o Tinaja. Es así como se iniciará la dor, y Lupe. Ahora es Cesárea la que
búsqueda por parte de esos dos opor- representa la difícil vinculación con
tunistas, traficantes de drogas o re- la generación de los mayores, con “el
beldes. Difícil saberlo, porque en esta otro México”. También ella parece
obra llena de testimonios parece ser tocada por la locura, por la desgra-
que todos han perdido la memoria. cia y por la derrota. La paradoja es
La búsqueda es doble: por un lado, que finalmente la encuentran, pero
afecta a las relaciones humanas, en para llevarle la muerte. Todo parece ROBERTO BOLAÑO | YACONIC.COM
6 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 30 DE JUNIO DE 2019

Precario
Durante varios meses, muy restos malolientes, bolsas plásticas
temprano por la mañana, solía y muchos escombros, estuvo bien
tomar la ruta de la autopista Valle- crecida, resolví salir del carro a
Coche desde Tazón por el canal de contemplar aquel animal inerte y
contraflujo. Aprovechaba la tranca vivo que presentaba –al menos eso fue
matutina, muy pegada a la defensa lo que supuse– un buen resumen de
pintada de amarillo que separa los las personas que levantaron la pieza.
canales de ida y de venida, para Nunca logré entender qué cosa
registrar con la camarita de mi me había impulsado a fotografiar
celular los despojos empujados hacia semejante paisaje, cuando, en ese
la cuneta de la ruta. mismo sendero crecía esplendorosa
En ese borde se fueron asomando y bella, una palma real. Luego de
guantes de aseadores urbanos, un tiempo, leí el poema “Basura”
zapatos, latas, vasos de café de A. R. Ammons, un extenso y
estrujados, vidrios rotos o pedazos penetrante texto que plantea la
de latón arrojados en el camino. De necesidad de indagar en la porquería
regreso a mi casa, en otro punto del como una forma de comprensión
mismo trayecto por donde conducía de lo contemporáneo. Fue entonces,
a diario, observé por varios meses cuando pude tener una idea del
cómo iba creciendo una torre de porqué me había resultado tan
desperdicios hasta convertirse en impactante aquel botadero.
una masa compacta. Una tarde
cuando la torre de barro, potes, Xiomara Jiménez CORTESÍA DE XIOMARA JIMÉNEZ

