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INTRODUCCIÓN

Al pasar de los años vamos conociendo mas sobre el tema del CBD (Cannabidiol) y el THC
(Tetrahidrocannabinol), además de sus funciones terapéuticas. Cada año se lanza un proyecto
de ley diferente en cada país para legalizar el uso de dicha “droga” como un agente curativo
para afecciones tales como dolores, asma, estrés, cáncer, etc…

Para conocer un poco mejor los ya mencionados Cannabinoides, son un tipo de sustancias que
potencian el efecto medicinal, ya que estos manipulan los receptores CB1 y CB2. Los
receptores CB1 se encuentran principalmente en el sistema nervioso y los receptores CB2 se
encuentran en su mayor parte en los nódulos linfáticos (músculos, tejidos elásticos, etc)

La activación de estos receptores puede alterar muchas funciones del cuerpo, desde aliviar un
simple dolor, hasta poder aliviar los efectos del cáncer. Sus usos son de gran eficacia para
contrarrestar los efectos negativos estas enfermedades.

A pesar de sus efectos psicoactivos, el THC tiene múltiples efectos positivos contra
enfermedades como el Cáncer, desordenes alimenticios, dolor crónico, estrés y depresión.
También tiene efectos como neuroprotector, sedante, antidepresivo y como medicamento
para contrarrestar los efectos de la quimioterapia.

Teniendo interés en el tema y conociendo la base de esta medicina natural, solo hace falta
esperar hasta que se pueda entender al 100% su funcionalidad y así poder crear medicinas aun
más potentes para ayudar a las personas que su diario vivir se da a la par de una enfermedad.
(Greencanna01, 2014)

CAPÍTULO I
MARIHUANA MEDICINAL

1.1. Marihuana Medicinal

1.1.1. Definición
La Cannabis Sativa, o también conocida como marihuana, cannabis, cáñamo, maría, etc., son
nombres para una controvertida planta, que a pesar de ser usada desde la antigüedad, se ha
convertido en la droga ilegal más consumida del mundo. Para algunos, símbolo de vicio,
desgracia y muerte; para otros, un medio para evadirse de la realidad, pero para algunos, es
mucho más que todo eso y para nosotros una planta que merece ser estudiada desde el punto
de vista terapéutico.
Actualmente el interés de muchas asociaciones de pacientes defensores del uso médico de la
marihuana y sus derivados, ha reforzado la polémica que rodea a esta planta y contribuye a
mantener el extenso debate sobre su legalización para uso terapéutico
Con la presente revisión se pretende conocer el estado actual de las investigaciones sobre el
uso terapéutico del Cannabis Sativa, incluyendo los mecanismos de acción fisiológicos y su
utilidad para múltiples patologías.(León, 2015)
1.2. Evolución de la marihuana
Por droga –psicoactiva o no– seguimos entendiendo lo que hace milenios pensaban Hipócrates
y Galeno, padres de la medicina científica: es una sustancia que en vez de “ser vencida” por el
cuerpo (y asimilada como simple nutrición) es capaz de “vencerle”, provocando –en dosis
ridículamente pequeñas si se comparan con las de otros alimento– grandes cambios orgánicos,
anímicos o de ambos tipos. Esta es la forma como Antonio Escohotado introduce a los lectores
el mundo de estas sustancia en su libro “Historia elemental de las drogas”.

Y es que el uso de plantas psicoactivas con fines medicinales, rituales o lúdicos se remonta a
los albores de la humanidad, e incluso han sido parte fundamental en la evolución de la
sociedad.

En cuanto a la marihuana (o cáñamo), los primeros restos de esa fibra se han encontrado en
China y datan del año 4000 A.C. Un milenio después en Turquestán.

