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HISTORIA DEL ADOBE EN EL PERU

En Perú existe la ciudad de barro más


grande de América: la ciudadela de Chan
Chan (1200-1480) perteneciente a la cultura
chimú. Así mismo, algunas crónicas del
siglo XVI recogen que los jefes de los
tallanos vivían en palacios construidos con
este material.

En España es característico, entre otras de


las regiones secas, de Castilla y León donde
se añade paja al barro. Las construcciones
de adobe se suelen remozar con una capa del
mismo barro con lo que dan ese aspecto tan
curioso de las casas típicas de Tierra de
Campos. También es usual en regiones
semi-desérticas de África, América Central y América del Sur (rancho.)

El término “adobe”, en castellano, aunque con la grafía “adoves”, aparece


por vez primera ya en 1139-1149, en el llamado “Fuero de Pozuelo de
Campos” (hoy Pozuelo de la Orden, en la Provincia de Valladolid).

En México, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y en el sur y


norte de Chile las casas de adobe son aún patrimonio de muchas familias
humildes, que conservan esta tradición desde tiempos inmemoriales.
Mezclar pasto seco con el barro permite una correcta aglutinación, gran
resistencia a la intemperie y evita que los bloques una vez solidificados
tiendan a agrietarse. Posteriormente los bloques se adhieren entre sí con
barro para levantar muros.

Actualmente algunos arquitectos siguen utilizando muros de adobe en


combinación con cimientos, columnas y losas de hormigón debido a sus
características. En muchas ciudades y pueblos de Centro y Sur de América
la construcción con adobes se mantiene viva aunque amenazada por las
imposiciones del mercado formal o por la mala fama que le han hecho los
sismos y el mal de Chagas. En Uruguay, el adobe es una de las técnicas
tradicionales de construcción que poco a poco fue dejada de lado aunque en
los últimos 20 años se han realizado experiencias tanto en Montevideo
como en el interior del país.

La reactivación de una arquitectura en adobe en gran medida se debe al


ahorro de energía que las edificaciones con este material suelen implicar,
en efecto el adobe resulta un excelente aislante térmico motivo por el cual
se reducen las demandas de energía para refrescar o caldear las viviendas.
Por otra parte, uno de los problemas típicos del adobe es su absorción de la
humedad del suelo por capilaridad, para esto una solución bastante
frecuente es utilizar un cimiento hidrófugo o impermeable de hasta
aproximadamente un metro de altura sobre el nivel del suelo, tal cimiento
suele ser de piedras o, más modernamente, de hormigón.

 EPOCA PREISPANICA

El uso de la tierra en la construcción se inicia en el Perú en el periodo


pre cerámico, al emplearse como argamasa, para unir piedras
campestres más adelante alrededor del 2000 ac. En el formativo se
empleara esta tierra en la fabricación de adobes, pasiblemente para
reemplazar en forma directa a las piedras. Este elemento innovador
evolucionara en cuanto a formas y dimensiones permitiendo la
edificación de múltiples formas arquitectónicas los diversos tipos de
adobes utilizados a lo largo de la historia de nuestra cultura.
Forma y tamaño dependiendo de su posición en la edificación las más grandes en
la parte baja y las pequeñas en los bordes pero siempre manteniendo la misma
posición: chan chan (Trujillo)

 EL INPERIO INCAICO

Frente a la inexistencia de canteras en la costa central del tawantinsuyo


construyo con adobe absorbiendo así la mano de obra de los territorios
conquistados

Dimensiones 50 x .30 x .15


Sitios: Uquira (Cañete), Tambo Colorado (Pisco) y Puruchuco (Lima)

En la sierra el adobe será un material secundario y se empleará en


hastíales (fachada terminada por las dos vertientes de un tejado)
siempre sobre muros de piedra.

Dimensiones: .45 x 1.10 x .10 - .30 x .06 x .12


Sitios: Racche (Cusco), Pisac (Cusco)

 EL ADOBE EN EL VIRREINATO DEL PERÚ

Los españoles, renovaron la tecnología agregando a los bloques de


tierra estiércol de animales y paja

En la reconstrucción de los edificios los arquitectos españoles buscaron


mejoras técnicas para garantizar la estabilidad de sus construcciones,
volviendo a utilizar las bóvedas góticas de crucería sin que dieran
buenos resultados. Importante paso en el desarrollo de estructuras
antisísmicas fue la realización del primer nivel de los edificios en
adobe; dejando para los niveles superiores el uso de telares de caña y
tierra (quincha).

Como la fuerza de actuación de un sismo es proporcional al peso de la


estructura, la utilización de un material más ligero y sobre todo flexible
permitió edificar en altura sin menoscabar la estabilidad de los muros
de base.

Quedaba aún por solucionar el problema de la cubierta de los templos,


ante las nuevas necesidades espaciales que imponían la edificación de
bóvedas. Sólo después del experimento de Diego Maroto en la iglesia
de Santo Domingo en 1666, al adaptar el sistema de la quincha al
diseño de bóvedas y su posterior mejora en el desarrollo de cúpulas
para la reconstrucción de la iglesia de San Francisco por Manuel de
Escobar en 1675, se dio solución a este problema. Estas bóvedas y
cúpulas fueron realizadas con armaduras formadas por piezas curvas de
madera, que unidas a otras similares y desplazadas la mitad de su
longitud definían los arcos, otorgando menos empujes a los muros que
las iniciales bóvedas de piedra y ladrillo.
Incluso este empuje venía contrarrestado con el empleo de un relleno
de adobe en el cuarto
inferior de las bóvedas a fin
de verticalizar la fuerza
resultante y crear un
diafragma parcial en el
sentido lateral de la
estructura. Todo el conjunto
con su sistema de riostras,
uniones, tejido de caña y
cobertura de tierra, definían
una retícula curva que aseguraba la transmisión uniforme de cargas y
empujes.

 EL ADOBE EN LA ACTUALIDAD

Actualmente algunos arquitectos siguen utilizando muros de adobe en


combinación con cimientos, columnas y losas de hormigón debido a
sus características.

En muchas ciudades y pueblos del


Perú la construcción con adobes se
mantiene viva, aunque es amenazada
por las imposiciones del mercado
formal o por la mala fama que le han
hecho los sismos.

El adobe es una de las técnicas


tradicionales de construcción que
poco a poco fue dejada de lado,
aunque en los últimos 20 años se han
realizado experiencias tanto en
exterior como en el interior del país.

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