País de La melancolía de los desterrados El relato


lázaros Es verdaderamente inexplicable también nos abruma. Desde la los besos robados, el azar de ciego 2
comprobar, día tras día, cómo se nostalgia infinita, comenzamos, los encuentros extasiados en la
En una de las tertulias de ribetes nos va despoblando la memoria, en plena borrasca, a vivir ebriedad nocturna. El destierro
Escribe Harold Bloom al
positivistas, tan frecuentes en la cómo desaparecen aquellos con nuestras vidas en el más estricto ha hecho su trabajo parsimonioso
citar a Samuel Johnson:
novela, un progresista personaje los cuales alguna vez sostuvimos desamparo. Alguna vez escuché de horadar el tiempo en beneficio
“Las imitaciones traen
de El hombre de hierro (1907), una relación afectuosa, una –aún con asombro–, que la patria de la ausencia. La melancolía
dolor o placer no porque
de Blanco Fombona, apela a la cercanía anclada en el corazón no es otra cosa que una solitaria de los exiliados no alcanza a
las confundamos
imagen “país de lázaros”, para y en las palabras. Muchos se carpa instalada en el desierto. sostenerse dentro de sus propias
con realidades, sino
denotar las miserias enquistadas, han muerto y otros, la mayoría, Se ha, entonces, de extrañar a impiedades. En cierta forma, un
porque traen a la mente
incluso en la capital, durante la han elegido el destierro en tanto los amigos trashumantes, a las destino extravagante y rudo como
realidades”. Es lo que
oscura década de El Cabito. Picón salvación inevitable y dolorosa amantes caprichosas y felices, la piedra, nos ha vencido. Hemos,
Bloom, al reconocerse
Salas parece retomar la imagen en de sus vidas. En cualquiera de los a un hermano obstinado y al fin, aprendido el arte del
en la genealogía
Los días de Cipriano Castro (1953), casos, la ausencia permanente convencido de haber optado por cansancio y del olvido.
interpretativa de
al hablar de la Aclamación de 1906, es una inevitable constatación, otros paisajes; se extraña, en fin,
Johnson, nombra “la
cuando “la voluptuosa Caracas cuyo impacto nos desasosiega y la risa, el rumor de las palabras, Juan Carlos Santaella
mímesis shakesperiana”.
pasa a inundarse de champagne Representar a Hamlet
en los grandes bailes de la en posición fetal dentro
temporada”, mientras cundía la
pobreza en los barrios misérrimos
España vertebrada de una cáscara de nuez
resultaría una imagen
de la capital, asolados por Fernando Sánchez Dragó, un dirigente del partido VOX, ubicado Huida a Europa. Smith sostiene que ocurrente, paródica o
tuberculosis y otras endemias que conocido escritor español, ganador a la derecha del espectro político en los próximos 30 años al menos 150 literal. Se despoja al
diezmaban la población. También del Premio Planeta y el Nacional español. millones de africanos se mudarán al lector o espectador (the
a propósito de las semanas de de Ensayo con su historia mágica El libro sorprende por su sentido viejo continente, a menos que mejoren beholder) de la soberanía
1908, cuando seguía supurando el de España:  Gárgoris y Habidis, común, no es la confesión de un las condicione de vida en sus países de su propia experiencia
riñón de don Cipriano, mientras tiene una fuerte raíz espiritual, dirigente tradicional, habituado a natales. España recibirá una oleada psíquica; se le impone la
la peste bubónica se apoderaba no católica o dogmática, pero si utilizar los clichés de la corrección de 20 millones de subsaharianos. El imagen. Homero, dicen,
de una capital “lela de espanto”. sensiblemente abierta a cualquier política, sino la expresión franca de problema es real y Abascal lo afronta fue ciego y contó cosas
Y por contraste con ese país tratamiento serio del tema. Narró su preocupación por algunos temas con inteligencia y sensibilidad, más que jamás vio. Otro
de bloqueos y revueltas, de en Muertes paralelas la historia del de la vida política española, que no allá de lo que sus enemigos electorales ciego, Borges, atestiguó
endemias y catástrofes, la feble fusilamiento de su padre por los han sido abordados antes con tanta puedan decir. Sustenta su argumento el Aleph, el instante
modernidad caraqueña reportada nacionalistas en 1936 y es el coautor sinceridad. La inmigración ilegal, con amplias lecturas y sentido infinito de la mente. Hay
en las páginas de El cojo ilustrado, de un libro reciente sobre la política por ejemplo. Hace poco asistí a un crítico. El libro es una sorpresa y el un relato ciego, que nadie
resultaba casi “una ironía”, Picón española –España vertebrada–-, más conversatorio con Stephen Smith, abreboca de la reacción española puede ver, no inclusive
dixit. bien la transcripción de una larga un investigador norteamericano, contra la ultraizquierda y el chavismo quien lo relata.
conversación suya con Santiago analista de la ONU, a raíz de la internacional.
Arturo Almandoz Marte Abascal, el fundador y máximo publicación de su último ensayo: Ricardo Bello Armando Coll

SE CUMPLEN 25 AÑOS DE SU ESTRENO EN ESPAÑA Y AMÉRICA LATINA

La lista de Schindler: fusión de lo artístico y lo popular


NARCISA GARCÍA tarse por nueve horas, su duración, parece. En el primer caso es honesto
a verlo. Spielberg contó una historia e inmoral; en el segundo, falso y mo-