Los primeros registros del uso de marihuana provienen de un tratado chino escrito en el siglo I,
aunque sobre documentos que se remontan 2737 años al legendario y místico emperador
Shen Nung. Según los cuales éste tenía prescrito té de marihuana para el tratamiento de la
gota, reumatismo, malaria y, curiosamente, mala memoria. sin embargo, el tratado advierte
que “el cáñamo tomado en exceso hace ver monstruos, pero si se usa largo tiempo puede
comunicar con los espíritus y aligerar el cuerpo”.

El renombre de la droga como medicina se extendió a través de Asia, el Medio Oriente y al sur
de la costa del este de África. Ciertas sectas hindúes en la India utilizaron la marihuana para los
propósitos religiosos, larga vida, rapidez mental, aumentar el deseo sexual y el alivio del estrés.
El Athava Veda (texto sagrado del hinduismo) considera que la planta brotó cuando “cayeron
del cielo gotas de ambrosía divina”. En Mesopotamia hay referencia de su uso desde el siglo IX
A.C. –durante el dominio asirio– en ceremonias donde se empleaba como incienso, impidiendo
la salida del humo. También se han encontrado pruebas de su cultivo en Europa Occidental (en
Marsella, Francia) en el siglo VII A.C., donde utilizaban la planta para la elaboración de cuerdas
y como droga.

Los médicos antiguos la recetaron para todo tipo de dolores, desde el dolor de oído hasta el
parto. Pero también advirtieron contra el uso excesivo de la marihuana, creyendo que causaba
impotencia y ceguera.

Siglos después, a finales del siglo XVIII, las primeras ediciones de revistas médicas
estadounidenses recomendaron semillas de cáñamo y sus raíces para el tratamiento de la piel
inflamada, la incontinencia y las enfermedades venéreas.

El doctor irlandés William O'Shaughnessy popularizó el uso médico de la marihuana en


Inglaterra y América. Como médico de la Compañía Británica de las Indias Orientales, encontró
que la marihuana aliviaba el dolor del reumatismo y era útil contra el malestar y las náuseas en
casos de rabia, cólera y tétanos.

La prohibición
El cambio radical en la actitud hacia la marihuana comenzó a finales del siglo XIX, cuando entre
el 2% y el 5% de la población estadounidense se hizo adicta a la morfina, un popular
ingrediente secreto en medicinas patentadas con nombres coloridos como “El linimento
curativo del pueblo para el hombre o la bestia” y “El alivio dorado del Dr. Fenner”. Para evitar
que más personas en ese país fueran atraídas por el “alivio dorado” inducido por la morfina, el
gobierno introdujo la Ley de Alimentos y Medicamentos Puros en 1906, creando la
Administración de Alimentos y Medicamentos. Aunque no se aplicaba a la marihuana y
simplemente puso a la distribución del opio y la morfina bajo el control de los médicos, la
regulación de las sustancias químicas fue un cambio importante en la política de drogas.

No fue hasta 1914 que el consumo de drogas se definió como un crimen en Estados Unidos,
bajo la Ley Harrison. Para evitar los problemas de los derechos de los estados, el acto usó un
impuesto para regular los fármacos derivados del opio y la coca: imponía un gravamen sobre
los usos no médicos de los medicamentos que era mucho más alto que el costo de los mismos
y castigaba a cualquiera que usara aquellas drogas sin pagar el impuesto.

Sin embargo, en 1937, 23 estados habían prohibido la marihuana: algunos para evitar que los
antiguos adictos a la morfina tomaran una nueva droga, y otros como una reacción contra los
inmigrantes mexicanos, algunos de los cuales trajeron la droga con ellos.

También en 1937, el Gobierno Federal aprobó la Ley del Impuesto sobre la Marihuana, que
hizo ilegal el uso no medicinal de ésta. De hecho, esta ley llevó a que 1939 el gobierno
colombiano prohibiera el cultivo de la planta y ordenara la destrucción de las plantaciones
existentes.

En los años 50 el Congreso de EE. UU. aprobó la Ley Boggs y la Ley de Control de Narcóticos,
que establecía penas obligatorias para los poseedores y distribuidores de marihuana.

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