E
l escritor Imre Kertész ha de- basada en un episodio horroroso de ral. A Goeth, por ejemplo, nunca se
clarado: “Sé que muchos no la historia reciente con respeto y diri- le fotografía en la oscuridad. Como
coinciden conmigo cuando gido a la mayor cantidad de personas buen villano, siempre cree estar ha-
califico la película de kitsch. posibles. No es un documental. Pare- ciendo el bien.
Dicen que Spielberg prestó un gran ce tonto tener que aclararlo, explicar Spielberg cuenta esta historia con
servicio a la causa por cuanto su pe- que la ficción solo debe ser coheren- sutileza, sin melodramas: enfrenta
lícula atrajo a los cines a millones de te consigo misma. “La habilidad par- la “lista de la vida” y la bondad de
personas, muchas de las cuales no ticular de Spielberg en sus películas Schindler a la maldad y estupidez
mostraban normalmente interés por serias ha sido unir lo artístico con lo puras del comandante Goeth. Ebert
el tema del Holocausto. Puede ser. popular”. se pregunta si tal vez un villano me-
Pero, ¿por qué debo yo, sobrevivien- La cinta empieza con la llama de nos obvio habría funcionado mejor:
te del Holocausto, y poseedor de otras un fósforo y una vela para la oración enfrentar a Schindler, un hombre co-
experiencias de terror, alegrarme de del shabat. Una vez esta vela se apa- mún que no siguió órdenes, a un fun-
FOTOGRAMA DE LA LISTA DE SCHINDLER (1993), DE STEVEN SPIELBERG | IMDB
que sean cada vez más las personas gue, el humo se transformará en el cionario menor, un hombre común
que ven estas experiencias en la pan- que desprenden los trenes camino a a salvar muchas vidas. No son des- de vergüenza, seguiría guardando que sí las haya seguido. El personaje
talla... de manera falsificada?”. Y co- Auschwitz, e implícitamente en aquel conocidos los talentos escénicos del silencio. de Finnes podría, sin embargo, repre-
menta el profesor Juan Antonio Gar- que saldría de los hornos. De color a Führer. Como si lo que hiciese falta La fotografía en blanco y negro sentar a aquel alemán que consideró
cía Amado: “Se embellece la realidad blanco y negro, de la vida a la muer- es un actor para engañar a otro. En siempre ha sido halagada en esta cin- que sus asuntos personales estaban
de Auschwitz al presentar una excep- te, del rezo a lo inefable. De Dios a la un número no despreciable de cintas ta. La manera de iluminar a los per- por encima del bien y el mal.
ción donde apenas las hubo”. Nada. (como Ser o no ser, El libro negro, La sonajes responde a una postura mo- Lo que resulta poderoso y conmo-
Mucho se criticó a Steven Spielberg El Schindler de Spielberg es un em- vida es bella, Bent, La novicia rebelde, ral. MaryAnn Johanson comenta la vedor en La lista de Schindler es que
por La lista de Schindler (1993). Se baucador: burla al sistema nazi lle- Malditos bastardos, El capitán, etc.), escena en que Schindler está en el lo- se expone que un hombre hizo algo
creyó que había banalizado el Holo- vando a las autoridades y soplones y aunque sean ficciones cómicas o cal nocturno que frecuentan los fun- mientras otros no. Y que ese hecho,
causto haciendo de la historia de los a creer que solo procura su enrique- edulcoradas, quienes actúan vencen cionarios, sentado a oscuras, y con plantarle cara al Mal, haya salvado
sobrevivientes una “película comer- cimiento, consigue sobornos, adula al nazismo. Si fuese comunismo, no solo una franja de luz en la mirada. lo que para final de siglo pasado eran
cial”. Roger Ebert señala al respecto donde debe hacerlo y seduce a quie- estaríamos contando esta historia. Tiene intenciones honestas, aunque más de seis mil descendientes de so-
que ya Claude Lanzmann había he- nes necesita para mantener su enga- Probablemente, uno o varios de los mercenarias. Sin embargo, más ade- brevivientes, es lo que hace esta histo-
cho un documental severo, profundo ño. Se comporta como un adulador salvados de Schindler habría delata- lante, cuando quiere engañar a los ria no solo obligatoria de ver, sino que,
e importantísimo (Shoah), sin embar- miserable, pero gracias a su charla- do al salvador por contrarrevolucio- oficiales, y les miente para proteger como bien señala Ebert, sea vista por
go, pocas personas se atrevían a sen- tanería, a esa caracterización, llegó nario. Y Occidente enrojecido, y no a “sus” judíos, la franja de luz desa- la mayor cantidad de gente posible.

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